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nmcetfcla zy eae zz 2 8] | a oY OLAYA SANFUENTES DEVELANDO EL NUEVO MUNDO Imagenes de un proceso ‘SICIONES UC 1. EL MUNDO EUROPEO HACIA EL SIGLO XV as imAgenes que el europeo se forjé de América en el siglo XVI son herederas de otra, fruto de siglos de convivencia con culturas diferentes; son la consagracién de suefios forjados durante decenas de aos y de ideas preconcebidas respecto al Oriente, alo lejano y alo exético, Esto nos sugiere comenzar este libro analizando aquellos aspectos de la Europa del siglo XV que nos ayuden a conformar la actitud europea frente al mundo a finales de la Edad Media. Como fenémeno histérico para insertar nuestra pregunta, hemos elegido cl viaje". El viaje medieval nos permitiré describir aquella disposicién cultural del europeo hacia lo diferente. 1. historiograflacontempornea ha puesto al tema del viaje en un lugar protagénico como escenario cultural ro Picio pata indaga en ciestosaspectoshiscricos. La lteraurade vise ns prove de mucha informacion directa y bs connotacionesy caracteriticas del viaje como Fendmeno, nos hablan de formes de conocimiento y de su registro en cada epoca. Para bibliografia de lteracura de viajes, consular los siguientes teulo: Prat, Mary Lo- ise, Oe Imperiale ltenare de viajes y ransculturaciin, Buenos Aites, 1997; Salvatore Ricardo (compiladon), Galturas Imperiale, Esperiacia rpreentacin en América, Avia y Afr, Beats Viterbo, Editor, Argentina, 2005; Monteleone, Jorge El relate de viaje: de Sarmiento Umberto Eco, Buenos Aires, 1999; Escobar, Tatiana, ‘Sin Damiclo Fj. Sobre viajes, viajves ss libros, Psidés, 2002; Carvajal, Julio Ex La cara aca del vgjere, Eitri Bibos, Buenos Aire, 1992; Ceerchia Ricardo, Viirs astadesy romantics en le imainacin na ional, Editorial Tequel, Buenos Ares, 2005; Garcia Casta, Salvador (coordinador), Literate de Vigjes. El Viejo undo y ef Nuevo, Edicorial Casaia, Madrid, 1999; De Boon, Alain, Hl Are de Vain, Elio Taurus, Madrid, 2002; Chatwin, Bruce, La nstalgia del eipacio, Evoral Scix Baral, Barcelona, 2002; Said, Edward, Orientals, Madtid, 2002; Swift, Jonathan, Los Vigjes de Gulliver, Alianza Edicril, Madrid, 1996; Goethe, Johann W, Vigje a fli, Ediciones B, Barcelona, 2000; Paul Fusel, Abroad, British itentryThveling between War, Oxford University Press, 1980; Edith Wharton, Ceaderna de Vines, Edicidn de Teresa Gémez Reus, Mon dadori, 2001; Calvino, lal, Las Cindades Invisibles Editorial Siruela, Madrid, 1990; Conrad, Joseph, £1 Cntzén de las Tiniebes, Barcelona, Lumen, 1974. 27 Develando el Nuevo Mundo { laya Sanfuentes 1. EL VIAJE EN LA EDAD MEDIA a. El viaje y la busqueda de las maravillas EL hombre vij. Ya sea por la necesita de desplaarse en busca de lugares que ofecen m= joresposbildadeso por la mera curiosidad de conocer otras tomas Y ampliar el universo de eotiianeidad, cl hombre se mueve de su hdbitar y busca las emociones nuevas qu FYo- Soon eneanerase con lugares y gente diferentes as propia. Conociendo ota naturalza y costumbres, el sex humano admiraoajeno yvalora lo propio, realizando un doble ejercicio aque resulta fascinante en Ta historia de las vilizaciones. Cuando se sale de lo propio y s¢ oct algo diferente, se experimencan cambios ineriores que evan arepantearse fo que Panne, ences era habitual. A veces confimamos To nuestro y otras queremos cambiasln Pero después de un viaje, nunca se es el mismo. ‘Antes de emprenderto existe la expectativa de la felicidad. Bl permanente inconfor- inismmo eon lo propio mueve al hombre a buscar més felicidad en otros tersitorios [o que conataye al vajecomo una actividad prediectaen la dndmica dea bisqueds de ese mejor estado. ‘.imismo, el vise e8 un fendmeno que colabora en la formacién de las identidades, tanto la propia como la ajena. Los viajeros dejan registro de sus impresiones y éstas son (0- vndas en cuenta pot Tos representados. Sabemos quiénes somos por la imagen que tenemos de nosotros mismos, pero también a través de los ojos del extranjero, Por otra parte, nos “lefinimos en oposcin a otros, cada vez que miramos hacia fuera y nos constituimos ono agurdlo que el ero noes El salvaje es descrito desde el punto de wa del que se considera civilizado y el monsteuo desde una supuesta normalidad. ‘pest de estas caracteritcasantropogcas del viaje como experiencia universal, es ambit un fendmeno hstric y cultural, en la medida qu sein la épocey el lua, 3 quiere caactersticas particulars. De ab surgen nuevas nomenclaturas para poder defi aquellas diferencias suiles o radicales. Exploraciones, viaje de negocios, aventuras, turismo, son algunas de ls formas que el viaje puede adquitir. Tala Edad Media el viaje suponia un grado de inceridumbre,ranto en las condiciones « posiildades de supervivencia, como en la consisrencia del lugar de destino. I viaje medieval es, sutancalmente, un vaje a Oriente. Tanto los que se embarean hacia las India, como los que se quedan en Europa, estin évidos de noticias de terras oren- sae desconondas, Aaen fa atencin ls relatos de mundos ljanos recgn descubirtosy ls aaa toe netic que ocurten en lugares inexstentes, Las historias de vajros que vulven de lugares remotos y exeafios,causan admiracin ene las gents. Historias dle dragones, tablleros ydamas rescatadas, sl como aventuras para apoderarse de objtos capturados por nemigo fascinan a toda la poblacin. Aestose suma eines yeuriosidad de historias de Fee ern la descrpcién de marillas ales como la Fuente de Juventud, dtboes de los que cuclgan corderos, casas enteramenteconstruidas de or, lugares donde abundan 28 nn mmm 1. ET mundo eurapeo hacia el siglo XV las piedras preciosas y otras excentricidades. La prueba de est especial interés por los relatos de viaje es la reteracién en copiar los textos e imagenes resultantes de esas experiencias y las consiguientes traducciones en vatios idiomas. La buisqueda de las “maravillas” constituye uno de los més importantes atractivos de |e exploracién del mundo". Las maravillas encontradas son el gran tema de todos los libros de viaje en la Edad Media. Abundan las expresiones “maravillarse” por tal cosa y “debe ma- ravilla” tal prodigio, El sentido de la expresin se refiere al verbo latino minari, que indica admiracién, sorpresa, gusto por lo nuevo, lo extraordinario, que no es necesariamente lo bello. Lo que nosotros entendemos como maravilloso ahora, difere del significado que el ‘érmino tenia en la Edad Media. Hoy en dia, por maravilloso aludimos a una categoria del cspiritu o de la literatura, mientras que la gente de la Edad Media veia en tal nomenclatura un verdadero universo, un conjunto de cosas que asombraban. Se ianifiesta la amplitud de este universo en a clasificacion de lo maravilloso medieval que aporta el historiador Jacques Le Gof? * — Paises y lugares: naturales (montafias, rocas, fuentes, manantiales, drboles, islas); de- bidos a la accién humana (ciudades, castillos, torres, tumbas). En este punto quedan incluidas maravillas como la isla de Brasil, la Antlla, la isla de San Brandén, la Fuente de Juventud y la tumba de Santiago Apéstol, por nombrar solo algunas. + Seres humanos y antropomorfos: gigantes, enanos, hadas, hombres y mujeres con par- ticularidades fisicas, asf como monstruos humanos, * Animales naturales e imaginarios (grfos, dragones, unicornios y todas los animales del bestiario medieval). + Seres medio hombre-medio animal (melusinas,sirenas, centauros y grfos). * Objetos: anillos, copas, cuernos. Entre estos prodigios figurarian el Santo Grial, el arca de No€ y el cuerno del unicomio. Esa clasificacin nos lleva ala inevitable conclusién de la importancia del mundo de lo ‘maravilloso, universo que constituia un aspecto fundamental, tanto de la realidad como de la mente del hombre dela Edad Media europea. Era un campo amplio, “demasiado amplio’ * Sobre el tema de las “marailas” en l mundo medieval: Amat Vallejo, Eduardo, Viis y Deseubrimienos en fc Edad Media, Madeid, 1994; Acosta, Vidimit, Vigieros y Maravill, Caracas, 1992; Friedman B,, John, Tie ‘monsrons Racer in Medioa! Ar and Thoyelt, 198; Greenblat, Stephen, Marelns Posesion, The Wonder of he ‘New Warld, Oxford, 1991; Kappler, Claude, Monsris, Demonia y Marvillrafnes dele Edad Media, Mxdid, 1986; Le Goff, Jacques, Lo Maravillso y lo Caidiano en el Ocidente Medical, Barcelona, 1996; Yarva Luaces Joaquin, “La ficinacién del viaje a Oriente ene ace medical’ en Segundo ict de Conferencas bre Hora de Arte, Orese, 1988. LeGof, Jacques, Le marley lo cavidiano en ef Occidnte Medical, Barcelona, 1996, Acosta Vi, Op.Cit, Tomo Il, pig. 270, 29 Develando e1 Nuevo Mundo | Olaya Sanfuentes que abarcaba desde objeto y lugares coidianos, hasta fenimenosinslrs,desripcion de dmbitos extras y remotos, como riqueras fabulosas orientale, infiernos y paralsos ‘Una bsqueda y una reinterpreracin de esta dimensién maravillsa son los viajes me- dievales ani como también del conocimiento del mundo, dela verdadera idensidad y del sia de encontrar una verdad superior. Todo lo que se descubre durante la tayectoria oftece ‘una via de acceso al saher y una posible alternativa alo propio y acostumbrad ‘Los mbviles fantésticos que avivan al viajero no distan de los lectores dvidos de estas historias, que se recogen en lt exquista literatura de viajes medieval. “Escapism? Un poco de eso hay en la actitud metieval de aceptacibn total entre el pblico de ls historias de vajros hacia Orient. La realidad europea s dra, fa guetra aoa tm algunas tegones, mientras las pests epidemias y hambrunasasolan en owas. El dis dia ce anluoy la cotiiancidad se torna dificil de sobrellevar en la Europa de finales dela Edad Media, En este contexto, no es extraio que el hombre de entonces quiera amenizar su vida con relatos que excitan su imaginacién y lo transportan a ietras lejanas. Las maravilas son fatles en sensaciones fuertes y ah radica el placer buscado, Las diferencias con lo propio» on lo que ya es habitual y muchas vers tedioso y poco soportabl, es lo que cause adm vecién, la maravilay el delete. La imaginacién se expande y la realidad circundante pierde temporalmente su valor. Contrarioa esta opinién es Joaquin Yarza, quien argument, en cambio, que el piblico aque lela las historias y relaos de vines era un grupo compuesto por nobles que no wivia precisamente Ia pobreza, No obstante esta evidenca, ceemos que las historias de echos Paravillosos se flraban y’ eran, de diferentes modos, conocidas y gozadas por el resto de Ia sociedad, Tanto pobres como ricos podian enterarse de la hazafias de hétoes, eras le agendarias orientalesy seres mitlégicos. No era necesario poser fsicamente un libro para enterarse de sus contenidos. ‘Aunque muchos no habian leido un libro en su vida, algunos habian wsto un mapa mundi, Fstos estban plagados de letseros ¢ iustrados con iconos de ciudades, eyes, ani thales otras Agora que llamaban la atencin de ls audienciay fascinada co la posibilidad “Ye mundos diferentes. El mapa hacfa las veces de libro para la mayoria analfabeta. De tata forma, monsttuos marinos, sees extraiios y deformes, gigantes, pigmeos, cinoeffalos, maronas mil cosas més les entaban por lo ojs alos marinosy al pueblo en general. Tstoe mixanos motivos decorativos se podian volver a identificar en las iglesias, castillo y en las festa piblicas, donde habia un verdadero desplegue de una espléndida arquitecura cfimera y dsfraces que recreaban mundos Iejanos. “Aesa influencia imponderabley dificil de recoger através de as Fuentes esritas, hay que agregar [a fuerza de la tadicién orl en las experiencias del hombre medieval. La doctrina 1 Yarra, Joaquin. “La fiscinain dl viaje a Oriente ye are medieval, Op.Ci. pi 30 Gi, Jan "Delos nits elas Ind. Berard Carmen (compildo), Dauber, comput sari de América a quinienos avs, Fondo de Cultura Econémics, México, 1994, pig, 286. 1. El mundo europeo hacia el siglo XV cristiana, el catecismo, ls oraciones, romances y leyendas se ransmitfan de boca en boca, de padres a hijos, consolidando una cultura y un imaginatio colectivo. En el caso de las noticias sobre Oriente, es muy probable que fabulas ¢informaciones llegaran a la poblacién a través de la tradicién oral. Basta con hacer un ejercicio dela imaginacin y pensar cbmo habré sido la vida en los puettos, con gente yendo y viniendo de viajes a lugares donde otros jamés ha- ban ido y relatando sus fabulosas aventuras para fascinar a todos aquellos évidos de historias casi imposibles. El surcar mares desconocidos y el intercambio con otras culturas resultaba en relatos descritos con los adjetivos del asombro. El gusto por las hiscorias imaginarias dotadas de peligro y herofsmo considerables, se apreciaasimismo en la lectura de novelas de caballeria. A pesar de que no estuvieron siempre muy recomendadas, no dejaron nunca de leerse durante los ltimos afios de la Edad Media, situando a sus lectores en escenarios fantisticos y de valientes protagonistas: caballeros de gran coraje que conseguian el amor de su doncella tras vencer obsticulos y enemigos. El curopeo gozaba al escuchar todas estas historias caballerescas y los relatos de viajes que circulaban a través de libros con imagenes y que se lefan en vor alta en las ciudades 0 en el seno de familias u otro tipo de comunidad. Las miniaturas y las imdgenes en iglesias contribufan asimismo a la divulgacién de elementos de escos viajes al Oriente. Una caracteristica de la época que se adivina de la lecrura de libros de viajes y la rei- teracién en incorporar imégenes maravillosas, es la mayor receptividad existente hacia lo imaginario que hacia loreal. Incluso los falsos viajeros superaban en éxito alos reales. b. Viajeros de la Edad Media Relatos de viajes imaginarios Los relatos de Alejandro Magno, el gran conquistador macedonio, fueron los més populares y cargados de maravllas que conocié el mundo medieval antes de la enorme difusién que alcanzarian @ fines de la Edad Media los textos de Marco Polo y Sir John Mandeville. Las narraciones de sus aventuras estén contenidas en diversas versiones o derivadas de un texto anénimo compuesto en Alejandria en las postrimerfas del mundo antiguo y al que se le conoce como Pseudo Calistenes. Alejandro habia sido considerado, desde la Antigiedad, como el més grande de los vijetos. El relato de sus travestas reales se entremezclarfa pronto con sucesos extraordinarios, lo que crearfa una leyenda rodeada de una atmdsfera maravi- llosa. Sin embargo, los hombres de la Edad Media pensaban que estos relatos eran historias reales porque habrian sido escritas por Calistenes, uno de los historiadores que acompaiis a Alejandro”. Bernheim, Richard, Wild Men inthe Middle Ages A study in art, emiment and demoniology, Harvard University Press, Cambridge, 1952, pig 89. 31 Deyelando el Nuevo Mundo / Olaya Sanfuentes Especialmente fantéstico nos parece el relato que se refiere a la expedicidn de Alejandro hacia “las regiones mas lejanas en el desirto en direccién ala Osa Polar”, Durante este viaje, cl héroe macedonio se encuentra con seres maravillosos: primero hombres gigantes, otros de rostro rojo y aspecto de ledn. Luego se topa con los oclita, que no tenian pelo en el cuerpo y eran sumamente fuertes. Més adelante se encuentra Alejandro con fieras de tes ojos y con el pueblo de los Mel6fagos (comedores de manzanas). Al cruzar luego un rio, estaba éste plagado de piedras negras que ponian de ese color a quienes las tocaran, asf como contenia peces que no se cocfan con agua caliente sino con fifa. TTda la geografiay anttopologia del mundo antiguo, areal y la imaginaria, los mitos y leyendas se fueron integrando al relato de Alejandro, reforzando asi al personaje mitico sobre elreal y constituyendo un cuerpo de informacién sobre Oriente, que tendria gran influencia en el Occidente cristiano medieval La leyenda de Alejandro se cuela en muchas obras medievales que contribuyen a di- fndir su imagen mitica y la de los lugares que visita. La influencia del Pseudo Calistenes Ja encontramos en una traduccién al latin que realizé Julio Valeriano, en la Historia de Proeliis, en el Polyhistor de Solino, en las iologias de San Isidoro de Sevilla, Bestiarios y logos, la Carta del Preste Juan y la Carta de Alejandro a su maestro Aristételes. También nos encontramos con los maravillosos viajes de Alejandro en el Roman de Alexandre (siglo XII), obra que gous de gran popularidad en el mundo cristiano medieval. A pesar de que el Génfass de esa tiltima obra es de tono caballeresco, se da también un espacio considerable al relato de lo exético y lo fantéstico. El mejor ejemplo de viajero imaginario durante la Edad Media es Sir John Mandeville, cuya obra fue la mds popular y preciada de las historias medievales sobre este tema. Aunque no se sabe con certeza la identidad del autor, se puede afirmar, sin embargo, que su reato no ¢s producto de una exploracién realizada, sino que ha surgido del trabajo de escritorio®. En dl se mezclan y entiqueccn diversas obras clasicas y medievales que describen viajes, logrando un cuento fascinante y completo y donde los elementos exéticos y maravillosos brillan por su abundancia. Segiin Vladimir Acosta, el mocor en la obra de Mandeville es una suerte de crescendo que lleva progresivamence la narracién desde el mundo conocido y cercano hasta ‘orr0s cada ver menos conocidos y remotos". Se logra asi una progresién de lo maravilloso que se va apoderando de la historia a medida que el supuesto viajero avanza por tierra ignotas. Los relatos se van convirtiendo en algo absorbence y cai cotidiano, revelando la existencia de mundos completamente cargados de prodigios y monsttuosidades de todo tipo. "Pseudo Calistenes; ide y hazaia de Alejandro de Macedonias Espaia, 1977, pig. 156. Pseudo Calistenes, Op. Cit, pig, 157 y 158. 2 Greenblat, Stephen, Marvels Posesioms The Wonder ofthe New World; Oxford, 1991; Acosta, Viadimis, Vie- ers y Maravillas, Tomo U, Caracas, 1992; The ral of Sir fbn Mandeville, A Manuscript in the Brith Libmary Tntroduccién y Comentarios alas imagenes de Josef Kris, New York, 1983. Acosta, V; Op Cit, Tomo Il pig. 21, 32 |. EI mundo europeo hacia el siglo XV Son muchas las maravillas que Sir John Mandeville detalla a lo largo de su obra, pero mencionaremos solamente aquellas que tendrin pronto alguna relacién con el objetivo de este libro, Mandeville, por ejemplo, contribuye a la difusién del mito de las amazonas, a quienes retrata largamente, basado en la descripcién que de étas se hiciera en la carta del Preste Juan. Respecto a la India, la llama “Ind”, y la describe mas como un inmenso archipié- Jago que como un subcontinente. Como era usual entre los autores medievales, habla de tres Indias: Ia Mayor, tierra de grandes calores que probablemente corresponde a la actual Indias la Menor, también muy cilida y que quizés corresponde a la franja costera que va desde Exiopta hasta Pakistén y una rercera India, de clima més fresco, que parecerta corresponder a Cachemira e Himalayas Al final de su obra, Mandeville menciona el tema del Paraiso, recogiéndolo de una tradicidn cristiana ya antigua. Nos relata que el verdadero paraiso se ubica mas alld de la ritica isla Trapdbana, la que tiene caractersticas ideales el clima es benigno, la vegetacién frondosa, la gente buena y razonable; cerca de ahi existen islas donde abundan el oro y la plata, El Paraiso est més allé todavia, en el punto mds extremo de Oriente. Es mds clevado que el resto del mundo y gracias a ello no fue afectado por el Diluvio Universal. Del centro del punto mds elevado del Parafso brota una fuente de la cual nacen los cuatro principales rfos del mundo: Nilo, Tigris, Euftares y Ganges Estas ideas respecto a la ubicacién geogréfica del Paraso, las caracteristicas de su en- torno y de su gente as{ como la atribucién de lugar de origen de los cuatro rfos de la Tierra, las veremos luego cuando nos encontremos con las ideas de Cristdbal Coldn en su tercer viaje alas tierras que descubrirfa Relatos de viajes reales Habia, por otra parte, los que realmente viajaban y dejaban registro de su experiencia. ‘Transportindose de manera fisica a otros lugares, algunos europeos se aventuraban en busca de emociones, nueva suerte o en cumplimiento de una misién encomendada. El en- cuentro con lo diferente hacta que el viajero tuviera la sensacién de estar en otro mundo, expresin que adquiriria con el tiempo connoraciones revolucionarias, cuando los europeos se encontraran con tna parte del globo que no contemplaban, En el Ambito medieval, en cambio, la expresién otto mundo se referiaa ls sensaciones que experimentaba el hombre ‘occidental al enfrentarse con realidades que existfan desde siempre en la tradicién y en la mentalidad populares a través de mitos y leyendas, peto que por primera ver se vefan con los propios ojos. Y es esta misma sensacién la que los viajeros trataban de compartir con sus lectores. Un verdadero descubrimiento consistéa no solamente en encontrar cosas nuevas, sino sobre todo reconocer en la nueva realidad aquello que la imaginacién y una fe tradicional daban por existente”. La mente del vigjero estaba, por tanto, condicionada % Annar Vallejo, Eduardo, Op Ci, pg 87. 33 Develando el Nuevo Mundo | Olaya Sanfuentes al encuentro de seres fantésticos que conformaban la geografia nevesaria del Oriente tan fnhelado, Aquellos que vefan la realidad con ojos mis criticos y 1a desribfan en forma rns verosimil, permanecfan confiados en el encuentro de las maravilla en lugares atin més alejados, aiin no explorados. Enare las obras medievales que narran viajes a Oriente y que ejercerfan influencia sabre la mentalidad de la época, debemos mencionar aquellas del mundo cristiano tem- prano que hablan de ls peregrnaciones apostéicas hacia paises remotos. En el dia de Pentecostés, el Espiritu Santo habria dotado los apéstoles del don de lenguas, lo que les hizo posible llevar el Evangelio a cada pueblo del planet, viajando a todos los con- fines del mundo, Los telatos de estas travesfas son los que conocemos como Hechos de los Apéstoes y las narraciones también surgidas de esta adici6n, pero no reconocias oficialmente por la Iglesia, son los lamados Hechos Apécrifos. Los primeros, son funda- mentales en lo que se refiere alas maravills religiosas 0 milagros realizados por los apés- toes de Cristo en tierras lejanas. Los segundos, permiten la difusidn de noticias de tierras tmaravillosas, donde habitaban pueblos como los cinocéfalos canfbales, tan famosos en la literatura medieval de viajes. Al apéstol Sanco Toms y, eventualmente, a San Bartolomé se les adjudicaria haber venido a América —por mucho tiempo confundida con la India, y realizar fabulosos recorridos. ‘Avanzando en el tiempo, tenemos luego los relatos de viajeros que se acercaron a COiente, gracias a la coyuntura histérica del dominio mongol sobre gran parte del con- tinente asidtco, Aprovechando el esprtu de apertura que caracteriaé a los mongole, papadocreyé necesito enviar a algunos misioneros para tras al fe crstian. Plan Ca pino, monje fanciscano que fecorié el otiente de Europa y la xtepaastca, esrbié una Gbra que consttuye un extriordinario documento antropoldgico ¢ histérico (1246), Plan Carpino no fueel primer enviado papal a Asia, pero si el primero en cumplirexitosamente ss isin Al legara Sira Orduz, donde cuvieron lugar las ceremonia de eleccin del que seria Gran Khan, le entregé la carta que el Papa le habfa enviado, recriminando a los mongoles su crueldad y violencia, junto con proponerle condiciones de paz y cocxistencia. La vuelta hacia Europa fue sumamente dificil y dura, ya que tuvo que soportar las inclemencias del lima del invierno en la estepa y en las montafias de Asia Central. Después de varios meses, regtesé finalmente a Lyon, donde redactaria su Historia de ls Mongole. Ciro nombre importante entre los vijeros medievaes es el de Guillermo de Ru- bruck, también franciscano, quien enriquece la informacién objetiva que habia otorgado Pian Carpino. A diferencia de éste, Rubruck no fue enviado al Oriente por el Papa, sino por San Luis, rey de Francia, hacia 1254, Sin embargo, el objetivo de su misién no distaba te la anterior, cual era informarse acerca de las costumbres de los tértaros y explorar las posibilidades de acuerdo con ellos y su probable conversin al cristianismo. Para Vladimir ‘Acosta, el Iineraro de Rubruck, “es una de las obras maestas dela literatura de viajs™, Op.Cit, Tomo It, pig, 116. 1. El mundo europeo hacia el siglo XV ya que relata con lujo de detalles todos aquellos elementos coloridas y realistas que re- tratan el mundo oriental Después de los mencionados viajes de Pian Carpino y de Guillermo de Rubruck, el impetu del Papa por cristianizartierras hacia el oriente se debilits hasta extinguirse por un buen tiempo. Todas aquellas expediciones patrocinadas oficialmente por la Iglesia y con un objetivo primordialmente espirtual o bien, con dnimos de incorporar nuevos pueblos a la Cristiandad, dieron paso a viajes cuyo principal objetivo y énfasis seria el comercial. Hacia la segunda mitad del siglo XIII, algunos comerciantes —en sti mayor parte genoveses y venecianos—, se desplazarian en busca de las riquezas orientales, Entre éstos, sein los Polo los que adquirirfan mayor renombre. Uno de ellos Marco Polo—, tiene el mérito de ser el principal gestor de las ideas que el Occidente tardo medieval se formé del mundo oriental. Sus descripciones cuvieron una acogida tal, que se convirtieron en el punto de referencia obligado de todo aquel que hablaba del Oriente, sus maravillas, sus riquecas y sus misterios. ‘Marco Polo era un mercader veneciano que se embarcé con su padre y su tio en un viaje al Oriente que le mantendrfa en China durante varios afos. El afio 1364-65, llegaron los Polo a tierras del Gran Khan Kubilai y estando al servicio de éte, recorteria Marco Polo la parte norte de China, el oeste hasta el Tibet y probablemente Birmania, la costa oriental de |a India y Ceilén, El relato resultante de todos estos afios de viaje fe, posiblemente, escrito por un cal Rusticello y es una combinacién de historia de viaje con enciclopedia o descrip- cidn del mundo”, Predomina lo maravilloso, entendido primordialmente en términos ma- ceriles: riqueza de las ciudades, abundancia de piedras preciosas y grandeza de los pueblos, Es lo exdtico entendido en su dimensién material. Lo exético tiene, asimismo, una vertiente antropolégica y puede apreciarse en la narracién de algunas costumbres curiosas y en la presencia de individuos de excepcién. Bjemplo de esto es la referencia a aquellos monarcas dela provincia de Zorzania que tienen por nauraleza un dguila pintada en el hombro™, la ‘mencién del reino de Lambri donde “existen muchos hombres que tienen cola como los perros, de un palmo de longitud™, y el relato acerca de un rey de la provincia de Ziamba que tenia 336 hijos™. ‘También aparece lo maravilloso entendido en un contexto antropolégico, cuando nos detalla la presencia de pueblos extrafios. Especialmente interesante para nuestro estudio es la narracién de las costumbres del pueblo de las amazonas, tan presentes en las mentes de generaciones venideras que las buscarin sin descanso en el Nuevo Mundo. Dice Marco Polo EH ejemplar de Marco Polo que utizamos esl taducdo por fay Francisco de Peputis de Bolonia que aparece nl volumen preparado por Juan Gil, EI Libro de Marea Polo, Alianza Ealtoral, Madrid, 1992. Este volumen forma parte de una sri dedicada ala Biblioteca de Colén. * Marco Polo, Op.Ci, pig. 19. ° Mare Polo, Op.Cit, pig. 146. © Marco Polo, Op.Cit, pig. 41. 35 Develando cl Nuevo Mundo | Olaya Sanfuentes que la isla Hembra esté habitada exclusivamente por mujeres, mientras que en la Macho hay s6lo hombres. Esté ubicada una frente ala otra. Las mujeres no van a la isla de los hombres, pero étos visitan a las mujeres en primavera para tener relaciones sexuales, Las mujeres cuidan de los hijos nacidos hasta la adolescencia. Entonces, mandan a los hombres a la isla del frente y ellas se quedan con las mujeres. En otras versiones, las amazonas matan a sus hijos varones. En esta cutiosa leyenda se combinan diversos elementos y, sobre todo, se despliega un fondo clisico relacionado con el mito de las amazonas, aquellas mujeres guerreras de la Anti- aiiedad. Durante la Edad Media, el mito se haria més complejo con la adicién de elementos de procedencia variada. El resultado seré una sociedad estable caracterizada por la separacién de sexos y el llamado matrimonio de visita. La supuesta belicosidad de las amazonas cola- horaria asimismo a la creacién de una leyenda fabulosa que incitarfa su busqueda en tierras explorables. “También alude Marco Polo al mito de los pueblos antropéfagos, que tanto impacta y repugna al mundo cristiano, Respecto a los habitantes del reino de Suguy, cuenta Marco Polo que “se sirven de lanzas y espadas. Son hombres cruelisimos sobremanera. Cuando rmatan en combate a un enemigo, beben su sangre y comen su carne”, En el reino de Dra- goyam, se encuentra asimismo Marco Polo con gente que al capturar a algiin extranjero, si no pueden pagar rescate, lo matan y se lo comen”. Tras la lectura de la obra del veneciano resaltan las incontables oportunidades en que se refiere a la existencia de riquezas, especialmente oro y perlas, en el maravilloso mundo oriental. La comriente misionera patrocinada por la oficialidad de la Iglesia se renueva con el pontificado de Nicolis IV. El Papa manda a Juan Montecorvino para establecer una iglesia ristiana en Oriente hacia el afio 1328. Pasa por Persia, el Golfo Pérsico, la India y, final- mente la China, donde permanecerfa cerca de cuarenta afios en labor misionera. Otro viajero apostblico de la época es Jourdain Catalani de Séverac, raile dominico que cjercié una fuerte misiGu evangeizadora en la India, al tiempo que recogié valiosa informa- cid acerca de las costumbres de sus habitantes. Su obra, Mirabilia Descripta (ca 1323), es un documento enciclopédico en que se introduce un nuevo concepto de maravilla. Para él, las ‘maravillas son un conjunto de cosas més amplio que el que constituyen las fabulas ins6licas y prodigios, sino que abarca todo lo lamativo, asombroso, original. Con este nuevo y més amplio concepto de la maravilla es que hay que entender la pos- terior reaccién del europeo frente a los nuevos mundos que pronto descubriria. Marco Polo, Op. Cit, pig, 162, ® Marco Polo, Op.Cit, pig, 128, Marco Polo, Op.Cit. pig 146 36 1. B1 mundo europeo hacia el siglo XV c. El viaje medieval y la creacién de mitos y leyendas Laaficién medieval por lo fabuloso y maravilloso lleva a la creacién de lugares y personajes miticos, El proceso que explica la formacién de estas historias se reduce, bésicamente, a dos mecanismos: por un lado, los viajeros van con la idea preconcebida de descubrir cosas ya narradas, que circulan en las tradiciones populares y forman parte del imaginatio colec- tivo, Al enfrentarse a la realidad, encuentran los seres fabulosos que tienen grabados en sus mentes en cualquiera que se les parezca o tenga algin rasgo distintivo similar. Bs por medio de este mecanismo que los rinocerontes se convierten en unicornios, los hombres de poca estarura en pigmeos y los més grandes en verdaderos gigantes. Hombres de cuello pequerio parecieran tener los ojos pegados al cuerpo, mientras otros mal agestados dan la sensacién de tener cara de perro, Los dragones acechan cuando se ven serpientes y el hombre salvaje reaparece con los gorilas. El otro mecanismo a través del cual se forman ideas fabulosas del Oriente lejano es cl siguiente: el viajero se sorprende con todo aquel mundo tan diferente al suyo y, en la admiracién y sonpresa, exagera la descripeién o es malentendido cuando trata de narrar lo que ha visto. Ast, lo diferente adquiere caracrristicasfabulosas o bien se trata de asimilar a lo ya conocido para poder comprenderse. Las costumbres ajenas pierden su autenticidad y pasan a convertirse en algo maravilloso. Lo ajeno y extrafio no se acepta tal cual es porque produce incomodidad; lo que no se adecua a los cénones occidentales, queda incorporado en el saco de las maravillas 0 bien, se occidentaliza para dare legitimidad. Un interesante ejemplo de este mecanismo es el que nos describe Joaquin Yarza al relacar la interpretacién de un miniaturista medieval frente @ un capitulo de la obra de Marco Polo. El comerciante veneciano nos cuenta de un grupo de doncellas dedicadas por familia al culto de un dios y que se retinen periédicamente a oftecer alimentos a la divinidad, Con sus cuerpos descu- biertos danzan frente a la estatua del dios. Estas mujeres semidesnudas deben de haber des- concertado al artista, quien fel a su tradicién, representé, en cambio, a un grupo de monjas vestidas bailando una sobria y puidica danza. Los mecanismos aqu{ descritos son los que explican la proliferacién de seres imaginarios y monstruosos en la Edad Media y comienzos de a llamada Edad Moderna. Ya sea porque el Viajero espera hallatlos o porque no sabe cémo describirlo diferente, los relatos de viajes me- dlevales estén plagados de seres maravillosos y monstruosos. Cualquier aventura ambiciosa hacia el Oriente implicaba un enfrentamiento con los monstruos. * Yarra Joaqufn, Op.Cits pig 9. 7 Develando el Nuevo Mundo | Olaya Sanfuentes d. Razas monstruosas y catalogacin de los pueblos La historia de la creencia en seres mons- truosos tiene sus rafces en la Antigtiedad. Ya en la Odisea, Ulises debe enfrentarse con polifemos y lestrigones en las islas del ‘mar Egeo para poder llegar, finalmente, a su softada Itaca, Plinio el Viejo es quizds, entre los autores latinos, el que més habrfa influido en el conocimiento y difusién de eres diferentes que poblaban los confines del orbe. En sus 36 vokimenes de Historia Natural, el autor elabora una clasificacién de las razas monseruosas que causarla ver- dadera expectacién, impresién y placer en sus lectores, El autor utiliza anéedotas, descripciones acuciosas y fascinantes ¢ in- troduce al Iector en escenatios difciles de Figure 1. Portada de na edn n cnsellana del vise imaginar: mundos con amazonas, tirras ide Sir Jobn Mandeville, donde seven algunas mazes plagadas de razas extrafias como los Amye- ——— ‘nae, quienes posefan un labio gigantesco ¥ lo urilizaban de sombrilla, Los andréginos eran mitad hombre y mitad mujer y se suponia «que habitaban en algin lugar de Afiia. Bebian de las calaveras humanas, se colocaban cabezas de hombre a modo de adorno y se comian a sus parientes cuando envejecfan. Los antipodas «ran los que habtaban la egién del mismo nombre, aquella parte que quedaba al otro lado del globo (desde el punto de vista enropeo) y, por lo tanto, se suponia que andaban cabeza abajo. La raza conocida como los Artibatiae estaba compuesta por hombres que andaban en cuatro pats; ls Aston no tenfan boca y sobrevivianexclusivamente a través del olfato. Morfan con los malos olores. (FIGURA 1) Los europeos habian desarrollado una elaborada teorfa sobre la reacién entre cardcter, apariencia y lugar geogrifico. En este contexto, as rzas de Plinio habfan adquirido una locae Tizacién en lugares remotos dela cosmograffa medieval. fin los mapas, aparecian los hombres monstruosos alejados de Jerusalén, simbolo de Ja Cristiandad. La aparienciafisicay el caricter moral de estas gentes eran explicados por as influencias dle las eemperaturas extremas de estos lugares, asf como por su lejania de los centros de civi- lizacién, La nocidn de que la raza dependia del clima habia sido desarvollada en Occidente desde remprano, por lo menos desde la época de Isidoro de Sevilla. Se pensaba que el ugar influfa en sus habitantes de dos formas: primero, a través del poder de las estrellas, las cuales se crefa podtan controlar el destino de las personas. Bstas ideas, no obstance, eran diffiles 38 1. EI mundo europeo hacia el siglo XV de conciliar con el concepto cristiano del libre albedrio, En segundo término, el lugar poda afectar también a las personas a través de la Fuerzas terrestres, especialmente del clima. Este, ro solamente tenia incidencia sobre la apariencia fisica, sino también sobre aspectos sociales y morales. Se entendia que los habitantes de las Antipodas y de tierras lejanas podtan ser monstruosos porque habitaban los extremos del globo en caracterfsticas climaticas de exceso que producfan alteraciones del espiritu El espacio geogréfico determinaba asimismo el tipo de alimentacién de los habitantes. Bste hecho, sumado a la importancia fundamental que griegos, romanos y ctistianos atti- bbufan a las dieras alimenticias en su catalogacién cultural, es clave para entender el desprecio ceuropeo frente a costumbres diferentes. Para los griegos, el emo se alimentaba una persona cra uno de los principales criterios a la hora de medir su humanidad o inhumanidad. Los romanos fueron més cosmopolitas al respecto, lo cual no impidié que la comida fuese uno de los principales puntos de referencia de Plinio. Los “oledores de manzana’, “los que beben de cafia’, “los que comen carne cruda’, los antropéfagos, son algunos de los nombres con que bautizaria los pueblos que describe. En la época cristiana, Sir John Mandeville también se inclina por la utilizacién de este criterio para impresionar a la audiencia medieval. La lejania fisica era un requisito para la existencia y caracterizacién de las razas mons- truosas, Se les encontraba en la India, Albania, Catay, ligares cuyos limites eran vagos, pero cuyos nombres evocaban misterios. Las razas monstruosas aparecian visualmente poblando los mérgenes del mapa, pero claramente identificados con la India y Siti, lugares trad nalmente aceptados como albergues de prodigios. En la obra de Hartmann Schedel, Liber Chonicarum, realizada en Nuremberg el afio 1493 (PIGURA 2), podemos apreciar cémo en la seccién dedicada al Diluvio y a Noé, aparecen las razas monstruosas de tierras lejanas en los margenes de la composicién. El lugar que asumen en la imagen, no hace sino confirmar Ja marginalidad de estos pueblos y su lejanta geografica y simbélica de lo que se consideraba normal. En orden de aparicién, se puede apreciar un hombre con tres pares de brazos, una mujer salvaje, otro personaje con seis dedos en cada mano, un centauro, un hetmafrodita, un hombre con cuatro ojos y, finalmente un péjaro-hombre. Habia una serie de Factores complementarios a la hora de clasficar a los pueblos que estaban fuera de los limites de la Cristiandad. La posesién de lenguaje habia sido para los griegos uno de los principales criterios para denominar “bérbaro” a un pueblo. El etnocen- trismo helénico habia Ilegado a despreciar a cualquiera que no conociera la lengua de los grlegos, argumentando que tampoco podia acceder al conocimiento, lo cual lo hacfa inferior. El mundo romano fue més indulgente a este respecto, ya que acepté, de alguna forma, la permanencia de las lenguas de los pueblos conquistados. Sin embargo, el latin era el idioma ficial del imperio y, por tanto, se le consideraba superior. Otro aspecto distintivo era la presencia del vestido, El carecer de ropa para cubrirse se consideraba un claro signo visible de la brutalidad de los pueblos. El hombre desnudo se convertia asf, en la imagen visual del salvaje. La desnudez evocaba inmediacamente la infe- oridad del otro y su cercanfa con seres que no usaban vestidos, como los animales. 39 Deyeland cl Nuevo Mundo / Olaya Sanfuentes Figura 2. Mapa det Mundo y de tas gents de sera janas. Hartmann Schedel, Nuremberg, 1493. Laexistencia de la polis la vida en el escenario urbano era otro critetio a la hora de discernir entte gente civilizada y barbara. La ciudad era el nico ambiente que conferfa verdadera humanidad, ya que dotaba a sus habitantes de un escenario comunitario en cl que podian desarrollar las facultades propias de su naturaleza, tales como las leyes, el intercambio social, la filosofia, el arte y el culto a los dioses. La ciudad era un ambiente controlado y con posibilidades de ejercer el control, a diferencia de los espacios naturales donde el hombre no tenia limites fsicos ni sociales que dominaran y vigilaran su compot- tamiento instintivo. Todos estos criterios eran importantes para clasificar a los pueblos que se iban en- contrando y servian de herramientas para situarlos en la escala de los seres vivos. Su rele~ vancia radica, ademés, en el hecho de su inalterable utilidad por tanto tiempo, siendo el referente obligado de varias generaciones europeas de encuentro con pueblos diferentes. Lo interesante es que estos criterios creados y utilizados por griegos, serian igualmente in- vocados por romanos en sus conquistas, por los cristianos que viajaron a Oriente y Aftica en la Edad Media y posteriormente en el encuentro del hombre europeo con el hombre americano. Por su parte la coordenada temporal como herramienta de ubicacién de ls razas mons- tcuosas, causaba también problemas al mundo occidental. Los cristianos se preguntaban si estas gentes serfan o no humanos verdaderos, si endrfan alma, si descenderian de Adin y Eva y oémo habrian sobrevivido al Diluvio Universal. San Agustin en su Ciudad de Dios se hhabfa planteado estos problemas y habia desarrollado una teorfa al respecto. Lo que pun- 40 1. BI mundo europeo hacia el siglo XV tualmente le interesaba, enterado de la existencia de estas razas monstruosas, era establecer su humanidad o bestialidad. Agustin aceptaria la humanidad de ellos sujeta a la imperiosa necesidad de hacerlos cristianos®, En el timpano de la catedral de Vezelay, pot ejemplo, las taras monstruosas aparecen en el contexto del episodio de Pentecostés, por lo que se reco- noce su humanidad, sujeta a la evangelizacién. ‘Todas estas interrogantes eran un asunto clave a la hora de desartollar una teoria res- pecto del significado de las gentes y tierras que se iban descubriendo, Sin embargo, el co- nocimiento cientifico alcanzarfa importantes avances en el siglo XV y se desarrollara desde entonces en forma vertiginosa, lo que mostrarfa lentamente, que la existencia de razas mons- truosas era improbable. Peto la fuerza de la tradicién popular y una mentalidad moldeada por mucho tiempo por lo fabuloso y mégico, serian superior a la fuerza de la evidencia empirica. A medida que avanzaba cl conocimicnto geogrdfico del Oriemte, se tendrfa que buscar en América el habitat depositario de todas las expectativas europeas. América serfa el lugar donde los aventureros buscarian seres y riquezas inconmensurables. Se han argumentado diversas razones para explicar el por qué de la supervivencia de estas creencias en las razas monstruosas atin ya entrado el siglo XVII. El avance de los des- cubrimientos geogréficos, la convivencia con pueblos diferentes tanto en Asia, Aftica y en la recién descubierta América, deberian haber terminado de rafz.con esta actitud medieval de biisqueda de mundos fabulosos habitados por seres de caracterfsticas increfbles. Pero no fue asi, Al menos en un principio y en un mediano plazo también, John Block Friedman* en un intento de dar explicacién a este fenémeno, argumenta que en primer lugar habia una suerte de necesidad sicoldgica de la existencia de estas gentes, necesidad que se relaciona con el escapismo, el ejercicio de la imaginacién y, al mismo tiempo, un remor a lo desconocido. En segundo lugar, Friedman sugiere que los errores de percepcion y la dificultad de la des- cripcién de cosas diferentes a lo conocido son agentes que ayudan a comprender este proceso de larga duracién. Sélo hay que imaginarse la impresién que debe de haber experimentado el primer europeo enfrentado a un animal como la iguana, Al tratar de describirlo, nos parece obvio que recurra a la comparacidn con un set mitico ya visualmente conocido como es el dragén, Y atin sin necesidad de comparar, la pura descripcién del animal en cuestién nos petmite imaginar algo bastante monstruoso. Joaquin Yarza”, por su parte, nos enriquece el tema con otras respuestas: nos habla del escaso espititu critico de los hombres medievales, que no se acabarfa abruptamente con el advenimiento de tiempos més modernos. Insiste también en el carcter a veces paradistaco de algunas de las descripciones, en que se pone énfasis en las riquezas naturales y la benig- nidad del clima para contrastarlo con la pobreza de los contemporineos europeos alo largo % Yarza Joaquin, Op.Cit, pig. 20. % Friedman, Block, J, Op.Cit, pig, 23. ’ » Op.Cic, pig. 30, Yara, Joga 41 42 Develando ef Nuevo Mundo J Olaya Sunfiuentes de siglo, Yara habla asimismo de una suerte de inercia que permie a estas maravillas y monstruosidades pervivir pot largo tiempo. Concluye diciendo que hay un deleite por lo ddesconocido que produce tanto terror como fascinacién. Por itimo, habria que decir que el etnocentrismo europeo no permitia a los det Viejo Continente mirar a otros pueblos con ojos objetivos. Sus criterios de catalogacién de gentes diferentes eran una especie de velo que se anteponia frente a la realidad, velo que muchas veces distorsionaba lo real para crear erdaderos monstruos que encarnaran ¢l miedo a caer en lo que se consideraba andmalo. A pesar de la generalizada repulsién y asombro que las razas monstruosas y pueblos considerados barbaros ejetcian sobre el hombre occidental, encontramos algunas manifes- taciones aisladas de aprobacidn ¢ incluso admiracién frente a algunos aspectos de ciertos puchlos. Pueblos como los brahmanes y amazonas, por ejemplo, eran considerados extrafios pero con ciertos elementos edificantes dentro de sus costumbres. Tanto los primeros como los segundos lograron un espacio de admiracién desde el mundo europeo por su sabiduria y ascetismo, como pot su valenta y disciplina, respectivamente. 2. ELEMENTOS DE AUTORIDAD HACIA EL SIGLO XV a. Autoridad de los textos clasicos ‘Asi como el viaje hacia Oriente constituia un suefio de todos aquellos que se aventuraban hacia un destino mejor 0 un relato apetecido entee los que no viajaban y amenizaban su ru- tina con ilusiones, habla otros aspectos culturales que también configuraban la mentalidad dl europeo bajo medieval y que ayudan a entender el contexto del explorador ultramarino de finales del siglo XV. Entre estos aspectos, cabe resaltar la aucoridad indiscutida de los textos clasicos. La veneracién hacia los textos griegos y romanos es una caracterstica del mundo intelec- tual de la época. El hombre letrado basaba parte considerable de sus creencias y convicciones en los libros que habian sido escritos sigos atrés y que atin eran admirados por su sabidurta y postulados univetsles. Herédoto, Aristételes, Platén, Plinio y Solino, entre otros, eran re- ferencias frecuentes en los circulos eruditos del Renacimiento. Sus teorias relacionadas con temas geogréfcos, antropolégicos y éicos, eran undnimemente aceptadas y conformaban un Amética seria imaginada y promocionada como un verdadero paraso: la ferilidad de sus tera, la enormidad de aus espacis cultivable facbilidad del ealiv dels especies europess en sus ras e ejemplo dels po- blacones americanas que no conocfan el hambre, serfan aspects todos que ayudarian a confoemar una imagen ideal de Amécica. En Olaya Sanfventes,“Descubrimiento del nucvo jardin de as dlicias: Europa y su percepciin ide Nucvo Mundo a aves de as especies comestblsy las espaios amercanos en el siglo XVI, Rete Hlitoria 39, Santiago, noviembre, 2006. 1. EI mundo europeo hacia el siglo XV conjunco consistente de postulados indiscutibles. Por ese entonces nadie renfa la osadia de discuir radicalmente la autoridad de los clisicos. Al contraro, se les citaba frente a cualquier problema y dotaban de herramientas inelectuales en el proceso de conocimiento del mundo. Durante el siglo XV, las corrientes de vida intelectual funcionaban bésicamente a través de dos circuitos. Por un lado, estaba la ciudad, considerada el ambiente ideal para la genera- ci6n y propagacién de ideas. Era un lugar piblico y sede de los talleres de imprenta, lo que facilitaba la creacién y transmisién del conocimiento. Por otra parte, estaban las universi- dades, donde se ensefiaban las Artes Liberales a través de la lectura y la disputa intelectual y se basaban en los postulados de los textos. Los humanistas, depositatios del saber de la época, estaban un tanto aislados del hombre vulgar del siglo XV, pero esto no era un impedimento para ejercer influencia en las percep- ciones y expectativas de muchos hombres de accién. A pesar de la lejanfa que existia entre el circulo erudito y la vida del ciudadano comiin o del campesino, ciertas ideas generales res- pecto al mundo y sus habitantes se transmitian a esferas menos educadas. Dicha transmisién ‘ocurria a través de la tradicién oral, a lectura en vor alta en el seno de las comunidades, la imaginerfa religiosa de las iglesias, los sermones de sacerdotes, cuentos de pregoneros popu- lares y otras vias dificiles de ponderar a la hora de establecer el origen de las convicciones tra- dicionales. Muchos hombres ya sabfan de la esfericidad de la tierra y crefan en la existencia de tierras lejanas y llenas de riquezas y monsttuos. Las maravillas eran también conocidas a través de los relatos de aventureros que llegaban cargados de tesotos y leyendas. No solamente los mundos maravillosos eran transmitidos a través de textos clisicos, sino también las ideas acerca del espacio geogréfico. Verdaderos emblemas de la mentalidad de la época, los denominados mapas T-O derivaban de fuentes romanas y sintetizaban el pensamiento antiguo en lo que a la representacién geogréfica se refiere, La idea dominante cen estas imagenes era la divisién del mundo en tres partes: Asia, Africa y Europa. El cris- tianismo lo adapté para acomodarlo a algunos de sus principios: tres eran los lados del tridngulo que representaba a Dios Padre en el cielo; tres eran los hijos de Noé (Set, Cam y Jafet) que se habfan repartido por la tierra tras el Dihuvie Universal; tres las personas de la Santisima Trinidad, por lo que igual niimero de continentes constitufan el orbe. Adaptados a la tradicién judeo-cristiana, los mapas T-O estaban orientados hacia el oriente, regién de ‘magna importancia por ser sede de Jerusakén. Con este requisito, Asia quedaba en la parte de arriba “orientando el mapa’, luego a la izquierda Europa y Africa en la porcién restante. Bajo la influencia de la Iglesia, el mapa de forma’T-O adquirié el objetivo de apoyar y ptomover el punto de vista cristiano del mundo, dando poca importancia a la exac- titud geografica. Laobrade Sir John Mandeville fu ua promotora de este concepto. Efetivamente el autor se define a favor de ta esfericdad dela Tierra y la populridad de sus relatos fue tl, que conibuyé ala dfs de stay ora ideas seogrficasa finales dela Edad Media, 43 Develando el Nuevo Mundo / Olaya Sanfentes Laimagen queincluimosacontinuacién muestra ls ideas que estamos describiendo yapa- recié en el contexto del ibro de las Eeimologéas de Isidoro de Sevilla en el siglo VII. (FIGURA 3). Estos emblemas se usarfan por mucho tiempo y en diversos escenarios, legando a confor- rmarse como verdaderos iconos de un entendimiento literal de las historias de la Biblia Figura 3. Mapa Esilo TO, Grabado en madera de las Bxmologias de San Lidar de Sei, Aupburge, 1472. Las ideas de Macrobio, acerca dela habitabilidad o inhabitabilidad de ciertas zonas del orbe, constiruyen también un ciimulo de ideas geogréficas que nutren las mentes de hom- bres medievales, Estas ideas clésicas también cobraron forma visual en un emblema o signo que mostraba la habitabilidad de la regiones templadas de la tierra, mientras que la t6rtida y las dos zonas fiigidas no eran aptas para el desarrollo de vida humana. Por otro lado, cualquiera que quisiera aventurarse de un tertitorio templado a otro, moriria al traspasar Jos insoportables calores de la zona ecuatorial. A estos mapas se les conoce también con el nombre de mapas zonales. (FIGURA 4) Habria que mencionar, de igual forma, los posteriores aportes de Tolomeo a las ideas sgeogrificas de finales de la Edad Media europea. El Tolomeo dela Antigiiedad habia tratado tres problemas geogrificos: el tamafio y ubicacién del mundo habitado (eeunene); la cons- truccidn de un enrejado de paralelos y meridianos y la localizacién de lugares especificos en dicho mapa, Estas ideas estaban contenidas en su obra Geographia. (PIGURA 5) El conjunto de ideas y preceptos que los textos clisicos aportaban a través de los huma- nistas, sus mediadores, dotaria al hombre del siglo XV de las herramientas para enfrentarse a la existencia de nuevas tierra, El gran problema se presentarfa cuando Europa se encontrara con América, una tierra nueva que jamds habia sido vista ni escuchada por hombre antiguo 44 1. El mundo europeo hacia el siglo XV Figura 5. GeogeafiadeTolomeo, Ul, 1482. Grabad en madera de Johannes Scitzersbre pape ituminade al temple Biblixce Ape Vaticona 45 Develando el Nuevo Mundo } Olaya Sanfuentes alguno; un nuevo continente que por sus caractersticas presentarfa problemas diversos y bésicos que los europeos ya daban por resueltos, El descubrimiento de un nuevo mundo eonllevaria una pérdida de la certidumbre? A Io primero que acudiria el europeo para so- lucionar este conflicto seria alo por él ya sabidor lo descrito por los autores clésicos y por otras fuentes que conformaban el cuerpo de conocimientos aceptados de la época. Este mecanismo de aproximacién al nuevo problema mostr6, sin embargo, su inconveniencia en al corto plazo, En este sentido, las palabras de Anthony Grafton son precisas: “Los textos clisicos sirvieron ranto de herramienta como de obstéculo para la exploracién universal de nuevos mundos™*, b, Autoridad de la Biblia La Biblia, junto con los textos clisicos, constituia un segundo elemento de autoridad hacia el siglo XV. Era un libro sagrado en el més amplio sentido de ln palabra: no solamente contenfa verdades religiosas, sino que establecia el orden del universo y dotaba de las herramientas mentales necesarias para la comprensién del enrorno. La historia del mundo se comprendia a través de las Sagradas Escricuras, al mismo tiempo que éstas contenfan sus reglas de funcio- nnamiento presente y futuro, Todo estaba en aquellas paginas, porque Dios es perfecto y st palabra descansaba en dicha obra, Bajo ese esquema, el descubrimiento de un nuevo mundo seria un duro golpe para ka Cristiandad. En una época en que se entendia la historia de la Cristiandad como la historia del mundo hasta entonces conocido, el encuentro con un continente y hombres no previstas planteaba una setie de preguntas fundamentals. A esta tierras y sus habitantes, dc los cuales nunca se habia tenido noticia, era urgente encontrarles un lugar conereto en los textos biblicos. Alalluzde af crstiana habla que resolver temas tales como la presencia o ausencia de alma en el indio americano y el grado de humanidad a atribuir a estos hombres recién descubiertos. Podemos decit, entonces, que este era un mundo orientado al texto". Los libros eran la principal fuente de conocimiento y guia para el comportamiento durante el siglo XV. Lo gue importaba era lo que estaba escrito, aunque se trarara de temas fabulosos o de teorfas que la propia experiencia dejaba obsoletas. Tampoco importaba que el sentido de las Sa- gradas Escrituras fuera metaférico, Lo fundamental era que ast estaba escrito, Y el texto, tuvo entonces, un papel fundamental en el proceso de expansién europea y la recepcién de Graton, Anthony, New Worlds Ancient Tes, The Belknap Pres of Harvard University Press, England, 1992, pig. 6. “| “Textaviented” sl expresin que utliza Warwick Bray, en The Meeting of run world. Europe and the Americas 1492-1650, Oxford University Press, 1993, La misma ida es a que anima el libro de Antony Grafon ctado 46 1. £1 mundo europeo hacia siglo XV lo americano®. Cualquier proceso de develamiento del Nuevo Mundo, debia pattir por el despojo de las ideas preconcebidas frente a mundos orientales eir dejando paso a la evidencia de la experiencia empitica. 3. LA GEOGRAFIA HACIA FINES DE LA EDAD MEDIA. a. Estado de los conocimientos geograficos hacia el siglo XV" 1a geografia ¢s uno de los ambitos que mejor muestra la convivencia de diferentes tradi- ciones e influencias en el mundo del siglo XV. En efecto, si estudiamos los mapas y cartas geogrificas de la época, apreciamos la existencia de tradicioncs de toda indole que conviven sin exchuirse unas de otras. Como dice Claude Kappler, una de las principales caracteristicas de la cosmografia medieval es la coexistencia de sistemas muy diferentes y la aceptacién de Jas teorfas mas variadas, sin partir nunea de una tabula rasa que permita favorecer un sistema frente a otros", Del mundo clasico se toman las representaciones geogréficas hasta ahora nombradas, {que conviven a pesar de sus diferencias y diversa naturaleza, Pondera con gran importancia claporte de ls ideas de Tolomeo, que tuvieron una gran repercusién en la geografia del siglo XY. Interesante nos parece reparar en los etrores geogréficos de Tolomeo, ya que serian im- portantes en las concepciones espaciales de hombres de tiempos venideros, quienes basarfan sus certeras y se iarfan de sus célculos, Tolomeo le adjudicé a la citcunferencia terrestre un 30% menos de lo que habfa calculado Eratéstenes, quien estuvo mucho més ajustado en sus clculos ala realidad, En segundo lugar, Tolomeo ampliaba considerablemente el continente euroasidtico, Por tiltimo, le asignaba al Mediterréneo el doble de la longitud que realmente tiene, Estos tres ertores serfan los que inducirfan a Crist6bal Colén a pensar que eta cil llegar al Japén por el oeste en un corto plazo. El elemento medieval se refleja en la importancia del factor religioso sobre la geografia y el mapa de forma T-O muestra la forma en que el crstianismo adaptaba las ideas clisicas su historia y fines Hacia el siglo XIII algunos mapas se entiquecieron con ideas e imagenes contempo- réneas: se incluyeron escenas de la Biblia, reyes, animales, plantas y razas monstruosas co- © Urbina, Leandro, en conferencia en La Recoleta, Santiago de Chile 23 abril 2007. © Para ese tema, ecomendamos la siguiente bibliogafia: Amar Vallejo, Eduardo, Vigjery Decubrimientos en la Edad Mediay Madrid, 1994; Gil Juan, Mites y Utopia del decubrimiens, Madiid, 1994; Lestingant, Frank, Ma- ‘ping the Renaissance World, Polity Pres, Cambridge, 1994; Whited, Peter, The Image of the World. 20 centuries af Wold Maps, San rancisco, 1994, “Kappler, Claude, Monsiraas, Demonios y Maravils « Fines de la Edad Media; Traduccién de Julio Rodeguez Paertolas, Ediciones Akal, Madrid, 1986, pig. 26 47 Develando ef Nuevo Mundo Olaya Sanfuentes cxistiendo en los llamados mapas portulanos. Eran éstos la representacién geogréfica de las cartas de navegacién surgidas tras la necesidad préctica de establecer rutas posibles de desplazamiento martimo entre puerto y puerto, en que la configuraciin de las costas era fundamental para la seguridad de la travest®, Esta incipiente aetiud prictica, no obstante, convive con la presencia de iconos tales como el Paraiso Terrenal, el Preste Juan y los tres Reyes Magos Fl avance de los descubrimientos geogréficos no serfa, durante largo tiempo, un obs- téculo para abandonar las creencias religiosas, mitosy leyendas propias de las representa: iones medievales, Tampoco pierden interés aquellos concepros heredados de la Antigiiedad clisica que constitufan una autoridad indiscutible. En este sentido, coincidimos con Peter Whitfield quien nos dice que no solamente la cienciay Tos avances cientificos son los que explican la formacién de los mapas, sino que son igualmente importantes la religibn, la politica, el arte y la obsesi En esta misma linea podemos citar nuevamente a Anthony Grafton, el que aporta Ia idea de que todo mapa, en mayor 0 menor medida, es politico: la ubicacién de los me- Fidianos, las letras que se cligen para designar los lugares, las imagenes para representar ciudades y recursos naturales, son todos ejemplos que nos hablan de aspectos politcas y ‘culturales en la facturacién del mapa. E mapa medieval es quizés el mds politico de todos": al solo hecho de colocat a Jerusalén en el centro del mundo ya nos habla de una eleccién con un fin detesminado, cual es divulgar y propagar el Cristianismo, haciendo del mapa un emblema del poder de esta religién y un medio para propagacla, Estas ideas son fundamentales para comprender el material geogrsfico con que uno se cenfrenta al estudiar l siglo XV y los comienzos del XVI. Efectivamente, nos encontramos on mapas del mundo y cartas geogréficas que brillan por su belleza y por la cantidad de material literatio y fantdstico que contienen y nos otorgan. La acticud que hay que tomar ‘la hora de estudiar este material no es de simple inventario, sino de entender que es la manifestacién gréfica de una mentalidad en que esos aspectos son, precisamente, lo importance. Por su propia naruraleza, las representaciones geogréficas son subjetivas al momento que eigen aspectos de a realidad para representa, asi como la forma de hacerlo Precisamente es la actitud religiosa frente al mundo, la creencia en dimensiones fantésticas + Ja necesidad de localizar las maravillas lo que realmente importa al hombre de finales de la Edad Media, Esto es lo que lo hace vibrar y lo que deja plasmado en cada una de sus manifestaciones culturales. Los mapas son, por tanto, un artefacto cultural de origen instintivo, ya que son un producto tanto del intelecto como de la imaginaci6n enfrentada © Seusilza, generalmente la nomenclatur carta marina y portulano para designar una misma cos, cal esa carta ae navegucén surgida hacia 1300. A pesar del que el porulano era un texto que acompafaba al carta marina, dhnde desrptn ds condones racers dels pst principales, la palabra porulano se ha hecho, ‘con el tiempo, sindnimo de carta marina, © “Whitield P, Op.Cic, pig vii. © Grafon, A. OpCic, pig 51 48 1. E1 mundo europeo hacia el siglo XV a.una realidad determinada, Cada mapa esté enraizado en su propia cultura y habla per- fectamente de ella. Por esta razén, no debemos sorprendernos con la subjetividad de los mapas de los siglos XV y XVI, Podemos decir, entonces, que hemos establecido y descrito aquellos elementos que nos parecen constituyen los ingredientes fundamentales del imaginario medieval, junto con algunos elementos més modernos de la cartografia. Como agente que inaugura el proceso de descubrimiento o develamiento de América, Cristébal Coldn encarna muchas de las caracteristicas hasta ahora descritas, lo que lo convierte en el ilkimo viajero me- dieval. Podemos pasar ahora a describir y analizar estructuras més inmediatas y concretas que darn impulso al proceso de descubrimiento de tierras ultramarinas en los siglos XV y XVI. En resumen, estamos, de alguna forma, estableciendo tres niveles temporales para Insertar nuestro fendmeno. En primer lugar un nivel estructural de larga duraci6n que esté constituido por elementos de la mentalidad del hombre del siglo XV. Estamos hablando dde una mentalidad heredada tras siglos de itse forjando en una Enropa cristiana, agraria, cerrada en sus fronteras; un segundo nivel de mediana duracién, en que se insertan pro- cesos mis cortos pero generales. Son estructuras que varfan de regién en regién, alcanzado ica del siglo XV; por tiltimo, el nivel de los acon- tintes significativos en la Peninsula Ib recimientos propiamente ta. "Desde el minuto que una representacién geogréfica decide mostrar una zona y no otra ya cs subetva Sin cm bargo, no podemos nepar que nuestra cultura modera le pide al mapa cardad y precsinabsolueas. Estos de- bieran conducirnos icy efcentementeal lugar que nos interes. El mapa no debierahacernos deambular en sus recotidosevados al papel sino ripidamenteconducirnos en | ovientacé adecuada. Las palabras de Gombrich al respect son orientadora: “La mision de los mapas normalmente es impartirinformacién sobre ls aspectos ‘ms importances de una zon, lo que significa que dejan a un lado “ks aparienca”. No hay mapas de Viena a lala de ena ni de los museos desenocals. Ni seria bien acogido un mapa que provoca sensacionesvswales inesperadas ales como el parpadeo, Cuando manejamos un mapa, estamos atentos ala percepidn vridcs de lo «que hay en el papal, ys no lo vemos bien lo acereamosa la uz o uiizamos una pa, Hablamos de leer ue mapa, Ys equisto principales que sa ficilmence legible en una sucesién de Bjaciones, No debe haber interferencias «de unos simbolos con otros y deben ser independientes como sea posible. Sis dferenciacién fill, so wildad «tien peligro’, Gombrich, ELH, Le Imagen yo. Nueves Estudios sobre picologia de a representactinpisria, Editorial Debate, Madrid, 2000, pp 183. 49 Ml. EL IMPULSO AL PROCESO DE DESCUBRIMIENTO ara comprender la hazafia colombina —y aquellas que le seguirfan— es importante describir aquellas caractersticas que configuran el marco cultural de nuestro tema. Una ver desplegados aquellos aspectos mds estructurales que dibujan la mentalidad del hombre del siglo XV y sus formas de adquirir y certficar sus conocimientos, surge la necesidad de explicar la coyuntura de mediano plazo que nos conduce luego al desarrollo de los aconte- cimientos posteriores. Ciertos avances geogrificos y técnicos, junto al ejemplo de los na- ‘vegantes portugueses en las costas de Africa fueron condiciones y alicientes del viaje co- lombino y explican por qué los Reyes Catdlicos apostaron por la ruta occidental hacia las Indias. Estas caracteristicas esclarecen asimismo, por qué el viaje colombino se inserta en un. contexto mental propicio para la aventura ultramarina, Adelantos téenicos y actitudes que presagiaban el advenimiento de la modernidad, se enfrentarin, no obstante, a posturas con- servadoras y tendientes a mirar a realidad a través dela tradicién, Es este proceso de avances y retrocesos en un perfodo de cambios criticos el que se perfila a través de la informacién y los capitulos que siguen. 1, ADELANTOS TECNICOS a. Las embarcaciones Los barcos que por mucho tiempo se utilizaron en el mar Mediterréneo, eran embatcaciones ajustadas a su fin y entorno geogréfico, Se dedicaban al comercio entre puntos no muy distantes entre sf, y dentro de un mar cerrado y ya conocido desde tiempos remoros. Eran. grandes y disefiados exclusivamente para transportar cargas pesadas. Las expediciones que se llevarian a cabo mis alli del Mediterréneo requeririan, en cambio, de una infraestructura Develando el Nuevo Mundo / Olaya Sanfuentes que se acomodara a otros factores: distancias que podtan derivar en tiempos de navegacin is prolongados, unas costas diferentes y no conocidas hasta ese momento y un objetivo que se relacionaba més con la exploracién y descubrimiento de nuevas tierra. De ser un simple barco de pesca la carabela mediterrénea se convertirfa en una embar- cacién destinada a afrontar los peligros e ine6gnitas de la navegacién ocednica. El paso, no obstante, fue gradual: inicialmente la carabela era un navio de casco redondo con popa cua drada y proa redondeada, provisto de puente en las unidades mayores. Generalmente posefa velas latinas, montadas sobre dos o tres palos. En las carabelas mayores, en cambio, habja un cuarto palo, Hacia finales del siglo XV existian varios tipos de carabela, dependiendo de Ja utilidad que quisiera darsele, lo que habla de la enorme versatiidad de este tipo de em- barcacidn. Para entrar y salir de los estuarios y para la exploracién costera, por ejemplo, construfan carabelas de vela latina. Para salidas a mar abierto y con condiciones estables de viento, se optaba por la vela cuadrada que permitia navegar a mayor velocidad La navegacién de las carabelas era acompafada por la de navios similares como el va- liner, el carabelén, la carracay la nao. De forma paralela al desarrollo de los navios, se produjo una mejora en el conocimiento de los vientos y cottientes oceénicas. Esto, junto con la utilizacién de los instrumentos de medida, permititfa el nacimiento de la navegacién de altura”, b. Instrumentos de medicién as posibilidades de certeza respecto a las posiciones geogréficasestaban fntimamente rela- Cionadas con el desarrollo de la astronomia Los progresos en este campo tuvieron su efecto prictico en el perfeccionamiento de los instrumentos de navegacién tales como el astrolabio, el cuadrante y le cruz geométtica. El desarrollo de estos instrumentos permitfa predeterminar Jas posiciones diarias de los cuerpos celestes con una mayor precisién y compilar almanaques o tablasastronémicas més completas. Habrfa que agregar el desarrollo en la tilizacién de la byrijula, que permitiria al marino hallar una direccién absoluta en cualquier lugar del globo sin tener que recurtira complicados célculos astronémicos y sin depender de las condiciones climaticas. La certeza que proporcionaba la aguja imancada seria un catalizador de la explo racién, un estimulo nuevo hacia lo desconocido. Estos conacimientos fueron otorgando las condiciones necesarias para pasar de una navegacién costera a otra de tipo “astronémica’, basada en el empleo de instrumentos de medida”. © Boorstn, Daniel J, Los desewbridover. Val. I El Tiempo y la Geografa. Traduccién de Susana Lijmaet, Barcelona, 1986, pig. 221 © Aumar Vallejo, Eduardo, Viger y Dexubrimienoren la Edad Media, Madsid, 1994, pig, 99, 52 El impuiso at proceso de descubrimiento c. Representaciones geograficas Los mapamundi medievales con alto contenido ideolégico, comenzaron a convivi y mez- clarse con los mapas portulanos, los cuales se confeccionaban para representar una zona de- terminada y tenian fines pricticos: ayudar alos navegantes a encontrar sus caminos, sistirlos en la bisqueda de lugares recientemente descubiertos o hallar nuevos parajes desconocidos hasta entonces. ‘También aparecen mapas del mundo que no estaban disefiados por un incentive ni fin prictico, sino que eran hechos para satisfacer la curiosidad de académicos y politicos y otros espftitus inquietos, Eran mapas que combinaban la fantasia cradicional con la adquisicién dle nuevos conocimientos surgidos de las exploraciones recientes, por lo que animaban a la discusién y especulacién respecto a la naturaleza y caracteristicas de otras partes del glaha. 2. LOS PORTUGUESES EN EL ATLANTICO, Por su situacién geogrifica, los portugueses eran un pueblo que no estaba volcado al Mei terrdneo, Portugal, naturalmente se enfocaba hacia el exterior, alejado de los centros trac cionales de la cvilizacién europea. Al oeste los portugueses tenfan un océano insondable y al sur, un continente que para los europeos era también una incégnita, Por esta raz6n, los esfuerzos por explorar el Atkintico y el continente afticano serian de suma importancia para l desarrollo de los acontecimientos que nos interesan, Los viajes de los portugueses alrededor de Africa y, segtin confiaban, hacia la India, es- taban basados en ideas especulativas y arriesgadas, en rumores y sugerencias, Habia que pasar por tierras extrafias y cargadas de mitologfas populares. Sin embargo, estas expediciones por- tuguesas hacia tierras desconocidas, estaban apoyadas por un programa nacional progresivo, sistemdtico y gradual que posibilité el avance efect La primera barreta geogrifica que habfa que romper en el proyecto de exploracién cos- tera del continente afticano era el cabo Bojador, que provocaba verdadero panico entre los o por las castas afticanas. marinos, El afio 1434, bajo la promesa de una importante recompensa, el principe Enrique —apodado El Navegante—, convencid a Gil Eanes de emprender la empresa, la cual fue llevada a cabo con éxito. Una vez rota esta barrera, el principe mandé afio tras afio varias expediciones que se iban internando més y més en tierras incdgnitas. Llegaron asi los portu- gueses hasta Cabo Branco. Hacia 1445 Dinis Dias dio la vuelta al Cabo Verde, el extremo occidental de Africa, dcjando atris la parte més estéril de este continente. Se habia establecido ya un comercio considerable entre Portugal y la costa oeste de Africa. Hacia 1460, cuando el principe En- rique muere, el descubrimiento de la costa occidental de Africa estaba ya muy encaminado. La politica de exploracién serfa retomada afios mds tarde por el rey Juan I, quien continus 53 54 Develando el Nuevo Mundo / Olay Sanvuentes enviando expediciones de descubrimiento cada ver més lejos por la costa africana. Fl primer hito imporcante de estos nuevos brios fue laexpedicién de Bartolomé Dias, quien logré llegar hasta cl cabo de las Agujas, el extremo sur de Aftica. No pudo, sin embargo, proseguir mis alld, pues su ripulacién se atemorizé ante mares desconocidos y a escasez de provisiones. Despueés del descubrimiento de Dias se hubiera podido esperar una inmediata conti- niuacidn de la empresa, No obstante, el paso siguiente fue demorado a causa de problemas intemos en Portugal y por la continua disputa de esta nacién con Espafa. Sin embargo, el aio 1499 Vasco de Gama coronaria esta empresa centenaria,llegando finalmente a la India, tras navegar por la costa del continente africano. 3, MOTIVOS QUE AYUDAN A EXPLICAR EL ANSIA DE EXPLORACION “Tras esta breve revisidn de algunos aspectos configuradores del mundo hacia el siglo XV y el estado de los conocimientos geogrificos y néuticos que permiten comprender cémo fue posible llevar a cabo los viajes de descubrimiento, uno se pregunta qué ¢s lo que conduce al eutopeo del siglo XV a sali de su entomo y avencurarse hacia tierras ejanas y desconocidas. Llama la atencién que después de tantos afios ligados la vida dentro del continence, el eu- ropeo sienta la necesidad de emprender viajes hacia todos los confines de la tierra. Segiin J.H. Parry, una de las principales razones que motiva a los europeos, especial- mentea aquellos de la Peninsula Ibérica, a aventurarse por los mares, fue el deseo de adquisi- cidn!, Adquisicién de bienes materiales con el potencial de mejorar el nivel de vida y rango social del que se aventuraba. Por entonces, una de las cosas que se deseaba adquirir era tirras. El que poseia tirras y hombres que las trabajasen tenfa consigo una fuente importante de riqueza. Pero en Europa la divisidn de los cerrenos ya estaba hecha desde tiempos remotos, por lo que la inica forma de obtener era uchando por las armas o yéndose fuera de Europa para conseguirlos. Oxra alternativa era quitdrselas a gentes que se consideraran inferiores, ya sea matndolos o echin- dolos de sus posesiones. Esto es lo que grosso mado ocurrié en las islas Madeira y parte de las Canarias, donde europeos de origen humilde cuvieron la posibilidad de establecersea costa de los aborigenes y con ayuda econémica de las coronas de Castilla y Portugal. El éxito de «ste sistema creaba un precedente que se unia a los rumores de la existencia de otras islas en l Atkintico, lo que despertaba las fantasfas y ambiciones de hombres ansiosos. tra forma de adquisicién resultaba a través del comercio, Sin embargo, para los paises de la Peninsula Ibérica esto era un suefio dificil de aleanzar, puesto que el que reportaba 5 Panny LHL The age of rconaisance, Discvery exploration and settlement 1450-1650. University of California Press, Berkeley, Los Angeles y Londres, 1981, pig. 19. 1. £1 impulso al proceso de descubrimiento mayores beneficios —el de las especies traidas de Oriente—, estaba completa y absoluta- ‘mente en manos de genoveses y venecianos, La mis utilizada y preciada de las especies era la pimienta. Durante l siglo XV ésta eta llevada a Europa desde la India Occidental. Otras especies valoradas eran la canela, que se traia de Ceilan y el clavo proveniente de ls islas Malucas. El comercio directo y por tierra, del cual los europeos habian gozado durante el dominio mongol, finaliz6 con la legada al poder de la dinastia china Ming, Estos nuevos poderosos de China cerraron sus fronteras al hombre occidental y clausuraron, de esta forma, cualquier via terrestre de negocio y la posibilidad de Europa de contactarse con las culturas orientales que siempre habian llamado su atencién, Por esta razén, el comercio de las especies durante el siglo XV constaba de varias etapas, en que el timo cslabén de esta compleja cadena estaba controlado por comerciantes geno- veses y venecianos que se beneficiaban sobremanera de su control. En el excremo oriente de esta cadena, el control comenzaba por los chinos, quienes recolectaban el clavo y la nuez. moscada de las Indias orientales y las mandaban al puerto de Malaca para venderlas. Desde aut hasta la India, el comercio estaba en manos de musul- manes. Una vez en la India, la mercancia que venfa del lejano oriente, junto con la canela procedente de Cen y la pimienta de la propia India, se vendfa en los puertos de Calcura, Cochin, Canagore y Goa. Desde aqui, los barcos partian hacia Persia, Arabia y Africa del este, Habfa luego dos rutas alternativas para pasar del Océano Indico al mar medierrineo: una era desde Arden subiendo por el mar Rojo y egando hasta El Cairo y de ahi a Ale- jandrla, La otra ruta era desde Ormuz, adentrindose por el rio y luego utlizando camellos hasta llegar a Bagdad o a Damasco, o incluso atravesando Asia Menor hasta Constantinopla. A Constantinopla, Alejandrfa, Antioquia, Tfpoli, Damasco o Beirut, legaban los barcos italianos a cargarse de sedas y especies que transportaban luego a Génova y Venecia para Como se puede apreciar, la cadena de abastecimiento de especies y sedas era bastante larga y comple, lo que encarecfa en forma desmedida los costos finales de los productos. La caida de Constantinopla en manos de los turcos en 1453 constituirfa un duro golpe a «sta cadena que funcionaba si todas las piezas del engranaje estaban en buen estado. Con este hecho no terminaba el comercio, pero si cambiaba de dimensiones y los productos se encarecian atin ms, Para agregar més calamidades, las repablicas italianas suftieron varias invasiones desde el norte, lo cual afectaria asimismo al comercio con Oriente. No es extrafio, entonces, que desde muy temprano, los peninsulares espaiioles y portu- «cueses sofaran con una via alternativa para llegar a aquel Oriente tan preciado, Para Eduardo Aznar Vallejo, la bisqueda de una nueva ruta hacia Oriente constituye el factor decisivo en ia expansién europea del dltimo cuarto del siglo XV Aanat Vallejo, Eduardo, Op Ci, pig. 65. 55 Develando el Nuevo Mundo J Oya Sanfiventes Asimismo, la bisqueda de esta nueva ruta se relacionaba con el afin europeo del ha- Iaxgo de oro, El oro se asociaba a la riqueza y el poder y su posesién parecia asegurat la posibilidad de bienestar tanto como la superioridad sobre el otro. Los relatos medievales proliferaban en noticia de tierras orientales ricas en oro, donde los palacios de los reyes eran enteros construidos en este metal. Los lecores fascinados, sofiaban con ir al encuentro de estas riquezas. El mismo Marco Polo, que tanta influencia tendria en las voluntades de los descubridores del siglo XV, habfa llenado sus paginas con descripciones de riquezas en las qued oro tenia un rol preponderance. Las riquezas asociadas a Oriente encantaron a Colén y fueron tn alicente fundamental en su empresa atkintica. Si leemos las fuentes colombinas lama la atencién la importancia atribuida al encuentro de este preciado mineral. El hallazgo de oro y de plata colmaba también una particular necesidad europea. Las reservas de minerales de Ia Europa medieval, luctuaban en una complicada alternancia encte Europa y Asia y llegaron a acusar una escasez en la regiones mediterrdneas a finales dl siglo XV®, Esta situacién ayuda también a explicar la nevesidad puntual de finales de la Edad Media de encontrar metales. Otro motivo que lleva a esta era de exploraciones europeas es el celo religioso cristiano para aquel entonces. Tanto la intencién de convertir al infiel como el deseo de la Cristiandad occidental de lograr un dominio politico y religioso universal, eran dos méviles importantes ala hora de luchar contra el infil y el querer somererlo a los dominios de la esfera occidental. En un mundo imbuido del espiritu rligioso y sensible al mandato divino de propagar la fe por todos los rincones del orbe, muchos europeos veian en las expediciones ultramarinas una ‘oportunidad de cumplir con la misién evangélica. Ademés de motivos, podemos sefalas, segtin J.H. Parry, actituces mentales propicia- torias del proceso de exploraciones y descubrimientos. Parry habla de una curiosidad cre- ciente* que caracteriaria ala sociedad europea de finales del siglo XY. J.H. Eliott ambign cree en laalta ponderacién de este factor mental y an{mico: “Todo el movimiento europeo de exploracién y de descubrimiento estaba informado pot este deseo de ver y de conocer”®. Esta curiosidad creciente se manifiesta en la pasién por la lectura de los textos clé- sicos, tanto de parte de los eruditos como de nobles y mecenas. La geografia y cosmografia eran dos importantes éreas donde la curiosidad de los hombres del Renacimiento volod sus ansias. Al mismo tiempo, ellas se vieron favorecidas y enriquecidas con los frutos que esta curiosidad tradujo en adelantos técnicos. Entre estos tltimos, quizas el més importante fue la aparicién de la imprenta, que ayuds a la difusién de todo tipo de conocimientos, entie los que destacamos los manuales de navegacién y noticia interesantes de tierras y personajes lejanos que avivaban la imaginacién de los contemporsneos. ® Elliot John Hi. El Viejo Mundo y el Nuevo. 1492-1650, pig. 78. % “Growing euiosiy en Parry, ).H., Op.Cits pg 34. Ellon, John H., Op.Cit, pig. 44, 56

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