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ERT ; Estado y sociedad — Cvestiones funda a) tuna historia com Ore en Ja Argentina 12 nota de is siuacisn cotta oF! : iodo le Pala ene 1806 y 1810-8 ec, del siglo XIX ee irivesinranoe nse yleteroi Waldo Ansaldi ssotistsrco a ead ich pte oms erarse extensible hasta 1880. En rigor, e¢ Dy SS proceso global se caracteriza por contener ‘otros process particulares de primera mag- nitud. Ast, puede decirse que se desencade- nan las acciones en procura de la creacion de ben analizarseen fntima cones de la formacién de una clase dominante/dii- gente (clase fundamental) de la sociedad ar- senting simultineamente con el proceso de facumulacién originaria del capitalismo de- pendiente, En otro nivel de andlisis, ese mis- ‘mo perfodo corresponde al desarrolo de una crisis de direccién poltica (crisis orgénic Todas j cada una de estas cuestiones quieren todavia investigaciones més prof das Figurosas que las realizedas hasta sible presentaru sobre los aspectos Las contradieciones regi ‘Aunque el sistema colonial comienza a al- terarse en 1806-7, u desaparicién es resulté- (a burguesia on ‘aitoval News Inagen, Mésico, 1985, pp. 51S: 583. cONAD0 A LA slauoTgoa pop. 3049 / : Aa abel etd do de la revolucién de 1810, Esta genera, en el espacio rioplatense, un-complejg juego de enfrentamientos, una dialéctica descorivo da y amenudo perversa arse de contradicciones gin solucién), en la {que no siempre es fécil distinguiclo orgénico o estructural de fo co} Uegaentte 1862 (reunificacién de are- 1880 (federalizacién de ta ciudad ins anatfticos, esa compleja c puede aprehenderse desde radicciones (a) (b) de clases y (c) campo ificaci6n delas resen al permite apreciar gu ia etapa terior de la sociedad argentina, inlos modos y/o formas de produ tanto enlo que. del pafs cuan- ambos estrechamente conectados. Ahora bien, para una cabal comprensiénes necesario caracterizar adecuadamente a cada regién, toda vez que cada una contiene desi- uales combinaciones de formas de produc cig, base de las contradicciones intere intra- formas de produccidn en el contex. i6n de una sociedad colonial a jad capitalista dependiente, Esta jn entre econornfa y poltica, entre Ia falta de autonomfa (Ia dependencia, en definitiva) cenel primer émbito ye encel segundo, Dicho en otros términos: fuerzas sociales argentinas no tienen capa- iad para desarrollar una economfaindepen- tha distinguido Litoral interior como los grandes bloques regiona- ras— la caracterizacign espacial, pues ai uno ‘tro son homogéneos, si bien el primero interior andino septentrional (La Rioja, Cata- rineo (Cérdoba). El -giones: e Hitoral, Conientes) y el 00 bonaerense Esta divisida en seis regiones se funda en una combinacién de criterios de homogenei- zacién espacial fsico-geogréfica y espacial econdmico-social y debe entenderse como valida para el perfodo que se cierra hacia 11880-1890, cuando ef mapa regional argenti- no vuelve a reditbujarse, Cada una de esas re- alors tiene estructuras sociales distintss y desiguales ritmos de transformacién, los que sson mds rapidos allf donde aparecen formas mds definidas de produccién capitalise, bs en ellitoral bonaerense y luego en el 1. En las regiones del Interior persisten més largamente estructuras no capitalisias, con diferentes formas de generar y repair excedente. Ast, en el Tucumdn los terrae es de Salta obtienen aguél ne una apropiacign dos veces exitosa: (@) Js originada triburariamente en 1a brutal explotacién delos trabajadores de las hac nas producciones artesanales (te fa y carretas), Desde los aftos mienza la conversi6n de comerciantes en agroindustriales azucarero ria que permite abastecer am- ales y desalojar com- portado a comienzos agricolas de los valles precordilleranos, como 3 eA ea satstied Gaucho de Buenos Aires. en a década del 20 (Litografia de D’Hasirel) eneldel comercio interregional. Algo més f- vorablees a posicién delos ganaderoslanis- fas y los invemadores de los valles riojanos. ‘Ea economta de pequetios productares al- canga niveles considerables en Cuyo, ras en Crdoba ella va d mas tributarias, aunque la regiGn met rea presenta ura fuerte resistencia al cambio estructural ylaeconom{s heredada dela Colo- nia persiste por lo menos hasta la década de 1860, de modo que el excedente principal se obtiene del comercio interregional En todos los casos;'a distribucién capita- ina ala produccién, porlo general ue explicael peso de los co- que requiere un tratamiento detenido del que puede dérse No obstante, nacién de ‘mente opera como nexo con una esfera pro ductiva mayor (la de las economias centrale, ‘conla inglesa# accabeza) y,en definitva,con el mercado mundial; en cambio, es menos re levante su funcién articuladora 1 mercados regionales 0 locales Enel interior de cada regidn hay una clase ‘otras regiones. Esasfcomo ci conilictoque en principio aparece como un conflicto entre re- ‘giones, en un segundo momento se.n0s reve- Tacomo una contradiccidnde clases,quedve~ aces y otras intraclases, Sustan- 10 enireclases dominantes, no sicmpre necesariamente por intereses econdmicos antagénicos 0 diferen- tes, sino por razones politicas. También es Estado de la cuestion le formaciéndel Es- cionalmente orientados hacia ios aspectos ‘puramentejutidicos,institucionales (for- © “Inas de organizacién y de gobiemo, esta tutos.y constituciones, por ejemplo), en Jos marcos de uns historiogratia féctica a Ja que era ajent La preo« ‘bases sociales del poder politico y ‘mecanismos 0 las formas de ejerci este poder Eh la dltime década, en buena medida como parte del movimiento intelectual ée preocupacién por develar algunas claves Fundamentales de 1a historia argentina, varios investigadores —historiadores, politicslogos, socisiogos— comeitzaro ‘apreocuparse porese proceso desde pectivas tedricas y metodoldgicas ms ri- ‘gurosas cientfficamente y al mi poen procura de explicscién de las com- plejas relaciones entre Estado y socie- ad,Curiosamente, el trabajo pionero de [Leopoldo Allub (1974) fuvo y tiene esca- sa difusidn en el plano académico y en el debate sobre el tema, mientras que ios que 1978, p de base al presente fascfcal (que Tulio Halperin Donghi ‘mo “Sncitante trabajo”, abrié una perspec tiva de andlisis que wincula el proceso de formacién estatal con los simulkéncos & imbricados de construccién de le nacién, {del mercado interno y de la burgues! mo clase dominafté, nea que el autor continda explorando como parte des proyecto de investigacién Hegemonla y dictadura terratenientes y clases subal- ternas en Argentina, del que pronto se cD~ ngcerd un nuevo avance (1988, en pren- sa), Un segundo proyecto de envergadura est levando adelante José Carlos Chia~ ramonte, del cual también se conoven ya algunos adelantos (1983, 1985, 1986). [Las investigaciones de Ansaldi y de Chia~ ramonte constiuyen hoy los dos proyee- tos més amplios y profundos sobre la cuestién de Ja formacién del Estado ar- gontino en el siglo XIX. ‘Los libros de Tulio Halperin Donghi (1980 y 1982) y de Oscar Oszlak (1982) 3s, obras de con- tuna’ excelente. (1980); en su segundo libro (1982), en transita por uno de los campos ‘menos-explorados: el del origen y destino de los recursos del Estado, ndo un pesfodo semisecular, que va desde el vie reinato basta casi el final del rosise prestando especial atenci6n al papel de felaciones entre guerras y finanzas en la construceién de un Estado que todavia no alcanza a convertise en nacional. Enesta breve sitesis sobre el estado de ta cuestién en del tema objeto del presente trabajo, no puede dejar de sefalarse la existencia de fres trabajos de indole comparativa, que afiaden nuevas posibilidades para una del problema: ‘Alimonda (1982) y Trindade (1986) cote Jan el proceso argentino con el brasilefo, ras Amaud (1981) confronta el de rgentina con el de México. cierto que en algunas regi ‘cuntén —particul la contradiccién Nacién y Estado Nacional La muptura de la situacién colonial y i independencia (casi siempre un eufemismo) ode la Confede- racién, atria chic {Qué significa, pues, para vosotros patria? {Es acaso el terreno donde nacis Pero entre vosotros hay correntinos, porte~ 6 fos, tucumanos, entrerrianos; y cada uno pe~ Jearé por su pedazo de tierra" 1 la participacién popu, Jar en la guerra. Hay conciencia estamental, hay conciencia comarcal, provincial, pero ‘cuesta encontrar una conciencia de nacién ‘por el conjunto del espacio geogréfico-social que aspira a definirse en huevos términos. No es posible encontrar ‘creadores de una comunidad ue el tertitorio gue ocupa con la 1a. La definicién de una iden- a, no obstante, es esencial para {que una sociedad se tonsolide y desarrolle;es lla la que vincula el Yo y el Nosotros. Puede decirse ‘como Jrgen Habermas, que Ja nacién es una estructura de conciencia so- cial que asegure la ide Los dirigentes de la evol calidades con cabildos no son tantas— tegraciGn se realiza en as propias unidades produccién, como'las estanci 7 donde Ia experiencia ciudadana comin no s6lo se afirmala vieja concepci6n es- jerdrquic de 0s casos) del orden cotor cconcepeidn y esa préctica ct también su antagénica, la por cierto, no debe confundirse con Ccepcin federal, de aplicacién a) levan acolot jo nacional en el plano priorita- demora en concretar esa tarea nente ilustrativa de las persis- rades que ella implica Si bien fracasan tanto las politicas de con- el Estado (no garante (¢ incluso, antes, ‘dentidad colectiva. Se suceden centrales, rfodo rosist perfoda en Estado secesions ni centralista nacional, secon fabefa que ver: yyeen 1880 no es luchas por Ia exter ‘dadanfa, en Argentina, desde Mariano More~ ‘no y José Artigas hasta Rogue Séenz.Pefie y Huan B, Just fa sumamente ilustrat- ‘a sobre el partial La cuesti6a, ‘como s¢ aprecia, &§ harto compleja y no puede ‘mente aqut, Hacen vestigaciones para diluci riamente. Empero,no puede ralque sirva de gufa. Y ayaluaren el conocit también avanzaren dol6gico. 8 La persistencia de elementos de larga du: raci6n, originados en el pasado colonial, pe- sa fuertemente tanto en el plano de la estnic: ‘ura, cuanto en el edificio jurfdico-poltico y ‘enel de las mentalidades; en todos los casos operacomo una traba formidable para definir iccidn de una nueva sociedad. La sin admministrativa que habta.con- sagrado el reformismo Borbsn no tiete ni una antigiledad ni ung consistencia tal que pueda parecer una tradicién fuertemente asentada, revol ploriseculartendencia al predominiode lo co- ‘marcal, ahora ambiguamente cntremezclada ‘con la vocacién centralista que los Borbones han afirmado como garantia contra la disgre gacidn, Esta ambigtiedad es heredada por la lucia y sus sucesores, apareciendo bajo la forma de la tensién ya sefialada entre ten- encia al centralismo y la tendencia al cionalisma o, en el mejor de los cas0s, al au tonomismo. aplicado en los diferentes procesos de traba- ‘mantenimiento de un bajo grado de divi- 10s de pago en as transaccio- ¥ eo las relaciones labora- nas algunos de los hechos que frenan el proceso constitutivo de un mercado nacional, stuacign agravada porlos mecanis- ‘mos de dependencia econémica, La acumulacién originaria ‘Simulténeamente con los procesos seftala- dos se desarrolla ot, también significativ: 1 de acumulacién originaria del capitalismo trata de un proceso que pres cidad, pues.se realiza en una situacién de de~ pendencia—con la ya sefialada falta de auto- ‘noma para el desartollo econémico—, en la «que, porunlado; 6l continéa una prey Jongada inser originaria del capi sus relaciones con éste, también él en una fa- se de transici6n; por otro lado, esa sinuacién interna, privat Dicho de otro mo creto muestra c6mo la economfa del pats se atticula von el sistema capitalista mundial en una relacion de dependencia, pero el andl ligico de ‘no deja de seguir mecanismos universaes. Los limites de la acumulacién originaria irlosde la Argentina dependiente; s caractersticas que ella presenta las regiones contribuye a explicar la desigual conformacion de las clases, el di- ficil camino que lleva al constituci6n de una burguesfa de alcance nacional y el tortuoso proceso de formacién del Estado nacional. La acumulacién originaria es un proceso prende dos aspectos: a) la concentra- la propiedad mediante la presién eco- lausura Ia expropia- nsecuente despojo de 8 propictarios. La accién de acu- ‘mulacién originariaalebe interpretarse, segtin Maurice Dobb: "en primer lugar, como una acumulacign de derechos —de ttulos sobre patrimonios existentes, acumuladas ante to- do,por razones especulativas—y, en segundo lugar, como acumulacién en manos de una lase que, por su especial posicién dentro de en medios efectivos de produccién. En otras palabras, cuando se habla de acumulacién en ido histrico, nos estamos refiriendo a rimonios y a una transfe- trumentos tangibles de produccién en exis- tencia”* [Las maneras de incrementar el patrimonio de la burgues se a dos categorfas principales: o es excepcionalmente barata” para "ven {erla enun perfodo posterior, cuandosu yalot demercadoes relativamente alto,acambiode otras cosas". En esta segunda fase, que es la més importante, el rasgo esencial consisteen resultado depende de un aumento del valor de capital de la propiedad; no del ingre- so odel ahorra practicado sobre él”, Para que ese incremento aleance un nivel levado, am- plio, se requieren circunstancias muy es ciales, que apa alasegunda f mmiento. La fase de adquis "creciente concentracién de la propiedad existente y el despojo simulténeo”, mientras en Ia fase de acabamiento sé realizan o ver- diciones necesarias para que las inversiones fen la industria resulten beneficiosas siones sujetas todavia a dificultades, cont ‘gencias y menor liquidez del capital indus- tial), Tales condiciones han de darse cuando celproceso de concentracién haye legado aun punto tal que sea efectiva I jempo a través de un yuelco directo de ganancias cortientes@lafi- nanciacién de un giro comercial incrementa- do, asf como de la industria doméstica, y per- te de lariqueza que la burguesfa dirigié hacia Iatierrano s6lo se aplicé al compra de hipo- tecas y a la transferencia de un patrimonio sino, también, al mejoramiento dela surre sdbre el desa- pero Susobserva- ‘ciones metodolégicas son diiles para analizar ‘otros casos. En mi opinién, en el pesfodo que nos ocupa nos encontramos, en et Rio de la lata, en la primera fase de la acumulacién originaria, la de adquisici6o —al menos pre- onderantemente, Dentro de tal fase, Ia se- gundamaners posible deincrementarelpati- jo aparece como la més importante, vale in de propiedades excep- Buenas recen peculiaridades del desarrollo capitalista argentino: la burguesta ‘no acumula comprando terras a sus anterio- res propietarios, sino al Estado (tierra pibli- cas), a través de un proceso de expansion de las fronteras que desaloje a os indios y gau- cos y consolida la propiedad terrateniente* rf dels vecesni siquiera la compra: ne gratis o aun costo extremadamen- Pero, en cualquier caso, la concentra- piacién de tierras se reali bin a costa de los indios, pero creando una clase de medianos propietarios rurales fuerte ‘mente opuestos alos terratenientes, osque se imponenenel sur, teritorio de plantaciones y ul ue explica el Halperin oe rmiento de 1 esenciales comarcas; clas las zonas dk 10 del centro exporta- ante dad Dortego, Rosas en la in del estableci jento més 10,823 en gastos de negocio y ‘afi y medio de actividad es- arroja una ganancia gue sobrepa- doble del capital invertido, Pero en este ‘sector irin disminuyendo mientras pasan los aos, porgue “la industralizacién misma conduce a un de ese nivel de precios ‘comprime las ganancias del El proceso inflacionario que vive en el pa ise febrero de 1826 y mediados de 1830 sobre todo a 10s ganaderos. En el 0 de Jacinto Oddone puede verse Ja Tista de 538 enfiteutas que se reparten 8.656.000 ha de terras.bonaerenses entre 1822 y 1830, perfodo cuya segunda mitad es- mente, por la inflaci6n. Esto el sentido de que dentro de la primera fase. de Ta etapa de acumulacién originaria la infla- cin de precios influye poderosamente para facilitar la transferencia de tierras a manos burguesas. La partcularidad del Rio de la Plata -ya se ha dicho-es que esta transferen- cia no se realize ene propietarios de distin- tas clases sociales, sino que los nuevos y vie- Joster nes la abtienen del Estado (tie ras pébl que, por otra parte, contro- lan, Esto es, s¢lo autoadjudican. Tal proceso ha de continuar de manera c dda hasta los primeros afi: indica emo el control del poder del Estado sirve para que la clase domi biemo y la administracién de la carmpana, y otras relacionadas con la apropiacign de Ta i afirmacin precedente: en de enfiteusis, sino suprime la he- sgemonfa de los grandes hacendados en el sec- ‘une consecuentcia econémico- ng podela exagetar inde los posibles com- pradores de tierras extensiones précticamen- te gratutas impide que se acelere la valora- cidn dela tierra; asegura que el efecto de una idad tan vasta de tierras nuevas se ‘mantenga, durante un perfodo relative piolongado. Gracias a ello los costos de iccidn ganadera pudieron mantenerse ba- La sparicién y desarrollo del saladero constituye el element divisor de funciones dentro del sector o fraccign de los iacends- dos: cfa invemada. Si bien la invernada del siglo pasado es meramente cvantitiva (suma kilos), incideen una temprana diferenciacién yyespecializacién ganadera que rest be efecto de a calidad de los pastos con pasios tiemos por acciéa de-una proion- gada presencia de animales) y de la proximi- dad al centro consumidor, sea para el salade- 100 para el faenamiento. En esa época, tierras que se van gan dida- se destinan a esta Est claro que m: pemmitirel acercami ‘medio de transporte distinto de su propia lo- smocién, borra esta primera divis decrfae invernada y establece vas. La cofisecuiencia no es so: que el ganadero percibe er 280, primera forma de la renta diferen: sino o6mo afectal accién de los saladeristas. Gibert ha indicado que los campos de erfa se encuentran al surde Buenos Aires (las nuevas tierra), y los de invernada al norte, entre los saladeros y aquellos; en tal ubicaci vemadores compran “puntas de n0 come a los estancieros, para luego clasifica Jos y engordarlos. Al actuar en forma decisi valaubicaciGn del campo, se facilitala aceién conjunta Jos principales saladero aleja doblemente al productor del centro de consumo" y lo deja en desventaja, 1i6ndolo a los precios impuestos po! laderos. Esque ahorael vacuno no s6lo pro veel cuero y a grasa (etapa de nuestra his- toria ganadera en que los estancieros erfan y rmatan en Sus propias estancias para luego lle- varel producto alos comerciantes, cuando n0 vvan ésios.mismos @ buscarios), sino la carne parasalar (en gran escala, para exportar); yen esta situacign el producior vende et animal en pie, encargéndose el saladerista de lo demés; pero sila estancia no se encuentra cercana al establecimientoindustializador, la presencia del invemador (que compra al eriador para vender al saladero) constitye una etapa in- termedia, * El saladero es una actividad industrial ca- pitalista en la que el hecho dominante es que quienes la ejercen son terratenient Rosas), 0 comerciantes devi- los Anchorena que estin detrés de Darraqueros (el oriental Pedro Tri (( comerciantes rioplatenses enc \ tnanera de sortear el obstéculo de

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