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NARRACIONES FEMENINAS SOBRE LA MUERTE LA POSESION DIABOLICA Y LAS RELACIONES DE CLASES EN LAS HACIENDAS DE LAS SERRANIAS NORTENAS DE ECUADOR Mary Crain Introduccién La ciencia reciente ha Hamaco la atencién al hecho de que los individuos ubicados en la periferia de los procesos de desarrollo capitalista en el Tercer Mundo, tales como los campesinos y artesanos proletarizados, con frecuencia tienen reacciones mAgicas, con apariencia de fantasfa hacia este desarrollo (cotéjese con Taussig 1980, Crapanzano 1982, Muratorio 1982 y Gottlieb 1586). La obra de Taussig (1980), en particular, demuestra que los campesinos semiproletarizados, en cuanto recién legados, con muy poca experiencia anterior en trabajo asalariado, se aferran con firmeza a sus concepciones precapitalistas del mundo, evaluando su encuentro con estos pracesos econémicos globales a la luz de su propio marco cultural. Una condena moral ha caracterizado frecuentemente 1a respuesta inicial de la gente al trabajo capitalista organizado y a los mercados de productos. Taussig ilustra la manera en que el diablo ha surgido en el costumbrismo del campesino proletario colombiano como un sfmbolo valido y abanderado del penoso proceso de mantener la producci6n individual en as plantaciones del valle del Cauca, donde las relaciones capitalistas de la produccién han sido establecidas. Su trabajo sugiere que 1a cultura de estos proletarios nedfitos es antagénica en alto grado al proceso de formacién de utilidades. Este articulo se basa en el trabajo dé campo, realizado en la comunidad de (Quimsa en la serrania de Ecuador desde Enero de 1982 a Enero de 1984, Los fondos fueron suministrados por la Fundacién Doherty de la Universidad de Princeton y por el Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Texas en Austin, 207 Este art(culo contribuye a un examen de estos temas mediante la investigacién de creencias pertinentes articuladas por campesinas de origen indfgena en la parroquia de Angochagua, un 4rea de la serranfa de Ecuador que ha sufrido un cambio material répido, Esta parroquia ha sido notoria desde tiempo «trés por sus propiedades extensas donde las familias campesinas trabajaron tradicionalmente como precaristas. para los grandes terratenientes a cambio de los derechos a usaf la tierra. La primera reforma agraria ecuatoriana de 1964 abolié todas las formas de trabajo sin salario y requirié de los propietarios que concedieran a sus anteriores precaristas tftulos legales sobre las parcelas de tierra, En forma contraria al caso de Bolivia y Pert la reforma agraria en el Ecuador no rodujo Ja disoluci6n de tas grandes propiedades. Al contrario, muchas haciendas permanecieron relativamente intactas y su produccién fue reorganizada siguiendo Ifneas capitalistas, El régimen de agricultura y erfa de ganado, caracteriz6 la propiedad tradicional reemplazado por el régimen, més lucrativo, de la comercializacién de la leche y derivados que ahora domina el panorama. Mientras hoy, unidades campesinas de Produccién coexisten alo largo de los linderos de estas fincas, la mecanizacién de muchas fases de 1a operacién de las fincas lecheras y derivados ha reducido e: nimero de oportunidades de empleo. Ha sido creado, un campesinado semi-proletario, el cual es incapaz de subsistir en base a la parcela campesina solamente. Es dentro del contexto deste escenario permatente, el de las reverberaciones que produce la Penetracién cada vez més profunda del mercado en la vida cotidiana de los individuos campesinos, que las creencias locales que invocan al demonio serdin interpretadas. Las creencias acerca del diablo local me fueron reveladas en conversaciones y mediante relatos, elaborados por las mujeres campesinas, Sus relatos describfan muertes extrafias y misteriosas de varios campesinos, todos ellos asalariados de las fincas capitalistas vecinas, Estas muertes, cue ocurrieron todas en los tiltimos diez afios, se dice que fueron el resultedo de la posesién diabélica. Se argumentaré aqui que a través de relatos’ como éstos las mujeres campesinas riarran la historia reciente de 1a agricultura capitalista en la parroquia?, Sus relatos Sobre la importancis de contar relatos y la forma narrative ver Taussig (1984b), Rosaldo (1980), Bruner (1984) y Scott (1985). suministran una oportunidad de examrinar las actitudes campesinas hacia el yo, hacia el trabajo y hacia el muno natural, en contraposicidn a las definiciones de estas mismas cuestiones que el capitalismo intenta engendrar (cotéjese con Taussig 1980), Esta concepcién concuerda con la sugerencia de Jameson (1981) de que las narraciones deben ser consideradas como actos socialmente simbélicos. La hermeneiitica adoptada por Jameson avisora toda narracién como integrada por un elemento inconsciente de cardcter politico, aduciendo que tales textos deben ser lefdos como exposiciones colectivas y de clases, los cuales en liltimo témino, son mediaciones simblicas sobre los destinos de la comunidad (Jameson 1981: 70). Las narraciones que van a ser consideradas aqu{ derivan su fundamento social de las formas artesanales de produccién en las cuales Jas mujeres campesinas mantienen algin control sobre los medios de produccién. Al presentar "como destructivas" a las nuevas condiciones materiales de la vida impuestas por la reorganizacién de la producciGn de las propiedades, estas voces femeninas constituyen un discurso subterrneo, con frecuencia silenciaco por los discursos poderosos y dominantes que exaltan el éxito del capitalismo. Este articulo también extiende la investigacién de 1a respuesta subalterna, ideol6gica a la expansi6n capitalista mediante el enfoque sobre una critica de factura femenina, y de género espectfico de las relaciones de clases en esta zona, ‘Se impone la pregunta de por qué es que las mujeres campesinas son las que formulan este discurso crftico en este punto del tiempo. La parte I del artfeulo enfoca el proceso de mi descubrimiento y examina la manera cémo supe por primera vez acerca del diablo local durante el transcurso de mi investigacién en 1982 y 1983. La parte II del articulo provee comentarios y dirige la atencién hacia el impacto del cambio material reciente sobre las relaciones entre los géneros existentes. PARTE I: MUERTES QUE MOLESTAN Asist{a al primer funeral que ‘vo lugar en la comunidad. Un trabajador de la hacienda de nombre Lucho Sandoval, con quien habla conversado apenas tres dfas antes, habfa muerto subitamente, La suya fue tuna muerte misteriosa. Su cuerpo habfa sido hallado en Io hondo de una 209 quebrada, temprano ena mafiana del s4bado. La quebrada estaba situada en una ladera conocida como Madre de Dios, aproximadamente a un kilémetro de su casa. Su familia habfa informado sobre su desaparicién desde la noche anterior, cuando no regresé a su hogar después del trabajo. Mientras estaba en el velorio observé cémo su cuerpo delgado era lavado primero por varias comadres y era colocado en un atatd. La ropa que Lucho habfa usado el dfa de su muerte fue colocada dentro del atatid junto con una cuchara, una taza y una vasija, provisiones para su vida Posterior. La noche era temprana atin, los vecinos, amigos y demds Parientes habfan legado. Una atmésfera sombria reinaba mientras los campesinos se estrechaban sobre los bancos de madera, levantados ligeramente sobre el nivel del piso de tierra. Pap4 Ramén, zapatero remendén de la localidad, empezs a oficiar la liturgia y las oraciones por el difunto. El dirigié a los asistentes en el canto de varios himnos cat6licos. El canto era interrumpido por largas explosiones de lamento pronunciadas en quichua por Barbara, Ia esposa de Lucho, Uno de los hijos més jvenes de Lucho se movfa répidamente entre 1a multitud a fin de acercarse al atatid de su padre. Mientras los otros estaban ocupados en cantar, él leg6 y tiermamente tocé a cara de su padre. Mi vida y la de Lucho se habfan entremezclado de varias maneras. Su esposa y yo habfamos sido amigas por mucho tiempo. Resulté también ser el tfo de Ani, mi caprichosa ayudante de cocina de 14 afios y micompafiera constante. Conocf a Lucho solo tres dfas antes de su muerte. Lo reciente d: nuestro encuentro hizo a la noticia de su fallecimiento particulamente anonadante, puesto que alguien que acaba de ingresar en mi mundo social habfa sido expulsado suibitamente de él. Lucho y yo habfamos sido presentados en la tienda de Antonio y hhabfamos tomado juntos una cerveza mientras me hablaba de su trabajo como capataz de un aserrfo bastante grande. Solamente tres dias después de esta conversacién, Ana habfa venido a mi casa corriendo a contarme las circunstancias en que habfa muerto su tio. Ella y yo caminamos juntas 1a honda quebrada y observamos a varios hombres que Tescataban el cuerpo de Lucho. A continuacién, el comisario local, don Tatamuez, lleg6 para confirmar la muerte y examinar el cuerpo. Después de este examen, el comisario se volvié a la multitude informé que Lucho 210 podfa haberse resbalado accidentalmente y cafdo en la quebrada, De acuerdo con Tatamuez, parecfa que Lucho habfa sufrido un golpe en el lado izquierdo de 1a cabeza, Parecta posible que al caer Lucho, su cabeza se golpeara contra una de las rocas que sobresalfan en los costados de la quebrada. A continuacién de este veredicto, varios hombres alzaron sobre sus hombros a Lucho y lo condujeron de regreso a su casa para que la familia pudiera descansar. En el velorio, parecfa como si tcda 1a comunidad campesina, como un solo cuerpo social, se hubiese reunido para lamentar la muerte de Lucho, Su muerte parecfa particularmente trégica. Lucho tenfa tan solo 36 afios, era padre de cinco niflos y su esposa, Barbara, estaba encinta de nuevo. Adicionalmente muchos aspecios de su muerte no encajaban muy bien. En los dfas que siguieron hubo mucha intranquilidad cada vez que el nombre de Lucho se convertfa en el tépico de conversacién, La mayorfa de la gente estaba intrigada acerca de la causa de su muerte. Mientras escuchaba las oraciones que se recitaban, reflexioné sobre estos rumores, Examinando la posicidn de su cuerpo al caer, uno 0 dos individuos estuvieron de acuerdo cor. 1a especulacién del comisario de que Lucho pudo resbalar y caer para finalmente mori, Muchos aseveraron que este hecho habrfa podido ser més probable si él hubiese estado bebiendo. Pero de acuerdo con el informe del forense que se conocié mas tarde no habfan signos ce intoxicacién, Otros dijeron que alguien pudo haber empujado a Lucho hacia la quebrada después de anochecer el viernes. Al llegar a mi casi el sdbado més tarde, Ana me dijo que. su madre crefa que la muerte de Lucho bien podta ser,el resultado de brujerfa, debido a la envidia, Ella declaraba que se debfa considerar la corta edad de Lucho, su alta posicién ea el escalafén de los empleados, y el hecho de que él tenfa gran cantidad de posesiones materiales. ‘Yo habia visitado su hogar y nunca habfa estado particularmente asombrada por una gran cantidad de objetos de consumo, pero Ana argumenté que ‘habfan otros en Quimsa que tenfan celcs de su éxito. Parecfa que muchas interpretaciones de 1a muerte de Lucho, las cuales no siempre eran mutuamente excluyentes, estaban circulando. Dos dfas después de su muerte, habfa ido a ver a mi amiga cercana, Rosa, a fin de acompafiarla a la casa de Bérbarz. Reflexionando sobre lo que Ana 21 ‘me habfa contado el cfa anterior, y sabiendo que Rosa era de corffanza con Bérbara, le pregunté qué més habfa ofdo ella, Me mir6, bajé la voz. y dijo, "mantén esto en secreto, alguna vez has ofdo hablar de un pacto con. el diablo? 20 del sacri‘icio de una persona por una cosa" Lo negué con la cabeza, Ella dijo que 2ra lo que Barbara y algunos de sus més cercanos parientes decfan ahors sobre la muerte de Lucho. Al legar a la casa de Barbara, notamos que ella tenfa légrimas en sus ojos. Hablamos sobre las, dificultades que ella tendrfa para sustentar a su familia, La conversacién en algtin momento se volvié una discusién sobre las posibles causas de la muerte de Lucho, Rosa miré a Barbara con aires de estar al tanto y luego le dijo que ya me habfa anticipado algo acerca de la posesién diabélica Barbara comenz6 a llorar a gritos de nuevo, pero en esta vez ella levant6 su vor con ira, argumentado que todas sus dificultades se iniciaron con esa maldita méquina. Cuando pregunté con ingenuidad ",qué méqui- nna", ella contest6, "el aserrfo por supuesto". Fue en este momento que descubri que Barbara crefa que el espfritu del demonio se habia apoderado de la maquinaria del aserrfo y, uséndola como su instrumento, el diablo habfa comenzado a ejercer control sobre Lucho 3. Aunque Barbara no descontaba del todo Ia especulacién del comisario de que su marido pudiera haber resbalado y cafdo en la quebrada y de hecho ésta fue la_explicaci6n que dio su familia a ciertos “otros funcionarios" que egaron a la escena de la muerte, ella tampoco daba mucho crédito a esta idea. Me parecfa que Bérbara sentfa que 1a muerte de su esposo tenfa sus Ultimas rafces en causas mucho més profundas de orden metafisico y Los campesinos de la localidad creen que el diablo se manifiesta o puede adoptar muchas fermas (ver Silverblatt 1982 y Carvalho Neto 1964). Se cree que el espiriti del demonio puede entrar sea en objetor animados 0 ‘inanimados, y que el individuo que encuentra uno de estos objetos puede enfermarse 0 quedar sujeto al control del diablo. Varios infarmantes escriben este proceso haciendo notar que el diablo puede entrar y abandonar cosas tales como puentes, méquinas (tractores y cosechadorss), molinos, caidas de agua, cinsles de irrigacién, y por lo tanto, puede animarlas. También puede entrar momenténeamente 0 adoptar la forma de un animal, {al como un toro, un lagarto, un sapo, un perro negro (sic) © un pajarito silbando (sic) 0 una persone, conocida 0 desconocida, tal como un nifio abandonado Worand> en un camino (sic). 212 que podta ser entendida solamente examinando la extrafia secuencia de eventos que habfan tenido lugar el tltimo alo de Ja vida de Lucho. Aqui, presento entonces el relato de Barbera: "Por la época en que Lucho fue ascendido a jefe de los trabajadores del aserradero, se le asigné ala vez un puesto de guardidn del bosque privado.* A fin de vigilar la maquinaria importada del aserradero y asegurarse de que nadie estaba aprovechindose del bosque del patrén, Lucho construyé esta casa para nuestra familia en tierras de la hacienda cercana al aserradero5, Lucho tenfa todas estas responsabilidades, estaba 4, De acuerdo con informacién dada por ol propietario, en 1982, la reserva forestal de la hacienda La Miranda contenfa 1,5 millones de eucaliptos y frboles de pino con un valor tosal de 4,5 millones de sucres. Este bosque fue sembrado en 1972, La agricultura forestal es hoy una estrategia ‘econdmica importante para los propietarios de muchas grandes propiedades de Ia parroquia, y Ia tierra que no es apta para la agricultura o para la industria lechera es con frecuencia dedicada a esta actividad, puesto que la tierra reforestada no page impuestos. Adicionslmente, la agricultura forestal, Porque posibilite a sus propietaros demostrar que sus tiers estén siendo uusadas "productivamente" (y no dejadas ociosas), reduce las posibilidades de intervencién del estado 0 su expropiacién en beneficio de comunidades pobres campesinas. Un voluntario del Cuerpo de Paz me explicé estas, formalidades legales. El se habfa ocupado de dar consejo a las comunidades campesinas acerca de los beneficios de sembrar rboles, pero también habla ayudado a 10s propietarios de grandes haciendas con varios proyectos nal forestales. Como lo hizo notar, Ios grandes propietarios estaban tanto de las implicaciones politicas de la reforestacién, ya que el delimitar sus tierras con Arboles era un medio seguro de manejar el “problema de linderos" y lot aventajados reclamor de comunidades Indias vecinas hecia Jas mismas tierras, 5. Debido a siglos de continua deforestacién, los campesinos de muchas comunidades parroquiales no tienen hoy su propia fuente de madera, En 1982-1983, Ia mayorfa de los eanpesinos de Ia comunidad de Quimsa, con necesidad de madera para combustible o para hacer reservas, fueron obligados a comprar su madera de los bosques de Ia hacienda, Los ‘campesinos de Quimsa no aprobsban que el nico bosqve existente era 1a 23 siempre agitado, siempre vigilando..., manteniendo su guardia pues estaba consciente de lo que le podfa pasar a la maquinaria del aserradero y Ja posibilidad de que se Iz hicieran dafiosS. Luego se preocupaba de que alguien pudiese estar robando por la noche la madera realmerte importante, la madera recién derribada en la reserva forestal, También tenfa sus deberes como supervisor de la cuadrilla de obreros con nueve hombres a su mando, Y ademis, nuestra casa, cercana al bosque, se hallaba también aislada de las otras." Segtin Barbara, algo asf como un afio antes de su muerte, Lucho empez6 a tener suefios descabellados. Ella a menudo se despertaba a ‘media noche y lo ofa hablar con alguien, Siempre sostenfa la misma conversacién: "(Me estis buscando? No me molestes" Entonces él se volvfa a acostar y a entregarse al suefio, Luego las voces regresaban y se repetfa el didlogo anterior. Pero esta vez él ccontestaba: vi¥a voy!" reserva vada de propel ela Hacienda La Mian, Machos campesinos comensban con fetes qu ete bosque de a hacienda eta objeto de tle meter eet ap pin de a nos. E ot Comunidad yecn, um gan pane de bosque de Inhaled se srlin i fng. Se rd "por lobule par pate de stor vocoos de la hake queen pl no fe esd del esculdo dels campo, ‘nos, tno de in icrdio dlberad. Bn 1983, CESA, na ergunzcién tool eat qe miss proyectos de ayuda propa pals comune des campesins,cmensS un progaa ini de foreain en Quins 6. Aeuncines does de ls eumpesinos a maquina la hcend hab ‘io iformaes nterormeta one penogun. El propia de a acende 1 Cisne me informs que sob de equipo agra hecho or wn was, habia recede siglicavamente la invasién dela hacienda por ls canpesince ceria 197 24 En este punto, Lucho se levantaba de 1a cama y salfa hacia el aserradero y le daba una vuelta para asegurarse de que estaba trabajando bien, Barbara dijo que hubo noches en las que su pobre marido cay6 dormido junto al aserradero, A menudo, ella iba y trataba de tracrlo de vuelta a ia casa, En varias ocasiones, ella y los nifios habfan finalmente acompafiado a Lucho, durmiendo cerca del aserradero. De vez en cuando, dijeron a Barbara que ofan el sonido de 1a maquinaria durante la noche y ellos creyeron que era bastante atemorizante y especularon sobre 10 que ahf estaba pasando.Confiando en mf, Bérbara dijo que Lucho lleg6 a tener obsesiGn por su trabajo. Ella susurré que él fue crecientemente encantado por el diablo que habfa penetrado en la maquinaria del aserradero. El deseo de Barbara habfa sido traladarse lejos de las méquinas, las cuales habfan ensombrecido la vida de su marido. Ella puso énfasis en que ha- bia insistido en muchas ocasiones sobre esto, pero que él siempre 1o habfa desechado?. Barbara consideraba a estos didlogos noctumos entre Lucho Los eclamos de Bérbara no eran aislados. Muchos campesinos de la ocalidad me informaron que varias otras partes de los terrenos de la hacienda capitalista estén encantados y que ningin campesino en su sano Juicio seria capaz de fijar su residencia ah. Un caso servied para ilustrar ‘esto. Los campesinos que trabajan como mayordomos (supervisores) ‘mantienen posiciones relativamente altas en la escala de los empleados de la hacienda. Es comin que el duefio de la hacienda pida a cada mayordomo que resida en tierra de la hacienda en estrecha proximidad a su respective sitio de trabajo, con la idea de que ssf toda Ia familia estaré vigilante de Ie propiedad. Sin embargo, cuando los patrones (sic) de Ia hacienda ordenaron ‘al mayordomo de la estacién de leche de La Coche, quien también tenia le Funeién de guardién (custodio), evar a su familia a vivir a La Cocha, ellos se rehusaron. Ningin campesino vive en esa Grea y se rumora que es una de las partes cncantadas de la hacienda capitalista que el diablo frecuenta. Recogt leyendas de campesinos locales acerca de toros rellenos de dinero (figuras diabétices) que vagaban por esta zona, En sus relatos orales, varios informantes hicieron notar que esta Srea ha sido considerada ominosa por mucho tiempo. Ellos anotaron que ain antes de que se construyese el camino piiblico de una sola vie (antes de 1940), los campesinos en ruta al mercado de Ibarra que iban a pie o caballo, se aseguraban de pasar por esta Area antes de las 5 pam. Si no podfan pasar a esta hora, preferfan siempre pasar le 25 Y las fuerzas obscuras como expresién de su lucha con el diablo. Ella aducfa que éste habfa ganado al fin, Habfa sido el demonio quien finalmente lo empujé para que caiga dentro de la quebrada esa noche y se habfa levado su vida. Algo sobrecogida por este relato, me las arreglé para hacer dos preguntas. Primero pregunté si esta explicacién sobre la muerte de Lucho, atribuida aquf a la pos:sién diabstica, habfa sido puesta en conocimiento de los duerios de la propiedad. Me parecfa que su historia implicaba que la muerte de Lucho tenfa relacién con su trabajo y que los propietarios Ccapitalistas de la hacienda - o al menos su maquinaria- eran responsables de alguna manera®. Habfa visto a los duefios Hegar a casa de Lucho después que su muerte se habfa difundido. Ahora me preguntaba si se les habfa contado la historia y cual podfa haber sido su respuesta. Algo horrorizada Rosa me mir6 de inmediato y dijo "Oh no! No se les > mencion6 nada de esto." Y clasificé esta declaracién diciendo “aun si este rumor lleg6 eventualmente hasta ellos, no tomarfan estas creencias en serio!" Bérbara intervino y dijo que a los patrones se les habfa dado otra ("versién"\Bsta version establecfa que la muerte de Lucho parecfa haber Sido “accidental” (Iéase, después del trabajo del viernes. El debe haber resbalado y cafdo en la quebrada y golpeado su cabeza). En segundo lugar, pregunté si se habfan presentado antes casos de Posesi6n diabélica. Ambas dijeron "S{" y comenzaron a contarme otros casos®, Por falta de tempo, debo resumir los detalles. de estos otros roche “abajo” (sic) y esperar al dfa siguiente para regresar a sus hogares. ‘Una mujer dijo que en alguna época se podfa encontrar eadéveres, esparcidos por toda Ia regién, 8, En algsin punto de la discusién sobre 1a muerte de Lucho, Ane también me hhabia dicho que cl diablo era el duefio real de la maquinaria del aserradero, confundiendo asi Is posesién de esta maquinaria por parte de los patrones con el espiritu del demonio. 9. Mientras que Barburita y Rosa frecuentemente usaron "pacto con el diablo", "contrato diabélico” y “posesién diabélica” como términos intercambia- bles, me parecié a mf que el término "posesisn diabélica" deseribiria més tados aqui. Los estudios de otros antropSlogos que lexactamente los estos 216 relatos. Estos relatos describen otras situaciones, que ocurrieron durante Ios tiltimos diez afios, en las cuales el diablo se presenta a trabajadores masculinos que laboran en sitios de construccién en los que trabajaban también maquinas pesadas. En estos casos, el diablo también empezaba a posesionarse de estos hombres y los urgfa a que empezaran a trabajar. En. todas las narraciones que fueron informadas nunca se trat6 de mujeres sino solamente de hombres, considerados..como las "victimas del demonio". Mas atin, los casos de posesién diabélica nunca ocurrieron

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