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Las Races torcidas de

Amrica Latina
Captulos 1 y 2.
Mario Alberto Fernandez Comaduran
A00757044
Arely Rico Prez A00757415
Sergio Andres Ballesteros Salas
A00757345

La cuestin de fondo radica en la inconformidad de una


parte sustancial de los latinoamericanos con el Estado.
No creen en el. No perciben a sus gobernantes como
servidores pblicos elegidos para beneficio de la
sociedad.

La ilegitimidad original del


poder
Ante la llegada de los conquistadores, los
habitantes de los pueblos indgenas sintieron
que eran vctimas de una devastadora injusticia
y terminaron con una sensacin de despojo y
de atropello.
En
Amrica
latina
hubo
conquistadores y colonizadores
terribles que trataron a los
indgenas con gran crueldad, no
muy
diferente
a
la
norteamericana, pero, a mayor
escala.

La ilegitimidad original del


poder
Al evaluar los resultados de la conquista espaola en el sur
de Amrica, en contraste con la inglesa.
El punto mas significativo es la cantidad de poblacin que
habitaba en aquellos lugares.

Por ejemplo lo que sucedi con la India, fue muy difcil


imponer el modelo de Estado y una segunda lengua.
Algo muy diferente sucedi en Estados Unidos, Canad o
Australia, donde la ausencia de densas culturas permiti
una fcil colonizacin.

Ttulos justos y consecuencias


injustas
Son siete los Ttulos Justos que invocan los telogos y
juristas para legitimar la Conquista de Amrica y la
imposicin a los indios de un Estado nuevo.

Las casas contra Seplveda


Para explicar la permanente tensin
que existe entre la Iglesia y el Estado,
explica el conflicto de Bartolom de
las Casas y Juan Gins de Seplveda
ambos
profundamente
religiosos.
Seplveda, un patriota nacionalista,
que choca con la fe del dominico y Las
Casas, que en su celo religioso llega,
a ser un decidido partidario de la
Inquisicin. Pero esa f extrema de
alguna manera acenta la permanente
tensin que exista entre la Iglesia y el
Estado.

Las Casas representa para los indios la cara compasiva y


protectora de la Iglesia, mientras Seplveda encarna al Estado
impuesto por la fuerza. Seplveda es el virrey, el alguacil, es la
mano dura.
Las Casas, y todos los que como l
actuaron, son el refugio frente a todo
eso

De ah la aparente
paradoja de unos
indios
que
se
cristianizan
y
reverencian
a
la,
mientras sordamente
repudian al Estado
que los sojuzga

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