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Una briza cálida de julio bailaba alrededor de mis tobillos cuando salí a la desbordante calle. Un enjambre de taxis amarillos me pasó de largo. La esencia de los tubos de escape de los coches, a pan caliente y una estela de orina se apiñaban en el aire, luchando por atención. Un vendedor de perritos calientes a mi derecha sonrió cuando pasé. Un mensajero en bici bajó por la carretera, casi golpeándome cuando crucé la calle, y el edificio MetLife se aproximaba en la distancia. Yo estaba dominada con un enorme sentimiento de añoranza. Este lugar no era nada parecido a Tennessee
Una briza cálida de julio bailaba alrededor de mis tobillos cuando salí a la desbordante calle. Un enjambre de taxis amarillos me pasó de largo. La esencia de los tubos de escape de los coches, a pan caliente y una estela de orina se apiñaban en el aire, luchando por atención. Un vendedor de perritos calientes a mi derecha sonrió cuando pasé. Un mensajero en bici bajó por la carretera, casi golpeándome cuando crucé la calle, y el edificio MetLife se aproximaba en la distancia. Yo estaba dominada con un enorme sentimiento de añoranza. Este lugar no era nada parecido a Tennessee
Una briza cálida de julio bailaba alrededor de mis tobillos cuando salí a la desbordante calle. Un enjambre de taxis amarillos me pasó de largo. La esencia de los tubos de escape de los coches, a pan caliente y una estela de orina se apiñaban en el aire, luchando por atención. Un vendedor de perritos calientes a mi derecha sonrió cuando pasé. Un mensajero en bici bajó por la carretera, casi golpeándome cuando crucé la calle, y el edificio MetLife se aproximaba en la distancia. Yo estaba dominada con un enorme sentimiento de añoranza. Este lugar no era nada parecido a Tennessee
Me di la vuelta para enfrentarlo, mi cola de caballo
lo azot en su cara. Oscuros crculos delineaban sus ojos.
Luca horrible. Su insomnio obviamente estaba de vuelta en su mximo esplendor. Una vez me haba dicho que dormir a mi lado era lo nico que mantena eso a raya. Cerr mis ojos brevemente, pero los recuerdos se rehusaban a estar encerrados. Pensamientos de su clido cuerpo acurrucado al rededor del mo, la forma en que murmuraba en su sueo y la sensacin de sus labios rozando contra ese punto sensible en mi nuca fueron entrando en mi consciencia. Mi estmago se tambale. Mantn la compostura, Emmy. Protegindome a m misma contra las lgrimas calientes que amenazaban con escapar , saqu una exhalacin temblorosa. Este hombre alto y hermoso abrumaba mis sentidos. l estaba de pie con tal aire de autoridad que yo tuve que pelear fsicamente contra la fuerza de la gravedad instndome a lanzarme a sus brazos. Incluso despus de todo este tiempo, mi cuerpo no haba olvidado ni una cosa. No poda creer que una vez haba pensado que l podra ser mo. Mirando en esa mirada avellana y brillante enmarcada por pestaas largas y oscuras, fui golpeada por mil emociones diferentes que me haba convencido a m misma que slo haba imaginado: la forma en que l mirada directo a mi mismsimo centro, la esencia limpia y masculina de su piel contra la que yo estaba indefensa, la forma en que sus dedos se retorcan por alcanzarme. Repentinamente, estaba loca de alegra, vencida por la emocin y consumida por una ansiedad tan profunda que me posea. Y siempre lo hara. Lo amaba. Lo amaba con cada fibra de m ser. No se poda supera r a este hombre. Era demasiado mirarlo directamente; era como mirar al sol. Parpade, bajando la vista a la sucia acera, necesitando un momento para volver a recobrar la compostura. Por favor. Mi chofer est aqu. hizo seas hacia el Sedn negro esperando, estacionado en el bordillo Djame llevarte a casa y explicarte, Ben levant mi bolsa junto a mis pies, y luego esos ojos brillantes se encontraron firmemente con los mos. Sent mi determinacin debilitarse y desvanecerse. Por eso me haba ido, por eso no haba contestado a sus llamadas. l iba a decir que no la amaba, y que todo haba sido un error horrible. Que Dios ayude a mi Cuatro meses antes Maldiciendo a mi armario, saqu una falda de tubo azul y una b lusa de seda color crema de mi closet. Aunque ya me las haba puesto anteriormente esta semana, mis opciones estaban limitadas. Tan pronto como me pagasen, iba a fundir mi primer cheque en ropa. Si me quedaba en este trabajo, es decir. No saba qu resultado era ms probable: ser despedida o que renunciase. Por las ltimas dos s emanas, haba estado trabajando en el Status Model Management en la ciudad de Nuev a York. Siendo una chica de campo de corazn, la experiencia estaba probando ser u n desastre espectacular, pero al menos, la paga iba a ser buena. Si poda sencilla mente destacar. Me met la blusa dentro de la falda y revis mi perfil en el espejo. Ugh. Hinchada. Hurgu en mi cajn de arriba y saqu mi Spanx1. Me las sub rpidamente por debajo de mi f alda, maldiciendo en voz alta todo el camino. Dios, estas cosas son horribles. H aba dejado suelto mi cabello marrn intenso, y se ahuecaba alrededor de mis hombros de una forma bonita. Poda agradecerle a mi madre por tener un buen cabello. Rpida mente me apliqu corrector de ojeras sobre los oscuros crculos debajo de mis ojos y apliqu brillo de labios. Ya est. Mucho mejor. Me mantuve alejada, dndome a m misma una ltima mirada. No est mal. Estaba lejos de ser una supermodelo, pero luca decent e. Mir al reloj. Mierda! Llego muy tarde. Met mis pies en mi nico par de tacones zapatos color piel que yo finga que pegaban c on todo- y fui tambaleando hasta la puerta. Entre la ajustada falda, apretada ha
sta mis rodillas, y esta maldita faja cortando
1 Spanx: conocida marca de fajas. Pgiina 1133 mi circulacin, hoy caminar