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Los niveles de la memoria: reconstruc- ciones del pasado dictatorial argentino Exzabeth Jolin * Susana C. Kautinan ‘umerosos interrogantes se presentan acerca de la cons \ {| tucssn de memoria/s sobre el pasado conflicivo Vialento del perfodo de la dictadura militar en Argen tuna(1976-1983) y sobre sus dolorosas consecuencias, Este traba- jo se pregunta acerca de como se produce y construye la memo- Tia, Parte de la premisa que sostiene que la memoria y el olvi- ddo, el recuerdo y las formas de la amnesia social (0 en su forma {nstituctonalizada como amnisti), consticuyen ejes de la cons trucci6n de identidades, tanto en el plano individual como en el eolectivo. Su objetivo es ‘desagregat” la memoria, preguntén- dose analiicamente sobre los procesos de reconstruccidn y de significaciin de pasados. Nuestra perspectiva no es proveer ‘materiales (documentos, testimonios) que puedan ayudar en el proceso social de constructidn de la memoria histérica sino ‘analizar el proceso de rememorar (y olvidar), y los varios nie des y capas en los cuales esto se da, En este intento, ponernos el nfasis en la relacion entre algunos hechos "duros”, las vioen: cias fisicas, los encuentros y confroncaciones en el plano de la realidad vivida, y su lugar en el presente, en los procesos -con sus tensiones y vaivenes- de encontrar significados, incluyen ‘do el “inventar”tradiciones ¢ “imaginat* comunidades ‘Muchos actores sociales en Argentina no cuestionan la ne: ‘esidad de recordar. Para ellos el mandato de la memoria es ‘normalmente una premisa, una consigna basada en el “recordar para no repetir, en a “lucha contra el olvido” y en la necesicad dle saber acerca de lo ocurrido como parte de la busqueda de luna sociedad que ha companido, ha sufrido, y desea seguir co nhociendo. Las consignas pueden, en este punto, tener més de tun sentido. La "memoria contra el elvido” 0 “contra el silencio" esconde lo que en realidad es una oposicién entre distintas me. morias rivales,cacla una de ellas Incorporando sus propivs ol vidos. Es, en verdad, ‘memoria contra memoria’ + UBa.cONICET ~UBA Entrepasados - N? 20/21, 2001: 9 - 34 En este trabajo analizamos, por un lado, algunas iniciativas desectores de la sociedad argentina orientaclas a poner en el es- cenario puiblico la memoria del terrorismo de estado: por otro, las maneras més personales y particulares de recordar. Conta ‘mos con dos cuerpos de datos diferentes pero relacionados. En primer lugar. un seguimiento de las iniciativas de cememora: ign de los veinte afos del golpe militar en 1996), tomando en cuenta las agendas de organismos ¢ instituciones de derechos ‘humanos y las convocatorias de diversas actores a marchas, ex posiciones artisticas y cinematograficas, actos, ateneos, publica- cones, etc. Este seguimiento se realiz6 a partir de lo publicado en diarios y revistas de circulacién masiva y de la observacién participante, En segundo lugar, el material de historias de vida recogidas en el curso de una investigacién de campo, donde las, ‘marcas y rastros de ese pasado se despliegan en el curso de vi day en las experiencias cotidianas. No debemos esperar una correspondencia untvoea entre es tos dos conjuntos. En efecto, en la medida en que la realidad es ‘compleja, multiple y contradictoria, y que ls inscripeiones sub Jetivas de las experiencias nunca son reflejos especulares de los ‘acontecimientos puiblicos, no podemos esperar encontrar una Integracion’ 0 correlacién directa entre las memorias indivi dduales y publicas, o la presencia de una memoria tinica, Hay contradicciones, tensiones, silencios, conflictos, hiatos y dis yunclones, asi como instancias de “integracion’. La realidad so- ‘ial es contradictoria lena de tensiones y conflictos. La memo. tla no es una excepeién. La tarea que nos propusimos en este trabajo no results sen: cilla, La conceptualizacién y teorizacién sobre el tema es inc: piente en la region, El plano de nyestro compromiso personal y ‘nuestros afectos es atin més crucial. El propésite de investigar las huellas y referentes de la memoria individual y su dimen sidn colectiva y piiblica surge de nuestro propio compromiso femacional y ético con un pasado y un presente de los que so: ‘mos actoras. Hay un lugar en el eslabén generacional que que. remos destacar, Pertenecemos al grupo etario que fue participe de las lichas polftcas de la época, testigos de lo que estaba ocu- rriendo. Formamos parte de la cadena de natrativas y relatos de Ia época, y esto implica participar en das tareas bésicas: una, ‘mas sencilla, estar disponibles para narrar y contar a quienes ‘nos preguntan o Interpelan; otra, mas compleja (como lo es en parte este articulo), es romper silencios, con la intencién provo: cadora de generar preguntas por parte de quienes, més j6venes )10¢ © mas alejado/as de los acontecimientos, puedan empezar 2 ‘cuestionar. En la tradicidn preconizada por C. Wright Mills, in tentamos contribuir a develar algunos enigmas que se gestan fen ese punto de convergencia entre las inquietudes y senti ‘mientos personales y las preocupaciones puiblicas que permean la sociedad argentina. Intentamos hacerlo con profundidad Tigor analitico, desde una postura de compromiso ético y poli tico con la dignidad humana, Esto nos leva a veces, y no sin fn- guletud, a revisar criticamente nuestras propias creencias y sentidos de pertenencia. Argentina: entre la verdad, la memoria y el Nunca mas En el contexto de la violencia politica reinante en la Arges. tina a mediados de los afios setenta, que culminé con el golpe de Estado de 1976 y la violacién masiva y sistemtica de dere- cchos humanos durante el gobierno militar, se fue conformando lun nuevo actor colectivo, el movimiento de derechos humanos. De manera casi invisible y escondida al comienzo, fue ganando Paulatinamente mayor visibilidad y centralidad politica. Du ‘ante la dictadura militar (1976-1983), e1 movimiento desarrolls luna variedad de tareas: la denuncia y la protesta abierta, la con. tencion a victimas y familiares, la difusidn de la informacién so- bre la magnitud de fas violaciones, la organizacién de la solida- ridad y la promocién del tema a nivel internacional. La tarea mas urgente ¢ inmediata era intentar parar los secuestros, Ia tortura y las desapariciones, y liberar a los detenidos (lin 1995) Durante la ciltima etapa del régimen militar (1982-1983), la informacion comenzé a circular de manera més publica, en la ‘medida en que los testimontos de vietimas fueron publicados y diseminados. A medida que disminuta el miedo y aumentaba la indignacién moral. las acciones colectivas orientadas a denun ‘iar y demandar se expandieron, incluyendo marchas caejeras de decenas de miles de personas. En esa época, la ocupacisn det espacio publico estaba acompafiaca por narrativas personales, por demandas de justicla, de “aparicién con vida’. y de memo. tla. El periodismo, ineluyendo un "show del horror” sensacio. nalista en revistas y en la televisi6n, se dedicd a contar, a deve lar, a indagar y excavar en el dolor de quienes no podian encon trar una tumba o un cuerpo, Eneste contexto de enorme visibilidad, las acciones del mo. vimiento de derechos humanos durante la campafia electoral de 1983 estuvieron dirigidas a asegurar alguna forma de “just cia" para los responsables de la represién, Los activists y orga nizaciones sentian la urgencia de conocer y hacer puiblica la ne turaleza de las violaciones masivas y sisteméticas a los dere- chos humanos durante la dictadura militar -la demanda de “verdad’— y de asegurarse que los culpables fueran castigados ~lademanda de “usticla".E1 movimiento se debatia entre su rol politico € institucional, expresado en la demands de justicia, y ‘su rol simbdlico en la construccién de una memoria historica, {que implicaba una constante actividad promoviendo el no olvi. do y desarrollando de distintas maneras y en diversos escena- os los simbolos y acontecimientos que preservarian la memo. ria vivida de la experiencia vivida En 1983, no resultaba claro qué tipo de castigo podia o de bia ser aplicado. La demanda de justicia no tenia un mecanis ‘mo institucional claro, Por un lado, el tema se referia a como ac- tuar frente a las vitimas, cuyos derechos debian ser restaura dos y los dafts reparados. Esto incluia a los directamente afec tados y sus familiares, incluyendo a los chicos secuestrados con sus padres 0 nacidos en cautiverio, Por otro lado, la transicion la democracia implica la construccién de un nuevo orden ins ‘itueional, que proteja los derechos humanos de la ciudadania, {Como asegurar ese futuro? {Qué tipo de transformaciones ins: titucionales se requerian? Uno de los temas centrales de la campaia electoral y de la ‘agenda inicial del gobierno constitucional fue el manejo ins cional de las violaciones a los derechos humanos. Los activistas de derechos humanos pedian una comisién parlamentaria que lnvestigara la represion y la actuacidn de algin tipo de juicio. BB Ejecutivo actus de otra manera, En vez de una Comisién arlamentaria, la investigacién iba a ser realizada por una co- isin independiente, la Conadep (Comision Nacional sobre la desaparicion de personas), establecida en diciembre de 1983. El ‘mandato era obtener informacién detallada sobre el destino de Jos desaparecicios. Las 50.000 paginas de evidencias incluidas fen el informe fueron presentadas al presidente en setiembre de 1884. Un programa de televisidn, con testimonios de sobrevi vientes y familiares, fue emitido en esa ocasign,y el libro NUN: CA MAS, con el informe oficial fue publicado inicialmente en noviembre de 1984. Como se vera mas abajo, el lanzamiento del libro fue una fecha especialmente significative para mucha )12( gente. El libro se ha convertido en parte de la vida personal y la memoria de la sociedad. El titulo del informe de la Conadep, NUNCA MAS, propor. iona una clave del clima cultural del pais, asi camo del senti do que se estaba dando a los actos de recordar. Que la experien: cia no debia repetirse nunca ms se comenaé a identificar con la “verdad, con la recoleccién de toda la informacin sobre las ‘atrocidades. Y para "no repetir’, se debia mantener viva la me- ‘moria. Recordar para no repetir fue surgiendo como mensaje yco- ‘mo imperative cultural El juicio y el rol del testimonio La condena moral, es suficiente? Si la democracia se refiere 2 instituciones en funcionamiento, a normas y a participacién, edmo puede la condena moral transformarse en el fundamento de la democracia? La etapa siguiente debia desarrollarse en un escenario institucional diferente.Si la Conadép era el comienzo de la verdad, ahora habia llegaco el tiempo de demandar Justicia, El uicio a los ex-comandantes de las juntas militares fue el mo- ‘mento de mayor impacto de la lucha por los derechos humanos en la Argentina’. El Juicio se desarrollé durante 1985, Implicaba lun procedimiento juridico, con todas las formalidades y los ri- ‘uales que ponian al Poder Judicial en el centro de la escena ins- titueional: las victimas se transformaron en “testigos", los repre- Sores se tomaron los “acusados", y los actores politices debieron transformarse en “observadores" de la accién de jueces que se ppresentaban como autoridad "neutral", que definia la situacién segtin reglas legitimas preestablecidas" Después de cinco meses de testimonios (hubo mas de 800 testigos), testimonios de perso- ‘has que se sobrepusieron al miedo y a la dficultad de revelar pi blicamente experiencias personales humillantes, cinco de los ‘nueve comandantes recibieron una sentencia condenatoria, La construccién de la prueba juridica no fue tarea sencilla ‘Se bas6 en el testimonio de las vietimas, ya que los registros y archivos militares no estaban disponibles. Esto implico el reco: rnocimiento de sus voces y de su derecho a hablar. El testimo. rio, sin embargo, debia ser presentado conforme a las reglas le gales de Ia evidencia aceptable. Lo que no podia ser mostrado (elacto de agresion) debia ser narrado, pero en condiciones pre cisas y controladas, de modo que lo que se denunciaba pudiera ser verificado, De hecho, lo aceptable como prueba juridica es )13.( la herida corporal. Los sentimientos y el sufrimiento no pueden ser medidos o incluidos. Durante las seziones de testimonios, debian ser suspendidos. Cuando un/a testigo se veia envuel to/a en emociones, los jueces suspendian el testimonio hasta que la calma volviera. Este patrén intermitente tuvo un efecto muy especial: el mensaje oculto era que, en todo su detalle, en su totalidad, la experiencia no podia ser narrada: menos aun podia ser escuchada, El testimonio judicial es una narrativa personal de una ex: Periencia vivida, pero el marco juridico lo qulebra en pedazos ¥ componentes: el requerimiento de identificacién personal, el juramento de decir la verdad, la deseripcion detallada de las circunstancias de cada acontecimiento. El discurso del/a testi go tiene que desprenderse dela experiencia y transformarse en evidencia. Si la desaparicion es una experiencia para la cual no) hay ley y no hay norma, en la cual la vietima deja de exist co- mo suleto de derechos, el testimonio en la corte (de la propia victima y de quienes han estado buscandola) se convierte en un acto que insiste en el reconocimiento, Como sefalé un testigo (que fue victima de desaparicién y después de larga prision) “el juicio elimins esos testimonios fantasmas en la sociedad, pu 80 a las victimas como seres humanos, las igualé al resta de los seres humanos..... (Norberto Liwski, entrevista Cedes, 1/10/1990) El resultado del juicio y Ia sentencia (en diciembre de 1985) fue mas alla de la condena a los ex-comandantes, ya que el ve redicto abrié la puerta para mas procesamientos y julclos. Esto provocé creciente inquietud militar, frente a la cual el gobierno impulsé la Ley de Punto Final y la Ley de Obediencia Debida, {que implicaron una amnistia para la mayoria de los miembros de las fuerzas armadas. Unos afios mas tarde, en 1989 y 1990, el presidente Menem us6 la prerrogativa presidencial del indulto para liberar a fos militares presos, asi como a algunos lideres de la guerrilla que estaban presos 0 procesados. La historia no termina aqui, sin embargo. El movimiento de derechos humanos continué denunciando y demandando justi cia, con altibajos en su perfil publico y en su capacidad de mo- vilizacién social. Ademds, durante todo el perfodo -intensifi ccandose en los afios 90- las presiones internacionales han esta do muy activas. jueces y cortes espafiolas y francesas han in- vvestigado Ia responsabilidad de les militares argentinos en ia desaparicion de ciudadanos de esos paises. Esto result6, en ‘marzo de 1990, en una sentencia (in absentia) de cadena perpe- )14( tua al ex-capitan Alfredo Astiz, culpable de la desaparicién de ds religiosas francesas. Las cortes espafolas, a su vez, han es tado recibiendo numerases testimonios de testigos en sus in vestigaciones sobre violaciones de derechos humanos en Avr ‘gentina, Desce 1998, las cortes espafolas acuparon el centro de la atencién internacional con el caso Pinochet, un caso que est trayendo ala luz el Operative Céndor, que vinculaba y coordina tba a los aparatos represivos de los seis paises del Cono Sur (Goccia-Paz, 1999) La memoria social, la conmemoracién publica En 1995, afto del décimo aniversario del juico, Ia escena po- ltica y cultural de la Argentina se vio sacudida por la confesién de un marino acerca de cémo se llevaban a cabo las desaparcio nes: vuelos sobre el Rio de la Plata, en los cuales se tiraban al ‘agua a prisioneros que aun estaban vivos, previa inyeccidn de tranquilizantes (Verbitzky, 1995), Era la primera vez que alguien ue habia participado directamente en la represicn confesaba lo {que se habia hecho y cémo se habia hecho. No habia un tono de arrepentimiento, solamente una confesién para reconocer la ver. dad (Feld, 1997). La confesién llegé a los medios masivos, espe cialmente a la televisién, convirtiendo estos pedazos de infor ‘macton en parte de las noticias cotidianas. También hubo una respuesta institucional a estas confesiones, por parte del General Balza, comandante en jefe del Ejército, quien reconoci6 que el rcito habia cometido crimenes y pidié perdén a la poblacién, Durante 1995, el décimo aniversario del juicio también fue -memoraclo en el Congreso, y la memoria social fue reavivada con Ia publicacién de numerosos libros, peliculas, videos y ex posiciones. También resulta significative que ese afo surgié un ‘nuevo grupo de derechos humanos: HIJOS, la organizacién le los hijos de desaparecidos, compuesta en su mayoria por jove- ries de poco mas de veinte afos, En 1996 se cumplen veinte afios del golpe militar en Argen tina. A Io largo del aio, y particularmente durante ef mes de marzo, la esfera publica fue ocupada por conmemor con el Impacto emocional de los relates, la posibilidad de ha blar lo callado, la sorpresa dle escuchar lo desconocido, recone. cer lo parcial o Io totalmente negado o corrido de Ia conciencia La gente se enfrenta con la “realidad” de revivir los miedos y las sensaciones desconcertantes, confusas o contradictorias, para )15( preguntarse cémo fue posible que sucediera el horror, mientras |a vida parecia mantener cierto viso de normalidad. En momentos asi, el trabajo de la memoria es mas inclusive y compartido, e invade la vida cotidiana, Se trata de un trabajo duro para todos, en los distintos bandos del conflict, para ac. tores de edades y experiencias diversas, Se ordenan hechos, se desordenan esquemas existentes, aparecen las voces de nuevas ¥ viejas generaciones que preguntan, relatan, crean espacios in. tersubjetivos. comparten claves de lo vivido, lo escuchado, oo omitido, Hay acontecimientos y lugares con una referencia muy dl recta a la memoria colectiva: las iniciativas ditigidas a MAR- CAR los espacios fisicos de la represidn, los centros de deten- cin clandestinos, los lugares de la desaparicin. En realidad, se {rata de intentos de marcar los lugares reales, materiales, don- de los euerpos materiales de la gente ingresaron al mundo fan {asmatico, desapareciendo, Las conmemoraciones de este tipo, asi como los intentos de establecer memoriales, museos y mo: ‘numentos, son parte de las luchas politicas porla memoria. Son Politicas en al menos dos sentidos: primero, porque su instala. cidn es siempre el resultado de conflictos politicos; segundo, Porque su existencia es un recordatorio fisico de un pasado. conflictivo, que puede actuar como chispa para reavivar el con Aito sobre su significado en cada nuevo periodo histérico 0 pa- racada nueva generacién, Quienes promueven las conmemara Era, en realidad, la se gunda convocatoria. El ao anterior, en julio de 1996, unas 500 Personas habian participado en esas Jomadas, habian armado un bol, y un recordatorio con caras de victimas en papel ma ché. La misma noche, bombas molotov prendieron fuego al ar bol y al recuerdo. En la Segunda Jornada por la Memoria se colo- 6 una placa recordatoria de los desaparecidos, se grabaron los, nombres de los represores y, durante el festival artistico de la convocatoria, se construyé colectivamente un monumento, un “totem’, en una de las columnas de la autopista -alambre teido, recubierto con pinturas de caras de desaparecidos-. Por la no- che, un grupo destruy6 la placa recordatoria,tiré abajo el to- ‘em, tapé con pintura los nombres de los represores.* La lucha por los monumentos y recordatorios sigue desple. gadaen el escenario politica argentino actual, Se trata de inicia yar tivas generadas desde los organismos de derechos humans, con el apoyo de organizaciones sociales diversas (sindicatos, cooperadoras escolares, asociaciones profesionales, organiza. ciones estudiantes), Se promueven actividades, los familiares y amigos publican recordatorios, se conmemoran fechas, se pu bican libros? se proponen nombres recordatorios para plazas © calles (pocas veces aceptados sin conflict). Las organizacio- nes de la sociedad empujan, promueven, piden. Estas iniciati vas comienzan a tener eco en las instancias gubernamentales hhacia fines de los aos noventa. Asi, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires aprobs la creacién de un Parque de la memoria en 1998, con un concurso de disefo y de las esculturas que se van a instalar (Comisién Pro Monumento, 2000). La Legislat ra de la Provincia de Buenos Aires, por otro lado, ereé una Co- misién Provincial de la Memoria, que esta llevando adelante ini clatlvas diversas en esta direccién, {Qué sucede cuando la propuesta de marcar fisicamente el acto de recordar, en un monumento o una placa, fracasa? Cuan do se malogra la iniciativa del monumento, se pone claramen te de manifiesto la presencia de la subjetividad, del deseo y el propésito de las mujeres y hombres que intentan construirlo, La energfa para continuar la lucha se renueva, No hay pausa, no hay deseanso, porque no ha podido ser “depositada” en nin atin lugar. El deseo tiene que permanecer en la mente y en elco- razon de la gente, La cuestién de transformar los sentimientos tunicos, personales e intransferibles en significados puiblicos y colectivos queda abierto y activo. La pregunta que cabe hacer aqui es sies posible “destrulr” lo que se intenta recordar o per: ppetuar. {No seré que el olvido que se quiere imponer con la oposicién/represicn policial tiene el efecto paraddjico de mul Uiplicar la memoria y de actualizar las preguntas y el debate acerca de lo vivido en el pasado reciente? En suma, en el contexto socio-cultural argentine contempo- raneo ~y se podria decir Io mismo para cualquier contexto s0 cio-cultural- es imposible encontrar Una memoria. Hay unc lu cha politica activa acerca del sentido, acerea del sentido de lo ‘ocurrido y también acerca del sentido de la memoria misma.’ Como se dijo al comienzo, el escenario de las luchas politicas por la memoria no es simplemente una confrontacién entre ‘memoria” y “olvido", sino entre distintas memorlas. Ademés, el campo de la memoria de la represin” no es un frente homo- éneo y unificado, Hay luchas que surgen de la confrontacién entre diferentes actores acerca de las maneras “apropiadas" de )18( conmemorar, acerca del contenido de le que debe ser conme: ‘morado publicamente, y acerca de la legitimidad de distintos actores de ser Ios portadores de la memoria (el tema dela “pro: Piedad” de la memoria) (Jelin, 1995). Hay controversias y con- Actos politicos acerca de monumentes, museos y memoriales en todos lados, desde Berlin hasta Bariloche. Se trata de afirma clones y discursos, de hechos y gestos, una materialidad con un significado polttico,colectivo y puiblico* Son marcas puiblicas y colectivas que afirman y transmiten el sentimiento de pertenen: cia a una comunidad, sobre la base de compartie una identidad ‘enraizada en una historia tragica y traumética, Pueden también funcionar como clave de transmision intergeneracional de la continuiidad histérica, aunque esta transmisién y su significado ro estin aseguradios de antemano. Los iveles de la memoria personal No existe una manera fécil 0 unica de conectar los lugares piiblicos de la memoria y las conmemoraciones con la memoria y el olvido personales. En el nivel individual, un primer nivel indica que s6lo se puede olvidar lo que se ha vividlo. Sin embar: 80, hay también un costado "transmitido” de la memoria y el ol vido, basado en las tradiciones y narrativas experimentadas or otro/as que son incorporadas por la persona, es decir, na ‘ativas cargadas de sentimientos y de senticios que las trans: forman en experiencias propias. Para estudiar la manera en que la gente incorpora en sus propias vidas las experiencias de la dictadura en Argentina, le vamos a cabo una serie de entrevistas de historias de vida en profundidad.” Realizamos dos entrevistas con cada sujeto. La primera era una historia de vida muy abierta, en la cual el/a en trevistaco/a establece los parémetros y términos de su propia narrativa (con unas pocas preguntas guia por parte del/a entre vistador/a. La segunda incluia una serie de temas mas organi zadlos, que debian ser cubiertos. El objetivo era obtener una na. rrativa del sujeto de su historia familiar, los vinculos significat vvos durante su infancia y adolescencia, el compromiso Familiar con Ia religién, la politica y la ideologta, las visiones del mundo, Jos ideales educacionales y politicos, as pertenencias grupales. Interesaba también cubrir la experiencia laboraly los temas liga dos a vocaciones y carreras. En general, estabamos interesacas en develar el alcance de la libertad de elegir, los éxitos y fraca )19( sos en la busqueda de un espacio personal, y los estilos persona: les de acercarse a la vida publica. Las narrativas de la/os entre- Vistada/os son muy variadas: alguna/as comienzan con su na: cimiento y desarrollan desde alli su curso de vida: otro/as par ten de la situacion presente, desde la cual observan retrospect vamente su pasado; otro/as se mueven hacia delante y hacia ‘tras en el tiempo de sus biograflas. Para la mayoria de las per sonas, hay una dimensién central de sus vidas, un eje que orga: niza la narrativa. Puede ser una preocupacién familiar, una vi sidn de la vida centrada en si mismo/a ~sea en un proyecto per- sonal de auto-realizacién con relacién a otros (un proyecto inte lectua, ético 0 de cualquier otra naturaleza) 0 un proyecto des- Vineulado de los otros-, una vinculacién permariente con la po: lita nacional o internacional, una carrera (en el sentido de acu- ‘mular conocimientos, capital, avances.en la situacién laboral, etc). 0 un vinculo con lo sobrenatural. Casi todas las reflexiones ‘lo largo de la entrevista toman este ee o dimensién como pun: to de referencia para evaluar logros y fracasos, para expresar de 5208 y sueios, para mirar retrospectivamente o para proyectar la propia vida hacia el futuro. La segunda entrevista tenfa un for ‘mato diferente, con una gula tematica que incluia instancias de Partcipacion social y las visiones sobre ellas (historia del com- portamiento electoral, de encuentros con la policia y la Justicia, participacién en movimientos sociales y politicos, experiencias de solidaridad social, etc). Habia-también una seccién con te- ‘mas de “memoria histdrica’, es decir, experiencias y memorias ligadas a los acontecimientos importantes en la historia argenti na reciente (incluyendo la transicién a la democracia en 183, 1 golpe militar de 1976, y eventos anteriores). El disefio de la ‘muestra incluy6 a hombres y mujeres de diferentes estratos so ciales, que pertenecian a tres eohortes de edad distintas. No hay ninguna pretension de representatividad estadistica. sino mas bien de proporcional substancia, contenido y significado a las preguntas planteadas en el proyecto de investigacion, La detec cidn de posibles entrevistados se hizo a través de redes informa- les de colegas, amigos, instituciones y activistas de organizacio ‘nes no gubernamentales en barrios populares del area de Bue- nos Aires. Dentro de cada celda o combinacién de los tres paré ‘metros usados para definir los casos (edad, género y clase so- cial), lo/as entrevistada/s fueron elegidos tratando de maxim zar la diversidad social. Por ejemplo, si habjamos entrevistado a un varén joven profesional con educacién universitara, ratsba- ‘mos de encontrar-a un joven de clase media en las artes o los ne- ) 20( ocios Si teniamos a alguien con una educacidn catdica estrc- ta, buscabamos a alguno de tradicién judi © a alguien que se rid en un ambient lca. Si teniamos tna mujer adulta profe- sional, buscabamos otra que fuera ama de easa o que trabojara como vendedora o secrearia. Buscébamos casado/as y sot ra/os, con y sin his, con y sin vinculos comunitarios, migran- tes y nativa/os. Las entrevistas fueron grabadas, ranscriptas y ‘organizadas como para permit multiples abordajes y lecturas En las entrevista, la construccidn de la memoria ocurre de diferentes formas: a veces una pregunta aparentemente inge nua desencadena anécdowas y rememoraciones de la épaca de Ja represidn. Otras veces, los recuerdos surgen sin otras asocia- clones, como acontecimientos cruciales que se tornaron puntos de inflexion en el curso de vida (experiencia de asesinatos po- lticos cereanos, exiles, ete). En algunos casos, tuna experiencia personal 6 vivida por parlentes 0 amigos cer- ‘anos es narrado de una manera en que lo personal y la histo ria del pais se muestran como una unidad indisoluble, una mis ma historia. Otra veces las narrativas son mucho mas “priva das", sin reconocimiento del contexto politico," (— Un primer nivel de la memoria personales el relato féctco” Yee la experiencia vivid suerdo de “I. fun pariente muy cereano] fue asesinado, Era dirigente politico, lo secuestraron y aparecié muerto. Tuvims que vivir tun tempito escapads de nuestra casa sin tener nada que ver Porque nuestro nombre estaba en una agenda. Hicimas todo lo ‘que podiamas hacer los que no tienen nada que ver". (Horacio) “Muchas veces han sacado bombas del colegio donde yo i, ‘que eran bombas de verdad, no eran chste..Mi mama me habia ‘comprado unos taponcives del tamafo del fia de este cigar No, y yo bajaba a jugar con mis amiguitas ala plaza, A las ues de Ja tarde sonaba uns sina, que era como una srena de un usi 1a pero mucho mas fuerte, y nosorcssablamas que cuando so naba es sirena nos tenlamos que poner los taponcitos porque sain ii mama, a esa hors rompian paredes..Eatonces yo pa +Fa:no escuchar el esiruendo, me colocaa ls taponclios”. (uli) "Un afte, en el afo 75, yo me tuve que ir de urgent a Tur ‘cumin porque habia falleido una hermana mia, Era un dia de fo. Me fui en avid... Ela estaba en un pueblo... Tomo el ém- ‘bus y en la ruta paran el émnibus...Con la pavita os solda- {os tomando mate Un fio de Cristo Jess mio hacia. Cuando sube un policia y dice, documentos, documentos’ yo saco mi cédila y se la muesuo, ¥ me dice, “;Queé le pasa, seors?’. Mi 21 re sefior, no me haga bajar. Estoy deshecha, vengo a enterrara luna hermana acd. El hombre subi a toda Ia gente al colectivo {y seguimos el viaje. Eso me pasé a mi. (Luci) Cuando estos acontecimientos ocurrieron, Julia tenia 7-8 anos: Horacio era un adulto joven de unos 25; Lucia, unos 45. En el momento de las entrevista (1995-1996) Julia, una joven de or ‘gen de clase media urbana, esta fuertemente comprometida con cl activismo politico y dedica mucho tiempo a un centro comu- nitario de mujeres de clase trabajadora. Horacio es un pequefio industrial de 44 aos, casado y con dos hijos adotescentes, muy dedicado al bienestar de su familia. Lucfa es una mujer de 65 aos. de origen popular rural. Migré a Buenos Aires a fines de los aftos cuarenta, en la época en que el gobierno de Perén desa rrollé gran parte de sus politcas de bienestar orientadas a las clases trabajadoras. Cuando llegé a la cludad fue obrera de fé brica, y después trabajé como empleada de un consultorio pr vado de un médico. Se jubilé unos afos antes, y nunca se cas. Los tres recuerdan sus experiencias personales, pero de ma: nera muy diferente. Ademds de la pertenencia a clase y género, la edad, 0 mejor dicho el momento de su curso de vida en que ‘ocurrieron estos acontecimientos, es un factor erucial que mar- cca la manera en que fueron vividos y el sentido de esas expe riencfas en el momento en que ocurrian: “Cuando yo era chica, para mi era muy. normal que nos sa caran del coleglo porque colacaban bombs... Tenta site aftos, ¥ para mi el malo era el que morta. En tats mi infec, pare mi todo esto fue muy normal. Yo vela lo que pasaba com los ojos de lun chico" Gulla) “En esa 6poca uno no sabia si el que est al lado de uno es uno de los que te busob..Es como que el que estaba en esta of ina se cuidaba del de al lado. Uno se culdaba del oto, nunca se sabia muy bien quién pertenecia a qué bando,.Charlaba, pe r0.n0 daba mis opiniones. Nunca die, ss lo levaron por algo "ni locontrario, Me preocupaba de que pasabar cosas. Tra {aba de no hablar tanto, qué sé yo. Sabia demasiado, o me ima Binaba mas de lo que leit. ¥ yo recuerda que en esa época lea el diario y me descomponia. Me agarraban mareos, me baja la Presidn, me ponia como nervioso cas inconscientemente Es decir, me iba dando cuenta, a medica que lia.” (Horacio) después que vino Perén ya viniern los militares. ;CO- ‘mo le llamaban a eso? Goblerno de facta? Que Iban unos, y vol vian,y allan... Estoy un poco elvidads, porque ya uno ha vis. {o tanto que ya se desmoraliza de «50° (Lucia) )22( ¥ ‘Transcurrieron veinte afios desde esas vivencias. La expe Heneia posterior, con mas informacién, con distancia temporal, Permite reinterpretar y dar nuevos sentidos alo vivido, pera no de manera uniforme. Depende de las etapas del curso de vida ¥ de las experiencias posteriores. Para Lucia, el referente politico clave de su relat de vida es el primer peronismo (1946-1955). De eso habla mucho, lo rela ciona con su migracién de la provincia a Buenos Aires. El pri ‘mer gobierno de Perén es parte de su vida personal: “IVine @ Buenos Aires} en febrero de 46, en Ia época en que ¢1 Peronismo entraba y que era el furor del Peronismo, Todo ¢) ‘mundo deci, Si, vamos a ganar bien el Pern: con Peron vamos 4 estar regio!” Se estuvo bien cn Pern un tiempo. Yo no dejo ddereconocer que et primer gobierno que Perdn hizo fue magn! Aico. me lo acuerdo tan bien. Pero ya el segundo.” (Luca). A lo largo de la entrevista expresa reiteradamente un fuer te compromiso emocional con esa época. Lo que pasé después fs parte de su “olvido" y su "desmoralizacién’. Confundte algu ras fechas (habia del gobierno de Videla en 1975, y lo ubica pre s0 en Magdalena, por ejemplo), y le resulta dificil diferenciar entre actos cometidos por os militares y por los montoneros. La violencia y las violaciones no le son ajenas, pero son incorpora das en un descreimiento y falta de confianza en la politica Fue tremenda la époea esa que pasamos en et 75 7, hasta mds o menos hasta el 80. Se comentaban tantas cosas, Que mataron tanta gente, que ha desaparecido la gene y que no las hhan vuelto a ver. ;Vos liste el ib ese. “Nunca Mas"? Yo he Jeido algunos capitulos. no todos. Me lo prestaron porqie sie quedaba traumatizada cuando lela algo... Yo no me caso con nadie, Ni con la politica ni con los goblernos, ni con los milita- res, ni con nada. Pero que las militares s las han hecho. las han hecho! Usted vio como es la politica: que uno le cuenta una co 3, el otro le dice ota.” (Lucia) Horacio ya tenia puntos de referencia para interpretar 1o que estaba ocurriendo en su momento, Con el pasaje del tiem Po, reinterpreta sus propios sentimientos y angustias durante la dictadura: 'Y supongo que era dela impotencia de pensar que pass. ‘ban cosas, que lea cosas, que era macho ms io que estaba pa- sando y que uno, de algun modo, seguia trabajando, segula, adelante, como que no le importaba... Camo es sensacin de que sto esd pasando en otro lugr. na esté pasando al lado mi a ger te que puede ser amiga mia. Com el tiempo fueron desaparecien )23( do, gente conocida mia... Y hemos ido escuchando y escuchar do... Como que no podia dosficar I informacion, camo que a Jnfecmacién por dentro me, me aurdia. Porque eso es lo que yo te ft. Mareos, Pero era como que mientras iba leyendo el diario s= me empezaba a nublar a vista." (Horacio) Para Julia, la busqueda del sentido de lo ocurrido se convir. {U6 en una constante en su vida. Revive y reinterpreta perma: entemente, conciente de su propia biografi “Y después de muchos afos me di cuenta. No rompian pa: ‘edes,fusllaban a esa horat porque tocaban la sirena para par el ud de ls alas. Peru de todo esto yo me enteré cuando ful mds ‘rande...Naci en una época en donde el no te mets, el callate, 1 no viste nada, vos no digas nada, no hagas lo ot, estabe muy en boga.” ula) Yen otro momento de la entrevista, ubica la etapa del “dar. "Osea, ess cosas a mi me marcaron, node chica, pero des. pues. de grande... Cuando empect a militar. Yo empecé a mil lar un poco jugendo, como emplezan todos ls chicos...Coinc de eon que se lanzaba el libro Nunea Mas, y que ya lo habian lerminado, ¥ alafo siguiente se lan26 lareedlilén, Y bueno, yo ‘me insert en esta miitancia con otro grupo de chicos. Aparte me fue muy ficil empezar a militar porque yo salia del colegio y habia un comitéenfrente,.” (Julia) En realidad, la mayoria de lo/as entrevistado/as recuerdan ellanzamiento del libro Nunca Més-1o hayan leido 0 no- como ‘un momento en el que su experiencia de vida personal se “o 6" con el reconacimiento publico de las violaciones a los dere: chos humanos. EI libro se ha convertide, sin duda, en una mar a de identificacion para una gran parte de la poblacién. Cuando se llega al presente, las matcas y huellas también’ son diferentes. En la entrevista a Lucia, las marcas de la dicta

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