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Helechos: propagacién y conservacion (05 helechos forman parte de ‘un grupos de plantas vascula- res que reciben el nombre de fpteridofitas y que se caracteri- zan porque en su ciclo de vida presen- tan alternancia de generaciones inde- ppendientes y de vida libre, una asexual © esporofitica, que produce esporas y otra sexual 0 gametofitica que, como su nombre lo indica, forma gametos. La mayor diversidad y abundancia de 10s helechos se encuentra en las regiones célido-hémedas montafiosas. ‘Actualmente se calcula que pueden ‘existir de 10 000 a 12 000 especies en diferentes tipos de vegetacion y en alti tudes desde 0 5000 msam. En Méxi- ‘0 se considera que hay 1 000 especies ‘aproximadamente y que son ms abun- antes y diversas en bosques meséflos ‘de montafia y bosques de encino y Li- ‘quidambar (fig. 1). La diversidad biol6gica y la conser- vaciOn de los helechos dependen del estado que guardan los ecosistemas donde se reproducen, lo que depende principalmente si la actividad humana altera la vegetacion desmontando éreas, para ocuparlas con asentamientos. hu- ‘manos y para utilizarlas en actividades como la ganaderfa, la agricultura y la explotacién de recursos forestales; estos ‘timos casos pueden deberse a necesi- Gades alimenticias, medicinales 0 de comercializacion, pero de cualquier ma- nera, con frecuencia ponen en peligro de extincion a las especies que habitan tas zonas. (fig, 2). Blanes Pérex Garcia ¢ Irma Reyes Jaramillo, Universidad Auténoma Metropotians, U dad Lapalapa [No,30 ABRIL 1955 say Bruce D- Thomas ‘mexicana) en bosque mes6filo de montafa, Misantla, Ver. Por lo anterior tanto bidlogos, boté- nicos, ecdlogos, como otros especialis tas, estén preocupadas y empefiados en mantener reservas ecologicas z0nas protegidas, y en poner en préctica mé- todos de conservacion de germoplasma, e esporas y de semilia. Esporas, dispersién y viabilidad Las esporas de los helechos son estruc- turas microsodpicas unicelulares, cuyas dimensiones van desde menos de 25 a ‘més de 100 micras (fig. 3). (Erdtman & Sorsa, 1971.) La madurez de los esporofites de fos helechos se logra, en la mayoria de los casos, en un lapso que abarca desde 1 hasta 10 afios; una vez que maduran la produceién puede ser inmensa, como es el caso de Pteridium aquilinum (L.) Kuhn, en el cual una sola hoja puede Droducir cerca de un gramo de esporas, que corresponde a aproximadamente 300 millones de ellas. En especies de hhelechos tropicales y templados, bajo caltivo, se ha calculado que el conteni- do de esporas de hojas individuales, va- rfan de 750 000 en Asplenium rrichoma- nes L., basta de 750 millones en Dicksonia antarctica Lab. (Conway, 1957). 12 La viabilidad de las esporas (tiempo en que permanecen viables, esto es, ‘que son capaces de germinar) y la tasa de crecimiento de los gametofites, son factores basicos para un exitoso esta blecimiento de los helechos en un nue- ‘vo habitat, después de la dispersion, Estos factores estén controlados por propiedades intrinsecas como el genoti- po, edad y latencia y por factores ex- trfnsecos como lo son las diferentes condiciones del ambiente, del sitio don- de se liberan y depositan las esporas, del pH del suelo, de la humedad, ta temperatura, ta luz y de los competido- res, entre otros elementos. Pero también las caracteristicas fi- sio\Ggicas de las esporas, como seria el caso de la presencia 0 ausencia de clo- rofila, repercuten en el tiempo de ger- minacin (Jatencia) y en el desarrollo de las primeras células de los gametofi- tos jovenes. La viabilidad 0 longevidad de las es- poras de los helechos es variable; asf por ejemplo, las esporas clorofilicas ‘muestran una cierta tendencia a germi- nar més répidamente que las no cloro- ficas. Las 60 especies de helechos con esporas clorofilicas, que han sido estu- diadas bajo diferentes condiciones de cultivo, quedan comprendidas en las si- guientes familias y géneros: Osmunda- eae: Osmunda L., Lepiopteris Presi, Todea Bernh; Grammitidaccac; Polypo- diaceae: Chvistioperis Copel, Margina- No 30ABRIL 188 riopsis C. Ch; Hymenophyllaceae; As- pidiaceae: Matteuccia Tod., Onoclea L., Onocleopsis Ballard, Lomariopsis Fée y Blechnaceae: Blechnum L. Por su parte, las esporas clorofficas germinan a los dos dias, 0 menos, de aber sido sembradas. Estas esporas presentan cortas periodos de viabilidad, 48 dfas en promedio. Especies de ‘Hymenophyllaceae y de Equisctaceae, tienen periodos adn més cortos, de aproximadamente 24 dfas (Lloyd & Klekowski, 1970). ‘Ahora bien, como la mayorta de los. hhelechos presentan esporas no cloroffl- as, consecuentemente tienen una tasa més lenta de germinacin, que oscila entre 4 y 210 dias, por lo que su viabi- lidad también es mayor como de 3 afios en promedio. Cabe mencionar que se han encontrado esporas viables de Asplenium 1. después de haber es- tado almacenadas 48 afios; de Pellaea ‘truncata Good. de 50 afios y de esporo- carpos de Marsilea L. de 68 y de 90 afics (Johnson, 1985). La corta viabilidad de tas esporas lorofilicas ha sido objeto de diferentes investigaciones y se ha visto que por ejemplo en las esporas de Equisewm L,, este fendmeno se correlaciona con la tasa de respiraci6n y con el conteni- do de agua y de catalasa (Okada, 1929). Otros autores como Wollers- heim (1957), consideran que la corta viabilidad de las esporas de Equiseum Figura 2 Sea alta perenifolia talads, Teapa, Tab. L. también se ve propiciada por la au- | sencia de una pared protectora contra | la desecacion. Mientras que Hauke (1963) piensa que pierde su viabildad, principalmente por su alta tasa respira- toria. Gullvig (1968, 1969), comparando la estructura interna y los productos de reserva en esporas clorofficas y n0 clo- rofflicas, encontré que las esporas de E, fluviaile L. var. vericillatwn Doll, tienen un contenido de humedad de 49% y Osmunda de 17% y, por otra parte, en esporas no clorofflicas de Blechnum spicant (1.) J. Smith y Pteri- din aquilinum (L.) Kubn, e! contenido de humedad es de 5-14%. Con relacién a los productos prima- rios de reserva se ha encontrado que Jas esporas clorofilicas tienen menor cantidad de gréulos de ipidos y de li- Poprotetnas que las esporas no clorofi- licas. De esta manera se puede concluir que las esporas clorofficas no entran en un periodo de latencia caractertsti- co, como sucede con las esporas no | cloroffica, sino que se encventran en tun estado activo Fisioldgico, de intensa respiraciGn, en el que los compuestos de reserva se utilizan en un tiempo aparentemente corto y, como conse- | cuencia, pierden su viabilidad Lo expuesto en os parrafos anterio- res es de gran importancia para la con- servaciOn, tanto de esporas en el banco del suelo, como en bancos de almace- ‘namiento creados para este fin (Pérez- Garcfa y col, 1982) | Es interesante hacer notar cémo Roberts (1973) clasfica las semillas en ‘ortodoxas y recaleitrantes, de acuerdo a su comportamiento en condiciones de almacén, Las primeras son las de tama- fio pequeti, tasa respiratoria baja, con- tenido de humedad hasta del 5% sobre el peso hiimedo inicial y que pueden ser almacenadas largo tiempo, a bajas temperaturas, ya que presentan una viabilidad potencial larga, 10 cual nos permitiria hacer una analogta con las esporas no clorofficas. Por otra parte las semillas recalci- trantes presentan, al igual que las espo- ras clorofficas, alto contenido de bu- medad, tasas metabslicas més elevades, y, como consecuencia, viabilidad po- tencial corta. Los hhelechos que producen esporas cloroflicas tienen gran correlaci6n con el habitat himedo mesofitico y Jas plantas que producen semillas recalc- trantes, asf como los helechos con es- pporas no clorofilicas, son caractersticos de regiones tropicales y subtropicales Ihdimedas; para ambos casos se conside- ra que los mejores bancos, tanto de es- pporas, como de semillas, son las reser- ‘vas naturales, ya que no se ha tenido éxito en 10s procedimientos actuales para poder conservarlas viables, por argos periodos de tiempo. Propagacién vegetativa en cesporofito Una ventaja de los helechos radica en su capacidad de propagacion vegetativa, ccuyo nico inconveniente es que la formacién genética no sufre variacion, Jo cual, a la larga, tiende a disminuir la adecuacion de las especies al medio na- tural Hay distintas formas de propagacion vegetativa: 1. A partir de diferentes partes de la planta; 2. Por yemas; 3. Por cultivo de tejidos. 1. Las partes de un helecho que pueden generar nuevos individuos son 61 rzoms, i racy i hoje, De esas el | (xcamas dela base del peiolo) que # No S0 ABRIL 198 Figura 3. Fotomicrografia de una espora trilete de Cyathea fulva (Cyatheaceac. rizoma ramificado es el mas frecuente- mente usado para producit nuevas | plantas (fig. 4e). También han dado ‘buen resultado los segmentos del pe- cfolo, por ejemplo, en Phyliidis scolo- pendrium (L.) Newm. (Hoshizaki, 1975). 2. Algunos helechos producen nue- vas pléntulas en sus hojas a partir de yemas (figs. 4a, 4c, 4d, 41). Las hojas {ue presentan yemas so pueden anclar a la superficie del suelo, sin que se des- prendan de la planta madre, por ejem- plo en Camptosonus rhizophyllus (fg. 4a) Las yemas formadas en las hojas de algunos helechos como Pobstichum set ferun ©. prolferum L. y Woodwardia radicans (L.) Sm., se pueden despren- der'y Ser tespaiaes (i. 42,42 y Especies de Ophioglossum y Playece- rian, Diplazium esculentum y Asplenium duritum, desarrollan en las rafces yemas que generan nuevas pléntulas, que pue- den ser trasplantadas, desprendiéndolas de la planta que les dio origen. Por otra parte, helechos como Ma- rauia y Angiopteris presentan est(pulas (escamas de ta base del peciolo), que @ a es Figura 4. Propagacién vegetativa. a. Campiosorus rhyzophyilus con pléntula apical. b. Gameto- fito creciendo en la hoja de Potistichun seferum. c. Yemas en Ia lémina de Woodwardia orientalis. d. Yema en la hoja de W. radicans. e. Rizoma de Pobpodium sp. f. Yema en el raquis de Tectaria gemmifera. su vez producen yemas que se pueden desprender y cultivar (fig. 5.) 3. El ealtivo de tejidos es un método especial que permite el crecimiento de nuevos esporofitos a partir de pequetios trozos de zonas merisieméticas de game- tofits, meristemos de rizomas y de jove- nes esporofites, asf como de tejidos de plantas adultas, donde se trabaja con un medio de cultivo estéril, absstecido con nutrimentos. La ventaja con este método fs que se producen mayor nimero de exporofites y la desventaa es que no hey variacion genética 14 Reproduccién por gametofitos tra forma de reproduccién de los he- leehos, ¢s por medio de la siembra de esporas ya sea en el propio suelo 0 en ‘medios de cultivo artificiales. Uno de los procedimientos més usa- dos, también con fines de investigacion, fs el de preparar un medio de cultivo con agar y nutrimentos (de Knop y Thompson) (Klekowski, 1969) y vaciar- lo en cajas de petri que estén en condi- ciones asépticas Las esporas se esparcen sobre el agar, se tapan las cajas de petri y se ‘Ne DABRIL 193 meten en bolsas de polietileno, colo- céndolas en un lugar donde reciban suficiente luz y se encuentren entre 15°C y 30°C. Bajo estas condiciones se obliene una gran cantidad de ga- metofitos, pero no siempre se produ- cen esporofitos, debido a que con frecuencia no se forman arquegonios (6rgano sexual femenino) y anteridios (6rgano sexual masculino); muchas ve- ces sOlo se observan gametofitos ar- quegoniados como sucede en diferentes especies de Polypodiaceae s. str. (fig. 6) 0 anteridiados como en Woodwardia martinezii. La formacién de esporofitos por apogamia (produccién de esporofitos directamente de gametofitos sin que haya singamia) no es muy frecuente en Jos cultivos; més bien se ha observado que principalmente ocurre en especies de habitat seco, como en Pellaea Link. y Notholaena R. Br. (White, 1979) y en Woodwardia martinezii (Stone, 1961; Pérez-Garcia & Riba en preparacién); sin embargo un gran nimero de hele- chos homospérieos presentan apogamia ‘obligada. En ellos los drganos sexuales no © producen 0 generalmente no son funcionales, particularmente el arque- ‘gonio (Nayar & Kaur, 1971), En cl caso de obtener esporofitos por medio de cultivo de esporas en agar, éslos se trasplantan a macetas ‘con suelo y se protegen de la deseca- cin (fig. 7); una ventaja que tiene esta forma de reproduccién, es el gran ni- ‘mero potencial de esporofitos, mientras. que la desventaja radica en el tiempo tan largo que necesitan para alcanzar la ‘madurez. Reproduccién vegetativa en gametofitos La reproducciGn vegetativa por yemas se ha observado en gametofitos de di- ferentes especies de Grammitis Sw., Hymenophyllum Sm., Vitaria Sm. y Tri: chomanes L., formando clones (Farrar, 1967; Sheffield & Farrar, 1988). Las yemas son unidades vegetativas dispersables, que pueden dar lugar a nuevos gamctofitos 0, bajo la influencia de gametofitos viejos, pueden producir anteridios y funcionar como plantas masculinas. Cuando la germinaci6n ‘ocurre en presencia de gametofitos ma- duros, éstos se producen anteridi6ge- ‘NOS que favorecen la formacién de an- terdios en los gametofios jovenes, més que de crecimientos vegetatvos. Ta reproduccin por yemas ha lleva- o a un patron evolutivo poco comin en Vittariaceae, incluyendo la existen- tia de pobiaciones permanentes de gametofites sin esporofitos y posibie- mente Ia existencia de especies repre- Sentadas Gnicamente por la generacion ametofiica (Sheffield & Farrar, 1988). cultivos con agar, se ha visto que frecuentemente gametofitos viejos de helechos homospéricos forman yemas, tanto en las alas como en el cojinete (por ejemplo en Tectaria heracefolia (Will) Underw., Woodwardia spinulo- sa Mart. & Gal. y W. marinezit Weath,) Problemas en la conservaci6n de esporas Si bien es cierto que resulta una tarea dificil conservar semillas en bancos de almacenamiento, lo es més atin el con- servar esporas viables. Hoy en dia, la mayorfa de los ban- cos de semillas dedican gran parte de su esfuerzo al manejo de semillas orto- doxas, porque si son almacenadas en Optimas condiciones de humedad y temperatura, pueden lograr con menos dificultad una tan larga viabilidad que varia desde algunos afios hasta llegar a sobrepasar el siglo (Vézquez-Yanes & Toledo, 1989). Por su parte, las semillas recaldi trantes offecen mayores problemas en su almacenamiento. Con ellas se ha logrado un relativo éxito en cuanto a alargar el periodo de viabilidad, pero este logro va de s6lo unos meses a aproximadamente un afio. Por esta ra- 26n se ha propuesto que las mejores bancos de semillas recalcitrantes sigan siéndo las reservas naturales de la ve- getacién, en las que, al fructificar se asegura un continuo abastecimiento de semillas (Vézquez-Yanes, 1987). La propuesta anterior no ¢s tan solo vali- da para las plantas productoras de semillas recalcitrantes, sinsherabo tam- bién para la gran mayorfa de las pte ridofitas y en particular de los hhelechos (fg. 8). El deterioro de las esporas de los helechos durante su almacenamiento estd en funciOn de si son 0 no cloroffi- cas y de condiciones tales como el con- tacto con sustancias quimicas, luz, tem= peratura y humedad del sitio en que se guardan. Sin embargo se ha observado una gran variacion con respecto a ta viabil- dad de las esporas; por citar algunos ejemplos, diremos que las especies de la familia Cyatheaceae (helechos arbo- rescentes), pierden su viaildad répida- mente después de unas cuantas sema- nas, mientras que se han encontrado esporas viables de Asplenium despues de 48 afios de almacenadas (Hil & Wagner, 1974) y de esporas tomadas de ejemplares de herbario de Schafine- ria migripes Fee de 4 y 11 ats (fig. 9) (Riba y col, 1992) y de Pellaea truncata que tienen $0 ates (Windham y col, 1986) Por otra parte, en ejemplares de herbario, la capacidad de germinar de- lina eon el paso del tiempo, culminan- do con una pérdida total de viabilidad. Sin embargo, hay helechos como otras especies de Pellaea, cuyas esporas pue- den permanecer viables por periodos de entre 10 y 15 aos después de set recolectadas (Pray, 1968). ‘Las esporas mas diffciles de conser- var viables, en. condiciones de almace- ramiento, son las esporas colorofiicas (Osmundaceae, Gleicheniaceae, Gram- mitidaceae ¢ Hymenophyllaceae) ya que en promedio permanecen viabies 7 semanas. Para reducir el deterioto de tas es- poras se recomienda almacenarlas secas €n tubos sellados, dentro de un deseca- No MABRIL 193 Figura 5. Rizoma de Maraia fata con estfpulas. Jardin Boténico, UNAM. dor, a bajas temperaturas (Dyer, 1979). ‘Todo parece indicar que el retraso en la germinacién y/o la pérdida de la Viabilidad de las esporas de ejemplares de herbario, se debe principalmente a los tratamientos fisicos y quimicos em- pleados en su preservaciOn y en control de insectos. Las técnicas de conservacién “cura- toriales” de los herbarios repercuten decisivamente en la viabilidad de espo- ras y de semillas. Se cree que el hecho de que en algunos herbarios de Esta- dos Unidos se utilice Dowlume y bro- muro de metilo, ambos compuestos ‘considerados por la Agencia de Protec- ci6n Ambiental de aquel pats como al- tamente téxicos y venenosos es la causa de la pérdida total de ta viabilidad de esporas de ejemplares de Pellaea (Windham y col, 1986), ‘Sin embargo, otros compuestos co- mo el paradiclorobenceno, el bisulfuro de carbono y el tetracioruro de carbo- ‘no parecen ser menos t6xicos, ya que en ejemplares de herbario en donde utilizan estos productos, se encontré que las esporas de ejemplares de es- pecies del género Pellaea adn eran viables. Los tratamientos quimicos no son ta ‘nica amenaza para la viabilidad de las esporas en colecciones de herbario; también el tratamiento con calor (60°C por 24 hrs.) provoca una pérdida com- pleta de fa viabilidad en muchas espe- cies, mientras que tratamientos basados fen Ia congelacion de ejemplares por va- ros dfas a -20°C, han mostrado que en Pellaea no se dafa la capacidad de ger- minacién de las esporas (Windham y col, 1986). Otra alternativa que se ha conside- rado para no emplear insecticidas en los herbarios, es el uso de radiaciones de microondas, tas cuales actdan calen- tando el agua contenida en el cuerpo Ge los insectos hasta matarios. Este método es relativamente barato, rapido ¥ efectivo; sin embargo se ha visto que con este tratamiento no es posible la germinacién de algunas semillas, entre ellas las del género Malvastrum (Malva- ceae) (Hill, 1983) y de otros propagu- los, tales como esporas. Por lo expuesto en los parrafos an- teriores resulta evidente que mantener Viables las esporas de helechos es una tarea ardua y diffeil y quiza a esto se deba la falta de bancos de almacena- miento de esporas a nivel mundial; sin embargo hay instituciones y sociedades, como The British Pteridological Society y American Fern Society, que cuentan ‘on programas de intercambio de espo- ras, y en sus listas legan a incluir més de 500 diferentes especies de helechos. Pero desafortunadamente sabemos por experiencia propia que al sembrar es- poras obtenidas por medio de estos it tercambios, no todas germinan, ‘También existen sociedades en to- do el mundo, que se dedican a alen- tar el estudio, princialmente con fines ornamentales, !as pteridofitas, las cuales no han sido muy comercializa- das ¢ incluso ocupan un nivel poco imporante, desde el punto de vista 16 Figura 6, Cultivo de gametofitoe con esporofitos en agar. econémico, eomparado con otras plan- tas cultivadas. Entre esta sociedades podemos mencionar: ‘Australia: *Fern Society of Victoria, ‘Fem Study Group of the Society for Growing Australian Plants, *South ‘Australian Fern Society; Japéa: Japane- s¢ Pteridological Society, *Nippon. Fer- nist Club; Suiza: Schwecierische Verei- nigung der Farnfreunde; Reino Unido: British Pteridological Society, Estados Unidos de América: American Fern Society, *Birmingham Fern Society, “Corpus Christi Fern Society, *Delawa- re Valley Fern Society, *Fern Study Group of the Northwest Horticultural Society, “International Tropical Fern Society, *Los Angeles International Fern Society, *Louisiana Fern Society, *Memphis Fern Society, *South Fiori da Fer Society, *Sothwestern Fern So- ciety; India: The Indian Fern Society. Las sefialadas con asterisco corres- Ponden a las que tienen mayor interés fn la horticultura de los helechos. Propuestas de conservacién Finalmente nos permitimos hacer las siguientes propuestas para la conserva- cidn de las pteridoftas. — Tratar de conservar, por diferen- tes medios, las poblaciones naturales vegetales in situ, es decir, mantenerlas en su habitat natural, dentro de la co- munidad de la cual forman parte. En los casos en que esto no sea posible, mantenerlas ex situ, 10 cual implica ‘mantener a los organismos fuera de su habitat natural, en jardines boténicos, ‘bancos de germoplasma o almacenados No ABRIL 1988, en forma de esporas, propdgulos vege- tativos, cultivo de células o de tejidos; ‘ambos tipos de conservaci6n, in situ y ex situ, se complementan y son necesa- ios para mantener la variacion genéti- ca de las especies, lo cual les permite ‘mayor oportunidad de sobrevivencia. — Apoyar a los jardines botanicos para que amplfen sus esfuerzos en cuanto a la preservacién de la divesrsi- dad bioldgica y puedan participar acti- vamente en la conservacién de plantas, tanto in situ, como ex situ. = Desarrollar y mejorar el manejo de las areas protegidas, como lo son las reservas naturales, en donde se especi- fiquen, claramente, los lineamientos de conservacién y control, sobre todo los relativos al tipo y niimero de especies que se tienen y de las que son extral- ddas para diferentes fines, tanto por me- xicanos como por extranjeros. = Apoyar los proyectos de investi- {gaci6n que enriquezcan el conocimien- to sobre la biologia, la ecologia y la Gistribucion de las preridofitas. = Continuar haciendo estudios que ‘nos permitan conocer la viabilidad de las esporas de las pteridofitas y asf po- derlas mantener viables por periodos ‘més largos, 10 cual podria dar pie a la creacién de un banco de esporas. = Impulsar ta formacin de recur- sos humanos en diferentes especialida- des, como Ia biologia, la boténica y la taxonomia, asf como en conservacion y ‘manejo de los recursos naturales. — Tncidir en los programas de edu- cacion a nivel primario, medio y supe- rior, para poder crear conciencia de la importancia de la conservacién de re- giones naturales, ya sean desérticas, oscosas 0 selvéticas, como la Snica fuente de conservacién de la mayorfa dees especies vegeales. | — A través de los medios de difu- si6n, instruir y crear conciencia social ‘del valor que tienen las especies vege- tales per se y del dafto y peligro al que se les expone deteriorando los ecosiste- ‘mas naturales. Agradecimientos Se agradecen los comentarios, sugeren- cias y revisi6n del manuscrito a tos Drs. Carlos Vazquez Yanes, Ramén Riba y al M. en C. Adolfo Espejo Serna, ast como el trabajo fotogréfico del Sr. Jor- ge Lodigiani. ] Referencias Conway, E., 1957, “Spore production in bracken” J. Ecol 45: 273-284, Dyer, AF, 1979, "The culture of fern game- Tophiytes for experimental investigation” int Experimental Biology of Fams, Ea ‘AF. Dyer. London: Academie Press, pp 253.308 Erdiman, G. & P. Sorsa, 1971, Pollen and ‘pore morphology plans taxonomy, Alm uist & Wiksel Stockholm, pp. 302. Farrar, D.R., 1967, "Gametophytes of four twopical fern genera reproducing inde- pendently of their sporophytes in the fouthera Appalachians", Science 155: 1256-1267 Figura 8 Microgamuna nitida (él, Teapa, Tab. Gullg, BM,, 1968, “On the fine structure ‘of the spores of Equiserumm fluvial ‘var, vencilanum studied in the quiescent, germinated and nowiable state", Grana Pabnol. &: 23-69. 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