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Biblioteca argentina fundamental € Serie complementaria: Sociedad y cultura/18 = _ Biblioteca argentina fundamental Serie complementaria: Sociedad y cultura CENTRO EDITOR DE AMERICA LATINA’ | PROLOGO La vocacion de cambio, ex decir la aspiracion « reemplazar una sociedad de tipo tradicional por una estructura social semejante a la de los paises més desarro- Wados de entonces, es manifiesta en la generacion que dirigié la organizacion nacional. También resulta evidente la confianza depositada en dos factores determinantes de esa transformacién: uno, la inmigracién; otro, la importacién de capitales con él propasito de aplicarios a la ganaderia, 1a agricultura y algunas industrias, para condicionarlas @ las nuevas pers- pectivas que se ofrecian al pais. Dicho proceso, puesto ‘en marcha inmediatamente después de Caseros, delineard su nueva fisonomia en los afios 70, Sentada esta premisa nos parecid indispensable el andlisis del fendmeno inmigratorio, puesto que de su resultsdo podria surgit la respuesta a muchos interrogan- tes que nos plantea la Argentina del presente. ‘Asi legamos a conocer las circunstancias que provo- caron la frustracion de esa vocacion de cambio enuncia- da al principio de estas lineas. Ya Sarmiento lo habia dicho, con su claridad acostumbrada, poco después de asumir la presidencla: “Desgraciadamente, por el mds imprevisor sistema de colonizacién que haya ensayado pueblo alguno, la parte més poblada de la Repiiblica ya estd poseida, sin que el las trabas que a su adquisicion la propiedad particular ‘opone. Con 900.000 millas cuadradas de drea, y con una poblacién de un millon y medio de habitantes, los dos tercios no saben, sin embargo, donde ffar su hogar, y el inmigrante donde dirigirse para establecer sus penates”. ¥ asi fue como esa enorme masa de inmigrantes que 9 inmigrante encuentre un palmo de superficie exento de ~ debia poblar el desierto, al enfrentar una realidad que wrababa sus posiblidades, dewié s cauce » comento a amontonarse en las ciudades portuarias, especialmente Buenos Aires; y allé seré precisamente, » no en las Pampas, donde constituird la bate de un profundo cambio operado en la sociedad argentina. El extraordinario crecimiento demogréfico de Bue- nos Aires, especialmente como consecuencia de la inmé- gracion masiva radicada en ella, el desarrollo de una industria incipiente, y el afin de moderizacién que impone la generacién del 80, transforman a la cludad-puerto en un adigarrado conglomerado humano én el que ex dable encontrar la opulencia y la miseria de toda urbe cosmopolita. Todos los elementos que caracterizaron al régimen fabri en sus albores se manifestarin aqui cuando al surgir las primeras fabricas a fines del siglo pasado, la presencia de una enorme cantidad de mano de obra de reserva provocaré el aumento de la oferta sobre la demanda de trabajo. Las protongadas jornadas de labor; lox exiguos sala- "ios; la desocupacion frecuente; la explotacién de meno- res y mujeres; la vivienda miserable; los altos alquileres: serdn el resultado de tal desproporcién, La incomprensién patronal encontrd su aliado en la indiferencia del Poder Piblico. La clase dirigente, atrin- cherada en su egoismo, ignoré el problema, y to agravb mds atin con una politica econémico-financiera que 3610 beneficio a ciertos sectores. La continua desvalorizacion monetaria disminuyd sensiblemente el salario real, y la consiguiente carestia de los articulos de primera necert. dad sumergié mds todavia a los trabajadores, Todo esto y la existencia ya de un proletariado industrial creé las condiciones para la formacién de un movimiento obrero, el que se integrd fundamentalmente con extranjeros. Desde sus origenes el movimiento obrero sufrird las consecuencias de sus disensiones internas. No obstante alcanzard la fortaleza suficiente como para borrar la indiferencia del gobierno y provocar su reaccién, que se coneretard en una legislacion represiva. Ademés influird Para que los mds aptos del elenco gubernativo compren- dan la imperiosa necesidad de encauzar la accion obrera 10 i. D laboral. Nacen fas de una adecuada legislacion " Ber les primerar leyet del tabelo; pero. esas, como squellanleyes de Indie dicmadas para protege al abort mn american, falaron muchas veces en nu apicactin Bor corencla de un poder que tuviera voluntad ir. nr mottard rou Diftonte de 1 pertonaided. Un pais ibilidad de su rico per su produceln y la posibidad de sut i jor su dependencia econémica y ‘ite e'iegracton de sus componentes humanos, pro- ducto del enidente divrcio de una minoria elect, cute 32 de la poblacién, qui Seat ot ompedia partelpar en el quehacer nacional. Pin 1910 culmina una etapa en la historia del mor miento obrero argentino. A partir de entonces dela de ser la respetable fuerza de otrora. La represion gubernat ya y las contradicciones internas minarén su organiza- cidn y debilitardn su espiritu de lucha. Pierde dirigentes, ‘adherentes y prestigio. Mucho tiempo levaria recuperar- ar fc ico de aconteci- rriormente, un periodo pletrico mmisntos intereamies ge iniciaba en ta Argentina, EM “ Plano poitio se produeia un combo signifeative con i instaleciin de un gobierno elegido por ae wayoria, masa infor mayoris de a poblacion. Pero esa mayoria, mate infor in, no ingresard a la estructura del poder. St I fardn en eamblo,egunossetorer de it Cte medi @unque su particlpacion no introduciré variaciones en del pais. vee centnuardn tas frastraciones. La postbilidad de un répido desrrolio industrial en los aos dels primera fier mundial, se desvaneceré muy pronto, cuando k nacioneseuropeas, recuperadas en su econome, inunden al pai co su producton Nuevas oladat de immigrants irdn buscando en esta tierra la Tieontraron en le sive, ) continuarén amontondndore abajo de tes, pro- * También al afio 1910 llegd nuestro trabalo send tng «la Farad Ge Humans 9 Chai ei Educacion de la Universidad Nacional de La Plata, para optar titulo de Doctor en Historia. M en las cludades, por las mismas causes que lo hicieron aquellos que les precedieron una generacion atrés. El conventillo mantendrd su vigencia. Los salarios subirén, pero también los alquileres, alimentos y vesti- dos. La desocupacién seguiré angustiando a los hogares humildes. Y cuando alguien, acosado, grite su protesta, a represion serd tan violenta como antafio, Mientras tanto la Argentina seguia proyectando hacia él exterior su imagen de pais rico y feliz. Vana ilusion de una economia agro-exportadora que mostrard toda su debilided cuando estalle la crisis de 1929. Entonces, como siempre, sern los sectores de menor ingreso los que sufririn el impacto. El affo 30 cierra otra etapa de nuestra historia. Para muchos, mencionarlo les traerd el amargo recuerdo de la miseria, la tristeza y la desesperan- 74. El perfodo que se inicia poco después ain no ha cumplido su ciclo. Muchas transformaciones se han Producido; no obstante el pais sufre todavia de una falta de integracién que ha retrasado su desarrollo y posterga- do su madures. Pero eso constituye ya otro capitulo que espera ser escrito. Aunque por su contemporaneidad resulte dificil lograr la necesaria objetividad, confiamos en poder, muy Pronto, realizarlo, La Plata, mayo de 1967. 12 INMIGRACION Y ESTRUCTURA bebieron sus conocimientos, no lograra jam&s prender ev la masa obrera, especialmente la nativa. Por todo ello se explica como, a pesar de todo lo que ia legislacion laboral les debe, resultaran extrafios al trabajador argentino, que no lego a entender a quienes siempre pretendieron que él los comprendiera. EL ESTADO FRENTE AL MOVIMIENTO OBRERO 145 Fue a partir de 1902 —afio en que se declard la primera huelga general cuando la agitacion obrera se Tntensificd. Solo desde 1907 poseemos estadisticas que ‘nos merecen cierta fe, y todas ellas referentes siempre a ta Capital Federal. El Departamento Nacional del Trabe- jo sefiala para ese aflo la cantidad de 231 huelgas, que ‘afectaron a un total de 169.017 trabajadores; en 1908 las cifras correspondientes son: 118 y 11.561; en 1909, 138 y 4.762. Para 1910, si bien se indica una cantidad mayor de conflictos, 298, esta suma disminuye en su importancia al considerar el nimero de huelguistes, 18806, notablemente inferior al del afio primeramente dadot ‘En los afios inmediatos siguientes le cantidad de huelgis y trabajadores participantes en ellas fueron respectivamente: afio 1911, 102, y 27.992; 1912, 99 y 8,992; 1913, 95 y 23.698; 1914, 64 y 14.137. Frente al fendmeno de la huelga, el Gobiemno respon- de con violencia, tratando de evitar que los disturbios afecten los intereses de comerciantes e industriales. Luego, a la represion fisica se agregard la legal. El Estado de Sitio, la Ley de Residencia, en 1902, y la de Seguridad Social, en 1910, constituyen, en este dltimo aspecto, la respuesta del Estado a la accion del movi- miento obrero. Sin embargo, hubo quienes comprendien- do el problema, trataron de canalizarlo por medio de una ogisacién adecuada; el frustrado Codigo Nacional del Trabajo, no carente por cierto de imperfecciones, fue un serio intento en tal sentido. ‘Desde sus comienzos el afio 1902 mostrar la agudiza- cibn de los problemas sociales y 1a intensidad de los movimientos obreros que ocasionarin verdaderos con- flictos entre autoridades y agremiaciones. En enero una @ La policfa de la ciudad de Buenos Aires da para 1908 la cifma de 151 Inelgas parciales, con 14.583 huelguistas y una pérdida de salarios estimada en $ 217.000 m/n; en 1909, 147 Fuselgas, 205.619 obreros, y aproximadamente $ 3.980.000 m/n. fen ularios perdidos, Por otra parte, considera que dos de ellas fieron Telgas generales una por los aicesos del 1° de mayo y fotre, en octibre, como consecuencia del fusilamiento, en Esp fia, del conocido dirigente Francisco Ferrer, movimiento éste de cardeter no estrictamente econémico. 147 hhuclga general tuvo lugar en Rosario. Durante el mism mes, en ia Capital Federal ae paraliza la cargn'y descargs en el Rischuelo, en pro de mejores salarios y disminu- cién de la jomada de labor. Mitin de desocupados en Bahia Blanca, en el mes de marzo; luego huelga de estibadores y enfrentamiento con la policia, Huelga de ‘marineros y foguistas, como as{ también fundidores de lot talleres Vasena, on Buenos Aires. En abril 4.000 cocheros van a la huelga oponiéndose a la libreta de control que les exige la Intendencia. En julio, 7.000 Panaderos inician otra, En agosto tiene lugar en Buenos Aires un mitin de desocupados. En este Biimo mes, los obreros portuarios deciden negarse a trabajar Sesame 4 trabajar con petos mayores a lot que se cereales, frutos del pal os me ais y sus productos, en bolsas de lienzos de lana, en rama, de 65 70 kgs. cenastas de carbén, de 55 a 60 kgs, carbon, azticar y tasgjo, en bolsas de 65 a 70 kes. EI 1° de noviembre comienza a no cargarse mercade- ras que no lenaran las condiciones establecidas por el mio. Sigamos los acontecimientos a través de lo que i ‘ma y comenta el diario La Nacién. En su caisin terse tunes 3 de noviembre se refiere a la Teunin celebrada Por la Comisién Especial de la Camara de Comercio y los delegados de la Federacién de. Estibadores y Afines, en la cual se habria convenido que los trabajadores no efectua- rian la huelga, limitindose a rechazer Jas bolsas y los fardos de mayor peso que los establecidos. Aclaraba que Jas gestiones llevadas a cabo por la comisién mencionada levaban el propésito de evitar los Perjuicios que acarrea- ria una huelga general en la época de mayor movimiento Somer, producide por ef embarque de los productos En la edicién correspondiente al 4/11/1902 leemos: “El boycott o huelga de los obreros estibadores a los vapores, cuyos exportadores no han aceptado las condi- ciones establecidas por la federacidn del gremio, paralizé ayer un tanto las operaciones, afectando la exportacion de tal modo que no se han realizado operaciones en Ese dia se retinen los exportadores de cereales y los agentes maritimos a efectos de pedir a la Federacion de Estibadores un plazo prudencial dentro del cual comen- zaria a regir la limitacién en el peso de los fardos de lana y de las bolsas para cereales. Cerca de 2.000 trabajadores reunidos en asamblea deciden rechazar, por unanimidad, el pedido. Asimismo hacen piiblicas las adhesiones recibi- das por otras entidades gremiales. En Ia localidad de Zérate los obreros de 1a fébrica de papel, los panaderos y los carreros se unen a los estibado- res en huelga. E117 de noviembre la situacion se complica con el movimiento, iniciado por los peones del Mercado Central de frutos de Barracas al Sud. Ms de 5.000 obreros solicitan: 1) Reconocimiento de la sociedad por los patrones. 2) Abolicién del trabajo a destajo. 3)Nueve horas de trabajo en las barracas y en el Mercado Central, entrando y saliendo en ambas partes por el pito del segundo. 4) Jornal minimo de $ 4 para los peones; y para los menores de 15 afios que se ocupan en la clasificacion y pescantes del mercado, sueldo no menor de $ 2,50 por dfa, Los domingos y horas extraordinarias, un 50% de aumento. 5) Que no existan cuartos de dia sino dias enteros y medios dias. - 6) Secundar la unificacién de pesos, segin circular de la Federacion de estibadores y afines. La inquietud que causa este nuevo conflicto se refleja en las piginas del diario de Mitre: “Posiblemente, de todas las huelgas del afio, y no e habido pocas, por cierto, la declarada ayer por los ‘peones de barracas y que se ha venido preparando desde hace tiempo, es la que mayores perjuicios ocasionard por Jos intereses que afecta y la repercusibn que puede llegar a tener en los mercados europeos, ai la situaciOn no se formaliza y no vuelven los obreros al trabajo, dando salida al enorme stock de lana que hay acaparada para la 149 exportacion en las barracas y el Mercado Central de Frutos del pais. “Desde luego, apenas iniciada la huelga, ha determina. do una paralizacion en las operaciones de lanas, pieles Ianares, cueros secos y otros productos. “Las operaciones sobre cambios internacionales han cesado también como una consecuencia de la huelga. “Por lo expuesto, fécilmente se infiere los intereses que afecta el movimiento, y tanto més grandes serén los erjuicios cuanto més se prolongue, si antes no se da con Ja formula que ponga fin a estas disidencias. “Se comprende, y en esto se sigue la tictica habitual, que Ia époce elegida para la huelga no es determinada Por una casualidad, sino que se ha esperado el momento de apremio para contar con la probabilidad de un éxito seguro, a favor del apuro de la estacion, cuando llegan de Jn campaiia largos convoyes de ferrocatril atiborrados de Productos para la exportacién. “‘Actualmente existen en plaza alrededor de 5.000.000 de kilos de lana y las llegadas de! producto aumentarin, puesto que es esta la época de la cosecha”, El temor a las consecuencias econbmicas de esa huelga que experimenta el matutino La Nacién, es el mismo que siente el Poder Ejecutivo. Claramente lo expresard el general Roca en su mensaje a las cimaras al iniciarse el perfodo legislativo correspondiente al afio 1903. “Durante el fltimo mes de uestras sesiones de prorroga del afio anterior, se produjeron en esta capital Ins huelgas que hubieron de abarcar una considerable extension y amenazar la riqueza piblica y las fuentes de Ja prosperidad nacional en el momento de su mis activo desarrollo, “Conocidas por el gobierno las causas de es0s movi- mientos en gran parte dignos de 1a atencidn del legisla- dor, pero en otra no menos importante, producto de elementos extrafios a los verdaderos intereses sociales, se apresurd a solicitar de V.E. la sancién de la ley que le Permitiera declarar el estado de sitio en la capital y Provincies de Buenos Aires y Santa Fe, donde se hallan Jos principales puertos de embarque de nuestros produc- 180 tos para el exterior, que la huelgs tendia a obstruir oa ton para, El 21 de noviembre la huelga comienza a generalizar- se, nuevos gremios se solidarizan, entre ellos la importan- te Federacion de rodados. | Ello provoca el siguiente comentario: jasta ahora, la huelga, que se inicib con el movi- tmiento. de los eatibadores, habia revestido ‘un carécter pacifico y conservé el mismo matiz cuando siguieron los barraqueros, pero la incorporacién de nuevos elementos gremiales, le han dado un caricter agresivo y una tendencia a la violencia, expuesta en hechos de sangre que han hecho necesaria la intervencion de la policia. “La huelga continaa como el primer dia y va en camino de asumir mayores proporciones, puesto que a Jos carreros que se plegaron ayer, amenazan unirse otros gremios”>. La reaccién del Gobierno no se hace esperar. El 22 de noviembre, en sesibn celebrada por el Senado, sanciona la Ley de Residencia, por Ia cual se autoriza al Poder Ejecutivo a expulsar ‘a todo extranjero cuya conducte fuera considerada peligrosa para Ia seguridad nacional 0 el orden pitblico; y el 24 el estado de sitio, vigente hasta €1 10 deenero de 1903. oye nb primera tiene su antecedente en un p expulson de extranjeros,presentado en mayo de 1899 por el senador nacional Miguel Cané; constaba de seis articulos y autorizaba al Poder Ejecutivo a impedir la entrada de ciertos extranjeros, o expulsarios del pais. Bl 28 de julio de 1900 el ministro del Interior, Felipe Yofré, envia a las cimaras un muevo proyecto; éste cuenta con 22 articulos y se divide en tres capitulos que se refieren a: 1) admision de extranjeros en el territorio de la Repiblica; 2) residencia de extranjeros; 3) remo- i6n y expulsion de los mismos. PR Sordando eston proyectos, el Senado, en la mencio- a Mabragafa: ob. cit. La Naci6n, 22/11/1902 151 nada reunion del dia 22 de noviembre, toma en cuenta el despacho de la Comision de Asuntos Constitucionales ae suscribfan log sefiores Pérez y Carb6. Pose{a cinco iculos y se inspiraba fundament articaos y se ins \damentalmente en el proyec- Tal fue su texto definitivo: Art. 1 — El Poder Ejecutivo podré ordenar la salida del territorio de la Nacién a todo extranjero que haya sido condenado o sea perseguido por los tribunales extranjeros por crimenes o delitos comunes. Art. 2 — El Poder Ejecutivo podré ordenar la salida de todo extranjero cuya conducta comprometa la seguridad nacional o perturbe el orden piblico. ‘Art. 3 — El Poder Ejecutivo podré impedir la entrada al territorio de la Repiiblica a todo extranj antecedentes autoricen a incluirlo entre aquéllo: refieren los articulos anteriores. ‘Art. 4 — El extranjero contra quien se haya decretado la expulsion, tondré tres dias para salir del pai, pudien- do el Poder Ejecutivo, como medida de seguridad pibli- ca, ordenar su detencibn hasta el momento del embar- que. Art. 5 — De forma. “Observamos en el momento de sancionarse la ley que por la precipitacién con que se procedié a sofocar un mal, circunscripto a I{mites muy reducidos, propia: mente de pura represion policial, se habfa recurrido a procedimientos extremados, que no guardaban la rela- cién debida con las dificultades de momento que se ‘trataba de vencer, y en cambio se habian perdido de vista consideraciones ¢ intereses fundamentales, cuyo olvido habia de causar daftos de inmensa trascendencia a ‘a economia de Ia Nacion y al desarrollo de la riqueza | Paibtica”, coments La Prensa, el 30 de enero de 1903, y en su edicion del 6 de mayo, refiriéndose al mensaje del general Roca al Congreso. “‘Afirma el Presidente en su mensaje que el Gobierno aplicd con la mayor moderacion el estado de sitio y la Jey do extrafiamiento, cuando los hechos que son de 152 r ndtoriedad pfiblica deponen que esas medidas fueron en ‘sus manos instrumentos de terror, que la policia esgri- mié, en cumplimiento de drdenes superiores, con la arbitrariedad més extremada; cuando se impidib en absoluto el ejercicio del recurso de habeas corpus, garantfa suprema de la libertad individual, y se sustrajo de la jurisdiccion de los jueces establecidos por la Constitucién a los que eran objeto de las persecuciones gubernamentales; cuando se probo en repetidas ocasio- nes que los expulsados eran hombres tranquilos y 1a- boricsos, arraigados de largos afics en el pais, padres de hijos argentinos, y a pesar de todo se les arranco de ‘sus hogares y se condend a sus familias a la més ‘espantosa miseria; cuando muchos de los que sufrieron os ngores de esa ley de excepcion acreditaron, al llegar os puntos de destino, que habian sido victimas de una negra injusticia, y sus clamores provocaron en todos los paises cultos un movimiento universal de protesta; y cuando la crueldad y las arbitrariedades Uegaron a tal extremo que los mismos organos oficiales hubieron de reconocer que la ley adolecia de defectos, que convenia corregir, para cohonestar de esta suerte el uso apasiona- do y violento que se habia hecho de sus disposiciones

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