A menudo l me deca: "No me queda mucho en este mundo", y yo pensaba que hablaba por hablar.
Ahora supe que deca la verdad. Cada
noche al levantar la vista y contemplar la ventana me repeta a m mismo en voz baja la palabra parlisis. Siempre me sonaba extraa en los odos, como la palabra gnomo en Euclides y la palabra simona en el catecismo. Pero ahora me son a cosa mala y llena de pecado. Me dio miedo y, sin embargo, ansiaba observar de cerca su trabajo maligno.