Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
vencijadas corazas, atrincherada en sus altivos silencios, Marguerite Duras, por fin o
h l a s,se coronaba reina de las letras francesas. En pocas palabras, pareca convertirse
en el peor pastiche de s misma y la avalancha de devotos que su xito acarre termin
de sumergir a la figura bajo el lodo de la
caricatura.
Pero el tiempo rescata lo mejor de los
muertos y, al paso de los aos, Marguerite
Duras fue resurgiendo como las irisadas
medusas que suben hacia la superficie del
mar y brillan bajo los fulgores de la aurora.
Mi particular reconciliacin con Marguerite
Duras sucedi hace relativamente poco,
gracias a la involuntaria intervencin de dos
escritores. El primer intercesor fue Enrique
Vila-Matas quien, en su reciente novela Pars
no se acaba nunca, evoca las lecciones de
tica literaria que le propinaba su casera de
la rue Saint-Benot. Marguerite Duras le haba apuntado en una exigua hoja de papel,
En marzo de 1990
Escribir, aade,
es intentar saber lo que se escribira si se
escribiera uno slo lo sabe hasta despus antes, es la pregunta ms peligrosa
que uno pueda plantearse. Tambin es la
ms socorrida.
La biografa de Marguerite Duras confirma que todas estas palabras nunca fuero n
proferidas en vano. Pero, si acaso necesitramos otra, la mejor prueba est en los
libros que salieron de la casa de Neauphlele-Chteau. En el centro de todos ellos hay
una oquedad, algo as como un hoyo negro,
Por esto, vale la pena seguirla, abandonarse a su hechizante prosa, para quizs un
da desembocar en el claro del bosque y recobrar la insondable soledad de nuestro
secreto.