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CRÍPTICA
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Poemario Urbano

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2009-2010
SEXTO SOL (Pseudónimo)
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-0-

E star aquí, todo este tiempo,


ocupando el mismo espacio,
levitando y desplazándome sólo en
el tiempo,
lo mismo hacia el pasado, el hoy o el
futuro,
la lluvia deja una atmósfera
sofocante,
metarrelatos murmullan en mi
cabeza,
en el estroboscópico ir y venir de tu
presencia,
sólo la creación baña de calma la
eterna ansiedad de la existencia,
y no obstante negarse a ser Dios.

-1-
De índole tan inexacta y carente de
sentido,
la supuesta congruencia de este
denso tejido,
enormes ubres urbanas mal
alimentan tal desatino,
una sombría carcajada del destino.

Vienes de nuevo a buscarme,


te mimetizas en la serenidad de esta
tarde lluviosa,
la ciudad refleja la mezcla de vivos y
muertos,
inconscientes de su distópica
alteridad.

-2-
Necesito estar contigo,
de nuevo y centenares de veces más,
pues el tiempo pudiendo ser útil,
sin embargo transcurre sin serlo,
inasequible es concentrarme,
cuando en tus labios busco y no
encuentro,
un suspiro de creatividad.

Es esta categoría tu singular


polaridad,
un pozo ciego y profundo de
vanidad,
en ésta la más grande ciudad,
no hay bolsillo grande o diminuto,
que me libere de tu siempre
insatisfecha saciedad.
Una masa morbosa me absorbe a las
7 de la noche,
en el fugaz momento sin aliento los
codos me pican las costillas,
solo tengo espacio para mantenerme
en un solo pie,
suspendida por la gente apenas
tocando el suelo,
solo al ras y sin compás,
alternando las puntillas bailando
delirante derroche.

-3-
La ciudad nunca se cansa de su
barroquismo,
no obstante las gastadas retóricas,
siempre rugen las gargantas
pletóricas,
sin ápice de silogismo.

Y por más que esmero mi estoicismo,


lucho contra la inconsistencia del
paradigma
en este ámbito de hedonismo,
eclecticismo,
postmodernismo, capitalismo,
globalismo,
no faltaría “ismo” para redondear
este sintagma.

-4-
Llueve,
un gesto de cielo,
es domingo,
sólo la sangre se moja,
nada más que la sangre goza el
rumor de la lluvia,
en la calle voz y música todo el día,
truenos en la luz de la tarde,
alguien se muere,
recuerdos azules espían la ciudad,
sólo la sangre sueña,
sin mí, sonrío,
en el espejo hay alguien que se
apropió de mi cara,
perdí mi cuerpo y ahora,
lluevo sobre la ciudad,
para anunciar la noche,
que a su vez me arranca sin aviso,
despierto sin recuerdos,
el sol ya no está en el mismo lugar,
una extraña se levanta de mi cama,
figura sonámbula que habla por mis
labios,
con sorpresa me entero que la gente
muere,
alguien dentro de mí decía que
somos inmortales,
toco la faz de la muerte con mis
manos,
tiene, como yo, ojos hundidos,
y es blanca como un papel,
toco sus labios resecos y su lengua
torpe,
me hundo en ese sueño ahogado,
en los oídos el agudo timbre,
el involuntario caer de párpados
secos,
veo al mundo como por primera vez y
última,
siento la presencia de la lluvia,
recuerdo,
una ciudad de árboles altos,
me asombro del mundo como alguien
que se muere,
pero no temo,
porque la muerte ¿es imposible?,
un suspiro alado surca la noche,
un latido,
a la sombra de una sonrisa,
el azar y la necesidad,
a la espera de una caricia,
tal vez insustancial,
a la sombra de una sonrisa,
hay algo más que obscuridad,
en el momento fuera del tiempo,
en un vértice de realidad,
del azar y la necesidad,
a esta extrema urgencia,
¿qué sabe de consuelo la
concupiscencia?,
y tan solo disparates,
abonados de improviso,
como en escaparates que rematan el
aviso,
aflicción escondida en un rincón,
alegría que llora de recuerdo,
la duda sospechando pasión,
la incertidumbre en mi piel
muriendo,
al deseo, indiferencia,
ya no creo,
ya no confío,
desilusión aguardando tras la
puerta,
ya no me importa,
reitero indiferencia,
muerte,
muerte,
muerte,
muerte,
muerte,
muerte,
vida, el cielo protector,
ángeles caídos, abandonados a su
soberbia,
ya no una concha vacía,
el Zen circula por mis venas,
mis arterias, mis respiros, mis
pensamientos,
del Valhala al nirvana,
el dominio, la Cábala,
en el filo de caer de vuelta,
o simplemente volar
y surcar los abismos,
las mentes y sus obscuros rincones,
sólo en la calidad, la permanencia,
sus ojeras son la muestra,
su boca no conoce pudor,
planos de realidad,
piedad y clemencia,
espero,
terror y dolor,
huelo, observo,
y de vuelta vuelo,
la noche, mi única amante.

-5-
Un cobarde ronda mis sueños,
un cobarde me roba la voluntad y el
tiempo,
amenaza con matarme, diariamente,
¿en qué infeliz momento acudí a su
encuentro?,
se esconde en la noche y espera,
justo el indicado momento,
en el que ensueño,
este taimado ladrón se desliza con
tiento,
sus sucias y corruptas manos,
ausentes de reales talentos,
sólo compra voluntades que
acuerdan,
ladinas por conveniencia, o,
en el más triste de los casos,
pactan por hambre,
¿en qué maldito momento?,
una distracción de Dios,
o el anhelo de un íncubo en el viento,
¡oh, Sor Juana,
que estás en los cielos,
valla sí son necios!.

-6-
Un golpe de endorfinas,
un dejá vú, un recuerdo,
la ensoñación de otro aliento,
gentil al tacto, amable,
dulce y amargo,
viaja por una vía dopa,
del hipotálamo a la prefrontal
corteza,
por supuesto en el cerebro,
materialismo dialéctico,
de mi alma, mi cuerpo etéreo,
feliz encuentro, ¿es el Amor?,
más no invento, ni sutil urbanismo,
un romanticismo heredado del
inconsciente colonial,
mestizaje que goza y duele,
sin embargo,
lo más universal,
tener cuidado en no desatar mi
violencia por miedo,
miedo al miedo,
de vivir sin diario, un momento,
de esperanza y compasión,
tolerancia y resistencia,
a lo que se interpone a mis sueños.

-7-
Gatos, gatos negros,
gimen la perfumada noche,
el aire está de duelo,
la vida se pierde en un descuido,
pero aquí estamos,
presentes, contemplantes,
el caos, el equilibrio,
¿el orden del destino?.

El mago y la necromante,
alquimistas del destino,
corriendo el velo de Isis,
niña Tonatzin,
bajo la luna, ayer mora,
recogiendo fragmentos de Osiris.

Cábala de universalistas
latinoamericanismos,
fantasmas del marxismo,
optimistas arielistas,
avatares de la nueva era,
en atmósferas góticas,
al ritmo de la madre tierra.

Frecuencias, beats, números,


vibraciones cósmicas,
que dan luz y motivo,
a las durmientes masas,
soñando retro-postmodernismo.

La necromante,
entre incienso y humos finos,
anda anhelante descifrando su
destino,
se ha librado del lastre ajeno,
de heréticos desatinos,
ya no teme a la tierra madre,
señora y diosa de la vida y la
muerte.
Nahuales expectantes,
de vampiros acechantes,
devoradores de almas pías,
“es que, es un mar de gente”,
exclaman obviando sociopatía,
alimento del mounstro materialista,
ensoñadores construyendo la nueva
utopía,
reinventado nuestras licantropías.

El mago paciente espera,


el llamado de Atenea,
ocupar el instante en el histórico
momento,
amoroso acompañado,
en el espinoso y divino camino,
de su amada y romántica heroína.
La necromante duerme,
en el trance, vidente se asoma,
un atisbo al espacio-tiempo,
clarividente va develando la
voluntad,
para alcanzar su mágico destino.

En otra vida,
por hechicera sentenciada,
en ésta liberada,
del acto inquisidor,
cuya sentencia, incineró.

Barroco, el averno que quemó,


el olvido, las cenizas y el dolor,
sí como sombra caminaran,
a ellos acompañaremos.
-8-
En un mutuo hechizo de amor,
iluminismo dubitativo,
la muerte maravillada
aprehendiendo a la vida,
argumento,
principio de inmanencia,
realismo e idealismo,
son teoría cognitiva.

Neftis, paradigma insustancial,


Thot, espíritu santo,
ilumina mi camino,
es la vida un sin número de
permutaciones,
variantes e incógnitas,
en la ecuación del destino,
de la balanza mediciones,
terreno ignoto de mágicas
ideaciones.
-9-
Obscuridad, de tantas acepciones,
nada que ocupan los cuerpos
celestes,
de inapreciados, disfraz,
como sombras pasan,
a la percepción mortal.
Genialidades y desatinos,
dilema,
rueda de la fortuna,
movimiento, desafío,
no dar paso,
sin previo atisbo;
regeneración, cambio,
al vuelo atento de acechadores.
manto, de noche obscura,
sonríe la luna.
-10-
Y sí en anterior verso,
reitero destino,
a ti, que me lees,
pido dispensa,
pues de vuelta,
reitero, destino,
razón de incertidumbre,
ansiedad,
la voluntad,
libre albedrio,
a ti también tiene,
en las circunstancias que suscribo.
-11-
Al fuego salamandras,
despunta el brillo neón,
es noche de quincena,
ondinas que, por momentos,
ahogan pesares,
disfuncionamientos familiares,
las hadas se alquilan,
ondeantes al aire,
duendes malvados,
gobiernan la tierra,
sin embargo,
también luce hermosa,
el ombligo de la luna.
Ciudad de selenitas,
raza cósmica,
tenochcas exiliados del espacio,
polimorfa, multicultural,
fantasma totémico,
del primer y segundo imperio,
niños de la calle bailan,
la mortal danza,
bajo el efecto del cemento y el
concreto.
-12-
Cuando me conociste, era
interesante,
ahora me dices: fastidiosa,
antes hermosa, hoy odiosa;
¿qué cosa transforma el talante?,
fuimos desconocidos y amantes,
ahora que nos conocemos,
nuestras opiniones siempre rivales.
La cabeza recostada en el vibrante
vidrio,
rayado y opaco deja ver,
la lluvia en el pavimento muriendo,
el tránsito lento, el trolebús lleno,
por División del Norte se deja ver,
una manifestación que paraliza,
Miguel Ángel de Quevedo,
entre bocinazos y gritos,
es testigo, de esa tarde que no
llegamos,
al sitio previsto, donde,
entramos al olvido.

-13-
Transformación, metamorfosis,
como la ciudad,
cambio con el tiempo,
aunque ella es más vieja,
a ambas nos acontece,
diferentes anhelos,
a diferencia de ella,
me contraigo,
ella se expande,
me aprieta, me cobija,
me sofoca, me alimenta,
como madre sobreprotectora,
me libera y me aprisiona,
su malicia atormenta,
sea quien seas,
es generosa, pero,
siempre te pasa la cuenta.

-14-
Hay tanto que amar,
hay tanto que admirar,
hay tanto que tocar,
hay tanto que permitir,
hay tanto que escribir,
hay tanto que cantar,
para armonizar la grandiosa,
sutileza del alma.

-15-
Mi ser me pide florecer,
escucho el manantial,
corre dentro de mí,
refresca mi hogar,
en momentos ardientes,
florece una gran variedad:
de pensamientos, emociones,
sensaciones, recuerdos que,
hacen mi terreno,
colorido y variado.

Cuando arranco una emoción,


vibro y me estremezco,
cuando riego una sensación
respiro su fresco aroma,
y me otorga la razón,
alegría de vivir,
de sal y mar,
es mi alma,
pero de ciudad,
es mi soma.
-16-
El microbús rebasa,
acelera y súbito,
se detiene, en tanto,
todos caemos encima de todos,
de un atisbo avisto,
el energúmeno chofer,
complejo de Edipo,
trauma, traición y seducción,
delira ser superior que los mejores,
sexualidad reducida,
pura fantasía,
por falta de confianza,
su expresión: intolerancia,
y sin embargo,
desea ejercer su voluntad,
enojado prefiere,
nunca rendirse,
no sabe ni contra que,
o contra quien,
ejercer su venganza,
así que tan solo,
le crece la panza.

Asida de un tubo,
y no es taibolera,
mojada, sacudiéndose,
el agua adherida,
no ve a nadie,
se niega a ser negada,
niñez interrumpida,
nada la satisface,
siempre destetada,
abandonada y requerida,
codiciosa y egocéntrica,
y sin embargo,
desesperada,
buscando dueño,
enfadada va la secretaria,
en la mano las revistas,
farándula y tabloide,
que el ansia existencial,
adormece, mitiga,
más siempre optimista,
de talante siempre atento,
por si se gana,
la subasta del autofinanciamiento.

-17-
Estrella de la mañana,
pasto y hierba,
que crece en las grietas,
de este gris pavimento,
en que las piernas tiritan,
aún no amanece,
y ya la urbe,
brilla por el rocío,
tan variados los orígenes,
como los destinos,
con los ojos hinchados,
aún dormidos.

Fin.

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