Está en la página 1de 8
Felix Voditka La estética de la recepcién de las obras literarias En el centro de la investigacién literaria hemos situado la obra procurand investigar en torno a ella desde el punto de vista del desarrollo de la estructu: literaria y desde el punto de vista de su origen. Ahora comienza un tercer campo d wabajo en Jos estudios de historia de la literatura.(La obra literaria es entendida pc la estética estructural como un signo estético determinado para ser hecho public Debemos pues no sdlo considerar su existencia, sino también su recepcién; tenemc que examinar que la obra es percibida, interpretada y valorada por una comunida de leceores. Solo cuando una obra es lefda llega a su realizacién estética, slo asi s convierte en la conciencia del lector en objeto estético. Junto con la percepcid estética se da en estrecha conexidn la valoracién. Valorar supone criterios de vale que sin embargo no son estables, de manera que el valor de una obra no es desd el punto de vista de las fuentes histéricas una magnitud inmutable. Precisament porque los criterios de valor y tos valores literarios cambian continuamente en | evolucién histérica, es una tarea normal de una ciencia histérica comprender esc cambios. Tan pronto como una obra literaria se publica y difunde se convierte ¢ propiedad publica, y el publico la recibe desde el punto de vista de su sensibilida artistica actual. Conocer esa sensibilidad en el campo de la literatura es una de la mas altas tareas de los historiadores, a fin de poder entender la recepcién de la obras y su actual valoracién, En la investigacién del desarrollo literario se h considerado la obra —sin atender a su influencia estética efectiva y a su valoracié: como eslabén de una cadena evolutiva—, con el objetivo de comprender su valo evolutivo, Ahora nuestra atencién se desplaza hacia las obras en tanto que objeto estéticos y valores estéticos. A este fin deberemos estudiar el desarrollo de 1 conciencia estética en la medida en que tiene propiedades superindividuales encierra en si una relacién temporal con el arte de la palabra. Los elemento subjetivos de valoracién que se derivan de la disposicién ps{quica momentanea de lector o de sus simpatias y antipatias personales deben ser distinguidas por la critic de las fuentes histéricas, de las normas literarias de una época, porque el objetivo d nuestro conocimiento es aislar rasgos que posean un cardcter de generalidad. Se trat en realidad de la restitucién de la norma literaria en el desarrollo histérico par poder descubrir las relaciones existentes entre esta serie evolutiva y el desarrollo di las esteucturas literarias. Es natural que algunos elementos de esa norma ingresan e1 la obra con su aparicién. Mukatovsky caracterizé la obra literaria desde este punti de vista como «el equilidrio dindmico de normas diferentes que se han aplicado e1 parte positivamente y en parte negativamente» («L.a norme esthétiques en Travan: du LX® congrds international de philosophie XIl, 3, p. 75). En otro lugar hemos investigado esta relacidn al tratar de la génesis de la obra Pero, ademés, Ja existencia de un complejo de normas en una época determina e modo en el que una obra se incorpora a la literatura, Mukafovsky ha descrito en ¢ articulo citado las propiedades fundamentales de la norma estética. Su relacién cor 5f las obras nuevas se caracteriza por una tensién dindmica, segtin la cual una obra tiene la capacidad de imprimir a la norma una direccién nueva que se desvia de la anterior. Por eso no siempre ha de ser valorada positivamente una obra cuando coincide con la norma, puesto que hay una expectativa estética que puede orientarse hacia algo nuevo y que se desvia de la norma. Cuando observamos las normas, asi entendidas, en su continuidad evolutiva, tenemos la posibilidad de investigar las relaciones de intercambio entre la serie histérica de normas y la serie histérica de las correspondientes obras literarias, es decir, el desarrollo de la estructura fiteraria, Hay siempre entre ellas un cierto paralelo de intercambio, puesto que la formacién de una norma y la formacién de una nueva realidad literaria brotan de una base comin, ta tradicién literaria, a la que intentan superar. Sin embargo no se puede identificar ambas series porque la vitalidad de las obras literarias procede precisamente de la tensién dindmica entre obra y norma. El caso normal es que el desarrollo literario preceda al gusto literario, de manera que la norma literaria siga al desarrollo literario (tal es el caso de Macha o de Neruda), Pucde sin embargo suceder que se invierta la situacién, especialmente cuando los criticos —que tienen Ia funcién de ser portadores del desatrolio de las normas literarias— plantean exigencias que solo después realiza la creacién Hiteraria (es el caso entre nosotros de Salda). Tenemos pues que tener cn cucnta que la percepcidn estética no sdlo se determina por convenciones tradicionales sino también por la busqueda de nuevas obras concretas que pudieran corresponder a representaciones indeterminadas de una belleza literaria todavia no realizada, sentidas anteriormente como internamente formulables. La base de la norma aaioldgica de una época es naturalmente una determinada situacién de la estructura literaria que subsiste en el supuesto de que es objeto de consrantes intentos de superacién, de manera que la norma literaria sdlo excepcionalmente queda rigidamente estabilizada. Ocurre no obstante que hay teorias literarias que se Presentan como normativas sin basarse en una realidad literaria, ya sea como anomalias histéricas (ciertas poéticas dogmaticas) 0 como programas utépicos, es decir, postulados normativos que no se realizan plenamente. Las normas y los postulados literarios constituyen el punto de partida de la valoracién. No debemos pensar la literatura de una época dada como un complejo de obras literarias existentes, sino también como un complejo de valores literarios. El horizonce de intereses y conocimientos del publico literario de un pueblo o una sociedad determinadas comprende un conjunto de obras organizadas en una determi- nada jerarquia de valores. Cada nueva obra se incorpora a esta literatura de alguna manera, sometiéndose a una instintiva valoracién de los lectores. Esta valoracién es significativa por lo que hace a la estabilidad de la jerarquia de valores, sélo cuando es publica; de ahi 1a importante funcién que desempeaian los criticos. Asi como es tarea de la historia de la literatura captar la riqueza completa de relaciones que tienen lugar entre los polos de la obra y la realidad, también debe ser objeto de la descripcidn histérica la dindmica determinada por la polaridad de obra y puiblico lector. Asi captaremos en el verdadero sentido de la palabra Ia vida literaria, en la que las obras son objeto de la petcepcidn estética y encarnan un valor que a menudo tiene gran significacién no sdlo en el dominio estético sino también en la vida social de un determinado colectivo de tectores. Si entendemos la tarea principal de ta historia de la literarura en el Ambito de esta polaridad, dada por la obra y el modo de su percepcién, procederemos a desglosarla asi: 1. Reconstruccién de la norma literaria y det complejo de los postulados literarios de una época 56 2. Reconstruccién de la literatura de una época, es decir, del conjunto de obras que son objeto de valoracién directa, y deseripcién de la jerarquia de los valores literarios de una época. 3. Estudio de las concreciones de las obras literarias (contemporaneas y anteriores), es decir, estudio de la forma de la obra con la que nos encontramos en la comprensién de un tiempo dado {a saber en la concrecion critica). 4. Estudio del campo de influencia de una obra en los dominios literarios y extraliterarios, Todas estas tareas sectoriales estén mutuamente conexionadas y entrelazadas. No se trata naturalmente de un mero registro de los hechos que tienen que ver con fas tareas nombradas, sino de fa indagacién de las tendencias bdsicas del proceso evolutivo. La naturaleza de este proceso en constante variacién impide naturalmente que encontremos leyes de tipo natural, pues hay que observar en particular que en el oganismo social al que pertenecen los receptures de los productos literarios, existen diferentes estratos que se orientan hacia normas distintas, ya se trate de una diferenciacin por motivos generacionales {normas literarias de hijos, padres, abuelos) o de una divisién vertical del publico literario (lectores con formacién estética, piblico amplio, consumidores de productos literarios periféricos). Precisamente por ello un andlisis cuidadoso de la historia hiteraria evitard generalizaciones que no contemplan la compleja articulacién de la norma literaria. La conciencia de la existencia de una articulacién generacional y una vertical del puiblico lector impulsard el estudio de los cambios del gusto literario de las capas sociales de lectores. Junto con el estudio de las tareas resefiadas, aparecen otros problemas metodolégicos, Indicaremos los mis importantes. Reconstruccion de la norma literaria @Qué fuentes tenemos a nuestra disposicién para investigar la norma literaria? 1, Las normas estin contenidas en la literatura misma, e. d. en las obras que se leen, son populares, y con arreglo a las cuales se juzgan y valoran las otras obras © las obras nuevas. 2. Poéticas normativas 0 teorias literarias que nos dan a conocer las sreglas» conforme a las que «debe» orientarse la literatura de una época dada. 3. Valoraciones criticas de la literatura, puntos de vista y métodos de esta valoracién, asi como las exigencias criticas que pesan sobre la creacién literaria, La atencién del historiador se dirige a esta actividad critica porque constituye el unico residuo de ja relacién activa y valorativa del lector con la obra. El eritico tiene en ta sociedad de los que participan en Ia vida literaria y se ocupan de las obras, una funcién concreta. Su deber es manifestarse acerca de la obra en cuanto objeto estérico, fijar la concrecién de la obra, es decir, su forma vista desde la sensibilidad estética y literaria de su tiempo y hablar de su valor en el sistema de los, valores literarios admitidos, determinando, con su juicio critico, en qué medida cumple la obra las exigencias de! desarrollo literario. Es tarea del historiador de la literatura observar el ejercicio por los criticos de esta funcién, y juzgar si los creadores cumplen la suya. Hay épocas en las que la critica constituye un freno al desarrollo, mientras que en otras es su estimulo. Hay épocas en las que la critica ayuda al pliblico en su cambio de gusto, mientras que en otras cuida de la conservacién de los 37 valores tradicionales, Hay tiempos en los que descuida sus funciones, p. c. la valoracién y descripcién de la conerecién de las obras, lo que, naturalmente, tiene consecuencias para el sistema de valores de una época. Puede acurrir en tal caso que la jerarquia vacile y el gusto literario se debata en la confusién y la ambigiiedad. El critico parte de ciertos postulados y aprovecha de un determinado método, que el historiador busea conocer. No debemos equiparar los métodos criticas con los métodos del andlisis cientifico de las obras o de los métodos de la historia de la literatura. Asi, por ejemplo, el punto de vista fuertemente psicologizante en fa critica de principios de siglo (la psicologia de Hennequin), no sélo es una consecuencia del conocimiento cientifico de la importancia de los momentos psiquicos de la obra, sino que est en conexién con la norma literaria que subraya los clementos psiquicos como postulados de la creacién literatia. Los métodos criticos ayudan a concretar una obra bajo el punto de vista de ciertos postulados, y a valorarla. Los métodos de la historia de la literatura ayudan a comprender e interprerar una obra en conexién con las demas manifestaciones histéricas. Natural. mente en el pasado ha Gcurrido con frecuencia que las fronteras de ambos tertitorios son transgredidas en ta practica: el critico se hace involuntariamente historiador (F. X. Salda) y el historiador se convierte en critico (A. Novak). De ahi que, hasta cierto punto, podamos utilizar obras de historia literaria como fuentes para el conocimiento de las normas, especialmente obras de ciertos segmentos de la historia de la literatura en los que se subrayé el juicio de valor, expresado, independientemente de los datos histéricos, a partir de ciertos postulados. Hay que proceder en todo esto cuidadosamente y caso por caso. Cuando hablamos de norma y de postulados, hay que subrayar que los postulados no son el modo de ordenacién de los materiales desde un punto de vista técnico (reglas). Mukatovsky coloca, en el articulo citado, postulados éticos, sociales, religiosos, filosdficos, etc., bajo las normas, es decir, cucstiones que abordan en la literatura temas ideoldgicos. Desde este punto de vista se manifiestan los postulados como tareas que han de ser resueltas por mediacién de una obra literaria con la funcién estética. Se pucde también investigar, a la inversa, cémo actia la percepcién de una obra en el Ambito de los postulados vitales ¢ ideoldgicos de una época, cuales influyen en su valoracién estética. En la percepcién de una obra de arte con elementos temdticos se impone siempre la relacién entre la realidad vital y sus valores, por un lado, y la realidad mediada por los medios artisticos, por otra parte, de manera que Ja valoraci6n es el resultado de un proceso complicado, condicionado por la estructura global temporal de la vida y sus valores, como ha expuesto Mukatovsky cn su trabajo «La funcidn estética, la norma estética y el valor estético como hechos sociales» (Kapitel aus der Asthetik, Frankfurt, 1970, p. 7-112), Cada obra que es objeto de una valoracién choca en estos complejos con las costumbres y tepresentaciones convencionales de la percepcién colectiva, de manera que en ese trasfondo tiene lugar la concrecién contemporanea de una obra, sea ésta positiva 0 negativa. Una obra con un tema no habitual y no apoyado por la tradicién literaria y social, es entendida como una ruptura de la norma, como la nueva superacién artistica de una temitica conforme a las normas. El juicio de las obras literarias desde Ia perspectiva de las ideas religiosas, sociales, éticas, etc., puede ser tan fuerte en la norma literaria, que la funcién estética de la obra sélo se percibe vivamente cuando es apoyada por una orientacin ideolégica concordante (recordemos el punto de vista religioso en la edad media). Sin embargo, hay ciertas fronceras entre la percepcién estética de una obra y su 58 juicio ideolégico; tan pronto como la valoracién de una obra se orienta solamente con respecto a la realidad, acerca de la cual comunica aigo, y deja de interesarse por la obra misma y su estructura, tan pronto como la obra sdlo es juzgada desde el punto de vista de la veracidad de lo que comunica y no desde la perspectiva de la configuracién de la manifestacidn estética de un texto dado, queda excluido del campo de observacién ese elemento esencial que distingue de modo tan agudo el signo estético del resto del complejo de signos que tienen meramente una funcidn de * comunicacién. Tal interés, encaminado exclusivamente a la comunicacién, no pertenece ya al dominio de la investigacidn de la historia de la literatura, pero puede ser objeto de estudios histéricos culcurales que se apoyan en las obras literarias como fuentes. Desde el punto de vista metodolégico, sin embargo, debemos siempre recordar que una obra literaria solo puede ser juzgada en su funcién cstética con cierta prudencia y con respecto a su funcion como fuente histérica, porque la comunicacién que opera esa obra puede estar subordinada a esa funcién, especialmente cuando la obra es ambigua y susceptible de diversas interpretaciones, La reconstruccién de la jerarquia de valores en la literatura de una época determinada En la esencia de la relacién humana con los hechos y fendmenos que nos rodean consta que éstos son valorados en el conjunto del sistema de los valores vigentes. En esta valoracién se contiene la tendencia a la superacién de la inseguridad y la indeterminacién en la relacién del individuo y de la sociedad humana con los fendmenos, y esa valoracién esta acompaiiada también por fa perce: idm estética, Desde el punto de vista literario se trata aqui de la continua cancelacién de la tension que proviene de la existencia de obras literarias, por un lado, y del mecanismo global de su percepcién por el lector, por otro; en otras palabras, en el acto de valoracién se encuentra la estructura de la obra con Ja estructura de la norma literaria. La atencién del historiador de la literatura se dirige a lo que constituye el volumen y el contenido de una literatura en un determinado momento del desarrollo. Consideramos aqui la literatura viva como parte constitutiva de la conciencia del lector. No tratames de obras literarias histéricas que no son objeto de un interés intenso por parte del lector, y que permanecen siempre o en ocasiones estéticamente desactivadas. Tal reconstruccién del repertorio literario vivo tiene su propio significado para el conocimicato de la norma literaria de una época y para el estudio de 12 variabilidad de fuerza activa literaria de las obras y los autores. Investigamos qué obras de autores contemporineos y antiguos eran populares, y qué relaciones mantenian con las corrientes contempordneas y pasadas. Somos conscientes de que no cualquier obra que se publica esta encuadrada en las normas de su época, aunque quizds ms tarde pueda representarse un valor indudable (El mayo de Macha). Hay naturalmente obras que ya desde su aparicién se convierten en valores histéricos. Por el contrario, ocurre que en fa literacura viva se encuentran obras que han sido excluidas por !a «alta» literatura, o no han sido aceptadas como obras de bajo nivel literario (canciones populares, romances de ciego). En el estudio de la conciencia literaria es un imperativo metodoldégico tener en cuenta cuidadosamente la base social de diferenciacién del gusto literario, Se puede investigar en qué relacién est el repertorio de amplias capas de lectores con el repertorio de los 59 4 4 lectores de la «alta» literatura, la amplitud de fos intereses de los lectores, la composicién de la comunidad lectora, si es compacta y homogénea en sus preferencias literarias o si est4 fragmentada en grupos cerrados, etc. Abordamos entonces tareas que tienen cardcter sociolégico. Sin embargo incurrirfa en un eror ¢l investigador que interpretase la aparicién de la norma literaria de cada grupo social sdlo por las condiciones de vida de su grupo, y dejase de atender a la fuerza de la convencién literaria y de los procesos literarios tradicionales que resultan de la estructuracién del material. No hay duda de que hay relaciones entre el gusto literario y las condiciones de vida de un estrato social determinado, pero no hay condiciones objetivas suficientes para una interpretacién en el sentido de una relacién causal de subordinacién. De la misma manera que en el desarrollo de la estructura literaria los principales factores causales de desarrollo estan contenidos en anteriores estadios de la literatura, ast también el desarrollo de Ja norma literaria esta ante todo determinado por causas que tienen su origen en la organizacién de los clementos estructurales de la norma literaria, pues una nueva etapa de desarrollo pone en primer plano aquellos componentes descuidados en la norma anterior. Se puede por ello interpretar de modo estructural el desarrollo de la norma literaria, Sin embargo, en la formacién de una norma y de un valor histérico hay que considerar en cierta medida la irrupcién de elementos heterénomos. Editoriales, mercado de libros, publicidad, son factores que influyen en la valoracion, y también subitos cambios de tipo politico contribuyen a la modificacién de la norma. El historiador investiga la relacién de estos elementos heterénomos con las condiciones inmanentes de la nueva organizacién de ta norma literaria, y observa si estas intromisiones externas aceleran © retrasan el desarrollo auténomo, o cémo encuentran Jas nuevas normas y los nuevos valores, pese a los obstaculos externos, sus intérpretes, 0 cémo se pueden esforzar en desviar la presién para hacerla ineficaz. No siempre es la verdadera norma lo que muestra. Fuerzas externas contribuyen también a que se alejen entte st los caminos de la produccién literaria y de la norma literaria. Sin embargo, este conflicto no puede ir tan lejos como para que desaparezcan todos los puntos de contacto, pues la norma literaria, aun cuando influye en la obra que nace, es mas 0 menos dependiente de la creacién literaria vigente. Los postulados literarios pueden ciertamente desviarse en ocasiones de modo esencial de las posibilidades de las situaciones literarias dadas, pero si la representacién de lo que la literatura ha de aparentar no debe siempre moverse en el Ambito de la ficcién, tiene que partir de la realidad literaria como fundamento de mas amplios esfuerzos. La recepcién de las obras literarias y sus concreciones Si la historia de la literatura quiere fundamentar los rasgos esenciales de la vida literaria, no sélo le competeri establecer la valoracién positiva o negativa de una obra literaria o llegar a determinadas conclusiones sobre el gusta de los lectores, sino investigar también la forma conereta de las obras liverarias, tal como se desprenden de las lecturas con componente estético que se realizan en el decurso historico, Antes, la historia de fa literatura trabajaba con obras aisladas y valores dados, e investigaba cémo un valor puede ser entendido y descubierto por Ia critica y la comunidad lectora. Las diferencias y desacuerdos en Ja valoracién se interpretaban como faltas y carencias del gusto literario, en el supuesto de que existia una Unica norma «correcta». Historiadores de la literatura, tedricos de la estética y criticos 60 nunca se han puesto de acuerdo en tal norma unificada y «correcta», Y como no hay una norma estética correcta y Unica, tampoco hay una valoracidn tinica, y una obra puede ser objeto de una valoracién multiple, ya que su forma cambia incesantemente en la conciencia del receptor (su conerecién), El término «concrecién» ha sida introducido por vez primera por Roman Ingarden en su libro Das literarische Kunstwerk. También él ha expresado la exigencia de investigar la vida de las obras literarias en sus conereciones. Ingarden contempla la estructura de la obra, aislada y estatica, sin estudiar la dindmica del desarrolio de la estructura literaria superior. Por ello piensa que una obra puede concretarse de manera que todas sus cualidades estéticas pueden ser actualizadas. Las diferencias de concrecién proceden de los Componentes de ta obra, que, segtin su naturaleza, son incompletos, y exigen ser completados por la fuerza representativa del lector (p. e. los esquemas descriptivos). Sin embargo, cuando consideramos por una parte la estructura histérica incluida en la obra, y, por otra parte, Ja serie evolutiva de la norma literaria cambiante, queda claro que no séto los lugares necesitados de determinacién, sino también la eficacia estética de la obra global y, por lo tanto, sus concreciones, estén sometidos 2 variaciones continuas, Tan pronto como una obra queda incluida en nuevos contextos al ser percibida (cambios de lenguaje, nuevos postulados literarios, estructura social modificada, nuevo sistema de valores espirituales y prdcticos, etc.) pueden sentirse como estéticamente activas aquellas cualidades de la obra que antes no eran asi percibidas, de manera que una valoracién positiva puede apoyarse en razones totalmente opuestas. Por ello es rarea de la historia de la literatura investigar las variaciones de la concrecién en la recepcidn de las obras literarias y las relaciones entre la estructura de la obra y la norma literaria cambiante, porque de este modo atendemos a la obra como objeto estético y a la dimensién social de su funcién escética. Si al estudiar el desarrollo literario acentuamos el conocimiento de lo que representa cada obra en la serie de las obras, al estudiar la vida literaria subrayamos lo que ocurre en la conciencia de los que reciben la obra cuando sc hace publica, La fuerza vital de una obra depende de las propicdades que encicrra potencialmente con relacion al desarrollo de la norma literaria. Cuando una obra literaria es valorada positivamente en una situacién de norma cambiante, ello significa que posee mayor fuerza y vitalidad que otra cuya eficacia estética se agota con el ocaso de una ‘norma. La recepcién de una obra va acompafiada por su soncrecién, y un cambio de norma exige una nueva conerecién. Desde el punto de vista metodolégico hay que subrayar que para nosotros las conereciones criticas nos sirven ante todo como fuentes, porque explican la obra desde la perspectiva de! sistema global de valores y contribuyen a insertar la obra en la literatura, En los juicios criticos el agrado y el desagrado se apoyan mediante argumentos. Una desventaja hay claramente en el hecho de que las concreciones que tenemos a nuestra disposicién son fragmentarias y nuestras fuentes son de desigual valor, de manera que la imagen histérica de la vida de una obra literaria depende necesariamente de la riqueza y calidad de las fuentes (ver SaS 7, 1941 Struktura vyvoie, Praga 1969, p. 193 y ss,). Especiales problemas metodolégicos aparecen cuando seguimos la recepeién de una obra en un medio literario extrafio. Una traduccién es ya en cierto sentido una concrecién emprendida por el traductor. El eco que encuentra una obra en los lectores y criticos de un medio ajeno, es, con frecuencia, muy diferente del eco que consigue en su medio natural, porque también la norma es diferente. 61 La eficacia literaria y extraliteraria de las obras literarias Hasta ahora hemos hablado de la eficacia de la obra literaria en el lector y el mediador tipico entre obra y lector, el critico, especialmente cuando la obra es percibida estéticamente, Pero una obra que actia en un lector, influye en su obrar, pensar y sentir, pues se convierte en componente de su vida psiquica. Ante todo influye en el gusto literario de los lectores que son creadores, influyendo en su trabajo aunque no sean conscientes de ello. Con esto tratamos el problema de la influencia, a que antes hemos aludido ai hablar del punto de vista genético, Hemos hablado de la obra ya dispuesta, e investigado las circunstancias que intervinieron en su_gestacién y conformacién, de manera que se descubrieron otras obras que influyeron como fuentes o factores en su configuracién real, Ahora contemplamos et problema inverso: en el centro de nucstra atencién no esta la obra influida sino la obra influyente y la tarea consiste en comprender los fendrienos literarios cuya aparicidn © eficacia estética estd condicionada por la existencia de In obra investigada, Cuando hablamos de la eficacia literaria de una obra, no debemos olvidar, ademas de los casos de un influjo consciente o inconsciente directo, aquellos casos de obras literarias que se imponen estéticamente en el trasfondo de obras anteriores de las que se destacan por contraposicién. Esto acostumbra a suceder cuando los materiales Persisten, pero su comprensidn es diferente; se conserva la fabulacién pero varian los medios de expresidn (las «imagenes renovadas de Zeyer); o cuando se trata de una remodelacién de un arte anterior (p. e. Variaciones sobre Macha de Hora). Ademés de la eficacia literaria se puede investigar Ja extraliteraria, especialmente cuando el desarrollo de un problema estético contribuyS con su solucién a cuestiones de la praxis vital. Es bien conocido que las cualidades estéticas de un Poema pueden excitar tan poderosamente al lector que influya en su mode de captar ¢ interpretar la realidad, o en su comportamiento. Recordemas los casos conocidos en los que personalidades literarias tipicas influyen en la estilizacién de uipos sociales, los casos en los que la moral de una obra influye en la moral social, los casos de atribucion a la obra de funciones de combate en la realizacién de exigencias sociales, econémicas o nacionales, etc, Un puesto especial lo ocupa a este respecto la literatura de tendencia o diddctica en la que la eficacia extraliteraria es intencional por parte del autor. En estas investigaciones entramos en un terreno en el que la historia de la literatura choca con intereses de otras ciencias historicas, las cuales por su especificidad pueden juzgar mejor la amplitud de la eficacia extraliteraria de jas obras que la historia de {a literatura, concentrada en el dominio de los fenémenos literarios. 62

También podría gustarte