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El spleen de Pars

Extravo de aureola
de Charles Baudelaire

-Pero, cmo? Vos por aqu, querido? Vos en un lugar de perdicin! Vos, el bebedor de quintas esencias! Vos, el comedor de
ambrosa! En verdad, tengo de qu sorprenderme.
Querido, ya conocis mi terror de caballos y de coches. Hace un
momento, mientras cruzaba el bulevar, a toda prisa, dando zancadas por el barro, a travs de ese caos movedizo en que la muerte llega a galope por todas partes a la vez, la aureola, en un movimiento brusco, se me escurri de la cabeza al fango del macadn. No he tenido valor para recogerla. He credo menos desagradable perder mis insignias que romperme los huesos. Y
adems, me he dicho, no hay mal que por bien no venga. Ahora
puedo pasearme de incgnito, llevar a cabo acciones bajas y entregarme a la crpula como los simples mortales. Y aqu me
tenis, semejante a vos en todo, como me estis viendo!
-Por lo menos deberais poner un anuncio de la aureola, o reclamarla en la comisara.
-No, a fe ma. Me encuentro bien aqu. Vos slo me habis reconocido. Por otra parte, la dignidad me aburre. Luego, estoy pensando con alegra que algn mal poeta la recoger y se la pondr
en la cabeza impdicamente. Qu gozo hacer a un hombre feliz!
Y, sobre todo, feliz al que me d risa! Pensad en X o en Z! Vaya! S que va a ser gracioso!

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