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Eric, Hobsbawem profesoremérito de historia social econémica de Birkbeck College la Universidad de Londres Sus libros La era d revoluion, 1789-18 aera de capital 1848-1875; La era imperi, 1875-1914 Historia del silo x se etinen en esta Biblioteca, que constituye la» aecesible, renovadora y apasionante historia universal contemporanea. Eotetibro nara la historia dela extras river del siglo XIX, de un mundo construido por la clases medias liberales en nombre del progres. la civilizacion. Explica como pequenios cuerpos de europeos crearon y mantuvieron sus impe mundiales y como entré en crisis el liberalism bburgués, cuyos fundamentos morales tradicion se hundieron bajo el peso.de sti propia acumulacién de riqueza y confort, recorriend estos cuarenta afios cruciales para la compres: de la historia de nuestro siglo. Biblioteca E. J, Hobsbawm de Historia Contemy Critica i} EON eee EN Eric HoBsBAWM. Critica DEL IMPERIO, 1875-1914 5 Ls ERA DeL mere 18751918 ado os hechos, como, sin duda, me ha ocurrido algunas veces. Con todo, ‘estoy en situactdn de mostrar mi agradecimiento a quienes han hecho pos bile plasmar en un libro mi prolongada interés en el tiempo por este perfodo. 1 College de France me permitidelaborar una especie de primer borrador ‘en forma de-un curso de 13 conferencias en 1982; he de mostrar mi agra ‘decimiento a tan excelsa institucién y a Emmanuel Le Roy Ladurie, que promovié la invitacion, El Leverhulme Trust me concedié un Emeritus Fe Niowship en 1983-7985, que me permitié obtener ayuda para la investiga cidn. La Maison des Sciences de Homme y Clemens Heller en Parts, asi ‘Como el Instinao Mundial para el Desarrollo de la Investigacion Econémica (dela Universidad de las Naciones Unidas y la Fundacién Macdonnell, me dieron la oportunidad de dsfrtar de unas euantas semanas de pac y see nidad para poder terminar el texto, en 1986. Entre quienes me ayudaron en Ta investigacion, estoy especialmente agradecido a Susan Haskin, a Vanes sa Marshall y @ a doctora Jenna Park. Francis Haskell ley6 el caprilo referido al arte Alan Mackay los relacionados con las ciencias y Pat Thane ‘laque trata de la emancipacién de la mujer Ellos me permitieronevitar al ‘guna errores, aunque me temo que no todos. André Schiffrin ley6 todo el fmanuserio en calidad de amigo ¥ de persona culta no experta a quien esté Uirigido el texto. Durante muchos akos fui profesor de historia de Europa fn el Birkbeck College, en la Universidad de Londres, y creo que sin esa experiencia no me hubiera sido posible concebir la historia del siglo xix ‘Como parte de la historia universal Por esa razon dedico este libro a aque- Tos alunos INTRODUCCION ‘La memoria esa vid, Siempre reside en gros de personas sue viven 3. po tanto, se halla permanete evlucion, Eel Sometid a dalctic del recuerdo ye olvio, ignorant dest «exe pefodo de espectacilar increment pro- Tal vez los historiadores puedan ponerlo en duda, pero no asi los con- ineos. ;Acaso esos ingleses,franceses, alemanes y norteamericanos es, bien informados y preocupados, surian un engafo colectivo? absurdo pensar asi, aunque en cierta forma el tono apecaliptico de ‘comentarios pudiera haber pavecida excesivo ineluso a los contempo- De ningin modo puede afirmarse que todas «las mentes pensantes y vadoras» compartieran el sentimieno expresado por elseBor Wells de famenaza de un aglutinamiento de los barharos desde dento, més que antiguos desde fuera, para atacar «toda la organizacién actual dela incluso Ia pervivencia de la propia civilizacién».’ Peo, desde Ine- algunos pensaban as, por no menciona el nimero creciente de socials eseaban el colapso del capitalsmo bajo sus contradiciones interns ables, que el periodo de depresin parecta poner de manifesto. La ie pesimismo en la iteratura yen la losofia de la deada de 1880 (véase “4 {eA De mare, 175918 infra, pp. 107-108, 267-268) no puede comprenderse perfectumente sin ese sentimiento de malesar general econdmico y, consecuentement En cuanto alos economistas y hombres de negocios, lo que preocupahs incluso a los menos dados al tone apocaliptico era la prolongada «depresion de los precios, una depresion del infess y una depresion de os beneficios- tal como lo expresé en 1888 Alfred Marshall, futuro gur de la teria eco ‘némica* En resumen tas el distco hundimiento de Ta década de 1870 (véa s€ La era del capita, capitulo 2), lo que estaba en juego no era la produccién, Sino so rentabiidad [La agricultura fue ta vctima mas espectacular de esa disminucién de ls bbeneicios y, a no dudar, constitufa el sector mis deprimida de la economia ¥ aquel cuyos descontentos tenfan consecuencias sociales y politics mas in imediatas y de mayor alcance. La produecidn agricola, que se habia incre ‘mentado notablemente en los decenios anteriores (véase La era del capital, capttulo 10), inundaha los mercados mundiles, protegidos hasta entonces or los altos costes del transporte, de una competeneia exterior masiva, Las onsecuencias para Tos precios agrcols, tanto en la agricultura europea como fen las economia exportadoras de ultramar, fueron dramatcas. En 1894, e precio del trigo era poca més de un terio del de 1867, situaién extraord nariamente beneficiosa para los eompradores pero desastrosa para los ag culores y tabajadoresagriolas, que constituian todavia ene el 40 y el 50 por 100 de los trabajadores varones en los paises industiales (con la excep in del Reino Unido) y hasta el 90 por 100 en los dems pases. En algunts| zonas, la stuacin empeoré al coincidir diversas plagas en ese momento; Por ejemplo, la filoxera a pati de 1872, que redujo en dos tereios la produce de vino en Francia entre 1875 y 1889. Los decenios de depresin no eran Una buena época para ser agrcultoren’ningin pais implicado en el mercado mun dial. La reacein de los agricultores, segtn la rigueza y ta estructura pol dd sus paises, varé desde la agitacion electoral a la rebei6n, por a0 men cionar la muerte por hambre, como ocurié en Rusia entre 1891 y 1392. E populism, que sacudié a los Estados Unidos en el decenio de 1890, tenia centro en las regionestrigucras de Kansas y Nebraska. Entre 1879 y 1894 hhubo revuelts campesinas, o agitaciones consideradas como tales, en Ilan 4a, Espana, Sicilia y Ruman‘a. Los paises que no necestaban preocuparse por el campesinado, porque ya no Io tenian, como el Reino Unido, podian| Permitir que Ia agriculra se arofiara: en ese pats desaparecieron los dos ter os de ls teas dedicadas al cultvo del igo entre 1875 y 1895. Algunas ficiones, como Dinamarca, modetnizaron deliberadamente su agriculture ‘orientindose hacia la producein de rentables productos ganaderos, Otos 20 biernos, como el alemién, pero sobre todo el francés y el norteamericano, establecieronaranceles que elevaron los precios. 'No obstantc, las dos respuestas mis habituales entre la poblacién fueron Ja emigracion masiva y la cooperacion, la primera protagonizada por aque ps que carecian de tcrras o que tenian terras pobres, y la segunda funda 'menialmente por los campesinos con explotaciones potencialmente viables. La Ecowontia CAMB aITMO 45 1a década de 1880 conocié las mayores tasas de emigraciOn a utramar en los paises de emigracién ya antigua (salvo el easo excepcional de Irland ferrel decenio posterior ala gran hambruna) (véase La er de ta revolucin, capitulo 8, V)y el comienzo real de Ia emigracion masiva en palses como Talia, Espana y Ausria-Hungra, a ls que sepuirin Rusia y los Baleanes.* Fue esa la vata de seguridad que permiti6 mantener la presin social por Aebajo del punto de rebelign o revolucién. En cuanto a la cooperacion, ro- vey6 de préstamos madestos al campesinad (en 1908, mis de Ia mitad de los apricultores independientes alemanes pertenecian a esos minibancos urales, ie los que fue pionero el calico Raiffeisen en el decenio de 1870), Mien tras tanto, se multiplicaron en varios paises Tas sociedades para la compra ‘cooperative de suministos, la comercializacion en cooperative y el procest- Iniento cooperativo (en especial de productos Hicteos ¥, en Dinamaea, para J cura de la panceta). Transcuridos diez afos desde 1884, cuando los agr Eultores frances utlizaron para sus propiosobjetivos una ley dirgida a le Blizar los sindicatos, 400.000 de ellos perteneefan a casi dos mil de esos syridicars” En 1900 haba 1.600 cooperativas para la elaboracién de produc {9s lécteos en los Estados Unidos, la mayor parte de ellas en ef Medio Oes- fe, y la industria Itea de Nueva Zelanda estaba bajo un estrcto control de Tas cooperativas de agricultores, EI mundo de los negocios tenfa sus propios problemas, En una época en ie estamos persuadidos de que el incremento de los precios (la «inflacién») 5 un desasire econdmico, puede resultar exrafo que a Tos hombres de ne © gocios del siglo x1x les preocupara mucho mis el descenso de los precios, y fen una centuria deflacionara en su conjunto, ningin periodo fue mis defi ‘ionario que el de 1873-1896, cuando los precios descendieron en un 40 por “100 en el Reino Unido. La inflaci6n no silo es positiva para quienes estn “endeudads, como bien lo sabe cualquiera que tenga que pagar una hipoteca {largo plazo, sino que produce un incremento automico de los benetcion, Bor cuanto los bienes producides con un coste a Inds elevado del momento de la venta. A Aisminuyan los benefcio. Una gran expansién del mercado puede compen- “sar esa situacién, pero lo cierto es que el mercado no erecia con la suficien- 1 rapidez, en parte porque la nueva tecnologia industrial posibilitaba y exi- fa un crecimiento extrondinario dela produccin (al menos si se pretendia ‘ue las fibricas produjeran beneficios) en parte porque aumentaba el nime- 1p de competiores en la produccién y de las economia industries, inere- ‘mentando cnormemente la capaciad foal, y también porque el desarollo de Jun gran mercado de bienes de consumo era todavia muy leno, Incluso en el kaso de products hisicos, la combinacién de una mayor capacidad, una wti- Tizacion ms efcaz del producto y los cambios en la demanda podian resul- Eich Faron meno qe conc un emai importants dl eero de 180 tue Pot. 46 1 ta DEL wiPERO, 1751914 determinantes: el precio del hiero cay en un SO por 100 entre 1871 1875 y 1894-1898, ‘Oia dificult radicaba en el hecho de que los costes de produccin eran nds estables que los precios a corto plazo, pues —con algunas excepcio- rnes— los salarios no podian ser reducidos —o no lo eran— proporcional ‘mente, al iempo que las empresas tenian que soportar tambien la carga Je ‘importantes cantidades de maguinaria y equipo absoletos 0 de nuevas mi {quinas y equips de alto precio que, al disminuir los beneficos, se tardabs ns de To esperado en amontizar- En algunas pares del undo, a situacin se vefa complicada ain mas por la caida gradual, pero fuctuantee imprede- cible a coro plazo, del precio de la plata y de su tipo de cambio eon el oro. Mientras ambos metals se mantuvieron estables,situacin que habla preva- lecido durante muchos afios hasta 1872, los pagos internacionales calculados ce Tos males preciosos que constitufan la base de la economia monetria mundial eran bastante sencillos* Pero cuando la tasa de cambio era inesta- bl, lastransacciones de negocios entre aquellos paises cuyas monedas se ba saan en metales preciosos distntos se complicaban enormemente, {.Qué podla hacerse respect a la depress de los precios, de Tos bene- cosy de las tasas de interés? Una de ls soluciones coasistia en una especie de monetarsmo a la inversa que, como parece indicar el importante y ya ol- Vidado debate contemporineo sobre el sbimetalismo», era sustentada por michos, que atribufan el descenso de los precios fundamentalmente a la es- «asez de oro, que era cada vez mis (a través de la libra estertna con una pa- Fidad de oro fia, es decir, el soberano de oro) la base exclusiva del sistema de pagos mundial. Un sistema basado en el oro y la plata, mineral cada ver mis abundante, sobre todo en Amérie, podria elevar los precios através de Ia inflacién monetaria. La inflacin nonetara, de la que eran patdaris es pecialmente los abrumados agricultores de las praderas, por no mencionar @ Jos propietaris de las minas de plata de las montis Rocosas, se convirtié {en uno de Tos principios Fundamentales de los movimientos populist norte “mericanos y la pespectiva de la erucifixin de la humanidad en una eruz de ‘oro insprs la relGrica del grin trbuno de la plebe William Jensings Bryan (1860-1925). AI igual que en el easo de otras de las causas preferidas de Bryan, como la verdad literal de la Biblia y la consecuente necesidad de re- chaz las ensefianzas de las doctrinas de Charles Darwin, defendia tna cau sa perdida. La banca, las grandes empresas) Tos eobiemos de Tos pases mis importantes del capitlismo mundial no tenfan la: menor inteneién de aban- como unidad no tenia un lugar claro en la tora pura dl lismo liberal, cuyos elementos bésicos eran los dtomosiereducibles de empresa, cl individvo ola scompania» (sobre la cual no se decfa mucho) sados por el imperativo de maximizar las ganancias y minimizar las ida. Actuaban en wel mercado», que, en 80s Himites, era global El libe smo era el anarquismo de la burguesa y, como en el anarquismo revolu: jo, en él no haba lugar para el estado. O, mis bien, el estado como leondmico s6lo existia como algo que interferfa el funcionamiento € independiente de wel mercado. Esta interpretacion no carecia de logica. Por una pat, parecia razonable ‘en especial tras la liberalizacion de las economias & mediados de si (yease La era del capital, capitulo 2)— que lo que permitia que exa eco: fa evolucionara y cfecera eran las decsiones econdmicas de sus com es fundamentales. Por otra parte, la economia capitalista era global, ypoia ser de otra forma. Ademés, esa caractersica se reforz6 a lo largo silo xtx, cuando el capitalism ampli su esfera de actacién a zonas del cada vee mis remotas y transforms todas las regiones de manera vez més profunda. A mayor abundamiento esa economia no reconocia eras, pues cuando aleanzaba mayor rendimiento era cuando nade inter icone libre movimiento de los factores de produccién. Asi pues, el cai ‘no sélo era internacional en la pretca, sino interacionalista desde de vista te6rico. El ideal de sus teéricos era a division interacio el trabajo que asegurara el crecimiento mis intenso dela economia, Sus ‘eran globales: no tenia sentido intentar produce pitanos en Noruc | porque su produccién era mucho més barata en Honduras. Rechazaban ier tipo de argumento local o regional opuesto a sus conelusiones. La ‘pura del liberalismo econémico se veia obligada a acepta las conse mis extremas, incluso absurdas, de sus supuestos siempre que se ra que producian resultados épilmos a escala global. Si se podia de ue toda la producein industrial del mundo debfa estat concentada fagascar (de la misma forma que el 80 por 100 de fa produccién de estaba concentrada en una pequea zona de Suiza)" 0 que toda la po e Francia debiatrasladarse a Siberia (al igual que una parte impor- e la poblacién norvega se traslad6 mediante la emigracion alos Esta- Unidos).* no existia argumento econémicoalguno que puiera oponerse {Qué podia considerase eréinco desde el punto de vista econsmico, res- ‘al cuasimonopolio britnico de Ia industria global a mediados de siglo fa evolucisn demogrifica de Irlanda, que perdis easi la mitad de su in entre 1841 y 1911” El nico equilibrio que reconocia la teora eco- liberal era el equilibria escala mundial ero en la prctca ese modelo resullaba inadecuado, La economia capita- Ene 1820» 197 ame de noraegos que enigraos Edo Unidon ano Tue cs a leva om a pbc Wal de Nr en 1820" 50 Lov ERA DEL MPERIO, S914 lista mundial en evolucidn era un conjunto de blogues slidos, pero también un fluid. Sean cuales fueren los origenes de las «economias nacional» que onstituian esos blogues —es deci, las economia definidas por las frome: ras de los estados—y con independencia de las limitaciones tedricas de une teoria econémica basada en ellas —fundamentalmente por tedricos alemsa- nes; las economias nacionales existan porque exstan los estados-nacie nes. Tal ez sea cierto que nadie hubiera considerado a Bélgica como la pr mera economia industrializada del eontinente eutopeo si Bélgica hubiera Seguido siendo una parte de Francia (como lo era hasta 1813) 0 una region 4e los Paises Bajos unidos (como lo fue entre 1815 y 1830). Sin embargo, una vez que Bélgica se convirtis en estado, tanto su politica econémica como Ja dimension politica de las actividades econéimicas de Sus habitantes se vie ron determinados por ese hecho, Es cierto que existian,y existen, actividades {econéimicas como las Finanzas internacionales que son fundamentalmente ‘cosmopolits y que, en consecvencia, escapaban a las limitaciones naciona les, en a medida en que éstas eran eficaces. Pero incluso esas empresas ‘ransnacionales tenn buen cuidado en vincularse a una economia nacional comvenientemente importante. Asi, las familias de bangueros (fundamental mente alemanas) tendieron a transfer sus sedes de Paris a Londres apart de 1860. Y la mis internacional de esas familias de banquoros, los Roth chil, alcanz6 el éxito cuando actu6 en la capital de un gran estado y aca ‘6 cuando no lo hizo asi los Rothschild de Londtes, aris y Viena fueron en ‘odo momento una fuerza influyente, pero no puede decitse lo misma de Tos Rothschild de Népoles y Frankfurt (ia firma se nega trasladarse a Beli). ‘Tras la unficacién de Alemania, Frankfurt habia dejado de ser el lugar ade cuado, ‘Naturalmente, esas observacidnes se refieren fundementalmente alse: {or adesarrllado» del mundo, es decir, alos estados capaces de defender de Ja competencia sus economias en proceso de industralizacion y no al es to del planeta, cuyas economias eran dependientes, politica © econémica mente, del nicleo «desarollados. En nos eas, esas regiones no tenfan po sibiidad de eleccién, pues una potencia decid el curso de sus economias 0 bien una economia imperial tenia la posibilidad de convertirlas en repibicas bbananeras 0 cafeters, En oltos casos, esas economias no estaban interesadas en otras posbilidades alternativas de desarrollo, pues les era rentable con vertise en productoras especializadas de materias primas para un mercado ‘mundial formado por los estados metropolitanos. En la periferia del mundo Ja seconomia nacional», en la medida en que pucde afrmarse que exist, te nia funciones distintas, Pero el mundo desarollado no era tan slo un agregado de weconomis rnacionales». La indusvalizacion y Ia depesisn hicieron de ells wn grupo de economias rivales, donde los beneficies de una parecian amenazar la posicién de las otras. No solo competian las empresas, sino también las naciones. De esta forma, muchos briténicos sentian que se les erizaban los cabellos cuando Fefan aneulos periodsticos sobre la invasién econémica alemana: Made in LU Econom CAMBIA DE RTM st ny de E, E, Williams (1896), 0 American Invaders, de Fred A. Mac ie (1902).” Sus padres no habfan perdido la calma ante las advertencias ificadas) de la superioridad técnica de los extrnjeros, El protecionismo ha una situaién de competiividad econémica imtemacional Pero jcusles fueron sus consecuencias? Podemos acepar como cierto que jexeeso de proteccionismo generalizado, que intenta parapetar ls economta eda esiado-nacin frente al extanjero tras na sere de fotificaciones po- cs periudical para el crecimiento econémico mundial. Esto queda tamente demostrado en el perfodo de entreguerras. Peo en 1880-1914, ccionismo no era general ni tampoco excesivamenteriguroso, con al ‘excepciones ocesionales, y, coma hemos visto, qued6 limitado a los ‘de consumo y no afec al movimiento de mano de obra y a as tans nes financiers intemacionales. En general, el proteccionismo agricola joné en Francia, fracas6 en Italia (donde la respuesta fue la emigracin va) y protegi los imtereses de los grandes terratenientes en Alemania. fonjunto, el proteccionismo industrial contribuyé a ampliar Ia base in ial del planeta, impulsando a las industias nacionales a abastecer los fos domésticos, que crecian también aun ritmo vertiginoso, En conse sea calculado que ene 1880 y 1914 elineremento global dela pro- in el comercio fue mucho més clevado que durante los decenios en je estuvo vigente el librecambio.” Cienamente, en 1914 la produceién 3 estaba algo menos desigualmente disbuida que cuenta fs antes | Ambito del mundo metropoitano o «desareollado». En 1870, los cuatro industriales mds importantes producian casi el 80 por 100 de los pro 35 manvfacturados del mundo, pero en 1913 esa proporcién era del 72 100, en una produccién global que se habia multiplicado por 5" Es discu- hasta Gué punto influy6 el protecionismo en esa tendencia, pero parece Je que No Tue un absticul serio para el erecimiento, ‘obsante, si el proteccionismo fue la reaccién politica insiniva det or preocupado ante la depresin, no fue Ia respuesta econdimica mls jeativa del capitalsmo alos problemas que le afin, Esa respuesta ra- fn la combinacién de la concentracién econdmica y la racionalizacion arial o, ezin la terminologia noreamericana, que comenzaba ahora 8 i de modelo los rss y la gestion cientificas. Mediante la aplicacién dos tpos de medidas, se intentaba ampliar los mérgenes de benef idos por la competitividad y por la cada de ls precios. fo hay qve confundirconceniracién econémica con monopolio en seni Esricto (control del mercado por una sola empresa) 0, en el sentido més io en que se utiliza habtualmente, con el control del mercado por un e empresas dominantes (oligopoli). Cieramente, ls casos de con in que suscitaron el rechazo publica fueron de est tipo, praducidos mente por fusiones 0 por acuerdos para el control del mercado entre ‘que, sean Ia teora de la libre empresa, deberian aber competido a implacable en beneficio del consumider. Tales fueron los trusts ricanos», que provocaron una legislacién antimonopoista, como la 2 1 ba DL war, 15751914 ‘Sherman Anti-Trust Act (1890), de dudosa eficacia, y los «sindicatos»o los ‘nels alemanes —fundamentalmente en las industias pesadas—, que 80 ‘aban del apoyo del gobierno, EI sinicato del carbén de Renania- Westfalia (1893), que contolaba el 90 por 100 de la producciGn de eatbsn en sue sida, 6 la Standard Oil Company, que en 1880 controlaba entre el 90 y e 95 por 100 del petrdleo reinado en los Estados Unidos, eran, sin duda, mo- nopolios. También Io era a efectos prctios, el «billion dolar Trust» de la United States Stel (1901) con el 68 por 100 de la produccin de acero en NNorteamérca, Es claro también que la tendencia a abandons la competenca iimitada y a implanar «la cooperaciin de varios capitalists que previamenie ‘ctuaban por separado»'” se hizo evidente durante la gran depresiny cont hnué en el nuevo periodo de prosperidad general. La existencia de una ten ‘enc hacia el monopolio 0 el oigopolio es indudable en las industri pe sadas, en industras estrechamente dependientes de los pedidos del gobierno {como en el sector de armamento en ripida expansidn (vase infra, pp. 315 317), en indusrias que produeian y distibufan nuevas formas revolucionaris ‘de energia, como el petro y la electricidad, asf como en el transporte yen algunos productos de consumo masiva com el jabsin y el tabaco, ero el control del mercado y la eliminacin de la Competencia s6lo eran un aspecto de un proceso mis general de concentracin capitalista no Tuc fon ni universales nt ireversibles: en 1914 la competiividad en las industry norteamericanas del petrlea y del acera era mayor que dier aos ants, Ei este context, es err6neo hablar en 1914 de ecapitaismo monopolista» para referrsea lo que en 1900 se calificaba con toda rtundidad como una nueva fase del desarrollo capitalista. Pero de todas formas poco importa el nombre ‘que le demos («captaismo corporativon,scaptalismo ofganizado, ee) tanto en euanta s© acepte —y debe ser aceptado— que la concentacicn avanzé a expensas de la competencia de meteado, las corporaciones 2 ex esas de las empresas prvadas, los grandes negocios y grandes empresas & ‘expensas de las mis pequefas y que esa concentracin implic6 una tenden ‘ia hacia el oligopoli Esto se hizo evident incluso en un bastisn tan pode oso de lt areca empresa competitva pequefia y media come el Reino Uni do, A partir de 1880, el modelo de distribacién se revolucions. Los términoy lulrramarinos y camicero no designaban ya simplemente a un pequeto ten dero, sino cada ver mis a una empresa nacional o internacional con cientoy de sucursles. En cuanto a la banca, un nimero reducido de grandes bancos, sociedades anénimas con redes de agencias nacionaes, susttuyeron ripida mente a ls pequefios bancos: el Lloyds Bank absorbio 164 de ellos. Come sea sefilado, a partir de 1900 el viejo «banco local» briténico se convirt en «una curiosidal histrica» ‘Al igual que la concentracion econémics I «gestiGn cientifica» (esta ex resin no comenz6 a uiizase hasta 1910) fue fruto del perodo de la grat Aepresidn. Su fundador y apdstol, F. W. Taylor (1856-1915), comenz6 a de Ssarollar sus ideas en 1880 en la problematica industria del acero norteame Ficana, Las nuevas téenicas alcanzaron Europa en el decenio de 1890. La pre La EcoNoMN CAMA DE RETO 3 ‘sia sobre los benefcios en el perfodo dela depresin, asf como el tamaiio “¥ la complejidad cada vez mayor de las empresas, sugitiS que los métodos Itadicionales y empiticos de orpanizar las empresas, y en especial la pro- ueci6n, no eran ya adecuados. Ast surpi la necesidad de una forma mis racional 0 «cientiica» de convolar y programar las empresas grandes de {seosas de maximizar los beneficios. La trea en Ia que concen inmediata- mente sus esfurzos cl saylorismo» y con la que se identifcarta ante la opi- “hiGn publica la «gestin cieniica» fue la de sacar mayor rendimiento a los ajadores. Ese objetivo se intent alcanzar mediante res métodos funda es: |) aislando a cada trbajador del resto del grupo y transfiriendo el “gontrol del proceso productivo a los representantes de la drecciGn, ue de- “cian al trabajador exactamente lo que tenia que hacer la produccion que Jena que alcanzar a a luz de 2) una descomposcion sisemtia de cada pro en elementos componente cronometrados (estudio de tiempo y movi jenlo») y 3) sistemas distintos de pago de saario que supusieran para el sjador un incentivo para producit mis, Esos sistemas de pago atendien Holos resultados alcanzaron una gran difusién pero, a efectos précticos, el lorismo en sentido literal no habia hecho pricticamenteningtin progres es de 1914 en Europa —ni en los Estados Unidos— y s6lo llega ser fa liar como eslogan en ls eteulos empresarales en Jos dltimos afiosante- es a la guerra. A partir de 1918, ct nombre de Taylor, como el de otro jonero de la produecién masiva, Henry Ford, se identificaria con la wiiza J racional de la maquinaria y la mano de obra para maximizar Ia pro- dn, paradsjicamente tanto entre los planificadres boleheviques como Jos capitalisas. No obstante, es indudable que entre 1880 y 1914 la ransformaciéa de la cra de las grandes empresas, desde el aller hasta ls oficinas y Ia con- dad, hicieron un progreso sustancial. La «mano visible» de la modema izacidn y direcciGn susituy6 a la «mano invisible» del mercado andi le Adarn Smith. Los ejecutivos,ingenierosy contables comenzaron meri tareas que hasta entonces acumblaban los propictaris-geren La scorporacién» © Konzern sustiuyé al individuo. El pico hombre de os, al menos en los grandes negocios, no era a tanto un miembro Tafamiliafundadora, sino un ejecutivo aslariado, y aquel que miraba a dems por encima del hombro era mis frecuentemente el Banquero 0 ae sta que et gerente capitalist EExistia una tereera posibilidad para solucionar los problemas del capita- 0: el imperiaismo, Muchas veces se ha mencionad la eoincidencia ero- lpca cnre la depresion y la fase dindmica dela division colonial del pi Los histoiadores han debatido intensamente hasta qué punto estaban js ambos fendmenos. En cualquier caso, como veremos en el pr eapiulo, esa felacién era mucho mas compleja que lade la simple causa efecto. De cualquier forma, no puede nogarse que la presion del capital ‘conseguir inversones més productivas, asf como la de la produccin & Drisqueda de nuevos mercados, contibuyé a impulsar la politica de ex s4 1s ERA DeL mare 1751918 inclu la conguista colonial. «La expansién teritoral —afiems tun funcionario del Departamento de Estado de los Estados Unidos en 1900— ro es sino una consecuencia de la expansién del comercio»" Desde Inepo, ro era el nico que asi pensaha en el mbito de Ia economia y de Ta politica ‘nemacional. ebemos mencionar un resultado final, © efecto secundaro, de la gran ‘depresin. Foe también una época de gran agitacién social, Como hemos to, no séloenie los agrcultores, sacuidos por los terremotos del colapso de Jos precios agrarios, sino también entre las clases obrera. No resulta tan sen- cillo explicar por qué la depresign prodajo la movilizacign masiva de las clases obreras industrales en numerasos paises y, desde finales del decenio ‘de 1880, la apaicion de movimientos obreros y socialistas de masas en unos de ellos. En efecto, paradsjicamente las mismas caidas de los precios {que radicalizaron automsticamente las posiciones de los agrcultoressirviron para abaratar notablemente el coste de vida de los asaariados, y produje- on una indudable mejora del nivel material de vida de los trabajadores en la ‘mayor parte de los paises indusralizados, Pero nos contentaremos con Se- falar aqui que los modernos movimientos obreros son tambicn hij del peio- do de la depresién. Esos movimientos sen analizados en el capitulo 5 0 Desde mediados del decenio de 1890 hasta la primera guerra mundial, ka ‘onquesta econsmica global realiz6 sus interpretaciones en el tono mayor de Ja prosperidad més que, como hasta entonces. en el tono menor de a depre- sion. La aluencia, consecuencia de'la prosperidad de los negocios, constiti- 16 el trasfondo de lo que se conoce todavia en el continente europeo como la bee époque. 1 paso de la preocupacién a la eufora fue tan sito y drs tico, que los economists huscaban alguna fuerza externa especial para ex plicarlo, un Deus ex machina, que encontraron en el descubrimiento de enor Imes depésitos de oro en Suri, la stim de las grandes fibres del ora ‘oecidentales, la Klondike (1898), y en otros lugares. En eonjunto, ls histo- Fiadores de la economia se han dejado impresionar menos por esis tess bi- sicamente monetarists que algunos gobiermos de finales del siglo xx. No jobstante, la rapidez del cambio fue sorprendente y diagnosticada casi de forma iniediata por un revolucionario especialmente agudo, AL. Helphand (1869-1924), cuyo nombre de pluma era Parvus, como indicativo del eo rmienzo de un periodo nuevo y duradero de extraordinario progreso capitals. ta. De hecho, el conraste ene la ran depesiGn y el boom secular posterior ‘constiuyé la hase de las primeras especulaciones Sobre las «onda lrgas» en ¢l desarrollo del captalismo mundial, que mis tarde se asociarfan con el rnomire del economistaruso Kondratev. Entretanto era evidente, en cualquier ‘caso, que quienes habian hecho ldgubres prevsiones sobre el futuro del ca- Pitalismo, 0 incluso sobre su colapso inminente, se habfan equivocado. Entre La ECONOMIA CAMBIA 0 BITMO 55 ‘marxista se suscitaron apasionadas discusiones sobre lo que eso impli- ha para el fturo de sus movimientos y si las doctrinas de Marx tendrian ser acevisadas» Hos historiadores de la economia tienden a cenrar su aencién en dos as- del period: la redistribucin del poder y la iniciatva econémica, es it, en el deciverelativo del Reino Unido y en el progreso relaivo —y ab- 10 de los Estados Unidos y sobre todo de Alemania, y asimismo en el ema de las Muctuaciones a largo y a corto plazo, es decir, fundamental- en a «onda larga» de Kondrativ, cuyas oscilaciones hacia abajo y ha- i ariba dividen claramente en dos el perfodo que estudiamos. Por inter ‘que puedan ser esis problemas, son secundarios desde el punto de de la Cconomia mundial: ‘Como cuestin de principio, no es sorpendente que Alemania, cuya po- in se clev6 de 45 a 65 millones, y los Estados Unidos que pas6 de 30 a millones, superaran al Reino Unido, con un tritrio més reducido y me- poblado, Pero eso no hace menos impresionante el riunfo de las expor- es industralesalemanas. En los treinta aos tanscurridos hasta 1913 de menos de la mitad de las exportaciones britnicas a supearls to en lo que podrfamos llamar los «paises semiindusirializados» —es fa efectos pricticos, los dominios reales o viruales del imperio bitin Incluyendo sus dependencias econsmicas Iatinoamericanas—, las expor- jones alemanas de productos manufacturados superaron a las del Reino ido en toda la linea. Se inerementaron en una terera parte en el mundo trial ¢ incluso el 10 por 100 en ef mundo desarollado. Una ver mis hay decir que no es sorprendente que el Reino Unido no pudiera mantener st raordinaria posicion como «taller del mundo», que pose hacia 1860. In los Estados Unidos, en el cenit de su supremacia global a comienzos 1950 —y cuyo porcentaje de la poblacién mundial era tres veces mayor el del Reino Unido en 1860—, nunca alcanz6 el $3 por 100 de la pro 16m de hierroy acero y el 49 por 100 de la produccidn text. Pero esto jexplica exactamente por qué se produjo —o incluso si se produjo— lara i6n del crecimiento y la decadencia de la economia britinica, as fs que han sido objeto de gran mimero de estudios. El ema realmente ante no es quiéncrecié mis y més deprisaen la economia mundial en sin, sno su crecimiento global como un todo. {En cuanto al ritmo Kondratiev —Hlamarlo «ciclo» en el sentido esrieto la palabra supone asumir la verdad de la cuestiGn-—, plantea cuestiones fundamentals sobre la naturaleza del crecimiento econémico en la ‘apitalsta 0, como podrian argumentar algunos estudiosos, sobre el ere= siento de cuaiquier economia mundial. Lamentablemente, ninguna de las sobre esta curose aliemativa de fases de confisnza y de dificultad ia, que forman en conjunto una wonda» de aproximadamente medio tiene aceptacion generaizada. La teoria mejor conocida y mis elegen- al respecto, lade Joseph Alois Schumpeter (1883-1930), asoca cada fase dente» con el agotamiento de los beneicios potenciales de una serie 56 1s ERA DeLee, 975.1914 de sinnovaciones» eeonémicas y la nueva fase ascendente con una sere de innovaciones fundamentalmente —aungue no de forma exclusiva— teenol6 ica, euyo potencial se agoard a su vez. As, las nuevas industria, que a tian como «sectores punta» del crecimiento econémico —por ejemplo, ela: godin en la primera revolucin industrial el Terocaril en et decenio de 1840 Y después de él- se convierten en una especie de locomotoras que arrastran Ja economia mundial del marasmo en el que se ha Visto sumida durante un tiempo. Esta teoris es plasible, pues cada perf ascendente secular desde los inicos de 1780 ha estado asociad con la aparcin de nuevas industas, cada ‘ez més revolucionarias desde el punto de vista tecnoldgico: tal vez, dos de Jos mis notables booms econémicos globules son los dos decenios y medio anteriores @ 1970. El problema que se plantea respecto ala fase ascendente 4e los sltimos aos del decenio de 1890 esque as industria innovadoras del Perfodo —en términos generals, las quimicas y elcticas 0 as asociadas ‘om las nuevas fuentes de energia que pronto comptirian seriamente con el ‘apor—— no parecen haber estado todavia en sitwaciOn de dominar los movi- Imientos de Ia economia mundial. En definitva, coma no podemos explicat Tas adecuadamene, ls periodicidades de Kondkatiev no nos son de gran ayu- da. Unicamente nos permiten observa que el periodo que estudia este libro cube la caida y el ascenso de una «onda Kondratievs, pero es0 no es Sor prendente, por cvanto toda la historia moderna de la economia global queda entra de ese mode, Sin embargo, existe un aspecto del andisis de Kondratev que es per rnente para un periado de répida globalizacign de la economia mundial. Nos feferimos a la relacidn entre el sector industrial del mundo, que se desarolls ‘mediante una revolucin continua de Ia produccién,y la praducciGn aerico a mundial, que se increments fundainentalmente gracias a la incorporacin de nuevas zonas geograficas de produccién o de zonas que se especializaron ten la produceisin para Ia exportacién. En 1910-1913 et mundo occidental dis ponia para el consumo de dable cantidad de trigo (en promedia) que en el ‘ecenio de 1870. Pero ese incremento procedia bisicamente de unos euantos paises: los Estados Unidos, Canads, Argentina y Australia y, en Europa, Rusa. Rumania y Hungri, El crecimiento de la producein en la Europa occiden- tal (Francia, Alemania, el Reino Unido, Bélgica, Holanda y Escandinavia) suponfa tan solo el 10-15 por 100 del nuevo abastecimiento, Por tanto, no es Sorprendente aun si prescindimos de catistrofes agricolas como los ocho ‘aos de sequa (1895-1902) que acabaron con la mitad de la eabasa de ove {as de Australia y nuevas plagas como el gorgoj, que ated el cutive de a: ‘godn en los Estados Unidos a partir de 1892, que la tasa de crecimiento de ls produccin agricola mundial se raentizara después del inicial salto hacia adelante, As, la «relaciGn de intercambio» tenderta a variar en favor de la agricultura y en contra dela industri, es decir los agricultores pagaban me- nos, deforma relativay absolut, por lo que compraban ala industria mien tras que la industria pagaba més, tanto relativa como absolutamente, por Io que compraba a la agrculura La econoutia CaMIN BE RITNO 7 “Se ha argumentado que esa varacign en las relaciones de intercambio fede explicar que los precios, que habian caido notablemente entre 1873 1896, experimentaran un importante aumento desde esa sikima fecha hasta 4 posteriormente. Es posible, pero de cualquier forma lo seguro es que ‘cambio en las relaciones de imercambio supuso una presién sobre Tos 5 de praduceiGn en Ia industria y, en consecuencia, sobre su tsa de be cio. Por fortuna para la «belleza» de la belle épogue, la economia estaba turada de tal forma que esa presin se podiatasladar de los beneficios os trabajadores. El ripido ineremento de los salrios reales, caracteristico erfodo do la gran depresin, disminuy6 notablemente. En Francia y el ino Unide hubo incluso un descenso de los saris reales entre 1899 y 113. Esto expica en parte el ineremento de la tensi6n social y de Ws esta de violencia en lo titimos afos anteriores a 1914. {Como explicar, pues, que la economia mundial tuviera tan gran dina- sma? Sea cual Fuere la explicacin en detalle, no hay duda de que la clave festa cvestion hay que buseara en el neleo de patsesindustales on pro ‘de industrilizacin, que se distrbutan en 18 20na templada del emis morte, pues actuaban como locomotoras del crecimiento global, tanto en yeonicin de productores como de mercado. TEsos paises consttuian ahora una masa productiva ingente yen ripido mento y ampiacion en ef centro de la economia mundial. Ineian no los nicleas grandes y pequetios de la indusralizacion de mediados de Jo, con una tasa de expansin qu iba desde lo impresionante hast lo i nable —e1 Reino Unido, Alemania, los Estados Unidos, Francia, Bélgi- Suiza y Tos teritorios checos—, sino también un nuevo conjunto de re- es en proceso de industrializacion: Escandinavia, los Paises Bajos, el de Talia, Hungra, Rusia incluso Jap6n, Constituian también una masa vex més impresionante de compradores de lo productos y servicios del ido: un Conjunto que vivia cada vez mis de las compras, es decir, que vex era menos dependiente de las economia rurales tradicionales, La nicin habitual de un shabitante de una ciudad del siglo xix era ta de | que vivia en un lugar de mis de 2.000 habitanes, pero incluso si adop sun crterio menos modesto (5,000, el porcentaje de europeos de la sdesarollada» y de norteamericanos que viva en cludades se habia in- tao hasta el 41 por 100 en 1910 (desde el 19 y el 14 por 100, respec le, en 1850), y al vez el 80 por 100 de los habitants de las civdades ‘Tos dos tercios en 1850) vivian en nicleos de mis de 20,000 hab es; de ellos, un nimero muy superior ala mitad vivian en ciudades de ide cien mil habitants, es dect, grandes masas de consumidores.” “Ademés, gracias al descenso de ls precios que se habia producido du- el periodo dela depresicn, esos consumidores disponian de mucho mas ro que antes para gestar, aun considerando el descenso de los salarios Jes que se produjo a pari de 1900. Los hombres de negocios compren- Ta gran imporanca colectiva de esa acumulaciGn de consumidores, i 80 ene los pabres. Silos filésofos politicos temian la aparicion de las 58 1 ERA DEL RIO. PSE rmasas, los vendedores la acogieron muy positivamente. La industria de la pu- blicidad, que se desarrols como fuerza importante en este periodo, los fom ‘como punto de mira. La venta a plazos, que aparecié durante esos aos, te nia come objetivo permit que los sectores con escasos recursos pudiran ‘comprar productos de alto precio. B arte y la indusria revolucionarios del cine (véase infra, capitulo 9) erecieron desde la nada en 1895 hasta realizar uténtieasexhibiciones de riqueza en 1915 y con unos productos tan caros de fabricar que superaban alos de las éperas de principes y tado ello apo ‘yndose en la fuerza de un pablo que pigs en monedas de cinco centavos. ‘Una sola eifra hasta para usta fa importancia de la zona wesrrollada {el mundo en este periodo. A pesar del notable crecimiento que experimen: taron regiones y economfas nuevas en ultramar, a pesar de la sangrla de una cmigracién masiva sin precedents, el porcenaje de europeos en el conjunto| 4e la poblacign mundial auments en el siglo xx y sutasa de crecimiento se aceleré desde el 7 por 100 anual en la primera mitad del sigh y el 8 por 100 fen la segunda hasta ef 13 por 100 en los aos 1900-1913, Sia ese continen te urbanizado de compradores potencales aadios los Estados Unidos al ‘unas economias de ultamar en eipido desarrollo pero de mucho menor en ‘erzadura, tenemos un mundo sdesamallade» que dcupaba aproximadamente 6113 por 10 de supercede planet, conakedeor del 40 por 100 de ‘Ss habitants, [Asi pues, estos paises constiuian el ndcleo central de la economfa mun Ail. En conjunto formaban el 80 por 100 del mercado internacional. Mis atin, determinaban el desarrollo del resto del mundo, de unos pases cuyas economias erecieron gracias a que abastecan las necesiades de otras eco rnomias. No sabemos qué habria ecurrdo si Uruguay u Honduras hubieran seguido su propio eamino. (De cualquier forma, ea dificil que eso pudiers suceder: Paraguay intent6 en una ocasién apararse del mercado mandial fue obligado por la fuerza a teimegrarse en él; véase La era del capital, ca pitulo 4.) Lo que sahemos es que el primero de esos paises producia carne Porque habia un mercado para ese producto en el Reino Unido, y el seu 4, pltanos porque alguns comerciantes de Boston pensaron que fos norte americanos gastarian dinero para consumilos. Algunas de esas economies satltes consepufan mejores resultados que otras, pero cuanto mejores eran esos resultados, mayores eran los beneficios para las economias del ndcleo central, para la cuales ese crecimiento sigifiaba la posibilidad de exportar ‘una mayor cantidad de productos y capital, La marina mercante mundi cuyo crecimiento indica aproximadamente la expansin de a economia glo- bal, permanceié més 0 menos invariable entre 1860 y 1890, fluctuando en- tte 10s 16 y 20 millones de toneladas. Pero entre 1890 y 1914, ese toneaje casi se duplics. 1A EroNoMy CAMBIA DE RETO 39 um Cémo resumir, pues, en unos cuantos rasgos lo que fue la economia era del imperio? 3. como hemos visto, su base geogrdfica era mucho mas es. El sector industrial y en proceso de industalizacion se i, en Europa mediante larevolucin industrial que conocieron Rusia y pafses como Sueciay los Paises Bajos, apenas afectados hasta enton for ese proceso, y fuera de Europa por los acontecimientos que tenian lu- fen Norteamérica y, en cient medida, en Japén. El mercado internacional materiasprimas se ampliéextraordinariamemte —ente 1880 y 1913 se tr sel comercio internacional de esos productos—, lo cual implis también desarrollo de las zonas dedicadas a Su producci6n y sa itegracién en el fo mundial. Canadé se uni6 a los grandes productores de trigo del indo a partir de 1900, pasando su cosecha de 1.891 millones de litros les en el decenio de 1890 los 7.272 millones en 1910-1913 Argent se convirié en un gran exportador de trigo en la misma época,y cada ao, ingentes de tabajadoresitalianos, apodados golondrinas,ctuzaban en Sentidos los 16.000 kr del Atlntco para recoger la cosecha. La eco- a de Ta era dt imperio permitia cosas tales como que Baki la cuenca Donets iniegraran en la geografia industrial, que Europa exportara pro- 'Y mujeres a cindades de nueva ereacion como Johannesburgo y Bue- Aires, y que se ergieran teatros de 6pera sobre los huesos de indi en- ‘on chudades srgidas al socaire del auge del caucho, 1.500 km fo cn el Amazonas, ‘Como ya se ha seilado la economia mundial era, pues, macho més pl. que aries. El Reino Unido dejé de ser el nico pais totalmente industria. 10 y la Gnica economia industrial. Si consideramos en conjunto la pro- in industrial y minera (incluyendo la industria de la construccién) de ‘euatro economiasnacionales mas importantes, en 1913 los Estados Uni ‘aportaban el 46 por 100 del total dela produccin; Alemania el 23.5 por jel Reino Unido, el 19.5 por 100, y 11 por 100." Como ve aera del imperio se caracteriz6 por la rvalidad entre los diferentes, Adem, las relaciones entre el rmundo desarollad y el sector sub: lado eran también més variadas y complejas que en 1860, cuando la de todas las exportaciones de AVfica, Asia y América Latina conve fen un solo pais, Gran Bretafa. En 1900 ese porcentaje habia disminui hasta cl 25 por 100 y las exportaciones del tercer mundo a otros pases de FBuropa occidental eran ya mis importantes que las que conflufan en el ‘Unido (el 31 por 100)" La era det imperio habia dejado de ser mo- nica se pluralism ereciente de la economia mundial qued6 enmascarado ééerto punto por la dependencia que se mantuvo,e incluso se inere- de los servicios Financiers, comerciales y navieros con respecto al, o 1s ema OR MEN, 18751914 Reino Unido. Por una pare, la Cty londinense era, mas que nunca, el cen ‘no de las transacciones inermacionales, de tl forma que sus servicios co merciles y financieros obtenian ingresos suficientes como para compensat cl importante dsfeit en la balanza de articulos de consumo (137 millones Je libra frente 4 142 millones en 1906-1910). Por ora parte, la enorme impor tancia de las inversones hitnicas en el extranjero y'su marina mereante re forzaban ain mds la posicin central del pais en una economia mundial abo cial en Londres y eaya base monetara era la libra esterina. Enel mercado Internacional de capitales, el Reino Unido conservaba un dominio abrums- dor. En 1914, Francia, Alemania, los Estados Unidos, Belgica, los Paises Bajos, Suiza y los demés paises acumulaban, en conjunto, et 56 por 100 de las inversiones mundiales en ultramar, mientras que la participacién del Reino Unido ascend al 44 por 100." En 1914, la flota briténiea de hareos de vapor era un 12 por 100 mds numerosa que la flota de todos ls pases ‘europe juntos. De hecho, ese pluralism al que hacemos referencia refor2s por et mo mento la posicion central del Reino Unido. En efecto, conforme las nuevas ‘economist en proceso de industializaciGn comenzaron a comprar mayor ‘eantidad de materias primas en el mundo subdesarollade,acurularon un dé ficit importante en st comercio con esa zona del mundo. Bra el Reino Uni do el pais que restablecia el equiibrio global importando mayor cantdad de productos manufacurados de sus rvales, gracias tambien @ sus exportacio- hes de productos industrials al mundo dependiente, pero sobre todo, con sus ingentesingresosinvisibles, procedentes tanto de los servicios iternacions Tes en el mundo de los negocios (banca, seguros, et.) como de su condicién de principal acreedor mundial debido asus importantisimas inversiones en el extranjero, El telativo declive industrial del Reino Unido refor, pues, so posicion financieray su iqueza. Los intereses de la industria britinicay de 4a City, compatibles hasta entonces, comenzaron a entrar en una fase de en frentamiento La tercera caracteristica de Ia economia mundial es, a primera vista, la mis obvi: la revolucion teenoldgica. Como sabemos, Fue en este periodo ‘cuando se incorporaron a la vida moderna el telefono y la tlegrafia sin hi Tos, el fondgrafoy el cine, el automdvl y el aeroplano, y cuando se apica rom a la vida doméstca la cencia y la alta tenologéa mediante atfeulos ts Tes como la aspiradora (1908) y el nico medicamento universal que se ha jventado, la aspirina (1899) Timpoco debemos olvidar la que fue una de las ‘mquinas ms extraordinariasinventadas en ese periodo, euya contibucion & | emancipacin humana fue reconocida de forma inmediata: la modesta bi cicleta, Per, antes de que saludemos esa serie impresionante de innovac res como tna «segunda revolucicn industial», no olvidemos que esto silo fs asf cuando se considera el proceso de forma retrospectva. Para los eon- temporéneos, la gran innovacién consistié en actualizar la primera revolucign industrial mediante una serie de perfecionamientos en la tecnologia del va- ‘or y del hierro por medio del acero y las turbinas. Es cierto que una serie 1 ECONOMIA CAMBIA DE RITMO 6 Justis revolucionrias desde el punto de vista tecnoldgico, basadas en icidad, la quimica y el motor de combustién, comenzaron a desem- tun papel estelar. sobre todo en las nuevas economia dindmicss, Des ie todo, Ford comenzé a fabricar su modelo T en 1907. ¥, sin embar- contemplar tan solo lo que ocurié en Europa, entre 1880 y'1913 se yeron tants kildmetros de vias féreas coma en el perfodo conocido wera del ferrocartly, 1850-1880, Francia, Alemania, Suiza, Suecia y es Bajos duplicaron la extensién de su tendido férreo durante esos ‘limo triunfo de fa industria bitnica, el virual monopolio de la in de barcos que el Reino Unido consolid6 entre 1870 y 1913, se 6 explotando los recursos de la primera revolucion industrial, Por 0, Ta nueva revolucién industrial refor2s, mis que sustituys, a la ya hemos vst, la cuartacaractersticaes una doble transformacion ructura y modus operandi de la empresa capitalists, Por una parte, la concentracién de capital, e crecimiento en escala que lev a distin ‘eempresa> y «gran empresa» (Grossndustrie, Grossbanken, grande Jel retroceso del mercado de libre competencia y todos ls demas 18 que, hacia 1900, llevaron a los observadores a buscar etiquctas «que permitieran definir lo que parecfa una nueva fase de desarrollo fo (véase el capitulo siguiemt). Por otra parte, s lew cabo el in sistemtico de racionalizar la producci6n y la gestién de la empresa, ‘amtodoscienificos» no sd ala teenologta, sno ala organizacion eélculos squinta caracteristica es que se produjo una extraordinaia transforma mercado de los bienes de consumo: un cambio tanto cuantitativo tai. Con el incremento de la poblacin, de Ia urbanizacién y de 508 reales, el mercado de masa, limitado hasta entonces alos pro- alimentaris y al vestido, es decir, alos productos bisicos de subsis- {comena6 a dominar las industrias productoras de bienes de consumo. plazo, este fenémeno fue mis importante que el notable ineremento mo én las clases cas y acomodadas, cuyos esquemas de demanda fron sensiblemente. Fue el modelo T de Ford y na el Rolls-Royce lucioné la industria del aucomsvil, Al mismo tempo, una tecnologia jonariay cl imperalsmo contrbuyeron ala apariciGn de una serie de y servicios nuevos para el mercado de masas, desde Ins cocinas de s€ multiplicaron en las cocina de las familias de clase obrera di Periodo, hasta la bicieleta el cine y el modesto pltano, euyo con fra précticamenteinexistente antes de 1880. Una de las consecuencias nts fue la ereacin de meddos de comunicacién de masas que, por ver, merecieron ese calficativo, Un periéico briténico aleanz6 una ide un millon de ejemplares por primera vex en 1890, mientras que en eso oeurria hacia 1900." ello implicé ts transformacién no sélo de la produccién, mediante yeomenzé a Tamarse «produccién masivay, sino también de la dist- e 1 Bea DEL IER, 1751918 bc, incluyendo la compra a crédito, Fundamentalmente por medio dl plazos. Asi, comené en et Reino Unido en 1884 Ia venta de 1é en paguel {e100 grams. Esta actividad permitiria hacer una gran fortuna a més de ‘magnate de los ultramarins de ls barrios obreros, en las grandes ciudad ‘como sit Thomas Lipton, cuyo yate y cuyo dinero le permtieron consegu Ta amistad del monarca Eduardo VIL, que se sentia muy atraido por la igalidad de los millonarios. Lipton, que no tenia establecimiento algu {en 1870, poseia 500 en 1899.» Eso encajaba perfectamente con Ia sexta caracterstca de la economi importante erecimient, tanto absoluto come relative, del sector trv ‘de Ia economia, piblico y privade: el aumento de pestos de tabajo en l oficinas, iendasy otros servicios. Consideremostnicamente el caso del Re no Unido, pais que en el momento de su mayor apogeo dominaba la econ ‘ia mundial con un porcentae realmente ridiculo de mano de obra dedica 8 las tareas administativas: en 1851 habia 67.000 funcionarios pablicos 51,000 personas empleadas en actividades comerciales de una poblacin cs pada total de unos nueve millones de personas. En 1881 eran ya 360,000 i empleados en el sector comercial —casi todos ellos del sexo masculin aunque slo 120.000 en el sector publico, Pero en 1911 eran ya casi 900. las personas empleadas en el comercio, siendo el 17 por 100 de ells mu res. los puestos de trabajo del sector public se habfan wiplicado, El pa centaje de mano de obra que trabajaba en el sector del comercio se hal ‘qintuplicado desde 851. Nos acuparemos més adelante de ls consecues is sociales de ese gran incremento de los emplesdos administrative, ‘La ikima caracerstca de la economia que sefalaremos es la conve gencia creciente entre la politica y la economia, es deci, el papel cada ‘ms importante del gobiemo y del sector piblico, 0 lo que Ios ieslogos tendencia liberal, coma el abogado A. V. Dicey, consideraban como el razador avance del «calectivismo», a expensas de I tradicional empresa i dividual o voluntaria, De hecho, era uno de los sintomas del retroceso de economia de mercado libre competitiva que haba sido el ideal —y has ierto punto la realidad— del capitalismo de mediados de la centuria.S ‘como fuere, a partir de 1875 comenzé a extenderse el escepticismo sobre eficacia de la economia de mercado auténoma y autocor ‘mano oculta» de Adam Smith, sin ayuda de ningun tipo avtoridades pablicas. La mano era cada vez mis clarament visible Por una parte, como veremos (capitulo 4), la democratizacidn de fa ica impuls6 a los gobiemos, muchas veces renvents, a aplicar poitieas reforma y bienestat social, asf como a iiciar una accisn politica para la fensa de ls intereseseconsmicos de determinados grupos de votantes, co cl proteccionismo y diferentes disposiciones —aunque menos cficaces ‘contra la concentraciin econdmica, caso de Estados Unidos y Alemania, ‘otra pare, las rivalidades poitcas entre los estadosy la compettvidad ec mica ene grupos nacionales de empresarios converpieron contribuyen. -como yeremos-= tanto al imperialismo como a la génesis de la pines [LA BCONOMA CAMBIA'DE RENO 6 ‘mundial. Por cierto, también condujeron al desarollo de indusrias la de armamento, en la que el papel del gobiemo ea decisvo, in embargo, mientras que el papel estratégico del sector publico podia famental, su peso real en la economia siguié siendo modesto. A pe- los eada vez més numerosos ejemplos que hablaban en sentido con —como la intervencién del gobierno bitinico en la industria petol- el Oriente Medio y su control dela nueva telegraia sin bios, ambos Je jeacion militar, la voluntad del gobiemo alemin de nacionalzarsecto su industria y, sobre todo, la politica sistemstica de industralizacion or el gobiemo ruso en 1890—, ni los gobiernos ni la apinin con nal sector pablico como otra cosa que un complemento secundario jeconomia privada, aun admitendo el desarrollo que alcanz en Europa nistracion publica (fundamentalmente loca) en el sector de Ios er ipiblicos. Los socialistas no compartian esa conviccién dela supremacia tor privado, aungue no se planteaban los problemas que economia socializada, Podrian haber considerado ess in les como «socialism municipal, pero lo cierto es que fueron relizadas mayor parte por unas autoridades que no tenn ni intencions ni sim socialistas. Las economia modernas, controladas,organizadas y do fen gran medida por e estado, fueron producto de la primera guerra i. Entre 1875 y 1914 tendieron, en todo caso, a disminur ls inver- pablicas en los productos nacionales en ripido crecimiento, y ello del importante ineremento de los gastos como consecuencia de la pre Jn para In guerra.” fue Ia forma en que crecié y se ansformé la economia del mundo lado». Pero To que impresioné a los contempordneos en el mun lado» ¢ industrial fue més que la evident transformacign de st fa, su Exito, ain mas notorio. Sin dda, estaban viviendo una época fe. Tncluso las masas tabajadoras se benefiiaron de est expansion, menos porque la economia indistil de 1875-1914 utilizaba una ie obra may numerosa y pareca ofrecer un némero cas ilimitado de de trabajo de escasa cuslficacién o de ripido aprendizae para los Y mujeres que acudfan a la ciudad y a la industria, Esto permits a ‘de europeos que emigraron a los Estados Unidos integrarse en el de la industria, Pero si la economia ofrecta puestos de trabajo, slo de forma modesta. y a veces minima, la pobreza que la mayor parte clase obrers habia creido que era su destin & Io largo de Is historia, En login retrospectiva de las clases obreras, los decenios anteriores a fo figuran como una edad de oro, como courte en la de las clases pu- incluso en lade las mas madestas cases medias. Para éstas, la époque era el paraiso, que se perdefa después de 1914. Pra los hom- ide nepocios y para los gobiemos de despues de la guerra, 1913 seria el e referencia permanente, al que aspraban regresar desde una era Je ones. En lo aos oscuros ¢inguietos de a posguerra, los momen- inaros del chiimo boom de antes de la guerra aparecfan en o La ema DEL ae, 18751914 ose como la =normaliade radiant aque aspirabn rar. Con ‘ero fon mina tec ea coo de nn i. Tora T9idy gracias a as casas lass tavern una poca do {las que lisarona la gua mundial a sevouckn a pots ‘mpidron el vet al pao peda ‘avanzados» domi fais. Pero, paradéjicamento, al perfodo transcurrdo entre 1875 y 1914 ¢ puede calificar como era del imperio no s6lo porgue en él se desarol6 0 tipo de imperialism, sino también por otro motivo cienamente sna Probablemente, fue el periodo de la historia modema en que bubo inimero de gobernantes que se autoitulaban oficialmente wemperado- 10 que eran considerados por los diplomaicos de ese tt Europa, se reclamaban de ese titulo los gobemantes de Alemania, Aus- sia, Turguia y (en su calidad de sehores de la India) et Reino Unido. ellos (Alemania y el Reino Unido/inia eran innovaciones del decenio LA ERA DEL IMPERIO Silo a contusin plc oy el optimixme ingendo pu en impedir el econectmiento de gu lox efuernsinexables por alanzat la expansion comercial por pare de ts las nacones Civlradas barges, tse un eno de transicion ‘Se aparenic Eompotencia pecs, se apeoxinan al punto en que slo el paler ‘decir Ia pareipacion de eada acim en el contol ssondmico ‘ela Tieway, po ant, Is esfera de sc des pach espe ‘alent, el potecil de nance de us wabjadores, ‘Max Went, 1894! “Cuando eng entre los chinos —afia el emperor de Ae mania), rer qe eres vanguard cestansno —ar tna. y asia cont bayonet ato odd fi que eas ana Hare comprendr lo qu initia nuestra chizacion ‘cchenal Yi por easaidad conigues un poco de eta, > Permits gus lx fanceseso Fo use a atu, Mr: Dooley Philosophy. 900° 1 in mundo en el que el ritmo de la economia estaba determinado por los capitalists desarollados o en proceso de desarrollo exisentes en st srandes probabilidades de Converse en un mundo en el que los fan a js satrasados»: en definitiva, en un mando

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