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ob La lexicografia niendo en cuenta iuestro objetivo— entrar en detalles de bi- bliografia relativa a los problemas de delimitacién de Jas distin- tas ramas de la lingilistica, al escoger nuestra terminologia. Para el estudio de estos problemas de delimitacién, remitimos al lec- tor a la abundante bibliograffa que existe sobre este mismo tema”. 37 Por ejemplo: M. Alvar Ezquerra, «¢Qué es un diccionario? Al hilo de unas definicio- nes académicas*, en Lingiiistica Espanola Actual, U1, 1, 1980, pagi- ik, pig. 110. a la lesicograjia moderna, veimpresion, Madrid, Dubois et al., Dictionnaire, pags. 280-296. Ia, Problemas, pins. 1349, Henne, Semantik, pags. 27-40, G. Matoré, La méthode en lexicolosie. Domaine francais, 2* ed., Parts, 1972, pags. 913. jorini, Che cos" un vocabulario?, Florencia, 34 ed., 1961, pag leksikografi (Udvalg for folkemaals publika- Copenhague, 1959, pags. 9-12. odwortschatz, pigs. 32-330. des. 231. ples, pes. 2442. 3, TIPOLOGIA DE LAS OBRAS LEXICOGRAFICAS GOwrmer HAENscH La clasificacién de las obras lexicograficas (diccionarios, vo- cabularios, glosarios, etc.) constituye una tarea muy ardua y plantea no pocos problemas, tanto tedricolin; vamos a exponer primero la problematica de la tipologia de las obras lexicogréficas planteada desde el punto de vista de la lingiiistica, para examinar luego los diferentes tipos de diccio- narios desde una perspectiva histérica y practica. 34, LA TIPOLOGfA DE LAS OBRAS LEXICOGRAFICAS DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA LINGUISTICA TEORICA En la disciplina lingiifstica que constituye Ia lexicografia, se ha ido perfilando una serie de tipos parciales y especiales de clasificacién mas 0 menos rigurosa de los distinto! obras lexicogréficas !. Resulta, en realidad, muy di 9% La lexicografia una clasificacién de tipos de obras lexicogritficas: en primer lugar, porque han sido no s6lo criterios lingtifsticos, sino tam- bién factores historicos y culturales los que han influido en el nacimiento y desarrollo de ios distintos tipos de obras lexi- cograficas; en segundo lugar, porque las obras lexicogréficas existentes presentan, por lo general, una combinacién de rasgos pertenecientes a categorias de clasificacién totalmente diferen- tes. Por lo tanto, una caracterizacién de los diferentes tipos de obras lexicograficas que se pueden distinguir de hecho ha de partir, primero, de la historia de la lexicografia, en segundo jugar, de los trabajos lexicogréficos existentes y, en grado me- K. Baldinger, «Aiphabetisch oder bearifflich geyliedertes Worterbuch», en Zeilscliijt fiir romantsche Philotogie, 76, 1954, pags. 321-536. 3. . Dubois, Incroduction a la lexicographie, Le dictionnaire, Paris, 191, pags. 12 J, Fernandez-Sevilla, Problemas de lexicografta actuat (Publicaciones del Instituto Caro y Cuervo, Series Minor, XIX), Bogota, 1974, pags. 37-8. L. Guilbert, «Dictionnaies et linguistique. Essai de typologie des die- res monolingrtes franeais contemporains», en Langue francaise, 2, 1968, pags. 429 ¥. J. Hausmann, Binfiitramg in die Benttaung der neujranzBsischen Warterbiicher (Romanistische Arbeltshefte, 19), Tubinga, 1977. H. Henne, Semantike und Lexikographie. Untersuchungen zur texitar Hisoken Kodifikation der deutschen Sprache, Beriin-Nueva York, 1972, pigs. 3540. Y. Malkiel, «A typological classification of dictionaries on the basis of distinctive featuress, en Problems in Lexicography, od. por F. W. Ider y S. Saporta, La Haya, 1967, pags. 324 ida, Les dictionnaires du francais moderne, 15391863: étude sur eur histoire, lewrs types et leurs méthodes, Paris, 1963. A. Rey, Le lexigue: images et moddles. Du dictionnaire a ia texicologie, Paris, 1997, pies. 54-80, A. Rey, «Typologie génétique des dict ss, en Langages, 19, 1970, pains. 48-68. J. Rey-Debove, «Le di ine comme discours sur la chose et dis- cours sur Ie signes, en Semiot 1969, pans. 185.195. Hi. Riedel -_M, Wille, Uber die Frarbeitung von Lexika. Grundsites und Kriterien (Zentralblatt fiir Bibliothekswesen, Beiheft, 91), Leipzis, 1919, pags. 15-19. T. A. Sebeok, «Ma 1982, pags. 363.374, ils Cor a Typology of Dictionaries», en Lingua, 11, 3. Tipologia de las obras lexicogrdficas oT nor, de criterios teérico-lingiiisticos. En Ia segunda parte de este capitulo daremos una caracterizacién de los tipos de trabajos lexicograficos que se pueden distinguir. A pesar de las dificulta- des sefialadias, no deja de ser interesante aplicar criterios teéri- colingiiisticos como punto de partida de puestras reflexiones sobre una posible clasificacién de los trabajos lexicogréficos, en particular de los diccionarios, Como criterios lingiiisticos fundamentales para realizar una tipificacién de esta indole podemos adoptar aquellos que se basan en Ios distintos modos de ser de Ia lengua y en los dis tintos aspectos de la descripcién lingitfstica. Codificaciones lexi cograficas cuyo objeto lo constituyen discursos individuales son —por lo general— los glosarios, diccionarios 0 vo- cabularios de obras literarias (a veces pueden ser- lo también de otros textos; por ejemplo, en una antologia de textos biolgicos también puede haber un glosario que sirva para fines didacticos). Codificaciones lexicograficas del discurso 0 son los Mamados ‘thesauri’ (o ‘tesores de la lengua’), que registran todas las palabras u otras uni- dades léxicas que se presentan en los textos de ciertas personas (por lo general escritores, poetas, etc.), representatives de la lengua de una colectividad humana en una época determinada, 0 incluso en todos los textos conocidos de una lengua de una colectividad humana en una época determinada. Cuando, en un jonario, se codifican determinados sistemas lingiiésticos in- ales, se hace, por lo general, 0 bien para egar a conocer —a través de un sistema individual representativo— un sistema lingiiistico colectivo, o bien para comparar determinados subsis- temas de una lengua (en particular dialectos y sociolectos), me- diante el cotejo de sistemas individuales representativos de esos subsisiemas, Las codificaciones lexicogrificas de sistemas indi- viduales constituyen, con frecuencia, Ja base de los atlas léxicos. La mayor parte de las codificaciones lexicograficas nen por objeto el Iéxico de todo un sistema lingitistico colec- tivo, que se representa, por lo general, mediante un método de descripcién idealizante. Por sistema colectivo se entiende aqui a lengua de una unidad éinica o de una colectividad humana, wenicocraria, <4 98 La lexicografia cuyos miembros pueden comunicarse entre s{ sin dificultad. Con frecuencia se codifican tan sélo Ios elementos Iéxicos que —dentro de un sistema— son caracteristicos de un determina- do subsisiema, Es el caso de los diccionarios de re- gionalismos (por ejemplo, de americanismos) y los dic- cionarios de jergas (por ejemplo, de los delincuentes). Segiin los diferentes enfoques de. descripcién lingiiistica, se podrian distinguir muchos tipos de codificacién lexicogréfica. La mayoria de las codificaciones lexicogréficas tiene en cuenta © bien el papel de un emisor lingiifstico, o el de un receptor, © los dos papeles. El papel del emisor se tiene en cuenta de la manera més evidente en Jos diccionarios onomasio- légicos (ideolégicos, por materias o por con- ceptos), en los que se parte de conceptos y de determina- das materias, indicando los significantes lingiifsticos que les corresponden, Hay que scfialar, sin embargo, que el enfoque en la direccién contenido-significante determina, con frecuencia, sdlo la ordenacién de Ias entradas; en esos casos, el contenido que se expone es una informacién que corresponde a signiti- cantes dados, y no se explican, en cambio, los significantes que corresponden —indirectamente (mediante los contenidos)— a conceptos dados. Sélo en el caso del amado diccionario por la imagen (0 diccionario pictérico) se pue- de partir, en principio, de la idea de un elemento de realidad que se representa plisticamente, para buscar Iuego un. signifi- cante que le corresponda, Ciertos tipos de diccionarios se orien- tan predominantemente de acuerdo con cl papel del emisor ingiiistico. Son aquellos cuya misién especifica consiste en dar indicaciones sobre el uso de significantes Iéxicos dentro de ua sistema lingllistico, por ejemplo, indicacioncs sobre Ja pronun- ciaci6n o la grafia de tos significantes Iéxicos. La pronunciaciéa es el objeto de los Hamados diccionarios ortoépi- cos; la graffa se indica en los diccionarios ortogra- ficos. Estos dos tipos de diccionarios tienen, de acuerdo con su nombre (orthds signifien en griego ‘correcto'), por lo general, una orientacién predominantemente normativa, Los diccionarios de formacién de palabras, los 3. Tipologia de las obras lexicogrdficas 99 diccionarios de construccién y régimen (a los que pertenecen también los diccionarios de va- lencias), y los diccionarios de colocacién nos informan sobre diferentes aspectos de Is combinacién de significantes. Los diccionarios de dudas, a su vez, tienen un cometido peculiar: exponer Jas dificultades individuales (por ejemplo, de pronunciacién, de ortografia, de construccién y régimen) con las que cl emisor lingiiistico puede tropezar al usar determinados significantes léxicos. Este tipo de diccionarios tiene, casi siempre, un marcado cardcter norma- tivo. Contrariamente a lo que ocurre con los tipos de lexico- grafia tratados hasta ahora, la lexicogratia semasiolégica (cuyo representante mds conocido es ef diccionario sema- siolégico stricto sensu) tiene en cuenta el papel del re- ceptor lingiiistico. El procedimiento semasiolégico parte del significante 1éxico para indicar contenidos realizados (discurso \dividual 0 colectivo) o virtuales (sistema individual © colec- tivo). El significante se indica, por lo general, en la ortografia vigente dentro de una comunidad Iingiiistica; pero se puede sepresentar también mediante una transcripcién fonética, que representa la forma orai de la lengua. Como unidad de des- ién del diccionario semasiolégico se toma, para muchas lenguas —por razones histéricas y pricticas—, la unidad ‘pa- labra’, la cual se puede definir de manera muy diversa. Muy pocas veces se usa como tnidad basica el monema (véase 43.). En muchos idiomas existen, sin embargo, diccionarios especiales para varias clases (definidas de diferente manera) de sinmone- mas; por ejemplo, diccionarios de fraseologia, diccionarios de modismos, diccionarios de refranes, etc. A la categorfa de los diccionario semasio- ‘os pertenecen, por lo general, los diccionarios de neologismos y diccionarios de voces extran- jeras, en los que la seleccién de entradas est4 determinada Por un criterio sincrénico, En estos dos tipos de diccionarios se explica, casi siempre, el contenido de los significantes Iéxicos; aunque sc da también, como en Ia mayoria de los diccionarios semasiolégicus, una serie de indicaciones suplementarias: pro- 100 La lexicografia nunciacién, graffa, construccién y régimen, etc, Los diccionarios que se orientan, ante todo, de acuerdo con el papel del emisor lingiiistico son, por Jo gencral, monolingiies. En el diccionario semasiolégico, el contenido de los significantes puede explicarse en Ia Iengua de donde proceden éstos; pero también cabe la posibilidad de explicarios en otra lengua. El diccionario plurilingiie, en la mayoria de los casos, se propone indi- car no s6lo los contenidos de los significantes, sino también posibilidades de traduccién a otras lenguas. Segrin el mimero de lenguas que entran en un diccionario, se distinguen dic- cionarios monolingiies (una lengua) y dicciona- rios plurilingiies, que a su vez se subdividen en bi- lingiics (dos lenguas) y multilingties (mas de dos Jenguas). Mientras que los diccionarios bilingiies normalmente solo permiten la traduccién de significantes en una direccién (y esto sélo hasta cierto punto), muchos diccionarios multilin- giles permiten al usuario traducir de cada una de las demas Ienguas del diccionario, Esto se logra, generalmente, por una distribucién de los significantes de los distintos idiomas en cierto orden: columnas paralelas ¢ incorporacién de indices alfabéticos de las distintas lenguas, los cuales suelen figurar al final de tales diccionarios. Para que un diccionario multilingiie de este tipo resulte verdaderamente titil, es preciso que haya una equivalencia efectiva entre los significantes Iéxicos de las diferentes lenguas en cuanto a su contenido, Una equivalencia de esta indole existe, en general, sélo entre monemas o sinmo- nemas terminolégicos de las distintas lenguas. Por eso, Ja ma- yoria de los diccionarios multilingiies son, hoy en dia, diccio- narios terminolégicos (véase 6.4.). Los diccionarios terminolé- gicos pueden ser también bilingiies (para fines de traduccién) y monolingiies (como diccionarios semasiolégicos). En muchos ¢a- sos, s¢ tienen en cuenta los intereses del emisor lingiiistico me- diante Ia agrupacién de las entradas por materias. Un tipo de diccionarios que tiene poco que ver con los papeles dentro del proceso de comunicacion es el diccionario inverse (si bien éste puede utilizarse también como diccionario de rimas). El diccionario inverso, que se utiliza casi exelusi- 3. Tipologia de las obras lexicogréficas 101 vamente para la investigacién lingiifstica, permite, mediante un orden alfabético inverso de los significantes, conocer paralelis- mos formales de monemas y sinmonemas de un sistema lin- giifstico y efectuar un recuento de tipos de significantes. Su uso resulta particularmente titil en las lenguas en que tienen cierta importancia la sufijacion y la composicién de monemas. El mismo cometido pucde corresponder al diccionario al- fabético normal, en cuanto a la composicién de monemas y la prefijacion. El orden alfabético suele ser el principio de Clasificacién de entradas mds frecuente en toda clase de diccio- narios, con excepcidn de los onomasiolégicos. En estos itimos, se da con frecuencia la agrupacin por materias. En las lenguas que no se representan con escritura alfabética, puede corres- ponder al orden alfabético un orden segéin otras regularidades grificas, Pero también es posible una agrupacién alfabética segtin la transcripcién alfabética, que se busca en listas de transformacién de signos gréficos. En estas listas, a su vez, los signos gréficos estan agrupados por otras regularidades gréficas (por ejemplo, cn diccionarios chinos, por el tipo y el mimero de trazos). Tratandose de lenguas que no tienen un sistema grifico, se puede adoptar una ordenacién (que corresponde a la alfabética) por grupos de sonidos. Por regla general, se trata aqu{ de un orden alfabético segiin la transcripcién fonética. Junto a los sistemas de ordenacién ya mencionados, hay varios otros posibles; pero en Ja practica carecen de importancia, con excepcién de dos casos: la ordenacién por situaciones de co- municacién frecuentes —tal como Ja encontramos en muchas guias de conversacién— y la agrupacién de signil cantes léxicos en el mismo orden en que aparecen por primera vez en un texto, al establecer inventarios léxicos de discursos (por ejemplo, obras literarias), 0 en libros de enscfianza de idiomas. Por lo que se refiere a las glosas (por ejemplo, glosas de textos latinos en Iengua vulgar), las explicaciones © los equivalentes se pueden colocar paralelamente al texto, en el margen de la pagina (glosas marginales) o entre las Iineas (glosas interlineales). Tampoco se orien- tan por Ia funcién del interlocutor dentro del proceso de co- 102 La lexicografia municacién los diccionarios de frecuencia o dic- cionarios estadisticos, que sc basan en Ia frecuen- cia de los significantes Iéxicos en el discurso individual 0 en cl colectivo, Las relaciones estructurales dentro del léxico de un sistema lingiiistico se tienen en cuenta en los dicciona- rios de sinénimos y los diccionarios de anté- nimos. Estos dos tipos de diccionarios los puede utilizar tambign el emisor lingiiistico para obtener indicaciones pricti- cas en casos especiales. El tipo del diccionario de sinénimos se combina generalinente con cl del diccionario onomasiol6gico 0 ideolégico; en tal caso, sf se considera la funcién del inter- locutor dentro del proceso de comunicacién. Lo mismo ocurre con el diccionario de estilo, que representa una mezcla de diccionario de sinénimos, diccionario fraseolégico y diccionario de colocaciones. A estos elementos se afiade frecuen- temente un criterio normative. Muy pocas veces se refleja la comparaciéa lexicografica de sistemas y subsistemas lingitisticos on los diccionarios. Por lo general, se considera como aspecto primario de descripcién del diccionario plurilingtie, no la com- paraci6n lingiifstica, sino la explicacién de los significantes de una lengua en otra y Ia indicacién de las posibilidades de tra- duccién. Por el contrario, tenemos codificaciones comparativas de sistemas y subsistemas colectivos en las partes de un atlas Iingiifstico que describen el Iéxico. Apenas hay diccionarios que se ocupen de la comparacién diacrénica y diastratica. Por regla general, el lamado diccionario histérico es un dic- cionario semasioligico que describe las fases anteriores de evo- lucién de sistemas lingiiisticos colectivos. La evolucién de un sistema lingiifstico colectivo también se tiene en cuenta en el diccionario ciimolégico, en el que se sigue la evo- lucién formal de un significante a través de los siglos y, 2 menudo, también los cambios en cuanto al contenido, teniendo en cuenta, a veces, unidades léxicas semanticamente relaciona- das con las codificadas. Por razones histéricas y culturales se dan también indicaciones etimolégicas en diccionarios propix mente semasiolégicos. De manera general, se puede afirmar que apenas existe um diccionario u otro trabajo lexicografico en el | 3. Tipologia de tas obras lexicogréficas 103 que no se tengan en cuenta varios aspectos. Ya hemos obser- vado que, a menudo, es dificil establecer una separacién estricta entre los aspectos descriptivos y normativos. Se ha de observar, sin embargo, que junto con los diccionarios puramente descrip- tivos (diccionarios de uso) existen diccionarios cuya finalidad cs claramente normativa (‘prescriptiva’ o ‘preceptiva’). Finalmente, deseamos mencionar también las Hamadas enciclopedias. En el tipo puro de éstas, no se explica a relacién entre el significante Iéxico y su con- ienido, sino los conocimientos humanos sobre determinadas materias, que se agrupan en articulos mediante significantes lin- gilisticos que figuran como lemas. Estos articulos suelen clasi- ficarse por orden alfabético 0 por materias. La descripcién en- ciclopédica de determinadas materias no es una tarea lingiiistica. En Ia practica, sin embargo, ocurre con frecuencia que aparecen mezcladas, en el articulo de una enciclopedia, indicaciones enci- clopédicas, semasiolégicas u onomasioldgicas y otras indicacio- hes lingilisticas (etimolégicas, fonéticas, gramaticales y hasta estilisticas), Cuando se combinan en un diccionario Ta descrip- cidn enciclopédica y Ia descripcin lingtiistica, se sucle hablar de ‘diccionarios enciclopédicos’. En cuanto a tres eriterios de clasificacién no lingilisticos (como, por ejem- plo, el formato y Ja extensién), remitimos al subcapitulo siguien- te, que trata de Ia tipologia de los diccionarios a Ja luz de la historia de la lexicograffa, y en el que se dan ejemplos concretos para ilustrar las diferentes posibilidades de clasificacién. 32. LA TIPOLOGIA DE LAS OBRAS LEXICOGRAFICAS SEGUN CRITERIOS HISTORICO-CULTURALES Y PRACTICOS No existe, que sepamos, ni en espaol ni en otras lenguas doeuropeas, ningiin término genérico que abarque toda clase de diccionarios, vocabularios y glosarios. A falta de una deno- minacién genérica comtinmente aceptada, usaremos los térmi- nos ‘obras lexicograficas’ e ‘instrumentos lexicograficos'. 104 La lexicografia 3.2.1, Los TIPOS DE DICCIONARIOS: PANORAMICA HISTORICO-CUL- ‘TURAL. Como ya se ha sefialado (3.1.), es conveniente examinar tan- to los distintos tipos de obras lexicogréficas como sus denot naciones —a veces bastante arbitrarias— desde una perspectiva hist6rico-cultural. Sin embargo, no pretendemos dar aqui una visin de conjunto, por sumaria que fuera, de la historia de la lexicografia (europea 0 espafiola). Recordamos, de paso, que, como alirma —con razén— F, Fernéndez-Sevilla, «la historia de Ia lexicografia hispanica est por hacer», Los términos ‘diccio ”, ‘vocab tualidad, tenfan en la Antigtiedad un significado distinto, como bien nos lo recuerda J. Grimm: ‘dictionarium’, ‘vo- resumen de la historia de fa constiltense obras como Ia sig: cate, y of Foreign-Language Dictionaries, Londres, |, das -yA@aadp to slossen, das vocabular geben, wie sie fiir schiler oder zu anderem 3. Tipotogia de las obras lexicogréficas 405 cabularium’, usuales en sus Ienguas, significan otra cosa. El Acéuxév (BiBAlov), derivado de AEtg, y el dictionarium, derivado de dict mien locuciones, expresiones; ol yAooodptoy interpreta voces tiguas, oscuras, contiene glosas; el vocabulario se refiere tan s6lo 1a unos pocos vocablos, que se han recogido para estudiantes o para otra finalidad, En efecto, como sefiala Fernéndez-Sevilla‘, «las manifesta- ciones més antiguas de Ja lexicografia parecen estar encamina- das a la recopilacién y explicacin de palabras que, debido a la cvolucion Lingilistica y cultural, habian dejado de utilizarse por la masa de los hablantes, se habfan hecho raras y, en consecuen- cia, incomprensibles para la mayoria». La lexicogratia linglifstica nace, pues, debido a la necesidad de explicar el significado de las palabras. Mencionemos, slo de paso, que otra clase de lexi- |, que podriamos Hamar ‘enciclopédica’ (y que para mu- Volviendo a la trayectoria de la lexicografia puramente giifstica, podemos comprobar que, después de que ya los grie- gos y romanos (por ejemplo, bios de la India, se renacid esta d Media, cuando la lengua vulgar ya presentaba tantas difere in (lengua de la cultura, de Ja liturgia y del derecho), Varrén) y, antes de ellos, los sa- \dexSevilla, Problemas, pag, 1M. ‘ muchos Lingtiistas no consideran Ja lal |, hemos de tener en cuenta que el ‘sual y cuenta con una rica bibliografia. Véase Ademés, existen no pocos puntos de contacto entre embas disciplinas lexivograficas, como explicaremos mas adelante. 106 La lexicografia Les. Se conservan algunos de estos textos primitivos con glo- sas; por ejemplo, en Espaiia, las Glosas Silenses y las Glosas janenses*, Sefialemos de paso que atin en la actualidad se an, en ciertos textos escolares escritos en lengua extranjer glosas marginales para explicar al alumno palabras y giros di ciles, Cuando las glosas aparecen en forma alfabética o siste- mitica, al final de un texto, hablamos de ‘glosario’. Hoy cn dfa, el término ‘glosario’ sc utiliza en lexicografia con dos acepciones distintas: Repertorio de vooes destinado a explicar un texto medieval 0 clésico, la obra de un autor’, un texto dialectal, etc. Repertorio de palabras, ea muchos casos de términos ¢écnicos (monoli gic © plurilingt tende ser exhaustive, y en que Ia selec clon de palabr 1@ ms © menos al azar; por ejemplo, glo- En los comienzos de la Fdad Moderna, Ia cultura renacen- tista y la introdu imprenta dieron un enorme impulso a Ia lexicogratia. El primer tipo de obra lexicografica, que ya entonces conocié un auge extraordinario, fue el dicciona- xz Pidal, Obras de R. Menéndez Pidal, t, VILL Or la Peninsuda Ibérica hast , Anejo XXIT a la fas que registran y & io usado por un autor o usa obra li se Taman “glosarios'. Asi, por ejemplo, R. Menénder Pidal publicd un repertorio magistral de las yoces usadas en el Cantar de Mio Cid bajo el titulo eompletas, Madzid, 1969, t. 1V: Cantar de 3. Tipologia de las obras lexicogréficas 107 rio bilingiie y, muy pronto también, cl multilingtie. En 1490, Alonso de Palencia publicé la primera obra lexicogré- fica en castellano, impresa en Espafia bajo el titulo de Universal vocabulario®. Es un diccionario del latin, con explicaciones en castellano. Dos afios mis tarde, vio la luz el primer diccionario de la lengua castellana: el Vocabulario de Romance en Latin de Antonio de Nebrija, que superé al de Alonso de Palencia. Nebrija publicé también un mario latino-catalén (1507). Ea. 1505, aparecié el Vocabulario ardbigo en letra castellana (que aprovecbé el diccionario de Nebrija) de Pedro de Alcali; y lue- go una serie de diccionarios bilingiies, todos los cuales se ins- piraron, en mayor o menor grado, en la obra de Nebrija. Como ve M, Alvar, en Espafia, «s6lo con Nebrija se plan- n modo riguroso y transcendente el oficio de hacer dic- . El rompe con Ia barbarie de los autores medicvales para crear, seriamenie, una ortografia de la lengua vulgar € terpretar —gracias a ella— la estructura fonética del caste- o>, Aqui se manifiesta, pues, por primera vez, una tenden- cia normativa en Ja lexicografia espafiola. En cuanto a la nomenclatura de las obras lexicogréficas, es interesante (en Alonso de Palencia y Antonio de Nebrija) el uso , que emplearon también auteres pos res, como Gonzalo Correas, quien redacté, en 1627, un Vo- cabutario de refranes y frases proverbiales y otras formulas co- munes de la lengua castellaaa, publicado siglos mas tarde por Ja Real Academia Espafiola (Madrid, 1906, 2° ed. 1924). La de- nominaciéa de ‘diccionario’ ya en sentido moderno —diferente, pues, det uso latino— se emples primero fuera de Espafia; por m latino-gallicum y el Dictionnaire del gran lexicégrafo francés Robert Estienne, pu- 1539. A partir de entonces se usan, en Ia lexicografia ra espatiola, Madxid, 108 La texicografia europea, los términos ‘vocabularium’ ®, “dictionarium’" y tam- bién ‘lexicén’ "; pero, como hemos visto ya, por desgracia, estas denominaciones se aplicaron a obras de tipo muy diferente, y as{ surgié una gran confusién en cuanto a las denominaciones de los distintos tipos de obras lexicograficas, confusién que atin es mayor en otras lenguas (como en alemén, ‘Lexikon’, ‘Wérter- buch’, ‘Vokabular’, ete.) 8, Esta confusién se debe al uso arbi- trario de estas denominaciones por parte de los distintos auto- res 0 casas editoriales y, hasta cierto punto, también a modas de las distintas épocas. En la época renacentista, los diccionarios de una sola lengua se Uamaron primera ‘thesaurus’; por ejemplo, el Thesaurus lin- guae latinae (1532), de Robert Estienne (0 Stephanus), y el The- saurus graecae linguae (1572), de Henri Esticnne, Por ‘thesau- rus’ se entiende, mas tarde, un instrumento lexicografico mono- Tingiie muy extenso, que se basa en un gran nimero de citas de autores (generalmente prosistas y poetas) considerados como representatives 6 ejemplares en cuanto al uso lingiifstico. Como veremos mis adelante, el término ‘thesaurus’ (0 ‘tesoro’) se usa atin hoy con este sentido. Empero, muy pronto se empez6 a usar este término también para designar diccionarios plurilin- © Como hemos visto, la obra de Gonzalo Correas, que es un diccionario monolingiie (castellano), también se Tama ‘vocabulario’; de modo que mino ‘yocebulario” tampoco se usa de manera univoca. Icnguas contiene La obra de A. Calepino, Dictionarivan, Venecia, 1502, Una edicién posterior contiene once. En espaiiol, el término ‘diccio- nario’ aparece més tarde; tenemos, por ejemplo, la obra muy copiosa: J. Palet, Diccionario de ta lengua espattola y francesa, Paris, 1604. 2 Empev6 a Imprimirse en 1771 Ja obra monumental: A. Forcellini, Totius Latinitatis Lexicon, Padua. En Espaa, el término “lexi” ¢s poco usado en ot se ido men- 8 Véase sobre esta problemitica: K. Hjort, eLexikon, Worterbuch, Fnzyklopiidie, Konversationstexikon», en Muttersprache, TI, 1967, pgs. 353365. 3. Tipologia de las obras lexicograficas 109 3, divslogia de Tas obras léxicogriyees’ giies, como lo demuestran en Alemania el Thesaurus polygtortus de Girolamo Megiser, con ejemplos de 400 lenguas (Francfort, 1603), y el Trésor de Phistoire des langues de univers de Claude Duret (Colonia, 1613); y, en Espafia, el Thesaurus utriusque Hinguae hispanae et latinae omnium correctissimus de B. Hen- riquez (Madrid, 1679) y el Thesaurus hispano-atinus de V. Re- quejo (Madrid, 1717). A su vez, el Tesoro de la lengua castellana de Sebastidn de Covarrubias (Madrid, 1611) es, por una parte, un diccionario lingiiistico muy valioso, que explica palabras y frases hechas, refranes, etc., y, por otra parte, una obra enciclo- pédica que ofrece, entre otros, nombres propios y retine, en general, informacién sobre la cultura de la época. Aqui tenemos, pues, un primer ejemplo de interferencia entre lexicografia lin wliistica y lexicografia enciclopédica. El lexicégrafo francés Ce- sar Oudin publicé en 1607, en Paris, la primera edicién de su Thrésor des deux langues francaise et espagnole. Se trata, por tanto, de un diccionario bilingiic. Mucho mas tarde, entre 1947 y 1952, S. Gili Gaya publicé el primer tomo de su monumental Tesoro lexicogrifico, que retine el Iéxico contenido en 93 diccionarios impresos o inéditos, que se redactaron entre 1492 (aiio de publicacién del dicciona- rio de Nebrija) y 1726 (aio en que vio la luz la primera edicién Gel diccionario de la Real Academia Espafiola) ". Se trata, pues, de un ‘diccionario de diccionarios’. Estos pocos ejemplos —aue podrian multiplicarse— nos muestran que el término ‘thesaurus’ Ctesoro’) también se usa para designar obras lexicograficas de indole muy diversa. Junto a los diceionarios generales (mono- Tingiies y plurilingiies) se publicaron, ya en Jos siglos XVI y XVI, los primeros diccionarios y vocabularios especializados; por cjemplo, diccionarios de modismos, como el ya citado Vocabulario de Gonzalo Correas; vocabularies de arcaismos, como él indice de palabras antiguas con- idas en el Conde Lucanor de Juan Manuel, compilado por G. Argote de Molina (Sevilla, 1575), 0 los arcaismos explicados en la obra de B. Aldrete: Del origen y principio de ta lengua “BL Tesoro lexicosrdfico contiene una bibliogeagia muy citil, | 110 La lexicografia espafiola 0 romance que oi se usa en Espaita (Roma, 1606); y vocabularios sobre determinadas materias (agricultura, medicina, néutica, etc.). En el siglo xvitr se publ el extenso Diccionario castellano con las voces de ciencias y aries y sus correspondientes en ias tres lenguas francesa, latina ¢ italiana de B. de ‘Terreros y Dando (Madrid, 1786-93), lo que demuestra que los diccionarios especializados también cuentan con una larga tradicién en Espaiia. En el siglo xvis, vio la luz el primer glosario de una jerga (Ia del hampa): el Vocabulario de germania de Juan Hidalgo (1.* ed., Barcelona, 1609). Hasta aqui hemos visto que, desde los comienzos de la época renacentista y hasta principios del siglo xvitt, se publ caron en Europa y en Espafia muchos diccionarios monolingiies y plurilingiies, usando los términos de ‘diccionario’, ‘thesaurus’, ‘tesoro’, ‘vocabulario’, etc., generalmente de un modo muy arbi- trario. Sin entrar en detalles, podemos verificar que el interés por la ctimologia se manifesté especialmente a partir del si- glo xvt; primero en obras no propiamente lexicogréficas, luego en algunos diccionarios ®, E1 Diccionario de autoridades (1726 1739) —del que hablaremos mds adelante— ofrece también eti mologias, aunque no en todas las entradas. Desde sus remotos origenes, el objeto primario de Ia lexico grafia fue la explicacién del significado de las palabras perte- necientes a una fase de evolucién mas antigua de la propia Iengua, y mas tarde, también —de manera mas general— de las voces de uso contemporéneo de la lengua. Paralelamente a esta clase de lexivografia ‘lingiiistica’ se desarrollé —especialmente en cl siglo xv1i— otro tipo de lexicografia: la lexicogra- fia enciclopédica, cuyos origencs sc xemontan también a la Antigiiedad clasica y que tuvo gran importancia en Ia Edad Media. Las obras de tipo enciclopédico son, primeramente, grandes compilaciones que exponen los conocimientos humanos de una época, o de una disciplina cientifica o artistica, en forma sistematica. Plinio, por ejemplo, compilé —en su Historia natu- 1% Para mas detalles véase: Fern vila, Problemas, pags. 168174. 3. Tipologia de tas obras lexicogréficas a ralis— extractos de 500 autores para presentar los conocimien- tos de su época sobre la naturaleza, Otras compilaciones enci- clopédicas importantes para la cultura europea fueron: las Eti- mologias ® de San Isidoro de Sevilla (m. en 636), la enciclopedia De universo del Beato Rabano Mauro (780-856), asi como, en la alta Edad Media, una serie de ‘Specula’ y ‘Summac’. En la época del Renacimiento, se publicaron en Italia algunas enciclopedias en varios tomos; en la época barroca, se agrega a algunas com- pilaciones enciclopédicas un indice alfabético; y asi se lega, a fines del siglo xvit, al tipo moderno de enciclopedia, en el que los materiales suelen presentarse por orden alfabético y ya no en latin, sino en la lengua moderna. En cuanto a su finalidad, las encictopedias a priori poco tie- nen que ver con Ia lexicografia (Jingii/stica); pero desde fines del siglo xvit, muchas de ellas adoptan la denominacién de ‘dic- cionarios’, presentan sus materiales por orden alfabético y ofre- cen también, ademas de la informacién enciclopédica, indica- ciones de tipo linglifstico. La primera enciclopedia europea redactada en una lengua moderna es Le Grand Dictionnaire Historique de Louis Moréri (1674), de caracter hist6rico y bio- grafico, a la que siguen en 1677 el Lexicon Universale del histo- riador Johann Jacob Hoffmann (Basilea) y el Dictionnaire his- torique et critique del fildsofo francés Pierre Bayle (Rotterdam, 1697). El siglo de la Ilustracién fue, al mismo tiempo, el de las grandes enciclopedias, como la Cyclopaedia del inglés Ephrarn Chambers (1728) y la famosa Encyclopédie ou Dictionnaire raisonné des sciences, des arts et des métiers, en 35 tomos, dirigida por Diderot y D’Alembert (1751-1780). Estas enciclope- dias reflejan los progresos de la ciencia y responden al afén de saber del hombre ochocentista. Es evidente que, en todas estas obras, se explican no sdlo cosas, sino también palabras y con- cepios; por lo tanto, existe siempre cierta relacion entre In lexi- cografia enciclopédica y Ja lingiifstica, come queda indicado. A partir del siglo xtx, aparece también una forma hibrida: el diccionario enciclopédice, que da al mismo tiem 412 La lexicografia po informacién sobre las cosas y explicaciones lingiifsticas, tal como los diccionarios de la editorial Larousse de Parfs #. Anti cipando ya la evolucién posterior de las enciclopedias, sefiala mos tan s6lo que la editorial EspasaCalpe inicié en 1905 la publicacién de la monumental Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, llamada también Enciclopedia Espasa Calpe. A su vez, la editorial Salvat de Barcelona publicé, entre 1906 y 1920, los 9 tomos de la 1.* edicién del Diccionario Encictopédico Satvat. Hoy dia existe, dentro del dominio de la lengua espaio- la, una rica gama de enciclopedias y diccionarios enciclopédicos que abarcan desde un tomo hasta mds de ochenta'®, Después de esta digresién necesaria sobre la lexicografia enciclopédica, vamos a ocuparnos nuevamente de lexicografia lingiiistica. El siglo xvtr no sélo es el gran siglo de la lexicografia enci- clopédica, sino también el de los diccionarios norma- tivos, entre los que destacan el de la Academia Francesa y el Diccionario de autoridades publicado por Ta Real Academia Espafiola. El precursor de ambos fue ¢l diccionario académico italiano, el Vocabulario degli Academici della Crusca (Venecia, 1612), cuya finalidad era contribuir a la fijacién de una lengua literaria italiana, sobre la base del uso toscano, especialmente del de los tres grandes poetas florentinos Dante, Petrarea y Boccaccio. La Academia Francesa, fundada en 1635, public su Dictionnaire de UAcadémie Francaise en 1694. La concepcién de esta obra es nueva. Después de Ja palabraclave, se da una definicién (Jingiifstica), luego sindnimos y ejemplos de uso, asi como locuciones y modismos, El principal criterio de seleccién de entradas es el “bon usage’, el “buen uso’. Sobre la inclusién © no inclusién de un vocablo decide la docta corporacién de Ios ublicado desde 1906, hay una parte «diccionario iclopedia alfabética». Hay una edicién espatola el Pequeito Larousse ilustrade. Ultima ed ayo y Gross, Peg istrado, Paris, 1980. Una obra magistral (diccionario enciclopédico y lingtiistico a la vez) es Ia Gran Enciclopedia Catalana, que se viene publicando, desde el alo 1968, en Bureclona. 3. Tipologia de las obras lexicogrdficas 113 cuarenta ‘Inmortales’, que pretenden conocer y representar el uso lingiifstico. de su época, por lo que renuncian a las citas de autores, formando ellos mismos Ios ejemplos de uso de las palabras. La base de este diccionario es, pues, la competencia Tingiifstica del hablante. Para ilustrar el espiritu de los diccio- narios académicos, ofrecemos una cita del prefacio al dicciona- rio de la Academia Francesa de 1694 " En el estado en que se encuentra hoy la lengua francesa es como hha sido compuesto este diccionario; y para representarla en este mismo estado, Ia Academia juzgé que no debia incluir en él las palabras antiguas que estén enteramente en desuso, ni los términos de las artes y las ciencias que entran rara vez en el discurso; se ha limitado a la lengua comtin, tal como se usa en el comercio ordina- rio de las gentes de bien, y como los oradores y poetas la emplean; Jo que abarea todo cuanto puede servir a la nobleza y a Ia elegan- cia del discurso, El éxito de esie diccionario normative francés fue extraordina- rio en toda Europa. Siguiendo su ejemplo, publicd Samuel Johnson su Dictionary of the English Language (1755), que in- fluyé de manera decisiva en el uso lingiifstico del inglés. La primera edicién del Diccionario de la Real Academia Espaiiola® Citado aqui seein: Dictionnaire de VAcadémiz Prangaise, 2° ed fotomecanica, Ginebra, 1968: Crest dans cet estat oft Ja Langue Frangoise se trouve aujourd'huy qu'a esté composé ce Dictionnaire; & pour la representer dans ce mesine estat, "Académie a jugé qu'elle ne devoit pas y mettre les viewx mots qui sont entierement hors d des Arts & des Sciences qui entrent rarement dans le Discours. Elle s'est retranché & la langue commune, telle qu'elle est dans le commerce e des honnestes gens, & telle que les Ora: teurs & les Poétes Vemployent, Ce qui comprend tout ce qui peut servir A Ia Noblesse & 8 I'Plegance da discours. Paris, 1695; reimpresion % Ferndndez Sevilla, Problemas, pags, 45-47. Compa J. Casares, Introduccién a ta lexicografia moderna, reimpresién, Madrid, 969, F. Lazaro Carreter, Crénica det Diccionario de Autoridades (1713-1740), Madrid, 1972, 4 - La lexicografia (publicado entre 1726 y 1739 y llamado Diccionario de autorida- des) tuyo también un efecto normativo y se propuso, de acuerdo con las tendencias puristas del siglo xvi, fijar el uso correcto de la lengua, basiindose para ello en citas de los autores cldsicos s consideradas como representativas de la len- [.-] con fines normativos, pero su propia transcendencia, io de sus recopiladores, de la Institucién y Ia tutela del 530. VUL ni de vesboVale Te Pale {2 que fe pone, po 19 Vata. sort, Oe, Dat yaltorno alteradin ac go cane evo dir fi vif 0» que fe leva 3. Tipologia de las obras lexicografieas 15 En las ediciones posteriores del diccionario académico (ya en Ia segunda de 1780), se climinaron Jas citas de ‘autoridades; a ir de entonces, el caudal Iéxico reunido en él ha sido la base jocho ediciones sucesivas. Desde entonces se han ad- ido muchas voces nuevas, se han afiadido nuevas acepciones de palabras ya registradas, suprimido voces arcaicas y reongani- zado muchas entradas. En cuanto a la admisién de voces tegio- nales, la Academia ha sido muy liberal (a veces demasiado, ad- mitiendo voces de uso local o regional restringido), En cambio, frente a los extranjerismos, neologismos, tecnicismos, vulgaris- mos y voces tabuizadas, su actitud ha sido més bien prudente y reservada. Por esto, el Diccionario de la Real Academia ha sido objeto de mucbas criticas. J. Casares, durante muchos afios Secretario perpetuo de la Docta Corporacién, juzga el dicciona- rio académico en los siguientes términos Mientras nuestro Di fo oficial no quiera renegar de su tradi- ‘ciéu y de In soberana funcién resuladora que Jo caracteriza, no Po- ddré aspivar nunca @ ofrecerse como una representacién cespatiola, de toda fa lengua, ¥ no pode servir pare el pleno y cientifico de la misma. Hemos de reconocer, sin embargo, que la ultima edicién del dic- cionario académico (1970) representa un progreso notable en cuanto a la incorporé sn de neologismos, americanismos y tec: gmos. Las nuevas vaces y las nuevas acepciones de palabras ya registradas, asi como otras modificaciones que se proponen, se publican regularmente en el Boieiin de ta Real Academia Espafiola bajo el titulo Ala. ms Tae oy tal y Ge def, tally ies Fe &§ ado del lat. saledre ‘contar ramas's on. = SG Geers) a) Co dete pve eh IR J. Cuervo, Diccionario de consiruccién » régimen de ta lengua caste- ,, Bogotd, t. III, ed. por el Instituto Caro y Cuervo, fase. 9, JeA, Porto Dapena, «En torno a las entradas det Diccionario de R. J. Cuervon, en Thesaurus, 30, 1975, pigs. 113-152. J-A, Porto Dapena, Elemen El Diccionario de Cons- truceién y Régimen de R. J. Cuervo (Publicaciones del Tnstituto Caro ¥y Cuervo, LV}, Bogota, 1980. G., Sehiitz, «Sobre Ia interrupcién de! gimen», en Homenaje a Fernando Anionio Martine2, Estudios de tine ica, fitologia, literatura e historia cultural (Publicaciones del tuto Caro y Cuervo, XLVIIT), Bogota, 1979, pags. 553-622 jonario de construccién y ré 124 La texicografia 3, Tipologia de las obras lexicogréficas 125 Mencionemos, de paso, que la publicacién de dieciona- rios y vocabularios especializados (que se re monta a los comienzos de la Edad Media) conocié un enorme auge en el siglo X1x; se publicaron muchas obras lexicogréficas sobre agricultura, botinica, farmacia, medicina, arte militar, néutica, mineria, comercio, banca, derecho, miisica, etc, En el siglo x1x, se publicaron también diccionarios de las lenguas regionales de Espafia (del ca talin y sus subdialectos mallorquin y valenciano, del vasco y del gallego) y diccionarios de lenguas indigenas de América, los cuales tienen una larga tradicion, que se inicié ya en los primeros decenios de la colonizacién espaiiola. Asimismo, se van multiplicando en el siglo x1x los diccio- narios bilingties de lenguas clasicas y mo- dernas, aunque sin grandes innovaciones metodolégicas. En el siglo xx, se contimtia Ja publicacién de todos los tipos de diccionarios ya existentes antes —en algunos casos con im- portantes mejoras— y, por otro Jado, se introducen nuevos tipos. Entre estos uiltimos mencionaremos ¢1 diccionario ideoldgico (del que se hablaré a continuacién) y el dic- cionario de uso (véase 3.22.). Se crean los primeros dic- cionarios etimoldégicos del espafiol dignos de confian- za, En el siglo xx, se publican también los primeros dic cio- narios generales de americanismos. Bl punto flaco de la lexicografia espafiola de nuestro tiempo son los diccionarios bilingiies publicados en Espafia, Mu- chos de ellos estén completamente anticuados, en cuanto al 1é- xico registrado y en cuanto al método, y no se renuevan a un ritmo suficiente; tal es el caso de: P. de Alcalé-Zamora, Diccio- nario francés-espanol / espanol-francés, Barcelona, 1958. De he- cho, son pocos Ios diccionarios bilingiies de ‘nueva planta’ que se han publicado en Espafia desde hace 35 afios; frecuentes, ¢n cambio, Ins reimpresiones. Las nuevas orientaciones lingiifsticas del siglo xx han tenido también cierta influencia —a veces indirecta— sobre la lexico- grafia, especialmente la escuela funcional-estructuralista, Esta influencia, segtin expone L. Zgusta®, se manifiesta de manera diferente. En primer lugar, las investigaciones sobre campos Kéxicos (iniciadas por J. Trier en 1931) fomentaron el estudio sistematico de palabras, ya no aisladas, sino conforme a otras sinénimas 0 seménticamente relacionadas con ellas, A estas in- fluencias se debe la publicacién de nuevos diccionarios por conceptos como el voluminoso de F. Dornseiff, Der deutsche Wortschatz nach Sachgruppen, cuyo precursor fue el Thesaurus of English Words and Phrases de P. M. Roget, En Espafia, fue J. Casares quien propugné, ya en 1921 (antes de J. Trier), la idea de un diccionario ordenado por conceptos. J. Casares publicé, en 1942, la primera edicién de su Diccionario ideoldgico de la lengua espaniola (comparese 3.2.2.6.), no supe- rado hasta la fecha. En segundo lugar, las nuevas escuelas lin- siiisticas han hecho hincapié en la importancia del estudio de Ia lengua contemporinea (frente al peso excesivo que tenfa, hasta los afios 50 de nuestro siglo, la filologia histérica), fomentando asf la claboracién de diccionarios descriptivos modernos sin criterios restrictivos. Por tiltimo, las nuevas ideas lingiifsticas han contribuido a atenuar las tendencias exce- sivamente puristas predominantes en la lexicografia tradicional: «Cuando algo en Ia lengua cumple una funcién legitima, wtil, es Porque es necesario y esta sancionado por el uso, ya se trate de tun neologismo, de un extranjerismo 0 de cualquier otra cosa» *, © L. Zyusta, Die Lexikographie und die Sprachwissenschaft», en Proble- me der Lexikographie (Deutsche Akademie der Wissenschaften zu Berlin, Institut fiir Orientiorschung, Verdffentlichung Nr. 73), ed. por K. Ricmschneider, Berlin, 1910, pags. 722. ST. Tier, Der deutsche Wortschatz im Simnherirk des Verstandes. Vor den Anfiingen bis 2um Beginn des 13, Jahrhunderts, Heidelberg, 193; 22 ed, 1973. Dornseiff, Der deutsche Wortschats nach Sachgrupp , 1970, M. Roget, Thesaurus of English Words and Phrases Classified and ranged so as to Facilitate the Expression of Ideas and Assist in Literary Composition, Londres, 182; 6. ed., reimpresién, 1972, % Zgusta, «Die Lexikographies, piv. 15. 1

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