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les y mais pa cial racién de teorias y la constante oferta de 1 PLURALISMO TEORICO Y COMPORTAMIENTO SOCIAL! Frederic MUNNE Universidad de Barcelona Por qué no hay una sola teorfa? ;Por qué hay muchas teorfas? {Son e} cr te trabajo intenta cont is y critica? niveles de formalizacisn de lt teor ta ciencia critica, El modelo presentado puede ser ti Palabras clay nte iguales todas las teorias? ;Cuail es la tworia valida? ;Hay alge dar estas Cuestiones y para ello distingue diversos wwaliza especialmente dos de ellos (paradigmas y me- : Epistemologia: Teorfas psicosociales; Paradigmas: Ciencia ci stemoldgica relaciGn entre teorta, adigmas), reflexiona sobre el fundamento del pluratismo te6rico y relaciona éste con la jtica de teo- para la construccidn y Ia Theoretical pluralism and sociat behaviour. Why is there not only one theory? Why are there many theori theory? Is there any relationship between theory, crisis and critici shes various formalization levels of theory. gms and metaparadigms), and considers about the fing this with critical scienes be useful for the construction and criticism of theories, Psychosocial theories: Parad answer this questions, For this it dis specially it analizes (wo of them (paradi background of 1 coretical pluralism rel Key words: Epistemolo: EL HECHO DE LA PLURALIDAD DE TEORIAS, El avance teérico en las ciencias socia- icularmente en la psicologia so- por una imparable prolife- se caracteri, Teato revisado de la confereneia sobre “The retical pluralism and social behaviour, Unders- tanding the epistemological structure of psy chosocial theories”, pronuneiada en la tnterna tional Conference on Innovation in Social Psy- chology: New Trends. en el Instituto Superior a (Lisboa, 17-19 de di de Psicologia Apli clembre de 1992), Pesicothema, 1999, vol. 5, Suplemento, pp. 53-64 ISSN 0214 9915 CODEN PSOTEG ? Are all the theories epistemologically equal? Which is the real n? This paper intends to ‘The model presented ns: Critical science, ternativas fundamentales, Estas pé tetizan, a la par que desarrollan, mis trabajos anteriores sobre las implicaciones epistemo- logicas de esta situacién cadtica (Munné, 1986, 1989, 1991, en prensa c y d)2 2. Quiero recordar a los asistentes al curso de dloctorado, organizado por los doctores Maritza Montero y Miriam Dembo, que sobre este tema imparti en noviembre de 1991, en el Instituto de Psicologia, de la Universidad Central de Venezuela, Fue un curso irrepetible, con alum nos de excepeiéin pues estaba integrado basica- mente por profesores como Maria Inmaculada Bunchs, Luis Eduardo Herndindez Ravago, Al- fonso Orantes, Euclides Sanchez, Esther Wie- senthal, y que por afiadidura cont6 con la asis; 33 FREDERIC MUNNE EI pluralismo teérico no es un hecho nuevo, pero sf su exacerbacidn actual. Ante esto, cabe insistir en la vieja cuestin de por qué no hay una (sola) teoria 0, con una nueva sensibilidad, preguntar ,por qué hay muchas teorfas? Lo primero responde a un enfoque monista, empefiado en disponer de una teoria indiscutible, sostenida por todo el mundo. El mito de una teorfa unificada tiene claras connotaciones de imperialismo, espistemoldgico. Mas bien el desarrollo cientifico ha ido en contra de este desidera- tum: las teorias Gnicas parecen dejar paso, con el quehacer cientifico, a miltiples teo- rias. El enfoque monista respira idealismo. Un enfoque del pluralismo tedrico desde el propio pluralismo es mas cohe rente, realista y ademas no opera por via negativa. Por su propia logica, es un enfo- que que exige considerar las teorfas en su conjunto. Esto es, s6lo panoramicamente parece factible tratar con sentido el tema Ahora bien, hacerlo asi representaba poner el foco de atencién en la relacién entre las teorfas, Esto se predica aqui en e] mismo sentido que el fisico y tipélogo del arbol de la ciencia, Ampere (1843), afirmaba que la relacidn entre los términos de un razone miento es mas importante que los términos mismos; no, en el sentido de la légica for- mal aristotélica, Pues bien, para indagar las descuidadas relaciones entre las teorfas, se requiere una visi6n sinerdnica, es decir es- tructural y funcional, del pluralismo te6rico. Asj planteada la cuestién sobreviene una cascada de preguntas: ;Todas las teo- rias pretenden lo mismo? ;Todas las teorias son epistemolégicamente iguales? ;Cusl es la teoria verdadera? Por qué cambian las teorias y hay crisis teéricas? ;Hay alguna relacién entre la teoria, la crisis y la critica? tencia enriquecedora de las organizadoras an de otros profesores ya doctores como Ligia Stinchez, Sus preguntas y objeciones provoca~ ron muchas de las ideas aqui desarrolladas. 34 EI problema se extiende incluso al plura- lismo disciplinar. LOS NIVELES DE FORMALIZACION DE LA TEORIA Conviene aclarar en qué sentido se habla aqui de teorfa, Se entiende que toda teoria es una interpretacidn formalizada que enmarca algiin aspecto de la realidad. La te- oria es significante de la realidad, al ence- rrarla en un marco y aprehenderla mas o menos formalizadamente, como vamos a ver. Ahora bien, un marco (teoria) también puede enmarcar la realidad tedrica (otras te- orias). Aqui se empleard el término en ambos sentidos En su acepeién mas estricta y rigurosa, el término “teoria” remite a las teorizacio- nes puntuales, en las que la concrecién es, maxima y la generalizaci6n escasa. Se trata de microteortay, que como tales estin pega- das a los datos (los datos, o sea lo que se nos da, son una formalizacién de lo empi- rico y no de lo conceptual, una preteoriza- cidn en tanto que condicionan los hechos 0 materia bruta tal como se dan). En el otro extremo tendriamos Las grandes teorias, despreciadas por unos (como Mills) y encumbradas por otros (como Parsons). Entre ambas acepciones, las reorias de alcance medio protagonizan como vaticinard Merton el actual desarrollo de las ciencias sociales. En un sentido mas amplio, cualquier teoria, sca cual sea su al- cance, tiene un referente mas o menos im- plicito que, en las ciencias humanas, viene dado por una determinada concepcién del ser humano asociada a una también deter- minada concepcidn sobre el conocimiento considerado cientifico de aquél. Llama mos paradigma al primero y metapara- digma al segundo. Por tiltimo, toda teoria pertenece a un (eventualmente més de un) dmbito disciplinar, que aporta el contexto fenoménico al que aquélla se refiere Psicothema, 1993 PLURALISMO TEORICO Y COMPORTAMIENTO SOCIAL Vemos como una fenomenologia de la formalizacion tedrica discrimina varios niveles y que cada uno engloba el anterior. Figura | Nivel | Nivel IL EI conjunto puede ser representado, pues, mediante unos circulos concéntricos (Fi- gura |), Datos (Hechos) Las microteorias. Por ¢., la teori- zacién que destilan muchas hipé- esis experimentales 0 estudios empiricos. Las teorias de alcance medio Por gj, la teoria del modelling, 0 la teoria de la atribucion y sus desarrollos. Nivel III: Los paradigmas. Por ej.. el inte- Psicothema, 1993 Modelo concéntrico de los niveles de formalizacisn te Nivel IV Nivel V: ca (Munné, 1989, revisado) Los metaparadigmas, traducibles por ej. en el positivismo o el es- tructuralismo. El dmbito disciplinar. Asi, ka psi cologia social, como un campo de teorizaci6n relativamente au- ténomo. FREDERIC MUNNE Cabria reservar un nivel a las grandes teorias. Pero. aparte de lo que se diré mas adelante, se prescinde del mismo porque ca- recen de relevancia o si la tienen se confun- den con algun paradigma: como la teoria del sicoandlisis (Freud) 0 la teoria de la ac- n (Parsons). Ademas, mientras las mi- oleorias tienden a integrarse en teorias de alcance medio, éstas no requieren de una gran teorfa como referente de significado sino que lo encuentran en un paradigma, Por otra parte y en cierto modo, dentro de un primer nivel formalizador habia que si- con- tuar los conceptos, ya que detras de cepto hay un inevitable marco teérico general- mente implicito. Esto esta latente en Goffman (1981), quien yendo ms lejos que Merton, dijo tener “grandes dudas sobre el valor de las teorias sociolégicas generales de estos tltimos aitos, y atin sobre el de sus sueesoras mas li- mitadas, las teorias de aleance medio”, afia~ diendo en tono reivindicador que “lo que ne- cesitamos, creo, es una modesta pero perseve- rante cualidad analitica (analyticity): necesita- mos marcos conceptuales de bajo alcance™. No todas los niveles de formalizacion tienen la misma naturaleza epistemolégica. Los dos primeros (marcos de alcance) forman {cter escalar. Esto les un continuum de confiere propiedades fractales (Munné, en prensa a), lo cual significa, por ejemplo, que los sesgos 0 deformaciones de una microteo- fa se reproduciran aunque no idénticamente en la de alcance medio que la integre, y vice- versa (de considerar el nivel de las grandes te- orias, esto es también aplicable a éstas). Por su parte, los niveles III y IV modelizan creen- cias y valores. En cuanto al tiltimo nivel, su naturaleza disciplinar revela una entidad con- figurada por las relaciones interdisciplinarias, que son fuente constante de nuevos ambitos. EL NIVEL PARADIGMATICO. Grosso modo, el nivel de los paradig- mas corresponde a lo que suele considerarse 56 las grandes corrientes, tendencias u orienta- ciones de una disciplina, cada una de las cua- les agrupa un conjunto, mas 0 menos vasto, de teorias y excluye el resto. Se trata, pues, de unos auténticos marcos, que delimitan unos puntos de vista propios. Las teorias de un marco se interesan por una misma clase de cuestiones o problemas, tienen una termi nologfa comtin o al menos intercambiable con sentido y los cientificos que las sostienen forman una comunidad suficientemente dife- renciada por sus raices ¢ intereses. Todo esto sin perjuicio de que sean constantes las dis- cusiones entre ellos, Cuando estos marcos se diferencian por sostener diferentes supuestos epistemolégicos con respecto al ser humano, estamos ante los paradigmas. Ejemplos de este marco, fundamentales y fundamentantes, son el funcionalismo o el marxismo en socio- logia, el psicoandlisis o el conductismo en psicologia, etc Aunque he empleado el término para- digma promovido con éxito por Kuhn (1962), la acepcién que acabo de dar slo en Pi cide con una de las acepeiones, la socioligica, de este autor. Segiin esta dltima, un paradigma es un patrén de investigacion, definitorio de problemas y métodos, asumido por una comunidad cientifica para su prac tica y que comparte unos presupuestos, in- cuestionados como tales, asi como unos mis- mos canales de comunicacién, terminologia, métodos y valores, La acepeién aqui emple- mbio, se centra en el referente a todo ello, dado por un modelo (te6rico) del ser humano (en las ciencias de la naturaleza, un modelo det mundo natural), que se basa en [a imagen que se tiene del mismo. Asi en- tendido, el contenido de un paradigma con- siste en un conjunto coherente y relativa- mente aut6nomo de premisas, que subyace en todas aquells teorfas que obtienen su sig: nificado de un mismo modelo, la psicologia social actual destacan basicamente los siguientes marcos paradig- maticos: te coin Psicothema, 1993 \y 3) PLURALISMO TEORICO Y COMPORTAMIENTO SOCIAL El marco psicoanalitico social: Derivado del psicoandlisis, ha invertido los presu- puestos epistemoldgicos de Freud, fuer- temente individualistas (ver Munné, 1989). Se centra en los procesos interper- sonales no conscientes, en tanto que mo- duladores de la afectividad (sentimientos, emociones). Su lenguaje baraja concep- tos como inconscientes, represi6n, culpa, liberacién, dindmica. El fenémeno clave reside en la conciencia, En su formacién interviene primariamente la psiquiatria, pero son también constituyentes la psico- logia y la antropologia. El ser humano es visto como un homo irrational El marco conductista social aplica al comportamiento social el esquema E-R del conductismo psicolégico, sobre todo en su version mediacional. Se centra en los procesos de adquisicién y modifica- cidn de conductas sociales. La termino- logia (condicionamiento, aprendizaje, refuerzo, ejecucién, etc.) se refiere ex- clusivamente a la conducta, entendida inicial y basicamente como accién ob- servable. Su modelo ha evolucionado desde un homo mechanicus, elaborado por el conductismo psicolégico, hasta un homo oeconomicus en el que el com- portamiento social es interaccién en tér- minos de costes y ganancias. El marco sociocognitivo se refiere a cémo el sujeto organiza en su mente el mundo social, y por lo tanto a los modos cémo llegamos a tener un cono- cimiento estructurado de ese mundo, co- nocimiento en el que la percepcién de la realidad importa mas que la propia rea. lidad. La clave de la explicacién reside en la mente. Las cogniciones y expecta- tivas saturan su léxico. El impacto de la inteligencia artificial ha transformado el modelo original de un homo cogitans en un homo cyberneticus, en el que el pro- cesamiento de la informacién cuenta més que la informacion misma. nar Psicothema, 1993 4) 5) 6) Otro marco psicosocial proviene de la tra- dicién del rol. Inspirada en G. Mead, su evoluci6n reciente es muy llamativa: a las diferentes teorias del rol y del interaccio- nismo simbélico, se han afiadido marcos como la etnometodologia y la etogenia. A a accién, como portadora de significado, se refiere todo su discurso integrado por conceptos como reglas, comunicacién simb6lica, definicién de la situacién. En la elaboracién y consolidacién de este marco ha contribuido la microsociolo; El modelo inicial, un homo ludens, se desplaza hacia la imagen de un cada vez mas activo homo artifex, artesano de su propia realidad. Dudosa es todavia la cmergencia, desde este dltimo modelo, de un nuevo marco con versiones aparente- mente heterogéneas, que van desde el construccionismo social (Gergen) osci- ante entre un humanismo y un marxismo diluido hasta el constructivismo social de ascendencia sociocognitiva (Escuela de Ginebra) pasando por el constructivism comunicacional (grupo de Palo Alto) El marco psicosocial inspirado en el pensamiento de Marx ve el comporta- miento social como un producto de rela- ciones de dominio y explotacién, gene- radas dialécticamente por sendas contra- dicciones internas, 0 sea por la propia situaci6n, El interés incide en fenéme- nos como la explotacién y la alienacién humanas, la ideologfa, el compromiso. Este tiltimo elemento radicaliza el com- ponente critico del marco. El fenémeno clave es la accién productiva y/o crea- dora, Sus fuentes disciplinares, inspira- das en el principio de totalidad, cubren desde la sociologia y economia hasta la politica. El sugestivo modelo de un homo faber que le inspira, esta seria- mente afectado por Ia crisis de la ideo- logia que le venia sustentado. Por diltimo, hay un paradigma humanista que enfatiza el desarrollo integral del 37 miaticos actuales manifiesto las caracterist a) b) 58 FREDERIC MUNNE ser humano como hacedor de s (homo volens). Ha generado muy poca produccién psicosocial en los dos pri- meros niveles. mismo, La descripcién de los marcos paradig- en psicologia social pone de is del nivel III: EI modelo es el elemento nuclear de un paradigma. Nunca esta acabado (histoti- cidad). Ni perfectamente delimitado: un paradigma es un conjunto borroso, cuyo foco reside en dicho modelo. Los mode- los son implicitos: raramente se cuestio- nan, funcionando como los principios axiomaticos de Wittgenstein y los so- breentendidos de Hofstitter (1963) Cada paradigma se refiere a un aspecto determinado del comportamiento social. Por ello, cada uno plantea preguntas di- ferentes y respuestas asimismo diferen- tes. Como parangén puede ponerse una habitacién, que contemplada desde cada una de sus paredes, proporciona visio- nes forzosamente distintas de la misma. Esto significa que la explicacién siem- pre es parcial y (dicho en sentido cons- tructivo) sesgada. En consecuencia, cualquier problema o una misma situa- cidn son susceptibles de aprehension pluriparadigmatica. El comportamiento social tiene una multidimensionalidad radical, Puede ilustrarse lo que esto sig- nifiea a través de un construct clave en las ciencias del comportamiento: el self social. Desde el dngulo sociocognitivo, este constructo es tratado como auto- concepto, como en el principio de con sistencia actitudinal. Desde las teorias del rol y sus derivaciones es aprehen- dido como la autoimagen, que genera conceptos como el rol y el estatus (Mead, Harré). El psicoandlisis social lo trata como autoestima, micleo dinamiza- dor de la afectividad del sujeto (el ego d) e) fo ci freudiano). La psicologia social mar- miento xista se preocupa por el extra de si (alienaci6n). En fin, la psicologia social humanista basa el self en el as- pecto volitivo, dado por la autorrealiza- cién (Maslow). El anterior ejemplo, sirve también para mostrar que, al tener cada marco un len- cos de guaje propio, los conceptos tema un marco no tienen sentido en otro, y si lo tienen no poseen el mismo sentido. Este biamos de marco cambia el significado ‘a: si cam- one relevancia pri de los datos, 0 sea que junos mismos datos “lefdos” desde uno u otro marco no dicen lo mismo! Por mi parte, he aplicado este punto a las decisiones ju- diciales y a la toma de decisiones en las organizaciones (Munné, en prensa ¢ yd, respectivamente). Cada marco empleara los métodos y las técnicas de investigacidn o intervencién seguin el aspecto del comportamiento cuyo estudio o tratamiento se propone como objetivo. Finalmente, cada marco tiene unas posi- bilidades y tiene también unas limitacio- nes: sus propias posibilidades y limita ciones. EL NIVEL METAPARADIGMATICO Varios paradigmas pueden coincidir y rmalizarse en un mismo modelo de cien- . El producto tedrico ast compartido en- marca diferentes aspectos de lo mismo, tra- tados desde una comin concepcidn de la ciencia. Es un metaparadigma, (No empleo, pues, este término en el sentido dado por Masterman, 1970, de la carga especulativa de un paradigma kuhniano). Este nivel de polarizacién tiende a po- larizarse, al menos en las ciencias sociales. En el caso de la psicologia social, se detec- ta m n claramente dos grandes metaparadig- as, que a falta de una denominacién mejor Psicothoma, 1999 PLURALISMO TEORICO Y COMPORTAMIENTO SOCIAL llamo interaccionismo psicosocial y perso- nalismo psicosocial. He aqui los rasgos ten- denciales de cada metaparadigma, que afec- tan a la filosoffa, la epistemologia, la meto- dologia, las técnicas de andlisis ¢ interven- ci6n, la ideologia, etc. (Cuadro 1) EI metaparadigma interaccionista es compartido por el sociocognitivismo y el conductismo social. Y el metaparadigma in terpersonalista, por la psicologia social mar- xista y la humanista. En una posicién hibrida, interparadigmatica, que les acarrea innume- rables problemas, estin el psicoandlisis social y el marco de los roles y sus derivados. CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE LOS NIVELES DE FORMALIZACION Ahora pueden comprenderse mejor las diferencias entre los paradigmas. Aquellos son referentes previos sobre lo que conoce- mos, mientras que éstos sobre cémo (lo) co- nocemos. El contenido y la estructura del conjunto de niveles de formalizacién lo ha descrito topolégicamente, en relacién con la psicologia social, en un modelo poligonal (figura 2), que recientemente ha sido apli- cado a las teorfas sobre el comportamiento colectivo (Javaloy, 1991) y organizacional (Quijano, 1992) De cuanto Ilevamos expuesto se de- duce que en el conocimiento teérico del comportamiento social intervienen funda- mentalmente dos implicitos: 1) la concep- cin del ser humano y 2) la concepeién de la ciencia. En cierto modo, puede conside- rarse que los niveles III y IV contienen teo- rias implicitas no sobre de la personalidad sino sobre el ser humano y el conocimiento cientifico del mismo. En este sentido, esta mos ante un enfoque ingenuo, al modo hei- INTERACCIONISMO PSICOSOCIAL PERSONALISMO PSICOSOCIAL Mecanicismo Ciencia natural Positivismo Critica técnica y formal Enfasis en el odjeto Aproximacién micro Unidad de andlisis atomistica: Ia interaccién Analisis estructural y/o funcional Setting artificial Ciencia dura Cuantitativismo Conocimiento nomotético Fisicalismo Derecha ideolégica Psicologia social fria Cuadro 1 Psicothema, 1993 Humanismo Ciencia cultural Antipositivismo Critica axiolégica e ideoligica Enfasis en e! sujeto Aproximacion macro Unidad de andlisis holistica: la persona Analisis causal: genético o dialéctico Setting natural (y cotidiano) Ciencia blanda Cualitativismo Conocimiento ideogratico Filosofismo Izquierda ideologica calida Psicologia soc Tendencias configuradoras de los dos metaparadigmas psicosociales. 59 FREDERIC MUNNE > < PSICOLOGIA SOCIOLOGIA INTERACCIONISMO Sociometria _SIMBOLICO ' SOCIOCOGNITIVISMO Etogenia : 7 T'del campo Ts de alcance medio i E T Etnometodotogia | 8 E . 3 R Microteorias del Pacolocn EN A | conoucTismo comportamiento Soci A ‘ SOCIAL psicosocial HuMaNisTa |b 6 Marxismo a N oa [ fenomenolégico | M 1 *s de alcance medio _ PSICOLOGIA 5 Sociobiologia SOCIAL MARXISTA 0 PSICOANALISIS Freudomarxismo SOCIAL ETOLOGIA ANTROPOLOGIA (BIOLOGIA) (HISTORIA) > « Figura 2. Modelo poligonal representando la estructura de los niveles de formalizacién teérica, en la psicologia contemporiinea (Munné, 1986, revisado). deriano. Por otra parte, es obvio sefialar que a ambos implicitos les es inherente una di- mensién ideoldgica y axiolégica. En conse- cuencia, no tratar como teorias a los pro- ductos tedricos de esos niveles resulta cap- cioso, porque es quedarse “en lo que se ve" y por consiguiente una manera de limpiar a los niveles inferiores de cargas metaempiri- cas, tratando a las microteorias y a las teo- rias de aleance medio como productos col- gados en un vacfo epistemoldgico, inconta- minados de imagenes y valores Cuantitativamente, a mas paradigmas mas aspectos de la realidad pueden cu- brirse, Pero cualitativamente, los paradig- 60 mas (casi como los metaparadigmas) son diffcilmente encajables. Con unos y otros sucede como con aquella conocida figura gestiltica de la vieja y la joven: 0 se ve una 0 se ve Ia otra, pero no ambas a la vez. Uno no puede pensar o trabajar, simulténea- mente, con mas de un metaparadigma o pa- radigma. (Otra cosa es intentar elaborar 0 moverse en un marco hibrido). Los niveles IIL y IV son sectorizantes y suponen una eleccién, implicita normalmente y cargada axioldgicamente que refleja el objetivo. No es extraiio que las disputas entre paradigmas o entre metaparadigmas se que- den en un didlogo entre sordos. Psicothema, 1993 PLURALISMO TEORICO ¥ COMPORTAM He asistido a decenas de esas discusio- nes sin que jamas se llegara a un minimo acuerdo, Cada uno intenta vanamente con- vertir al otro en un transtuga, con el len- guaje y los argumentos propios. Una discu- si6n asi solo tiene sentido si cada parte re- conoce la validez epistemolégica de la otra posicién y renuncia a ser el portavoz de la verdad. El contacto entre metaparadigmas resulta mas explosivo, si cabe, que el de pa- radigmas} Una precision sobre el nivel I. Es un nivel versatil: como refleja la fig. 2, las mi- croteorias pululan un tanto indiscriminada- mente alrededor del centro, Dada la lejania del nivel III, su referente paradigmatico a menudo es amorfo, Los resultados de un mismo experimento 0 encuesta pueden “le- erse” desde diversas teoria: Debido a su diferente naturaleza, no se emplean todos los niveles de igual modo. Normalmente, se trabaja, esto es, se inves- tiga y aplica, en los dos primeros niveles; se piensa en y se dan por supuestos los dos si- guientes; y se instala uno en el nivel V, TRANSFONDO EPISTEMOLOGICO DEL PLURALISMO TEORICO. El pluralismo teérico, al actuar por as pectos de la realidad, refleja la inabarcabi lidad de la realidad por Ja teorfa. Desde un aspecto y de una vez, la realidad es inagota- ble. La inabarcabilidad no significa que no podamos conocerlo todo, sino mas bien que no podemos conocerlo todo a la vez. 3 Enel mismo meeting de Lisboa, aludido en a nota 1, tuve lugar una fuerte discusién entre los sectores cualitativista y cuamtitativista, por no decir aséplico y comprometido, de la psicologia social, en la que despues de un insistente inter- cambio de acusaciones mutuas y por enésima vez, las cosas quedaron como estaban, 0 mas exactamente, cada sector salié més convencido, de la solidez de la propia postura. Pesicothema, 1999 TO SOCIAL La inabarcabilidad muestra que el perspectivismo del pluralismo tedrico se debe no tanto a la toma de posicién y la cir- cunstancia del sujeto (Ortega, 1954) y a la percepcidn sociohistérica (Sampson, 1991) ‘como a una calidad epistemolégica del ob- jeto. La inabarcabilidad, que manifiesta complejidad de la realidad, constituye un principio epistemolégico fundamental, que est en contradiccién dialéctica con otro principio fundamental. Es el principio de totalidad, segtin ef cual para no desvirtuar el objeto éste debe ser aprehendido en toda su realidad, o sea, en toda su dimensién y en todo su contexto, Probablemente, de éste Ultimo principio, aislado y tomado como absoluto, arranca la tentacién totalitaria po- tencial en cualquier teorizacién fundamen- tal, esto es, la pretensidn de englobar, pon- gamos por caso, toda la psicologia social, de ser capaz de abarear todo un ambito dis- ciplinar. Frente a esto, el pluralismo revela el cardcter paraddjico de aquella contradic- cién, La totalidad es una contrapartida de la incertidumbre. En virtud de la inabarcabili- dad, los paradigmas y metaparadigmas son aproximaciones, en el sentido literal del tér- mino, a la realidad. Por afiadidura, ningtin nivel puede ser agotado desde el nivel infe- rior, Siempre cabrén nuevas teorias de al- cance medio que desarrollen un mismo pa- radigma y microteorias que desarrollen una determinada teoria de aleance medio. Hay en todo ello una incertidumbre irreductible, como el “ruido” que acompaiia a cualquier transmisién comunicativa. En otro aspecto de la incertidumbre también se manifiesta la inabarcabilidad. A més nivel de formalizacién tedrica nos ale- jamos de la realidad; pero, en cierto sen- tido, nos acercamos a ella por ser mas abar- cador el nivel superior, No podemos forma- lizar una teorfa a la vez especifica y global. De un modo parecido al principio microfi- 6 FREDERIG MUNNE sico de indeterminacién (Heisenberg mayor determinacién del alcance, menor determinacién de la especificidad: y vice- versa. La formalizacién en niveles es, as una fuente de incertidumbre Otra cosa es la ambivalencia, tipica del nivel II, pues sus marcos difusos son capa- ces de funcionar como modelo o en al- cance. Y esto en un doble sentido. No s6lo las grandes teorfas pueden confundirse con algtin paradigma, como se dijo al comienzo, sino que los paradigmas pueden ser disfra- zados de gran teoria, Es una pseudoestrate- gia totalitaria para presentarse como no ina- barcables y con una base empirica (es el caso de Skinner, a pesar de su anatema de la teorfa). Es una capacidad camaleénica decisiva porque, como vamos a ver, una misma teoria en IIa o en IIIb (ver fig. 1) es objeto de un diferente tratamiento critico. PLURALISMO TEORICO Y CIENCIA CRITICA Por definicin, toda ciencia es critica Pero esto tinicamente es asi en términos de critica interna, El conocimiento dogmitico, que crea una ilusi6n de totalidad, acecha al cienti- fico. El te6rico tiende a la monogamia epis- temolégica. AdemAs, esté socializado para ver como infidelidad si no traicién cual- quier transfuguismo, aunque sea coyuntural, en los niveles superiores de formalizacién En cambio, el practico recurre intuitiv: mente al pluralismo, moviéndose con cierta soltura (desfachatez o ignorancia, diré el primero) y mas o menos congruentemente entre los paradigmas e incluso metaparadig- mas disponibles. Seria grave deducir que el pluralismo supone que se pueda sostener cualquier te- oria, Todo lo contrario. Los diferentes par: digmas 0 metaparadigmas, al no refe Jo mismo sino exactamente a aspectos de lo mismo, son en rigor incomparables. El rela- 62 tivismo, que en una primera impresion acompaita al pluralismo te6rico, esconde un radicalismo: el valor tinico y absoluto, aun- que no eterno, de cada paradigma o metapa- radigma. (De un modo parecido a como las pautas sociales son culturalmente relativas, pero tienen un valor absoluto para y en el sistema que las establece). En definitiva, un marco no puede ser sustituido por otro. Por ello, puede no ser incoherente aco- gerse, en cuestiones diferentes, a diferentes marcos. Y ahi entra la dimensi6n critica del conocimiento cientifico, exigida por la na- turaleza epistemoldgica de los niveles supe- riores, Se trata de la critica externa. La dis- tincidn entre critica interna y critica externa se refiere a si un marco es valorado desde dentro o desde fuera de si mismo, lo que en rigor afecta a los niveles superiores, ya que los inferiores discriminan relaciones de al- cance. Esta distincién es clave, porque en la critica interna, el sujeto se adectia al objeto, mientras que en la externa es el objeto el que queda adecuado al sujeto. Si en el pri- mer caso la objetividad parte del objeto, en el segundo parte del objetivo. El pluralismo tedrico es una conditio sine qua non para una ciencia plenamente critica, es decir, para una ciencia que asuma la critica externa, que es la sustantiva y la que produce reactancia. Los protagonistas de una ciencia critica, en este sentido no mis propio pero si mas fuerte, son los para- digmas y los metaparadigmas. En el mo- nismo s6lo un paradigma y un metapara- digma pueden asumir esa critica, la cual deja por lo mismo de ser tal. Por eso, una teoria unificada seria la muerte de la critica externa. Los niveles de formatizacién son alta- mente discriminantes en la critica. A menos nivel, mas importancia de la critica interna; a més nivel, mas importancia de la critica externa. Dicho de otro modo, las microteo- rias y las teorias de alcance medio son rela- tivamente inmunes a la critica externa, Psicothoma, 1993 PLURALISMO TEORICO Y COMPORTAR mientras que los paradigmas y metaparadig- mas lo son a la interna. Por eso, pocas veces los ataques desde un paradigma se di- rigen frontalmente a otro paradigma; es mas corriente atacar sus microteorias 0 mejor sus teorias de alcance medio, con la excusa de la especificidad. Ademis, debido a los niveles de for- malizacin, toda critica se formula con un determinado alcance y en ella subyacen también unos determinados modelos del ser humano y de la ciencia. En dltimo término, cualquier critica no es sino otra teoria, en gestacién o no. BALANCE DEL. PLURALISMO TEORICO El pluralismo tiene un poso de ambi- giiedad, Cuanto queda fuera del marco asu- mido carece de significado, pero sus fronte- ras pueden sobrepasarse a través del “arco voltaico” que va de lo sintomitico a lo am- biguo. Lo fundamental, que es grandeza y servidumbre, es que el marco siempre lo ponemos nosotros. Por eso, a medida qu més nos afecta, menos se acepta el plura lismo te6rico: si en la intervencién es habi- tual recurrir a él y en las téenicas se reco TO SOCIAL noce, en los enfoques metodolégicos se plantea con res menos, en los niveles III y IV) se evita. EI pluralismo teérico es la democrati- zacién de la ciencia y conlleva el riesgo de la eleccién. En principio y epistemoldgica- mente, no hay ninguna raz6n para preferir una toria a otra, al menos en los niveles superiores, Otra cuestién es que el grado de evolucion 0 madurez confiera més poten- cialidad a uno u otro paradigma o metapa- radigma. Y que tanto el rechazo como la aceptacion vayan orientados por el objeto y el objetivo. En consecuencia, el pluralismo te6rico invita a reflexionar sobre la validez y la verdad de las teorfas. Quede para otra ocasi6n. El pluralismo teérico tiene repercusio- nes metaparadigmaticas. Es un modo alter nativo de teorizar, que obliga a convivir con la contradiccién epistemolégica entre la inabarcabilidad y la totalidad, y a ir en pos de una sintesis entre el pluralismo féetico y el monismo ideolégico. Porque si bien nuestro conocimiento no llega a agotar la realidad, ésta no deja de ser total. Por eso. aunque s6lo cabe asumir la inabarcabilidad, hay que apostar por la totalidad, persiguién- dola como principio inaleanzable. En esta sten yen la teorfa (al gran paradoja reside la utopia de la cienc’ RESUMEN Ampere, A. M. (1843). Essai sur la philosophic des sciences ou Exposition analytique d'une classification naturelle de toutes les connaissances humaines. Gofiman, E. (1981). Program Commitee Encou- rages Papers on Range of Methodolo- gies. ASA Foomotes, agosto, 4. Hosftiitter, P. R. (1963). Einfithrung in die So- sialpsychologie. Stuttgart: Kréner, 3° ed, Javaloy, F. (1993). Comportamiento colective movimientos sociales. Un enfoque psico- social. 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