El Panteón de los

Reyes

Eterno sueño profundo, duermen en este recinto

el gran César Carlos Quinto y el Rey Felipe segundo.

La vana pompa del mundo, las grandezas de la suerte

reyes tan nobles y fuertes, ¿Que son ya? polvo y escoria,

recuerdos para la historia, cenizas para la muerte

¿Qué guardáis de aquellos pasados triunfos que os dieron

fama y renombre?

Una inscripción un nombre. Expresión de aquella ley que

torna el cuerpo de un rey en el cadáver de un hombre

Oh! Sin esas inscripciones, sin el mármol, sin el oro

Que son ornato y decoro de los regios panteones,

Sin cifras y sin blasones esos sepulcros dejad, y entonces

¿Qué majestad les revestirá? Ninguna, tiene con distinta

cuna igual fin la humanidad

Artístico monasterio, relumbra con su esplendor,

siendo la gala mayor de los regios cementerios

con mas pompa que misterio, dejan en tus nobles manos

 despojos de soberanos y tú soberbio e imponente

los miras indiferente tornarse polvo y gusanos

Las reinas que en vida fueron estrellas por su hermosura

Y amor, riqueza y ventura a su paso recogieron

Al rudo golpe cayeron como flores marchitadas

Y hoy yacen aquí olvidadas, sin que sus restos cautivos

Vengan a buscar los vivos, breves grandezas pasadas

Carlos, Felipe, Fernando; una historia en cada nombre

Cuando aquí penetra el hombre, siente que vive soñando,

Cruza el viento murmurando un lúgubre son incierto,

Como el simún del desierto, en la alta torre lejana

Vibra triste una campana, como si tocara a muerte

Luz tenue frente a una cruz baña un templo sepulcral,

Que mansión tan funeral; no necesita otra luz

Y envuelta en denso capuz, sin aurora ni arrebol

Relumbra el arte español, nunca en sus desnudos cráneos

Brillara la luz del sol

Esta es la sola verdad, que espanta al que audaz pone la

planta
Sobre la faz de la tierra; ver estos reyes aterra, su lúgubre
majestad

Su tesoro: “ polvo inerte”

Su inmenso trono: “La muerte”

Y su manto: “La eternidad”