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LA CRISIS DEL ESTADO POPULISTA ARGENTINA 1976-1990* Horacio Tarcus** El autor propone un: marco histérico para p: argentino y la emergen: va) de una nueva form pais. La hipdtesis ce estado populista — pecifico régimen de lacion entre las clases, estatal y una modalidad tuyeron una salida quico-liberal, vez mds incapaces de ase. de acumulacion y hegemo: contra el estado, en verda en general”, sino contra u éste: el populista. tedricos y un is del estado populista problematica, co: i inacion estatal en a lencias Sociales, UBA, Intagra el o> tmité editoe dela revisea £1 alo por aslo. [er 3! Eee LPEVE EFT | [pogciow ES eiciL SABER SE TRATA ORDEN 42 {Introduccion y Setenta, desde Branco en sta el del general la permitiercn el retorno de los parti- dos y movimiertos populistas a la are- ‘a politica. Volvieran a desempaWvarse ‘os Viejos programas centrados sobre el desarrolio ecandmica, la promocién desandar el camino de las dictaduras y retomar el sendero adecuado. Sin muestras de la radicalizacién del discur- 50 y las practicas populistas alcanzadas ens ‘60, can la mogeracién que acan- "0s panos popuistas revert los proce- jos populist politcas mas amplias en las cuales los vieios partidos populstas eran hegemé- nicos, accedieron efectivamente al go biesno, desde Alan Garcia al frente del APRA peruano, a Carlos Menem enca- eras reacciones acudieron 2 ta “raicién” de ‘os drigentes '2 ién de los poderosos lobbies empresarios; 1as imposiciones del FMI... Estas aproximaciones al proble- :s0 argentino, con sus agudos fico del que va desde la pol euforia miltante de los “82-84 hasta e desencanto de fines de la década, per mitié acaso comprender que el car transitado por la dictadura no'se experiencias mi das en el pals, do eficaz en la ai a del pais, en ta felacién entre el estado y la sociedad, en los vinoulos entre la ciase domi do. El poder, aun el mas dict como quiere Foucaut, nunca es 5610 represivo. Es también productive. Coma un eutor ha seftalado temprana- mente: ‘No si iements de cambios en el peso 1 grupos que constiuyen ios ios sacia- atravesaron todo e! cuerpo social— no actué solamente en lo represivo, sino también coma formador de consenso, y mas aiin, on su carécter «productive {Vilareal, en Jozami, 1985: 203). El aa- ‘curso de'los afos °80 pe! der mejor que do 1976 era i mas instalados en un proceso * ista argentino ¥ la emergencia (lenta, ‘eblematica) de una nueva for domi atal on nuestro pais. La hipétesis central consiste, precisamen- te, en que la sacledad y el estado po~ pulistas —una totaidad social que im plicd un especitica régimen de acu- que comenza- 2 en 10s ‘30, conocie- a forma bajo Perén-Gelbard en 1973-74. Incapaces cada ver mas de garanti- zar las condiciones esenciales de acu: muiacion del capital y hegemonia pol 75-76. Esta crisis comienza a resolverse desde gestion det fonsin y fa gestién en curso del presidente Carlos Sail Me- nem. Dieho en otras términos, no es que contundamos et te con estas dem aemacracias al fos gobiemos y de los regitmenes polt- cos una misma ldgica, una estrategla comun, que responde a las necesida- des actuales de reformulacién de ta song ‘acumulacton de cap cidn politica en ta Arg ol estado fa genera) {l. Aigunos tineamientos teéricos dat estado burgués™ {Lechn Los tltimos veinte anos consciern de las dist de pensamiento q , hasta aportaciones mas recientes de Therborn o Cl " apuntado por Lechner aus existe entre tearia p dltecta sobre ta ealiad arger noamericana en gene: las mediaciones que den cuent mo y del estado latinoamericanos). P: lo demas, entienco con Lechner qi ina teoria general or un lado, y una Sobre una tos (particulares) de la repro- Que no logra desen- cuccion giobal del capital en su conjun trafar su movimiento smarca teérico» y «anélisis ent hay un vacio. Es decir, no nay u) Ceptuazacién a patr de la orécica so 'o que el despliegue de las ca- £4 de las relaciones sociales) conileva una forma especilica de dominacion, iodo de ascensa y con: historia det casita mo. Forma estado y régimen de acu- facidn de la burguesia come clase do- minante en escala mundial 2 istema hegeménic crisis hegeménica, “revolucién p: va’ Estado, régimen politica, gobierno. fo, capitalisma y moder iad0 Peritérico Lat ‘80. Populism > Estado coma relacién social plustrabajo por parte de los ‘donde descudsimos el secr el fundamento ocuto de toda fa fa socal, y por 0 tanto, de la orma poliica que adoptan las relaciones de {a percencion inmedi conclusién de que dentro det conjunto perciban relaciones entre co- de las relaciones sociales que se produ- rsonas y cosas, entende- eel estado es una telacén so- ta, en el nivel mas at 1— por las relacio- nes sociales de produccion, Este abordaje de ningtin modo diuye las relaciones de dominacién en Gién de explotacién (0 bien, las nes politicas en las econdmicas), sino ‘que Concibe a cada una como dos mo~ mentos particulares dentro del proceso de reproduccién social global. A cia de un abordaje economic respondientes) 0 de un abordaje po- (que deshistoriza la probl civil (que implica Seterminaco modo ee nstucon economia y pol e 46. Jas sociedades capitalistas esto es es- peciaimente importante, porque al elimi- arse 2 compulsion extraeconémica para la apropiacion del excedente, las, formas de la explotacién (econdmica) se han escint 1a5 de do- as; “Las relaciones palitica-ideciégicas desempefian un papel esencial en produccidn de las relaciones de produc- ién, justamente porque estan presen- fe el primer momento en la el proceso de produccién y de explota- ‘al mismo tlempo, proceso de desprenda de que est do directamente por ni por ninguna alianza eonspi la élite Durccratica y los . El estado —tal como lo ‘comprendié Weber— es una forma im- Personal de dominactén. Pero como ‘sefiald Marx viendo mas lejos que We- ber —y como han recordado Altvater, Hirsch y los teéricos de la “escuela de la detvaciéa'—, el estado es la repre sentacion socialmente organizada dei capi |. Es en la relacion de ca; tal ~-que engloba no sélo los distintos capitales sino también la relaciin capi taltrabajo— que radica la forma de ge- . neralidad del estado. Es como garante de esta relacicn social que el estado es ccapitalista. Ei estado, siendo un estaco de ciase, puede como estado capi como el estado Y teproduce las relaciones so. globales, 8. Formas histéricas del estado capitalista Una leoria histérico-materalista del estado no puede, como sefiaia Povlart- 2a, ser aislada de una his ‘consittucion y de su reproduce mos puss del supuesto —que no pode- 8s demostrar aqui— de que a cada istética del estado capitalisa como ha sido apropiads por Mandel, 0 que nos remitamos ai con- te de “régimen de acu acumulacién del capital, la especitica estructura de clases y la forma estado. Apartr del andlisis tebrico-ni de Alan Wolfe (1977), podrian cist uise fs siguientes momentos: proceso de trabajo, de divisiin so del trabajo, de procesos voorolgi9), de praduccidn ©. Hegemonia El congepte de hegemania tendra lacién de cada totalidad, entra fa base econdmica y las superestructuras juri- S € ideolégicas. A través de ‘una préctica y un discurso hegeménico ‘estado de armenia actado expansionista asiad> do Yranguicae y mora). Cada uno de bs cicios (pro- cesos) tistéricos que consideraremos aqui, entendidas como unidades contra- ‘ulan una modalidad una forma de dominacion estatal y un ‘doolégica dominante, tienden a estabilizarse como sistemas hegemé- ica que intentamos pues, nia una me- ‘pas de acumulacién (oposiciéa gobier- 10s civiles vs. militares, 0 variantes por ef esto). La péoriad de fas relaciones sociales de produccién que postulamos es metodoligica (analitea), no histrica to co-constitutivo de las relaciones capitallstas de producclén. Surguesta agraria, mullimplentaca! Estructura pear mia clases: Enientant. { \ ial) niaide capa Soranniespt one fexcndante economico! |de clases mosalided de cupital, més cinsmtes {capitalism agrario) [Ferme prncipat de Ranta dilerooa ape bana 2 ot Wana vies: +3totipa potaday wade | | ' | un scumulaclon economia abiona Sgroexportadora apliaisme agra Hégimen de aa ‘panura ocondmica | inancista = produc. exponacién prod Cuadro 4 REGIMEN POLITICO Y REGIMEN DE ACUMULACION EN LA ARGENTINA MODERNA Salop: | ar do sporneia 4o iigdrquico tiborel Forma estado isa estado iptarventor bong Tora “Grins ona topoll Demecradia Ampliads (aos varones navos) {leudo ulctora ESTADO, 1880-1916: Democracla Restinglda 1916-1930; Demecracia Amplad 76-7663: Diadora Wier Regimen paliica 750-18. Gomocraca Rast 1988.19 asaremos revista wega 4 Ww que entendemos como el si apelacion a este concepto no deberia hacer olvidar que, al menos desde 1990, se nace wisibie la dificutad para estabiizacién de un sistema hegemé- ico populist (u otra atterativa), Se ha ablado, pues, de crisis permanente de hegemonla (y aun de empate hege- atendiendo a la dificultad es- de la clase dominante arg na a2 transformarse en hegemonica, ereses “generals” (0 ortantiero, en Braun culares como ‘nacionales") 1973). naimente, entendemos que una hegeménica puede resoiverse en el sentido de una revolucion pasiva, esto es, de una “revolucién-res- tauracién” (Gramsci): se trata de un pro- ‘ceso molecular de recomposiciin hege- ménica que termina alterando la composicién precedente de fuerzas. ‘arasai sefiala que fracasada la revo- i6n socialsta en Europa occidental, la crisis da hegemonia burguesa se re- solverd, como revolucién pasiva, bajo las nuevas estrategias fordistas (en nt ‘val econémico) y de “ampliaciin del es- ado" (en nivel politica). En el presente trabajo sa sostendré que la crisis de hegemonia desatada fen 1930 intentard resolverse a través ce una revolucién pasiva iniciada por un sector de la clase dominante (pian Pinedo) y culminada por el peronismo ten el gobierno, Veremos entonces que nie! peronismo es "revolucién” ri la “dé cada intame* es “restauracion’: ambos constituyen una unidad contradictoria, tun proceso simulténeo de “revolu- clén-restauracion”, por utilizar la f6r- mula de Gramsci. gabierne De acuerdo con O'Donnel cmos entre estado, vierno. Es gentes {no necesariamente consagrados Juridica 0 form: bburocra apoyo de érdenes y disuasiones, los re cursos controlacos por ef aparato esta: wacia coactiva. Se |, que el go- el régimen es al trazado de las nutas le id, 22). incluye dentro det régimen tactores tales coma el métoco de selec: cidn del gobiemo (elecciones, golpe mi ar...) mecanismos formales e infor males de representacién (sistema de paridas, sistema corporativo...), asi co fo modos de represiin (Collier, 1979: 404). Podriamos conclu, que si de al estado como condensacién-mat Zacién de determinadas relaciones so- Giales, debemos entender al gobiemo como un espacio dacisivo dentro del aparato estatal, y al égimen como una estructura formal que deline uno de los aspectos contrales de la cicculacién del poder: el acceso a fs roles guberna- mentales. Esta distincion le permite 2 O'0 nell una aproximacion sulil 2 [a 8 Ge las crisis, reconociendo isis de go- biema, crisis de régimen, crisis 6° ex- jimos de Ia arena politica, crisis de imulacisn y implica un cambio de eégimen), tam- de régimen ses profundas de domina- I. Sies en la seccién 8 (ce rustural, entre una estado y un modelo de ac lacién), 3010 una ateracién protunda del models e acumulacién, del tipo de estru: de clases, estaria indicanco una formacién estructural de la forma a dei estada. En dicho sentido, y en pesicién @ buena parte de la literatura izada (con excepciones nota- Rock, ue con el acceso que desde algun la “Revolucié , con la sancisn de ‘Sdenz Pena) ampliacién men p 0 ¥ el cambio de régimen no implican aqui transtormacién estructural de la forma estado. De moco si f (on cuya considera. Sn n9 nos detendremas aqui), entens demos que fa instauracion de laiamada “Revolucion Argentina’ de 1966 signiiee tun cambio de cégimen p tacén de ta jegeciador dicelismo, tc, con todas las v nes suiridas entre 1866 y 18973 —'Corcoba- Mas precisan conteridos del movimiento de 1956 4s. t2ban ya larvadamente disenados cuzn. 0 encontes su techo, a mediases dol década de los '50, mi & Estado, capitalismo ¥ modemizaciin fentamos una reapropizcién erica Gal concepto de maderniezcién, porque entendemos que es el mas adecuade Para dar cuenta de ios procesos de Wransformacion de una fase vapitalis. ta ala siguiente y de una forma de es. tado a ma siquien ion Res que son vividas y or fa Ideolagia dominante co sSajes de lo arcalco lo menos racional mas mas desarrolladas, etostera, 0 * cho concepto debe ser despojada de ‘Sus connotaciones racionaiistas, evo Gionistas y, en uitima instancia, apciogé- ticas, tal como aparece en Ge fa modemizac’ rez y cohi jerencia cal cn 7 apropiacién 5 El Estado Peritérios Latinoamericano, Popuiismo Otro concepta que es neces: 'a socinlogia acad jas. Entendemes que m0" no define tanto la naturale- n gobierno o de un régimen poli- (pues hay populismos civiles y post iad de acumulacién capi ‘28 (a redistribucién progresiva del ingre- so (pues la ampliacion del consumo personal es, coma insiste Vilas, cond cldn de esta modalidad de acumuta- in y al mismo tiempo producto de es- ® preoeso fueten las migraciones inter nas y la acelerada urbanizacién, que condujeron a eecimienta de un proleta- riado aitamente concentrado y sindicali- zado, que busca el reconocimiento de su organizacién y sus conquistas eco- némicas, sociales y cuturales a cambio Le cabe a dcige F. Sabato el décadas de mantener 9 do una esp: Ca la aparicién de esta mad: " térica de estado intarve que va a jug; ipulsor acion su incién acumulativa) y de ama ediador del conllicto de cl via canalizador de demandas hegeménica), cosa que parte de producida en ni ncias de especi roduccion y de mercado, la medida en que la economia en Los tres grandes ciclos de la Argentina moderna lo. Desde 1880, ano Glave, en que terminan de configurarse pueden diseharse ‘andes ciclos histéricos, tres con! lugar que en mo No depenciente correspor ala acumulac izacién de sus ganancias en ntos de la productividad, en la ina se configuré una es! ja una configuraci fada. La Argontina se incorp: como regi misma del una clase t le ociosa y parasi jades abiertas por diver taria, segin un modelo de in 5, para lo cual 10 mas importan- te alcanzada y nunca consolidada deti- nitiwamente (Ansaldi, 1985, p. $82), Este canjunto de determ es constitutivas del sistema hegemdnico oligarquico (en sintesis: cap: agrario basado sobre fa explotacién ex- arse tensiva, economia abierta laciones y la constanta agregacion 0 _AUeVas Unidades de procuccion. Al ago rontera, el mecanismo de la ex. in extensiva habia dejado de los aumentas de n debian lograrse esencia!- recta repercusién de la Gran ‘nuestra economia, y por ef galpe bajo una forma larva- mismo sistema ofgér- Quico. Su estalldo final no es el resul y sin veleidades obreristas, un go! luete capaz de salvar ia cucta de 93- nancia a expensas del nivel de vida de acto con. los, 5. Evidentement funcién, ya que habia fespaldo de ios sectores mecios co az, al menos por un tiempo, de aicu- consecuencia de la cri arse en un régimen p democracia ampliada (aunq alas mujeres de la ciudadar 16 sélo de una experiencia tro de su propia estructura, que se Imostré més flexibie y adaptativa de co- ‘La impotencia del gobierno de Yrigo- yon frente a la depresién —carente de sgrama alternativo de in- Y reestructuracién esta- tal— contrasta con la régida del sector mas dinamico ce fa salir de la crisis. La presentacién con- junta que el 22 de agosto de 1920 real “nacionalismo econémico™ « d2 la clase cominarte fes- lad de conser fentas del capitalism inede, el estado apuntalé ta renta agraria compranda las cosechas a pre- ‘cos superiores 2 fos det mercade mm 2 larga plazo, etc., y desplegé un plan de obras publicas. Esta modelo explicativo descarta las esis “ciésicas* de contlicto central a crisis abieta en 1929 y al agota- ieata del modelo basado sobre las hasta aqui, mas cién que hace na- < el proceso industrializador mas in- {eso come resuitada de una estrategia 4 un sector especialmente licido y di- namico de fa clase dominante argentina a Pinedo en el aparalo ica que efect- clase cor bal y condenar fa economia a una para fizaeién virtual en espera de una coyun: iura mas favorable para entoncss aumentar el coeficienta de integracién on al mercado mundial. La segunda rrumipidos can Gran Br fos advierten la magnitud de las ‘ransformaciones mundiales y la neoasi- ad de una esirategia de largo plazo mica encabezedo por F: (Murmis-Portantiero, 1963, gencia del populismo. ‘Murmis-Portantiera ps Sabato-Schvarzer luego (198 sarrollado algunas intuiciones de Mi des Pena en torno a los o: S05 limites que las separan. lerratenientes e industriales estaban timamente vinculados al capital jeto, y todas se hallaban unico: torno al debate proteccionismo/ cambio, a partir de la cnsis mi cconsiste en que unidad de intereses entre dos secio- res de una misma clase dominante (y donde el sector industrial nace camo di- iciacién en su seno del sector agra- segin fa coyuntu Asi, a paris de 1993, con la desinte pcos afios la composiciée del producto nacional, ia distibucién ocupacional de la poblacin, ta composicin de tas i Dortacones, 2 oxigen de cales y otras carat la economia arg ofientada al mercado inter “nuedas mencres® su fan fueda maestra’ que ios, terminard por cors: ‘namizador det con: vidad econémica durante fico que conclu en 4976. ‘Las atas tasas de ganancia que podian cbtenerse en el sector industal trajeroa capital de otros sectore cularmente del comercio, e incluso bién de los sectores agropecuario y 9, norteamericano’ fuaciones la demanda de un sector de la p vor de fa requtacisn e i siguigndo los lineamientos del capi- poseedoras, sin una contrapartida para las clases populares, quienes no ven El cecimiento cuantitativo y cuattat- vo de una clase obrera que va configu- randose a fa cé5 de seguridad social y reconacimien- te sincical, haciendo menos insegi ‘candicién obeera? Por otra parte ly sién de un modelo de acumulacien ba- sado sobre e! mercace interno, mentos dei coronel Peran en discurso en la Bolsa de Co 25 de agosto de 1944 (en que hablaba, segia la jcida expresién de Engels, fueron escuchados. Para nn largamente gestado estado ‘acabata por nacer fue nece- jente, el 17 de octubre de Junto con las condiciones estuc- se aicularon los nuevos suje- sobredeterminada de esta suma de pro- ‘esos que acabamos de sefalar. Se de- samllaré a través de distintos mecaris- Mos que reorientardn la gistrbucién del so, Por una parte franca ol deca ya sea a través de la nacionalizacién de ‘importantes sectores de la economia 0 bien de la creacién de empresas pibl- cas 0 mixtas de explotacion de recursos La mayor pare 02 estos proceses de ampliacién del estado estaban ya con- tenidos en tos \eamientos del plan 0 0 indirecio (asignaciones fami- as y Sociales que cubren diversos sos y necesidades: enfermedad, matemidad, accidentes de trabajo, vi- vienda, educacin, et ido en que la po- joa de ampiiacién del consumo no es ponde a meras contingencias de aianza cién propias de expansion del ca senvoWié atada pansién del por el consumo personal. En un primer rontento el hecho de que la industia tu- Yiera como mercado al consumo interno ‘no impicé inmeciatamente la inoorpora- Gién de las ciases populares a ese mer- cado. Las preocupaciones de quienes invertian en la industria en este primer to, estuvieron reteridas al. nivel proteccién con que podian contar importaciones competitivas, 2 la posibilidad de obtener exenciones bienes de inversién, a la disponibiidad de créditos sulicentes y adecuados a las modalida- des operativas de la industria, a conse- guir un tratamiento impositivo favorable, elcétera. La produccién industrial busc ccapturar primoro la demanda de los gru- Bos de ingresas ates y mation contribuyd el creciente del empieo do tuerza bajo asalariada y no siem| (0 de las remuneraciones 124). 8s décadas a la larga de las cuales se extiende el modelo populsta (aproximadamente 1946-1976) de acu- mulacién, de sociedad y de estado, \avesaron diversas modalidades, sia escapar al patron ammiba seftalado. En el jadelo de acu- de fase , la produccién de bienes ce jediato para alcanzar pos- ramas mas compiejas de edios y de capital “cones sacs y mento estuctial sino a padi de 1376 (Azpiazu-Basuaido-Khavisse, 1988). En el plano politica, ningun de los regime- ‘nes constitucionales 0 que co sucedie el golpe de estado de 1955, ni gogia peronista’, pus este modelo, sino que mayor 0 menor fortuna reformulac nes dentro de él. Todos produjeron udas mocificaciones en el campo po- ver la crisis de dominacién politica y 2 ticular su propio proyecto hegeménice ‘rasges todavia ro pe (ia el plan de Martinez oe rmarcar el cierte de ac de varias décadas 6: Je- pies mercados, ciclo nistrico cuyos ueden percibirse ni- oer para recat ala nacn en nacional, para poneta 3 tt io a n manapolista de! capt ‘del capital bancario con el ca exportacién de capita~ 125, el reparto del mercado mundial por de un conjunto de naciones im ‘un desarrolio complementario —aungue desigqual— er tericas tural proveniente de ta fer suelo coieed a la Argent ” iguo estado benelactor y # comlenza el proceso de su “reestruc- turacién” detinitiva. Este nuevo mode- lo en vias de contiquracién, que adn no les que vienen suftiendo es- constituye un verdadero sistema hege- tos paises desde los afios "70. monica (esto es, que ain na ha logrado nes de equipo, e implican una e- ucion de las ganancias en el sena burqu is del estado populista agotamiento de la segund: pia del modelo de susttucién de Pitaltrabaio, y de tar a través del pian Mart- ! mvaiidad, fa competencia entre diversos nez de Hoz. capitales. Como sefiala Gilly, “la crsis El plan Perén-Gelbard (1973-74) ‘ran enlieve y alcance. No se portaciones lan mostr6 sus modelo que, co pio desarrotio, hi ies de desvalorizacion de 7 eeevairzaiin de capt do las condiciones para una ign estrecha entre las burg) expansidn y las capas mas faveresidas de un movimiento obrero cada vex mas fertalecido, } Este proceso de agudizacion a entre los distintos cin con las condiciones de prod tales industrial dentro de un mercado semice- 2-40, en los 1970-80 nos en- - y de miasiva agresién del capital sobre rrado), una crisis iscal permanente (que | capitaismo taxaio mas ante eifin de un model his- , i \t2ba)0, anaiizado por Alvater, Man- convertia al estado benefactor en de- en los paises centrales estuve acompa- t6rico de acumulacién basado en el cre- ° del, Gily y alvos autores en nivel inter- masiado “costoso" para el capital) y ha- fada por una nueva divisién nacional, es el que permite comprender bia generado un poderoso proletariado et protundo proceso de crisis y re- con un alto y complejo nivel de osicion del capttalismo argent Iclado a mediados de los arios iertos productos de sSustituyen a los importad el ine ae con el fin de renegociar ta dependencia ales que accedieran a.la Casa Rosa mtahCsS, de la mers de capitales propia de toda crisis cepitalsta— a través del perverso me- canismo de las inversiones especu! vas y del masivo endeudamiento © no (Schvarzer, 1982), Finalmente, sefiaiaremos la e sino de regimenes di les, altamente condicionados, que se encuentran ante un curso de viclenta no deja margenes para “reformismas” de ninguna indole Es asi que desde madi proceso: una ccondimica del capi de un enorme po viera en condiciones de agredir una es- tructura social constituida a lo largo de vatias décadas. No se traté, simplemen- ta, de pasar de una variante de indus trializecién “distrbucionista” centradora” de fos una apertura de la economia ‘na por romper definiivamenia can el modelo susttuista semi , dela reduccion de aranceles que las propias bases econdmicas ‘de aquel modelo. No se bus- al peranis- jagen de mera “deca sgimen social de acumu- 1985) 0 aun de una “de izado de la propia base m ‘que se asentaban (Villarreal, en 1985), Aprovechando la situacién de “t arrasada" que provoca toda crisis, a como una larga permanencia en el po- der, esta alianza ent econdmica y el poder transformaciones estructur cciedad argentina, que se com tun punto de partida Irreversible para los préximos gablernos constitucio- la emergenci ochenta de un sector industrial exporta- dor parece avanzar en Ia aelinicién de un nuevo régimen de acumulacién. Se trata de grandes empresas, pertene- cientes muchas de ellas grupos ecandmices, que fen estos afos a una demanda interna las nueves condicio- ny -comimaciga te achicam . disponian de una czpacdad 2 que sélo godian canaizar en el mercado mundial, Fue asi que comenzo un ensayo export de ces bienes juerzas del capi | peso social rabajadares, esentado sobre idaridad interna, (22. a0 largo de los pe para las nuevas condiciones de acer facién y dominacién det capital. fares al “éxto” de su propia em- es que a fa solidaridad con su {62 control y represién. . Finalmente, el éxito de todas estas yen una oe acién de les ritmos roduccion de nuevas te reoiganizan la base del proce- jaje y dan “racionalidad puntes precedantes; 4) n de oticios (con pérdida correspanderse con ui de crecimi aiuera a mas de la miad oe la ign. Como ha senaiado re Schvarzer, el sector agropecuai gentino puede producir 30°6 40% mas e grancs y oleaginosas que el ao a1 terior con una demanda minima, si a ssiva comenzé bajo fa dictadura mii- todos reprasivos, continue asinis} (del pro 8 ° Se con una de. manda infima de personal: hay icialista sabre fo que foaldinisme y “os quo se que- idente, entonces, si ca te y autortario de asta ferizacion*: un virtua! cre econémioa can enormes casos a través de la implantacion Gey | verdadero “apartheid socioeconémi= cot @ expensas de f ) ¥ aquelics Sstando excuses de sie rocnss,. in de Parque Norte y do afanosamente un ataja para su en- “organicas"."EF piace: cyentro con tas masas, la izquierda ar- 59 en curso no séla seputé los sueos (con mas audacia unas ‘Asi, muchas cotvientes de la izquier- dda verndcula fueron abandonardo y re- legando el discurso y la préctica del in- temacionatismo proletavo, entendienco que la nueva tactica adecuada cons! las asisien estupelactas al renaci dei neoliberalismo. La ideologi conservadora que sostenia al Indi Comunidad Organi- permanecié marginada durante de Ia sociedad populista. Pero su eclip- se fo era mas que una postergacidn: volveria, can la crisis de esta sociedad, queda de sus propios programas de su revancha. El agotamiento a transicién al socialismo, entendiendo legado e! modelo populista que la extensién progresiva del sector Proporcioné al neoliveralismo ia ocasién publica de la economia que impulsaban or su propio pe- aiment, casi todas 50, socializacién, nsiva jiberal—y esta eso las cortientes de -no sélo ha herido de vimmiento nacional peror sia y terminaria desplazando a la “ctpu- la burguesa® que lo contenia, Por la mo versién extrema del populsmo, se dinamica de clases propia del populis- coresponde con la imagen que cierta mo, el peronisme devendria socialism. izquierda propicid da si misma. Buscan- Nada de esto sucedié, sino mas bien

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