"Las focas nunca se adaptarán al ruido ni a la gente"
Además aquí nos
La contaminación acústica y el cambio climático ha trastornado su alimentación y ahora comen crías de pingüinos
RAÚL ESPASANDÍN, A Coruña
Las focas son animales
totalmente salvajes. Como tales,
tienen serios problemas para
adaptarse en ambientes de
cautividad. Sus principales
trabas tienen que ver con la
contaminación acústica y la
limitación del espacio.
Las focas, al igual que los perros
y otros animales, tienen el
sentido del oído muy
desarrollado y son capaces de
captar sonidos muy agudos. Esta
capacidad en mar abierto es un
gran mecanismo de defensa y de
comunicación, pero cuando un
grupo de focas se encuentra en
cautividad, es uno de sus
mayores problemas. Estos
animales son muy sensibles al
bullicio de la gente, en particular
a los sonidos de máquinas . Toda
esta serie de ruidos constituyen
un gran impedimento para las
focas, debido a que la
transmisión de sonido en el agua
es 25 veces superior que en el
aire. "Sólo hace falta un ruido
fuerte y agudo o un movimiento
brusco o por sorpresa para que
no se acerquen a que les des de
comer", señalaba una de las
encargadas del cuidado y
atención de las focas en el
Aquarium Finisterrae de A
Coruña, donde en sus
instalaciones conviven 9 focas.
Con la contaminación acústica,
que ahora estamos produciendo
en el mar, y el cambio climático,
muchas focas han cambiado sus
hábitos, tanto alimenticios como
sociales. Salen a las playas a
cazar crías de pingüinos, pero al
ser muy torpes en tierra, se están
poniendo en peligro. Ahora
están en el punto de mira de
nuevos depredadores.
Paula, una de las veteranas, saludando a una cuidadora para conseguir la comida/ R. Espasandín
madrugadores.
Gregor, una de las focas más atentas y curiosas, esperando para subir a la plataforma/R. Espasandín
Entrevista a Paula
JAVIER CUDEIRO, A Coruña
En el Aquarium, tras la suculenta
comida de las focas conseguimos
una impresionante y confidencial
entrevista con Paula.
En esa sobremesa de las cinco de
la tarde, me cedió un sitio en su
roca favorita para intercambiar
opiniones y discutir asuntos del
día a día, incluso también para
murmurar algún cotilleo. Les digo
que fue una tarde inolvidable,
con una amiga extraordinaria.
Pregunta: ¿Qué tal se vive aquí
en el Aquarium, con tantos
amigos y con cuidadores
atentísimos?
Respuesta: Qué te voy a contar
yo, desde luego, esto es una
maravilla. Mira, aquí te levantas a
cualquier hora, no como en mar
abierto con los osos: son unos
Deneb, fue cedida por el acuario de Valencia/ J. Cudeiro
La vida dentro de un acuario
Las focas son sometidas a un cuidado muy estricto y adaptado
RAÚL ESPASANDÍN, A Coruña
Durante el desarrollo de la
“jornada” de una foca en el
acuario, un grupo de
profesionales se encargan de su
estricto cuidado. Todo está
controlado y el atento personal
intenta que se cumpla lo más
fielmente posible.
Las focas realizan dos comidas a
lo largo del día, la primera se
realiza a media mañana y la
segunda sobre las cinco de la
tarde. A esas horas la mayoría de
los vistantes del acuario se
aglomeran ante sus instalaciones,
porque durante la comida es
cuando mejor se pueden ver
estos animales. Una veterinaria
realiza los menús de cada una de
dan de comer un pescado
riquísimo, creo que ahora es
caballa, van variando las dietas.
P: Desde luego es una vida
perfecta, ¿pero qué tal con los
turistas, en especial con los
niños?
R: ¡Ay!, aquí tenemos de todo.
Vienen señores muy majos de
visita (personas muy
interesantes y observadoras),
aunque también hay algún
renacuajo que llega a ser muy
irritante. Pero ¡cómo gritan!, ¿qué
les costaba bajar un poco la voz?
Nosotras tenemos un oído muy
fino, y a mí me levantan un dolor
de cabeza, que no veas.
P: ¿Y los cuidadores?
R: Son adorables. En todo el
tiempo que llevo aquí, ni una
queja. Es mucho mejor de lo que
hablan las otras, de irse a una
residencia, ¡qué chorradas! La
dieta es fantástica, los cuidados
minuciosos y son muy cariñosos.
Y atento a lo que te digo, se anda
murmurando que él…, y ella…
¡se están enamorando! Es
precioso, no me digas que no,
siempre que vienen a darnos la
comida o la medicación se les
escapa alguna mirada…jeje.
P: Ni televisión os hace falta, lo
tenéis todo, aunque que si os
trajeran a algún señor foca,…
sería interesante.
R: Sí, es cierto, también se oye
por ahí que van a hacer varios
traslados con un acuario de
Francia, y a lo mejor, ¡pueden
traer a un magnífico ejemplar de
foca de la parte más dura del
antártico! Pero no veas la
emoción que se respira por aquí,
ya verás, que si viene…
P: Pues mucha suerte con ese
caballero, ahora me tengo que ir
pero volveré a ver cómo te va
dentro de unos días.
R: De nada, hijo. Vuelve cuando
quieras, y comemos un poco de
caballa aquí mismo, que me
encanta hablar con la juventud
de hoy en día. Un beso con los
bigotes y, ¡adiós!
las focas, incluyendo la cantidad,
en kilogramos, de pescado de
cada tipo, el cual se trae
congelado desde Alemania para
garantizar que se haya mantenida
la cadena del frío. Los cuidadores
se encargan de realizar una por
una las comidas de las focas
“camuflando” en las branquias
de la caballa o del arenque los
suplementos de vitaminas y
medicamentos que necesita cada
animal. Finalmente, los
cuidadores se acercan hasta un
pequeña plataforma que se
encuentra al nivel del agua,las
focas se suben hasta llegar junto
a ellos y reciben la comida, para
después de recibir el cariño de
sus cuidadores, regresar al agua.