Hay instantes de Ja vida, Cristina, en que el espiritu parece
desmaterializarse por completo, y lo sentimos erguirse en nos-
otros exaltado y sublime, como un vidente que nos hablara
de cosas desconocidas. Experimentamos entonces, una santa
resignacién por los dolores futuros, y sentimos también en el
alma ese melancdlico florecer de las alegrias pasadas, mucho
mas tristes que las tristezas, porque son en nuestro recuerdo
como cadaveres de cuerpo presente que no nos decidimos a
entregar nunca... zverdad que esto lo has experimentado tam-
bién ti algunas veces?... ;No lo has sentido nunca oyendo
musica, 0 mirando un paisaje en la sensibilidad infinita de
un creptisculo...? Aquella tarde, sentada en el puente, perdi-
dos los ojos por el horizonte y los celajes, me parecié que
desde lo alto de uma atalaya miraba mi vida entera, la pasada
y la futura, y no sé por qué tuye un gran presentimiento de
tristeza...