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La Ustasha cristiana católica

La Iglesia Católica, que es la más representativa de la religión cristiana a escala mundial, no ha


podido, a pesar de su tremendo poder e incalculables recursos económicos y coercitivos,
intimidatorios, criminales y propagandísticos, pasar de contrabando de forma impune el
empeño de disfrazarse de institución favorecedora o defensora de la democracia y la libertad y
hasta de la persona humana. En realidad lo que demuestra la historia universal es que ninguna
institución religiosa ha sido jamás tan recalcitrantemente reaccionaria, intolerante y enemiga
de la persona humana, de su libertad y derechos, lo mismo que absolutista y monárquica,
opuesta a todos los logros científicos y culturales alcanzados por la sociedad humana, y por
tanto por los hombres.

Eso que ocurre hoy no es más que la repetición de hechos pasados, muchos ocultados, como
sería el caso siguiente.

El 10 de abril de 1941, ya iniciada la II Guerra Mundial, y tras la invasión relámpago de la


Wehrmacht (Fuerzas Armadas alemanas) y la derrota de las tropas yugoslavas, Croacia
proclamó su independencia. Ante Pavelic, quien encabezaba un movimiento llamado Ustacha,
creado en 1929 por éste, y que se dedicaba a hacer atentados terroristas y que terminó
asesinando al rey Alejandro I, quien gobernaba la federación de nacionalidades eslavas
conocida bajo el nombre de Yugoslavia, luego después como la antigua Yugoslavia, en
Marsella, junto al ministro de Asuntos Exteriores francés, Louis Barthou, el 9 de octubre de
1934.

Ante Pavelic fue condenado a muerte, pero huyó al exilio para evadir la pena, regresando a
Croacia gracias a la invasión alemana Nazi, para hacerse cargo, nada más y nada menos, que
del gobierno. El nuevo Estado (formado por gran parte de las actuales Croacia y Bosnia-
Herzegovina) firmó el pacto tripartito alineándose con las potencias del eje fascista.

Con apoyo financiero y militar de los Nazis alemanes, Pavelic instauró una sangrienta dictadura
que se proclamó racista y católica, masacrando poblaciones serbias, judías y musulmanas, o
deportándolas a campos de exterminio. Cuando Josip Broz (Tito) liberó definitivamente de los
invasores alemanes a Yugoslavia en 1945, unificándola de nuevo, el movimiento de los ustachi
fue proscrito, pero Ante Pavelic, este genocida, consiguió huir a Sudamérica, gracias a que
había allanado el camino de su retirada e impunidad al pasar a poder del Vaticano millonarios
botines confiscados a judíos y de Nazis y sus esbirros que el Vaticano “lavó”, como se hace hoy
día con el dinero proveniente del narcotráfico proscrito o de los desfalcos financieros. Y
efectivamente, posteriormente se confirmó que Pavelic pasó a Suramérica por vía de la Iglesia
Católica.

Lo de dictadura católica ha sido paulatinamente borrado en estos últimos cincuenta años de


los libros de consulta como las enciclopedias y los diccionarios y de los libros de texto,
quedando tan sólo lo de dictadura racista para calificar aquel régimen criminal; igual a como
acontece en nuestro país, por ejemplo, que el título dado a Trujillo por la Iglesia Católica local
de “Benefactor de la Iglesia” por orden del Vaticano para que Trujillo se creyera que se le iba a
reconocer mundialmente y firmara el Concordato, así como el Vicariato Castrense y el
Patronato Nacional San Rafael, y que una vez muerto Trujillo fue cambiado, colocando en su
lugar el de Benefactor de la Patria y Padre de la Patria Nueva, para que se fuera borrando de la
memoria y de los textos la infamia de la Iglesia Católica de llamar “Benefactor” de la Iglesia al
tirano Trujillo. Aunque hay que reconocer que ese título de “Benefactor de la Iglesia”, al
parecer, la Iglesia cristiana católica lo tiene reservado para los sanguinarios genocidas que
compiten entre ellos por su criminalidad, ya que este título les es reconocido a Constantino I, a
Justiniano y a Carlomagno.

Pero la Iglesia Católica vaticanista, que había considerado a Croacia como el último baluarte en
los Balcanes contra la Iglesia Ortodoxa, no sólo recibió con beneplácito el fin de la tolerancia
religiosa que había impuesto Alejandro I en la vieja Yugoslavia, sino que el clero católico apoyó
al régimen Ustasha con entusiasmo fanático, como lo hizo con el nazismo alemán de Hitler y
los camisas negra italianos de Mussolini. La Jerarquía Católica no sólo apoyó públicamente al
régimen Ustasha, sino que celebró una variedad de ceremonias político-religiosas, formó parte
del parlamento Ustasha y continuamente vivía santificando y adulando al Estado Ustasha, al
tiempo que enviaban a sus sacerdotes de menor rango a participar directa y activamente en
las conversiones forzadas, torturas y asesinatos en masa.

El historiador italiano Carlo Falconi relata que a diferencia de los exterminios en otros países
durante la Segunda Guerra Mundial, “era casi imposible de imaginar una expedición punitiva
Ustasha sin la presencia de un Sacerdote a la cabeza, siendo generalmente un Franciscano."

Y mientras las figuras religiosas católicas llamadas curas, personalmente, cometían las
atrocidades más criminales en contra de todo aquél que fuera no católico o judío, serbio o
musulmán a todo lo largo del territorio que comprendía la nueva Croacia de Pavelic, también
desempeñaron un papel protagónico en las masacres perpetradas en los campos de
concentración. El más grande y notorio campo de concentración del país, Jasenovac, fue
administrado por un fraile Franciscano de nombre Miroslav Filipovic, quien no solamente
regenteaba el establecimiento sino que también tomaba parte activa de las torturas y
asesinatos en masa. Después de finalizar la segunda guerra mundial y ser apresado, en su
juicio Miroslav Filipovic confesó haber supervisado personalmente el asesinato de miles de
serbios judíos.

El entusiasmo de la prensa católica, que se encontraba bajo la directa supervisión de la


jerarquía eclesiástica, mostraba su apoyo incondicional al gobierno fascista y a la campaña de
limpieza étnica y religiosa.

Esta les dio la bienvenida a las tropas alemanas nazis cuando entraron en Zagreb, capital de
Croacia, en 1941:

"La Iglesia Católica, que ha liderado a la Nación croata espiritualmente por mas de 1,300 años
de dificultades, acompaña con regocijo y felicidad al pueblo Croata en este momento de su
reconstrucción e independencia política."

"....Con sincero júbilo y placer le damos la bienvenida a la fundación de la NDH. Nuestra


gratitud es particularmente para aquellos sacrificados y desprendidos luchadores quienes bajo
el liderazgo del líder Ustasha poglovnik Dr. Ante Pavelic, preparó el camino para la
proclamación de la NDH".

El 25 de mayo de 1941, en un artículo de una publicación de la Acción Católica titulado:


"Porqué los Judíos Están Siendo Perseguidos", el sacerdote Franjo Kralik justifica la
persecución sobre bases religiosas:

"Los descendientes de aquéllos que odiaron a Jesús, que lo condenaron a la muerte, que lo
crucificaron e inmediatamente persiguieron a sus discípulos, son culpables de excesos más
grandes que los de sus antepasados... Satanás los ayudó a inventar el Socialismo y el
Comunismo... El movimiento para liberar al mundo de los judíos es un movimiento para el
renacimiento de la dignidad humana. El Todopoderoso y Sabio Dios está detrás de este
movimiento". Estos datos y otros muchos, ustedes los pueden encontrar en portal de Internet,
Herencia Cristiana, Historias de los Grandes Genocidios.

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