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Plow e uae) Tae 7millones de aiios ana Laimportancia __Motoresde Be test uy BOP ata en PO Crone DESC UCC Mat a ae RES EW rot) stm Perea Tes Accede a la HEMEROTECA DIGITAL TODAS LAS REVISTAS DESDE 1990 Suscribete y accede a todos los articulos PAPEL ARCHIVO DIGITAL ae cM ne) tooo og Bose cu Pa eee ec mk sed las revistas impresas TCI rr eer Ue) ory BA ee Eat ee Pear testa eee Proms en oe INVESTIGACION | Y CIENCIA NVESTIGACION EDIT OI EN Rea La saga humana eee ERO Nuevos hallazgos obligan a revisar nuestra historia evolutiva, Por Kate Wows Are TOPS ed Pre eeu ieee tate econ Peaeteee CS Tet ee oe eee Perens ere asec que algunos de nuestros ancestros adoptaran rasgos mas eter ete Peter eee near Rene eae ee eee eer ces ee ec eee ee ence QUE NOS HACE BSPECIALES: Rete een eee eee cg Emparejarse tal vex ue la mejor decision que pudieron tomar frecettee eet Raices del espi ee ee eee eee er er) tiene un origen evolutivo remote. Por Frans de Weal Pe ey Pte nett eet Cee acy eee eee eet See eco Pi seee Re En nuestra forma de alimentar y proporcionar culdados alos retofios Pe ee ety Frenette ey ean ee er Tee eae Siena th See eon eens ee tee rn eee ees sera El futuro de la evolucién humana Durante los iltimos 30.000 ailos nuestra especie ha experimentado cambios Prise oe tc see te eee INVESTIGACION Y CIENCIA SECCIONES 3 Cartas de los lectores 4 Apuntes El renacimionto de ls aviones de hélice. EI telescopio de rayos edsmicos EUSO levanta cabeza. En el estudio de audicion. £Qué camino leva a ease? 7 Agenda 8 Panorama Las rafoes de los neandertales, Por Carlos Lorenzo aPalsares o materia oscura? Por Manuel Agullar Beniter de Lugo Blhorizonte visible de las matemsticas. Por Agata Timin Gareta-Longoria y David Fernandes Una diferencia minima, pero notable. Por Kate Wong. 40 Decerea La reprodueeion del pulpo. Por Jorge Hernéndes Urcere y Angel Querra 42. Filosofia de la ciencia Ciencia y sentido comin, cadversarios 0 allados? Por Ambrosio Velasco Gémez 44 Foro clentifieco El derecho la ciencia Por Mikel Mancisidor 86 Taller y laboratorio CCrencion de una polimeroteca Por Mare Boada 90 Juegos mateméticos Lenguaje, convenciones y eoordinacion, Por Alejandro Pérez Carballo 92 Libros Simbiosis, Por Luis Alonso Bohr, Por Luis Alonso 96 Hace... 50, 100 y 150 aos. Landau eva cl nie husro coven rilones de ates 882s pos cs msesiaacr ‘cer nee proce Sieroaro los varen Ges times anes en aenanvopoae, srw, diratclt o aslo na vendo ut peerame de else hurr mucho Souen evludorada sean 22 INVESTIGACION ¥ CIENCIA, noviembre 2018 Cartas de los lectores redeccontinvesigacionyeiondaes cat Mette te Septiembre 2014 FALSOS NEGATIVOS En «Méquinas pensantes» [por Marfa Ce- re7o; INVESTIGACIGN V ClENeIA, septiembre de 2014] se efectda un aeertado anilisis, sobre las implicacfones del test de Turing, aunque solo desde una perspectiva de fal= 505 positivos. En mi opinién, el principal fargumento contra el test de Turing debe- rig partir de la eorteza de que conduciria, de manera inevitable, aun elevado nime- 10 de falsos negativos. Al basarse en Ia eapacidad para man- tener una conversacion «inteligente», el test encierra un fuerte sesgo antropocén- trieo y cultural. Toda conversaci6n, por Ke nérica que parezca, tiene un sustrato d reclamente vinewlado a la experiencia, el entorno ya forma de pereibinlo. Require ‘un contexto comin entire les sujetos que sin de problemas de muy distinta indole (el desestre dela lanzadera espacial Co- lumbia en 2008, elaccidente de Fukushi- ENSAYO del prototipo del te- lescopio de rayos ‘eéamicos EUSO ‘efeetuado en On- taro el pasado ‘ma.en 201 y ahora el conficto an Ucra- ria) han retrasado la puesta en érbita del Instrumento hasta, al menos, 2018. ‘Con toda, los aspectos cientificas del proyecto siguen an marcha. El pasado ‘mes de agosto, el equipo monté un pro- ‘otipo del telescopio en un globo de helio _ylollevé 238 klémetros de alttud. Du- ‘ante dos horas os investigadores lo s ‘uieron desde un helicéptero y dispara~ ron luz ser y luz LED ulvavioleta ha- cael ngulo visual del aperate. El ensayo cconeluyé eon éxito: protatipo detect las seFiales, semejantes ala fluorescencia ‘generada por las cascadas etmosféricas de rayos eSsmieos. En 20%6, un grupo de astronautasllevard ala Estacion Espactal Internacional otro prototipo, Mini-EUISO, dol tamafo de una caja de zapatos. Con ello esparan poder camprobar sel dise- Fo funciona correctamente ala alttud que elcanzard la mision auténtica, Debra Weiner Noviembre 2018 InestiguclonyCinsins Apuntes En el estudio de audicién La misiea ejerce una profunda influencia en las personas, Numerosas in: vestigaciones atestiguan su hondo impacto en el comportamiento y la cog: nicion a todas las edades. Una nueva sala de conciertos-laboratorio sera ka primera instalacion destinada ex profeso al estudio del efecto de Ta masica cen el cerebro. El Gran Laboratorio del Entorno Virtual Interactivo (LIVEIsb, por sus siglas en inglés) de la Universidad MeMast de Toronto, inaugura- {do este otono, sera un esp: y psic6logos sometan a pr dinamica de Ta audiencia ¥ la improvisaet jo abierto para que neurocientificos,fsidloxos rea dela interpretacion, la mutsieal. Ya hay lista de esper Duiacas ba sus hipétesis a para tocar en la sala, que cuenta con un aforo de wharine Ga “Todas las culturas de! mundo concen la musica ‘esa es una de as razanes por la que os antropéioges lacconside nitorfo de la humaniced. Einterpretar m ‘cepcion dal préjima: se ha demostrado .que experimentan juntas lam: proclives a considerar a sus colaboradores como va Tiosos 0 agradables. 35 grupos, los investigadores dal LIVElab analizaran las emo~ ciones durante las actuaciones mediante la electroencefalografia (EEG), monitores ue las per- ra descubrir mis sobre el fee todela masica en’ dd frecuencia carciaca y sensor para a respiraciSny el sudor. Tambign recur a cémaras infrarojas captadoras de movimientos para cbservar el modo en que ‘estos ze contagian entre las personas, como cuando el balanceo dela cabeza se cextiende entre los oyentes. {Es mejor para el cerebro trabajar en un Ayuda a retenerinformacién runrin de a cafter? Por madi ce EEG _ydelles resouestas conductuales de les es ‘udlantes, os cientifcos del LIVE!ab ana: Izarén los factores actsticos que inflyyen ‘en un entome de aprendizae Les aulifonos no suelen prabarse en con- Jo. EILIVElab dispondré de un sistema zctsticn activo (dotado de 75 al y 28 micréfones) para sur la sala len unsilancia da uitratumba een el bulico diciones de n tavoo _yanalizaré las presacion de los modelos tra cuestion de interés es imo xe sin crorizan los earabros sin mediacién dela comunicacion verbal y como logran coere- gic los errores con la velocidad del ayo, Por medio de Gy lacaptura de movimien: tes, ls investigadores del LIVElab preten den estuclar la coordinacior durante la interpretacién de una pieza mu- sical la sinceonizacién de os ballarines ala hora de ejecutar un paso importante, i ‘ i i i : LAS RUTAS migratorias del zorzalito de Swainson estin condieionadas por los genes heredados. siolocia {Qué camino lleva a casa? (Cada otofo, las aves migratoria del he- ferio norte yuelan hacia el sur pars ‘urlar el fro. Si 10s humanos tuviéramos, «que emprender semejante viaje necesita ramos tn mapa, Pero todos los patos sguardan la ruta grabada, evando menos fen parte, en sus genes. En Ingar de con- far solamente en indicadotes externos, pposeen un plan de vuelo innato. {La mayoria de los individuos de cada poblacidn siguen la misma ruta aprove hand los vientos favorables y la topo- ssrafia mis propieia. Pero algunas aves stn hibridaa! Tos progenitores proseden ‘de poblaciones distintas ¥, por tanto, siguen derroteros diferentes, éCmo ‘escogen el camino sus descendientes fen tales casos? [Experimentos pioneros pareefaa in ‘icar que los mestizos toman una ruta termedia respecto alas de sus padres. Las pruebas se Tlevaron a cabo con aves criadas en eautividad euyas preferencias se analizaron en una jaula discniada para registrar la direecion en la que ‘querfan Volar «Estas estudlios fueron fantasticos en su da, pero To que nece sitamos alora es seguir aves silvestres todo el afo», explica Kira Delmore, grax dduada de la Universidad de Columbia Briténica, elmore y sus colaboradores ins- talaron mintsculos dispositivos de segulmento por GPS en 97 eiemplaces slluestres de zorzalito de Swainson (Catharus ustutatus).Aigunos pertene fan a una subespecie que vuela bor- Mee ee eee eS sy oot oot : Ss ee eee eee Deo a CCU ene ui Ee RS Ene Peer tee Sah erect reser ere etc ether eee ety nen etn ere neta nit te tte oy Searcy shen er ete erent ere ete oe en eee en eon? See ees Aun sin saber su antisiedad ai a qué especie pertenes See eee ese Poe NS Ieee eRe Berger, de la Universidad del Witwatersrand, en Johannesburgo, extrajo mas de 1500 fragmentos Oseos, Dela cavidad Cen eset ne esen n cee ee eeene ere wr cece clasfieaban y lenaban con ellos mas y més cajas. Con todo, solo estaban aranando la supertiele. En estos momentos afin quedan por desenterrar miles de fésiles. Si sigue a este ritmo, Rising eee see en ns Re ee eo ed Se ESPELEOLOGIA CLENTIPICA: K. Lindsay Eaves (arriba a laizquicrda) es una delasexpertas que ha participado enlareeu- pperacidn de mis de 1500 fisiles de nuestros antepasados (erriba ‘ala derecha) en Rising Star, un sistema de cuevas préximo a Jo Inanesburgo. Las reconstr (abajo) permiten a los investigadores inventariar sus hullazgos a ‘medida que excavan, ciones tridimensionales de la gruta La importaneia exacta del descubrimiento afin se ignora Los investigadores han hecho piibieos los trabajos de exeava cidn, pero los detalles cientificos se mantienen velados. Quizat Jos fosies procedan de una especie deseonocida y, al igual que Jos que Berger y sus colabaradores encontraron en el eereano yaelmiento de Malapa hace pocs ahs, aruden a eselarecer el, risterioso origen del género Homo. El gran msimero de indivi ‘duos Mallalos tal ver posibilte conocer la estructura social del ‘grupo al que pertenceian. ¥ puede que la comparacion de los resios humanos con los de otras animales encontrados en el ‘mismo yacimiento permita deseirar por qué acabaron en aquel Tagar, Las respuestas quiza aparerean en breve, pues el equipo de lexpertos ya ha comenzadoa preparar Ia desctipeién yelanlisis formal de los restos para su publicacin, Quienes somos ajenos al descubsimiento no podlemos aven- turar en qué medida reeseribird este nuestros origenes, pero la historia nos ha enschado que sesuramente lo hard. El de Rising Star es el siltimo de una serie de hallazgos que, en To que va de rilenio, han sacudido los cimientos sobre los que se asentaba ‘nuestra vision de la evolucén humana, Nuevos fosiles han afia- ido ramas al rhol geneal6gico de nuestra especie; los datos climations han revelado en qué condiciones ambientales evolu cionaron nuestros ancestros y cules marearon la aparicion de Tos, 1asgos distintivos de Homo sapiens; ls estudios primatolégicos ‘nos muestran qué nos distngue, desde un punto de vista cogn tivo, de nuestros parientes simios,y los andlisis le ADN nos han, ayudad a averiguar e6mo se relacionaban entre sf estas especies ppasadas ¥ como la nuestra continiiaeambiando. Deshordados por todos esos nuevos datos, los expertos se han Visto obligados a revisar east tas ls capris de nuestra 38 INVESTIGACION ¥ CIENCIA, novembre 2018 historia evalutva, desde el remoto origen de la hummandad hasta 1 triunfo de Homo sapiens sobre neandertales y otras especies areaicas, Nunea los estudios sobre evolucién humana habian vivido nna aetividad tan frenétiea. Nunca antes nos habsamos sentido tan atraidos por nuestro pasado, Para apreviar hasta qué punto ha avanzado la paleoantro- pologia en los iltimos atts, ademas remontarnos a hnales de Jos naventa, una época en que los expertos erefan conocer bien Ta evolueisn de nuestra especie, EI registro fsilhumano era relativamente abundante ~sobre todo en comparacign eon el de Jos grandes simios, nuestros parientes vivos més proximos— y los datos genéticos parecfan eneajar eon la historia narrada por dichos restos, Sestin esta, los primeros homininos (el grupo que. incluye a Homo supiene y sus parientes extintos) surgleron en [Africa hace unos 4,4 millones de aflos. Homo, nuestro género, apareci6 hace algo mis de2 millones de afos. Un millon de aos «despues 10s honininos abandonaron Afriea yeomenzaron a po- blarel Viejo Mundo, A medida que los homininos se establectan femergleron nuevas especies de Homo, como los neandertales en Eurasia. Estas medraron durante miles de atios hasta que, um buen dia, une nueva especte africana inieié su dispersion por ‘1 globo, Mucho mis inteligente y provisto de Tenguaje y una tecnologta sin igual, Homo sapiens conquist6 el mundo con rapidez. A su paso, provoed Ia extinei6n de neandertales y del resto de las especies arcaieas, No hubo mezela ni hibridacién alguna que transmitiese los genes neandertales alas siguientes, jgeneraciones: solo ua teenaplazo de la vieja guardia por Homo sapiens. En el mejor delos casos, a través de la competencias el peor, por medias violentos, Hace 30.000 altos, la nuestra era la tiniea espeete de homininos que quedaba sobre la Tierra. sf al menos rezab la historia asta hace bien poco. Sin embargo, el registro fOsily los datos xenticos obtentdos durante los dltimos afios han puesto en tela de juicio cada uno {de los capitulos de diche narraci6n ¢ ineluso han invalidado por ‘completo algunos de ellos. Los fosilas de siete miliones de alos de aintigitedad hallados en el desierto de Djurab, al norte del Chad, han obligado a situar muestro origen unos dos millones de anos antes de lo que se pensabs yal mismo tiempo, plantean la posibilidad de que los homininos no surgiesen en Aftica oriental, Sino en la oceidental. Por ato lado, los fosiles de east dos mi- Hones de aiios de antigiedad hallados en Malapa, en Sudatrica, fapuntan a que tal vez el gener Homo haya dado sus primeros pasos en esta parte del continente, yno en Africa oriental {os fsles humanos de 17 millones de afios de antigiedad cencontrados en Dmianisi,enla Republica de Georgia demuestran, ‘que los hominings salieron de Africa cientos de miles de altos, antes de lo que erelamas; en particular, mueho antes de ue “Homo desarrollase los tasgos alos que se atribuia su expansion: Targas pieras, un cerebro volurainoso y una teenologga avanzada. Elsorprendentehallazgo de una especie hominina diminata que ‘habit hace apenas 17.000 aos en [a sla de Flores en Indonesia, sugiere qne tal vez nuestros antepasados abandonasen Africa incluso antes de lo que indican los fésiles de Dmanist. Homo ‘floresiensis, como ha dado en Tamarse a la especie de Ta isla de Flores tenfa un cuerpo y un cerebro exeepeionalmente pequetos, Toque hace pensar en un aneestro australopiteeino que habia, abandonado Afriea hace msds de dos millones de ufos. ero tal ver el capitulo de la odisea humana que més modi ‘tcaciones ha suftido sea el del proplo Homo sapiens. Lejos de representar un salto evohutive destinado a dominar el mundo ‘desde su aparicion, el registro fosil nos muestra a une especie {que easi sucumbié nada mas surgir como consecuencia de un cambio climitico, Las diferencias cognitivas entre Homo sa: piens y otras especies areaicas no eran tatt marcadas. El des ccubrimiento de dtiles eomplejos, como los huesos para tratar pieles que hoy sabemos que usshan los neandertales, indiean DODDAAAAAAAAAAAAAAAAAIANT ‘que estos tims eran raucho mais avanzados de lo que se pen- saa. ¥ las praebas de que se acicalaban con pinturas, abalorios -y plumas revelan que gozaban de un pensamiento simbélico ‘ue, hasta hace poco, se crefa exclusivo de Homo sapiens. La mayen del neandertal como un rudo hombre de las eavernas se ha demostrado fale Eh consonanela con esa imagen de un neandertal no tan distinto del humanp anatomleamente moderno, los estudlios ge- néticos han demostrado que ambos grupos se ervzaron. ¥quelo hicieron con tal freevencia que, en la actualidad, los humanos 10 ‘afvieanos conservamos hasta un 8 por eiento de material nean- dertal en nuestro genoma. Dado que esos fragmentos difieren de un individwo a otro, algunos ealeulos recientes indican que, {omados en conjunto, el acervo genético neandertal existente hay en nuestra especie llegar al menos, al 20 por cient. Los neandertales no fueron el tnico grupo de hnumanos area ceascon el que se hibridé Homo sapfens. Los denisovianos iden: tifieados hace muy poco gracias alas muestras de ADN extrafdas de una falange de 40.000 ais de antigitedad hallada en wna ‘eueva siberiamna, también se eruzaron con nuestros antepasacls, De hecho, el intercambio sexual con otros homininos parece ‘hahernos beneficiado. Algunos genes de origen neandertal, por ‘Gemplo, habrian mejorado nuestro sistemta inmunitario. ¥ una Variante de los genes denisovanos ayuda a los tibetanos a vivir cen altitudes exteemas. Pero, & pesa de todas los lazos que nos unen a nuestros pa rientes evohutives, algunas rasgos nos siguen diferenciando de elles. En este monogréfico exploraremos Ja manera en que han evolucionado las caracterfsteas que nos hacen umanos, desde Ju eapacidad para caminar erguidos hasta nuestra incomparable capacidad de cooperacién. La historia que presentamos a conti- rmuacién se divide en tes capitulos. Et primero examina nuestro intrincado bol geneal6gico y Tos factores que favorecieron la supervivencia de Homo sapiens frente otras especies. Fl segundo ‘examina Jos rasgos que nos distinguen de otras primates yevalda cules de ellos nos han ayudada a prosperat. Pr sltimo, cl tercero reflexiona sobre el futuro evolutivo de una especie que vive en un mundo rebosante de soluciones teenol6gicas a casi cualquier problema, desde la soledad hasta las enfermedades. “Esperamos que el lector disfrute de esta historia, la eual 00- menzé a eseribitse hace siete millones de alos. Por supuesto el relato que ofrecemos aqut no aporta Ia tltima palabra. A igual ‘que la evolucion humana parece estar acelerdndose, también los hallazgos paleoantropologicos se sueeden cada ve7 nis rapido. Como no podia ser de otra manera, CONTENIDO Pasa Pvt Nuestrointrincadodrbol_—Ventajas evolutivas | El primate genealégico dela monogamia interconeetado PAGINAZ2 PAGINA 4B PAGINA TE Cambios climstico Raicesdelespiritu cooperative | Elfuturo ‘evolucién humana PAGINA 54 dela evolucion PAGINA 2B mumana La pequefia gran diferencia ake A golpedesuerte racine 58 ee PaGna 34 La reeeta humana de la erianza © PAGINA SS: ° Presente Homo millon de aitos (Ma) Paranthropus b ustradopitheeus robustus Ma Homo erzaster4 Anstralopithecus, garhi my Peranthropus ccthiopicus 5 vtg Australopithecus africans Anstralopithecus Irdipithecus ramidus (Ma Ardipithect imines ELARBOL GENEALOGICO HUMANO presertaba fen el pesado ura forma sencila. Al dsponerse de = Ma. 'p0c0s files, estos se asignaban a dos linajes ‘evolutives, uno de los cuales se habria extinguido ‘yl otra haba evalucionado hasta nosotros. Paro fos deseubrimientos de las tims décacias han fevelado un drbol mucho mas frondoso, en el que ‘abundan las rams y ramitas que se extinguieron. Esta dversidad hace mucho ms atrayente el estudio de nuestros origenes, pero complica en gran manera la tarea de lasicar nuestros 6Ma Antepasados en cada una de las Iinaas evolutivas, sein nes expica el paleoantropslogo Bernard ‘Wood en esteartcule, Noviembre 201, mestisneionCtenelas 21 BEDONDE zS ‘VENIMOS NUESTRO NTRINCADO ARBOL GENEALOGICO Los tiltimos anilisis genéticos y los hallazgos recientes de fésiles sefalan que la historia de la evolucién humana es mucho mas Usted boon revesi ee eaten senos ajo bestante sel: Australas hela enrevesada e intrigante {Roch inopaots elon cee ara a ge stunemdeulsyesoe saver ama epee de lo que nadie Perl esariniens de les encosen ca habia imaginado orate les ities cuenta aos, en crs metivos, han hace sicos eta hte. Bernard Wood lo dkimos estudio der ran que en el planeta Je homiines en dferenes e 3. Durantels préimas dead, os paleoan tropclogosintentaré descr qué relacién qurdaban : tre sy cls de els coesponden a nustes en 3 tepasados dees it fT aes dos grandes cajas de 4 madera, Lee Berger t e + gh) me pregunt6: éQué te ts * parece? En cada una de 2S. ra& clas reposaban sendos esqueletos fésiles de tipo humano descubiertos en Malapa, en Sudafrica, Los ejemplares, correspondiente a individuos fallecidos hace dos millones de afios, habfan creado un gran revuelo. La mayoria de los fésiles humanos constituyen hallazgos aislados. Se descubre una mandi- bula en un lugar y aparece un hueso del pie en otro. Los cientificos deben averiguar si Jas piezas pertenecieron ala misma perso- na, Imaginemos que mientras caminamos por una carretera encontramos piezas de coches: un guardabarros roto aqui, parte de una transmision més alla... éPertenecen al mismo modelo? O, en vez de un coche, éno podrian proceder de una camioneta? Losesqueletos de Malapa, en eambio, aunque no estén com: pletos, conservan los suficientes elem Ja posibilidad de que se hubiesen juntado por azar. Al igual que 1 esqueleto de Lucy, deseubierto en Etiopfa en 1974, y el dl ‘«chieo del Turan», hallado en Kenia en 1984, ofrecen mucha ‘mis informacién que los files aislados. Pero la causa. de que havan recibido tanta atencién no solo se debe a su integridad y buen estado de conse EI paleoantropologo Lee Berger, de la Universidad de Witwatersrand, en Johannesburgo, opina los como para reducir ‘que los individuos formaban parte de una poblaetén que era tantepasada directa de nuestro propio género, Homo Todos poseemos antepasados, Mi anciano padre vive todavia, tuve la suerte de haber conocido a mis euatro abuelos y puedo incluso recordar vagamente a tres de mis bisabuelos. Pero tam bien cuento con famitiares cereans que no son mis antepasados. No son muchos, ya que mi padre y yo hemos sido hijos tnivos, pero tengo dos parelas de ts y ts, Aunaue eonstituyen una Beard Wood, alesnresogo can faa E ec, tabaeenl Univeral Googe wsshngtn, — Suites or vous humana 258, = 3 petipsen 2 sonst parte esencial de] arbol genealdgico de sus descendientes, para mi p a los «omponentes adicionales» de un automévil, Por esta razén, Berger queria que ropia familia solo son el equivale dejase de observar los detalles anatémicos de los dientes y las ‘mandibulas ve dijera si pensaba que los esqueletos de Malapa. eran el equivalente evolutivo de mis padres y abuelos, o bien de ‘mis tos y tas. En otras palabras, epertenceleron a una poblacion, antepasada diroeta de los humanos modernos 0 representaban tan Solo familiares eereanos? Hace casi cineuenta aos, cuando empocé a estudiar los f- siles humanos en Africa oriental, imperaba Ta idea de que casi todas nuestros parientes extintes eran antepasados directs. ¥, medida que retrocediamos en el pasado, ban adquiriendo una apariencla menos humana y ms simlesea. Gracias aos estudios, ‘genéticos yal registro sil, hoy sabemos que, durante lost mos ciea mil aos, nuestros ancestros dizeetos eoineidieron en mo los 1 planeta con varios de nuestros parientes cereanes, neandertales Jos denominados «hobbits», a Homo floresiens, hhallados en la sla de Flores, en Iadones’ demuestran que mu de aos, nubo largos periedos en los que nu Addemas, otros fsiles re unoy cuatro millones tras antepasados TESORO OCU NUESTRO INTRINCADO AREOL GENEALOGICO ™, 20K :Cientiicos de Sudléfrica exeavan en el yacimiento de Malapa (arriba). Allise han deseubierto dos esqucletos ‘muy completas de homininos de hace dos millones de afios (izyuderda), y otros parientes proximos habitaron la Tierra al mismo tle. po. La presencia de miitiples ramas evolutivas en un mismo ‘momtento hace mucho ms diel identiiear Ios antepasados directos de los humanos aetuales, algo que os paleontdlogos de hace velnte alos no se imaginahan, Este reto también significa ‘que la historia de a evolueién humana es mucho mas compleja 1 fascinante de To que la mayoria de nosotros pensébamos. 2UNA 0 VARIAS RAMAS? En 1968, euando me adentré en esta disciplina, la teorfa de Charles Darwin sobre la forma del drbol de la vida estaba muy arvalgada, Segtin esta, todos los seres vivos Se unen dela misma, ‘manera en que se concetan las ramas de un rbot. En él, las especies actuales se sitfan en la superficie de a copa, mientras ‘que las extintas se loealizan hacia el troneo. Del mismo modo «que una persona tiene por fuerza antepassdes, también Tos han Aebido tener todas las especies del presente, Ast, las tinicas ra mas olinajes que deberian formar parte de! arhol de la vida son aquellas que conectan las especies aetuales cor las profundida. {des del bol, ylas ica espeetes extintas que pueden ineluirse ‘en él deben situarse en esas ramas de conexion. Cuslquier otra espeele representa un callejin evolutivo sin said En el easo de los humanos y os simios artuales, esta regla significa que las Gnicas ramasy especies que deberian apsrecer en muestra parte del rol son las que nos unen al antepasado ‘comin que compartimos con los chimpancés ¥ los bonobos. Segin Tas pruchas molecilares, este ancestro pudo haber vivido hhage entre unos cinco ¥ ocho millones de aos. “Enos alos sesenta del siglo xx la rama del érbol dea vida que terminaba en los humanas madernos parecta hastante sencilla Bn su base se hallaba Australopithecus, el hambre-mono que los paleoantropdlogos habfan descubierto en el sur de Africa a me- {iados delos alos veinte. Se propuso que Australopithecus baba sido sustitulda por el Homo erectus de Asia, més ato y de mayor tamafio cerebral; esta especie se habria extendide por Enropay Inabria dado lugat alos neandertales, ue a su vez evolucionaron hasta convertise en Homo saptens. Se interpretaba que todas cstas especies eran antepasadas direcas dels humanosactuales, el eqivalente de mis padres, abuelos yisabnelos. Solo un grupo ‘de homininos (familia integrada por Tos urmanos actuals y Tas ‘especies extintas que estén mas estrechamente emparentadas con Jos humanos que con Jos chimpaneés 010s bonobos), los denim ‘addos australopitecinos robustos, dotados de grandes mandibulas vyenormes dientes, ocupaban una rama lateral sin descendencia, Eman el equivalente de mito y mi ta Esa forma de pensar cambi6 cuando Louis y Mary Leakey cempezaron a deseubrir fésiles de homininos en la Garganta de Olduvai, en Tanzania, un hecho que hizo trasladar el foco de las investigaciones sobre los primeros homininos desde el sur hacia el este de Africa. La steneion no solo eambi0 porgue en la ‘década de los sesenta el goteo de hallazgos fOsles en la resin. Oriental se convirtié en un auténtien torrente, sino también porque el contexto de los fGsiles en esa parte del continente ‘era muy diferente al de] sur en espeeial en lo que concernia a las dataciones, Bn Africa austral, Ja mayorfa de los fOsiles de homininos se encontraron, siguen encontrandose, en cuevas formadas, en dolomfas (una roca de earbonato cileieo riea en magnesio) Aunque en algunas ocastones se ha descubberto el esqueleto bien preservado de algsin individuo (como los de Malapa), la mayor parte de los fsiles de hominines primitives hallados en estas ‘euevas correspondian a las sobras de la comida de leopardos y Noviombre 201, vestigaionCleneiaes 95 ADD DD DE DONDE YENIMOS. ‘otros depredadiores. Los hnesas ylos dientes que no consuman ‘eran transporlados por el agua al interior dela eueva junto con partfeulas del suelo superficial. Una vez dentro, el sedimento y Tos huesos se depositaban y originaban conos otludes, de modo semejante al montfculo que se forma en ls parte inferior de un antiguo reloj de arena. Pero en Tas cuevas, las eapas 0 estratos ‘no se hallan tan ordenadas; as més antiguas no siempre siguen Ja noma de situarse en la parte inferior, ni las més recientes en lasuperlor Por otro lado, ls investigadores hasta hace poco no han dispuesto de un método de datacién fable con el que conocer Ia antigiledad de los sedimentos, En Tos alos sesenta, todo Jo que podian hacer era situar el hominino en una seeuen: cia temporal bastante tosca construida a partir de los fsiles de ‘otros animales hallados en las mismas euevas. En cambio, los fosiles de homininos del este de Africa se ‘allaron en yacimientos cereanos al valle del Rit oriental. que straviesa esta parte del eontinente desde el mar Rojo, en el norte, Ihasta las costas del Lago Malawi y ms all hacia el sur.Los res- tos no aparecen en el interior de cuevas, sino en los sedimentos, {que se depositaron en las orllas de los lags ¥ las riberas de Jas ros, Muchas de estas eapas conservan a direceion del eam- po magnético terrestre en el momento en que se posaron. Por ttatarse de yacimientos al aire libre, los estratos ineorporaron, 1a eeniza expulsada por los numerosos volcanes situadas eerea del valle del Rift oriental, una zona con abundantes movimien- tos de las placas teeténicas. Gracias a estas cireunstancias, los, investigadores disponen de otra forma de establecerla edad de los estratos de un yacimiento que es independiente de Ios fetes aque contienen. Ademés, como las eapas de ceniza volciniea se que vii6 hace unos 100.000, afios. Por lo tanto, nuestra historia evolutiva reelente también ‘es mucho més tupida de lo que se pensaba hace slo diez aos, Quad no deberia de habernos sorprendido el descubrimien- to de tanta diversidad en nuestra evolucion. En numerosos ‘grupos de mamiferos, la existencia eoetdnea de especies afines, parece Iaber sido la regla en el pasado, 2Por que deberian ser ‘iferentes Ios homininos? Aun asi algunos cientifien eritican, este esquema tan ramificado y piensan que Tos paleoantrop6lo- ‘gos han mostrado demasiado entusiasmo ala hora de identifeat nuevas especies, tal vez con el deseo de adquitir fama o mis, fondos para la investigacion, Diversas pruebas genéticas y restos fosiles indican que diferentes especies de homininos coexistieron en el planeta varias veces durante los tiltimos millones de afios; ello hace muy dificil identificar a los antepasados directos de los humanos, algo que no imaginaban los cientificos de hace veinte afios No obstante, opino que nos encontramos ante um hecho real. En primer lugar, hay razones contundentes y Tosieas para sos- pechar que el registro sil siempre subestima el miimero de ‘especies. En segundo lugar, el estudio de animales actuales nos ensella que numerosas especies claramente distin son difiiles de difereneiar si solo nos fijamos en Ios huesos los dientes, el ‘Anieo tipo de material que sobrevive en el registro fil, Adem, laemayorfa de las especies de mamferos que vivieron hace entre tuno y tres millones de afios carecen de descendientes vivos ai- rectos. Por consiguiente, la coexistencia de vatios homininos que no poseyeran deseendientes directos no resultarfa tan extra después de todo. Sila diversidad de los homininos en el pasado fue elevada, corresponde a ls bidlogos descubrir qué tipo de presiones evo- lutivas la propieiaron, El elima representa una de las postbles ‘causas mas claras. Este varfa alo largo del tiempo y, como con- secuencia, también los habitats. Se producen tendeneias y tam Dien oscilaciones dentro de esas tendencias, Durante el periodo HALLAZGO EN TURKANA: El erincofisil de un individuo Jjaven de Homo ergaster que vivié y murié en Kenia hace 16 mi Tones deafos. ‘que estamos considerande hubo wna tendencis hacia un clims nds fro seco, pera denteo de ella se prociyjeron oscilaciones 2 intervalos predecibles, Se alternaron tiempos més edlidos y Jndmedes con otros mas friosy secos. Un comportamiento, deta locomocién que habian resultado ventajosos en un perfodo ppudieron no serlo tanto en otro. Otrapresién que hizo aummentar Ja diversidad de los homininos qulzé fuera la competencia entre ellos. i das especies similares compartian un habitat, podrisn haberse forzado mutuamente & adoptar distintas estrategias {de supervivencia, Este fonémeno se denomina desplazamiento de caracteres y puede explicar las diferencias en los dientes v fen las mandibulas entre 2 boisei y habs, Mlentras que el primer grupo se natria de alimentos duros ¥fibrosos,el segundo preferta los mas blandos pero ms difieiles de encontrar, como la frutas, y en ocasiones también comia carne o médula ésea. Por otra parte, cuando los homininos fueron desarrollando di ‘yersos eomportamientos yculturas, su distinta vision del mundo podria haber impedido que les especies se fusionasen a través del mestizaje. ‘Ademas de estudiar as diferencias anatémicas, hoy es posible examina los fosiles mediante el andlisis molecalar. Sin embargo, todavia no disponemos de informacion genética sobrelos prime ros homininos, Por lo tanto, sigue resultando diffe distinguir entre los equivalentes a mis padres, abuelos y bsabuelos de Tos ‘equivalentes a mis tos y tins, respectivamente. El necho de que dos fosiles posean dientes o manebulas similares no significa {que compartan una historia evolutiva reciente. Estas coinci- ‘dencias pueden suceder parque un mismo nicho ecol6gieo ge nera soluciones morfologicas parectdas. A modo de ilustracin, pénsese en el diseBio de un hacha que funciona tan bien para talar eucaliptos en Australia como abetos en el norte de Europa, [Los australianoe ¥ los europeos podtrian haber desarrollado el ‘mismo disefio sin necesidad de que un grupo lo introdujera en lotro. También sabemos que la morfologfa no puede cambiar e forma ilimitada, Para cualquier tipo de animal o planta hay ‘un mimero finito de solueiones anatimicas 0 isol6gieas ante cl mismo desatio ecol6gico. De ah que el descubrimiento de un rasgo compartido en dos especies fsiles no implica una relacién taxonomica directa entre ambas. Podrfan corresponder & p rientes cereanos que hubieran desarrollado una misma solucién fisica ante unas eircunstanelas ecologicas similares. Entonees,£e6mo identificaremos en el futuro nuestros ant: pasados direvtos? Adems de apoyar Ia idea de que numerosas especies de homininos recorrian el planeta al mismo tiempo, ime atrevo air un pasa mAs allé. Preveo que se demostrari que Ja elevada diversidad de homininos deserita para los tims, ‘eustro millones de afios se extiende atin ms en el pasado. En parte, porque todavia no se lian dedicado tantos esfuerzos a ‘buscar f6siles de homininos de épocas anteriores. Sobre todo se han explorado vacimientos de hace menos de cuatro mill nes aos. Es cierto que Ia tarea no resulta fécil, Los homininos constituyen tna de las especies de mamiferos mas escasas en el registro fosil, Deben desenterrarse un sinfin de huesos de ce yyantflopes antes de poder deseubrir uno de hominino. Pera con tun esfuerzo coordinado podrian salir mas a la luz. Ctra razén me hace pensar que quedan mas especies de ho- mininos primitives por deseubrir: el registro fésil de los ma- ‘miferos ms communes presenta tants Unajes anteriores « los tes millones de aflos como posteriores a esa fecha. éPor qué no cabria esperar un patron similar en los homininos? Por dtimo, Jos yaeimientas de los primeros homininos que se conocen cu ‘bren menos del 3 por ciento dela superficie terrestre de Attica. Es muy’ pogo probable que con una muestra geogréfica tan te- dacide hayamos obtenido datos de todas as especies primitivas, de homininos que vivieron en el continente. ‘Anim asf, puede que eada nuevo hallazgo de un fos de mas {de custro millones afios de antietiedad nos traiga mAs incerti- @umbre, Cuanto mas nos acereamos a a separacion entre Ios, inajes de los humanos y los de chimpaneés y bonobos, més nos castard saber si se trata de un ancestro directo o de un pariente cereano, También resultard mas difiell de interpretar si una especie mieva corresponde aun hominino oa un antepasado de Jos chimpaneés y bonobos, incluso si pertenece a un lingje sin, representantes vives. Sila paleoantropologia plantea hoy retos formidables, sin duda en el futuro deberd encarar ain ms. De hhecho, todavia no estay eonvencido de que los esqueletos de Malapa perteneciesen a antepasados directos de los humanos. Pero es precisamente este tipo de obstéculos los que hacen tan, fascinante esta disciplina PARA SABER MAS Fesisrate questions about huan ances. Eve Cabana ature Pubicao ents ese de 70 “What doesitreanto be human? Pooara dels Ores Huns del uta Sse: i humanergns eda roll humana, W. AA, cee TEMAS de a4 206 ‘Un hisorintrincade Katine amen en bi e203 ‘Ginents as de Homo hails Berard Vodenby cbr 2014 [Novem 204, InvestgaconsCiensines 27 CAMBIOS CLIMATICOS Y EVOLUCION — HUMANA PP comin ter merece ectce ecm neta ond ecos favorecié que algunos de nuestr ancestros adoptaran re Pai ere uO MaLCROLERO Se eNG nea TTCerEevT | Sea OL a ‘VENIMOS. 8 N MI ASCENSO POR LA ESCARPADA ORILLA DE UN PEQUESO barranco cercano a la orilla del lago Turkana, en el norte de Kenia, hago un alto en una loma. Desde ella i se divisa un vasto paisaje desértico. El color jade azu- lado de las relucientes aguas contrasta con el marron #e& rojizo de los alrededores. Este estrecho y alargado mar, enclayado en el Gran Valle del Rift, debe su existencia al serpenteante rio Omo, que vierte en él Ja escorrentfa de las Huvias monz6nicas esti- vales caidas en el altiplano etfope, cientos de kil6metros al norte. El ca- Jor impone respeto. El sol cae a plomo sobre el ardiente suelo rocoso. A] otear el polvoriento horizonte y ver ¢} lago titilar en la distancia. me cuesta pensar que este paisaje no siempre fue un desierto. ‘Sin embargo las pruebas de un tiempo asia ‘mucho nids hiimedo se hallan por doquier Sin ic ids eos, el pequerio repeco Bajo mls pies est ormado por una sriesa capa de sedimentos lacus sveside 3,6 millones de aos de antigtedad, exan- do un Turkans mucho mas extenso y profundo ‘colimaba la cuenca Los fsiles de peces abndan ‘los restos eristalinos de algas eanforman capas de arent blanea, Ea el pasado, Tas praderas; los: ‘bolas Tos Iagos tapizaban lo que hoy no es mas ‘que un desierto de 0a. ‘Cada vez mis clentificas creen que Tos canblos limaticas come 6 que aeabamos de deseribir ‘desempenaron tin papel clave en a evolucion de nuestra especie. En la region del ago Turkana, as{ como eit otros yatiniientos del este y el Sur DEDONDE | de Africa, se encuentra la mayor parte del registro fésil corres: Pondiente a los primeros estadios de la evolueion humana ya, ‘rayeetoria que siguié cuando, hace unos site millones de aos, rngestro Tinaje se Separé del de los simios africanes Los datos muestran que algunas de Ins grandes variaciones ‘que ha sufrido el cima del continente coineidieron con dos acontecimientos clave de nuestra historia evolutiva, El primero ‘vo lugar hace entre 2.0 2.4 millones de ali, cuando el lina- je de la famosa Lucy, Australopithecus afarensis, se extingwi6, ¥y aparecieron des grupos bien diferenciados. Uno ya dejaba fentrever algunos rasgos modernos, como un mayor volumen, cerchral; sus representantes no eran atros que los miembros ‘més antiguos de Homo, nuestro género, y junto a sus fosiles, se han hallado las primeras herramientas de piedra sin tallat, El segundo grupo mostraba tn aspecto distinto, Con una com. plexldn fuerte, mandibulas robustas y conocido ean e! nombre colectivo de Puranthropus, acabarfa extinguigndose. El segundo gran acontecimiento Neg6 en torno a un millon de anos después. Hace entre 1,9 y 1.6 millones de anos spareeié una ‘especie mis earnfvora y dotada de un cerebro atin mayor: Homo ‘erectus, también conocido como Homo ergaster. Su esqueleto, mis alto y earacteristico de un individuo mas 6g, apenas podta dlistinguirse del de los humanos actuales. Aquella especie fue tan bien la primera en abandonar Africey poblar el sudeste asiatico, y Europa. Al mismo tiempo, la téenica Iitea mejoré de manera, notable y surgievon las primeras hachas de mano con grandes, ‘hojaseuidadosamente talladas por ambos lados. Por qué esos hitos evolutivos, augurios dela humanidad ac- ‘ual, se enenentran tan préximes en el tiempo? Algunos expertos creen que la causa podfa residir en dos episadios de cambio climatico. Tales Impactos ecologiens, oeurridos tras prolonga- dos periodos en los que el cambio habia sido gradual, habrian , En una de sus primeras versiones, planteaha que ‘nuestros primeros ancestros, con una bipedestacion ereciente, tun cerebro voluminoso y dotades de la facultad para fabricar herramientas, se encontraban mejor adaptados pars expandirse por Ia sabana, donde la competicion por Ios recursos era mas, feroz, Nuestros antepasados simiescos habrfan quedado asf re legadis al ambiente boscoso, cada ver mas exiguo. ‘Sin embargo, esa explicacion —que atin puede verse en al- sgunos libros de texto— es incorrecta. La transiclén del bosque ala pradera no se produjo en un solo paso, sino en una répida, sueesiOn de cielos himedos y secos que, a lo largo de distin- tas etapas, evoluciond hacla condiciones eada vex mas &ridas. ‘Tampoco sdquirimos nuestros rasgos humans de repent, sino ‘alo largo de una serie de cambios bruseos que colneldievon, precisamente, eon alteraciones ambiontales, CICLOS HEMEDOS ¥ SECOS. Las pruebas de eambios bruscos en el medio y en nuestro de- sarrollo evolutivo no solo proceden de la terra, sino también, {del mar, Debido a la erosidn y a otras alteraciones geolégicas, los sedimentos terrestres africanos pueden resultar diffeles, {de estudiar. En el oeéano profundo, sin embargo, permaneven, EMT DIBTAPR CAMBIOS CLIMATICOS Y EYOLUCION HUMANA Paranthropus boise (equierda), un ancestro distante, vivia en llanuras abiertas. El andlisis quimico de su ddontadura ha revelado que se alimentaha principalmente de plantas herbiceas similares. En el mismoambiente, sinembargo, Homo ‘rectus (derccha),en ocasiones tambien llamado Homa ergaster, adopt una dieta més variada. Esa flexibilidad pudo haber favorecido ss éxito evoltivo. inalterados, Al perforar el fondo marino en las proximidades de la eosta africana, los gedlogns hemos podido remontarnos, millones de afos tris gracias a la extracci6n de larg0s te de sedimentos. Obtenerios reaulere buques especiales, razin por la que, en otofa de 1987, me embarque con tn equipo de 27 expertos a bordo del JOIDES Resolution, un. navio interna ional de més de 140 metros. «iTestigo a bordo!», voceaba par megafonta el perforador. Al ofrlo refunfundhamos, nos ealdbamos nuestros sombreros para protegernos del sol eegador de Arabia, abandonabamos nuestros frescos y eGmodos laboratorios y salfamos a buscar otra columna de 9 metros de sedimentos ocednicos. Durante quella expedicion, perforamos estratos de sedimentos en « mar de Arabia a 0 largo de unos 25 kilometzos y obtuvimos testigos de hasta casi 800 metros de profundidad bajo el fondo marino, Desde que los linajes de los grandes simios y el del ser hhumano divergiesen, hace varios millones de afios, el fondo ‘edie dela zona habia acumulado casi 300 metros de barro, ‘a razén de algo menos de 4 centimetros por mllenio Tales sedimentos se componen de una mezela de un material blanea de grano fino, correspondiente a conchas fésiles de car bonato de calcio procedentes del antiguo plancton oceanic, y ‘unos grands llmosos mas oscuros transportados desde Africa y Arabia por Vientos monz6nieos. Una mezeia de aspecto oscu oY arenoso indica temporadas secas y polvorientas. En caso {de mostrar tonalidacdes claras, revela condiciones més hime das, Al examinat los testigos, comprobamos que la alternancia entre capas claras y oscuras se repetia eada 90 eentimetros es decit, cada 23,000 alos, Quedsba asf claro que la historia del lima africano se caracterizaba por continuas fiuctuaciones entre perfodos hiimedos y secos, no por una Gnica progresién hacia la sabana ‘Semejantes alteraciones reflejaban la conocida sensibiliad el cima monzénico aftieano y asttico a las ligeras varlaciones, ‘que, con un cielo de 23.000 aos, experimenta ta Orbita terest. Estas modifican la cantidad de radiaci6n solar que ineide sobre staciin dads, Bn el caso del norte de Africa y el sur de Asi, un mayor 0 menor aporte de ca Jor durante el verano implica un aumento o disminucién de las precipitaciones, lo que provoca que esas zonas se tornen, respec LUvamente, més himedas o mas seca. ‘Hasta qué panto se-volvio iiimedo el elima norteafrieano ha ‘quedado registrado en magnificas pinturas rupestres de hace entre 5000 ¥ 10.000 aos, €poca del ditimo periodo hiimedo en. la regin. Varias pinturas deseubiertas en el Sahara muestran, paisajes verdes repletos de elefantes, hipop6tamos,jiatas, co codrilos ¥ cazadotes persigniendo gacelas. Lo que hoy es un desierto se encontraba entonces cubierto de herbay érboles; las cuencas lacustres, ahora sepultadas por las duns, se hallabian repletas de agua. Un eaudaloso ro Nilo desembocaba en el Me- Ato | Ri Pranteps BL Aesraptecs {900,000 afios desde su aparicin, hace 3,8 millones de aos. Sin embargo, el registro f6sil nos dice que sus integrantes desapare- cieron hace poco menos de tes millones de anos. Poco despues surgi el grapo Paranthropus, al que siguieron los primers in dicios de hachas y raspadores de piedra, datados en unos 2.6 m- Tones de aris de antigiedad, Los primeras fosles de Homo se remontan a potos cientos de niles de alos después. Hy sabemos que esa transicion en muestro rool genealégieo yenel desarrollo téenico coincidié eon un periodo en el que el ‘lima eambi6 de manera més general, Semejante conclusion ha sido posible gracias a un brllante ejercicio detectivesco, eonsis- tente-en sezuire rast de as plantas que crecfan en amblentes Ingmedos y seeos. ‘Las sabanas constituyen ecosistemas tropicalesabiertos com- ppuestas por hierbas, jancosy, en ocasiones,salpicados por drho- Jes leiosos, Su hierba se encuentra bien adaptada a ls regiones calidas y secas gracias a que absorbe el carbono atmosferico por una ruta fotosintética espectica: la via C&. Las reacciones, ‘quimicas que la caracterizan tienden a eonsumir menos carbon ‘¥ agua, lo que resulta beneficioso en ambientes secos ¥ pobres en 00,, Por el eontratio, los érboles y otras plantas lefosas re- ‘quieren ecosistemas ms hiimedas, Ello se debe a que reeurren 4 la via fotosintetica C3, Ia cual necesita mas agua. ‘Thure E, Cerling, de la Universidad de Utah, y sus eolabora- ia Prope de catono 13/2 p> Ae Propane carbon f/2 ‘carbono 13 frente earbono 12 que los arbustosy plantas efiosas del tipo C3, En estas dltimas, la misma praporeton de isétopas resulta menor, Ast pues, los investigadores se pereataron de (que podian tomar muestras de suclo 0 nédulos de roea de un, ambiente y época dados, analizar la proparcién isot6pica del cearbono y, a partir de ella, derivar con precision el poreentaje de vegetacion herbcea Cé frente al de plantas leflosas C3 presettes fe aquel momento y lugar ‘Al analizar os sedimentos de las zonas de Africa oriental don- {dese haan encontrado files dehomininas, hallaron que, hasta hace ocho millones de tis, el paisaje estuvo dominado por bos- ‘ques, campos de arbustos C3. partir de entoneces sin embargo, le proporeién de praderas de hierba C4 comenz6 a aumentar. Hace entre tres y dos millones de aos tuvo lugar un cambio ripido y de magnitud considerable. Las extensiones de hierba, se expandieron por lo que hoy es Kenia, Etiopfa y Tanzania, Elo deriv en un aumento dela proporcidn de animales de past, tl y ‘como evidencia el abundante resistro fil. Hace poco més de dos millones de afios, los antlopes africanos —euyos euernos, bien reservados, muestran toda una variedad de formas indicativas de diferentes especies—experimentaron una ampliaespeciacién, extinelon y adapiaeién. Lo mismo ocurri6 eon nnestrosantepass- ‘dos homininos, Sin embargo, los hvidos dan cuenta de un tercio eos fosiles africanos, porlo quesu estudio aporta muchos més datos que el de los escasos restos de homininos. Elisabeth Viba, paleont6loga de la Universidad Yale, ha efec- tuado un anslisis panafricano de la evolucion de los bovidos durante Tos étimos seis millones de alos, Su estudio ha ident fteado periodos muy coneretas en Tos que Ta velocldad de espe ciacion y estinci6n se encontraba muy por encima del nivel de referencia, Los dos eventas mas prontinelados ocurrieron hace ‘unos 28 1.8 mullones de afios, justo a época en que los gedlogos than inferido un rapido crecimiento de las praderas, si bien las investigaclones recientes de René Bobe, hoy en la Universidad George Washington, y Anna K. Behrensmeyer, de la Institeion ‘Smithsoninans, lndiean que tales episodios padrfan haber sido ‘més moderados. La anatomfa de los fésiles muestra que algunas especies sicaron provecho del cambio de paisae. Por ejemplo, ‘aparecieron nomerosos bividos uptos para el pastoreo, con mo- Tres bien adaptados a una dieta herhcea y abrasiva. DIRTA ¥ AMBIENTE, Al qual que-en el easo de Tos bévidos, aquel cambio en Ta vege- taei6n elereié con toda probabilidad un efecto profundo sobre ‘nuestros ancestros. Al respecto, las investigaciones sobre la die ‘ta de nuestros antepasados se han revelado como una valiost fuente de informacién, Del mismo modo que los is6topos pre- sentes en el suelo nas permiten deducir la abundancia relativa ‘de praderas en un entorno remoto, Jos expertos han comenzado ‘aestudlar la composicion isot6pica de a dentadura de nuestros, ‘ancestros, El andlisis del earbono contenido en ia dentadura de tun estadounidense contemporéneo, por ejemplo, lo asociaria sin, lugar a dudas con las hierbas C4, ya que gran parte de su dieta (yacuno, refresoos, aperitivos, cules) deriva en altima instancia ‘dol maiz, una planta de tipo Cs Las modifcaciones en la dieta parecen formar parte del se- ‘gunde hito evolutiva de nnestra historia, ocurride hace unos dos rulllones de atios y sl que se remontan los primeros fosiles de Homo con un aspecto més moderne. Tras analizar dentaduras files halladasen ta cuenea del Iago Turkana, Cerling y su equipo ppubliearon el aiio pasado un notable estudio que demostraba ‘que, hace justo unos dos millones de afios, tuvo lugar una di vvergenela dietétiea entre los primeros miembros de Homo y los integrantes del grupo Paranthrepus, de grandes mandibulas. Una especie, Puranthropus Dose, ha reeibldo con frecuencia el apodo de Hombre Cascanueces Gebido al impresionante tamafo de sus, ‘molares ya sus enormes mandfbulas El andlisis isot6pieo de su ddentadura apunta a una diets basada sobre todo en plantas C4. Sin embargo, la presencia de fnas estrias microscépicas en Tas pleas dentales indica que no cascaba nueces en absolut, sino ‘que se alimentaba de hierbas y arbustos. ‘agran sorpresa llegé con Homo, Sus primeres representan- tes siguieron una dieta que contrasta con el paisaje dela época, tendente a cubrirse de plantas C4. El andisis isotpico de su ddentadlura rovela una alimentacién asombrosamente mixta, con proporsiones de en torno al 85 y 95 por ciento de plantas C3 y 4, Ast pues, Homo buscaba distintos alimentos en un paisa je cada vez més uniforme. Los primeros Homo adoptaron una ieta variada y exible, y sus genes han legado hasta nosotros. Paranthropus, que oeups un nicho dietéties muy estricto de plantas de tipo C4, acabé extinguiéndose, Resulta tentador especular con la posibilidad de que las hherramientas complejas que vieron la luz junto con esos prime= ros Homo ~hachas de mano, machetes y otras cava elaboraci6n roquerfa un mayor esfuergo y podian servir a multiples fines aayudaron a sus fabricantes 4 aprovechar toda una variedad de recursos alimenticios. Afin no saberos a ciencia elertz qué co- ‘ian; sin embargo, sf eonocemos las adaptaciones dietéticas ‘que los condujeron al éxito, VENIMOS: LLENAR LOS HUECOS A pesar de lo sugerente de la historia anterior, esta presenta al- ‘guna lagunas; en conereto htecos de varios miles de afios en las secuencias de sedimentos terrestres. Una vermis, sin embargo, ‘poemos recurriral registro marino, enel que una prometedora ‘tenia desarrollada durante a Gltima década permite trazar de manera continua los cambios de vegetacion. Todas las plantas terrestres presentan en sus hojas una pe- LWeula cérea que las protege de posibles daisy de la deshidra: tacién, Cuando mueren o se deterioran, el viento transporta ‘esa pelfeula junto con el polvo y otras partfeulas. Dicho recu- ‘brimiento se compone de lipidos, moléenlas que no solo resis- ‘ten la degradacién, sino que reflejan la composiei6n isotopica representativa de las plantas C3 v C4. Una vez separados de los ‘sedimentos por medios quimieos, eos ipidos de eras vegetales pueden analizarse. La abundancia relativa de wn tipo partial nos permite deducir qué proporeién de hierba frente a arboles ‘¥arbustos rein6 en el pasado. Gracias a dicha técnica, Sarah J, Peakins, dela Universidad e California del Sur ha reconstruido el medio en que habitaron Jos homininos. & partir de sedimentos procedentes del zolfo de ‘Adén, entre Somalia la peninsula arébiga, ha confirmado que las praderas de Africa oriental se expandieron hace entre tres y 4dos millones de afios, Negando a aumentar su tamafio en tal vez ‘un 30 por ciento, Feakins hall6 también que los biomarcadores de cera vegetal variaban conforme a los cambios répidos pro {ueldos por los eilos orbitalesy los monzones. Las praderas y Toshosques avanzaban y retrocedien de acuerdo a esa eseala de tiempo, mas corta, y buena parte de las alteraciones llegaron a aleanzar la misma magnitad que el eam a largo plazo hacia ‘un paisaje més abierto y formado por plantas herbceas. En {amoso yacimiento de la garganta de Olduval, en Tanzania, que fue habitado por homininos hace 1,9 millones de aftos, Clay ‘Magill y Kate Freeman, de la Universidad de Pensilvanta, han ‘egistrado variaciones similares de los biomarcadores Poco a poeo vamos entendiendo mejor el origen de nuestra ‘especie. Atrés queda la vieja imagen en la que nuestros ances ros emergian de un oscuro y remoto bosque para dominar las praderas, En su lugar, disponemos de pruebas que apuntan & una serie de cielos climaticos répidos y a dos grandes cambios {que originaron la sabana africana que conocemos hoy. Los mis cesitosos de nuestros ancestros se beneficiaron de una flexibill ‘dad que les permiti6 adaptarse a esas alteraciones del medio. ‘Aunque los expertos atin éeberdn consolidar el vineulo entre lima yevolueién, parece que la eterna pregunta acerca de cémo hhemosllegado a eonvertimnos en To que somos ya no se encuentra fuera de nuestro aleance lima and ram cvolton. Peter. dena See, 39, iss 40-50 erro dei, “stable sotoe-boed det ecorstreton of Turkana basin aaa. Thre Cerna. ea Peis te Neon enemy oes USA. sol 0229s. 050140506 niode 20 {volton fis Hom:Anintegratod bili perspective S.C. Artén, Pets Ly Aloe Scr 34, pls 3658 368228 slo amis, anos ce humana? Khar, Por en jl de 2008, ‘Noviembre 20 Invxtsaconyciencns 88 DE DONDE DEDONDE fe i ‘VENIMOS OLPE DE | SUERTE Seguin las teorfas tradicionales, el éxito de nuestros antepasados se debié fundamentalmente Una naeva tora considera quelaetrandnaria a su capacidad para fabricar el ee aaa eee herramientas. Una revision de hhumanos se debi a una combinacén de av Se ae A nuestra historia evolutiva afiade calc ati ee grandes dosis de suerte a todo tls an arian ado con ganar el proceso sli seme tecesron Dia | bad ee dicrsal es faculad snblea rica fue, casi on sta tid fo que pets que nuesasartpasades efiminasenosobrevvesen al resto desu compe tidores hminns et pace tempo. Noviembre 201, vetigninyClenlacs 35 Jan Tes = peoorropsogoy conser eréio ei Musen Amano de Hist Naural ev Nie York ‘Suinvenigaen se etre os anos lk 8 HUMANOS SOMOS PRIMATES muy peculiares. Camina- mos erguidos, mantenien- do el equilibrio de nuestro pesado cuerpo con ayu- da de dos pequeiios pies. Nuestra abultada cabe- za luce un rostro diminu- toy mandibulas reduci- das, engastadas bajo la parte frontal de nuestro globoso neurocraneo, Pero lo mas sorprendente tal vez sea la ma- nera en que procesamos la informacién. Hasta donde sa- bemos, somos el nico organismo capaz de deconstruir mentalmente tanto el mundo exterior como sus expe- riencias interiores y plasmarlos en sfmbolos abstractos, los cuales empleamos para generar nuevas versiones de la realidad: no solo podemos deseribir el mundo tal y como es, sino también imaginar c6mo podréa ser. 3s ‘Nuestros antepasados nunea fueron tan exeepeionales, EL sistro féxil muestra que, no hace mucho més de siete millones de aris, nuestros ancestros eran eriaturas simleseas que vivian cen los rboles y necesitaban sus cuatro extremidades para des plazarse; tenian un rostro grande y prominente, eon poderosas ‘mandibalas situadas por delante de un modesto neuroersneo. Con toda probabiidad, sus facultades cognitivas equivalfan a las de los ehimpaneés modernos. Aunque se trata sin duda de animales listo, habilidesos y capaces de reconocer sfmbolos e {incluso combinarios, los simios antropomorfos actuales no pares cen eapaces de reorsanizatlos para crear nuevas realidad. Para convertirse en Homo sapiens, aquel antepasado hubo de sufi, _mgltipleseambios evolutivos en muy poco tiempo. ‘Puede que siete millones de afis parezcan muchos, pero nno representan més que un instante para una transformacién, asi, En general, Ins especies de primates estrechamente empa rentaas —y, desde luego, aquellas que pertenecen a un mismo ‘género— no muestran grandes diferencias en sus rasgos fsicos ‘nf cogultivos. Adem la vida media de una especie mazfera se «estima en unos tres o euatro millones de anos; es decir. 1a mitad de tiempo durante el que el grupo de los homininos (que nos ‘ncluye a nosotras ya nuestros narientesextinios mds cereanos) hha existido y se ha transformada hasta quedar irreconoeible. una historia evolutiva consiste en que unas especies dan lugar a ‘otras, como sabemos que sucede, ia tsa de especiacidn de mues- tuo linaje tuvo que haberse aeclerado de manera muy notable para legar a experimentar semejante metamorfosis. {96 INVESTIGACIONY CIENCIA, noviembre 2018 éPor qué en nuestra familia la evolucion ‘oper6 con tal rapidez? {Qué mecanismo pro- ‘yoo esa aceleracion? Aunque resulteextrafo, tales preguntas no son Tas que mis han oeupa- Go aduienesestudizn el registro f6si.Casi con seguridad, la respuesta guard relacion con la ‘capacidad de nuestros antepasados para re- solver problemas mediante el uso de herra- rmientas litieas, ropa, rofugio, fuego y otros ‘elementos queen eonjunto, se conopen con el nombre de «cultura material. Durante largo ‘tiempo los experios han mantenido que lase- Teeei6n natural favoreci6 a aquellos humanos areaicos con mayor eapacidad para innovar ¥ compartir eonoeimentos. Los individuos ‘mis competentes sobrevivieron yse reprodu- Jeon més que el resto. To que se tradujo en un ‘vance sostenido para todos los homininos. Por sf solo, sin embargo, ese proceso no ‘nabria bastado para remodelar de manera tan radical el linge bumano en siete millones de afios. A medida que nuestra conocimiento sobre el clima de los dltimos dos millones de afios se ha ido ampliando, una nueva imagen ha comenzado aver in tuz. Segin esta, varias fuctuaciones elimticas muy acusadas se sumaron a ecutura material para aclerar el ritmo evolutivo de nuestros antepasados. arece probable quela fabricacién de herramientas y otras téenicas ayudasen alos primeros homininos a adentrarse ‘en nuevos ambientes. Sin embargo, cada vez quelas condiciones climatieas se tornaban adversas, esos avances ya no bastaban, para garantizar Ia supervivencia. Numerosas poblaciones se disgregaron, Ello permitié que, en algunos de esos grupos mas ‘pequefios, os eambios genéticos y la innovacién cultural arrai~ sgasen mucho més rapido que en una gran comunidad. Otras poblaciones pereeieron. ¥ la especie que en ditina instancia prevaleeio —Ia nuestra debe su éxito a factores contingentes, ‘como las fhueuaciones eliméticas, tanto como a su talento. BAJAR DE LOS ARBOLES ‘A pesar de la enorme importanefa de la cultura material en la gestaci6n de un fenémeno tan extraordinario eomo Homo ‘saplens, su aparicién tuvo lugar en un momento relativamente tardio, Mas de cuatro millones de afios antes de que nuestros, antepasados aprendiesen a utilizar herramientas, sus ancestros ‘tuvieron que bajar de los rboles y adaptarse a vivir en el suelo, toda una proeza para un simio con cuatro extremidades prenso- ras. Aquel paso hubo de requerir un simio antropomorfo eapay, de mantener su tronco erguido de forma habitual. ¥, de hecho, se sabe que esi postuira la adoptaron algunos de los primeros hhominoideos (miembros de Ta superfamilia ala que pertenecen 1s simios antropomor‘os y ls homininos) lorigen de nuestra alterada anatomia puede retrotraerse al hecho de haber bajado delosdrboles Pero, aunque también sir- +i6 como punto de partida para otras adaptaciones pasteriores, no aceleré e1riumo evelutivo de Tos acontecimientos. Durante los ‘ino primeros millones de anos, los homininos evolucfonaron de forma muy parecida a cualquier otro grupo de primates con éxito, Al prineipio, el Arbol genealogieo humano era frondoso, ‘con nuumerosas especies coetdness que tanteaban el potencial ‘que ofreca caminar de pi, Pere aquellos primeros experimentos no propiciaron ninguna transformacién profunda: en términos de dénde y e6mo vivian, todos los homininos de aquel periodo ;parecen varlasiones dean mismo esquema bsico, En su calidad ‘de eriaturas a medio camino entre los deboles y habitats mas abiertos, aquellos ancestros conservaron un eerebro yun cuerpo ‘moderados y proporeiones corporales primitivas: piers cortas y brazos dotados de gran movilidad ‘La tasa evolutiva solo empezo a acelerarse de manera dréstl- ccacon la aparicién del género Homo, haee unos de dos millones de aflos. Sin embargo, la cultura material labia aparecido en forma de herramientas litcas al menos medio millon de aos, antes. Esa eircunstaneia apoya con fuerza la idea de que la cul- ‘nea alimento la rapid transformaeion que hizo que tna suce- sidn estable de simios antropomorfos arborieolas se convirtiese ‘en un linaje hunano que vivia en el suelo y evolucionaba con, rapidea, En Africa se han hallado dtiles de piedra rudimenta- ros de 2.6 millones de afios e indicios aan més antiguos de ‘mareas de herramientas en huesos de animales, Casi con see ridad, fueron los hominnos primitivos quienes fabriearon estos, ‘tiles simples: pequefas lascas afladas extraidas de nfcleos de piedra del tamatio de un puto. ‘Apesar de su anatoma arcaiea, aquellos primeros fabricantes de erramientas ya nabrian superado eon muchos eapaciades, cognitivas de los simios antropomorfos. Nisiquiera con ayuda de ‘un Intenso entrenaniento aprenden Tos simios antropomorfos aactuales a golpear intenclonadamente una piedra contra otra ‘para obtener tna lasc. Estas seempleaban en el despiece de Tos ceadaveres de mamiferos pastadores, Somejante comportamieato, totalmente novedoso, implica que la dicta de los homininos se ‘amplid de repente, De ser funcamemtalmente vegetarians, pas 1a Incorporar grasas y protefnas animales (si bien se desconoce {aquellos individuos se zlimentaban de earrotia o practicaban, lneaza activa) Ala postr, esa dieta més rica acabaria permi- tiendo el rapido crecimiento del cerebro fvida de energia que caracteriza a Homo, IRRUPCION DEL SIMBOLISMO: Nuestra singular capacidad para el pensamiento simblico ceslo que parece distinguirnos del resto de las espe- cis. Este oere grabado (equierda), procedente de Tacueva de Blombes (abajo), en Sudfrica,es uno de os restos mis antiguos conocidos que relejan claramentedicha fueultad, La regularidad del ‘azado leyaa pensar que codifcaba algtin tipo de informacidn, Aunque Tos bi6logos debaten con fervor sobre qué fésiles corresponden las primeras encarnaciones de Homo, cainciden fen que los primeros homininos eon proporeiones eorporales similares alas nuestras aparecieron hace menos de dos millones, {de aos. Hacia la misma época, los homininos abandonaron Africa yse dispersaron por el Viejo Mundo. Aquellos individuos yacaminaban enguidosy con largas zaneadas, vivian en sabanas ttiertas, lejos de la proteecién del bosque, ¥ casi con seguridad distrutaban de una dieta rica en recursos animales, El cerebro de los primeros miembros de Homo era apenas algo mayor que €1de los primeros bfpedos. ace un millon de aos sin embargo, ‘su volumen se habia dablado,y hace 200,000 vatviéa duplicarse. 2CARRERA ARMAMENTISTICA EN EL HEL Esta tasa de ineremento cerebral resulta asombrosa desde cual ‘quiee punto de vista. Ha sido identifeada en al menos tes linajes independientes de Homo: elque condujo a Homa neanderthalen- sien Europa, el de los tltimos Homo erectus en Asia oriental, y e1de Homo supiens en Africa. Esas tendencias paralelas indican, por un lado, que un cerebro voluminoso proporeionaba una ven taja adaptativa: por otro, que el aumento ce masa eneefilica no fhe exelusivo del linaje que culming en Homo sapiens, sino algo ‘comtin en ol género Homo. Tal vez esa tendencia insinte alin tipo de carrera armamentistia, ya que la adopelén de armas arrojadizas hizo que, para cada uno de esos grupos hnumanos, Jos depredadores mas peligrosos fuesen otras comunidades hu: manas con las que habian de eampetir por los recursos. La explicacion tradicional del rapido aumento enceféico {de los homininos, apeyada por los psicdlogos evoluetontstas, Noviembre 204, Ivetgaion Ciena. 37 recibe e! nombre de coevolucién gens ‘tlea-cultural. Esta implies una accion ‘continua de la Seleccion natural sobre _generaviones sucesivas, asf como uta in tensa retroalimentacion positiva entre Ja innovaeién cultural y la Bfol6gica. A ‘medida que los individuos eon un cere= bbro mayor prosperaban generacién tras ‘generacidn, la poblacion en eanjunto se ‘tomnaba mas inteligente; como conse ‘cuencia, desarrollaba mejores téenicas _y herramientas, o que contribufa a una, adaptacion atin mejor Segin este mode- Jo, la interacci6n entre genes y cultura aactud sobre un linaje de especies que se iba transformando de manera gradual. Ello habrfa aumentado la inteligencia y 1a complefidad conduetual de nuestros, antepasados ylos habia predispuesto a ‘evolueonar eon rapidez. No obstante si reflesionamos un mo- ‘mento, nos veremos obligados ¢coneluit ‘que tuvo que oeurrir algo més. Uno de los problemas deese escenario radica en cRONOLOGEA Historia de la innovacién grupo de los haminines, al cual pertenecemas ls humans, ha sufide gran- des transformaciones anatémicas, conductuales y cognkivas durante los i ‘0s 4 millones de aos. Al principio de ese perfodo ya habian comerzado.a bajar de os rboles. Hace uns 2.6 millones de afes aparacieron las primeras herramientas de piedra: as marcas de corte halladas en huesos de mamferos sugieren que habian comenzado a desmemirar cadlaveres incluso antes, lo que ccondujo a una dieta que cadaver inclula més protenas animales. En iio tr rmino, ese cambio en la almentacién impulsé el résido aumento de masa ence~ falca que two lugar después de que apareciosen ls primeros representantes sde Homo, hace une 2 millones de afios. ‘que presupone un conjunto de estreses, daptativos constantes alo largo de ex- ‘tensos periodos de tiempo. Pero Homo ‘evolucioné en una época en la que se sucedieron Ias glaciacio- nes: cilos en los que el casquete polar del emisferio norte se ‘extendia hasta lo que hoy es el norte de Inglaterra y en los que Jas regiones tropleales se tornaban extremadamente fridas. En medio de tales inestabilidades, no pudo existir una presion se- Jectiva constante que apuntase siempre en la misma direccién. ‘Cuanto ms aprendemos sobre esas oscilaciones climsticas, mas ‘evidente resulta hasta qué punto hubo de ser inestable el am- Diente en que evolucionaron nuestros antepasados. Los sondeos ‘efectuados en los easquetes polaresy en el fondo aeeiinieo reve- Jan que las Juctuaciones entre las épocas de fro extremo y las de temperatura suave se intensificaron hace unos 14 millones ‘deaios, Por tanto, los homininos habrfan tenido que reaccionar ‘con gran frecuencia esns cambios abruptos. tro problema de Ia explicacién tradicional radica en los restos materiales que han legado hasta nosotros, Estos no re flejan un aumento paulatino de Ia complejdad teenica durante Jos atimos dos millones de afos. En su Ingar, sugieren que la ‘innovacién tuvo lugar de forma muy esporidiea. Los nuevas tipos de herramientas parecen haber aparecido en momentos, ‘puntuales separados entre si cientos de miles 0 incluso un mi- lon de aris; entre medias, solo se observan ligeros retoques de los fitiles ya existentes. Los homininos de este perfodo parecen ‘haherreaceionado a los eambios ambientales dando nuevos usos ‘aherramientas viejas, mas que inventando otras. Taidea de una evolucion gradual se enfrenta también ala fal- tadeprucbas que indiquen que las eapacidades cognitivas de Ios ‘homininos fueron aumentando de manera gradual. Aun cuando ‘sungia una mueva especie de Homo con un encéfalo mayor, las ‘téenicas ¥ los modos de vida antiguos se mantenian, La inno- ‘vacion se daa. de manera intermitente y no soa coineidir eon Taparicion de una nueva especie, sino que tenia ugar durante Ja vida evolutiva de las que va existian. De hecho, la primera ‘prueba incuestionable de una mente simbsliea moderna data ‘de muy tarde, sugiere que esta naci6 de forma bastante repen 38 INVESTIGACION ¥ CIENCLA, noclembee 208 tina, Los objetosclaramente simbalioos mis antiguos —dos pla- «as de cere palidas con grabados geométricos, halladas en Ta cue- va de Blombos, en Sudafrica— se remontan a hace 77.000 anos; cs decir, a mucho después de que el ser humano anat6mieamente ‘modemo entrase en escona, hace unos 200.000 aos. Dado que dichos grabados exhiben una gran regularidad, los investigadores creen que codifleaban algtn tipo de informaci6n. Un logro tan. zepenting ao casa bien con un avance intelectual progresivo seneracion tras generacion, EL POTENCIAL DE UNA COMUNIDAD PEQUENA Parece claro que, para explicar la répida transformacion de los hhomininos durante las glaeiaciones, hemos de mirar ms alla de Tos procesos evolutivos que opera en un Tinaje dado. Con todo, no tenemos por que dejar de lado los faetores en los que se’basa el madelo de coevolucion genética-eultural: las presiones, anbjentales yla cultura material. Simplemente, estos sehabrian conjugado de un modo distinto. Para entender la manera.en que tales agentes pucdieron haber desencadenado el rapido eambio cvolutivo, hemos de tener en euenta que, para que una poblacion, adopte una innovacién sustancial ~ya sea genética o cultural, su tamano debe ser reducido. Las comunidades grandes ¥ muy ddensas arrastran demasiada inercia genética, o que les impi- de cambiar de manera eonstante en una misma direcciGn. Los ‘grupos pequetios y aislados, en cambio, desarrollan diferencias, ‘mucho ms a menudo. En. actualided, la poblacion hnmana es sedentaria, gigantes- ‘ay se estiende por todas las dreas habitables del planeta. Pero, cen Ia época de les glaciaclones, Jos homininos eran eazadores ¥ recolestores némadas, que dependian de la generosidad de la naturaleza y que ocupaban zonas muy escasas y dispersas del Viejo Mundo, Los bandazos de temperatura y hummedad, ¢ incluso Jas huctuaciones en el nivel del mar y de Tos lagos,infufan de manera muy acusada sobre es recursos disponibles en cada 70m, alteraban la vegetaci6n y desplazaban 2 los animales, Cuando es0 DEDONDE VENIMOS: cura, una region podla tornarse hostil o incluso inhabitable hasta que las condiciones volviesen a mejorar Los homininos que vivieron hace entre uno y medio millén {de arios disponfan de un abanieo de wenicas —desde fabricar hherramientas hasta construir refugios. cocinar— que les habia, penmitido trascencer as Inmitaciones puramente fsiol6gicas ¥ ‘explotar el medio de forma mas eficiente que las especies ante- lores, Dichas tgenieas habrfan brindado alos homininos de la, Edad del Hielo la oportunidad de ocupar cada vez mas habitats En las épocas de bonanza, habrian posibilitado que las pobla ciones se expandiesen y ocupasen regiones marginales que, de ‘tro modo, habrian quedado fuera de su aleanee. Pero, cada vez, «que el dima se deterioraba, la cultura no habria bastado para Inacerle frente. Como resultado, numerosas pablaciones se ha brian diezmado y fragmentado, “Tales grupos pequeriosyaislados habrian yozalo de las cond ciones idesles para afianzarlas novedades genéticasyeulturales, asi como para una especiacién posterior. Cuando las condiciones ‘mejoraban de nuevo, esas poblaciones modificadas se habrian cespandidoy habrfan entrado en contacto unas con otras. En easo, ‘deespeciaclon, lo mas probable esque esta condajese a ia compe tenciay la eliminacion select. En caso contrario, as novedades, enéticas se habrfan incorporado a la mezcla de poblaciones. Sea ‘como fuere, se produjo el cambio. En las condiciones inestables, Ge la Fad del Hielo, ese proceso se habria repetido numerosas veces en poco tiempo, allanando el terreno para uma evolueion, excepcionalmente répida e impulsada, en dltima instancia, por In cultura material, Cuando a tormenta pas6 solo quedabamos nosotros: 1os ‘afortunados beneficiarios de un e6etel de avances cognitivs, innovacion teenol6giea y cambios elimaticos. Nuestra venta ‘competitiva muy probablemente se debié a la adquisicion de un modo inico de pensamiento simbélico, gracias al cual podemos rmaquinar y planificar de una forma sin parangon en la historia, natural. Criosamente, ese desarrollo parece haber aparecido en Aprende Homo sapiens Hon sapiens evando este Hevaba ya un tiempo sobreel planeta, sin duda incentivado por algin estfmulo cultural. Pareee muy probable que fuese la invencion del lenguale, maxima expresion ‘de la actividad simbstica. Estaueva manera de wera evolucion, en la que muestra espe- cle —sin duda notable— vio la luz gracias a una rapida sueesion. «de acontesimientos aleatorios externos, resulta menos heraica ‘que a imagen tradicional. Sin embargo, una mirada més deteni- da Ta convierte en una hip6tesis totalmente plausible No hacen falta grandes dosis de introspecvion para convencerse de que, con todas sus impresionantes cualidades, Home sapiens es también tremendamente impecfecto: un aspectosobree que se han escrito "ose tnta, buena parte de la mano de psicélogos evolucionistas, ‘Ver nuestra asombrosa especie como tn accidenteevolutivo ‘encierza, sin embargo, una profunda lecci6n, Si no hemos sido moldeados por la evolucion con ningin fin conereto ~adaptados ‘aun ambiente y hechos ala medida de un prop6sito—, gozamos, dena libertad de aceién que otras especies no tienen. De hecho, ‘podemos tomar deeisianes sobre nuestro comportamlento. Lo cual significa, por supuesto, que debemos haeernos respons Dies de elas. PARA SABER HAS (Once we wire nat lone Taal en Soe Amerin nepal rrayode 208, How we me abe human, Tats Tatra en Sent Arran (ie spo jd 206, Masters the Pant The serch or aurhuman cigs an Tal Falyave Maclan 202 EN NUESTRO ARCHIVO ombioscrtamporieos. ln Tserlen iar 2000. Palacio ee « ngeres. Mary Nol len ber de 200 Losorigne dela crests, Harriss en bGmsye 220 Noviembre 2016, imvestinetonciencaes 39 ~~. A (iam ote cfs, tat somtin (Oe gris) es una especie dioica, es deci, sus individuos perte necen a uno de ambos sexos. Aunque resulta difiell distingul pa juvenil, en la edad adulta o dimorfismo sexual. En los machos, Ge m« talla el tereer brazo derecho se transforma en su tramo final y lo. Otros dos de sus brazos pavseen uno 0 dos pares de ventosas agrandadas, Unos un macho de una hembra.en suet funciona como un pene, el hectoeot eres ‘morfolOgioos externos de los que eareoen las hembras adultas Ena cépula, el macho introduce el brazo hectoeotilizado en Ineavidad paleat de la hembray deposita en ella los espermato zoides. Los pulpos son promiscuos. Igual que en otras especies ‘de cefaldpodos, probablemente existe compete cl esperma de un macho puede ser retirado por el de otro que coptile més tarde, ras la fecundacion, la hembra busca un lugar pata realizar la puesta, una cueva o antracmosidad de fa roca de suficiente amplitud, oculta y ficil de defender Ta hembra coloca los huevos en ristras que une al techo de Ja cueva por un extremo, formando racimos. I desarrollo em brionario dura de uno a euatro meses, dependiendo de la tem- peratura del agua, Durante este tiempo la hembra permanece jonada en sit guarida, aireando, limpiando y protesiendo rovecha ss sustanelas de lapuesta: no se alimenta, sino que ap La reproduccién del pulpo El fin de una vida marca el inicio de otras miles eserva para sobrevivir, Cuando el embriga aleanza el tamatio apropiado dentro del huevo y el saca vitelino se ha eonsurnido, casi por completo, se produce Ia eclosién. Entonces, la made, agotada y desgastada, muere Unrecién nacido de pulpo es morfeldgicamente semejante a ‘unadulto. Edesartolloembrionario es directo, no hay metamor fsis con distintas etapas Jarvarias, como oeurre en los demas moluscos. esta fase del ciclo bioldgio del pulpo seladenomina paralarva, Despnes de un perfodo mis o menos prolongado de. vida planeténice en eguas profundas, las paralary 1 el fondo. Los juveniles bentOnieos id para eazar pr m0 omiticasyy posturales que ores a la casta y se asientan gran capaci ertorio de respuestas de sus depret ies eytudan a esconder Actualmente, los autores investigan en el Parque Nacional de Jas Islas Atldnticas de Galicia las condiciones toposrélicas, hidrogréfieas y bioléaieas de los habitats de reproduceion del pulpo, De esta forma, se podré elaborar un plan que permita preservar las dreas de puesta y alevinaje de estos cefalopodos de tan alto interés comercial Jorge Herndn Instituto de Investigaciones DETALLE DE UN RACIMO DE LA PUESTA. [Los huevos miden unos tres milimetros de longi ‘td. Bn ellos ya se distinguen los cromat6foros, Jas oflulas con pigmentos que permiten al pullpo cambiar de color. EL CICLO BIOLOGIC del pulpo atravies varias fases. Durante la opula, el macho ( via) Introduce en la hembra (o, ajo) uno de sus bra- 208 transformado en pene, el hectocotilo. La hem: depositar los hucvos en una eavidad de mance tol tempo nt garia para snilimetros de longitu y en cada brazo (c). Mas tarde, ls alevines de pulpo seasientan en el fondo arenoso (@), Por entonces siden unos 18 milimetros y poseen entre 23 y 25 ventosas en cada brazo, Filosofia de la ciencia por Amibrosio Velasco Gérmez Ciencia y sentido comin, dadversarios 0 aliados? La investigacién cientifica requiere tanto rigor metodoldgico como sentido comun 1 concepeiin moderna de la raciona- Nidad tiene como principal earacte= ‘istica Ia aspimucion a un lenguaie preciso universal, y el recurso a un método de- mostrativo que supuestamente garantiza Iacertera del eonocimiento. Esta idea, pro ppuesta prineipalmente por Descartes, se consolid6 como la version predominante de la racionalidad a partir dela segunda mitad del siglo xviry ain en nuestros dias za de una. amplia aceptacion. La mejor realizacion dela misma seencontrarta pre cisamente en ol conocimiento cientifico, ‘empezanlo por las matematicas y a fisica, yextendiéndose despues hasta Ia clencia politica ~segiin proponta Hobbes y las ciencias sociales —segrin Comte, Spenc Marx, Durkheim o Stuart Mill La asociacién, e incluso entifeaci6n, Adela ciencia con estaidea de racionalidad tuvo entre sus consecuencias cl despresio yy abandono de otras concepciones, como la retorica y la dialéctica, quo se habian desarrollado desde 1a Antigitedad hhasta el Renacimiento. Estas se ali ‘mentan ¥ fundan en el impreciso Jenguaje espeettio de cada comu- nidad, que condensa una experien cia historiea particular, ast eomo en formas de interpretar y juzgar propias de comunidades, que ex- ppresan solo eonsensos locales. En ‘una palabra, la retorica a dialée- tiea ylas formas de interpretacion y argumentacién de la gente «¢o- min y eortiente» se fundan en el sensus communis o sentido comin, de cada pueblo 0 naci6 La oposicién entre sentido co- rin y conocimiento clentifi se rmanifiesta ya eon claridad en Ta ‘obra de Cervantes. Tanto Saneho como Don Quijote argumentan con dichos y refranes, que son max ‘mas populares del sentido comin. Prente ellos, el bachiller Sanson da Deraarinkiey Caaieicmereo eas Carrasco representa a argumentaeién ra clonal, stricta y demostrativa, El genio de Cervantes podia ver va desde prinefpios dol siglo xvt la marcha ascendente de una nueva forma de racionalidad extrafta y universal, coma la que impuso Carrasco a Don Quijote, tras su derrota en las playas ‘de Rareelona. Todos sapemos el desenla- ce: ante una vida asi de racional, mejor ‘mori, ¥ mientras Don Quijote muere en la novela de Cervantes, la raclonalidad tuniversal se consolida en la flosoffa y las eleneias modernas en detrimento del hhumanismo renacentista que celobraba Ja pluralldad de saberes y formas de ra cionalidad, ineluida la propia del sensus Pero como bien sefiale Stephen Toul min, el Ambito de aplicacion de la nue- va raclonalidad es tan estrecho que se restringe a las matemiéticas y ala teorfa fisica, dando fuera todo Yo demas. Ese reduceionismo del racionalismo moder- GIAMBATTISTA VICO (1668-1751). Retrato «de Francesco Solimena. no se evidencia al confrontario con las concepeiones pluralistas del humanismo renacentista. Por ejemplo, en un libro de logica, flosofia del lenguaje y teoria del conocimiento de muy ampli eireus en as universidades del mundo iberoamne- ieane del siglo xv, Alonso dela Veracruz, Tundador de la Universidad de México, sigiendo a Aristoteles comenta: «Tres som los grados de eertezs. El primero est fon las matematicas [..] El segundo es tien los diseursos dialéetiens [1 El ter ‘ery dltimo grado de certezaestden lare- trea, Alonso admit agut divers tipos de conocimiento razonable y considera {que todos ellos parton de eonoctiientos previns esto es, tionen eanicter historieg yydependen (cada uno en dstinta medida) del context. Frente al racionalismo modem, de sarrollado sobre todo en Francia, Ingles terra y Alemania, en la eultura barroca, del mundo iberoamerieand eitallano per- sisti6 el humanismo renacentista plural, Baltasar Gracin y Giam- batista Vico son ejemplos de gran- des fl6sofos que defendieron una coneepel6n amplia de la racionall dad basada en el sentido comin, ‘come alternativa y resistencia ante van racionalismo obsesionado por Ta certeza yel método. También en la literatura barroca del Siglo de (Oro se desarrollé una profunda ert teal floreciente racionalismo mo- dderno, Escritores como Cervantes yy Calderdin dela Barca, en Espafa, ‘osor Juana Inés de la Cruz y Juan Ruizde Alaroén en Mexico eurstiow raron kas desmedidas pretensiones {de los modernos racionalistas. Vieo es, sin duda, el erttico mis Influyente dela coneepeion moder- na dela racionalidad del sig xvnt Cuestiona sus fandamentos Ii istieos, metadoldgiens y episte mol6gicos. Zn su Iugar, rescata Tas for mas de argumentaetOn elisieas de a re torica, retoma un eriterio pragmitticn de ‘verdad y pondera el sentido comin como fuente de sabiduria. La racionalidad ear tesiana,sexdn Vico, al exizircerteza para todo conocimiento, rechaza lo verosimil ‘como falso, con lo cual desproci el sen tido comtn. ¥, al generalizar el método de Ia geometria a la Fisica y a otras cin- clas, pretende realizar demostraciones onde solo eabe ol conosimienta verost mil, «Los doctos imprudentes —conelu xye— all no haber eultivado el sentido eo ‘nunca lo verosimil, nen eonsideraci6n To que opinan ‘cominmente los hombres.» La aguda critica de Vie y su propues- taalternativa basada en el sentido comtin ylaprudeneia no hizo mela en la Mlosofia, ‘elas ciencias naturales. Solo en el eampo dela ilosofia dea culturay dea historia influyé sobre los romntions alemanes del siglo x, como Herder, Humboldt, Droy- sen ¥, posteriormente, Dilthey. Estos de- sarrollaron una eoncepeida hermenéutiea para las ciencias socioculturales, en con- tra del materialism hist6rico y el posi- tivismo predominantes. Esta orientacion hhermendutica de las ciencias sociales seré desarroliada en el siglo xx por autores como Weber, Cassirer, Schittz, Winch, Witigenstein y Gadamer, entre otros A pesar de la importancia de la pers: pectiva het menutica, Is eoncepetOn car~ ‘esiana de la racionalidad ha mantenide su hegemontia durante el siglo xx, no sola nel Ambito delas clencias naturales, sino también en las soelales, en Mlosofiay en la vida social y politica. Pero esta hegemont ro ha estadla libre de objeciones. lo que ‘es mis significativ: la concepeifn moder- rade la raclonalidad ba sido euestionada precisamente en el terreno de las ciencias naturales. Desde principios de siglo en 1 sero mismo de la filasofia de la cien- cia, Pierre Dubiem realiz6 una demeledo- tm eritica a varios de los supuestas de la ‘metodologia moderna mantenidos desde Descartes. Con base en su investigacion sobre historia de a astronomia yen su ex: periencia como cientifico, Dukem muestra «on argumentos solidas que no hay'meétod ni légiea que por sf mismos sean suftcien- tes para refutar 0 verifcar teorfa alguna La ciencia se mueve entre lo verdadero y Jo flso, como decia Vieo, en lo verosimil Pero ello no implica que no se pueda va- lorar y selecefonar racionalmente teorias en competencia. Lo que sucede es que J racionalidad no se agota en le logica y la metodologfs. Hay razones que elles n0 entienden y que proceden de la pruden- cia, del buen sentido (don sens). Con ello, Duhem realiza una verdadera revolucion flos6tiea en el corazén mismo de las elen- cas naturals, al sostener eon los mejores argumentos queen rsiea, yen tada ciencia, se requlere, adems de méodos rgurosos, duen sentido y juteio prudencial, Retomando las ides de Duhem, Otto ‘Neruath, uno de los fundadores del po- sitivismo Togico, citieo eon agudeza los presupuestos de la concepeifn eartesiae nna del conocimiento, Cuestioné ta idea de que, a diferencia de lo que sucede en Jos asuntos practieos, en las elenclas es posible asemurar la verdad de las teorfasa través de un método riguroso, Esta excesi- va confianza metodoldgie, que raya en Ja sanetodolatriay, es considerada por Neu- rath sintoma inequivoco de pseudarra- cionalismo, El verdadero ractonalismo es eonsciente de sus limites, sobre todo Jas insufiefencias de la Logica y dela me- todologfa,y reeonoce que estas deen ser ‘complementadas con razones pricticas ue él denomina «motives auxiliares». Desafortunadamente, el esptrtu ert- coy renovador de Dalnem y de Neurath no calé de modo inmediato en los principales ‘losofos de la elencla, Autores como Pop= per o Hempel volvieron al ideal de una Facighalidad cartesian eentraron su in- terés on elucidar un eriterio metodolésico para definir Ia ciencia se panorama comienza a mutar eaan- do Thomas Kuhn, en su interpretacién {el cambio cientiic, rechaza las rgidas rnormas metodol6gieas de Popper por con- siderar que no se aplican normelmente ent Ja préctia cientiiea. En su lugar retoma, ‘una idea de Michael Polanyi acerca de la tensi6n eseneial entre la fuerza conser- vadora de la tradieién, que cohesion la comunidad cientifes,y la fuerza cities € ‘nnovadora, For media dela salueign pru- encial de esta tension la ciencia prosre- sa. Normalmente, aunque no siempre, la fuerza dela tradicin se impone gracias al eso de conveneiones concentuales, me- todologieas y tebrieas, que constituyen el pacadigma queda identidad alas eomuni- ads elentiicas. El paradigma refine asi Jas caracteristicas y funciones del sentido comm, pues, ademds de faciitar la base hhermenéutica para la interpretacién de Jos fendmenos, proporciona también las metodologias y eriterios de evaluacion de hipétesis. Estos criterios no se apli- an Ge manera algoritiea sino através de controversias en el seno mismo de la ‘comunidad cientifica, entre Tos efentif cos innovadores y ls tradicionalistas. La resolucién de estas controversias no es de cardeter demostrativo, sino mas bien prudeneial, Entre esta visién del eambio centfio elon sens de Duhem hay cier- to aire de familia De hecho, el fildsofo popperiano Imre Lakatos Intent coneiliar el enfoque me- ‘todologieo de Popper eon el historiogea- fico de Kulu recurriendo a las ideas de Diilem. Se proponia superar el falsacio- nismo popperiano en aras de uno més sofisticado. Sin embargo, termin6 recta ‘and ol buen sentido por ambiguo, y 10 sustituy6 por reglas metodologicas. No fobstante la tenacidad con la que Popper y Lakatos persistieron en una racionalidad metodologiea, se vieron abligados a reeo- nnocer ciertos elementos de racionalidad prudencial ¥ de sentido comin. En suma, la Mlosofia de la elencia de los afos sesentay setenta del siglo pasado ‘se vioen la neeesidad de retomar las pro- puestas de una racionalidad prudencial, Doasalaen el didlogo plural yen el sentido comin, para superar las deficiencias de una racionalidad meramente metodol6- sea. Con ello leg a su fin la oposicion radical entre racionalidad tedrica y pric tea; entre elenela y prudencia: entre re- slas metodolégicas y sentido coméns », en rltima instancia, entre eiencins ¥ mu rmanidades. La racionalidad eientifica re- quiere tanto metodologtas rigurosas como sentido comin. Esta convergeneia de ra~ ionalidades eneuentea hoy una amplia aceptavion en la Mosoffa de la elencia, prineipalmente iberoamericana, Pero no ‘es exclusiva de este bito: destacados f- soos anglosajones como Philip Kitcher, Stephen Turner, Catl Mitcham, Steve W. Fuller Gillian Rose, también han impul- sado esta nueva perspectiva. PARA SABER MS ‘Oke Nera: Paso papers "9151946 Ot Nery Rd 62. laters sen. Thoms ala. CE 12 Cesmoel. The hidden ageeda of modernity. “saphena, Te Unversyof hago Pres 90, La tenia su objeto uestucra Frere Duhon Here 208 ‘Aprenimeciona a laiaslpoitea dela (cia Cerna or Cas pe Belin kbs Yen Diverse Ns ‘dona de Miso 20 [EN NUESTRO ARCHIVO erty bles en thoiephysge. ‘do Mares on septembre de 208, Noviemore 201, rvestielonyclenelees 3 Foro cientifico por Mikel Morcsdor i onic Sooty Catone 2 ON Manca, un del Crt de Dh: el Comte preObsevacn ee bee Devcon Gere El derecho a la ciencia Tan necesario como desconocido ituemonos en el tiempo: en 1945, 212 salida de la Segunda Guerra Mundial Ja eieneia no vivfa su momento de mayor popularidad. Las bombas atémicas los experimentos «médicos» nazis erearon cierto clima de prevenei6n hacia la cien cia, Afortunadamente, esta desconfianza rnp derivo en un rechazo, sino en un im- portante debate diplomético y juridico sobre el papel de la ciencta y la respon subilidad de los etentifico. 1La UNESCO, por ejemplo, estaba pre- vista inieialmente como UNECO (Org nizaciOn para la Bdueacion y la Cultura, sin la $ de Science), pero la insistencia, de algunos cientificos,liderados por Ju Jian Huxley, 1og10 en 1945 la inclusién de Ia ciencia en el nombre y en el man- ato de Ta organizacion. Se eonsideraba, ‘importante que los cientificos estuvieran {ntimamente relacionados con las hum nidades ¥ que sintieran que tenfan una responsabilidad para con ln sociedad, Durante la redaccion de la Deslara- ‘elon Universal de Ios Derechos Humanos, €] debate enfrent6 a quienes defendien ‘que la elencia debia servi a ls fnes dela ‘humsnidad y quienes consideraban pel ‘groso, en plena guerra fra, permitir que los Estados decidieran qué investigacio nes eran adecuadas o no a determinados fines politicos, por muy nables que estos padieran parccer. En 1948, el texto acabaria diciendo en su artieulo 27 «Toda persona tiene derecho [..] a participar en el progreso cientfico y ten los beneficios que de resulten». El derecho a la ciencia volvi6 a parecer en los tratados que desarr0- Naron la Declaracién. HI artfeulo 15 del Pacto Internacional de Derechos Eeonémicos, Sociales y Culturales reza «los Estados partes reconocen €l derecho a [.-] gozar de los beneti- eas del progreso cientifico y de sus aplicaciones». Con todo, el derecho a la cieneia cs todavia muy desconoeide, incluso entre activstasy expertos en derechos ‘humanos. También suelen olvidario (6 INVESTIGACION ¥ CIENCIA, noviembre 2014 los organismes intemacionales ylos Esta- os, si bien estin obligados por el citado tratado a protegerio y fomentarlo. Existen pocos articulos 0 monosrafias dedieados al derecho a la ciencia, Y en la prictica judicial son escasisimas las sentencas de altos tribunales que hayan fundamentado sus decisiones,siquiera de ‘manera secundaria o eomplementari en este derecho, Pora las cosas estn eambiando, La.co- ‘munidad internacional esta dando pasos para sacar este derecho de su ostracismo y ponerlo al dia, En esta tarea participan agentes del mundo de la ciencia y del ‘mundo del derecho internacional ‘En su miimero del 14 de junto de 2013 la revista Science dedied a esta cuestion tun articulo titulado «A human right to science», en que animaba a la comunt- dad cientifica internacional « partieipar en el desarrollo del derecho hnumano a la ciencia. En ese proceso estan participando ya importantes agentes cientificns, La ASC- iaci6n Estadountdense para el Avance de Ta Cleneia, la sociedad cientifca ms gran «de de] mundo, tiene un programa especi- fico sobre el derecho umang a la elencia Algunas acacemias cientifieas han nom- ‘brado delegados o encargados para esta, ‘cuestion. Ademas, Ja Red Internacional {de Acadiemias y Sociedades Acaclémicas incluye un grupo de 80 academias nacio- nales dedicadas a los derechos humanos yl cienci, Eleitado articulo de Seience terminaba ‘con un llamamiento al Comité de Dere- hos Eeonémicos, Sociales y Culturales (CDESC) de la ONU pars que Iniciase la delinieién del contenida normative de este derecho. Este aflo 2014, el CDESC por fin ha respondido a la demanda y ha decidido Gefinir una posieién oficial bajo el nom. bre de Observacién General. Esta consti- tuye una interpretaciGn auténtica de Jas obligaciones del tratado ¥, por tanto, un amado directo alos 162 estados partes, ‘neluidos Bspana y la inmensa mayoria de los de habla hispana. éPodemos avanzar ya eudl serd ese contenido normativo, cuya aprobacion se prevé en unos 8 0 + aos? £A que obli- aria los Estados parte? éDe qué manera protegerd al cientffioo y al eudadano? A. mi) juici, este derecho deberta inclu, ademés del genérieo derecho a gozar de los avances de la eienela, atras aspects ‘como: el acceso a la teenclogia; Ia protec cion de la libertad y la seguridad de in- vestigacién; la participaciin demoertica en las politicas piblicas de fomento dela Clencia ya tecnologia a participacion en 2 eontrol de riesgos; la participacion. en Ta empresa clentfiea (Ineluida la ‘iencia chudadana); el acceso al cano- cimiento(mediantela educacion for- ‘mal, divulgacion de cada, politicas {de acceso abierto); la participacion {dea mujer en las tareas cientiicas y teenicas, ¥ la cooperacién eientiica internacional, entre otros Paraeello necesitaremos una alian- ‘a delas Naciones Unidas, las univer- sidades, las organtzaciones de dere cehos humanos y el mundo eientifico y sus asociaciones, A esta allanza es ‘ala que este articulo quiere Tamar: ppara el bien de la ciencia, el de los Clentifoos y el de la sociedad inter~ nacional de la que son pare. CATALOGO PROMOCIONES 5 EJEMPLARES AL PRECIO DE 4 Ahorre un 20% 5 ejemplars de MENTE CEREBRO 105 emplares de TEMAS por precio de = 2400 ‘SELECCIONES TEMAS Ahorre mas del 30% Ponemos.asu disposicin grupos de3tuls de TEMAS selecionades por materia, 3emplaresal precio do2=1300€ ASTRONOMIA aly lie Psa exers BBsi0106 ee gedtinMosbi, (cerca dpi (© CIENCIAS DE LATIERRA Velone aspecicotorea, espe rtie © Grandes centinicos Ets Neyer ew @ nevroaencas Inset Oearaledettra, (helo celsnen lainey @ wey ttoHca ss dla Aedes Hhayaleoone a @ tnercla, feriny bed ces ‘Seo ie dele TAPAS DEENCUADERNACION De INVESTIGAGIONY ClNCIR ANUAL(2tomos) =1200 nds aes daamlo=500€ ‘Sostpassocines datos seca anaes rr. e158 Tuc ovesshlaigresén deaf. pas MENTEY CEREBRO repeal 650 yt: Cacncaylne bed rc resnens yea bye ticry are pc ttaitens yes Paani Heb Opener jc ore et dese Pvc Paci NYCH Nor tips: Neteller a NTE ret een jc Emcee je Kener anabgte jC: Asejecn mds vitals yc Ca tele rau Nye arms MjC2 Apentr ste Myc2Puerad jez leracesdelviene NiCiiE dercarsenaselato jc 24 acaba soma ycis:Pememiens magico je 2 lew snesete yc Perrone dearer NYCI Stone gate Ne: Centro unsen Nica Tone de cen CH Pcp deo gestan MGC: rpmenc eal Nycabeloote aezcles cas Oumar yea Maaprscetra ca Denese ener ye dinebidegde lec jc er cole cab Pasa rene pea Teese yo rn dopa Nyc NYCI assed YC: Ou etree eg NyCeeSaesin CEE: Campton ee yess sua HOCEE Fonte MYCE Lamar CG uadernos Prep pl: 6906 Geist Beas ‘homer? Erne ‘hse aoe TEMAS « Y CIENCIA propa deri 654¢ TeadeGinctost Thins ech Tebeenes Teweerinte Powrisisends Fane Tons unis dail Totcostertoacamcr? Tl sec Fotos Tihany siege Tallest Pesci "img eum Veena Hattcstomcad peers Fo les tobe Teste dare ein Tastee rte Ehtecrant Pe dece ala Toons Toten ns 1 nondsekaps Te huereerisnar Ppa ieti ieee 145 Cnt cina soko om dear earns TS dln delve 1s0aren 155: Regosnsuses 156: imiones TE Carey Tt: Sainoy lee T:sdeterncer? "een piercer “st Conanonindlabersnd ts hur lay cia ‘Hebe scene Laces eps de rT “Pe Lace ee lepead Oe de ere amon Teele eae 7 Ogeny ean nas eta delta aus dele 0 “Tf tense brian PRODUCTOS INVESTIGACION Y CIENCIA reir sara 6S0€ icin on istics vs TU om 023 Gimnaaix ae 6s temaoyyee ie ss Laake Be Ge) Macrae Samostqions 21 Ein ence SN THU Pak (2 Ladieidehaman O81 danunasian 2 058 fariubesbomiar 266 Ott Taratoyven ue GA Iseldirie toes) ae GX Contender 46 0995 Henin yoraeopine ME 0465 Moma prea vede 246 0549 ley detisin 24E GASTOS DEENVIO (dating del ped) uns sata] pa ‘rejerpie 200€ | 400 € Forcosempbiradeeal 100€ | 2.00€ oy Pte ore een ee eee: Lasoleras son vis ata apt etercas leeceaall SIPSSISSSSSSS 9 NOS HACE ESPECIALES OMOEA MRO P TORT ME owe m9 os wy we “sommtond “eoontepy . x oe a ie ow sup ron peg piu > “patos sotey QUE NOS Hace ESPECIALES VENTAJAS EVOLUTIVAS DELA MONOGAMIA Emparejarse tal vez fue la mejor decisién que pudieron tomar a manogamia nest sistema de omprie enio predominant, neo en ls sociedades nuestros ancestros ER shina needles or ‘mand anim: menos de 10 por cen dels Blake Edgar ete esee tet eeat eter debate sobre cmoleyamosa ese puro dura decades y sue sin cespesta, pero ures es ‘uch estin alana cstion ‘Ahora sabemes que losprimeros hominis, 3p 3 reside hac ete millones dea, pseron ser rmondgamos Los humares hemes mantenid esta svategiapor una buenarazén: nos haayudado a Convenes ena especiede cerebro vourinoso gusta conquistae el planet Noviembre 201, vetzaionyienca.es 4 QUE NOs HACE ESPECIALES ‘La especie hnmana no puede presumir de un historial inta- chable. Las personan tienen aventuras, se divorcian y, en algu- nas cultnras, contraen matrimonio con varias parejas Ta vez De hecho, la poligamia se presenta en numerosas sociedades, del planeta. Pera incluso al donce se permite, representa una fopeién minoritaria La mayoria de las sociedades humanas se organizan sobre la premisa de que gran parte de sus integran- tes establecen lazos duraderos y exclusivos con su parela. Y1a ‘monogamia parece haber hecho mucho bien a nuestra especie, Las uniones de pareja constituyen una adaptacion fundamental ‘que surgi6 en un remoto antepasado y se convirt en un ele- ‘mento central de los sistemas sociales humanos y de nuestro exito evolutivo, «ste tipo de vinculo nos confiere wna gran ventaja respecto a otras especies, asegura Bernard Chapais antropOlogo de la Universidad de Montreal [La pareia monégama también esla base de una earacteristiea netamente humana: las vastas v complejas redes sociales en las que vivimos, Mientras que en otros primates los individuos j6venes solo crean vineulos de parentesco a través dela madre, Jos humanos los entablamos a partir de ambos progenitores, en- sanchando Tos lazos familiares con cada generacin. En nuestra especie, la red social abarea otras familias y grupos sin parentes- 9, lo que origina cireulos de relaciones cada vez mas amplios. En opinién de Chapais, esos lazos grupales constituyen, junto con la monogamnla, das de Tos earacteres mas trascendentales, dela sociedad humana. Los clentficos evan décadas intentando desentrafiar os or- ‘genes y las implicaciones de la monogamla humana, pero hasta ‘ahora restan sin resolver preguntas basicas. Entre ellas, en qué ‘momento del pasado comenzamas a emmparejarnos de por vd, {qué vetajas nos reporté y eémo pudo incentivar nuestro éxito como especie, Sin embargo, algunas investigaciones recientes ‘nos aproximan a la resolucion de estas ineégnitas, ‘50 INVESTIGACION V CIENCIA, noviembre 2014 ak ger os car tr From ao brace, tenis e tosylate edb de arhaekay aaa tends, ier de aiqustones de bese Unvesy of alfa Pret ‘A Os MAM{FEROS NO DESTACAN POR SER MONGGAMOS. LAS ESPECIES cuyos adultos forman parejas reproductoras tinicas no al- canzan el 10 por ciento. E] orden de los primates apenas me- jora esa tonica. Si bien entre el 15 y el 29 por ciento de las especies prefiere la convivencia en pareja, son contadas Jas que se decantan por la monogamia en el sentido huma- no: el vineulo sexual exclusivo entre dos individuos. ORIGHNES DE LA PARESA Es posible que nuestros ancestros mas remotos fueran mo- négamos. En opinidn del antropdloo C. Owen Lovejoy, de la Universidad estatal de Kent, el registro fosil indica que Ia mo- rnogamia es anterior incluso a Ardipithecus ramidus, especie ‘conaciia por un esqueleto parcial emenino de 4,4 millones de aiios, apadado Ardi, descubierto en Ia resi6n etfope del Medio “Awash, Segtin Lovejoy, poco después de la bifureacidn que dio lugar los linajes de los grandes simios y los humanos hace as de siete millones de afis, nuestros antecesores adoptaron una triada trascendental de comportanientos; el acarreo de alimentos en los brazos tras quedar estos liberados por la loeo mocion bipeda, la formacl6n de parefas estables vla ocultacion de las sefales externas de la ovulacion. La aparicion de estas innovaciones otorg6 a los homininos (la tribu surgida cuando los primers humanos se separaron de los ehimpaneés) una ventaja reproductiva respecto a los grandes simios. De acuerdo con esta hipdtests, el ancestral sistema de apa- reamiento poligémioo fue reemplazado por las uniones en pareja, ‘evando los machos subordinados dejaron de invertr sus fuerzas ‘en char entre sty comenzaron a buscar alimentos con los que agasajar alas hembras. Estas preferfan escoger a los proveedores, fables antes que a los eompetidores agresivos, y se apareaban con las mejores recolectores. Con el tempo, acabaron perdiendo lahinchazin yl enrojecimiento dels wenitales y cualquier otro signo de receptividad sexual que pudiera atraer a machos rvales, mientras su compafero andaba buscando alimento, Lovejoy sefala como prueha la demtadura de A, ramidus. En esta especie, las diferencias con respecto al tamaio de los ea ninos entre ambos sexos resulta mucho menos aparentes que enlos simios superioresactualesyfosles. La evolucion convirtio, los aguzados caninos masculinos de numerosos primates en armas formidables que blandir en los combates por una pareja. UN MACHO ADULTO DE GORILA DE MONTANA (derecia) drige su clan en Ruanda. Los gorlas, que son poligamos, viven «en pequetios grupos formados por un mache dominante, varias hembras adultes y sus descendientes. No sucede asf en los primeros homininos. Fijémonos en os, ‘lentes del gorila macho. En comparacion, os humanos de am- bos sexos poseemos caninos pequefios ¥ romos, Se trata de un. rasgo poco amienazador propio de los homininos y también de las primeras especies de Antipithecus De modo similar, existe una vaga,correlaciOn entre el com- portamiento reproductor de Ios primates yeldimorfsmo sexta, ‘esto es las diferencias de tamaiio y peso entre los machos y las hhembras de la especie. Cuanto més acusado es el dimorfismo, iis probable es que los machos eombatan por las hembras. En ‘un extremo se sitia el gorila macho, poligamo, que dupliea con ‘reces la tall de a hembra. En el extremo apuesto se encuentra 1 gibén, bisicamente mondgamo, en el. que machos y hembras pesan casi lo mismo. Los humanes nos hallamos ms cerea de ‘este diltimo en el espectro del dimorfismo: el varbn llega a pesar ‘un 20 por ciento més que le mujer Fl registro f6sil, empero, no permite deducir mucho més. EI paleoantropélogo J. Michael Plavean, de la Universidad de Arkansas, invita ala prudeneia cuando se intenta adivinar la condueta social de los homininos a partir de los huesos fosi- lizados. Pongamos el ejemplo de Australopithecus afarensis, la especie a la que perteneee Luey y que vivié hace entre 3 y 39 millones de afios. A semejanza de Ardipitheeus, sus cani- nos eran pequerios, pero e) esqueleto exhbe el mismo grado de dimorfismo que los chimpaneés y los gorilas aetuales. «Por ‘una parte, el dimorfismo corporal indica que los machos de A. afarensis competian por las hembrasy, por la otra, las eseasas diferencias en los caninos sefala lo contrario. Fs un enigma, opina Plavean, ‘Numerasos antropélogos ponen en duda la conclusion de Loveloy de que la monogamia fomentada por machos provee- ores de alimento representé una estrategia de los homininos durante millones de alos. El fio pasado, Chapais arguy6 en la revista Hvolutionary Anthropology que las singulares caracte- tistics familiares y sociales de os humanos (monogamia,lazos, de parentesco a través de ambos progenitores y etreulos soctales, recientes) sursieron de forma esealonada, Segin 6, antes del primer paso los homininos de ambos sexos eran promiscuos, como los chimpanets, Después se produjo la transicion a la poligamia, que pervive en el gorla. Pero contar eon varias com. pafieras resulta agotador porque implica andar ala grefa con otros machos y guardar celosamente el harén. La manogamia, pudo surglr como la mejor alternativa para reducir el esfuerzo {que supone la poligania Chapais no espeeula sobre el momento en que tuvo lugar ese cambio ni las especies Tas que afeet6. Pero otros investi= ‘gadores dirigen su mirada al periodo que va desde hace entre 1,5 y 2 millones de afios, tras la aparicion del género Homo ¥y cuando se prodiujeron los cambios fisicos que se observan fen Homo erectus, seguramente el primer hominino que logt6 ‘migrar fuera de Africa. Esta especie era mucho mas corpulenta, que las predeeesoras, eon proporelones que recuerdan alas del hombre actual. Con una tala que dupli lade Lucy ysus eones- Decificos, también parece mostrar un dimorfismo sexual menos ‘acusado que los australopitecinos vos primeros miembros del, .género Homo. El exiguo registro f6sl indiea que lashembras de FH ereetus comenvaron a tener una estatura similar ata de los, ‘machos yn grado de dimorfiamo semejante al delos humanos ‘modernos, lo cual indiea que la especie no eta tan competitiva, ‘como las antecesoras. Dado que los primates de eorpulenela, similar tienden a scr mon6gamos, ese eambio podria indiear una, tendencia hacia una conducta de apareamiento mas exclusiva UNA RELACION BSTRATEGICA Sino existe aeuerdo acerea del momento en quelos umamos nos convertimos en mondgamos,dificilmente podra haberlo sobre la eausa que lo motivo, En 2018 das equlpos de investigacion, ppubliearon sendos estudios estadistions, realizados a partir de ‘datos bbliogréfiens, para averiguar el po de comportanientos, ‘que podrfan haber propiciado la monogamla Ambos pretendfan eomeretar la raz6n que la orgin6 partiendo de tres hipétesis bien fundadas, a saber: la dispersion de las hembras, la abolicion del infantieidio y el cuidado paterno. La hipétesis dela dispersién femenina propone que la mo- ‘pogamia surgié cuando las hembras comenzaron a delimitar territories mis extensos con el fin de arnpliar el acceso a recursos alimentariosy, en el proceso, se distanciazon unas de otras. Es alejamiento hizo quela bisqueda yel mantenimiento de varias, parejas a vez resultase harto iftell para los machos. «Sentara eabeza» con una sola compaitera simplifies las cosas: disminusa riesgo de ser heridos mientras patrullaban el tetrtorio y Tes, aseguraba ser el padre de los retotios de su pareja Los zodlogos Dieter Lukas y Tim Clutton-Brock, de fa Uni versidad de Cambridge, han hallado indielos que avalan esta idea, segtin han expuesto en Science. El andlisis estadistco de 2545 especies de mamiferos demostré que todas eomenzaron siendo animales solitarios que no establecfan vinculos sexuales; después, algunas especies adoptaron la mionogamia hasta en. 61 ocasiones en el curso de su historia evolutiva, Tal estrategia, surgi6 sobre todo en los carnivoros y los primates, 1o cual hace pensar que las especies tienden a formar parejas estables cuando las hembras requieren una alimentacién nutritiva pero eseasa (comp earrofa riea en protefnas 0 frutos maduros), que solo es posible conseguir eampeando por un area extenss. Los resulta {os ofrecen la prueba mids lida de que la progresiva dispersion de las hembrasNev6 a los machos a buscar una sola pareja. Lukas reconove que la hipétesis podria ser valida para los primates no humanos pero no para los humanos: resulta diffe reconeiliar la sociabilidad humana con una hipotesis basada en tuna baja densidad de hembras. Tl vez nuestros ancestros eran demasiado sociables para que las hembras vagaran desperdi- szudas por la sabana, a semejanza de otros mamiferos. Pero la teorfa podria aplicarse a muestros antepasados si ln monogamia hhubiera surgido en los homininos antes de la tendencia a vivir, en grupo. La segunda hipotesis principal sostiene que la monogamia parecié por la amenaza de la violencia mortal hacta la descen- dencia, Sin rival retaba 0 venefa a uno de los machos domlinan- tes de! grupo, el usurpador podtia matar alas eras que no eran suyas. Las madres dejarfan asf de amamantar y eomenzarian & ‘58 INVESTIGACION ¥ CIENCIA, noviembre 208 LOS MIRIQUINAS DE SUDAMERICA son monégamos e- trictosel macho es principal encargado del euidadodelascrias, ‘ovular de nuevo, dando al intruso la posibilidad de propagar sus ‘genes. Para evitarel infantcidio, Ia hembra esoogerfa un macho ‘que pudiera defenderla tanto a ella como a sus eras Hl antropslogo Kit Opie, del Colesio Universitario de Lon- res, respalda la hip6tesis de la abolicion del infantieidio en un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of ‘Sciences USA. Ey sus eolaboradores realizaron simulaciones informaticas dela historia evolutiva de 230 especies de primates; acontinuacién, aplicaron un analisis estadistico bayesiano para, averiguar eval de las tres hipétesis acerea del origen de la mono- ‘gamia resultaba mas probable, Hallaron una correlaci6n entre Ja monogamia de los primates y cada una de las tres posibles, ‘causas, pero Solo Ta amenaza del infanticidio precedid siempre ‘ala monioguia en numerosos linajes de primates La biologia y el eomportamiento de los primates actuales aden cieta verosimilitud a la conclusion de que el infanticidio propici6 la monogamia. Los primates son animales singulares en lo que concieme al riesgo de infanticidio: el gran cerebro precisa un tempo para crecer y los retofi son dependientes y vulnerables hasta mucho después de nacer. La muerte violenta, {Ge erfas ha sido observada en ms de medio centenar de especies, <ée primates; el agresor suele ser un macho ajeno al grupo que lace al lactante con el propésito de dominar o ganar el acceso, falas hembras, Pero existe una contradieci6n en esa idea: casi todas esas especies presentan sistemas de apareamiento promis ceuos o poligamos, por lo que ladistribucién de! infanticidio en los primates actusles no conewerda con la suposicién de que la ‘monogamia habria evolucionado ante la inquietante amenaza el infantitdio La tercera hipstesis que pretende explicar Ia sparicion de Ja monogamia subraya la influencta del macho a través de Tos, ccuidados dispensados a las eras. Cuando la crianza se convierte en una tarea abrumadora para la madre en términos de ealo- ras y esfuerzo, el padre que permanece con Ta familia y aporta alimentos o dispensa otras formas de atencién aumenta las po sibilldades de supervivencia de Ta. descendencia y refuerza los lazos con la madre, Una idea afin, propuesta por el antropélogo Lee Getter, de la Universidad de Notre Dame, sostiene que el mero hecho de que el padre leve a cuestas las erfas de un lado 2 otzo favorece la monogamia. Las madres tienen que alimen- tara los lactantes, siempre hambrientos, Pero para los primates 1 las tribus de eazadores-recolectares, el acarreo de los bebés sin Ta ayuda de wna soga w otra sujecton exige un dispendio de energia comparable al de Tt actancla. El transporte de las crias por parte de los padres permitiéa las hembras dediear tiempo ala btsqueda de su propio sustent. “El miriquina de Sudamériea brinda una idea del modo en que euidado paterno reforzaria la monogamia. Este pequerio mono vive en pequeftos grupos familiares formados por una pareja adulta y un lactante, acompaflados por uno o dos juveniles. La ‘madre Neva nla erfa aferrada al muslo justo después de naver, ‘pero, @ partir de Ia segunda semana de vida, el padre asume €l grueso del acarreo y los euldadas (limpieza, juego y alimen. tacion). La pareja de adultos permanece en contacto directo & través de las cols, y la mera cercanfa del macho a la hembra y su retonlo podria fomentar profundos laos afectivs, Tener varias compafieras es agotador porque implica andar a la grefia con otros machos y guardar celosamente el harén. La monogamia pudo surgir como la mejor alternativa para reducir ese esfuerzo Asimismo, un estudio publicado en Proceetings af the Royal Society B el pasado marzo demuestra la existencia de monaga- ‘mia en los miriquindss se trata de la primera confirmacion, genética en un primate no humano. E] ADN obtenido de va- Flos grupos revel6 que todas las hembras y todos los machos, ‘menos uno, integrantes de 17 parejas eran los progenitores de 35 descondientes. «Logan hasta el final y se comprometen en. luna relacion mondgama en términos genéticos», afrma uno de los autores del estudio, Eduardo Ferndndez-Duque, inves- tigador del Consejo Nacional de Investigaciones Cientifieas y ‘Teenicas de Argentina y profesor en la Universidad Yale. Los lazos maritales de los miriquinds duran en promedio nueve aos, y los monos que permanecen con la misma parefa tienen ‘mayor éxito reproduetivo, 1 objetivo timo de todo sistema de apareamiento, 2Qu6 tienen que decir los dos estudios estadisticos recientes acerca de Ia hipdtesis del cuidado paterno? Ambos coneluyen. ‘que, entre las tes hip6tesis, esta predecirfa peor el origen dela, ‘monogamia, No abstante, Lukas sestiene que el euidado paterno podria expllear por qué una especle sigue siendo mondgama, SE NECESITA UNA COMUNIDAD La monogamia de los progenttores no basta para criar un simio tan inteligentey social como el hombre, asegura a antropdloga, Sarah Hrd, de la Universidad de California en Davis. El bebe SSS enn tT QUE NOS HACE ESPECIALES $ EYOLUTIVAS DELA MONOGAMIA, ‘humano consume wnos 18 millones de calorias en el largo pe- rode que separa el nacimiento dea madurez, una pesada carga para la madre, aun con Is ayuda de la pareja. Bsa alla demanda tal yer explique por qué en tantas socie~ dades humanas las madres delegan una parte de los euidados y de la alimentacion de los hijos en «aloprogenitores» (como Jog parientes matemnos o paternos u otros miembros del grupo). ‘Las madres humanas dejan que otros eulden de sus bebés ‘dese el mismo momento del nacimiento, Esto es algo asom- bbroso y nada propio de los simios superiores», aelara Hrdy. En ningin simio superior se observa un papel siguiera similar al de los aloprogenitores Hdy sostiene que Ia crianza cooperativa, un sistema social ne] que los aloprogenitares partieipan en el euidado de Tos retofios, apareel6 por primera vez hace casi dos millones deatos en #7. erectus. Este poses un cuerpo y'un cerebro mucho mayores {que sus antecesores; un célculo cifra que precisaba un 40 por ciento mas de enersia metabdlica para mantener el euerpo que los hamininas anterlores. SI A. erecnus inicio la senda humana del lento crecimiento yl larga depensdencia, los aloprogenitores lal vez se volvieron impreseindibles para satisfacer la demanda, ‘enersétiea que suponia cviar bebés con un cerebro voluminoso [ease «La receta humana de la erianza>, por Ana Mateos, en ‘este mismo mime) Karin Isler y Carel Van Schaik, dela Universidad de Zach, ‘conetayen que sin Ja crianza cooperativa los primeros Horo n0 habrian podico superar el llamado «techo gris», que siti el ‘volumen maximo del cerebro del simio superior en 700 centi- 1ettos etbions, ara compensar el coste energétieo que contleva, uun cerebro de gran tamafio es necesario reducir la tasa de nata- lida, el ritmo de ereeimiento 0 ambos, Pero los humans han, Togrado una lactancia ms breve y un éxito reproductive mayor ‘que el que cabria esperar de animales cuyo yolumen cerebral oscila entre 100’ 1700 centimetros edbieos. Isler y van Schaik atribuyen el éxito a le alopaternidad, que permitié a H. ereotus coneebir con mayor frecuencia sin mermar el aporte eneresético, necesario para el desarrollo de semigjante cerebro. Fue la cooperacion, pues, en forma de pareies mondgamas. familias nucleares o tribus, 1a que permiti6 a los humanos ‘rlunfar cuando todos nuestros antepasados y parientesfosiles se extinguieron, La cooperacion tal vez representa la principal hhabilidad que hayamos adquirido en los tiltimos dos millones, de afios, una aptitud que permitié a nuestro género sobrevivir ‘a perfodos de estrés y cambios ambienlales, y que bien podria, decidir el futuro de nuestra joven especie. PARA SABER Ms Rearing human rjgsnFght of Ardpitheces amis. Oven oven Soe a 26 po set eon de 203 Moreau sng bonded groups, andthe evauon of henan soe Struc, ered Crops en rina Anopaigy L 22 n 2, es 5245 meade cet ‘Theevdlatonf vl monogamy ia mars. lasy7.H-Catan Brecker ene vol Hl pls SES), aposode 20 ale fae leds to sail monagay in primates. Cvisope Ope eal enPraenigof eMail ene Snes USA 1.0233, Pigs BALES aaa de 208. [ER NUESTRO ARCHIVO ‘lnde amarcha humana COven Lave a ono de 8 ‘Bor gut cooperamon? Marin Nowicen aru 2002 Novembre 2014, mvestizaconClenlacs 5% QUE NOS Hace ea ESPECIALES. RAICES DEL 7 ESPIRITU COOPERATIVO La predisposicién singular de nuestra especie a cooperar en sociedades de gran tamaiio tiene un origen evolutivo remoto o Frans de Waal wit % | DEBATE SOBRE EL MODO EN QUE. LA HUMANIDAD HA LOGRADO ERIGIRSE EN Gi: forma de vida dominante, con una poblacién creciente que ya su- pera los siete mil millones de personas, ha girado siempre en torno ala competencia. Segiin se dice, nuestros ancestros fueron ocupan- do tierras y exterminaron otras especies, entre ellas a nuestros her- manos los neandertales, y cazaron los grandes depredadores hasta, Ie Fo Ja extincién. Hemos conquistado la naturaleza a sangre y fuego. Pero resulta improbable que tal idea seajuste a Ta realidarl. Nuestros antecesores erat dem siado pequeiosyy vulnerables para dominar la sabana Vivieron bajo la amenaza constante de las jaurfas de hienas, de una decena de grandes felinos y de otras bestias pelirosas. Quiz debamos nuestro éxito como especie mas a la aptitud para cooperar que a la inelinacton a la violenela ‘Nuestra actitad cooperativa tiene profundas races evolutivas on el reino animal, pero solo la especie humana se organiza en grupos de individuos capaces de lograr hazattas eolosales. Solo ella posee la compleja moralidad para poner de relieve las responsabilidades de los demas y hacerlas cumplir a través de la reputacion o del castigo. Y, en acasiones, levamos a cabo proczas increfbles que desbaratan la idea de que solo actuamos motivados por e interés propio. ‘Veamos un suceso que tuvo lugar el afio pasado en una esta ion de metro de Washington D.C. La-silla de ruedas eléctrica {de un pasajero se averi6, con tan mala suerte que este acabs tendido sobre los rales En segundos, varios testis saltaron a lavia yo reseataron antes de la llegada del ren, Un reseate an Inds arviesgado tuvo lugar en 2007 en el suburbano de Nueva, York cuando Wesley Autrey, un obrero de la construccion de 50 afi, salv6 la vida a un hombre que cay6 ala via en el momento fen que entraba el convoy en la estacl6n. Sin tiempo material ‘para sacarle, Autrey se lanzs ala va y permaneei6 sobre el ac- ‘identado mientras cinco vagones rodaban por encima de sus cabezas. Luego rest6 importaneia al acto heroieo. Sin dudalo habia sido. Pero équé le impuls6 a poner en riesgo ‘su vida para salvara nn desoonocido en el metro? Para responder ‘esta pregunta y saber e6mo acabamos cooperando de otras ‘maneras, debemos drigir a mirada hacia nuestros primos evo- Tativas en busea de conduetas similares, en especial a nuestros parientes vivos més préximos: el chimpaneé ye] bonobo, LA COOPERACION EN LOS PRIMATES Con regularidad presencio easos menos draméticos de coope- racion altruista en el Centro Navional de Primatologia Yerkes, de la Universidad Emory. Desde mi despacho se divisa un gran. cereado herboso en el que una vieja chimpaneé Tamada Peony ‘mata el tiempo tomando el sol en compaiia de otros iguales [Los brotes de artritis que Ta aquefan le impiden eon frecnencia ‘aminary trepar. Pero cuando intenta encaramarse al armazé. Ge trepa, una hembra joven sin parentesco con ell se coloca, (tras v la emputa acta arriba apoyando las manos sobre sus aanchas nalgas. También hemos visto a otros compaiierosllevarle ‘agua, pues para ella caminar hasta el grifo puede resutar agota- dor: cuando comienza adirigirse hacia, otros se le adelantan, ‘oman un trago de agua y se detienen ante ella, au, dispuesta, bre la boca de par en par para que le escupan el chorro Numerosos estudios recientes an analizado la cooperaci6n, en los primates ¥ Negan a tres eonclusiones importantes. La primera es que tal conducta no depende de vineulos familiares. Aunque Ios simios prefieren # los parientes, la ayuda no se Ix ‘ita ala familia, El andlisis del ADN de las heces ha permitido averiguar el parentesco de Ios chimpancés que cazan y vagan, juntos por el bosque: la mavoria de las alianzas fuertes la tra- ‘ban individios sin lazos familiares. Los amigos se acicalan, se avisan de la presencia de depredadores y comparten el alimento, En segundo lugar, la cooperacin se basa a menudo en la ree)proeldad, Los experimentos indican que los chimpancés re ‘cuerdan los favores recibidos. Un estudio de una colonia cautiva analizé el acicalamiento matinal antes de la hora de comer. ‘Cuando se ofreta alos simios alimentos que padfan compartir, ‘como sandias, alos afortunados que se hacfan con ellas ense- ‘guida les rodeaba una moliitud de pedigierios que extendian Ta mano entre quejidos y lamentos; se eomprobs que aquellos ‘que habfan aciealado a los afortunades por la mailana tenfan ras posibilidades de reesbir una parte. En tercer lugar, Ia cooperacién pucde estar motivada por la ‘empatia, un rasgo comin en todos los mamfferos [uéase «La Frans ea oetaltda CH-Cander ba decarproen ents ns rersied Enanye deco dno ene Cento Naa erates. LOS CAZADORES DE BALLENAS DE LAMALERA, que ‘afrontan codo con cod situaciones de vida o muerte, poseen un profundo sentido de Ia equidad. ‘empatia en los animales», por Frans B.M. de Waal; Mess r ‘Cenzano 1°38, 2009]. Nos identifcamos con los demas en si- ‘tuaciones de necestdad, dolor o angustia, y ello nos impulsa & pprestar ayuda. Ahora se cree que los primates yan mis alla y se preocupan del bienestar de otros. En un experimento elasico se eolocan dos monos juntos ya uno de ellos se le da a escoger entre dos ichas de colores: siege una de ellasrecibe recompen- sa), pero si opta por la otra os dos reeiben premio. Después de poeas rondas, acaba elisiendo més a menudo la fcha altrusta ‘Lapreferenela no se basa en el miedo a sn veeino, porque pret ‘samente los monos mais generosos son los dominantes(y menos temeroses, por fant). ‘A veoes, como en Ia prucha anterior, la preoeupacion por el prdjimo no acarrea costealguno para simismo, pero los primates tambien prestan ayuda aunque suponga un easteelevado, como ‘euando el acto de generosidad implica perder Ia mitad del alimen- to. Se sabe que los chimpaneés adoptan 2 individuos huérfanos fo acuden en defensa de otros miembros cuando son atacadtos or leopardos, acciones altruistas que pueden costar muy earas, LAS PROFUNDAS RAICES DEL ALTRUISMO ‘La predisposicion al altruismo de los primates tal ves surgi6 a aie del euidado matemal que todos los mamiferos dispensan ‘Ya sea raton o elefante, la madre ha de responder a las sefales, BN SENTESIS Laespecie humana posze a sng apd Ge coope- Gran pare undamert deesacopperacé,ncuids La singular apt cooperative de Ho ‘aren gnupeenumeroios yogeizados y recur a uns ‘ampatyalaiuismo,seobsaratamtidnennuestios mo sapiens le ha permit erigse en ‘morldad comple bards ena reputaconyolcasiga.parontes més cacanes, ls primates anvopomotes. ‘56 INVESTIGACION Y CIENCIA, noviembre 2014 lafermade vids dorinane del pants EN ‘de hambre, dolor y miedo de ls erfas, pues de To eontrario po ‘drfan perever. Esa sensibilidad se extendid a otras relaciones, reforzando los vineulos afeetivos, la empatia y la cooperacion ene] seno de nna sociedad mas grande, La cooperaci6n brinda benelicios sustaneiales, por lo que zo 6s sorprendente que se extendiera. En el reino animal pre- omina la cooperacion mutnalista, que Supuestamente aleanza tan amplia difusion porque rinde benetlefos inmediatos, como conseguir alimento o repeler alos agresores. Consiste en trabaiar juntos en pos de un objetivo obvio que resulta ventajoso para todos, como cuando una jaurfa de hienas abate un flu, 0 una. Dbandada de pelfcanos dispuestos en semicfreulo congue cereat con las patas un banco de peces en aguas someras pata darse ‘un festin. Esa eooperactfn se basa en una acciOn perfectamente coordinada y en el posterior reparto de los beneficios. A smver tales acsiones dan pie a conductas cooperativas més refinadas, Como la compartielon, Si una hiena o un pelicano ‘monopolizasen todas las recompensas cl sistema se desmoro- naria, La supervivencia depenée de la capacidad de compartir, Jo cual explica que tanto las frumanos como los animales sea ‘mos tan puntillosos con Tos repartos justos. Los experiments demuestran que monos, perros y ciertas aves sociales rehiisan, l premio cuando es inferior al que otro recibe por la misma, tarea: el chimpancé y et hombre van ms alld y moderan el re- pparto de las recompensas para evitar la frustraci6n de tereeros, Debemos nuestro sentido de la equidad a la larga historia de cooperacion mutualista. LA SINGULARIDAD HUMANA, Elser humana offece ejemplos vvidos del vinculo entre el repar ‘toy la supervivencla. Los habltantes de Lamalere, en Indonesia, se adentran en alta mar en grandes canoas ala eaza de ballenas, cont Tas manos cast desnudas. Los balleneros reman hacia la presa hasta que el arponero puede saltar sobre su lomo para, clavar con todas sus fuorzas el arma, tras To cual se limftan a seguir de cerca al leviatén hasta que muere desangrado. La vida de muchas familias depende de la pesca, por lo que el buen, reparto de la presa estd siempre muy presente entre la docena de hombres que ocupan el bote, No sorprende en absoluto que Js Iamaleranos sean Tos paladines Ge la equidad, un atributo gue los antrop6logos valoran con una herramlenta lamada el juego del ultimitum, que mesura la preforenela por las ofertas cequitativas. En sociedades con mayor autosuficiencta, como aaquellas en las que eada familia dispone de una parcela de tierra, la equidad no es tan importante. ‘Una de las diferencias airerdas entre los humanos y otros primates es que somos Is tinica especie que coopera con extrafos. ‘A pesar de que nuestra disposicion a cooperar depende de las, cireunstancias después de todo, también matamos alos que n0, pertenecen a nvestro grupo, los primates suelen competir entre sien la naturaleza, EZ modo en que las comunidades numanas, ‘permiten a los desconocidos atravesar su territorio, comparten, vituallas con ellos, Intereamblan blenes yregalos ose alfan contra ‘enemigos comunes no es propio de otros primates, Tero ese aperturismo no exize ninguna explicacién evolutiva, especial, como algunos pretenden, Segaramente, la cooperacién, on extrafios eonstituye una prolongacion de ls tendencias que surgen en el seno de los grupos. Fin la naturaleza no resulta, infrecuente la aplicacion de aptitudes fuera del marco ori nal. Un ejemplo To hallamos en la manera en que los primates, ‘emplean las manos para enearamarse a sus maiires, ina habi- Jidad adquirida en la trepa a los drboles. Experimentos en los, ESPECIALES que eapuchinos y bonobos se relacionan eon desconoeidos han demostrado su eapacidad de intercambiar favores ¥ compartir alimentos. En otras palabras, el poteneial para eooperar con extrafios esti presente en otras especies au las situaciones ‘que dan pie a ello sean inusuales en la nturaleza. Con todo, en un aspecto sf parecemos tinicos: la naturaleza altamente organizada de nuestra cooperacidn, Entablamos ¢0- laboraciones jerarquizadas para llevar a cabo proyectos a gran escala de una complejidad y magnitud sin igual en la naturaleza. Pensemas en los srrozalesaterrazados del della del Mekong.a en la teenologfa que ha permitido construir el Gran Colistonador de Hadrones del CERN. [La mayor parte dela cooperacién animal surge dela propia brganizaciOn. A veces, los animales se reparten los papeles y se coordinan estrechamente. Sucede asi euando un grupo de reas crea una ola para barrer a una foca del témpano flotente donde eseansa; 0 cuando varios ehimpancés macho se dividen en ‘grupos para perseguir y rodear a un grupo de monos pequeiios tena copa de os arboles, como si hubieran acordado antes su co- ‘metido, Nose sabe efmo se evean vse comunican las intenciones, en este tipo de cooperaci6n, pero no parecen estar orquestadas por los cabeeillas, eomo resulta habitual en los humanos, ‘Lacspecio humana también dispone de mecanismos de ccope- raci6n que por ahora son inéditos en otras especies. través del contacto reiterado, nos labramos una reputacion como amigos de contfianza o, por el contrario, somos castigados si nuestro cempeno es aco, La sombra del castigo también disuade a los, individuos de cometer frauds. En el laboratorio penalizamos a Jos aprovechados aun a costa de nosotros mismo, prctica que la Jarge fomenta le cooperacién en el grupo. Existe un gran debate en torno acu habitual es el castigo en la vida real, fuera {et Laboratorio, pero sabemos que nuestros sistemas morales ineluyen expectativas sobre a cooperacin y que nos mostraimos, ‘muy sensiblesa la opinion publica, Los partieipantes en un ex- pperimento donaron més dinero para una buena causa euando se vleron observados por un par de ojos dibujados en la pared. Al sentirnosvigilados, nos preocupa nuestra reputacion, Y¥ esa preocupaci6n sobre la reputacton podria haber sido elemento cohesivo que permitié a Homo sapiens conformar sociedades mas grandes. Durante gran parte de la prehistoria hhumana, nuestros ancestros levaron una vida némada muy similara lade los actuales cazadores-recolectores. Estos pueblos se Inclinan por la paz y el comercio con otras comunidades, 10, cal sugieze que los primeros H. sapiens compartfan esos rasgos. Sin negar nuestro lado violento, estoy convencido de que esa predisposieln para la eooperacion es la que nos ha Tlevado tan. lejos. Partiendo de tendencias que surgierou y evolucionaron, ce los primates no humanos, hemos tejido complefas redes so- cisles integradas por individuos que cooperan de innumerables, formas. ana sanen nas The man olan Doig iy Ord hey re 08, Enonoaus tear fed en Tae re 20 | Talia stampa, te cma aks 2102 |) PrssalpinesSothand oma moran Md Sl Seton Mp Tav tte Ro Sos 8a 3 EATS pig 292122 Sytem 10 J) exsuesteo arcino |) era copreno? Hiro Nou ened. ‘Noviembre 204, InveniaconyCieeinas 57 LA QUE NOs HACE > QUE Nos HACE ESPECIALES Tey DIFERENCIA La capacidad para involucrarnos en tareas comunes complejas desde cazar grandes presas hasta erigir ciudades— podria haber sido lo que separé a nuestra especie del resto lS Sseu ities) ry enn a QUENOS HACE ESPECIALES dé wage* Fagede yoR t Gary Si, fr de Scenic Anesean ed especaiado 3 N UN LABORATORIO DE LEIPZIG, DOS NINOS DE MUY CORTA EDAD observan unos ositos de gominola colocados en una tabla 2a S gk ‘A pocos kilometros de distancia, en eloo}6gieo dela ciudad, los investigadores repiten el experimento con dos chimpancés. Silos simios superan el test dela cuerda y Ia tabla, obtendran, ‘ona fruta, “Mediante tales experimentos, los cientificos esperan resolver tun interrogante que les deseoneierta: Zpor qué los huumanos, hhemos tenido tanto éxito como especie? Si Homo sapiens y Pan troglodytes comparten eerca del 99 por ciento de su material genético, por qué el ser humane baa pablado casi todos los rn- cones del planeta, construyendo asu paso la torre Eifel, Boelnss THT y bomibas H? éPor qué los chimpancés de Atrica ecuatorial an forrajean para procurarse la cena, tal y como hacfan sus, antepasados hace slete millones de aftos, ewando Tos humanos, “areaicosylos grandes simios se separaron en distntas especies? Al igual que ocurre eon todo acontecimienta relacionede con Ja evolucion, cuya escala temporal tipica asciende a cientos de imiles de millones de afos, puede que los expertos nunca leguen, ‘@averiguar que sueedié, Durante afios ha prevalecido la tesis de que la diferencia se debe a nuestra capacidad de fabricar y ‘usar herramientas, asf como a a de razonar mediante nimeros y otros simbolos. Sin embargo, a medida que ha aumentado nuestro conocimiento sobre otros primates, esa idea ha ido deseartandose. Un chimpaneé que disponga de wn instructor adecuado puede aprender a sumar, manejar un ordensdor y encender un elgarrilo, Hoy por hoy, la cuestién de por qué y en qué medida el comportamiento Tiumiano diftere de! de los grandes simios es, ‘atin objeto de debate. Pero gracias a experiments eomo el de ‘Leipz, auspiciado por el Instituto Max Planck de Antropologia Evolutiva (MPI-EVA, por sus siglas en alemsin), los investigado- es han identificado la que tal ver constituya la faceta distinti- va del aparato cognitive humano, Una que, sin embargo, pasa inadvertida con facilidad, que esta fuera de su alcance. Para conseguirlos deben tirar ala vez de los dos extremos de una cuerda. Si solo lo hace uno de ellos, ambos se quedarn sin nada. Antes de cumplir su primer aflo, en un hito que algunos psleblogos denominan «la revolueién de los nueve meses», 10s ‘ios eomlenzan a mostrar una aguda conciencia sobre 1o que ‘ocurre en la eabeaa de sus padres. Manifiestan ese capacidad siguiendo la mirada de sus progenitores o dirigiendo la vis- ta hacia donde estos sefialan. Hasta cierto punto, también los chimpancés pueden imaginar qué sucede en la mente de un congénere. Sin embargo, Ios humanos llevamos esa facultad ‘un paso més all. Tanto nifios como adultos pueden poner en comdn sus mentes y colegir qué debertan hacer para ejecutar ‘una tarea en comin EI sencillo pasatiempo en que un adulto y ‘un ntio se pasan una pelota resulta posible gracias a esta sutil, ventaja cognitiva. Algunos psicblogos y antropélogos ereen que, hace cientos , eiemplifica Tomasello. Los niios peqnefios entienden ese tipo de indieaciones, pero los chimpaneés no, La diferencia qued6 patente en un expe rimento en el que los niftos debian eonstruir una torre eon ‘loques que el investigador iba depositando sobre una bande- 48, Cuando Jos ladrillos se acababan, los pequeiios scfialaban Ta bandeja vaefa para indicar que querian més: sabian que el adulto interpretaria el gesto dela manera correcta, De hecho, la ‘eapactdad para referrse a una entidad ausente constituye una ‘earacterfstica definitoria del lenguaje humano. Pero, al someter ‘Tos ehimpaneés del 2o0}6gico a la misma prueba (con comida ‘on lugar de con blogues), estos no levantaban el dedo euando ‘encontraban la banda vacia, ‘Los lft apenas un poco mayores ya comienzan a entender ‘estos que imitan aceiones, como levarse una mano a la boca para expresar hambre 0 sed. Cuando un chimpancé ve tales ppantomimas, no sabe en absolute qué significan. Un simio puede comprender qué ocurre cuando una persona golpea una nuez con un martillo para extraer el fruto, pero no que una persona, seatice en la mano para simbolizar la misma accion. ‘Eve tipo de gesticulacién —una extension de la eapacidad humana para la intencionalidad compartida— pudo haber sen- tado las bases para comunicar ideas abstractas, algo necesario pra engendrar estructuras sociales més elaboradas, desde tribus hhasta naciones. Los gestos tal vez contribuyesen s erear ineas, narrativas. Para comunicar «el antflope esté pastando al otro Jado de la colina», un individuo podfa representar el animal 64 INVESTIGACION Y CIENCIA, noviembre 2014 ppaniendo las manos en forma de V sobre su eabera y, después, subir y bajar el brazo para simbolizar la colina. Varios exper ‘mentos comparativos han demostrado que Tos nios pequefios, comprenden de manera intuitiva los gstos ieénicos asoviados actividades funiliares, algo que no ocucre con los chimpancés. Puede que los primeras aspavientos se viesen acompariadas 4e una vocalizacion para distinguir entre abjetos 0 acciones, y ‘que, mas tarde, es0s sonidos guturales diesen lugar al habla. A ‘medida que las poblaciones erecfan y surgfan rivalidades entre ellas, habria aumentado la capacidad para maunejar telaciones sociales complejas, ya que una comunidad acostumbrada a tra- bajar en equipo superaria con failidad a otras cuyos miembros, ‘uviesen problemas para entenderse. sa mejora en las facultades cognitivas pudo haber promov- {do conduetas especitcas para Ta eaza, la pesca, la recoleccion de plantas 0 el matrimonio, Con el tiempo, estas aeabaron convir- tiéndose en convenciones culturales que se esperaba que adop- tasen todos los miembros del grupo. Un conjunto de normas sociales requeria que cada individuo tomase coneiencia de los valores compartidos por la comunidad: una especie de «eon ciencia de grupo» que faciitaria que cada miembro se ajustase al papel que se esperaba de €l. Las normas sociales habrian dado lugar a un esquema de principios morales que, en ttima instancia, sentaria las bases de marcos institucionales como goblernos, ereitos, sistemas legales y religiosos, encaruados, de garantizar el eumplimiento de las reglas. En desnitiva, un, viaje milenario que comenz6 con un repertorio de facultades, cognitivas ventajosas para cazar en grupo y que, con el tiempo, ‘scabs engendrando sociedades enteras. Las grandes simios nunea comenzaron a andar ese camino. Es clerto que los chimpancés de Costa de Marfil cazan y ase- ‘ian juntos 2 os eolobos, Sin embargo, Tomasello eree que, en realidad, cada chimpancé intenta ser el primero en arrollar ala resa para conseguirla mayor cantidad de comida posible, Los ‘cazadores reeolectores humanos actuals, sin embargo, cooperan, ‘para perseguira as grandes presas ysereparten después el botin, ‘Ge manera equitativa. Einvestigador interpreta que, aunque los ‘grupos de simios y otros animales, como los leones, adopten un ‘comportamiento de apariencia cooperativa, en Gitima instancia ‘su dindmiea reviste un earicter compettiv. EL GRAN DEBATE La version evolutiva de Tomasello no goza de aceptacion unk ‘versal, tampoeo en el MPI-EVA. Un piso mas arriba, en el de- ppartamento de primatologia, Catherine Crockford me habla de tun video que sa estudiante de posgrado Liran Samuni grabé el pasado mes de marzo y que muestra a un chimpancé joven en 1 parque nacional de Tai, en Costa de Mari [EL animal, al que los investigadores Taman Shogun, acaba de atrapar a un gran mono colobo blanco y negro. Ante las dificultades para devorar a la vietima, que se retueree atin viva, Shogun profiere agudos gritos para soicitar la aytuta de dos ca zadores veteranos. Kuba, uno de ellos, legs raudo,y Shogun, un poco mias ealmado, puede por fin eatar su presa. Pero, después, Shogun contintia gritando hasta que aparece el otro cazador, brahim, E joven simio le pone Ibrahim el dedo en la boca: un ‘egesto de confortacién> que significa que todo va bien. Toraliim ‘proporviona el apoyo emocionalsoleitado no mordiendo el ded de Shogun. Después, los tres comparten el almuerzo. «Es inte resante que ame a esos dos machos dominantes que podrian arrebatarle toda la presap,explica Crockford, «Pero, como puede fobservarse, no se la quitan. Le permiten comer» ; : i CCrockford sostiene que atin es demasiado pronto para ex- traer eonclusiones sobre el alcance de Ia eooperacién entre Jas simias. «No creo que sepamos hasta donde pueden Texar Jos chimpanoés. Creo que los argumentos [de Tomasello] son brillantes y muy elaros en el marco de nuestros conocimientos ‘actuales. Pero, con las nuevas herramientas que estamos im pplementando en este eampo, deseubriremos si las capacidades ‘que atribulmos a Tos chimpaneés se limitan a To que sebemos ahora», explica la investigadora. Crockford trabaja con otros. Jnvestigadores para desarrollar métodos que afslen la oxitocina, Ja hormona del gregarismo social, en Ia orina del chimpan- cé, Algunos estudios han mostrado que sus niveles anmentan cuando los animales comparten comida, lo que indicarfe un comportamient cooperativo. Crockford hizo su doctorado en Leipzig con Tomasello y Christophe Boeseh, director del departamento de primatolo- ‘sa del MPI-EVA. Boesch argumenta contra las conclusiones de ‘Tomasello a partir de sus propias investigaciones en el parque nacional de Tai, que pusieron de relieve la estructura social e0- Mas alla de las diferencias psicologicas, las investigaciones futuras abordaran. el posible origen genético de los rasgos cognitivos en humanos, chimpancés e incluso neandertales laborativa de los chimpancés. Alcazar, por ejemplo, uno ditige ‘ala presa en la direcci6n deseada y otros bloguean su paso, centre otras funclones, Las tesis de Boesch sobre la coaperacién, entre chimpancés recuerdan a las de Frans de Waal, del Centro, ‘Nacional de Primatologia Yerkes [vase «Rafces del esprit coo perativo», por Frans de Waal, en eate mismo nsomerc}. ‘También hay quienes eritican a Tomasello desde el angulo ‘puesto, Daniel Povinell, de lz Universidad de Loulsiana en Lafayette, eree que exagera las habilidades cognitivas de los ‘chimpaneés cuando sugiere que, al menos hasta cierto punto, estos animales pueden entender el estado psicolégico de los, demas miembros del grupo, Por su parte, Tomasello parece dis. frutar de encontraree en medio de este treo académico: «Para ‘mi, Boesch y De Waal antropomorfizan alos simios y Povinelli, los trata como ratas, No son ninguna de las dos cosas», explica. Y allade jocosamente: «Estamos en el medio. ¥ dado que nos stacan por igual desde ambos flancos, seré que tenemos razin Bras condenas quedan atenuadas por el profundo respeto aque recite de otros investigadores «Siempre haba peysado que Jog humans eran muy parecidos a los chimpaneés»? reconoce Jonathan Haldt, destacado elentfico socal de la facaltad de cien- cias empresariales Ster, en la Universidad de Nueva York. «Pero, con los aos y gracias en gran parte al trabajo de Tomasello, he Iegado a la conclusion de que la pequena diferencia que €l ha cestudiado y publicitado —Is capacidad tiniea de los humanos, ‘para la intenclonalidad compartida— fue lo que nos lev6 al otro ‘margen del fo, donde la vida social es radicalmente distinta» a iltima palabra legaré con mas investignciones en el 200- 1ogieo, en el laboratorioy con simios en libertad, asf como quizé ‘con nuevos estudios que indaguen hasta qué punto los chim pancés tienen wna teorfa de Ia mente, El grupo de Tomasello, hha comenzado un nuevo trabajo pare averiguar si sus conclu slones sobre e] comportamiento humano, extraidas a partir de cexperimentos con nios slemanes, pueden seguir aplicandose al, caso de preescolares africanos 0 asiéticos. Uno de esos estucios abordard si os nifis slemanes y los samburu, un pueblo semi ‘némade del norte de Kenia, comparten el mismo sentimiento enleetivo sobre lo que esta blen y To que est mal. or otro lado, al vez quepa seguir investigando las diferen- cias entre simios y humanos. Josep Cal, direstor del Centro de Primatologia Wolfgang Kohler y uno de los mas antiguos y eer- ‘canos coleboradores de Tomasello, ree que la intencionalidad ‘compartida tal vez no baste para dar cuenta ce nuestra singula~ ridad. Quizés haya otras facultades cognitivas que también nos distingan de los primates, como nuestra capacidad para viajar ‘mentalmente en el tiempo e imaginar el futuro. Otra perspectiva desde la que investigar las similitudes entre personas y chimpancés pasa por estudiar el cerebro humano, ‘area que ya esté en marcha en otra de las plan- tas del Max Planck. Svante Paabo, que dirxié el equipo que en 2010 efectuo una primera secuenciacion del genoma del neandertal, ha conjeturado en un libro reciente que las teria de Tomasello acerca del pensamiento humano adrian ponerse a prueba mediante andlisis gonstions. ‘Un higar natural desde el que comenzar ta- les investigaciones serfa conjugar los estudio sobre chimpancés y humanos com Tos intentos por entender las rafces genéticas del autismo. Los nifios que padecen este trastorno presen- tan sus praplas diflcultades para entender los 1usos sociales, Comparar su genoma con el de quienes no pade- cen la enfermedad —y, después, con el de chimpancés y tal vez. con el de neandertales— tal vez aynde a comprender las bases senéticas de la sociabilidad humana, ‘Todas estas Investigaciones quizé nos permitan entender por qué, en un viaje que ha durado milenios, nuestra especie dejé de estar compuesta por grupos de cazadores-recolectores y llegé & formar sociedades que no solo proporcionan a sus membros comida y eabijo de un modo mucho mis efiiente ‘que los chimpanoés, sino que les brindan innumerables opor- tunidades para socializar: desde legar a cualquier esquins del planeta en menos de un dia hasta transmitir un mensaje de luna punta a otra del globo con la misma rapidez eon que un pensamiento se nos viene ala cabeza Pana sane ss altura eves of haren copttin, ice! Torso Hard Unvesty res Humans have evolved specie sks agnor The cata imeligence hypothesis. Esther Herre an ceca, 30. ig 0-84 sepenirede 200 ‘A natrlbistory of umn hkl. cht Taso rad Uiersiy Pres 20 sx evEsTRO ARCHIVO Lape dela mente moderna Kot Wing os WC aso 2005, Orient del pesamiet, oteseecl VA, en ee de 20 | eprinneeahumanos Thoms Giese MyCn2 0,208. Noviembre 201, InvestgaionyClenelaes 65 QUENOS HACE ESPECIALES

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