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La Divina Comedia

Dante Alighieri

Y sucedi que, aun como encallecido por el gran fro cualquier sentimiento hubiera abandonado ya
mi rostro, me pareca ya sentir un viento, por lo que yo: Maestro, quin lo hace?, No estn
extintos todos los vapores? Y l me repuso: En breve ser cuando a esto darn tus ojos la
respuesta, viendo la causa que este soplo enva. Y un triste de esos de la fra costra grit: Ah
vosotras, almas tan crueles, que el ltimo lugar os ha tocado, del rostro levantar mis duros velos, que
el dolor que me oprime expulsar pueda, un poco antes que el llanto se congele. Y le dije: Si
quieres que te ayude, dime quin eres, y si no te libro, merezca yo ir al fondo de este hielo. Me
respondi: Yo soy fray Alberigo; soy aquel de la fruta del mal huerto, que por el higo el dtil he
cambiado. Oh, ya ests muerto --djele yo- entonces? Y l repuso: De cmo est mi cuerpo en
el mundo, no tengo ciencia alguna.
Tal ventaja tiene esta Tolomea, que muchas veces caen aqu las almas antes de que sus dedos
mueva Atropos; y para que de grado t me quites las lgrimas vidriadosas de mi rostro, sabe que
luego que el alma traiciona, como yo hiciera, el cuerpo le es quitado por un demonio que despus la
rige, hasta que el tiempo suyo todo acabe.
Ella cae en cisterna semejante; y es posible que arriba est an el cuerpo de la sombra que aqu
detrs inverna.
T lo debes saber, si ahora has venido: que es Branca Doria, y ya han pasado muchos aos desde
que fuera aqu encerrado. Creo -le dije yo- que t me engaas; Branca Doria no ha muerto
todava, y come y bebe y duerme y paos viste. Al pozo -l respondi- de Malasgarras, donde la
pez rebulle pegajosa, an no haba cado Miguel Zanque, cuando ste le dej al diablo un sitio en su
cuerpo, y el de un pariente suyo que la traicin junto con l hiciera.
Mas extiende por fin aqu la mano; abre mis ojos. Y no los abr; y cortesia fue el villano serle.
Ah genoveses, hombres tan distantes de todo bien, de toda lacra llenos!, por qu no sois del
mundo desterrados? Porque con la peor alma de Romaa hall a uno de vosotros, por sus obras su
espiritu baando en el Cocito, y an en la tierra vivo con el cuerpo.

Instituto Cultural Quetzalcoatl

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