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BL P.L.A.(*’) ¥ LA INTERVENCION FAMILIAR Mario Mufioz Méndez (**) ARTICULOS Se nos ha solicitado escribir algo en relacion a cémo intervenimos con las familias de los jo- venes atendidos en nuestro Programa. Una bue- nna oportunidad para reflexionar y también para recordar. Cuando el P.L.A. elabora su primera propuesta, se autodefine como un proyecto familiar y comunitario. Esta definicion se sustentaba en un entendimiento que tendia a ampliar la comprensién de las conduc- tas desajustadas de un joven como sintomas familia- res, poniendo las soluciones en un contexto mas amplio que el individuo: su familia y la comunidad local. Inicialmente, y para ser coherentes con este nuevo entendimiento, se intenta ampliar también el sujeto de atencién, considerandolo como el joven en su sistema familiar’. El ampliar el foco y el sujeto de atenci6n era cohe- rente con una epistemologia sistémica simple que el PLL.A. asumid desde sus inicios. Se solicitaba al DLA* que desarroliara su intervencién en los espacios na- turales donde la gente habitaba. Sistemas Familiares y Comunidad Local Si bien no se postulaba la realizacién de “terapia familiar sistémica", se pedia al DLA que, al menos, elamente, se planteaba que un t (¢) Programa Libertad Assia, de Fundacion DEM. (°* anopélogo Soci CH. Festi en Estudos de a Fama, U Cavocar Director FLA. Este aticulo ue presentad en la omada Racional de enabltacion de Jovenes. SEAAME: Punta de Tala; octubre de 1998. 1 La puntuacin en el joven o menor. sin embargo lene hoy eferentes coneretosy dices de flexbitzar los que se asietan enn sstema de Stbvenciones que Maancia aun sujeto individual con nombres y apelidos Delegado de Libertad Asisiaa, bajo especializado de in- tervencién familiar (tera- pia de familia) debia ser derivado al recurso insti- tucional correspondiente. Esta posibilidad de deri- var -y mas atin, de traba- jar asociadamente- se posibilitaba por el hecho de definirse el PLA como parte de una red secun- daria, la que en conjunto pretendia dar respuestas a las necesidades de la gente dentro de su comu- nidad local. A la base de toda pro- puesta ejecutada desde 1990, estaban algunas ideas y conceptos que procedian de dos fuentes principales: 1) las experiencias inci- pientes en terapia fa- miliar desarrolladas en el area de rehabilita- cién conductual, y 2) las iniciativas de redes y desarrollo local lleva- das a cabo principal- mente por ONGs, en las areas de jévenes, mu- Jeres, salud mental, etc. En su proyecto origi- nal, el PLA se planted avanzar en un entendi- miento técnico que supe- rase las limitaciones del modelo estructural, asi como el setting rigido 0 coercitivo de las paredes de un “Centro”, ambos componentes de las ex- periencias sefaladas en el punto I anterior, El modelo estructural tendia a senalar las difi- cultades 0 disfunciones familiares como proble- mas en el poder y la je- rarquia de un sistema fa- miliar, Los problemas de conducta de los hijos se- rian habitualmente atri- buidos a una funcion eje- cutiva (parental) débil. Consecuentemente, los problemas se resolvian fortaleciendo el sub- sistema parental, restitu- yendo la jerarquia y la or ganizaci6n intra-sistema desde un deber ser teéri- co. Esta manera de enten- der los problemas y sin- tomas familiares se ave- nia dificilmente con los entendimientos alternati- vos respecto de la forma, ‘a estructura y organizaion de afr nil popular parece ser dversa a a Dropuestaen el modelo ofa! (con- Yuga. naclea, coresidencial) que Spore’ et enfoque estructural. Cf Sie. Skewes: “a Familia Fopular: ‘aderso de Trabajo. Vieaa Zona (Oeste, Santiago, 1995, ‘cadre rigdo. com anton fuera de fo contentos naturales y con defn ‘dn almétcn de I relacion (espe. iaitaypacent). estilo y modo de vida de las familias populares urba- nas; en definitiva, nuestras potenciales beneficiarias’. Paralelamente, la modalidad de atencién clinica 0 “de oficinas” se mostraba -en las experiencias pre- vias al PLA- como culturalmente distante o eligitando, expectativas de resoluci6n similares a las del modelo médico: atencién en dos sesiones, indicaciones es- pecificas, etc. Los resultados, por lo general, eran al- tas tasas de desercién o discontinuidad, las que habi- tualmente eran atribuidas a las familias y conceptua- lizadas como “resistencia”, “refractariedad”, “falta de stress’, etc. Se hacia evidente la necesidad de revisar nuestra propia ideologia y los conceptos de salud familiar, familia funcional u otros, que encubiertamente ex- presaban una cierta y determinada deseabilidad so- cial o cultural. La solucién a los dilemas que se nos presentaban salian por la linea de lo sefialado en el punto 2, don- de el enfoque dejaba de ser clinico tradicional’ o alta- mente especializado y asumia la forma clinico-comu- nitaria, enfatizando la segunda parte de este par com- plementario. En este sentido, las iniciativas locales ¢ institucio- nales llevadas a cabo hasta los primeros afios de la década de los noventa ofrecian una forma de enten- der y hacer que calzaba con las necesidades que el PLA detectaba para realizar un trabajo eficiente. Especificamente, en la zona norte de Santiago (an- tigua comuna de Conchali), en el afio 1990, se cons- tataba una sobreoferta de recursos comunitarios al- ternativos (proyectos de salud, de mujeres, de jove- nes, de tecnologias apropiadas, etc.). El PLA apelaba aestos recursos, para resolver progresivamente la si- tuacién de marginalidad y/o exclusién, actuando el Delegado como un nexo entre los jévenes y las familias y el recurso institucional o secundario perti- nente. | Se mantuvo un trabajo en el cual el “tratamiento. ‘especializado” (terapia familiar, tratamiento por pro-, blemas de drogas, p.ej.) era derivado a una instancia ad-hoc, no sélo por la atribucién de ‘competencias especificas hacia el recur- So institucional elegido, sino también. por la sobrecarga de trabajo que el DLA _ tenia en su desempeno con los 25 ca- sos de su responsabilidad. Cabe sefia- lar, sin embargo, que de ningtin modo se realizaba una derivacién mecanica, sino que se intentaba sostener un tra- bajo asociado y con unidad de hipéte- sis entre el PLA y el recurso institucio- nal complementario. Hacia la Activacion de Redes Primarias Entre abril de 1993 y octubre de 1995, se gesta en el PLA un proceso que va determinando nuevas formas de trabajar y entender el trabajo con las familias. Al mismo tiempo que se cons- tataba un significativo decrecimiento de la oferta institucional o secundaria -ba- sicamente por motives de orden socio- politico (las agencias de cooperacién redestinaban sus recursos al aparato estalal)-, se observaba una gran dific tad de éstos para operar en un enten miento sistémico cercano al sugerido desde el PLA. Por lo general, salvo ini- ciativas muy circunscritas, el foco de los proyectos institucionales locales era un segmento de edad, de género, o una poblacién-objetivo especifica y no una familia. Asi, los resultados que se fue- ron verificando no revelaban una ma- yor incidencia de logros en los casos en los cuales hubo derivacién institu- clonal, por sobre los que fueron atendi- dos exclusivamente en el PLA. El decrecimiento de la red institucional, en paralelo con una reva- lorizacién del trabajo conversacional de largo aliento realizado por el Delegado del PLA, fueron senalando nuevos rum- 5: ir AB. Mili “Contenon Ogos na propucsta para Jainlervencion en contextosjadciates":Documento de ce Clacton resting, 1997 bos en el abordaje técnico del trabajo familiar. Nos planteamos la pregunt gen qué casos hemos sido mas efica- ces? Confirmamos, de alguna manera, Jo que ya sabiamos: en aquéllos en los cuales hubo un vinculo cercano y con- tinuo; en los que el DLA pudo entrar en las explicaciones de las familias y suge- rir modificaciones desde adentro; en los que hubo un adecuado conocimiento y activacién de las redes primarias del joven y su familia. En forma simultanea al proceso an- tes descrito, se fue proponiendo un tra- bajo mas consistente de inter-vision (Delegado - Asesoria Técnica) que per- mitiera maximizar la intervencién del DLA. Esto se traducia en “des-inducir’, telativizar juicios técnicos a priori, avan- zar en la posibilidad de entender las _puntuaciones de las familias, de las partes involucradas, etc. En esta etapa del PLA, se empieza a conceptualizar a las familias como re- des de conversacion, a nuestra interven- cién como construccién conjunta (0 co- construccién) y al contexto de trabajo ‘como contexto obligado 0 coactivo®. EI 1° de octubre del ano 1995 el PLA se reconvierte al sistema asistencial RCD, lo que posibilita realizar una serie de mejoras formales, que incidiran po- sitivamente en la calidad del trabajo. Entre éstas: un menor ntimero de ca- ‘sos por DLA (18 a 20), mayor focaliza- cin espacial y, por lo tanto, mayor in- tensidad de atencién. Paralelamente, esto permiti6 orientar el trabajo del DLA exclusivamente a los casos, contando con un equipo de apoyo técnico (psicé- Joga, terapeuta familiar, psiquiatra, mo- nitora, profesora, etc.). La posibilidad de hacer atencién con- Junta en terreno -DLA mas otro partici- Fe pante del equipo yel uso cacién, donde necesaria- _ mente, esta concep” {el espejo unidireccional mente nosotros estamos —_cién no nos limita a ut fedundaban en la oportu- incluidos como observa. _ modelo oficial de famt- nidad de mejorar laseria- dores interesados y co- _lia, pudiendo incorpo- Iada intervision de casos, explicadores dela vidade —_—rar la diversidad y fack ‘entendida como la lectu- la gente (los jovenes, las__litando hablar de “las raalternativa 0 contrasta- familias). familias” mas que del ‘esquema culturalmen- te aceptado. da de un caso por 20 mas personas. En sintesis, las conversaciones con la gente -los jévenes, las fa- milias- y las coordina nes técnicas al interior de! equipo se multiplicaron De acuerdo a esto, la tarea de rehabilitar © in- tervenir familiarmente nos obliga a una reflexion epistemolégica previa’ que se va resolviendo a dia en el quehacer con- Lo_que hacemos es conversar: sea inter vencion, co-construc- cién o reflexion critica, exponencialmente. 2 aia ee detante, aob. 20 existe otra postbil Converaar y Construir jeto de ordenarlas ideas 120 de, relncnce Conjuntamente centrales y mas perma- rere te, cliente 0 beneficia- rio. La raiz etimolégica de la palabra conversar seria dar vueltas jun- tos, lo que calza con la nentes de nuestro enten- dimiento actual, se hara provisionalmente el si- guiente punteo: Desde fines de 1995 hasta hoy dia, el modelo propuesto por el PLA se ha estado consolidando. ‘Alas preguntas zqué ha {La familia como red idea que proponemos. Cen ustedes?, yedmo se * deconversaciones: al Mas que “dar vuelta a llama su modelo?, fre- _ entenderdeeste modo —_otro(s)”, reconocemos cuentemente responde- a familia se superan _lanecesidad de buscar mos que lo nico que —concepciones que la conjuntamente en el hacemos es conversar y __restringenavinculosde _lenguaje las explicacio- nuestro modelo no tiene —_alianza, filiacién y con-_nes y los significados. hombre, ain, Entende- —_ sanguinidad. De este _Eneste sentido, propo- mos log modelos como modo, se incorpora a__nemoslaintervencion, representaciones de una _ otros significativosyse —_ tratamiento 0 co-cons: realidad, que de alguna —_operaconlafamiliaac-__trucci6n como una fina formalaempobrecen yla _twalizadadesdeelclien- _labor de definicion de restringen. En nuestro _te/beneficiario. Estare-_significados, no dando “modelo” que podriamos —_presentacién focaliza _por sentadas las rela- provisoriamente llamar _eneel lenguaje ylainte- clones significante/sig- Ge la “(rehabilitacién)” —_raccién, masqueenlas —_nificado mas conven- ‘como conversacin’, 10 personas mismas oen —_cionales. Finalmente, que interesa es ampliar el vinculo abstracto _vale la pena sefalar fas posibilidades de expl- que lasrelaciona. Fina que no es cualquier [Garrone palabra rehabicion entre parénesis por que estimamos que sta.es un “principe explcalino” masque i oo Se ate can actin Smuitaneamenie Ia palabra de uso mis consensual y nos define un domino de Signiteados que peemite delimar un res eoeart ce ee ac eemoa y que supuesis ateforesavalan nwesros jlo, explcaciones 9 Levis, Tani a deci revise cor tom emenéutca que alende a como Interpretarios i reali de suestos tents/bene Sen a uslahian’ “Language Sytem and Teron): An Evolving Idea": En Journal of Peychotherspy ‘phis20°538: 1987) a conversacién a la que aludimos. Ella debe ocurrir en un determinado do- minio (de significados), con una cier- ta intencionalidad (el cambio) y para lograr determinados resultados (tér- mino de la conducta-problema y mayor nivel de bienestar). cic da desde la rehabilitacién: signi ca asumir que tanto Ia concepcion de familia como Ia forma de interve- nir (construir conjuntamente) se da en el contexto de un dominio de sig- nificados especificos, en el ambito de la rehabilitacion, Ello conlleva: 1° la idea de que la conversacion debe partir desde el problema que originé la intervencién rehabilita- dora. Nose trata, por tanto, de una intervencién fuera de estos con- textos 0 que aspira a una modifi- cacién general del sistema fai liar sin considerar el origen y el contexto del problema, y en consecuencia, rehabilitar 0 in- tervenir familiarmente involucra el hacerse cargo de las distintas per- cepciones y explicaciones respec- to del problema. Al tratarse de casos judiciales, la definicion del problema es externa al sistema y ésta puede o no coincidir con la(s) definicién(es) de la propia familia. Rehabilitar es intervenir familiar mente © conectar la definicion externa con la(s) definicién(es) familiar(es), buscando una expli- cacién con salida positiva y que provea un nuevo entendimiento hacia el futuro. Todo caso es un proceso: de este modo sugerimos entender a las fa- milias atendidas. Trabajamos sobre la base de un proceso familiar y, con frecuencia, podemos llegar a ver los problemas o dificultades de una fa- millia (0 persona) como derivados de los escollos que hay que salvar en el transito de una etapa del ciclo vital (personal o familiar) a otra etapa su- cesiva. Este entendimiento ofrece salidas a los problemas, a la vez que, en cierta forma, los normaliza. Esta perspectiva es factible de asumir por el hecho de que la atenci6n familiar brindada por el PLA suele durar va- rios meses; esto es, la atencion mis- ma es vista en términos de proceso. nes: nuestra idea fundamental es que el lenguaje crea las realidades. Asi, pensamos que si hablamos de pro- blemas, construimos e instalamos mas problemas. Dado que la partida de los procesos de atencién se origi- na en un problema (materia judicial, p.ej.) 0 en una “explicacién proble- matica” del problema (atribuciones causales de los tecnicos), nuestra tendencia espontanea suele ser in- dagar mas sobre el problema. dimensionarlo, analizarlo, “entender lo’, Si resolver un problema fuera analogo a abrir una puerta, podria- mos decir que nada sacamos con describir detalladamente la cerradu- ra (los problemas) sin intentar pro- bar con diferentes llaves (las solucio- nes)", Asi, entonces, creemos que el problema no se disuelve al hablar de €1; ello comienza a ocurrir cuando conversamos de soluciones, recono- ciendo las competencias y capacida- des de nuestros clientes/beneficia- rios. familia: pensamos que todas las fa- 5 Ss milias, cualquiera sea su forma o estilo, tienen un aspecto basico co- miin, éste es ser el espacio de la per- tenencia y de la donacién, en el cual el individuo se convierte en persona insustituible y construye su identidad. En este modo de ver, las dificultades de una familia se entienden como la ruptura de la reciprocidad, la funcionalizacién de las relaciones, la negacién de la confianza y la grat dad entre las personas. Las familias, por ser el grupo primario por exce- encia, serian el espacio de la rela- cin caraa cara, en donde se genera la conciencia de pertenencia y los criterios basicos de valor, en donde la persona es aceptada y reconocida por si misma, dramaticamente. En este sentido, la tarea del interventor familiar (DLA) seria colaborar en res- tituir el flujo de la reciprocidad, la aceptacién del otro como un otro le- gitimo y la gratuidad. Sin duda, esta es una dimension ética insoslayable del trabajo con familias, pero es tam- bién una cuestién técnica que hace la diferencia entre el didlogo funcio- nal y el tema de fondo de la identi- dad y la pertenencia’. * Hacer artesanja intelectual: Lo que aqui proponemos es no perder la vir- tud del artesano, estando abiertos al cambio, a la integracién de nuevos elementos, desechando la adscrip- ci6n acritica a las grandes teorias 0 modelos cerrados. Si las familias son diversas, los entendimientos 0 abor- dajes también pueden serlo. Quiz en algiin caso vendra bien una expli- cacién simbélica, 0 una interpreta- cién transgeneracional. Quiza en otros habré que pensar en restable- ‘9 Che catalan: tl Poder de cer una jerarquia parental o crear una profecia positiva. Esta flexibilidad, sumada a una deseable transparen- cia -ajena al juicio del experto espe- cialista-, es lo que nos permite hacer de la intervencién familiar una cons- truccién conjunta y una artesania telectual. Mas alla del disefio especifico elabo- rado para cada caso, podemos reco- nocer cuatro grandes etapas en la atencién brindada: 1 etapa: recoger las diferentes defini- ciones del problema, intra y extrasistema (contexto judicial 0 co- munitario de derivacién y la familia) 2% etapa: proceso de atencién; toma de decisiones, trabajo de relacionar, conectar, unir “cabos sueltos”. ‘S*etapa: _resolucién del contexto judi- cial por decisién judicial (o del equi- po técnico si fuera derivacién comu- nitaria). 4° etapa: atribucién de los cambios a ‘si mismos; etno-explicacion de que los cambios operaron desde dentro. Habitualmente, ello es posible de per- cibir en estudio de seguimiento pos- terior al egreso. Asi, considerando la tltima etapa enunciada, nos interesa especialmen- te que los cambios familiares no sean explicados por la asistencia institu- cional o la intervencién profesional. La Sra. Ana, madre del joven Jorge S.F., habla por nosotros para expli- car la idea: *...Yo no hice nada, s6lo conversar con ellos, ser mas comu- nicativa... fui mas positiva (...) ycomo que eso positivo ellos lo captaron y fue beneficioso para ellos, para los amigos, para todos”. “Temmura’ aticulo en Revista Temas, La Epoea, Santiago, 11 de agosto de 1996. ‘Yo Grabacion en su domi de Quucura, mes de agosto de 1990. Cinta y texto disponible para quien puclera Inteesarse Nos ubean en David Arla 1810, fonofax 7545635,

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