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HOMO SACER El poder soberano y la nuda vida I Giorgio Agamben Traduccién y notas de Antonio Gimeno Cuspinera PRE-TEXTOS 1 reproduc tl o prc de ete iro, no autora por lo etre ‘ola derecho reserdos Canker uiacn debe ser previaente clad Dice caer: Pe-Testos . 6.) ‘Thule de secon eign en engus kiana. i potre soon ude ete Prima eso dtombre 1998 ximanarimpratn: nosomre 2003, Sipura repre ere 2008 © den aduccin y nous: Aatonio Gimeno Ouspnera, 1988 101995 Guo taaudiedtore apa, Todo ‘s-TETOs 1958 tis Sanangel, 10 “46005 Valencia ‘neo ht / rr wa sre 88191-2069 ‘Deato want: 34512006 | | | | | | HOMO SACER Elpoder soberano y a nuda vida 1 Das Recht hat kein Dasein fir sich, sein We sen vielmer ist das Leben der Menschen selbst, von einer besonderen Seite angesehen ta in jure civitatis, civiumque off tigandis opus est, non quidem ut dissolvatur civita, sed tamen ut tanquam dissoluta consi dretur. ides, ut qualis sit natura humana, qui bus rebus ad civitatem compaginandam apta vel inepta sit, et quomodo homines inter se componi debeant, qui coalescere volunt, rec: te inclligatur, INTRODUCCION 0s griegos no disponian de un término tinico para expresar lo que nosotros entendemos con la palabra vida Se servin {de dos términos, seméntica y morfolbgicamente distintos, aun- aque reconducibles a un étimo comin: 22d, que expresaba el simple hecho de vivir, comin a todos los seres vives (anima les, hombres 0 doses) y bias, que indicaba la forma 0 manera de vivir propia de un individuo o un grupo. Cuando Platén, en el Flebo, menciona tres géneros de vida y Aristoteles, en la Et ca Mcomaquea, distingue la vida contemplativa del flésofo (ios tbeorotivis) de la vida de placer (bias apolaustibiig y de la vida politica (bios polit), ninguno de los dos habria po: dido utlizar nunca el término 204 (que sigrificativamente ca rece de plural en griego) por el simple hecho de que para ellos zo se titaba en modo alguno de la simple vida natural, sino de una vida evalificada, un modo de vida panicular Aristore les puede hablar, desde luego, con respecto a Dios, de una 208 rise hat atdios, vida ms noble y eterna (Met1072b, 28), mas sélo en cuanto pretende subrayar el hecho nada banal de que también Dios es un viviente (de la misma manera que, en el mismo contexto, recurre al término 208 para defini, de mado igualmente poco trivial, el aco del pensamiento); pero hablar de una 208 politike de les ciudadanos de Atenas habia carecide de todo sentido. ¥ no es que el mundo elisico no estuviera fami lirizado con la idea de que la vida natural, la simple 208 como tal, pudiera ser un bien en si misma. En ua parrafo de la Pols: ica, (1278), 23.3D, después de haber recordado que el fin de la ciudad ¢s el vivir segin el bien, Arisételes expresa con in- superable lucidez esta consciencia "ao (el vivir sein el bien es prncpulmente i, tanto pars to dos tos hombres encom, como para cada uno de ellos or separ, Pero también se unea y mantenen la comiiidad poltict en vita si Plemente de vive porgue hay probablemente algo de buena en els lo hecho de vivir hat 9 20n aud mon no hay wn exceso de ad ‘ersades en cuano al modo de vivir (hata tn Bio), s evident que lnumyora de los hombres sopera muchos padecmientos e afer a via (500, como si hubiera en ella certs serenad (eumeria, bello a) y oa dolar natura No obstante, en ef mundo clisico, la simple vida natural es exclu del ambito de la polis en sentido propio y queda con- finada en exclusiva, como mera vida reproductiva, en el m= bito de ta othas (Pol 12522, 26.35). En el inicio de la Politica, AristOteles pone el méximo cuidado en distinguie entse el of- hondmas (el jefe de una empresa) y el daspotés (el cabeza de Tamla), que se ocupan de la reproduecién de la vida y de sa mantenimiento, y el politico, y se burla de los que imaginan, {que la diferencia ene ellos es de cantidad y no de especie, YY cuando, en un pasaje que se conveniria en canénico en la » tradicion politica de Occidente (125%, 30), define el fin de lx comunidad perfect, lo hace precisimente oponiendo el sim- ple hecho de vivir t6 20m) a la vida poltcamente cualificada (et zt: ginoméne men ofn tot z8n héneken, ofsa dé tov ‘el 2én,-nacida con visas al vvi pero existente esencialmen: te con visas al vivir bien- (en la traduccidn latina de Guiller- smo de Moerbeke, que tanto Sto.Toms como Marsilio de Pa- dua tenian a la vista: facta quidem igitur vivend gratia, existons ‘autem gratia bene vivend Es cierto que en un celebésrimo pasaje de la misma obra se define al hombre como politizon zo0n (1253a, 4); peso aqui (al rmargen del hecho de que en la prosa aca el verbo bfonat no se uliza pricicamente en presente), politico no es vn atibu- to del viviente como tal, sino una diferencia especifica que determina el género zoom (inmediatamente después, por lo dems, la politica humana es diferenciada de la del resto cle los vivientes porque se funda, por medio de un suplemento de po- Iiicidad ligado al lenguaje, sobre una comunidad de bien y de ‘mal, de justo y de injasto, y no simplemente de placentero y de dotoroso) Foucault se reflere a esta definicion cand, al final de la Vo- Juntad de saber, sintetiza el proceso a través del cual, en los umbrales de la vide moderna, la vida natural empieza ser in clulda, por el contrario, en los mecanismos y los céleulos del poder esata y a politica se transforma en bio-politica:-Daran te milenios ef hombre siguio siendo lo que era para Arstteles: tun animal viviente y ademis capaz de una existencia politica: cl hombre modemno es un animal en cuya politica esti puesta fen entredicho su vida de ser viviente- Foucault I, p. 173) Segiin Foucault, erano. La biopoitca es, en este sentido, tan antigua al menos ‘como la excepcién soberana. Al siuar la vida biolégica en el centro de sus céleulos, el Estade moderno no hace, en conse- ‘cuencia, ora cosa que volver a sacar a la luz el vineulo secre- 10 que tine e! poder con la nuda vids, reanudanda ast (segtin luna correspondencia tenaz entre modemno y arcaico que se puede encontrar en los ambitos mas divessos) el mas inme- ‘morial de los arcana impor Si 50 €$ cierto, sert necesatio considerar con atencién re- rnovada el sentido de la definicion aristoxélica de la polis como ‘oposicin entre el vivir Czén) y el vivir bien Cet zén). Tal op0- sicin es, en efeeto, en la misma medida, una implicacion de lo primero en lo segundo, de la nuda vida en la vida politica- mente cvalificada, Lo que todavia debe ser objeto de interro: sgacion en la definicion arstiélica no son s6lo, como se ha he- ‘cho hasta ahora, el sentido, los modos y ls posibles aricuaciones dela ley, se sia legaimente fuera de ell. ¥ esto significa que Ja paradoja de la soberania puede formlarse también de esta for [ma a ley est fuera de si misma, o bien: -Yo, el soberano, que ‘estoy fuera de la ley, declare que no hay un afuera dela ley Vale fa pena reflexionar sobre la topologia impiicita en la pa: sadoja, porque s6lo una vez que se haya comprendido su es tmuctura, quedard claro en qué medida la soberania masca el i mite (en el dable sentido de fin y de principio) del orden jurcico. Schmitt presenta esta estructura camo la de la excepci6n (Aus nabme) Lo excepcional es lo que no ce puede subsumis;escapa a tos de ‘erminacién general, per, al mismo tempo, pone al descubieno en ‘oda su purezs un elemento especicamente free, I -dectsén. El caso excepconal revise carictersheokito endo se mpone com p= ‘mea medi a neceridad de crear una sac dentio de acl pe dan tener validez fos preceptos ren. Toda noma general reqiere que las condiciones de vida alas euales ha de sr aplicad efeciva- mente y que han de queda sometdar as regula normatvs, tee ‘gn coefiguracion normal. La noema exige un medio homogéaco Eta noumalidad ties no es un simple puesto extemor del que pueda el jurisa prescindir, antes bien et pare de s valier inmanente. No ‘ee una sola norma que fers splable ain caos Meneses esque orden sex restableci, sel orden jurdico ha de tener sents, Es ecesarlo de todo punt planar una stuacén normaly soberano et (quien con eariter deintivo decide sa stclon es, en efecto, nor ‘mal El derecho es sempre de la que el derecho tiene nece sidad para su propia vigencia. Pero cqué es esta wsituacin? ‘Cuil es su estructura, desce el momento en que no consiste fe otra cosa que en Ia suspension de la norma? X ta eposicion de Veo entre derecho postivo (is thts y excep pero, por la misma raz6n, no es tmpoco una figura juidica panicular, aunque abra la posibilidad de vigencia de l ley. Es fe el sentido tikimo de la paradoja formulada por Schmit, ‘cuando escribe que ia decisin eoberana demuestra que n0 tie se necesidad del derecho para crear derecho. En la excepcin soberana se trata, en efecto, no tanto de neutralizer 0 controlar lun exceso, sino, sobre todo, de crear 0 define el espacio mis ro en que el orden juridico-poliico puede tener valor. la ex cexpcién es, en este serio, la localizaién (Ortung) fundamental, que no se limita a distinguir lo que esti dentro y lo que esti a fuera, la situacién normal y el caos, sino que establece entre clos un umbral et estado de excepei6a) a partir del cual lo in- terior y lo exterior entran en esas complejasrelaciones topol6- Bicas que hacen posible la validez del ordenamiento “El ordenamiento del espacio, en que consiste para Schmitt el Nomos soberano, no es, por tnto, sélo ocupacion de la tie- sa (Landnabme),fjacion de un orden juidico (Ondmung) y temitorial (Orting), sino, sobre todo, -ocupacién del afuera, cexcepeién (Ausnabme) Re Puesto que #o exste ningena norma que sea apicable al cas te ‘debe ser incido primero en e orden jurcico mediante la creacion de ‘oma zona de inferenca ene exterior inter, cosy stain nora 1 estado de excepcin, Para referie a algo, una nora debe pes pre suponer aquello que est furs dea relasin (lo inlaconac) y, no oe Tante, estblecer de esta forma urs relacién con ello. ta relacn de excepeiin expres as senclament la estucura formal orga de a ‘elacin uric. La decision scberana sobre a excepcin es, en este en ‘ido, Is estuctura policojusdica origina, blo a pari de la cual sedquleren su send To que et incuido en el orden rdco y lo que ‘eth exclido de la su forma arquepics, el exado de excep em, es, el principio de toda leaizacin juriic, porque solamente abe ‘espacio en que la Rlacén de wn cleo ordenamiento y de un deta ‘do teritro se hace posible por primera vex. Pero, como ti el onden Faro misao es esencalmeste Yocaaable clea aunque se le pe ‘hn signar sein las ocasones lentes espacio temiporales defini), EL nexo entre localizcion (Ortung) y ondenaniento (Onimung), que consitoye el snomos de fiers (Schmit 2, p. 70) es pues, aia mls ‘compe de como lo descbe Schini yomtieng ens iaesor una am Digdedad fundamental, una zona ilocalzable de indiferencia 0 de excep. ‘i, que, en dine andliss, acaba nscesrismente por actar conte él como un principio de infin eisloacion. Una de las tess de Ia presente Invesigacin es precisamene que el estido de excepcién, como esse f | | 2 tum politica fundamental, cups cada vermis el pine pina en nse troempo y tend, en ulimo nine, a converse en la ey, Cuando ues tiempo ha tat de dar una ocalieacion vile permanente & 120 flcalizable, el resultado ba sido el campo de cancetrcion. No la Crcl sino el campo de concentracion ee rigor. el espacio que co inesponde sexta exicura origina del noes. sto Se pone de man ‘eo, entre ots cosas, ene hecho de que mientras el derecho pene ‘inti no eth furs del ondenamlenta normal, sno que consttuye slo ‘un fmbito particular del derecho poral, consteacn juries que pre side el campo de concentcién es, como rereros, la ley 4 tage de sito. No es posible, por exo, nse el alse del camp de encenacién nl exelasbiera por los tabaos de Focal, desde fa ‘Mutoria del oeura 2 Vilar y casiga. BL campo, como espacio. Io de excepcién, e tpologicamente dveso de un simple espacio de rechilén,Y es exe espacio de exeepién, ene que ol nexo etre acl saci orden judo se rome defintivamente, el que ha éeteinado Incr del via noma de ner. 13; La validez de una norma juriica no coincide con su apli- ‘acion al caso particular, sea éste, por ejemplo, un proceso 0 un acto ejecutiva; por el contrario, la norma, justamente por- que es general, debe valer con independencia del caso indi dual. En este punto la esfera del derecho muestra su esenci proximidad con la del lenguaje. Asi como en una instancia de tiscurso en acto una palabra solo adquiere el poder de deno tarun segmento de realidad, en tanto que tiene igualmente un sentido en el propio no denotar (es decir, como fangue distin ta de la parole el término en su purz consistencia léxica con Independencia de su empleo concreto ep el discurso), de Is misma manera la norma sélo puede referrse al caso particular porque, en la excepcion soberana, esta vigente como pura po tenca en la suspensién de toda referencia real. Y lo mismo que » el lenguaje presupone Io no lingtistco como aquello con Iq de excepcin permanente, deelaa que no fay un afvers de i Tengo que debe poder mantenerse en una relacin viral (en la fort que et, pues, sempre mis als des miso, La esr partis del sma de una langue o, ms precisamente, de un juego gramati} derecho viene sy fundamento en esta etuctora preupstve dl en call es decir, de un diseurso cuya denotacion actual se mantie} sje hanno. Tal esructura expres el vinculo de exci inclsis # ne indefinidamente en suspenso) para poder después denotari que es some una coss por et hecho mismo de estar en ellen fen el discurso en acto, i ley presupone lo no juridico (pot) de ser aombrada. Dei es siempre, en este sentido fs dco «ejemplo, la mera violencia en cuanto estado de naturaleza) co| ‘mo aquello con lo que se mantiene en relacin potencial ene] estado de excepcién. La excapcién soberana (como zona de ink 1.4, En esta perspectiva, a excepcion se sila en wna posi diferencia entre naturaleza y derecho) es la presuposicion df cin smétrica respecto del ejemplo, con el que forma sistema. Ja referencia furidica en la forma de su suspensin. En todaf Consttuyen los dos modos por medio de los cuales wn con: norma que manda o prohibe algo (por ejemplo, en la norma}, junto trata de fundar y mantener la propi eohesencia. Pero que prohibe el homicidio) est inserita, como excepci6n pre mientras la excepcion es, en el sentido que se ha visto, una é ;puesta, la figura pura y no sancionable del caso particular} clus inclusioa (es decir que sirve para incluir fo que es expule mientras que en el caso normal se hace cierta la trinsgresién sado), el elemplo funciona mas bien como una sclusién exch (en nuestro ejemplo, el matar a un hombre no como violenciaf sia. Témese el caso del ejemplo gramatical (Milner, p. 170: bs natural, sino como violencia soberana en el estado de excep-fparadoja es aqui que un enunciado singular, que no se distin ion). [gue en nada de los otros casos del mismo género, es aislado Ge ellos precisamente en cuanto penteneciente a la misma ea- tegoria. Si, por oftecer el ejemplo de un performativo, se pro- hnuncia el sintagma e amo, éste no puede, por una parte, ser ‘entendido como en un context normal; pero, por otra, para poder servir de ejemplo, iene que ser trtado como un envn- ‘Gado real Lo que el ejemplo muestra es su pertenencia a uns ase, pero, precisamente por eso, en el momento mismo en fque la exhibe y delimit, el caso ejemplar queda fuera de ells {asi en el caso de un sintagia lingUistico éste muestra el pro ‘io significar y, de esta manera, suspende su significacin). Si fe pregunta entonces si Ia regia se aplica al ejemplo, Ia res- puesta no es faci, porque se aplica al ejemplo s6lo como caso onal y 90, evidentemente, en cuanto ejemplo. El ejemplo es- {d, pues, excluido del easo normal no porque no forme parte ‘de, sino, al contrat, porque exhibe su pertenencia a él. Es 1 Hegel a sto el primero en compxender hase fondo ea esr ura presupostia del lenguie, gracias Ia cual ése sts simul ‘ente dent y fuera des mismo yl inmedito Gono Linge) sve ‘no ser ota cosa que un presopuesto del lengune El elemento perfect} ese en la Fenomenolgia de prt en el gut la intercede a ‘esteror ewan interna esa extesoidad, sel lenguaj: (Hegel, pp 527 529), De la misma manera que s6o I dessin soberana sobre ef = exceplén are el espacio en que pueden establecese lines ene texemo y Jo extemo y on que es posible akgnar normas determinadas af tertorosdeterminades, slo I lengua como pura potenca de signi al quedarretioda de toa insanca coneeta de dco, separa lol _listca de lo no ingisico y permite la apertura de émbitos de disc f 50s sgaicantes en ol interior de le ales cet tminos conespon ‘dena cits denciaciones. Hl enguae sel soberano que, en un esd ey verdaderamente un paradigma en sentido etimoligico: lo que} ‘se ues ldo yuna dase puede content todo pro 2a pi ne jet es messin dela excepcin. Mien queda excl del conju en can penenecente «hs {Epeign es inca en el caso nal prcimets Porgue no forma pare de €¥ asi como ln petenencia «una case so puede mostare con un emp, e dc aca de lle ano Dertenencia so puede nese ens neon cs dele na repel. En too eso (como mca la dopa defor ano. talsas fos snlogias ent os games agus, ace Sion empl som conecpos cmeaconads que tend, timo tem, a confuse, entan en jg ada vee ue Se waa de def el seid tno def panei Je Aividos, del hecho de que forten coma At de comple ines en todo sixema lio emo en odo ssc Soi r- Ine ene el der yeaa a nad X 1a exeptio del derecho proces romana muestra bien esa paeu- far esractura de la excepeion. Es un nstrumento de dfensa del dma. dao en un jucio, encaminado a near el eacerprebatoi de as "uooesalegadas pore atx en el ao de que a apiccion normal de ‘us ce estar conrata ala uid. Las romanos vein en ella un Fouma de excision dig contr a apliscn deli io Dig 44,12, Up. 74 cep dia e qual qatan exis, quae eppon acto solet ad excludendum Id, quod in ictenonem condemnationemve deductum es). En este sentido, la exeqto na eat totalmente fuera de ‘derecho, sino que maaifiess més ben un contase entre dos exigent Judea, que nel derecho remite als contspeicon ene fs cide y ‘us bonordrium, es decir el derecho intociido pore pretr para ater Dera a excesiva generalidad de ls norms el derecho cil En su expresiin tna, a ewan toma as el apecto de una cltusula el mejor de los casos, a pede acer of cosa que seas elena del Anita, F Una convergenclaantiogs se da con respect al concepto de carter. ‘ambien Schmit, como Benjsmin,distingue netamente entre caricies y lp (a concepto de culpa -escnibe- ease relaclén con un eporan, ftom un ies, 46), En Benjamin, sn embargo, es preisamente cae elemento (cl carter en cnt eacapa 9 toda volutad consciete) = que se presenta como principio capaz de detgar al hombre de cul [pay de lamar Inacenca nats 17. Sila excepcién es la estructura de la soberania, ésta no ‘5, eitonces, ni un concepto exclusivamente politico, ni una categoria exclusivamente juriica, ni una potencia exterior al ‘derecho (Schmit), nila norma suprema del orden juridico (Kel- sen): ela estructura originaria en que el derecho se refiere 2 | Tavida y la incluye en él por medio de la propia suspension. = Sirviéndonos de una indicacién de J-L. Nancy, liamamos ber © de? (del amtiguo término germanico que designa tanto la ex- clusion de la comunidad como el mandato y Ia enseita del so- berano) a esa potencia (en el sentido propio de Ia dymamis aristotlica, que es también siempre dinamis mé energetn, po- © tencia de no pasar al acto) de la ley de mantener en le pro- © pia privacion, de aplicarse desaplicindose. La relacion de ex: Palo eferente 2 bundy a fas Ese vise oi td, ig. 245, cepcién es una relacién de bando. El que ha sido puesto en pando no queda sencilamente fuera de fa ley nies indiferen tea ésta, sino que es abandonado por ell, es decir que queda cexpuesto y en peligro en el umbral en que vida y derecho, ex terior e interior se confunden. De é no puede decirse literal- mente si esti fuera 0 dentro del orden juridico, por esto origi- nariamente las locuciones ialianas «in bande, a bandon significan tanto a la merced de (a la mercé dit) como & vo- Tuntad propia, a discrecin, libremente (a propio talento, lic beramentes), como en la expresion scorere a bandono-,y ba nido (bandlito} tiene a la vez el valor de excluido, puesto en bande Gescluso, messo al bando» y el de abierto & todos, Ii- bre Gapero a tt, ibero-, como en mesa libre —smensa ban- dita 0 a renda suelta ~a redida bandita~). Bs en este senti- do en ef que la paradoja de la soberania puede revesti a forma “No hay un afuera de la ley, La relacion originaria de la fey on la vida no es la aplicaciGn, sino el Abandono. La potencia insuperable del nomos, su originaria fuerza de ley, es que mantiene a fa vida en su bando abandonsindola. Y es precisa: ‘mente esta estructura de bando lo que aqui se watari de com- prender para poder, eventualmente, ponerla en tela de ju. Xl bando es uns forma def elacion Pero de qu relacién se vata | proplamente desde el momento en que és cxrece de contenido post vo algun y en que las txminas que edn en reac parecen excl se (ya la Ver incl) mutuamente? Cl esl forma de fa fey que en se expres? Hl bando es ln pin forma de refer algo en genera, cx deci el simple aco de exablecer una relia com fo que ext fiers fe elacon. En ee sentido, el banda se Kentifea con la fora lnie de la relacsn. Una eica del bando tend entonces necesaimente que ‘poner en duds ls forma misma de i reasin ¥ preguntas a el echo paleo no resulta quis pensibie ms al del relacién, es deci ya 205 nla forma de una comexien. “ | | 11 2. Nowos maste0s principio segin ecu a sberanfa penenece “ge pres hoy inseparable de muesta coneepeion de B= seca dl Exo de derecho, no elim en mod gi to parodia sober, sno qu, ray al conta Ipula al euremo, Desde ai antiga formlacion conser rae gc ete pine agmento 169 de Pindar, i be von de a ey se sts en una denion tan oscar amb fon qv preceamnete sn ceacion con él sh pod habe Sonia de un enigna Ehrenberg, p. 129) He aque te fo dl fragment, caja resonrct se debe a Boeck namo bo pon bases tian be enbanon ge dian 9 basoaton «6 yperata chert tomatromai rtm Horace tay impuso alos homies e Conlon: alos peces, eras y aves vo ladoras, comere los unos 2 Ios ouos, ya que no existe jaca ente los los hombres, en cambio, ls aoa fuscia que es mucho mejor El enigma en este caso no consiste tanto en el hecho de quel el fragmento admita muchas interpretaciones, sino que lo de-} No obstante, mientras en Hesiodo el riomases el poder que cisivo es mis bien que, como la referencia al robo de Hércu-f separa violencia y derecho, mundo animal y mundo humano, Jes deja ver sin sombra de duda, el poeta define la soberania y en Sol6n, la sconexi6n- de Bia y Diké no contiene ambigtie- ddel némos por medio de una justificacion de la violencia. Elf dad ni ironia, en Pindaro ~y éste es el nudo que ha dejado significado del fragmento slo se aclara, pues, si se compren-f en herencia al pensamiento politico occidental, y que le hace, en de que tiene su centro en una escandalosa anticulacion de esos certo sentido, el primer gran pensador de la soberanta~ el né principios, Bia y Dike, violencia y justia, antitéticas por ex: mos soberano es of principio que, rewtieraio derecho y violen- celencia para los griegos. EI ndmos esl poder que opera -con cia, os hace caer en el riesgo de ia indistinciOn, En este sent luna mano poderosa entre todas: la paradjica union de estos do, el fragmento pindérico sobre el némos basiletscontiene el dos opuestos (en este sentido, si se entiende por enigma, se-f ‘paradigma oculto que orienta todas las definiciones sucesivas _gin a definicin aristottica, la «conjuncién de los opuestos, fF de la soberania: el soberano es el punto de indiferencia entre el fragmento contiene verdaderamente un enigma). ‘violencia y derecho, el urmbral en que la violencia se hace de- Sien el fragmento 24 de Sol6n se debe leer (como hacen f,™recho y el derecho se hace violencia. 4a mayoria de los estudiosos) Arter ndmou, ya en el siglo Vila f= sfucraa especifca de a ley era identficada precisamente en una sconexiéne de violencia y justicia (krdtei/ némou bian te kat d-| ‘ken synarmesas, con la ferza del némoshe reunido violencia ¥y justicla; pero incluso si se-lee bomo en vex de némou, a idea central sigue siendo la misma, desde el momento en que Soldn esta hablando de su actividad de legislador: fr. De Ro- silly, p. 15). También un pasaje de los Brga de Hesiodo ~que Pindaro pudo haber tenido en mientes~ asigna al émos una posicion decisiva en la relici6n entre violencia y derecho: a Lr a messe ee tract fen Ll (2 eet ett enl ona cain ho ne es —_at gec ch lrch nd* ist yeh yor compo de sec i) Pere > | eg-F- oeesrsS S rlrcrrr—~—~i—=Ss«azaCONisaCSsiCizai‘’‘ySCCOCrtC™ SRS fe a cs cm pao “6 2.2. Bsa esta luz como debe ser lea la cit platénica del | Gorgias (484 b, 1-10) que, fingiendo una vacilacion de la me: = moria, altera a Sabiendas el texto pindarico ‘Ey nombve de ss eon de perordad consti del née sobre 1s ley (Gases en el sentido de pesca convencional), Sent ee a ‘mterretacin que Holder leva «cabo del agmento, Tambien Hol eines equtoca au tcc del agro Gelingrath, vp. 277 vertiend al sleméa el tino noms como Gaetsy re deja extaviat or ezapalabeadesdichada, aunque sepa que I ley es pure medacon, > EL némosen sentido onginario es, por el cantrao, I pura iamecater de una fuerza jusdics Gebisraf) 30 medida pot I ey, es un acon tecimiento histrco consituyente, un sco dela leghidad,y slo é ‘a lace rzonable en general a aplicsco de Ia nueva ley chit 2, 28. Schmit matnerpret aqut por completo la intencin del poets, que es 1 digi precisamente contra todo principio inmediato, En su coment Fo, Holdecin define, en efecto, el némas (que distingue del derecho) f> como mediacon dguros (rege Métibarkoi} so inmediato scribe tomado en vn rgurso es imposible tao para los mole coma p= ‘los inmontales; el dios debe cistingiedversos mundos, eg #4 tupalea, porque ls bienes celestes deben ser sagradas po mismo, sa ‘mera, E hombre, en cuanto ser cognoscene, debe a ambitn dstingu. iversas monde, ya que el conccimieno solo es posible mediante a op ‘scine (Holdin, p. 38). 5, por una pate, Holdela (come Shen) ve ce el omer basi un principio mls alto que el simple derecho, por fo, sene buen cuidado de prcsar que eltrmino sober8ao: no se E- ‘ere aqui a un spoder supremo (bochte Mach sno al mas ako funda ‘mento eognsctvo (bid). Con una de esas covrecciones que son an racertias des Uhimas waducciones, Hold tastada a wn problems | Juraeo-potico Ga soberania dela ly como indstncion de derecho olen) a esfers de a teoia del conocimient (ls mediacon como pode de ding). Lo que es mis original y fuene que el derecho no ex (como en Schmit) el némor en cuant principio soberan, sino la me Me parece que también Pind sotene lo mismo que yo ene canto en que de fl nomos de todos soberano fet morales y de los iamontles {después prosigue asf F condice con su mano omnipotete taclendo vole lo as aso Solo una aguda coniunctiitis profesoria ha podido inducir ‘los flologos (en particular al responsable de la ya anticus da edicion entica oxoniense de Platon) 2 corregir el biafon 13, dikatdtaton de los cédices mas autorizados para seintegrar el # texto de Pindaro (dikaidn 10 biaiézaion). Como ha observado justamente Wilamowite (Wilamowit, pp. 95-97), biaion es de: “fasiado taro en griego para poder explicar lo anterior por un lpsus de memoria (¥ todavia menos por un lapsus edlan) y “el sentido del juego de palabras platGnico esta perfectamente “dato, la justficacién de la violencia es también aqui, en la misma medida, un «hacer violencia 2 lo mas justo ¥ en esto, yen nada mis, consiste la-soberaniae del némos de que ha- “hla Pindaro, “Una inteneion andloga guia tanto la citaimplicta que Platon, en el Protdgoras, pone en boca de Hippias (amigos presen- tes, dijo, consideto yo que vosotros sols parientes, familiares y ‘eudadanos, todos, por naturaleza, no por ley. Pues lo seme- ante es pariente de su semejante por naturaleza. Pero el no: mos que es el trano de los hombres (tfranas, no bates) lac que funda el conocimiento ‘mo la cta, explicta, en las Leyes (690d sg: ‘fo simplemente sélo su caricter -natural, 5 decir no violeny 1D Mientras en Platon la dey de naturaleza: nace, pues, part | miner Ia contraposicion sofistica entre pbjsisy nmios ¥ €X- char la confasion soberana de violencia y derecho, en los $0 Eft Ia oposieion sirve precisamente para fundar el principio Ede soberania, a union de Bia y Die {el axoma seq ef ual es el mis fue el que mandal es < qe 1 ms extendido eit todos los seres vias se da conform mat ‘alez, sein do en oto tempo el tebano Pindaro, Pero el mayor todos los axiomas seri To que parece ef vexto, que ordena al ign ante ie detris yal prudente gular y mandar. Yes, joh Pindaro peso! no me atreveria yo # deci que va cone naturaezs, in {que es conforie a ells; es el mando de la ley sobre Tos que it ace fan, mado de or sf exento de violencia 23. Bs el sentido mismo de esta contraposicion, que habla viene una descendencia tan tenaz en la coltra poi de | Ocadone que hay que corner de un modo ane Lt Secs roista conta el ome favor del ntuaeza (que ee sone cad vera ences enc crs dl Fg) puede ser considerada como la premisa necesaria de wre palon enge estado de aaturalezay commontweat ve sHoloes sta como fundamento de su concepcion de la sobe vere Si, para Tos sofistes, Ia anerioridad de La pbysis josie. vino cennino, la violencia del mis fuerte, para Hobbes €5 vee esta misma identdad de estado de naturaleza y Ptencin (homo bomint lupus) lo que justia el poder abso~ Feat del scberano, En ambos casos i bien en un sentido ape ‘omente ope, ain pysnomas constr ereyesto que leitima el principio de soberanta, la incs eer deecho voenca (en el hombre fest de 108 5 Feasee ene soberano hobbesiano. Es importante seals, Stee que en Hobbes el estado de naturaleza sobrevive 2 Fpasona del soberano, que ese nico que conserva su fas con pemmes natural. 1a soberania se presenta, pues, como Una JFrorporacion del estado de naturaeza en la sociedad 0, se reaiie, como un umbral de indifeencia entre nauralezs ¥ iar, entre violencia le, Yes propiamente ext indistine Gon n gue consituye a vokenca sberara especie En ambos casos, Jo que interesa a Platén no es tanto la of icin entre physisy ndmos, que estaba en el centro det debs te sofistco (Stier, pp. 245-46), como la coincidencia de vioer cia derecho que constiuye la soberania. En el pasaje citadd te las Leyes, el poder de la ley se define como conforme a lt ‘pawuraleza (kata psin) y esencialmente no viotento, porque To que en verdad le importa a Plat6n es precisamente neutrs| lizar la oposicin que, tanto para los sofistas como (de man« ra diversa) para Pindaro, jusificaba la oposicion soberana Bia y Diké Todo el tratamiento del problema de la relacion entre physi 1y némos del libro X de las Leyes esté disigido a desmontar i Construccion sofistica de la oposicion y asimismo la tesis de fanteriordad de la naturaleza con respecto a la ley. Platon new: ttaliza ambas afirmando el caricterorjginario del alma y de #0} tdo lo que pertenece al género del alma» Gnteleco, fechnéy m3 ‘mad respeato a los cuerpas ya los elementos ) dice que “a ley debe reinar sobre los hon bres y no los hombres sobre la ley, no pretend, en conse so q : ere) Me enemne tetior al némos, sino que lo contiene en Ia vttulidad de ésel © We Consiste el 6 cl cluida del derecho, que configura un espacio libre Y Earn cor ce Bn emp se cin ong i ovens del cee osu a sole) ols ates Rado pr el nomos somo orden teal xa ron, ae aerecho, su autopresuposicién como derecho nap a cisica del tus publicum Buropaewm, cortesponde Bete area gonsietc de que el extdo de naturale 94 4 tro eleto Clock: the bg all world a so misc amr cesaiamente como una Epoce rll onc) Bl propio Schmit asta eo zona bord te line Rikers ace ae ee ee Be or arora a ee ane a dnc Cacnieat cn que s= le considera como ei esuvir Sons sire i idea dew espace dela, lbs # Sisco ut tamquam dssoluta consideretu, i ex, ut SW Gj, entenddo como vambito temporal espacial dels Si otra humana. rete inelligats Hobbes pp. 7990), a So cmensido como exterioridad -el derecho de naturaleza y el principio de conf: Pe™s!6" CodceeMercins servacin de la vida propia-es en verdad ef nicleo mis tnt smo del sstma poltico, del que Este vive, en el miso sent dl en que, seg Schmit, la reg vive dela excepelén fe estaba, ao obstane,delimlido con respect al exden jen normal ene empo, por medio de a proclciéa al piacipn del es “ado de gues, yal final a través de wa acto de resttcién en el exp ‘fo, por una pres indaci de # fmbito de wales. En litre de este mst espacly temporal, oda sceder todo aquello que se onsiderara necesrio vgn ln creunstanci. Para indica et su ‘én, haba on smb antigua y evidente, al que también se reine ‘Montes aetna de iberad os dela sta era veils por {on deteminado pesodo de empo (Shot 2, p10) 2.4. Denuto de esa perspectiva, no sorprenderi demasiado ‘ue Schmitt funde precisamente sobre el fragmento de Pind 10 su teoria sobre el caricter originario del «iGmas de la terra sin hacer, empero, alusin alguna a su tesis de la soberanta co, ‘mo decision sobre el estado de excepeién. Lo que Schmitt pre tende asegurar a toda costa en este punto es la superioriiad del ndmos soberano como acontecimiento constitutive del de: recho frente a cualquier concepcién positivsta de la ley en tee ‘minos de simple posicion y convencion (Geset2). Por ello, aun hhablando de «némos soberano, Schmitt debe dejar en la som: bra la proximidad esencial entre ndmosy estado de excepeion ‘Una lectura ms atenta revela, sin embargo, que esta proximi, dad esta presente de forma clara. Poco més adelante, en el ca. pitulo sobre las Primeras fineas globales, el autor muestra 65. ‘mo, en efecto, el néxo ente locakzacién y omdenamientojurico 2 q a cuanto soberano, el némos ests ligado necesariamente Fan al estado de naturaleza coma al estado de excepcién Este Gtimo (con su necesara indiferenciacién de Bra y Dike) “nolle es simplemente exterior, sino que, a pesar de st prec: sa delimitacion, esté implicado en él como wn momento que es fundamental desde cualquier punto de vista. El nexo loca- = laacion-ordenamiento contiene, pues, siempre en su interior |i propia ruptura virtual en forma de una -suspension de to do derechos. Pero lo que aparece entonces (en el punto en que se considera la sociedad tanguam dissoluta) es, en ver 2 dad, no el estado de naturaleza (como estadio anterior en al que los hombres volverian a caer), sino el estado de excep- cin. Bstado de naturaleza y estado de excepcion son solo las dos earas de un tnico proceso topolégico en que, como en tuna cinta de Moebius 0 una botella de Leyden, aquello que sep Presuponia como exterior (el estado de naturaleza) reaparece ahora en el interior (como estado de excepcién), y el poder soberano es propiamente esta imposibilidad de discernir en- tue exterior e interiog,naturaleza y excepcion, pbysisy ndmas: Elestado de excepcion no es, pues, tanto unta suspension es paciostempora, cuanto una figura topol6gica compleja, en que ‘no s6lo la exoepcidn es la regl, sino en que tambien el esti do de naturaleza y el derecho, el fuera y el dentro, ransitan entee ellos. ¥ es precisamente en esta region topologica de i dlstincién, que debia permanecer oculta ante los ojos de la jus. ici, donde tenemos que tratar de fijar la mirada. El proceso (que Schmit ha descrto cuidadosamente y que todavia esta. ‘mos viviendo) en virtud del cual, y ya de una forma clara 2 partir de la Primera Guerra Mundial, el nexo entre locaizacion y ordenamiento constitutivo del antiguo némos de la tetra se| rompe, avrastrando a la raina todo el sistema de las limitacior res reciprocas y de las reglas del sus publicum Europacum, ‘iene su fundamento oculto en la excepcion soberana. Lo que hha sucedido y lo que ‘odavia sigue sucediendo ante nuestros jas es que el espacio -uridicamente vacio- del estado de ex cepeién (en el que la ley esd vigente en la figura ~es deci ctimolbgicamente, en la fictén— de su disolueién, y en el que! ppodia suceder todo lo que el soberano considerara de hecho ‘necesario) ha roto sus confines espacio-temporales y al ium pir en el exterior de ellos, tende ya a coincidir en todas par- tes con el ordenamiento normal, en el cual todo se hace ast posible de nuevo, Py XSi se quisiers represeniar de maners esquematica la eolcion| ‘etre ezado de ntualeza y Edo de derecho tal com se configura eo ead de excepeisn, se podsia curse 3 dos cculs, que, al pin ‘io, © prerentan como disintos (ig. D ¥ que desputs em el estado de ‘cepa, muestan estar, en realidad, uno dento éel oro Gig. 2 ‘indo la excepcién tiende a convene en rela, los dos crculos coin en sin ningin ip de linc (Fg 3 © G En eta perspectv, lo que ests sceienda en a antigua Yugoslav» suis en gener, Jos procesce de diolicin de los rganisnios esata ‘cones en Buropa oriental, noes algo que deba ser consierado co- ‘puna reaparcion del esto natural de ich de todos cons eco, que eu a conatiucon de nuevos pacts sociales y de nuevas local ‘ones nacional estates, sino mais bien coma el alors iz del est ode excepiin en tanto que exmacurs permanente de des localinasn _ydeloeaci jrdico-potle. No ge tata, pes de un regres de sof rprizcionpoitia hacia formas superads, sino de aconteinlentos pre ‘onions que anwncian, com henidos sngrenas, el nuevo némosde ier, que (tno se pone redcslnente en entredicho el principio en (qu se funds) tenderd a exendetse por todo el planes 1 le debe nada, existe sin él, es la fuente en fa que no puede | agotarce nunca el uso que se hace de su corrientes (Burdeau, p.173). De aqui la imposibilided de construir de manera armonica la selaci6n entre los dos poderes, lo que se manifiest, en parti- ‘alr, no s6lo cuando se trata de entender la naturaeza ju del dcadray del etd de excep ino ambien 9 pesto del poder de revision, previsco con frecuencia en el opi eno de as consitciones. Frente al tei que ama Pel caricter originario ¢ inreductible del poder consttuyente, es, E decir que éste no puede en modo alguno ser condicionado y F consteiido por un ordenamiento juridico determinado y se imantiene necesariamente en una posicin extema a exalquier poder consiido, hoy encuentra cada vez mayores apoyos (en fp el Ambito de la tendencia contemporinea mis general a regu- Jartodo mediante normas) la tesis contraria que pretende 1e- = ducit el poder constituyente al poder ce revisibn previsto en Ja conattucién y deja de lado, como prejuriico o meramente oma, el poder del que ha nacido la consttucion tisma, F Ya inmediatamente después de la Primera Guerra Muoclal, F penjamin, con palabras que no han perdido nada de su actus “dad, critica esta tenclencia y presenta la relacion entre poder & constuyente y poder constinuido como la existente entre It iolencia que establece el derecho y la violencia que lo con: $erva: Si desaparece la conciencia de la presencia latente de [nviolencia en una institucién juridiea, ésta decae. Un ejemplo 1d este proceso nos lo proporcionan en este pertoco los par amentos, Estos ofrecen el deplorable expecticulo que nos es notorio, porque ban dejada de ser conscientes de las fuerzas “evolucionarias alas que deben su existenci... Les fala el sen ‘ido de la violencia creadora del derecho que en ellos esti re B- presentada; no tiene pues nada de extafo el que en lugar de E llega a decisiones dignas de tal violencia, aten de lograt, me- 3. Porencia ¥ DEnEcHO 3.1 La paradoja de la soberania no se muestra quizis en nin ‘guna parte con tanta claridad como en el problema de! poser} ‘onstituyente y de su relacin con el poder constituido. Tanta| la doctrina como las legistaciones positivas han encontrado} siempre dlifcultades en el momento de formular y mantenes| cesta distincién en todo su alcance.-La azn de esto ~se lee en un tratado de ciencia politica~ es que, si se pretende dar su verdadero sentido a la distincion entre poder constituyente poder constituido, es necesario situarlos en dos planos diver: 50s, Los poderes constituyentes existen s6lo en el Estado: in separables de un orden constitucional preestablecido, tienes necesidad de un marco estatal cuya realidad manifiestan. El py der constituyente, por el contrario, se situa fuera del Estado: 6 dde una instancia constituyente junto al poder constituid. La cardteristca estructura dual. de los dos grandes Estidos toa ltarios de nuestro sigio (Unin Sowiética y Alemania nazi), que hha dado tanta tela que costar a los historiadores del derecho ppiblico porque en eli el Esado-partida se presenta corn un! = sercostyente pone en 260 el proces constyent, ed deter ‘ke libre ypermancce lie. La soberanis, por el cotzaro, se peso {8 como cin del poder conatvyente yen concen, como tring Je €, como agcamieno dea ibe de que es prtador (Neg, P42), “i prlema de a disinion ene pocerconssyente y poder soberano ts clenamente, enc, pero que el poder constiuyente no emane del ‘cden constitu ni se ikea nisi, y que sea, por ota pate, ps ise, no sgnicanadn en cuanto a a seria con expecta al poder “borin. Sinestro anise dela estucrrs oxginal dela sobernia co ‘mp bande y abandono ey exacto, esos atbutor pertenecen tambien a ede soberino,y Negri en 99 amplio andi de a fenomenoiogla Ni cadet poder constnyente, no puede encontrar en ninguna pare et reso que perma diferencia del poder soberano. "Hl interts del ico de Negi reside mis bien en It petspectivn ina on ‘onioigl. Hl problema del poder consituyente pas a ser pues, e de - plo, topezamos aqut con la maiz onclégia de todo poder politic (potenciay acto son, para Arstieles, fendamentalmentecategoas de ntoiogia, das modes a las que e er se die) Fay en el pensaniento modemo algunos intentoe rics pero signifi tos de pensar el ser més alé det principio de soberant. Schengen ‘losfa deta Reveacion, piensa asi un absoluaent existence que af presupane ninguns poteciay que no existe minca per trans dep fentia ad actu, Ea el ima Nietasche, el eterno rexorno elo mis ‘ag a oaturale poten, _ xcomo podemos espera “abit” si la puerta ya esté abies? ‘£%mo podemos esperar entrar en Io abiesto? En lo abiesto se eh, ls cosas se oftecen, no se entra... Solo podemos entrar E_ all donde podemos abr Lo ya abierto inmoviliz... El can- ‘sino no puede entrar, porque entrar en lo ya abierto es on {ol6gicamente imposible: (Cacciari,p. 69). ‘Visa en esta perspectiva, la leyenda kafkiana expone la for ma pura de la ley, en la que ésta se afisma con mis fuerza pre- | csamence en el punto en que y2 no prescribe nada, es decir F como puro bando. HI campesino es entregado a la poteacia de ®aley, porque ésta no exige nada de 6], no le orcena ms que ‘sy propia apertura. Segin el esquema de la excepci6n sobers- la ley le es aplicada desaplicindose, le mantiene en eli BE bto del bando abandondndole fuera de @. La puerta abiers, F que.solo a &l esté destinada, le incluye excluyéndole y le es: E> cuye incluyéndole. ¥ ésta es precisamente la culminaci6n y lt Pic primera de toda ley. Cuando, en £1 Proceso, et saceriote ‘eampendlia la esencia del teibunal en la rmula El tribunal no 4, FORMA DE LEY 4 En a leyenda te la ey Kafka ba representado en un | cesbozo ejemplar la estructura del bando soberano. Nada ~ desde luego no la negativa del guardiin~ impide al campesino franquear la puerta dela ley, a no ser el hecho def aque esta puerta esté ya siempre abjera y de que la ley ya noi prescribe nada Las dos intérpretes més recientes de esta le-J yenda, Jacques Derrida y Massimo Cacciar, han insistide am: bos, bien en modo diverso, sobre este punto. La loi ~esri- be Derrida se garde sans se garder, gardée par un gardien qui ne garde rien, la porte restant ouvere et ouverte sur rien» (De- rida 1, p. 350). Y Cacciari subraya todavia con mayor firmeza J que el poder de la Ley esta precisamente en la imposibiidad de entrar en lo ya abiero, de legar al lugar en que ya se esti o ‘enunciada con estas palabras be mane alg, tunbine enge matee hone en fe cisin dc uno, porque, en camo habla home ft (© oo eerde mens irae on Sn poset expec. Ts ge sc Frenpne el eg no den so [So dcbo tte, cc) no egrets ge tn Pe F ean de lengua, como mantene em vio font E fusmene por tectn 2 qtr exh, Malan expres ees saopcnipoava dl lenge 3 xt, con ua nla [ua ue tu pip qe espe por eo de ieee de odo pen Ea efecto, com forma pu de [din lenge Como Pano scorn) or emperors de i mismo en la guia de lo ielcionade, y no es posible ena en la tin o aii de la elton con Io que pestenece a forma mina de relsiin. Esto no significa que al hombre que haba fe ene vedada I no lngUisico, sino slo que no puede alanzalo ausca en i fouma ef tn presupuestoearente de relaién e nefabl, sno, mas bien, en elle fe enc de que sean democriticas o totaitaria, conservadoras _ponje mimo Gein ls palabras de Benjamin, sl la -liminaion pt ‘sim de Io ndecible en el Fenguaf- puede conduc &aquello que s ieg 4 palabra: Benjamin 2,p. 129. “en que la ley (entendiendo por este cézmino el texto entero de cn cs pci gn, tented Todd 4.2. Pew esta interpretacion de la estructura de la ley, ago! ‘a realmente la intenciém de Kafka? En una carta a Walter Ben jamin del 20 de septiembre de 1984, Scholem define a reacion | on fa ley descrita por Kafka en #I Proceso, como sada de i revelacione (Nicht der Offenbarung),entendiendo con esta ex! presin sun estadio en que aquélla se afirma todavia a st mis ma, por el hecho de que est vigente (aid), pero no significa (edeuted. Donde la riqueza del signiieado se desvanece y 10 que aparece, educido, por asi decitlo, al panto cero de su pro pio contenido, no lega, sin embargo, a desaparecer Cy la Re: Yyelacién es algo que aparece), ali emerge la nada» (Benjamin 3, p. 168) Una ley que se encuentra en tal condicin no esti Ssegtin Scholem, simplemente ausente, sino que mas bien se fae presenta en la forma de su imposibilidad de ejecucién. Los es tudiantes de que hablas ~objea a su amigo—no son estudian| ‘esque han perdido la escritra.. sino estudiantes que no poe: den descifrariae (1d, p. 14, te igual que el campesino de Kafka Vigencia sin significado (Gung obne Bedeutung). nada mf "Elimite y, al mismo tempo, la riqueza de la étca kantina jor que esta érmula, en ls que Scholem caracteriza cl estado pg. stinjustamente en haber mantenido como principio vacio ls Ge la ley en el reato de Kafka, define el bando del que nues tro lempo no consigue desembarazarse, Cul es en efecto, lp &8 a exer de la ica, corresponde, en la del conocitiento, esinstura del bando soberano, sino fa de una ley que esto [gente pero que no significa’ Ea cualquier lugar dela tetra los fe 10, Un objeto rea, sino una -pura idea de la selai6n« (ble nf, y el nlbilismo en que vivimos no es otra cosa, en esta Eperspectva, que la salida a la luz de esa relacién como tal 443. Bs en Kant donde fa forma pura de la ley como wigen- sia significado: aparece por primera vez en Ia modernicad E lp que en la Critica de la razon prctica llama «mera forma de ‘ley. (die bloge Form des Gesetzes, Kant, p. 76) es, en rigor, ‘on ley reducida al punto cero desu significado y que, sin em- "bargo, tiene vigencia como tal. «Ahora bien ~escribe- side ana E eyse separa toda materia, es decir todo abjeto de la voluntad, | (como fundamento de determinacién), no queda de esa ley mas que la mera forma de una legislacion universal (ibid, p. £7, Una voluntad pura, es decir determinada slo mediante Bina tal forma de la ley no es -ni libre ni no libres, exactamen- ne Idee des Verbalinisses), que s6lo expresa el set en la rela cién del pensamiento con un algo pensado albsolutamente in seterminado (Kant 2, p. 671. Pero aque es una tal forma de ley? Y, sobre todo, zeémo hay Bb ‘que comportasse frente a ella, desde el momento en que la vo: | Tuntad no est4 determinada aqui por contenido particular al} unc? Cuil es, en consecuencia, la forma de vida que corres onde a la forma delay? .No se convierte asi lt ley moral en algo como tna facultad inescratable? Kant lama espeto- (cb. bong, atencin reverenciab, a la condicién de quien tiene que vivir bajo una ley que est vigente sin significar, es decir, sin | prescribir ni prohibir ningtin Rn determinado Gel mévil que el hombre puede tener de antemano, antes de que le sea indica da una meta (fin), obviamente no puede ser sino la propia ley, en virtud del respeto que ésta infunde (sin determinar todavia | ‘Qué fines quepa tener y alcanzar por sa cumplimiento). Pues 4 Ja ley, a consideracion formal del aebitro, es lo nico que res: ta quando ha dejado fuera de juego la materia del arbitios (Kant, 3.p. 10), ] Es asombroso que Kant haya descrito de este modo, con ex ‘sentimiento moral, una condiciOn que, a partir de la Primera ‘Guerra Munéial, se convertria en familiarven las sociedades de ‘masa y en los grandes Estados totalitaios de nuestro tiempo. vida es semejante ala vida bajo el estado de excepcion, en que el gesto mis inocente 0 el mis pequeito de los olvidos pue- den tener las consecuencias mais extremas. Y es exactamente tuna Vida de este género, en. la que la ley es tanto mis invaso- ra cuanto que carece de cualquier contenido, en la que un go! pe dado dlstraidamente a un portén desencadena procesos in- controlables, la que Kafka describe. Del mismo modo que el ‘aricier purtmente Formal de la ley moral funda para Kant su pretension universal de aplicacién prictica en cualquier cit ‘cunstancia, en la aldea kafkiana, la potencia vacia de Ia ley es- {4 vigente hasta el punto de converse en indiscernible cle la vida a existencia y el cuerpo mismo de Josef K, coinciden, sl ‘inal, con el Proceso, som el Proceso. Esto es lo que Benjamin ‘ve con toda clavidad cuando, a la concepcién scholemiana de sua vigencia sin significado, objesa que una ley que ha perdi do su contenido deja de exisir como tal y se confunde con ht vide: sEI que los escolares hayan perdido Ia escritura 0 el que ~ yano sepan descifarla, es, en tltimo término, fo mismo, putes to que una escrtura sin su clave ya no es eseritura, sino ves vida como la que se vive en la akdea que esté a los pies del ‘monte donc se alza el casillo- Benjamin 3, p. 155). Con ta lamayor frmeza Scholem (que no se da cuenta de que su ani go ha capsado perfecamente la diferencia) recalea que no pu “de compartir la opinién ~segin Ia cual es lo mismo que los escolares hayan perdido la eseritura 0 que no puedan desct frat, y, es mas, éste me parece el ero mis grave en que se puede incur. Precisamente a la diferencia entte estos dos mo- mentos es a Lo que me refiero cuando hablo de “nada de la Re yelecibn” ibid, p. 163). Si, en conformidad con nuestros andlisis precedentes, vemos nla imposibilidad de distinguir la ley de la vida ~es decir, de la vida tl como se vive en Ia aldea que esta al pie del castillo el caricer esencial del estado de excepcidn, nos encontramos ‘enionces con dos interpretaciones enlieatadas de ese estado por una parte, la que ve en é (es la posicin de Schelem) una vigencia sin significado, un mantenerse en la pusa forma de Is ley mas alla de su contenido, y, por ott, la postura de Benj min, en la que el estado de excepciba convertido en regla mat «als consumacin de la ley y su hacerse inciscernible de la vi a que tendria que regular. A un nihilismo imperfecto, que deja subsists indefinidamente la nada en [a forina de un vigencla sin significado, se opone el nihilsmo mestinico de Benjamin, aque nadifia hasta la propia nada y no deja valer la forma de Ia ley mis alli de su contenido. «bre Katka at vigencia sin significado, como la enigmtica al- sién a un estado de excepcién -efectivo- en la octava tesis So ‘ne el concepto dela bisoria, A wns Tord cuya lave se ha per Coalquiera que sea el significado exacto de ests dos esis BP do y que tiende, por eso mismo, a hacerse indiscernible de su pertinenciarespecto a I interpretacion del texto kafkiano, FB la vida, hace comesponder una vida que se eesuelve integra lo cient es que toa invesigacén sobre la relacién ene vida iment en escrito: -En el intento de tansformar la vids en Es ¥y derecho en nuesto tiempo se ve oblgada hoy a volver & con- Frontarse con elas {fees tegosaskatkianas. Benjamin 3, p. 158). Con un geso analo- 40, ln octava tess contrapone al estado de excepcion en que taps de navies sid tena bse dem rime, que se ha convertdo en regi, un estado Ge excep conente no poco relevane del persanieno contempordneo,H presigio del desconsnecin en motto tempo cote prcarent enter conecbid tena entero de a tain como wna igen i sgifcn: Ao, que vale sence en india, yen aber mosrado qe tne vgs at ex como spr de ey en pdb kaki, abso- Iusmeme inipertle. as poscone se den es preceament en RE cepeion efectivo. (Benjamin 4, 9. 697). ‘lain com el seni de es vgenia y del esado de excepiin que HEME Hemos visto en que sentido la ley, converida en pura forma inaugus). Sues tempo, cnet, ei sivado Fest al lenge gal BES de ley, mera vigencia sin significado, tiende a coinciit con la {ue en a parol, el campesao et ado fentalas peras dela ley. “BAe vida. No obstante, en cuanto en el esado de excepcion virtual, 2 peli par el pensamento esque ete ven condenado un ago- BR ge mantene todavia como pura forma, la ley deja subsist en. ‘schn ffinsciesolube cone guard , peor tv, que aabe po TEE a a sila nada vida la vida de Josef K. ola que ve desarrolla sami miso el papel de guathin, qe, sin inpevedaderamente Ben la aldea que est al pie del castillo). En el estado de ex: tinge, cata ana soe a qe e abe i pera Seg ano- JR cepcin efectvo, la ley que piesde su delimitacin frente a la icin evangi, menciona por Orgenes, a prope dela erred "fR!vda tiene, por el contraio, su comelacion en una vida gue, con len de eras hyde vost hombres eae, pore abt a ngesto smetico pero inverso, se transforma integramente ‘nos ave del conocimieme, no his enti vox mis ¥ 90 Tats permite Tos que se aceebans (que hb qv orm Ihren ets tminos Ay de wos, ue ao hati quid entrar pork era de Ley, per epoca habs perio que a ere). Fd de los oprimidos nos enscha que el-etado de excep- Econ’ en que vvimos es la regla. Hemos de Mega a un concepto es ante nosotros, como cometido, producir el estado de ex 44. Bs ésta la perspectiva en la que deben ser leidas tanto lay singular inversion: que Benjemin contrapone, en el ensayo So- e 45. Es significativo que, en dima instancia, todos los intér- 4 plimiento de la Tord es su asgresin). Pero si eso es verdad pretesfeanel relat de Kalla como el apologo de una derro. fama aque debe hacer un mesias que, como el eampesino, encuen- "a, del feacasoirremedlabe del campesino Frente a la area im- page frente a sf una ley que estévigente pero que carece de sig posible que la ly le imponta. Es lito, sin embargo, preguntarse 4 si el texto kafkiano no permite una lectura distinta. Los inté- pretes parecen olvidar precistmente las palabras que ponen fin 2 la historia: «Aqui no podia entear ningtin otro, porque esta gee ©. nueva ley) nwtada estaba destinads solo u, ahora ove voy} le ckaro Geb Ippeecna miniatura de un manuscsito judo del siglo XV que con- Hehe yes ural cline tony Shee cern come heme vite sine algunas Haggadot sobre El que viene, muestra fa Uega- due precisamente la apertura constitu el poder invencible de la ley, su fuerza espectfica, es posible enfonces imaginar que toda la acitud del campesino no sea otra cosa que una com> | plicada y paciente estrategia para conseguir su cert, con ob- jeto de interrumpic la vigencia de aquéla.¥, finalmente, aun- fe 9 Buardiin, Delante del Mesias se encuentra un joven, que ‘que quizis al precio de su vida Ga historia no nos dice si mere realmente, dice slo que esté -préximo al fin), el eampesino tiene realmente éxito en su intento, consigue que se cierre pa- ra siempre la puerta dela ley (que, en rigor, estaba abierta so- | lamente- para 6D, En sa interpretacin dela leyenda, Kurt Wein- berg ha sugerido que en eltimido, pero testaudo, campesino puede vers la figura de un -mesias cristiano impedidor CWein- 4 berg, pp. 130-31). La sugerencia puede ser aceptada, pero s6- lo sino se olvids que el Mesias es la figura con que las gran- des religiones monoteistas han tratado de resolver el problema de la ley y que su venida significa, tanto en el udasmo, como ‘en el cxistianismo o en el Islam chit, el cumplimiento y a con- sumacién integral de la ley. El mesianismo no es, pues, en el monoteismo, una simple categoria entre otra de la experien- cia religiosa, sino que constituye su concepto-limite, el punto fen que dicha experiencia se supera y se pone en cuestion en su condici6n de ley (de aqui las aporias mesifnicas sobre la Jey, de las que son expresion tanto la epistola de Pablo 2 los Romanos, como la doctrina sabbetaica segin la cual el cum 6 | 7 rfeta Elias), es posible aproximarla al campesino de Ia pa- ‘bola kafkiana. Su tarea parece ser la de preparar y faciltar Ve ingreso del Mesias, tarea paradjica desde el momento en. ‘que la puerta se halla completamente abiert. Si se llama pro- ‘ma paradjica de provocacién, la Gnica adecuada a una ley que tiene vigencia sin significar, a una puerta que no permite Ea entrada porque esth demasiado abierta. La tarea mesiénica del campesino (y del joven que en Ia miniatura se encuentra 2 delame de In puerta) podria ser entonces precisamente la de G hacer efectivo el estado de excepci6n virtual, la de constreir al guardian a cerrar la puesta de Ia ley (a puerta de Jerusa- igh). Porque el Mesias s6lo podri entrar despues de que la era se haya cerrado, es decir una ver que haya cesado la vi los que se lee que: EI Mesias vendré s6lo cuando ya no sea necesario, no llegar sino el dia después de su llegada, ven dri no el ilkimo dia, sino el dlkimo de los itimos. El sentido final de la leyenda no es, entonces, en las palabras de Dert- dda, el de un acontecimiento que llega a no legar- (O que su- | ‘cede no sucediendo: -Un événement qui arrive a ne pas art ‘vers: Derrida J, p. 359), sino que, justamente al contrario, ls | historia rlata que algo ha sucedido efectivamente, sin que pa- rezca sucede, y las aporias mesiinicas del campesino expre> | san exactamente la dficultad de nuestra tiempo en st inten: to de dar cuenta del bando soberano. 1 Una dels parades del extada de exceptiin quiere que ses impo. sible dings en l ene I tanagresion dele ley yay eocucon, de Imaners que la que ex eonforme ala norma y Jo que I wo, coineden sin suas (quien pasea duvate el toque de queda no est wasgrein do a ley en mayor medida de lo quel ests cumpllendo el sekdaco qe, ‘crentismente, le mata). fata es preisamente la stuacén qe ena 2. con la legaa del Mess. La peimara consacuencia de ase advenimier- 1m ¢5, de hecho, el cumplimiento la consumacién de I ley (Seti los ‘cabal de a Tod de Beri, es deci de a ley que eat vigente dese signifies, empero, que I ley anigua sea susiuida simplemente por us revs, homoge la precedente, pero con preszipelones y prohbico- es dferenes (ls Tord de Ariat, I ley oiginaria que, seg loa cae: sino que e8s6lo uma conguie de leas sin orden algo). Implica, is bien, que el cumpliniento de a Tord cincide ahora con 9 tegresisn Yes fstamente To qve sfiman sin medias palabras lor movimentoe “Bh complininto dein Tord es ss tasresie). Desde el punto de vist jrio-polico, ef mesinismo es, pues wa 1 Uno de los carcieres pecans de las slegois afkenas 6s Que convenenjastamente al nat una posblidad de iversiin que ales por G complao su signieado. 1a cbsinaciéa dl eampesio present ag Fj sles con la aoucia que permite Ulses tn del carole as se “as De la misma forma que en et apélogo de la ey éta es nsupere pamente porque no pesca, el ama sis tere els sirens > no eel cao, sin el sdenco Gao ha oeurido nana, per a er no Sea del tnde nconachie, que alguien pueda sahase de seni eto dee Senco desde luego noo) ya ineligecla eas sobhumasa de Ulises Fonsi precistmente en haberse dado cuenta de ie it sina calaban yea tubers opuesio dle a guia de escudo- se comeda, excmiente “emo hace ol eampesino rent al goardn de Ia ey. Como las verse de Janda en el Nuevo abognd, tambien puerta del ey puede ser vista. 4 ‘in signifado. En vn texto extremadamente denso, identifica su estructura ontologica como abandono y trata consecuen: temente de pensar no s6lo nuestro tempo, sino toda la histo | Abasdoas es enzegar, conus 0 Hora an poder soberano ¥ ei < usp confi o libra 8 84 Bande es decir su prclmacisna u cn voemara ya sa sentencia.#labandano se produce siempre con rs pect ans ley, La pevacén del ser abandonado se mie por el igo f Sin fines dela ley a la que se encuenta expuesto. El abandon no consttuye una ctacion de compareencia bs una w ta impuaci legal. Es un obligacin de comprecerabsokaamente ane Ia ley, a tele ley como tal en ss ttadad. Del mismo modo, el ser puesto en | brando no significa queda ometdo una determina dspescin de ley sina queda expuesio I ie en sutoliad, Ensegado af b> solo de a le, el anid" queda simi abundanado fuera de cua (ier js. abandona respeta key, no puede hacer ota co- | 52 Nancy, pp. 149-50, 12 trea que nuestro tiempo propone al pensamiento no pue-sf de consistr simplemente en reconocer la forma extrema e in- 4 superable de Ia ley como vigencia sin significado. Todo pen- “fi samiento que se limita a esto, no hace otra cosa que repetir a | cstrictura ontolégica que hemos definido como paradoja de. Ja soberania (0 bando soberano). La soberanta es, en rigor, pre cisamente sesta ley mis al de la ley a la que estamos aban- ddonados, es deci el poder autopresupositivo del ndmos, y 6." Josise llega a pensar el ver del sbandono mas alld de toda idea de ley aunque sea en la forma vacia de una vigencia sin sig- nificado), se podra decir que se ha logrado salir de la parado- | ja de fa soberanfa, hacia una politica Uberada de cualquier bar do, Una pura forma de ley es s6lo la Forma vacta de la retacion, pero la forma vacia de la relacion no es ya una ley, sino una |f zona en la que no es posible discemir entre la ley y la vida, es decir un estado de excepeién. El problema es aqut el mismo i {que afronta Heidegger, en los Betirage 2ur Philosopbie bajo la rbrica de la Seinverlassenbeit, del abandono del ente por el ser, e8 decir nada menos que el problema de la unidad-cife- rencia entze ser y ente en la época del cumplimiento de la me- = Véate not Ia tec, pg. 26. tafica. Lo que esti en juego en este abandono no es que al- ES 0 (el sex) deje retrarse a algo diferente (el ente) 0 prescinda Ge ello. Por el contratio, ef ser no es aqur otra cosa que e! ser ‘abandonado y entregado a si mismo del ent, el ser 0 es mis que el bando del ente: {Que eso abandonado y poe quid? El ente por ser que le ere nece y que silo le pereneee a él lente aparece entonces atl come ‘bja0 camo ser disponible, como se se no fem. Entonces © po ede relieve ego: que el ser abandoae al ete significa que el ser se sla en el ser manifesto detente else sno se determin eer {calmeme como esa dsimulason que se susie... Abardono del se "quel ser abandone al ene, que ese libra «propio y deven objeto de la maqvinacon, Eto ao es snplemente una cai, sno © que es a hstoria primera del ser isto Heeger, p. 115, E Leer esta relaciOn como vigencia sin significado, es decir co- {-n0'el ser abandonado ay poruna ley que no preseribe nach, “que slo se prescribe a si misma, significa mancenerse en el in Senta verdaderamente como tal, Por esto mismo, es preciso mantenerse abieros ala idea de que la relacion de abandono © 0 6 una relaciGn, que el estar juntas del ser-y del ente no He- [ne la forma de la relacién, Esto no significa que cada uno de [los discurra ahora independientemente; sino mas bien que [ahora se mantienen sin relaci6n. Pero esto implica nada me vs tle pensar el faciuam politico social de: una for tne qe no sea ya Ja de una vineuladin, 1 Las tes de Kove sobre ein de la storia la consgulente is touraeién de un Estado univers homogéneo presesan muchas ana tas con la suckin epocal que hemos descto como vgendia sa ig | rica (esto expics ls itenton actales de reacnalizas a Kove es ‘lave Rberl-capalia), QU es, en efecto, un Fatado que sobrevive 3 ta hori, una eoberaniaexatal que se mangene més ll del cumpl- miento de tlos histvico sin una ley ve ene vgencia in tener hifeado? Penis un acabamiento de ls hisoda en que pemmanezca sf forma vaca de ts soberania tn imposible como pensar Ia extinSelfRB te, enn secensin de las novelas de Quenna, Kove ve en fos persons ‘el Esa snl consimacion de ss igus hitrcas, ya que Ja forma BHR fu de EI Domingo de a eda, en pala eno voy dBsoeuere Roe ‘act del Ed tiene a generar contends epoeales ¥ és, 28 ‘busca una fora esata que se a hecho imposible (es «lo que et ‘pasando en a ex Union Soviticay la ex Yugostva). ‘A sala de al tazea sl exara hoy un pensamiento capar de pet envi hombre en animal con su deszparcon como hombre en se lo propo (es deci, como sjto de a aci6n nega, Durante un i tu psi, en que los homies, sien abandonan In acon aegis es eenido exo, sguen Separind I forma de 3s contends, no po BP one (i seule innocence posible cele de instant), que eoinede con formas en que el hombre se da 3s miro. ie ees, el erate, hos Pele del cscevoromeny, de la dezccupacion como fig de a ple fd del hombre al ial de la storia, que aparece por prea vex en apropiaién esc er mismo, es dec el principio que hasta ahora habia eens de Kojeve a Quen, ha sido reper poe Hnchoty por Aesinado a os enes on sus frente formas y Agus histriens. ESO si SFAUE Nancy, que lo siti en el cento de su Hiro aobre la Commune roa que com la Beg (come con el Absolut hegelano en la cur BE dcewré: Todo depende auc lo ues etna por esocupacie ‘de Kojeve) Ia -hisora del ser toca a i Heidegger 2, p. 44) y, coma No pce ser nla inp uence atvdod ni (come en Baa) wna siguintemente, a relaci6n entre ery ente encuentra sy -absolucGn fo lo que permite «Hedegger escbir queen I Brigitta de pe | srl ser sin referencia a ene, o que equiale sada menes que ain tent pens Ia ferent ontolles dena forma que Ho es va a dew relacign, ser yente mis at de euslquler posse cones, ssa la drccin en i que pazece moverse-a ben deforma to ede entender la desocupacion sevia peas como wn modo de exe Tenia genésica de la porenla, que no se ago coma la scl nv {ul oa colectva, etencss coma a eum de a aesiones incvicoaes) fam ransius de poenta ad actum Taviolenciacreadora que esti representada en ella... Esto ci fio et romeno en que neva fuera, o ben as quan E derecho destinado 2 una nueva decadencia. Sobre la incersup- B aon de este circulo migico, que se desaralla en el Ambito de fuerzas miticas del derecho, sobre la revocaci6n del dere- ho al mismo tlempo que de las fuerzas en que éste se apoya (como éstas en él) y, asi pues en definitva, del Estado, se ba: stuna nueva época hist6rica- Benjamin 1, pp. 155-150) ‘la definicion de esta tercera figura, que Benjamin llama vio- lenciadivina, constituye el problema central de cualquier in- terpretacién del ensayo. Benjamin no sugiere, en rigor, ningéin & rtevio postivo para su identificacion y niega, incluso, que sea aisiquiera posible reconocerla en vn caso concteto, Lo Unico § Geno es que tal violencia no establece ni conserva el derecho, ino que lo revoca (entset2), Por eso se presta a los equivacos ‘mls peigrosos (de fo que constinuye una prueba {a escrupt- G losdad con que Derrida, en st interpretacion del ensayo, po- fen guardia contra ella, comparandola, en un singular ma- lersendil, con la soluci6n final nazi (Derrida 2, pp. 1044-1045). {a 1920 cuando estaba trabajando en la redaccion de la Gr gus une voleciny derecho ace de it Grea benimina FA yo cas ego que Denno haba edo todavia cot 44 premisa necesara, y todavia hoy no superada, de cualquier JB pyjnache Theologe, cuya definicién de la soberania ciara cin- indagacion sobre fa soberania. En el andlisis de Benjamin, €-5 0% cp sigs después en el libro sobre el drama barroco; la violen- te nexo se muestra como una oscilacion dialéctica entre la VisJBEE a soberana y el estado de excepcion que és instaura no cont patecen, por tanio, en el ensayo y no es facil decir donde fn stuarse con relacion a la violencia que establece el de- Bitecho y ala que fo conserva, La raiz de la ambighedad cl la violencia divina debe buscarse, quizis, precisainente en esa a= encia. Sin ugar a dudas, la violencia que se ejerce en el esta- * ee : estas oxcilaciones (entre la violencia que establece y la violen- J cia que conserva el derecho) se funda en el hecho de que to: do de excepcién no conserva ni tampoco establece simple- fe pone de manifiesto la conexi6n entre las dos violencias~v. con mente el derecho, sino que lo conserva suspendiéndolo y lo. Jf! mayor z6n, entre violencia y derecho como el tinico conte establece excluyéndose de él. En este sentido, la violencia so: AB nido real del derecho. -la funcién de la violencia en la erea- beran, como la divina, no se deja reduci integramente a nin-” RB tcdn juridica ~escribe Benjamin en el Gnico punto del ensayo agua de las dos formas de violencia cuya dialéctica se propo- “as ex'que se aproxima a algo parecido a una definicion de la vio fia define el ensayo, Pero es0 no significa que una y otra pucdan age lecia soberana— es, en realidad, doble, en el sentido de que ser conundidas entre si. La definicion de la violencia divina se “ge el establecimiento del derecho persigue desde luego como f- Ihace incluso mis fécil si se a pone en relacion con el estado ff mlidad, por medio de la violencia, aquello mismo que es ins- de excepcién, La violencia soberana abre una 2ons de indie! Bie inurado como derecho; pero, en el acto de implantar en tanto rencta entce ey y naturaleza, exterior e interior, violencia y de- Age que derecho la Finalidad perseguida, ejas cle revocar la vio recho; pero, a pesar de todo, es precisamente el soberano el fae-clenca, hace de ella ys6lo entonces en sentido esticto e inme- {que mantiene la posibilidad de decid sobre todos esos pla--#fagy datamente, violencia creadora de derecho, en cuanto implan nos en la medida misma en que los confunde, Mientras el es- tado de excepeién se distinga del caso normal, la dialctica en- ro se quiebra verdaderamente y la decision soberana aparece sencillamente como el medio en que se opera el paso de una sora (en este sentido se puede decir que la violencia sobera- un azar que Benjamin, mds que en definr la violencia div a, se concentre en un desarrollo expositive aparentemente = buusco, sobre el portador del nexo entre violencia y derecho. tna establece el derecho, ya que afirma fa lictud de un acto que-4 Bier que denomina -nuda vida- (blos@ Leben). El analiss de esta fi de otra forma seria iit, y, al mismo tiempo, lo conserva, -(@4e aura, cuya funcion clecsiva en la economia del ensayo ha per puesto que el contenido del nuevo derecho es sélo la con’ gf anecido hasta ahora impensada, instaura un vinculo esencial Servacion del antiguo). En cualquier caso, el nexo entre vio- gffesente Ia nuda vida y la violencia huridiea. No s6ln el dominio Tencia y derecho, incluso a pesar de su indiferencia, se man: sag del derecho sobre fo viviente se extiende a la nuda vica y ce tiene. s con ésta, sino que también la disolucion de la violencia ju Pero la violencia que Benjamin define como divina, se sia {REE dic, que es en cierto modo el objetivo del ensayo, stemite a de manera diversa, en una zona en la que ya no es posible dis” agi la culpabilidad de Ia nuda vida natural, fa eval entzega al vi tingui entre excepcion y regla. Mantiene con respecto a la vio-,if@gi vente, de manera inocente y desdichada, a la pena mediante Tencia soberana la misma relacion que, en la octava tess, vin- ges la que expta (sini) su culpa y que purtica (entstibni) tam calla el estado de excepci6n efectivo y el estado de excepcicn, BRE bién al culpable, mas no en verdad de una culpa, sino del de techo (ibid, p. 153) violencia y derecho), Benjamin puede decir que la violencl Se sresindicaciones y de analiza la relacion que mantiene vin- divina no establece ni conserva el derecho, sino que lo revoca l principio del cariter sagrado de la vida, que nuesto tem po atsbuye a la vida humana, incluso, la vida animal en ge- fer, no ene ninguna utlidad para scara ea elacién ni pa fa cualquier intento de poner en entredicho el dominio de derecho sobre el viviente, Sospechoso es para Benjamin, que quello que se proclama sagrado sea precisamente lo que, se | {nel pensamiento mico, es el -postador destinado a la cul pa I rida vidas, cas como st se diese una complicidad se- ‘rota entre la sacralidad de la vida y et poder del derecho. \Valdsa ln pena ~esere- inguitr sobre el origen del dogma 4e ia sacralidad de la vida. ES posible, incluso probable, que, tal dogma sea de fecha reciente, ima aberracion dela debi- 4 ltada tradicion occidental que quiere buscar lo sagrado, que fe ha perdido, en lo cosmolépicamente impenetable- (bid, p 159). 's ese origen lo que precisimente vamos a empezar ainda sat El principio de caricter sagrado de la vida se nos ha he- | tho tan familar que parecemos olvidar que la Grecia clisica 2 la que debernos la mayor pate de nuestros conceptos €co- polticos, no s6lo ignoraba este principio, sino que no posela tn término para expresae en toda su complejdad la esfera se tmintica que nosotros indiearnos con un nico términos vida {a oposicion entie 278 bias, entre zény ei zén (es decir en tee la vida en general y el modo de vida cualiicado que es pro- J pio de les hombres), con todo lo decisiva que es para el or- fen dela cultura occidental, no coniene nada que peda hacer pensar en un privilegio o €n una sacalidad dela vida como. tal el griego homérico no conoce ni siquiera un término para designar el cuerpo vivo. El imino sma, que en €pocas s ‘estas se presenta como un buen equivalente de nvesto jelvo de su muerte: (Benveniste, p. 188) Siesto es cierto, seuando y de qué manera se ha consiciera- do por primera vez sagrada en si misma a una vida humana? asta ahora nos hemos ocupado de delinear Is estructura [6= ict y topologica de Ia soberania, pero zqué se inehuye en ella ‘qué queda fuer?, quién es el portador del bando soberanc? {Tanto Benjamin como Schmitt, aunque de manera divers, se nla la vida (la -nuda vida en Benjamin y, en Schau, i sie fda clectiva: que -rompe la costra de un mecanismo anguilosi- E don pura repeticiér) como el elemento que, en la excepcién, se encuentra en la relaci6n mas intima con la soberania. Fs es: ta relacin la que abora se tata de aclara, 4 a HOMO SAGER 1.1 Festo, en su tatado Sobre la significacion de Jas pala- ‘nas, nos ha transmitido bajo el lema sacer mons, la memoria fe una figura del derecho romano arcaico en que el caricter de 1a sacralidad se vincula por primera ver a una vida humana co- = mo tal, Inmediatamente despues de haber descrito el Monte Sa- <0, que la plebe, en el momento de su secesién habia consa- ‘gado a Jopiter, aiade, Athomo sacer Is et, quem populusiuduesvt ob malficium: ne que fas et eum inno, sed qui occa, pared aon dana ma lege tbunicia prima cavetur i quis eum, qu e plebelscto sacer sl, ceidet, prrcida ne sit Bx quo qulvs tome mais atqye i © probus sacer appellaetsot 8 “nes de esos hombres que Is ley ofdena consagear a determi- tata dviidades, pore no gnoro que algunos es parece esta (onan vider que, mientras est prohido vila cv quier cosa sagrada, sea licto, en cambio, matar al hombre sa do. Cualquiem que sa el valor de a interpretacion que Ma | -crobio se cree obligide a proporcionar en este punto, es cero aque la sacelidad aparecta a s0s ojos lo suficientemente pro lemitica como para tence necesidad de una explieacion. ‘Mucho se ha debatido sobre el sentido de esta enigmstica fi ‘gum, en la que algunos han querido vera ms antigua pena el derecho criminal romano» (Bennet, p. 5), si bien su inter: pretacion resula complieada por el hecho de que se concen fran en ella caractersticas que, a primera visia, son cootralic- tonias, Ya Bennett, en un ensayo de 1930, observaba que la Uefinicin de Resto -parece negat la cosa misma implicit en el texmino- bid, p. 7), porque, al iempo que sanciona la sacra- fidad de una persona, autoriza (o, més precisamente, declare tno punible) el que se le dé muerte (cualquiera que sea la et Gf Tnologia que se acepte para el termino parricidium, éste indi ‘Ca en su origen el asesinato de ua hombre libre). La contre iceiOn se acent6a todavia ms por la circunstancia de que Siquél a quien cuslquiers podia matarimpunemente, no debi Shrembargo, recibir la mverte en las formas sancionadas por Ul rto (nage fas est eum smmmolar, immalart indica el acto de focar a la vctima con la mola salsa antes de sacrificaia). “Ten qué consiste entonces la sacralidad del hombre sagradc? ve sianifiea la expresiGn sacer esto, que figura varias veces Stas leyes de la €poca de Ia realeza y que aparece ya en las fnscripciones arcaieas en el ipo rectangular del foro, st imp tera le vez el impune occidly la exclusion del sacrificio? BL que: (ata expresi6n resultara escora también para los romanos s¢ prucba més allé de cualquier duda por un fragmento de as Sa- fuurnatia (il, 7, 3-8) en el que Macrobio, después de haber de- fnido como sacrum lo que esti destinado a los doses, atade: | ‘Ea este punto no parece fuera de lugar tatar de las condicio- 4 12. la perplejidad de los antigui auctores tiene su corres ppondencia en la divergencia de ls interpretaciones modernas. Aqui el campo se divide entre aquellos (como Mommsen, Lan- sidvo debiltado y secularizado de una fase arcaica en que el Gf derecho religioso y el penal no se habian diferenciado todavia Fy en cl que la condena a muerte se presentaba como un saci B fico a la divinidad, y los que (como Kerényi y Fowler) advier- Tiombresgrad es enpro, asl sgn el pb hs jsgado por ena tse sant, pro ue eat, a srl conenado Poth“ ena erect, en pier ley vuni se advent qu i alglen mi seed gue es sagade por pleco, no srt consderado horicoy De Sui vlne ese stcla amarsagado aun bombre lo fmpur ‘sencilla azén: lo que es sacer esti ya en posesiGn de los dio- ‘sy 6s originariamente y de manera particular posesién de los ‘doses infernales, y no hay, pues, necesidad de que se le haga ot os {gar en una tegidn que es anterior a In distineién entee sagiado Y profano, entre religioso y juridico. Pero, para aproximaos ‘esta regién, serd primero necesario desembarazarse de un sin embargo, en modo algano por qué el Bomo sace puede reabir la ere de manos de cualquier sin que esto Te sv almas de los homines sacrieran diis debitag, lo que se preten- "| dia era enviaslas al cielo con la mayor presteza posible). "Ninguna de ambas posiciones consigue explicar breve y si rmultaneamente los dos rasgos cuya yuxtaposicién constituye precisamente, en la definicion de Festo, la especficidad del bo: ‘mo saver la impuoidaa de darle muerte 9 la probibicion de sw 4 sacrificio, Dentro de lo que sabemos del ordenamiento jaridi- | 0 y eligioso romano Canto del ius divinum como del fus bu- 2 -manum) esas dos caracteristicas parecen, en efecto, difcimente ‘compatibles: si el homo sacerera impuro (Fowler: tabi) 0 pro Piedad de los dioses (Kerényi, 2por qué entonces cualquiers podia matarle sin contaminarse 0 cometer sacilegio? Y si, por ‘tra pane, era en realidad la vietima de un sacrificio arcaico 0 las formas prescrits? ;Qué es, pues, esa vida del bomo sacer, ‘en la que convergen a posiblidad de que cualquiera se la arre- derecho humano como del divine? ‘Todo hace pensar que nos encontramos ante un concepto- de ser explicado de manera satisfactoria mientras se perma- rnezea en el interior del tus divinum y del fus bumanum, pero! lugar de dilucidar la especificidad del homo sacer, como se ha hecho demasiado a menudo, a partir de una pretendida ambi edad de lo sagrado, cakada de la nocién etnot6gica de tabt,/ Irataremos mis bien de interpreta la sacratio como una Bigus 96 f todavia en esa obra muestra de la nga dl siglo XX que sl Vocabulaire des nstutions ind-européonnes de Erle > Benveniste, No sorprenderd que su prinersformulacin spa seven en Is Lectures on the religion ofthe Semis de Rober B20 Smith (189), es decir el misino libro que tees despues ‘in nuenciadeterminanteen la compecon del ensayo de B Feud Totem y tabi Clee ~escibid Freud era come deste vane en una gondola), ise considera que las Lectures cin. len con el momento en quc una sociedad, qc habia yp io evalquiertelacioa con su tli religiss,emperaa [sacar su propio malesiar. Fs en este bro, en rigor, donde Bs nocon etnogrica de ub absona por pimera vez $e; dito de las culturas primitivas y penetra firmemente en el se- |) Jomo a eros abies que conesponden exactamente scihe Ro benuon Smith en lV lecl6n~a regs de sand y que protegen la | jviolblidad de los Kolo, de los stain, de fos sacedotes, de los = ees y,en gener, de las personas y de las conus que pestenecen 2 Jos doses ya su eu, encontramos ota erpeie de abies que en) 2. LA AMDINALENCIA DE LO SAGRADO 2.1 Sobre la interpretacton de os fenémenos sociales y, en paricula, del orgen dela soberania, pesa todavia un mitolo ema cientico, que, constiuido ene finales del siglo XIX “Abt sent, ene spel en as eis se a npc ex tas primeras décadas del siglo XX, ha enmaraiado durante mu HBAS; mires después del para, el hone qu ha ocd ever ee {ho tempo las investgaciones dels clencias humanas en Ui(gMMlEly son emporanente ub queen sep del prac hoes Sector panicularmente delicado, Este mitologema, que qu detsmamn oa lin a podemes provisionalmente poner bajo fa rbrica de ora eM™MMEN: penonis se cosieren impr En ext conn a pean ab no oa fh ambiguedad de lo sagradoy, toma forma inicialmente en tnoplog rdaicoranay se Gans ineditne pues ala sociologia frances; pero su inluencia en lt fo su ransmistn as dee Gilines ans an ea {es que, después de haber hecho corter serios Fesg0s 2 asin ‘estigaciones de Bataille sobre la soberania, est present czatacto con los hombres... En muchas sxiedies sass, no hay una B car lnea de demarcacin ene las dos especies de ah inchno en pueblos més avanzados la nocin de stad y lade impure se 4 con fecuencia (Roberton Sach, pp 152-53, » ‘santo y malcto~. Coriosamente, los antrop6logos que habian Aésarllado primero la teria de fa ambigdedad de lo sagra, “do no habian mencionado la sacatio latins. Pero en. 1911 apa red6 el ensayo de Fowler The original meaning ofthe wortd Sace#ren cuyo cento si se encuenta Ya ta interpretscitn del fomo sacer, ue tuvo inmediata resonanca ene los esto $08 de las cencias de a religion. Ea este caso es a ambigie- Gad implica en la dfinicion de Peso la que permite alin E> veigador (ecogiendo una sugerencia de Maret) establecer una cone del sacer latino con a categoria de tabs Csacer eosin fact curse; and the bom sacer-on whom this cur- Sls isan outcast, a banned man, tabooed, dangerous... ot finaly the world may have meant simply taboo, te. removed {ont ofthe region of the profanum, without any special rele E rence toa deity, but “holy” or accursed according tothe ci [eumstances: Fowler, pp. 17-23). ¥,Fugier ha mostado, en un estudio bien documentado, de = dit modo la docrina de fa ambigiedad de lo sagrado penetra [evel Smbito del cienia del lengua acaba por encontrar en ela sy autentico baluarte ugier, pp. 238-40). En este prose. $2, el bomo sacerdesarola verdaderamente un papel decist Yo! Mientras en la segunda ediién del Zaernscbesetymot- F | aches Worserhuch de Walde (1910), no bay huell alguna de Bl tcoria dela ambivalencia, la vor. acer del Dictionnaire cr nolgique de a langue lane de EmoweMeilet (1932) sanci Fs ya el doble significado del vrmino mediante una ape EP tional homo sacer Sacer designe celui ou ce qui ne peat eure Bouché sans de soull, ou sans souls, delle double sens de sacré ou “maudit @l peu prés). Un coupable que Ton con Hf sare aux deux infernaux et sac Gace estore. gis) una fat ote infty enze esas dos formas opuesas no 60 no hay sohcién de continsida, sino que un mismo objeto puede pase Ge una a oa sin cambiar de naturaleza. Con lo puro se hace Io imp roy al reves La ambigiedad de lo sgrado reside en ales transforma ones (Durkheim, pp. 612-40. fn esas pga et ya presente proceso de pscclogia- ciém dein experiencia reiosa Cl lngusoy el owon con Ge la burguesa europea eta tadace sv ineomodid fee Teco eelgoso) que calminaasigenos aor despus ene fmt dea teolognsatbungesn con la obra de R.Ot So bye lo serado C1947). Bela celebrant anon una tein fue habla pera toda expesencia dela palabra revelaa Y= ta fost que habia sbandonado toda sbriedad frente al Semumiento,en un conepto de to sagrado que ya coincide ‘Smplesmente con fos de oscuro «impenetrable. Que ore 4 tose perteneac otegramente aa exer de I emo p+ Sonia ge tenga que ver esencalmente con los temblores Seon lacie glint son as vlads que el neo" Tosam numinoso ene que eves con sa apavencia dee ‘Seiad 3 Sando algunos aos ms tarde Freud emprende la redac: ion se Totem) tab el ereno esas, pues, scentemen: te preparndo No obotante, slo con este Hv sl la oz ur fuente tora de la ambialeneia, sobre bases no so an ttopeogins ypscolegica, si ami inguin. En 198, Freud faba edo el ensayo de un Hnguits hoy desacreita SX Abel sobre Estee contactor dea palates ara habia fecensionaco en Pago, en on ata cniguevlaconaba a aquel com su eon de i asencia del rinse eontaicton en fo sues Ente las palibas de Egnittado opoeso que Abe inchia ene pence, gua, lo Fed no deja oe cer nota el temino atin ace, cn de to sngrao, tre Ia segunda edition del dicionaio de Walde y ta primera del de Eenout Melle, habia aparecio el ateuo Sacer del atly.-swowa, fumado por R Ganshinerz (1920), que regia expe tamer la teora dea ambvalencia de Durkheim (come Foster habia ya hecho para Robertson Sik), En cuano a Melle, Fuge ever ase ttechas reaciones que tenia e ngs con Ta escuela socolgea pars ‘en patular con Mey Duin, Cuando en 1939 Roger Calis Dob Bone ele sacr, psd ya pars de un dato lexcolgico bien Utimad “A Rome, on si see que le mot sacer signe, suivant dé fntion de Eraout Mele, cell ot ce ql ne peut ie touche sans! sonilé ou sans souller Calis, p. 2. 123. Una enigmstica figura del derecho romano arcaico, que parece reunir en ella rasgos contradictorios y que, por eso misx fo, exigia a su vez ser explicada, entra asi en resonancia con Ta categoria rligiosa de lo sagrad en el momento en que é& ta se encuentra por su parte en un proceso de irrevocable de- semantizacion que la conduce a asumir significados opuestos. Esta ambivalencia, puesta en relacion con la nocion etnogralis cade tabi, es a su ver utilizada para explicar, con perfecta cir Colaridad, la figura del bomo sacer En la vida de los concep- 7 tos hay un momento en que ésos pierden su inteligibilidad fnmediata y, como cualquier termino vacio, pueden cargarse de sentlos contradictorios, Para el fenmeno religioso, tal mo: mento coincide con el nacimiento de Ia Antropotogia moder pa a finales del siglo pasado, en cuyo centro estin, y no por. tasualidad, nociones ambivalentes como mand, tabi y sacer Lévi-Stauss ha mostrado que el término mand funciona como | signficante excedente, cuyo sentido no es otro que el de se- falar el exceso de la funcion sigificante sobre los significados: ‘Consideraciones andlogas en alguna medida podrlan hacers ‘en relacion con los conceptos de tabG y sagrado,referidas a su fmpleo y # su funcién en el discurso de las ciencias humanas 104 a cure 1990 y 1940. No esl pretend ambivalencia del Jegtia religions de lo sagrado la que puede explcar el fend meno poco juridice aque se refi fa acepcon mista determin sacer, por el conta, s6lo una stents deli Sn preva de a respects enets de Topi de y= loso puede permit comprender la hota de 9 imbiies sn desis comple elcones En caller cs es inportnte cue nesn pita orga qe mais nel bom sacerno quede tebe por um mtlogena cen Aico que no slo es incapar de expla nada por slo ro que ett necestado él mimo de expeacion, ever dl ts dutnumy de toda foma de mute sua: Los fp proscdmentos mis aniguos de clecuclon cpta de que te Sonos note (a tere poonaculerquedopona que Se me [bom al conderado, cube cabeen con une el dee. Bin aco con serpents un peo yon gallo se le aor a Bun ose defenctcra dessa vos Tape) son, en ral di, nds ben os de poiteacion que pores e mee en Fenda modern el neque um inlet pare sev Frecuamente para sing a muerte del bone sce Jas [ ntacones rales yeh teomnartemere i sacoocal Bimbito religioso en sentido propio. Sea hecho nour que mcmvas la consecatio hace pasar Fanon un objets det las bumana a divin, dee pr fino alo sagado lowes, p. 18 crc caso del homo sacerse pone senile fur ea fice humane 3 qe pot fo pase ai dvin. No slo a prohbcen de a inmolcen icy, en lect, cnllerequparctn ene el om cae Yama victma contagrads snot como observa Mactblo ce {oa reba, aed de mate vpleabn que a velencla foe le hac po contntatcepos como cn el aso de as Be soca (cum cetera scr lan nas bominem cr sent oe PP Slo ancior cs cleo, a sacatioconigara una dble ex {ego ent con respect al roar como a ld um into en relia bo eligoso cone al rota B resrucara poli configura por eas doble expen {Slade una dope exclu una doplce sprhenson, qe tee algo mds que na tem anos cone excepion wo fea. (De aql la perinencla dei tei de oe exudowes jue, como Crifo, interpretan la sacratio en sustancial continu [ conla excsion dea omanidads Caf p. 460-03) De Eh mbna mera que a excepesnsobera a ey ap a feo excepclonaldesaplcindose,retrindose de a tua 3. LAVIDA SAGRADA 3. etc de a scat eg se depended J faces el parecer concordant de los eseadions 8 rims fea Conlon de don cractersicas ia punk cesta a cxduion del stro. Impune oct con eats Modo ana excepeion de us Bram, £9 80 sa gene aplcacion de I ey sobre el homo tabu xen Rams Gis Domine Ham doo scons mort dt pa Net La mato orl acai por Fst au ear loaned non damnat conmuye anbién de agin aac rartenicr excep en endo tecnico, ave ef rade dea mere peda sega en el momento del io, pong a sacred de a vita. Pero también cl nop ec molar cogs, ben semi, ura excep, ign el homo sacer perenece al dios en la forma de la insacsi- Reabilidad y esté ineluido en la comunidad en la forma de la posibilidad de que se le dé muerte violenta. La vida insacrifi- = fable ya la que, sin embargo, puede daarse muerte, es la vida sagrada, 5.2, Lo que define la condiciin del bomo sacer no es, pues tanto la peetendida ambivaleneia oxginara de la scralidad que Je es inherente, como, mis bien, el caricter particular de la do- bie exclusion en que se encuentra apresado y de la violencia fa que se halla expuesto, Esta violencia ~el que cualquiera pue- 4 da quitarle ia vida impunemente— no es clasificable ni como Sacaficio ni como homicidio, ni como ejecucién de una com ena i como sactlegio. Sustrayéndose a las formas sanciona- das por el derecho hhumano y por el divino, tal violencia sbre tuna esfera del actuar humano que no es la del sacrum facere "3 fila dela accion profana, y que es la que aqui tratamos de le- gar a comprender. “Ya antes hemos encontrado una esferaimite de la accién hu» mana que se sostiene Gnicamente como una relacion de ex: ‘cepeion. Esta esfera es la de la decision soberana, que suspende In ley en el estado de excepeién e incluye ast en él Ja nuda vie da. Lo que ahora tenemos que preguntamos es, pues, sla eS: trctura de la soberania y lade la sacratio estan vinculadas de ligdn modo y si pueden, por medio de tal vinculacton,ilami: parse reciprocamente, Podemos antiipar a este respecto una primera hipétesis:restiuido a su lugar propio, mas alls tanto Jel derecho penal como del sacrificio, el bomo sacer ofrece Ia figura originaria de fa vida apresada en el bando soberano y cconsesva asi fa memoria de la exclusion originaria a través de ia cual se ha constituido la dimension politica. El espacio po- lio de la soberania se habria constituido, pues, a raves de” “una doble excepcién, como una excreceacia de lo profano en lo religioso y de lo religioso en lo profs ns fen lo profano, que configura wna zona de indiferencia entre sactifcio y homicidio. Soberazta es Ia esfora en que se puede matar sins cometer bomiciio sn ce iron crf sara, x deci, eu que ee dé muerte, pero insacrficable, es a vida que ba quedacto prenct ee oo Es posible, entonces, dar una primera respuesta a It pre E guna que nos habiamos formulado en el momento de deli hear la estructura formal de la excepeién. Aquello que queda 1 Et nexo ene lt consitecin de un poder police y ls sratio es 5 metigads también por la poestas sacroxancia que coresponde en ) Toma «las tibunas de la plebe, 1a inviolable det wibuno se fut ea. igar, slo en el hecho de que, ene momento be Ia primess secon, © dels plebeyos, étos jraron vengar las ofensaslafeidas asus repe ‘entantes, considerando al culpable como home sacer. El cermin kes Jacrata, que designaba inpropismente (ov plebiscite se asinine inayat de fora dade sega Jo abe no een ver is SE a se ssa pie con, mtein MME) zo ogre de too poder plc, isl nemo a gus uc de scar na vida aia que pola ae Jaga asegurar a ése el prestigo de una sanciénteologica: peo a Ses i Soe ples RE porn een aor medial conrccnca dwn cee aa ee amma pesr sete oreo agg. doy es dec, august malt af ve, que ses ine Fo on ea inten cotta | aR ce forma nex ava cn tS mca pees eee cl eaamicto dl puso poe rk, come el moei- SMI es correcta, a scralida es, ms len ls forma onignaia dela ne me apostasy 0 comet 1 ridco-paliico y el wc AO aI se dtr be gM tana Domo sacerdeaign algo como ia relicion “poles [es gestan- ef quad rem inbursiia potas mit wits) AB oviginaran, es decir, la vida en cuanto, en la exclusion inclusi- Como referente de la decisién soberana. La vida s6lo 433. La analogia estructural entre excepcion soberana ¥ st ratio muestia aqui todo su sentido, En Tos dos limites extee: hos def ordenamiento, soberano y homo sacerofrecen dos f porns simétsicas que tienen Ia misma estructura y estin Conelacionadas, en el sentido de que soberano es aquél con “especto al cual todos los hombres son potencialmente bom: mnaaerk-y boro saceres aquél con respecto al cual todos Ios hombres actian como soberanos. 3 "ambos s¢ comunican en la figura de un actuar, que stain 4 done fuera tanto del derecho humano como del divino, tanto” del ndmas como de Ia pbyst, delimita, no obstante, en cit forma el primer espacio politico en sentido propio, distinto tat tor del int bito religioso como del profano, tanto del orden ma: 7% tural como del orden juridico nosal sta simeiria entre sacravio y soberania aroja una kuz nueva sobre la categoria de lo sagrado cuya-ambivalencia ha orients do de una manera tan tenaz no slo Ios estudios modemos so bre la fenomenologia religiosa, sino también las investigacio- fos més recientes sobre la soberania. La proximidad entre Csfera de la soberania y la de lo sagrado, que ha sido obser: Jada 2 menudo y de la que se han dado explicaciones diver ©ide algo: es la formulacién polit Je ln inxpodicion = del vinculo soberano. ” * = “cepcion originaria, en que Ja vida hur nco Se res forma un todo com la posbilidad de matar al bomo sacer (pa: rricidi ion damnatur) y no puede separarse de ella. Ast de ‘compleja es Ia estructura originaria en que se funda el poder soberano. 1 Considtrese In eafers de sigaliicacon del rmino sacer ta come se desprende de esto ans. No contiene nl un signeado conta Gicorio en sentido de Abe, ni una ambivalenia genéric, en els tio de Dudkheim; inca, mis bien, una wide absoluamenteexpuesa 2 fqve se le dé mere, objeto de una violencia que excede a la vex Ia ete I del derecho 7 la del serio. Est doble susracci abre, ene 10 profano fo religosoy ni all de ellos, ona oma de ndstincion euro. Gespués del naciniato, ran consderados idenecs para el sacifico exo Vanén (De re rustic, 4, 19 atenigua que en los antiguos tem fle contadecie fa inscrifiabikdad del homo sacer, el xcino apunts qui hac unt zona enpnaia de tndierencia, en que sacersgifica 0 fllameace una vid ala que se pede dar auerte icamente (antes del ‘eri, el econ po era todavia agrido-en el setido de

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