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DEL JARDN
-
ya va otra vez.
No lo ves?- pregunt l, sin quitar los ojos del tipo con mscara.
No, yo no veo a nadie- respondi ella, mientras se iba a la cocina.
Volteo a ver hacia donde su mirada magnetizada es atrada: la esquina del jardn. Espero
encontrar al tipo con mscara, porque al menos as, seramos los dos los que estamos
equivocados, o en lo correcto.
No veo al tipo:
-
No lo veo, abuelito.
Nuevamente vuelvo mis ojos a la esquina, los de mi abuelo ya estn fijo otra vez ah.
-
Cmo puede la mente hacer creer a los ojos que estn viendo algo inexistente?
Pero, quin soy yo para dictaminar que algo o, en este caso, alguien es inexistente, solo
basndome en el hecho de que no lo veo? Si sentado enfrente mo, al otro lado de la
mesa del comedor, traspasando con la mirada el cristal de la ventana que da al jardn, hay
una persona que afirma estar no solo observando a ese alguien, sino siendo observado
ste este tipo con mscara en la esquina del jardn, al que yo no logro ver.
Primero, qu es existir?
Existir, segn la RAE, es haber, estar, hallarse.
Por lo tanto, este tipo con mscara no existe, para m. Pero, para mi abuelito? l lo ve,
en un lugar especfico, adems de que es visto por aquel. Entonces, s existe, para l.
Por consiguiente, este tipo con mscara, que, asumo, sigue en la esquina del jardn,
existe y no existe a la vez.
A m no me mira?- pregunto.
No, solo a m me mira.
Ahora que lo pienso, si l existe, el tipo, por accin de la mente de mi abuelito, y yo estoy
pensando en l, entonces tambin existe, para m. Si pienso que l est en esquina del
jardn, con su mscara, ah est. Y si pienso que me voltea a ver, me voltear a ver.
Ah se movi.
Qu hace ahora?
Ahora te ve a vos.