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i aR ey DE SENDERO LUMINOSO: CONTRATEXTO UCATIVO TUN BIONDI SH. VN era Eee EL DISCURSO DE SENDERO LUMINOSO : CONTRATEXTO EDUCATIVO Juan Biondi Sh. / Eduardo Zapata S. LIMA, PERU, 1989 ‘Ageadecimiento — Preloge Introduccion _ capiTuLo | i. 12. 13. 14. CAPITULO HE '— CAPITULO INDICE UN DISCURSO CONTRATEXTUAL Sentido ¢ Interpretacién. Texto y Sistemas parasitarios. Tipos de sistemas parasitarios. Texto y contratexto. EL DISCURSO un 3 n 29 35 38 40 DE SENDERO LUMI NOSO COMO CLOSE UP SINECDO- Quico Metafora y Metonimia, ‘Acerca de la forma de la expresion. 1a logica de las acciones, Relaciones entre los personajes. Rasgos relevantes del leng Sobre ia forma de! contenid Tiempo, modo y aspecto del relato- Los codigos y sus relaciones. El close up sinecdoquico. PREDICACION Y OPCION SIGNICA Ei Perdi de Sendero Lut El Perit de 10s textos ofl La opcion signica. La Pizarra de la Escuela. st 33 53 55 37 62 62 65 67 B 5 7 81 i | | i : | Prélogo Universidad, Lenguaje y Subversion La universidad tiene una grave responsabilidad politica y no debe darle la espalda al pais. Afirmar esto ha significado en el Pert durante muchos afios exponerse a muchos adjetivos. La historia, sin embargo, lo confirma, Ha llegado la hora de no esperar que la historia confirme que la universidad nada ha hecho por reflexionar sobre la tarea que le incumbe frente a la subversion que desde hace diez afios se ha acogido al terrorismo como instrumento de com- bate y ha hecho de los universitarios campo predilecto de su audiencia mis combativa, Hasta ahora nos hemos cruzado de brazos. Este prélogo no quiere, sin embargo, hacer la historia de nuestros pecados sino celebrar 10 que indudablemente es un asomo. de reaccién, Una reaccién sana, seria, cientifica, sin alardes parti- daristas de etiqueta politica, sin concesiones a quienes postulan otras formas de terror, Juan Biondi y Eduardo Zapata son dos profesores universita- ios dedicados a ta investigaci6n semidtica, Fueron mis alumnos, hhace algunas décadas, en la Universidad Catélica, y es mencién 15 16 que s6lo hago para justificar que lo que digo respecto de su von, ion y de su formacion esta abonado en la experiencia de un ato fargo que me ha resultado beneficioso. Son dos profesores que han frabajado largo tiempo en silencio; no les ha interesado el espe: ticulo de la conferencia solemne o el articulo tncerrado en su semidtica y tampoco hicieron de ella estridencia, comp otros, Se preocuparon de perfeccionarse: la cétedra y los Tibrog, fos estudiantes y los viajes, ayudan y ensefian, Amos comprendieron una dimension de su especiatidad hasta ahora desdefiada; hasta ahora las investigaciones centraban su interés en ‘ado para economistas y sociblogos, ya que la investiga fo en tos campos dialectalogico y sociolin- {Por qué no el campo politico? Campo dificil, siempre rodeado de la circunstancial cecoria con que lo adorna diariamente {a informacion interesada. Por qué no dar una muestra de que la universidad puede también, y con armas serias, demostrar que el Perit no le es indiferents ¥ tue la actualidad, esta escandalosa y triste actualidad nuestra, vijede inspirar un estudio cientifico en una perspectiva hasta ahora poetncentada? Preguntas y preguntas suelen ser siempre, en la vida neiversitaria, buen punto de partida para una investigaciOn. El testo Io iba’a hacer 1a seria formacién de tos autores. Este libro ceel fruto, y debo decir como corresponde a quien ha sido testigo del esfuerzo- palabras de reflexion. Poco ha preocupado a las gentes en nuestro pais si ha hy 9 no Estado, En verdad, no lo hubo nunca, Preocupados por él como, hemos ido descuidando el quién y el para quién y, por Supuesto, nunca hemos tenido en cuenta el para qué. Si el fracaso stole estar en muchas perspectivas, es porque todas las soluclones propuestas pecan de esta confusion de creer que ya existe Estado, y creen que porque alguien se preacupa por el ejercicio del poder ya se esté preocupando del gobierno de las cosas y lag gentes, Hemos ido perdiendo el sentido de 'nacidn’; se han ide asi Sesdibujando los signos que en una sociedad son patrones de con- quota del grupo social, patrones de conducta para cumplir fines duct Srviccion es punto de partida para quien, con una mano en Fpecho, inicie esta lectura, ‘Esta es una investigaciOn sobre textos, Sobre los textos y su interpretacién, La experiencia nos dice que a veces ‘el sentido’ de mmqexto es A, y [a ‘inlerpretacién’ es B; es deci, a veces el texto up blo dice fo que el receptor oye y el emisor ha querido decir, ‘aed podremos advertir que hay ocasiones en que “una forma: on maestra se convierte en instruccion”, y que si las interpreta- Giones pueden a veces diferir, el senrido basico (es decit, esa infor- Macién maestra) es dinica, La aclaracién es indispensable, porque Biondi y Zapata estudiarén acd fos textos de Sendero Lu sirviendo a la Revolucion Mundial, y c) Gloria al dia de la Hervi cided. En ellos Bion y Zapata analizan el lenguaje, los procedi- mientos de estilo las fig ric imay ic mients. de y las figuras retoricas (imagenes, analogias, "Claro es que no se trata de un estudio gramatical ni de est listica, sino de una investigacién semidtica. Se averiguan esencias y no se cuantifica procedimientos. La conclusion afirma que nos encontramos ante un discurso de clara esencia pedagogica. Un discurso que -pensado para un auditorio sensible a determinada metodologfa- solicita compararse con los discursos previstos para ‘ese mismo auditorio: maestros y estudiantes. Lo que dice Sendero {.uminoso radica, més que en su prop! predicacién, en la falta de predicatividad del discurso oficial educativo, $L se ha preocupado porque su lenguaje transmita no una ideologia abstracta sino ‘el sentido’ (-el significado.) de la lucha armada, Visto desde el discurso oficial, ia Iucka armada es tan ‘concepto militar’ y tiene ese estricto significado. Desde fa pers: pectiva semantica {y desde los objetivos estratégicos de SL) tiene lun significado educative, Nadie -segin Sendero Luminoso- se levanta en armas para cumplir un fin, sino para realizarse a si mismo i 18 en la nacién y con ella. La lucha, por fo tanto, no es un instru- wy fin-en si. El hombre y su lucha armada som una "Aqui es donde fa perspectiva lingliistica aparece, Ei nino erece 1 un ambiente oralizado durante fos afos decisivos. Fa ve Gs guia, penetra en las mentes de todos, se caraliza por entre tos aero oe de la sociedad toda, se constituye en las Institucionest ere los caciques cuando ‘mandan’, La orafidad manda estéen toca de ios més experimentadas y de los ancianos: los ae hablar y saben manejar la palabra dicen la verdad. Por es9 el maestro dice Y aoe por el sélo hecho de serlo, el arador dice la verdad. De onde el lenguaje dice Ia verdad y el lenguaje es sinnimo de poder. La vida va ensefiando luego que los alfabelos 201) los que roncjan an el pais, y decir eso es decir la verdad; ergo, et lenguaje antjonte. Pero hay otro lenguale que quienes marian €! poder san para perder a quienes no Jo poseen enteramente ¥ Part impe- dir que puedan usufructuarlo y aleanzar, asi, agin dia el poder ellos también. Nuestra experiencia de hablantes nos dice que el signa, irr giiistico es inmotivado, y en eso radica su arbitrariedad, Pero aiteds del lenguaje del que pide comida y remedios hay hrambre ¥ enfermedad. Y el que los pide sabe cual es el grado de énfasis Yue debera imprimir al lenguaje para consegul la atencién de quie- aut fuidan del hambre y la salud ajenas. Claro es que esos reales Trativos no niogan que el signo lingiistico es arbitrario y que, en Consecuencia, el Lenguaje Jo es. Pero esto diltimo es solamente una feflexién, apenas un lujo de académico, Et cludadano comin que vive su lenguaje dentro de su experiencia social sabe que el [en- uaje de ‘los otros’ suele a veces mentir la realidad de hoy y de rafana, pero sabe también que cuando se llega 2 promunciay 'a Frase tenigo hambre, ese lenguaje dice [a verdad. La condiclén primera para comunicarse con el otro es que el lenguaje sea claro y Tiga la verdad; cuando lo logramos, se confirma lo que dicen los {ities y proclaman los expertos: el lenguaje es instrumento de cohesion social y permite la integracién de los miembros de una comunidad, Pero no estamos integrados lingiisticamente los peruanos. El lenguaje va creando mitos a través de su rica simbologia, Y con los simbolos va urdiéndose la mistica que mueve a las mrasas, Un mistico habla con los seres superiores que | yen cuyo mensaje cree; puede llegar a oir realmente la vox provi Yencial, y eso acurre en los momentos de éxtasis. En ese momento al mistico €s hombre alienada, no esta en él, no es ét mismo, esté gn el otro, Y naturalmente cree que oye la voz del otro, asi como Tee y ve el mensaje del otro. En la voz y en el mensaje siente la presencia del otro: y ciertamente ese mensaje dice la verdad y es fa verdad, No importa que para nosotros sea evidente que el men- saje lo esta leyendo un narrador, y que circunstancias de tiempo y lugar pueden modificarlo. El mistica no atiende razones; con ojos del alma ve y lee, desde sus adentros I mente hacerlo entrar en razén: para "verdad, mente. Una condicion del lenguaje anida, como se hace evidente, en este complejo problema y un particular modelo de comportamiento ‘A ningtin experto puede pasar inadvertido este asunto. Cierto es que una cosa es ser el aufor de un texto y otra ser apenas un transmisor del mismo, Esta certeza visita a uno y otro, pero no tiene por qué necesariamente caer en esta observacion elemental quien oye 0 lee el mensaje; es verdad hechos son estos vinculados con su grado de escolaridad y de cultura, Don Quijote se volvi6. loco por creer queeran verdad las hazafias que lefa; no admitia que estaba leyendo obras de imaginacién. Porque autor y mediador conocen estos pormenores, ia estrategia de un discurso otorga a uno y otro un poder decisorio y de “Los hablantes muestran grados diversos de competen Lingistica, y claro es que tales grados ilustran niveles distintos de instruceion. Un hablante experto sabe administrar los recursos indispensables para que el lenguaje diga estrictamente fo que ssegiin sus intenciones- quiere que reciba el receptor. Esta es la esquina del circuito en que Sendero Luminoso se constituye coma emisor del discurso, Nuestra experiencia lingiifstica nos permite distinguir entre lo que el texto dice y lo que podemos inferir y extrapolar, Lo que podemas leer y 10 que, podemos interpretar, que son dos variantes de Jectura, ne contagiosas, ne democratica- au so" sstribufdas, Hay, 351, quienes slo pueden leer el sentido ue se offece a merced de os ofos elementales, y hay quienes leen se Mofundidad con ojos que reviven otras lecturas, evacan Ota oo er tanctas discursivas, descubren subliminales sentidos) Un abil emisor puede construit discursos para ambos ‘técnica pedagagica es Bi Mostrarloy analizarlo y probarlo es objetivo de esta inves: de decisiones. Luis Jaime Cisneros al de la Universidad Catélica. Introduccién rtos uno de los mayores errores ado al estudio de Sendero Luminoso haya sido mis hablar de nosotros mismos que del fendmeno que preten- diamos analizar, Anteponiendo interpretaciones a la necesaria en el entre paréntesis queramos ver, describir e interpretar. En este contexto surge este trabajo. Porque como educadores docente y porque en este sentido nos parec! de nosotros, acercarnos al discurso verbal de Sendero Luminoso y buscar el sentido, la potenciatidad expresiva, lo que los textos dicen en si 10S independientemente de lo que podamos interpretar. Ya la ica nos ensefia desde hace muchos afos que los elementos significativos de un discurso se integran en un sistema, que jenen valor respecto a él, y que en ese sentido el dis i mismo las claves para su comprensién, Compartiendo con Piero Cara pensiero esiste un rapporto: ma é indispensabile, nel pensarlo, mante- nere la i es decir, asumiendo que entre Ia realidad y su aprehensién conceptual existe una relacién, pero que resulta impetioso conservar la distincidn entre la realidad en si misma y el conocimiento que tengamos de ella, emprendimos el analisis semidtico de 10s textos “Desarrollemos la Guerra de Guerrillas”, ‘Desarroilar la Guerra Popular sirviendo a ta Revolucién Mundial” y “Gloria al Dia de la Heroicidad’’ en un intento por contribuir a su anilisis eritico partiendo de la delimitacién del sentide de dichos 4 De este anilisis da testimonio este trabajo. En éf deliberadamente fhemos querido abstraernos del contexto de la critica pi anil ta inmanente. Sincrénico porque, prescindiendo del je de la temporalidad, esto es, de la diacronia, hemos abordado los textos aqui y ahora. E inmanente porque, como lo sefialabamos, nues- tra lectura apunta a la determinacién de lo planteado en los textos, con prescindencia del querer decir 0 querer oir. Sin embargo, esta lectura no nos satisfizo ni nos parecié exhaus- Textual nos fue revelando que el discurso verbal de se presenta como un sistema educative y que una auténtica apreciacién del fendmeno obi ba_necesariamente a una segunda lectura; insertar este fenomeno en el contexto educativo gene- orque creemos que este dimensionamiento_ mejor su presencia en nuestra sociedad y sociedades anlogas y permite entender que mas alla de interpreta- ciones personales, la competitividad det discurso de Sendero Luminoso: iba en su cardcter educative. Es esta aproximacién precisamente la in sistema sigt acion, a la ausencia de ésta en el mos que esta segunda lectura exigencias que Volpe hacia a la Investigacion, en tanto que “Es preciso que el simbolo vaya en busca del simbolo y que una lengua hable plenamente otra lengua”. ‘Ahora bien, La importancia de la delimitacién del sentido del curso verbal de Sendero Luminoso estriba en que en un sistema ido, de paradigma e instruccién rigurosos como el de este icho sentido verbal condiciona el sentido de su lucha sntido de la lucha armada, Esta, en ef discurso inoso obedece también al concepto de instruc- ‘que gobierna el paradigma verbal y desde esa perspectiva la aria se ofrece como un discurso cuyos signos antes ‘que predicativos por el aspecto militar lo son desde la perspectiva edu- cativa, Se trata de signos hechos para significar, antes que de herramien- Ia necesidad de leer los signos de la misma Sendero Luminoso no solamente como un .0, sino como herramientas instructivas cuya funcion es permanentemente educativa y cuyo sentido final se Eheventra ya en el sentido del discurso verbal. Si algiin mérito habré de tener este estudio sera su rigurosidad en ela textual, La considera so como un sistema Ge signos alternativo respecto al discurso oficial, y nada més, Hasta Suir nos ha llevado el acercamiento semidtico sincrénico ¢ inmanente implicito en este trabajo. Pero dada ia dimensign docente que contleva toda critica e invest i deseariamos algo m: siempre la antepo: al nosotros y que de alguna manera todos fos inves jamos sobre este fendmeno nos aboquemos -éticamente- a trazarnos ‘como tarea, desde nuestras diferentes dis Suna actitud de aper- tura y respeto simulténeos respecto a nuestro. entific Nadie duda hoy que la informacién es poder. Tal vez la palabra cién haya desgastado su significacién por una obsolescencia La palabra desmitificar no equivale a menospreciar, a quitar ro tampoco a un aséptico develamiento. Desmitificar debe ser ido como compartir informacién, como responsabilidad del restigacor, es decir, fitalmente, como una renuncia 2 un poder exclu- ivo que a veces el investigador cree poseer (o posee) en detrimento de informacién compartida y del poder de todos. Quisiéramos para conci no excluye el estudio de las génesis o de las fi estimamos que fa busqueda de éstas debe ser hecha a partir de y on refe- rencia al sentido del discurso verbal. De alli que convenga tener siempre presentes las palabras de ILA, Richards: leccién principal que debemos aprender es lo fatil de toda a que precede a la comprensid CAPITULO 1 ‘UN DISCURSO CONTRATEXTUAL | oo —.I LI. Sentido ¢ Intespretacién Es probable que no sélo nuestra formacién académica, sino nues- tra simple ubicacién como seres con sentido comin nos diga que “la historia’ no exisie a nivel de los acontecimientos mismos, que se trata de una mera convencién, que -en fine es una ‘‘abstra ia y contada por alguien, no existe ‘en embargo, y a veces como consecuel cién académica, solemos perder el sentido comin y, al e nvolvernos én un mundo de palabras que terminamos por Ya Froge nos seftalaba que es “oportuna la prevei ‘no tienen ninguna referencia” (2), pero hha ensefiado en el sentido de que el signo | hemos terminado por creerlo tan ciegamente que olvidamos que esa ‘aracteristica de a arbitrariedad del signo lingiiistico es valida para el Signo lingtiistico pretextual pero no lo es en modo alguno para el signo motivado, sino que obedece a precisas in texto mismo. Situémonos brevemente. Todos sabemos que entre el nombre Julio César y la persona designada con ese nombre no media una rela- cién de motivacién 6 institucién, ésta automticamente cambia su funcién, Solemos adornar- nos con Doctoradlos que no poseemos o denominar Comisiones Parla- jue si el signo lamentablemente no fad. Y pese a todo, ue el nombre no es la cosa, iese una vinculacion natural notese, sabedores por el sentido comdn de ‘nos manejamos muchas veces como si (0 motivada entre esos dos elementos. Pero esta licencia que acaso sea valida en nuestro quehacer cot diano (y veremos en e! ca ‘que la confusion no es inocua), no podemos permitirnosia en el discurso cientifico, donde debemos tener permanentemente presente que nuestra conceptualizacion cie siempre una abstraccién metodolégica y por lo tanto arbitraria. Y que, sin embargo, cuando enfrentamos un texto fos signos de éste si son motivados, aunque no lo sean pre-textualmente. ‘Cuando se trata, consecuentemente, de an: no olvidar, con Maurice Merleau Ponty, que lo tienen su sentido inmanente que no depende del ‘pien: n texto, conviene izados fundir, por tanto, en una perspective cientifica del andlisis textual lo arbitré io con lo motivado equivaldria a suplir lo que un texto dice por :n50". Es, precisamente, asumiendo este distanciamiento necesario que nuestro’ andlisis pretender un acercamiento al discurso verbal de Sen- dero Luminoso considerando que: “Una nocién formal de signo -al revés de lo que sucede con una nocién de tipo realista- es més adecuada porque, por Tales de todo signo lingiifstico, ejemplo, explica las diferentes relaciones del fenguaje con la realidad, segin las cuales [as miiltiples lenguas’existentes distinguen en el continuum de la mate- a de lo ave puede convertirse en un a Nos interesa, pues, el acercamiento al discurso verbal, entendiendo que si bien nuestro aparato conceptual constituye un discurso arbitrario {y no es, por tanto, la realidad), es precisamente per ello que no reem- plaza al texto; y que, al concebir 10s signas de este texto como motiva- dos, lo distanciamos y podemos extraer de é! su significado, Estimamos que la precision de este significado debe estar dice a través del modo en que estd hecha’ es imprescindible tomar en consideracion elato no supone simpl ir su historia obliga ai investigador a asistir al hilo narrative en su desentrafiarse estructural y funcional y, paralelamente, obliga al investigador a proyec- ‘tar permanentemente esa horizontalidad narrativa sobre un eje ausente, aquel que da precisamente sentido final a las relaciones horizontales. Ya el sentimiento lingiifstico nos hace percibir que la palabra /blancof 1a comprendemos a través de una automética oposicién mental con tuna palabra que, aunque no esté presente sino ausente, comptementa el sentido: negroj. Lo /alto/ implica to /bajo/, asi como lo /moral/ evoca lo /inmoral). Todas estas precisiones tedricas permiten justamente que compren- damos que e/ autor de un texto dado no puede ni debe confundirse con et narrador de ese relato; que los signos de ese nafrador son inma- entes al relato y por lo tanto susceptibles de un analisis semiol6gico y que, finalmente, con Barthes, “.. quien habla (en ef relato) no es quien escribe (en la vida) y quien eseribe no es quien existe" (6). Cuando en lun anilisis textual observamos una casi obsesiva biisqueda del fondo del tekto yehiculizado a través de la forma, no sélo estamos negando la Idisolubilidad entre nombre y sentido, entre ios elementos estructu- indo -tal vez sin uererlo- la confusion entre lo arbitrario de nuestro discurso cientifis Y lo motivado del texto que analizamos, terminando por, en el caso Todo relato ——————— especiico de Sendero Luminoso, reemplazar |0 ave el discurso de este movimiento dice por i jfensan. Al teer, por {y muchos lo han Ita sociedad francesa | social y ellos que los i dor P: fe Proust nos demuestra ese contacto hasta Iz saciedad y, sin embargo, ésio no nos explica la estryctira A MMarece en fa novela (que por fo demés no funcionaba as{ en la reali Jha}, que responde (creemos) a la necesidad de establecet Fart fines de dad), GMs clara separacion entre el camino de Swann y el de fos Gust. to que se convierte en uno de 10s jes de fa novela. Es clrto ave mmantes ave Faye ese mundo y que el frecuentarto en su vida real dete Prost ePiuido, pero la aparicién de éste elemento sélo tlene sentido al interior de la obra. 'F Getas explicaciones unilaterales “del fondo” de los ar peligrosamente, y casi de manera sistemiatic: de pare son concebidas como fa cara externa o el ropale det Fe orrre como. eje 0 principio regulador de Ia existencia mina fondo. “Este alvido, por ejemplo en ol caso especificn de Sencero Luminoso (como veremos en el Capit ha impedido percibir que ge trata de un discurso en cuyo manejo d ‘vela precisamente su cardcter educative, Los and pueden por 10 tanto no s6lo desculdar aspectos fur mentales de un iscurso, sino caer en ex nes hechas desde “universales” a los ‘cuales se suele pretender adscribir un discurso. Sei gturas es pertinente convenir, entonees, en que * sentido ‘no astd al final del relat o.detrds de ét sino que lo atravies 1} y que consecuentemente es indispensable garantsa’ el distanci (7) ue farestro aparato conceptual respecto al abjeto de estudio, de modo que: ‘tndependientemente de! distinto terre- no ideologico y moral... es preciso reco- ocer que nunca las lecturas criticas diguelven totalmente la obra en fa plu fad de sus interpretaciones, porque autor siempre establece una orient bisica: [a limitacién de un “‘obje i | viene sustituida por fa mas amp! tacién de un campo de formatividad Debemos entonces eames gato ct preguntarnos acerca de aquel texto s6lo adquieren valor si y, por ende en la estructura ex: palabra sea, como quiere Ricoet y el acto, entre la estructura y el aconteci de de fa estructura, tun valor diferencial, pero entonces no es sino entacién curso y entender que las palabras de un introducimos en una clase dl te en el texto mismo, De lades". He a el objetivo de |. No perdiendo ‘a que "La palabra ‘sentid donde hay que preguntarse por la textualidad de ese texto" De todo Io anterior podemos desprender fa inevitabilidad cienti- inguir, en la aproximacion a un discurso verbal, entre el nivel ‘de’ un texto y el nivel de “‘interpretacién” del mismo. “Cada elemento de la obra 0 varios sentidos Esto en lo referente al “senti fcada, a fai i i 0 fad instruceién textual. Y, siempre con Todoroy, teniendo claro j6n de un elemento... es lp critica y su posicién ideolégica, y segan la época, Para ser interpretado, el ele- mento es incluido en un sistema que no esl de la obra", (12) 34 del discurso verbal de Sendero Luminoso irmpl ronees, ide lo que las palabras signifiquen en ef codigo lingiistico, implicara -decfamos- el valor que dichas palabras adquieren en el texto, en relacion con las otras palabras que las acom- paflan, en funcidn -en suma: del sistema de relaciones subyacentes al Giscurso, Pues hay que considerar aqui que las palabras de un texto no se han juntado por casualidad, sino para la basqueda de un sentido y que, por tanto, dicho sentido no debemos buscarlo en el diccionario 0 ten ef cédigo general de la lengua, sino en el cédigo de ese discurso. Sin embargo, como quiera que la jén de un cédigo como cién de fa conducta, i ‘que operan en una sociedad, habremos de proce- (o del ‘sentido’ existente en el discurso verbal de ‘ase sino del ‘sentido’ de los textos de los primeras afios \primaria, Porque entendemos que los signos del discurso Determinar del discurso educative of HI Ia comprensi6n del sién del discurso verbal “G} analisis estructural pretende estable- cer él sistema que sélo permitira pensar sus especificaciones; y para esto debo ‘en el seno de cualquier realidad, el plano de referencia en cuyo pueden organizarse las variables eleg (13) jitar adecuadamente lo necesario de lo contin: gente, se hace indispensable concebir el discurso textual de Sendero Luminoso como un sistema de signos cuyos elementos valen en refe- rencia a otros sistemas de signos de idéntica naturaleza, Pinte 1.2 Texto y Sistemas Parasitatios Interesarse en mas de signos de una sociedad, i dostinde respecto a de la semiética, Desde eit peepee i" $6 conveniente precisar que para nosotros, y para decirlo con palabras de Umberto Eco, “La semiotica 6 una disiplina che pus e deve occu. pars! di tutta la’ cultura” (14). (*) Es decie, asumimos que en:toda fociedad los sistemas de signos pueten ser entendides desde una pers- pectiva comunicativa, con lo cual deliberadamente queremos poner sata en a, concept de estos sistemas de signos que, en tanto vehi de informacn, garantie Is rican ene los miembros las sociedadles codifican sus experiencias comuini Itura, en estructuras semidticas expresadas en sistemas sig mentalmente, a red de relaciones que’ articul culturales. * ‘Ahora bien, toda sociedad estructura para sus mie a bien, bros un siste- tha educative y emplea signos para gifantizar el cumplimiento de esta fanciém-No~nes interesa discutir “qui acerca de la importancia que tiene fa funcién educativa para una sociedad, sino poner especial aten- cién en el comportamiento semidtico de los sistemas de signos que en tun grupo social dado asumen este papel. in este contexto, ya la pragmtica ha puesto particular énfasis en el rol que cumplen signos de esta naturaleza en el seno de la vida social y en la relacion existente entre estos signos y sus usuarios, “Los signos Gtiles para un, organismo deben orientar minimo su conduc- ta n espacio y tiempo, y preparar de algim modo su proceder respecto de tag del ambiente que-se identifica’. La Semiética es una disciplina que puede y debe ocuparse de toda la cultura. 35 36 Es claro, entonces, que si teemos [os sistemas de signos generados por un organismo en orden a su tarea educativa, advertimos que estos sighos estén orientados a situar a los miembros de una comunidad ‘en un espacio y tiempo determinados, a reconacer sus intereses comu- © instrucciones sobr la extrema compleji que esté en suspenso de manera que le sea posible una conducta y un (16) De lograrse este: sentido, esta suerte de “‘con- signo” entre fos intereses personales y los comunitarios, es garantizarsé el entendimiento “sobre la legitimidad de ‘os valores y normas vigentes de una comunicacién perfectamente razonable, tarm- bign el actuar tiene que ser razonable”. (17) Si observamos ral, rescatando el mn este seittido asume, y Io analizamos en tanto, proceso cor vo, deberios sefialar que los organismos socia- les proveen a sus individuos de estos signos educativos a través.de siste- ‘mas signicos que denominaremos textuales y parasitarios. Los sistemas signicos textuales 0 texto constituyen el discurso educative que la sociedad propone formalmente a sus miembros, de texto, entonces, nos sitita ante el universo de fa escuela, del ibro, de los procesos lectivos, en fin, de aquel unlverso de sistemas $s que aun cuando no participen de una misma naturaleza tienen como denominador comin el ser la propuesta ofic' Pero es evidente que a menos que se trate de un grupo muy restrin- gido de personas o medie una situacion patolé i vos de una sociedad no sélo se expresan o tran: textualidad, sino a través de lo que denominaremos como sistemas ios. Desde la perspectiva comunicativa, y tomando como refe- el funcionamiento de la textualidad, los medios masivos de comunicacion, el 1 discurso politica, la critica y aun eventualmente un sistema opositor al texto, constituyen sistemas parasitarios, Ello porque, de un lado, desde la funcionatidad of areca educativa de sus signos, el valor de estos se define en referencia al valor pose(do por los signos jema textual. Y de otro lado, porque se presentan como sub-productos (no necesariamenze a favor) del propio texto, . ‘Ahora bien, cuando el texto propuesto por una sociedad a sus individuos responde a las jas de orientar, proveer de herramien- tas y poseet Una telia definida, los sistemas parasitarios funcionan {aun en ef caso de aquellos que puedan ir en contra del t dantes respecto a él, Redundantes en tanto confirm: mente propuestos o como factores que a travé: tacién (feedback) pormiten demostrar la permeabilidad del textual 0 contr parasitario no ‘organismo que se desarrol En ciertas socieda upos denominados Eimo opositores al texto establecido, Alrededor de luso, una especie de sub cultura donde la suscrip. izadas, la asistencia al cit ten en signos integradores que gobiernan cultura del grupo heterogéneo. Sin embargo, ante un texto semidticamente operative esta subcultura no hace sino redun- dar finalmente acerca de la permeabilidad del texto. En este sentido el comportamiento de os sistemas 0 estructuras parasitarias revela que: “Las diferentes estructuras funcionan como fusibles; siel fusible de una estruc- tura ha saltado, Ia estructura o estructu- ras siguientes reparan el dane y garan- tizan el funcionamient vos, y en condiciones normales, los sistemas complementen entre si, sino contribuyan a la vigencia de la textualidad. La redundancia permite asegurar la continuidad operativa del sistema signico textual, no debiéndonos olvidar de que en este conte ‘educacién creat en nosotros unas creencias, unos habitos y unos este- reotipos que luego van a ar la recepeién de mensajes que no se fhallen impl{citos en ef sistema...”. (19) Texto y sistemas parasitarios, por alternancia normal, establecen una finalmente, esta relacién reposard en la intercambi de {os valores educativos que transitan alternativamente entre el texto y el sistema parasitario, Sin embargo, y como lo podremos comprobar mis adelante, fa complementariedad de valores entre el texto y los sistemas parasitarios s6lo es posible tercambio, Es decir, el texto tiene que tener ismo tiempo de se (20) y ello presu- pone, necesariamente, una clara distincién conceptual entre uno mismo, ‘quién es el otro y la diferencia entre ambos. 1.3. Tipos de Sistemas Parasitarios La distincién conceptual que permita el conocimiento definido 'S signicos que operan en una sociedad, permite a su vex el conocimiento semiético operative de que en la vida social no hay nada que sea lo contrario de conducta, Es decir, todo signo asumido como educativo evidencia e instruye una conducta en una u otra direc- cién, “En otras palabras, no hay no-conducta, 0, para expresarlo de modo atin més osible_no-comportarse, acepta que toda con- ducta en una situacién de interaccion tiene un valor de mensaje, es decir, es comunicacion, se deduce que por mucho que uno lo intente no puede dejar de comunicar”. (21) I sacion de la con- reciproca estal y enel contexto general de la no conducta aludida, podemos establecer que entr. los sistemas parasitarios se plantean tres tipos de relaci La relacién serd tives del sistema textual. Compet respecto a la fi tual, Y, finalmente, la relac ica supondré que el sistema signico parasitario, aunque influide por el textual, no opera conductual- mente ni de modo cooperativo, ni de modo competitive respecto al texto. ‘Los sistemas parasitarios desempofian asf una conducta coopera. tiva cuando constituyen un discurso que apoya al sistema textual, Estuvo muy de moda, por ejemplo, hace algunos afios acusar al Pato Donald de ser agente del imperiali: nv, dado que evidentemente la revista expresa Ios valores de una sociedad capitalista. Pero de este segundo hecho no se puede concluir el primero porque es pecar de ingenuo Suponer que una histories producida en y dentro de tun sistema exprese valores ajenos a éste. Igual ocurriria con una histo- rieta que corresponda 2 otro sistema, Lo importante en todo caso es percibir los mecanismos a través de los cuales el sistema parasitario del mundo del comi conducta cooperativa respecto 2 un texto dado, Proponemos llamar sistemas de reuso a aquellos sistemas signicos parasitarios cuya con- ducta implica cooperacion respecto al texto. Tomamos el término de Heinrich Lausberg, quien nos sefiala que: ‘conosce que: che sono strumenti soci jimento... della pienezza e della conti- rdine sociale e spesso anche del caratere necesariamente sociale delPumanita in generale”. (22) (*) {#) Toda sociedad de una clerta fuerza e intensidad conoce estos discursos de reuso que son instrumentos sociales para el mantenimiento... de la plenitud Pero indicdbamos que los sistemas parasitarios pueden competitivos, es decir, implicar de alguna manera obstacul texto, En el ejemplo de Iz historieta comica que menciondbamos anteriormente. ésta funcionarfa como un sistema competitivo para un ido a partir de la abolicién de la propiedad privada de los duccién, Los sistemas parasitarios simbidticos no operan cooperativa ni competitivamente respecto al discurso textual. Se trata de sistemas parasitarios que siendo sub productos del texto tienen una finalidad que no estd formalmente relacionada con la finalidad del texto, Retomando tun ejemplo anterior, constituirian conducta simbiética los sistemas de signos que regulan el comportamiento de un grupo que aun deciarén- dose opositor al texto finalmente ni colaboran ni compiten con él. L4 Texto y Contratexto ‘A propésito de una investigacibn sobre el asunto ortografico en el Perd, su concepcion como factor de discriminacién social y la ubicacion del problema en el contexto general de la educaci6n peruana, tuvimos a oportunidad de senialar que: “Los signos de un individuo y una comu- idad son sanos en cuanto ofrezcan una tematica y permanente posibilidad de mejoramiento; se tornarén patologicos si presentan una resistencia a fal correccién y mejora”. (23) Es decir, sefialébamos que los sistemas signicos de una sociedad y a partir det concepto de patologia de Morris, podrfan escindir su com- portamiento. En algunos casos, cuando estamos frente a un sistema de 7 de ls Continuidad del orden social y a menudo también del cardcter necess- Famente social de Ja humanidad en general, % signos sanos, estaremos frente a estructuras que posibilitan una perma- nente conducta adaptativa, mientras que en otro caso -la patologia- fos signos operaran en contra “de que la conducta se adapte al manejo de los objetos”. (24) Es en este sentido, pues, que un sistema signico textual puede ser, ‘en general, sean cooperativos, con el texto, En tal sentido, cuando en una sociedad reada su 3, oftece las herramientas para cumpliria juncionan como redundantes respecto nen una compleja red de elementos iterativos respecto al texto, Asi, por ejemplo, una parte de la prensa puede repetir constan- ta, mientras que otra puede discu- gar (hay muchos ejemplos histéri- cos al respecto) al escindalo publico que comprometeria aparente- mente elementos fundamentales de esa sociedad: cuestionar fa figura ‘misma de un presidente, por ejemplo. Sin embargo, cuando el texto es ‘sano, el periodismo opuesto a dicho texto opera redundantemente, dado sneia misma de la eritica y la denuncia, reiteran la id signica del texto, Frente sistemas parasitarios cooperati tirlo , incluso, denunciarlo has usceptibles de ser producidos por los miembros de la familia de intérpretes y con el mismo significado para los pro- ductores que para los demas intérpretes. jades de los organismos mismos gestos) o bien, los productos de tales actividades (tales como los sonidos, las huellas que quedan en un medio material © los objetos construide: 42 pierden Ia articulacién redundante entre eflos que caracteriza su com- portamiento cuando el texto es sano. Y desde esta perspectiva, gradual- convirtiéndose cada sistema ro, Pese a ello, dado que el requiere de pautas, estos -aun con su inarticulacion y ate |. asumen el rol del texto patoldgico. Es usuarios reciben pautas, propuestas, valores, patterns a través tintos canales, pero les son ofrecidos de una manera inarticulada, fragmentada, dada la pérdida de finalidad soci ‘Ante un texto patologico, los si 10s parasitarios coope- ivos se convierten asi en la alternativa educativa oficial y real que la .dad ofrece a sus usuarios, Por otra parte, ante un texto patoldgico icos, que operaban finalmente como a sano, pueden desplazarse bien sea sitarios compet n sub-productos, pueden convertirse en alternativos, es decir, adquit sentido, los sistemas ‘compe! Baldelli entiende que opera. la contra informacién, en tanto “La con. hha peso quando lavora sulla definizione dei punti (26) es decir la contrainformacién... j6n de los puntos débiles del poder. contra texto, es, entonces, un sistema signico que, ante una patologica, ¢ independientemente de su origen cooperativo, ivo o simbidtico, puede convertirse en alternativa textual (es decir, de reemplazo del texto De alli que cuando el texto es patol sistemas para- sitarios pueden convertirse en contra textuales, con [a diferencia de que mente los de origen cooperativo) asumen el papel educativo las caracter(sticas de inarticulacién sefialadas, mientras que en contra icion de su salud estard en re de su propia finalidad, de su cardcter instrumental y de su pos de operar sobre fos objetas, En este contexto, por ejemplo, un discurso, economico de origen competitivo, que pretenda convertirse en texto y site en torno a la afirmacién de la propiedad privada de los medi medios 'vo si no traza limites conceptuales el marco de istema comp lades de convertirse en text Fmente que ios sistemas parasitar itarios opera les. Alora estamos en condi ender que cuando el texto es patol cooperative van desempefiando uno a uno este papel de ynviene observar que “Si todos los fusibles han saltado (incl sistema de referenci iacio i Fate le referencia ala situacién) hay malentendidios,ia comun acion que ante fa comprobacién de un texto patolégico y ante a inminencia 0 evidencia de i inminenca 0 Que los fusibles saltan, es indispensable com. “Para estudiar adecuadamente una ry tura en las comunicaciones, es pr haber entendido previamente la natura- leza y la estructura del mode particular fe comunicacién que ha dejado de fun- (28) " “ Y aqui queremos retornar a , endero Luminoso. En la medic que la presencia de este movimiento evidencia una “rustea a tas res: en tanto que como se vio cualquier sistema en contra textual ante un texto patoid- seo, Siguiendo a Jakabson, es preciso entender la naturaleza era. a tr particular de comunicaciin que ha dejado de funcionar. 0 de educacion nos Mente como un sistema sano frente a on todas las implicaciones que ello con! Patologia del sistema ofici ra, | an a4 ‘As(, y siempre en el terreno de los sistermas sign educgtvo® debemos entender que los sistemas parasitarios func ont caacat vGtandantes respecto al texto cuando éste se presenta 20 Se commvios como capaz de orientarlos, ofrecerles herramientas ‘operativas y como poseedar de una telia de' Pep tara que esto ocurra, es decir para quo un sistema 42 signos sea percibido por los usuarios como poseedor de esis caracter{sticas, BF dato debe responder a tres exigenclas bdsicas: ser autocoherente, exhaustivo y simple. fe el sistema de signos textual debe estar libre de contradiccié ‘es decir, sus elementos deben formar una estructura exenta d por ejemplo, si uno 0 varios de los elementos del sistema propici ito de la lectura y otro oe os wide Tos elementos del sistema hiciesen percibir a! usuario que para el sistema fa lectura no es Felevante, existe Xt contradiccion para el ey explica fcilmente, desde el punto de vista de! comport, > exPlica Monte a. a estructura, cémo horas dedicadas al ereto verbal y al cultivo de i lectura pueden ser es ai fa superaciOn de otros cursos se hace prescin- iento y del cultivo del habito de la leetura o ny esto es mas grave am ‘proceso educative que tam- si re Sjementos significativos dol sistema, no muestian ae tos retptores,poseer el habito de la lectura, blen sea porque no Teen 0 porque lo hacen deficientemente, ee thaustividad supone que el sistema de signos debe ser apt dde explicar of mayor nimero de fendmenos ocurrentes ef WF sociedad, “asi, por ejemplo, si el texto no ofrece herramiontas pare vyalorar en su mento tecnologico que se presenta en una socie~ nto del fenémeno ocurrente, sitio Y, finalmente, imple, porque con el menor imax) de conceptos se debe explicar el mayor mimero de clementoe ime entido, se orienta ala formulacion de madelos y leyes Bert rales, respecto de Jos cuales los casos: particulares: funcionaran a modo: de ejerplificacion. OT sistema de signos textual satisface estas exigenci de garantizar ta intercamt fad y, por lo tanto, tendr: oe att tro sin dejar al mismo tiempo de ser él mismo”, serd capaz capacidad es decir, se Jantearé una relacién redunda inte ¥ cor los sisternas parasitarios. ¥ complementaria entre el texto y Creemos, entonces, que el andlisis de Sendero Luminoso supone en nee sociedad, y en este sentido es conveni tos de juicio para comprender Ia aparici6n no solo de éste, sino de otras te tener los elemen- fendmenos andlogos porque esta comprension requiere de una dete que han dejado de fi Notas al Capitulo 1 SPI an eeno |. Todorov... Las categorias... Frege... Estudios, '. Merleau Ponty... Signas... Proyecto. - Todorov... Las eategorias... . Loc, cit, . Sebag... Marxism... Eco... Le forme... . Morris... Signos... . Weinrich... Lenguaje... 7. thidem, . Baldinger... Op. cit. p. 159 P. 70-7) . 106, 173 . 160 P. P. P. P. ps P. p. p. 181 p. 156 250 24 86 15-16 42 153 55 50 16 84 44-45 p.7 p. 153, 28, Jakobson... Fundamentos... 29. Dorfles... Nuevos... CAPITULO II EL DISCURSO DE SENDERO LUMINOSO COMO CLOSE UP SINECDOQUICO ILI. Metafora y Metonimia La taxinomia 0 clasificacién de unidades en torno a las categorias de textualidad ha obed: y sigue obedeciendo a cri son de suma utilidad a nivel de la pretextualidad, muestran cuando nos enfrentamos a la textuatidad. De ahi que mas de pre-uicios acerca de géneros establecidos nos haya arnos a la manera como operan -en un contexto iscurso textual de Sendero Luminoso en tanto producto de su estructuracién sintéctica y seméntica, Nos interesa, por tanto, yer el comportamiento signico del discurso de Sendero Luminoso, lenguaje en su funcién de comu- todo lo mas cerrado posible con tenden- cia a hacerse completo y preciso para usar de palabrastérminos y frases-juicios (lenguaje tedrico 0 de formulacién)”. (1) 1 52 ir, con el Circulo de Una taxinomia sea como un len- Praga, el discurso verbal de Sen al" o un lengus tos tipos de di 1 la riqueza de los signos en aras de una cla todo caso conviene retroceder y curso observar los ejes de estructuracion de nos obligaré a jon exhaustiva de la estructura de la forma del discurso asf como dé fa estructuracion de su forma del contenido, La como la determinacion semas correspondientes (3) permitira un andlisis del discurso aue fad de comprender los procesos de estructuraci fos relata metaforicos y los relata metoni~ fan al plano de la estructura tica y los ‘plano de la estructuracién sintagmatica, micos. Unos nos I ‘atros nos refieren “En la conducta verbal normal ambos procesos operan continuamente, pero luna observacién cuidadosa revela que se suele conceder a uno cuaiquiera de ellos preferencia sobre el otro, por influjo de fos sistemas culturales, fa personalidad y el estilo verbal” Deliberadamente y con la finalidad de enfrentarnos a la textua~ do de manera inmanente hemos puesto entre paréntesis considera- ciones sobre génesis y nes det discurso textual para centrarnos clones erpomamiento signico de éste, comportamiento derivado de fe ctructuracion del texto como producto del mansjo peculiar de las estructura sintagmiatica y paradigmatica, ‘Como podremos apreciar of discurso de Sendero Luminoso escrito fntegramente sobre la base de norma estandar de la lengua espa ceregrmrtura meticulosamente a partir de un cuidadoso trabajo de los Seige metonimicos (parole) los mismos que s6lo cobran sentido, en retatancia a tos relata metaforicos (langue). Tendremos oportunidad de Ir reconstruyendo a lo largo del anzlisis como este discurso pr ia Forma de fa expresién con una fins lad expresamente educativa, pero como a su vex la estructuracién del discurso obedece @ un paradigma : i ‘ce & un paradig muy rigido lo que redundara, finalmente, en {a predominan: " Jo au predominancia del plano “La metifora es quizés el medio més nportante del desarrollo, cambio, erec- miento y adaptacion del lenguaje a nues- tras constantes necesidades” jDesarrottemos la guerra de guerrillas!, Desarrollar L a gue tr sviendo 4 te revolucion mundial, y {Gloria al ds de it Heroic? |, pues, una gran metafora a cuyo servicio y en subordinacién se tneuentran todos y cada uno de los elementos presentes en el discurso, ‘UL2, Acerca de la forma de la expresion 11.2.1. La légica de las acciones base de elementos que interactéan ocurrencias que a efectos d Gi Convndra en, see sentido identifica I suntanc de a expestn fe unconal, como estructura en tes ‘grandes bloques de |. Los tres nos revelan ficilmente en una primera aprox macion la estructura de | i Imacin a estructura de Tos acontecimientos que plantea ef discurso vanguardia organizada del pi que fundara Mariategui, reconstituida en dura bregs de mds de 15 afios como partido de nuevo tipo marxistadeninista- maoista.... ha iniciado y desarrolla pujante el dnico camino de nuestra emancipacién popular y_nacioni lucha armada, la guerra de guert (6) jierra y campo son el sustento pode- roso y natural de toda guerra revolucio- aria posible en el pas y Ja nuestra, idolo, no es sino una guerra campe- ida por el partido que haciendo del campo bastién armado de la revolu- clon, concretando en bases de apoyo, en bases del nuevo estado de obreros y campesinos, ajsie la reaccién y a su ‘amo imperialista en las cludades donde el proletariado y las masas populares preparen condiciones para el asalto final de las ciudades y el derrumbe total, ‘completo y cabal dei orden reaccionario y del ejército que Io sustenta”. (7) “Como responde a su caricter y légica reaccionarios, desde el comienzo mismo: fel gobierno/ ha lanzado sobre nosotros, militantes y combatientes revoluciona- rios, la persecucion y la represin ta tortura, la cércel y la muerte”, (8) Estos tres textos nos dicen ya en una primera lectura uién hace qué y para qué. Sin embargo, levando més a fondo el anlisis vemos ia educativa del discurso de Sendero Luminoso Ta iteracion permanente, sobre todas y cada una de sus funciones y catailsis del siguiente esquema: SITUACION REVOLUCIONARIA (guerra) ESTADO Violencia reaccionaria > PARTIDO —_—_—_ Violencia revolucionaria — verbal armada No hay un solo elemento dentro del sintagm: perfectamente dentro de ese esquerna y,conseeuentemente, todos los elementos del relato tienen un primer nivel de validez y si funcional en referencia a él, Esta estructuracié vex tan precisa de fa 16 mente que a nivel pr codifica sobre ta base de u simple, pero a de las acciones permite comprender facil- ico el discurso de Sendero Lu yeas muy marcadas que del 11.2.2. Relaciones entre los personajes Ahora bien, icémo vehiculiza ef discurso esta lagi i bet igica de las accio- nes? Que, como sefvalabamos se reduce a dos elementos bipolares y a dos acciones interdependientes en un estado de situacién revoluciona- ria, Y icomo esta légica se vehiculiza de manera tal que el receptor tenga que optar entre uno u otro polo y, por ende, entre una u otra 2cclén? La respuesta es simple: adsribiendo clara, precisa eirever mente a los personajes o actantes a cada uno de Ios polos qu ta logica de las acciones. pelos que sostenen ‘Asi tenemos que por el lado del Estado encontramos las si camponentes: os os sigulentes EEE = Imperiatisrmo. = Gobierno. Fuerza Armada. Jonjuntos que esigloban subconjuntos. De eae oder Electoral, Poder LegislatNO, denominado Gobierno. Las Fuerza a cera Armada, Las porertias internacio- Unidos y Rusia) del Lmperialism- ‘bel tado del Partido encontramos: — Las masas populares. ~ La’Nueva Fuerza Armada, — _ E] Nuevo Estado. et Partido a través de ta violencia ‘> en propuestas de concertar vor olucionaria bien sea verbal 0 Mientras el Estado opera sobs reaccionaria evidenciada en 18 ¥ ‘ion, el Partido dirige [2 viol armada. Las lineas divisorias de un campo © de otro estan entonces perfec- se las acciones y a fa adscripeton tamente delimitadas gracias a 1% igs personajes a la estructura DiPs Pero ie ‘nstruecion recibe el lector para identificarse con uno veremos en ef punto siguiente calificando en negativo Tg Tos eomponentes que intervienen PARTIDO Masas Nueva Nuevo Popu- Fuerza Estado fares Armada + sca de las acciones y 10s personales ofrecen una Peje mundos encontradas, La OPO? que los > ante, por ef receptor, esté dada Por la adjetivar Fuerza Armada Gobierno En resumen, f2 I segmentacion d textos toman prac 56. cidn isomorficamente bipolat Los flamados predicados de base, segin Todorey, confieman sin embargo, indicar que la accién de lencia revolucionaria adquiere a través redicado de hase com ensefia a las corm populares (al educarlas en el combate) y enseiia at Estado (al mostrarle su pader a través de las a Es en este contexto que se xP! pareciendo carecer de un valor estratéai aarenbjetivo debilitar la moral del Estado y fortalecer 1a de Jos com: batientes. 11.2.3, Rasgos relevantes del lenguaje De la lectura de los textos de Sendero Luminaso resulta particu mente enriquecedor detenerse a teflexionar sobre el papel GUE cumplen larmente los adjetivos en el discurso, porque ambos fos constituyen herramientas con las cuales se trazan ae precias sobre [a realidad, a [a manera como las Vneas Trove sobre tun mapa, Es decir, el uso del tenguaje asegura de man & inequivoca para el receptor, tanto 1a logica de las acciones planteadas, Tomo las relaciones entre los personajes. Pero Tio como usar palabras del propio mo ‘ninguna otra lectura que la instruida por el de or” que no pert texto. Verbos Ofteciendo el espariol una gran riqueza a nivel de pos expresivas desde la perspectiva verbal, eh discurso de Sender ‘Luminoso Sareea cribe. précticamente al uso de verbos en indicative ¥ 0 predominancia del presente, Esto permite al discurso tn alto carécter ‘ndicativo es precisamente el modo que marca en ivo que lleva a la expresion de resente, éste se caracteriza Por 38 poder prolongarse tanto hacia el pasado como hacia ¢! futuro, dando 2 lo dicho un caricter de proceso permanente. Se cumple asi, mediante teste uso cuidadoso del elemento verbal, con lo observado can Sz “de este modo el propio lenguaje nos impone la idea de tiempo, pues no pode- hablar sin evocar y clasificar un to nlimero de imagenes en el tiem: po". (9) ‘Asi, por ejemplo, si observamos el comportamiento verbal en elementos fundamentales que el paradigma de! discurso verbal de Sendero Luminoso nos va a mostrar, podemos apreciar el valor sig ficativo del empleo verbal. ido revolucionario de nuevo tipo no hay revolucion para el proletariado y ef pueblo y ésta es una gran verdad que rningin comunista puede soslayar...” (10) El uso de los verbos hay, es y puede, como se aprecia, hace adq tir a las rela fos un cardcter dé dado por la y la permanencia del presente. Un uso verbal inequivoco y sistematico, pues, asegura ante el receptor una nocién de Partido por encima de las vicisitudes espacio-temporales y lo presenta como inica y sélida alternativa. La que en un discurso de btra naturaleza podria estar expresividad por la falta de alternancla verbal otorga aqui firmeza a lo postulado. +. la lucha armada, la guerra de guerrh- las que arde victoriosa en dos mil nove~ clentas acciones que remecen toda nues- tra geografia, todos los departamentos del pais con excepcion de solo cuatro, ‘que remueve selva, costa y sierra, princi- paimente ésta, que estremecen ciudad y campo, especialmente ésta y a cuya lucha sirve la primera...” (11) La intensidad significativa de los verbos arde, estremecen esti dada en este caso no sélo por su objetindeg ee Objetividad y perma. nencia, sino porque estos valores expresi " \u ‘presivos se amptific testes al Asocre can efectos de fendmenss tall de rte remos en ‘gran fuerza. el punto referente al Paradigma, la gran ita en el discurso de Sendero Lumii met so uminoso suj ae sie caus elementos principales y elementos de la maturalore, {edo ello sn embargo- en el contexto de una utlizacion de iat i uerzas naturales no como elemento mégico 0 teligieas, sino como eficaz recurso educativo. Bio 0 religion, en beneficio principal capital monopotss, en especial del San fal banquero y_financi si bien este es el esquema y lineamientos que el gobierno sigue, la propia intrin. cada coi ida de intereses entre explo- tadores, la crisis persistente y ‘eravada que se polariza cada dia no permiten al gobierno superar las dific: Itades. Presentes, cuestién indispensable para poder estructurar un iN coherente basado en un claro y definido programa como reclama a gritos el propio ordena. meres de la explotacién imperante” de esudosos os aemanci de tempos verte sn embeto, aut Fane eis, “ discur Cs ‘Sendero Luminoso insiste y persiste en ef dirs ee Brest! repararos en el efecto que exo cre en idad verbal manifiesta [ que lz lucha revolucionari Planta aun nivel estitamente humane no requtre por tan tel auxilio de fuerzas sobre naturales, mégicas o divinas; me EEE 60 b. El objetivo a ograr en este contexto es perfectamente alsamzabie porque no s6lo fa situacion planteada 0 descrita, sino 1a irreversi- ae nO nifestada en el uso verbal, aseguran y descuentan el del modo indicative y del En suma, pues, ef pr tiempo presente no s6lo acontecimientos hoy,

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