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NOMELISTAS DE NUESTRA EPOGA MARIA ESTHER DE MIGUEL LOS QUE COMIMOS A SOLIS lH ISADA, S.A. BUENOS ATRES LOS QUE COMIMOS 4A SOLIS ‘Del tinsbit le causitay Finanakenta, “En on pequebe ia de gran fama “Que a causa suya de Tralee lama" Mutsy ex Basco Ghenesiaa, J de “2.2 y eatances bas Indios, segiin La hier ppaiieras: pesa coundo estuvieron cerca Jor mataron ton sis Meeker y después low eatiteron..."" Gannla, Hldoris del Mie de fe Bota A fustio Crespo Nowak, kr SAniste vos, indio de mierda, hija de Caceres parecicron galpear Jas ‘botar sobre las dures baneos de ja bofetada, las carag de los ln grancle’ de ta ii 10 Maria Esvicr de Miguet que era antes, a mientras hi omisario no las decia ya, aunque las habla sade ilo era sélo sargento en ‘Tres Bocas, a primero a abange en. Puerto Ye ichito que lustraba los zapatos de quienes is ilnmingos, © al calé Jos sibadas por an, en cualquier dix de la semana, el tno en lel tatoo Tufic, alla en Conceprién, y entonces, por 40 mismo, Je decian aunque esto no lo sabla— “mo- cos0 boce eietring", Claro que las habla diche antes, y bien pero desde que cra comisario, las anteajos que habla comenzado n tuar y que séio Dios sabe hasta que punto necesitaba, 9 si simplemente eran Ievados “pare hacer pinta y nada mds", como sospechaba alguno Ja Inpicera fuente por la que eanjea de material plistico, habla come limpiade: vor que scgula siendo recia, mandona y. viril, s6lo algiin “jodi do’, “gran siete” o “cataja” suplia preeariamente Ja retahila de palabrotas con que antes matizaba sus conversaciones, Por cso sc ra, ai, el Sora Lépex, cuando 0y6 los insultos del comi- sarin; ¥ se asombré también el twerto Vazquez, que por alli Pasaba en ese momento y se detuvo a espiar, por la puerta cnireabierta que daba a la calle, para ver qué era ese batifonde que venia de adentro; y se asombraron también los otros, las agentes. EL Martinez, que acarreaba agua del alj pattona, la mujer de don Ciiceres, con quien eumpl tle servicio que debia oficiar, segim el reglamento, castodiande: Ja paz en los boliches y las calles det puteblo; y el vengo- Farias, quien aunque preso, se la pasaba, por orden de arriba, es clara, carpienda los ynyos que con tanta Muvia hablan invadido el patio y Ja vereda de la comisarfa. Se asombraron de que dijera, pero no de las palabras en sl, porque otras ne cuadraba para ese gancho, o mejor, indio desalmade, que habla hecho que habia hecha, lo que ningin cristiano podia ni siq pensar sin estremecerse, y que sin embarge era capaz de necer asi, Como ajéno ¥ extrafio, con el rostro aim de animal o de bicha que de hombre, excondide a me suis ropas rafdas y las manos apret del Fierro que ya las tenia bien acollaradas, Pero todos —el Sosa Léper y el ladiin que carpi Viquer—, que las dijer a Las Gite contimas a Solty 11 aleanzaron lo que murmurd ¢] cos ese, gaucho desalmado, indio © alimafa, que por primera vez tevaned sus ojos chicos, Nances como dos holitas de acero detris de Tag cejas apretadas y renegridas; y junto con ellos alzé también su cabeza, pequetia, sed 2 ambos— por todas, como deicnerlos en el comisario, para enton- ces decir, con palabras que parecieron més un grufiide que una vor, o la vor de un hombre no scostumbrado a proféit pala- bras, sino a arreglarse con gestos o gritos; dijo algo qute, esto H, no To entendié nadie: ni él comisario, ni el Sora Lopes, ni el eter Viirquer que segufa espiando desile la puerta Jo que un segunda despucs sabtia ya todo ef pueblo, aunque tampoce ellos —los del pueblo— In entenderian Porg e dijo. fues —¥o soy de los que comimos a Solis, Lo dijo 'y se quedé callado y ya no valvié a hablar, ni siquiera o el comisria le insistié, siempre con voz de trweno, pero abrotas, camo si com aqutel desahogo primero hubiera o su cuota de indignacién, esa que tone hombre deb rhe asi mismo por mache, yentonces, ya cancelada, pudicra valver a ser Ia autoridad, ec) juez, la fuerea tegalizada de ese Ho de ‘Tres Fsquinas; na habld tampoco enande el Apes y inex lo empujaron hasta el ealaboro, y despucs de abrir fo mandaton de un empujén eontra el citiasteo en cra donde no se quedé porque {ue trastabillando, envién o por set hombre acostumbrado a pres: isi fuera un camastre infame come. ése n cualquiera, que podia ser del rio, @ esa esquina del éalabozo malo: ignificamte y callado, euando cerraron ade Have y se fueron —tac-toctoc— \én, €olo- arse ~cllos, Jos que se iban— que 4 que los pasos se apagaban, hablé, prag otra ver, com vow baja soy tte tow que comimos « mo sablende de ante- ‘an no pocrian en n habia sido Solis hac cra él, el Suto Asencio, iis de centro siglos, wi tampoco lestle hacta casi ireinia aios que excstia en el manda: ta cra conniderackia la hizo deapuds cusinie supe que detras de las talas y las espadahas y Jas pajas bravas we rodean el cireuite de agua, habia otras cosas —puebles, des y hombres que configuraban eso que se lamaba mun. liempo, cuando apenas “gui apremdia a najarritas y surubies, a preparar las trampas pata cazar pescar hhutrias y a esinerar su punteuia ext los ppijaros salvajes yen. los gatos monteses, él no sabla comparar, porque slo conacia ese ined agreste, elausurado en la barbara soledacl del rio siempre curbio y el ciclo constantemente alte, Después supo que ee rio el Us me vena del Brasil y marchaba ha quedé como una inedgnita eomprend aba y cdma esa masa enorme, a rains silenciosa, a ratos rugientes que en otofia comensaba a ctecer, como en primavera se hincha el vientre de las bestixs preiiaias, amontonanda —61, el xfo—, tun caudal de agua que pavects de coenta y subla, ¥ st ie dle pronto Teventaba ef eauice, Llenaba los runjones vecinos, ‘repaba por las altas barraneas para desparramsarse, breando entre los rboles, y después, casi sepuleind golpe de su fucrea, extenderse por eusdres cluir en una retirada smajestuosa, inddm sobre los campos muertos el trafeo de su potlerio, habia trafda de arriba: osamentas de 4 oscuros y deformes bareas, viboras de cscurridise, resara de Tos lugares por las que su poder aerollader; y que eso, el cuerpo de su padke, hinchado, ver Ins sabandijas Me} i yo er une de EaMtos, Jas coms que ls ojos desorbicades de un m se moviliz6, Lo sacaron do ee varado, 16 tuvieron en cxposiciém, cubierto de sil —aunque el pobre ya esta podrido a més no poder, en um galpén oscuro, para que las moscas y los tabanos no acabaran co él, esperando, que apateciera alguien capar de reconocer eso que se sabla era un hombre, aunque més se parecia a una carreha cualquiera, con cl cuerpo agujereado dle montiseos, Iustrado por las aguas, desheeho por el sol. scaclor el que se acereé y lo Vidz Pero si éste se me hare que es el Asencio, el del recodo Jas Cences .cs tlija asta los marineros y después se fue con st canoa por lo arriba, hasta el reenda mismo de las Graces en o traicionere, Wacia affares, se habian ahngade ¥ hala; y se fo vepichd los gutises —que ya hos, aunque todavia no Ja sabian— prendidos a la y los ojos reseces de tanto recibir el tintinear del agua, 1 rio arriba, esperando la canoa det hombre que a escuchar Ins palabras que no esperaba ¥ que le jue venla por el rie abajo, + Ix Subprefectura en que habta quedado ncio que no Hega, Van 5 seme Nace que el Asencio. + Stes tos, em 1a Suprefectutra, seis dias ya. desgraciao. za, don pet que me In pudieca al los, com cl perro, y las gallinas y al ron y que te 0 desi eostas aris: a cosa informe y 14 Masia, Gather da Miguel a del fo, o los marinetas que subjan de Montevideo ban su paga cn Jos bolighes del puchla. isamente esa tarde Habla quedada libre, y como no tenia y como la a podide mis que es precavia libertad deyuel sairando primero. al serto, ¥ después el carro que Ie Hevaba al eementerio y pads ala mujer y a sus ctlos, ¥ entonces, cuanda In vio sola tila, a a madre— porque todo ya habla acabado, se acered te dijo algo, ¥ despuds, haciendo desu insinuacién una orden, fl pueblo, mejor dicho, lo cruzavon de largo, sin apute como hacen los que #6 tienen meta, exit fo destino; attavesando sus senderes de ‘chudienslo "calles empedradas, hasta dar con el rancho de la comadre fstaba al otro lado, mds alld de las casas y del asfalto y fen cl dmbito estrecho e inevitable donde se amon: was de Ios pobies. el antes de dorminse, deste el ringin en que i amontonadas, tendidos en el piso de la cocina, “escuchar algo dé 10 que se dijeron ellos, la madye ¥ mero sentados jumto al fogdti, y desputs sobre el pelo ciel ntro extreme donde fo en fas sombras y um simul en cl silencio de Ja noche huseca de ritkdos, piensa hacer, dofia? maloliente que esperaba la mirada de alguien que dijera “St tte a8 Zenabio Asencio”, entonces, cuanto ya no era Zenobie ‘Asencio. sino una piltrafx aguardando cl veredict spantdtee dlescansar al camposanto. ‘Y alli, en la Subprefectura, lo vieron al padre. La mujer junea al peseador que de puro comedico no Je ahornd esa pen’, Jos muchachos 1 descuide de los marineros que, tambiéa de comedidas, se la hablan querido ahorrat, a “pabres ocenies, devnasiads chicos fra’ver ese especticwla"; pero five como si no 10 hubjeran visto; no lo feconacieron en esa cosa que era cualquier cor, “hinchada y jedionda”, que daba asco jo pena; nadie puco Morar; las chicos porgue eran chicos, 'y Ja madre porque no tenla dempo, y ademas nunca lo habla 41d supa repetir, come siempre que alguna calatdad a pactre Jo. partid. un raya, alli, ‘o en Goncortlia la creciente le ‘rancha com todas Las cosas: eco en Je, habia el Asencio, y entre todo cio, ia nacide—, slo una suerte le josidlad Tew6 um lis, hacia ya afiares, Jas ollas ¥ las gallinas y tas co na con el guri que én esos dias hh tir, entonces, coma aquella ver, letaniz © Tero: =¥ giteno, pacencia, paceneia. Fea tarde marcharon detrés del carro destartalado que en la Subprefectura es habian dado, hasta e) cementerio; y viewor ‘como el ea}én, casi desvencijado ya antes de comenzar a podrinse ira, cali en cl huéca abjerto sobre el pedazo de camp inito de yuyos y flores silvestres. -Y después, con la Wa y las voces Finals de Jos hombres, se. queslaro folos, la madte apretando entre las manos un trapo mugrh que malamente hacia de paiuclo, y-los nu prendidos a su pollera, mirindola a ella y tan nuevo —sin rlo, sin arboles, sin gritos de pjacos sa olor a vegetacién fermentada— bajo los ditinaa por primera ver velan i ‘is de un ho de obsticalos, Después apareeié él, el hombre aios padre y patrin y amigoodel 8 que justito esa tarde, habia com cel que estaba junto a la Subprefecuira «onde ibn ay peseadores que se desgraciaban en.tana noche le Tier yién yo trabajo en el rin, doviay 7 y les demés se los deja a mi comadre ive sola y tiene su ranchada. A 1. que tiene um asilo, seein dicen, son por demis gurises. et con tanto guacho... Y com tanto cri. Yo me Ja evo a usté fea tle duos ‘gna entre Un Ja oua banda del ae Mari putker de Atiguel em a clase que imagino scria de historia, y que tenla por inaestzo a un desgarbado muchachito recién salido de la Escuela Normal ‘Ya habfan visto el descubrimiento de Ameézica, las peripecias ‘arden de] programa, covrespos les hablo reparalivos de In marcha, de los Iargos dias pasadas peéano; despixs, del asombro de los espaioles al en. aquellas aguas dulzonas que llamaron por eso misma Mar Dulce, y al que luego dirian Rio

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