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E L PAC IF IS MO AC T IV O

CARLOS VASQUEZ S.J.

DE LA CULTURA DE LA VIOLENCIA A LA DE LA PAZ

EXTRACTO DE LECTURAS DOMINICALES


EL ESPECTADOR, ENERO 20 DE 1991
PREPARADO POR EL ADMOR. ALBERTO MERLANO

INTRODUCCION

Los analistas políticos coinciden en que a la Cultura de la Violencia,


actualmente visible en los diversos aspectos de nuestra sociedad, debe
presentarse una alternativa, valiosa y efectiva, para modificar
significativamente su comportamiento.

La No Violencia como teoría y como forma de vida aparece como uno de los
grandes descubrimientos del siglo XX. Lo admirable de la No Violencia consiste
en que permite asumir el control del conflicto, en cualquiera de sus formas y
asegurar un tratamiento racional del mismo.

El estilo de vida que genera la práctica de la No Violencia forma personas


no violentas, únicas capaces de construir la paz. Tal es el testimonio dado
por Mahatma Gandhi y Martin Luther King.

MANEJO DEL CONFLICTO

La No Violencia como instrumento para manejar en forma adecuada los


conflictos, es algo que la mayoría no hemos aprendido. Mejor, no nos han
educado para ello. Difícilmente reaccionamos ante el conflicto con el diálogo y
la negociación. Este es el nuevo aprendizaje que debemos realizar.

El conflicto es un tipo de enfrentamiento en que cada una de las partes trata de


ganar. Para que esto suceda el otro tiene que perder.

Pensamos que la única fuerza capaz de oponerse a la violencia es ejercer más


violencia; de hecho, la única fuerza capaz de oponerse a la violencia es la
justicia; a la mentira, la verdad; al odio, el amor. Esto generalmente no lo
comprendemos. Vamos como en contravía. Nos hemos educado al revés.

Si el conflicto acompaña siempre la vida, lo obvio es que nos hubieran


enseñado a manejarlo desde niños y adecuadamente, a la altura de nuestra
racionalidad. Pero no ha sido así. Incluso concebimos la paz y la felicidad
como ausencia de conflicto, cuando en realidad la paz no es ausencia de
conflicto; es, ante todo, saberlo manejar o, puesto de otra manera, es la
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ausencia de la injusticia. Se puede vivir en paz y feliz aun en medio del


conflicto.

El no-violento dice NO a todas las formas de violencia. Cuando cada uno


interioriza la verdad, entonces es capaz de hablar y de actuar contra la
violencia y contra la injusticia aunque le maten, sin mantenerla con la debilidad,
la cobardía y el silencio. Gandhi decía severamente: "No puedo predicar la No
Violencia a los que no saben morir".

La No Violencia nos entrega los dos principios claves sobre los cuales la
negociación y el diálogo adquieren todo su sentido.

FUERZA DE LA VERDAD

La verdad, es una fuerza impresionante sobre la conciencia de cada uno de


nosotros y del otro. Esta fuerza consiste sencillamente en que cada uno se ve
forzado a rendirse ante la verdad.

Si cuando dialogamos estamos convencidos de esto, nuestras palabras


llevarán una fuerza especial: la de la verdad. Estaremos igualmente abiertos al
pensamiento y a la propuesta del otro pues lo que definitivamente vale la pena
es la verdad; no nuestra opinión si esta no es verdadera.

Todos tenemos parte de la verdad. Esto es lo que hace posible el diálogo. Si


creo que soy el único que la poseo, ¿para qué me siento a dialogar? El
negociar supone que acepto que el otro también tiene parte de la verdad y por
eso vale la pena conversar.

Todos hemos tenido la experiencia de sentir la fuerza que nos da el poseer esa
parte de la verdad que hemos mencionado y cuando la hemos sentido hemos
experimentado que NO somos violentos. Por el contrario, cuando no la
tenemos nos volvemos violentos. Solo los fuertes pueden permitirse el lujo de
no ser violentos.

La persona no violenta sabe que todo mal y toda injusticia empiezan por un
error. Sería, inoportuno y ridículo odiar a otra persona porque está equivocada.
Comprender esto es de una importancia capital.

Una consecuencia obvia de lo anterior es que el primer deber nuestro ante


quien está equivocado es precisamente sacarlo del error. Si logramos tocar la
conciencia del oponente, la verdad, encontrada por ambos, lo vencerá, y
cambiaremos los dos y creceremos como personas. Este es el sentido del
diálogo y la negociación. Quien tiene estos principios en su interior no teme
sentarse a negociar con quien sea. Sabe que una negociación, así concebida,
no es negociar con el delito ni con la ley. Sabe que lo que importa es buscar
entre todos la verdad y que ésta, a nivel humano, se va alcanzando por ensayo
y error y a través del consenso de las personas involucradas.
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PODER DEL AMOR

Con la verdad, el amor es la única fuerza capaz de cambiar de modo


significativo y duradero el comportamiento humano.

Con la aplicación estricta de la ley, por buena que sea, solo se logra evitar el
mal pero no su eliminación. Mientras no se toque la conciencia de la persona
no se elimina el mal. El no violento está convencido de esto.

En este contexto, el amor y la verdad no buscan la derrota del enemigo, del


oponente. Buscan su cambio interior. Y si para ello se necesita una acción no
violenta eficaz como el ayuno, la huelga general, las demostraciones, las
manifestaciones, la toma pacífica, el boicot, etc. el no violento no temerá
hacerlo con tal de tocar la conciencia del otro y presionarlo al cambio
necesario.

Esto supone de parte del no violento una gran transparencia interior. Una
persona transformada por la verdad y el amor. Mejor, una persona que camine
en esa dirección y que con pequeños pasos se vaya comprometiendo consigo
mismo en la verdad y en el amor. Por esto la no violencia es un estilo de vida
más que un método de acción directa.

DOBLE VICTORIA

El campo de batalla de la no violencia es el corazón del hombre.

La no violencia no es pasivismo. Es la fuerza moral de un derecho sin odio.

Para comprender desde el interior la fuerza de la propuesta de la No-Violencia


y su significación para Colombia, tal vez sea oportuno citar estas profundas
palabras de Martin Luther King.

"Un camino se abre a nuestra búsqueda de libertad, a saber:


la resistencia no-violenta, que une la rudeza de la mente a
la ternura del corazón y evita la complaciente pereza de los
obtusos de mente y la amarga violencia de los duros de
corazón. Yo afirmo que este método debe guiar nuestra
acción en la crisis actual de las relaciones raciales.

Por medio de la resistencia no-violenta podremos


oponernos al sistema injusto y al mismo tiempo, amar a los
que aplican tal sistema. Debemos trabajar con pasión
incesantemente para alcanzar la plena estatura de
ciudadanos. Que jamás se diga de nosotros, amigos míos,
que para obtener esa libertad usamos los medios inferiores
de la falsedad, la malicia, el odio y la violencia.
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A nuestros opositores más acerbos, les decimos: haremos


frente a vuestra capacidad de infligir sufrimiento con nuestra
capacidad de soportarlos, saldremos al paso de vuestra
fuerza física con nuestra fuerza de ánimo. Hacednos lo que
queráis y os continuaremos amándoos. No podemos, en
buena conciencia, obedecer a vuestras, leyes injustas
porque la no cooperación con el mal es una obligación
moral, no menor que la cooperación con el bien.

Llevadnos a la cárcel y os amaremos todavía, lanzad


bombas en nuestras casas y amenazad nuestros hijos y
todavía os amaremos, enviad vuestros sicarios
encapuchados a la media noche, golpeadnos y dejadnos
medios muertos y os amaremos todavía.

Estad seguros que os venceremos con nuestra capacidad de


sufrimiento. Un día conquistaremos la libertad pero no para
nosotros solos. De tal manera apelaremos a vuestro corazón
y vuestra conciencia que, a la larga, os conquistaremos a
vosotros y nuestra victoria será por ello, una doble victoria."

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