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RESENAS SARLO, Beatriz. Escenas de la vida posmoderna. Intelectuales, arte y videocultura en la Argentina, Ariel, Buenos Aires, 1994. 209 pp. Los cambios culturales en tiempos de la globalizacion son un tema que inquicta a mucha gente y empieza a tratarse en medios académi- cos. Este libro describe y pregunta precisamente sobre los fendme- nos de Ja cultura del fin de siglo en América Latina. Sarlo es una estudiosa de los fenémenos culturales' y capta bloques de aspectos cambiantes, respondiendo 0 formulando pre- guntas sobre la cultura y su futuro. El libro junta en cinco capitulos varios ensayos con reflexiones sobre los fenémenos que empiezan a definir una nueva época: la expansién de los centros comerciales privados y la decadencia del centro de 1a ciudad; la cultura televisiva omnipresente, la exaltaci6n de lo juvenil, el retroceso de la cultura letrada, la crisis de la politica y de la educaci6n. Cruza todo el libro la “condicién posmoderna realmente existen- te” en los paises periféricos, mostrada en transformaciones de la cultura popular, decadencia de las ofertas culturales y educativas del Estado, y en el inventario de lo que los sectores populares consiguen hoy en el mercado: Veinte horas de television diaria, por cincuenta canales, y una escuela desarmada, sin prestigio simbélico ni recursos materiales; paisajes ur- banos trazados segiin el ultimo design del mercado internacional y servicios urbanos en estado critico. El mercado audiovisual distribuye sus baratijas y quienes pueden consumirlas se entregan a esta actividad como si fueran habitantes de los barrios ricos de Miami. Los mas pobres s6lo pueden conseguir fast food televisivo [...] (Pp. 7) “BI suefio insomne” (capitulo 1!) trata sobre la televisién, sus modos de organizarse y las relaciones exteriores que condicionan y se adaptan al piiblico; abunda en reflexiones sobre el lenguaje, la politica y la funcionalidad social de los “mass media”. “Culturas populares viejas y nuevas” (capitulo 111) describe y profundiza, entre otras cosas, como “la apoteosis de la industria cultural capitalista” 257 RELACIONES 58 coincide con la decadencia de la escuela publica; también nos recuer- da que lavelocidad de lectura del video-clip 0 los contenidos exdticos proporcionados por los medios “no entrenan para la adquisicién de otros saberes y destrezas vinculados, todavia hoy, a la palabra, al razonamiento l6gico y matematico abstracto, al discurrir lingiifstico y a la argumentacién” (p.123). Ante planteos como la libertad de apropiacién de los mensajes que, segin algunos autores o funciona- tios, ejerce el ptiblico, insiste en mostrar que la desigualdad de acceso a los bienes simb6licos se hace cada dia mayor y denuncia a los que llama “neopopulistas de mercado” (p.129). La desaparicién de los intelectuales de la vida social y politica argentina es otro tema central. “La historia dir si el final de este siglo vio el definitivo ocaso del intelectual critico”, dice. Mientras tanto, asume su puesto argumentando que “hay un deber del saber que todavia tiene fuerza moral” y que “los errores del pasado no son suficiente crimen para que se nos exija silencio.”(p.12). El capitulo V (“Intelectuales”) enumera largamente las caracteristicas contradic- torias de este grupo social: Pensaron que estaban en la vanguardia de la sociedad; que eran la voz de quienes no tienen voz [...] estuvieron dispuestos al sacrificio [...] [ya su vez] a teorizar la necesidad de organizaciones de hierro, completa- mente centralizadas y verticales, panopticos desde cuya cabina de direc- cién se podia ver todo y decidir sobre todas las cosas [...] tuvieron la pasién de lo universal: los derechos del hombre y el ciudadano [...] fueron consejeros de principes, de dictadores, de autécratas esclareci- dos [...] fundaron su poder en el saber [...] Durante mucho tiempo pasaron por alto que el saber puede ser un instrumento del control social. Pero nadie como ellos denuncié que el saber puede ser un instrumento del control social [...] escribieron para el Pueblo o para la Naci6n; pensaron que sus escritos construian al Pueblo o a la Nacién [..] se sintieron libres frente a todos los poderes cortejando todos los poderes. Se entusiasmaron con las grandes revoluciones y, también, fueron sus primeras victimas. Son los intelectuales: una categoria cuya existencia misma hoy es un problema (pp.173-179). El caso de referencia es la Argentina, donde el autoritarismo militar no sélo desprecié el considerable capital cultural moderno 258 RESENAS acumulado en décadas, sino que diezm6 asus portadores. Sin embar- go, al Iegar la democracia, los intelectuales sobrevivientes compro- baron que su audiencia ya no los escuchaba y atendia a la televi- sion. Las relaciones econdmicas y culturales han cambiado “en un marco de sociedades fracturadas por lineas de pobreza y desquicia- das por el florecimiento de ideologias individualistas y antisolida- rias” (p. 179). En tales condiciones ya no hay lugar para aquellos intelectuales: “En el clima distendido y distante que se ha impuesto, los gestos heroicos del intelectual santo o profeta suenan espe- cialmente fuera de ritmo con la melodia asordinada de la €poc: (pp.179-180). Los nuevos personajes que ocuparon el sitio son los expertos, que no se hacen cargo de los resultados politicos y sociales de los actos por ellos aconsejados, y que en la mayoria de los casos consideran que su practica es “no politica”. Poniendo en duda si tiene sentido dejar el tema de Cuba a los cubanos 0 el de la homosexualidad a los homosexuales (“los viejos intelectuales siempre trataron temas que no les concernian directa- mente”), el libro prueba que Sarlo considera necesaria esa tarea porque los saberes sofisticados para tomar resoluciones en socieda- des tan complejas “no circulan en los medios de comunicacién audio- visual sino como fantasmas y citas muertas” (p.193). En la sociedad donde vivimos, el individualismo, el retiro de la esfera publica [...], la corrupcién de los politicos, jueces, funcionarios y capita- listas, el contenido mayoritariamente reaccionario de la prédica de las iglesias, los peores medios audiovisuales que pueda imaginarse, el retroceso de la cultura letrada y la crisis de la escuela como espacio de redistribucién simbélica producen un efecto de dispersién que no puc- de confundirse con pluralidad de centros dinamicos y una pobreza de sentidos globales que no puede confundirse con autonomia de indivi- duos. En este pais [Argentina] lo que se hace bien evidente es que la crisis de sentidos globales no conduce a acciones libres y productoras de sentidos particulares, sino a una competencia en la que los que més poseen en términos materiales y simbélicos estan mejor colocados para imponer el particularismo de sus propios intereses (pp.187-188). 259 RELACIONES 58 Aunque los intelectuales anteriores no volveran, quedan pregun- tas sobre los contenidos de la justicia, la igualdad y la democracia que alguien debe seguir formulando (p.191). Beatriz Sarlo es una intelectual critica dificil de encasillar en una disciplina. Conoce la produccién cultural de su pais tanto como la bibliograffa académica del Primer Mundo, pero no se deslumbra con ésta y atiende mAs a su conocimiento de primera mano reflexionando en la experiencia de los afios recientes. El libro se propone “armar una perspectiva para ver” y mostrar en definitiva “que las cosas no son inevitables”; “que es posible encontrar argumentos nuevos y mejores para criticar el conformismo frente a lo realmente existente como si fuera lo tinico posible” (p. 198). Su estilo es ameno, cuidado, con muchas combinaciones impro- bables y sugerentes de palabras, pero el libro no pierde por ello precisién conceptual, por lo que resulta recomendable para quienes estan interesados en entender los cambios culturales y politicos del presente, incluyendo a los académicos. Notas 1. Beatriz Sarlo es autora de Una modernidad periférica: Buenos Aires 1920-1930, Nueva Visién, Buenos Aires, 1988; La Imaginacién Técnica: suefios modernos de la cultura argentina, Nueva Vision, Buenos Aires, 1992; Borges, a writer on the edge, Londres, 1993; dirige desde 1978 la revista Punto de Vista y es columnista regular de Pégina/12 y Clarin. Ha sido “Simén Bolivar Professor” en la Universidad de Cambridge, Ingla- terra, Oscar Gonzilez Segui El Colegio de Michoacan. 260

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