Y cuando mi voz se pierda al morir La alabanza usará mis fuerzas más nobles Mis días de alabanza nunca cesarán Mientras mi ser, vida y pensamiento duren, O la inmortalidad perdure
2 ¿Por qué pondría yo mi confianza en el hombre?
Los príncipes morirán y regresaran al polvo Vana es la ayuda de carne y sangre Su aliento, su pompa y poder pasan Sus pensamientos desaparecen en un hora Y no pueden cumplir su promesa
3 Felices aquellos cuyas esperanzas descansan,
En el Dios de Israel, quien hizo los cielos La tierra y los mares, con todos sus adornos: Su verdad se mantiene por siempre segura El salva al oprimido y alimenta al pobre Y nadie hallará que su promesa es vana
4 El Señor tiene ojos para dar a los ciegos
El Señor sostiene la mente flaqueante Él envía paz a la mente trabajada Él ayuda al extranjero en su aflicción A la viuda y al huérfano Y dulce libertad da al prisionero
5 A Él le alabaré mientras tenga aliento
Y cuando mi voz se pierda al morir La alabanza usará mis fuerzas más nobles; Mis días de alabanza nunca cesarán Mientras mi ser, vida y pensamiento duren, O la inmortalidad perdure.