Está en la página 1de 15
PARTE I EL DESARROLLO DEL INDIVIDUO. En el cardcter particular de estos estados, tanto las rej como las tiranias, reside desde luego, si no el tinico, si el principal motor para la temprana { modemo. ¥ a ellos se debe el que éste Fuera el primogénito entre los ( hijos de la Europa contemporanea. Durante toda la Edad Media, y como enyueltos en un mismo velo; yacian en el sueio 0 ei una especie de duiermevela Tos dos ros- ‘wos posibles de la conciencia humana —el que se dirige hacia el mun- 5, Ye que se vuole al jteior del indi a través de este de una familia... Y es este velo el que bios por vez primera en Italia; pues alli se despierta una forma nue- vay objetiva de observar y tratar el estado y en general las cosas de Beet: y au lo ou jelu, se levanta tambien, Tor sabje modo qué | hombre 's¢-convieric ci imdividuuo” pro-_ ‘isto de un espiritu y se reconoce.a si mismo como tal. Igual se er= uit ania el gego Trene al birbaro y el arabe Gono indiiguo rente al resto de Asia, donde los hombres se velan a si mismos como miembros de una raza. No resultando dificil demostrar que los su- ‘cesos politicos acaecidos en Italia se debieron fundamentalmente al fenémeno del que hablamos. * Hay que distinguir las exp esignar un grado superior y la somo singulare, womo unico, empeadas para ‘cube de la cultura individual, la presencia esporidica de algunas perso- nalidades individuales, cosa que en el nor ‘no sucede en absoluto, o no se manifiesta del mismo describe Liutprand, ciertos contempordneos de Gregorio VI y algu- tos rivales de os Hohenstaufen muestan rasgos de este po, Peto al conclir el siglo XII, Italia esti ya repleta de personalidades, de ‘modo que el hechizo bajo el que estaba prisionero el individualismo se ha disuelto por completo y mil rostros tinicos aparecen en escena, ada uno de clos caracterizado de forma diferente. Hubiera posible concebir el gran poema de Dante en cualquier otro pais, ya gue el reo de Europa permaneia ain bao el encantamienta'del concepto de raza; pero el augusto poeta, con su bien configurada in- dividualidad, se habia convertido para italia en el heraldo nacional de su época, ‘Ya nos ocuparemos més adelante, detalladamente, rigueza de la mente humana en sus manifesta ratias, con sus miltiples y polifacéticas caract ‘amos interesindonos por el hecho psicologico en tra en la historia con la mayor seguridad y decisi ‘poco sabia de la falsa modestia y précticdmente nada de hipocr Y ninguna criatura temia lamar la atenciOn por ser 0 parecer dife- rente-a los demas mortales". pero aqut es- hnecho que en- Las tranos Como ya hemos visto, la tirania supone ___ una formidable fuerza motora para el de- sartollo de la personalidad del tirano y del condi lc sus protegidos, pero también afecta a la de aquellos cuyo talento se venia explotando sin ninguna conside cretario, el funcionario, el poeta, el acompafiante—. Asi, la necesidad oblig6 a estas personas a una concienzuda exploracién de sus men- tes en busca de cuantos recursos disponian, tanto permanentes como accidentales. Y esta actividad mental amplié su capacidad de disfru- tar la vida, al tiempo que la concentré, pues se trataba de sacar el rmiximo partido de los placeres que el poder y la influencia otorgan, durante una temporada quiza breve. » Hacia 1390 no habia en Florencia una mada dominante en la indumentaria mas- ‘lng; todos buscaban singularzarse en el vestdo. Ci. la Canzone de Franco Si Y tampoco sus sibdit is tos careefan ue congun pet impasse Or com Gousumeron su existencia en seereta rebelda y ~ Por ejemplo~ los Visconti, les seri idad personal y la de sus familias siendo sees iegtidad moral de 6 Gaus de eo tal de muchos de els suid grave downers 1a vida pri privada Mas no ocurrié lo mismo con lo que le manos el cardcter individual, pues es pre- feneral donde con mis vatiedad endencias y aspiraciones de la vida cisamente en la impotenci {OF pros; que éste requiere, estaba dos politicos. i os EI particular, zado ¢ posible exi tores de nov Las replicas guracién de un carécter ncnoga’s @ menudo cambiara el partido en el goblers luo a concentrarse en el ejerc jitieron los estadistas y cat a florentina’, un caricter marc in otro de su misma época, ni siquiera $3 Capo Rime pub de Poggi lc Fogg $0, cunt he ie conlempoines notte pectic oA he nc es io comtiye um pri Yue Ge Fippo Vila, id me 143 los que destacaban como excepciones, como es el caso de Jacob de los miembros de los partidos derrotados se ‘encontraban a Fa de fos sibtos de as rans, pero Freee gr avodart recientemente disrutados,y al ver tambien peas de roleros a aleanza,dieron a su individualism un cape major, Precamenteenze estos, que disponan de ut Puc ai ioe encontramos, por ejemplo, a un Agnolo Pandotfini ae ayo talad Sobre cl gobierno de [a faniia’ nos el ee eto que seria una extenia privada perfetamente ir roe iendo ef balance que hace entre los deberes del indivi dug y a inségurdad e ingratitud de la vida pibica’ un monument Stslico en su genero, AS menudo en similar situa El destierro, por su parte, posee en ma- yor medida que ninguna otra condicién la edad de minar por completo al individuo, o bien la de motivar- estre lo mas noble en él. «En todas nuestras ciuda- ice Gioviano Pontano’, «vemos que hay mucha intariamente su hogar aunque llevan ersonas no ea abso bian clegido abandonar as 0 econémicas s¢ ha- Casmopoltismo El coupopolsmo ques desrol ene Jos eniliados mis dotados es en si mismo tuna de las fases mas avanzadas del individualismo. Tal como ya se Hai nencionado, Dante encontrd una nueva patria en Ja lengua y Ta ina a de Ttalia (vid. pag. 99), pero ain se femontaria por encima Ge esto con la famosa fras puesta a la oferta que recibi escribid: «ZAcaso no puedo ver en todas, is estrellas? No puedo reflexionar en cualquier Set dades mas nobles, sin necesitar presentarme, sin gloria y deshon- “Trattato del govern della famigla, Segin una moderna hipéteis, el autor de cesta na ora ol arquitecto L. B. Albert. Cir, Vasa TV, 4, nota 5, ed. Lemon: ‘bre Pandolfini, id. Vespas. Fioren, pag, 379. rattate, pgs. 68 9 Ss. Fret bntano, de Fortune, libro Il. Senta alos més tare, Carano po- aia pegumtrse (De vtapropl, cap 32) con amargurs: «Quid et Patria, is ones cia prema mina toppers ibellstmios, et plunge sti si De vulgar elogu ‘unidad intoectual de ‘dlebre pase del Purgatorio, VI 144 ana, cap. 17. La cap. 6, Sobre el ideal de Tengu jn nostalgia ene instruids, cap. 18. Véase ta Y Paradiso, XXY, I 4 ad sudo, ate mi ude y mi gente? En custo al pan de cada i, am os artistas vivas muestras de desafio libertad. «El que ya lo ha aprendido todo», fen ningin sito se ha de seni extra; y nnque s bienes y se halle sin amigos seguiré siend. Giudadan del ciudad en que sé encuntre, udiendo desprecar sin tear aging lo eves dl It fort, Yn human eigtdo iejante: « i Skalgbler hombre eat Ru recdionca St nT Sele onde se le haya pr 1 perfeccionamiento eee Un correcto enfoque de la historia de la cultura deberia permitirmos analizar ‘dentro de la general imperfeccidn de lo te bret rnuncir ala vestigain oboe fatance pena de una Rersonaldad com, or sjemple, lade Lorenz el Maguio, ater r send fortune racer llnt,o pose obsevar osx del hombre y el ot ia con que trata sus placeres y aficiones junto a ia y la ms profunda buena voluntad. del poeta, la mas delicada Individuos poitacétcns Asi, cuando este impulso a perfeeionar a ia person: asta ef extr a en conjuncin con una naturseza poderos y de anaes nersea surgia aquel «hombre universalmente polifacetico» —«'uomo univer. le», que es fendmeno que se da exclusivamente en Italia. Duran- Ja Edad Media hubo en distintos paises muchas personas de jiduria enciclopédica porque el aprehender el saber en. su conjun- 4 Danis AligheritEpsola,o8, Carolus Wite, pag, 65. Ghiberti, Secondo commentario, cap. XV. (Vasari, ed. Lemonnier, 1, ah buen coadato y Jenofnte To a px: por ino, Di a de pata por una vrdadera felidad, ys amaba aso opal, sea fei se Lamaba amis gpl 145 toera empresa asequible; y de a misma manera, hasta bien entrado surgié gran cantidad de artistas que practicaban diversas, ; pues los problemas de la arquitectura eran ativamente simples y uniformes, y en la esculturay la it cia del objeto representado tenia prioridad sobre la forma. Pero en la Italia del Renacimiento, nos encontramos artistas que lograron realmente crear algo nuevo y, a su manera, perfecto, en tna gran va- edad de campos, y que ai eomo hombres dejaron tras dest una impresién memorable. Y esta universal polivalencia también se dio ‘en otros campos, mis alli de las artes plésticas existiendo individuos de rudicién extraordinariamente amplia en el ambito de lo espiritual. La profusion y pujanza personal de los escritos de Dante, a quien yaen vida unos llamaban 7 otros filésofo y otros aun te6logo”, ar al lector, all ué fuerza de iquebrantable- jea como la de la Divina Comedial Y si se observa el con- tenido del poema, apenas se encontraré en el mundo material 0 es- Pirtual un tema de relevancia que el Mlorentino no haya sondeado, asta el punto de que su opinién al respecto —a menudo solamente unas cuantas palabras— no sea la de mayor autoridad en su tiempo. Asi, su relevancia es fundamental para las artes pl mente por motivos més importantes que el par de i bi6 sobre los artistas contemporineos; pero muy pronto habria de ser también él mismo nueva fuente de inspi El siglo Xv destaca sobre cualquier otro por el gran ntimero de hombres polifacé- ticos, no existiendo ninguna biogr é CCarietr del siglo XV junto a la obra principal del protagor des secundarias, que yan mucho mis al ‘menudo, tanto ef comerciante profundo conocimiento de las dos lengu: Ja Antigiiedad; ademas los humanistas més famosos les daban tanto detalladas conferencias sobre la ética y la po- y también fas hijas de las casas principales tuestran una cultura de rango superior, siendo de hecho en estos ireulos donde deben buscarse preferentemente los origenes de la ins- ‘truccién privada como objeto metédico. Por su parte, los humanis- te, phe. 16 goles que pint sobre unas tablitas el dia del anversario ta Nuove, pg. 61) tuvieran mis valor que el de lt obra ‘de unmero aficionado. Lion. Aretino dice que Dante dibujaba vepreiamente» y que de Florencia en el sigio xv. Vid pigs. ta Jannoctit Manet (nacido en 146 tas se veian forzados a adquirir extremada competencia en un: : a enor- me variedad de disci puesto que ya Tes he que lo que se esperaba de la erudicién filolégica nd era sélo, como es el caso hoy dia, que sirviera al objetivo conocimiento de la época elisica, na pricten carton en la vida cotidiana. Al es- ejemplo, los humanistas iban col todo un pequeiio museo de historia natural; ademés, p: ido aes geografia de los antiguos, se conyirtieron en cosmégrafos en sentido Imodemo; y compusieron sus crénicas contemporaineas siguiendo el modelo de los historiadores de antafio; tras haber traducido las co- medias de Plauto, se encontraron con’ que dé rigir su nueva pl e8ee atin hicieron todo lo posible por imitar los anti- guos generos literarios, mientras desempeiiaban funciones de secre larios y diplomiéticos, en posiciones no siempre ventajosas, EL hombre universal, ero por encima de estas figuras polificé- ticas se elevan unos cuantos a los que real ales de aquella época, rendiremos aqui, alu a ; imbral del XV, merecido homens 2 uno de aquellos gigantes, Leon Battista Abe {i, Su autobiografia'* —s6lo es un fragmento— hace breve referencia {isu actividad como artista, y no menciona en cambio su enorme re- fevancia para la historia de la arquitectura, Mostremos, pues, la dis mn que se merece, aun sin t ? Unvin que e mete tener en cuenta Tos factores por los ‘una moneda qi ‘aballos més indémitos se estremecian y PMS 2 UR os pretend ear caminar y el cabalgar—. Ademas aprendid misica si acslros, y sus composiciones cosecharon la admiracion de los pro. fesionales. Obligado por la necesidad, estudié durante muchos atios derecho civil y EaiOnico, Tasta que Gayo eilermo de” apo cua edad de Veinticuatro afios se debilit6 su me © que sigue esté tomado del Fetrato de Pandolfo Collenusc lolfo Collenuccio por Pertcari, Leone Xe pigs. 197 y ss, y en las Opera del Conte Pet aan, XX, eos, 295 ys, Com 0 Losi, por enn, ractcaa con toy Si se du fe al rato que ded taza 8 ‘treg6 de lleno ica y las mateméticas, y aprendié al mismo tien polas més di técnicas y habilidades, preguntando a artistas, Eruditos ¥ obreros de todas clases, incluso a los zapateros, sobre sus secretos y experiencias. Tambien se dedi tar y modelar, mos- trando en ello gran dominio técnico y especial aptitid para reprodu- Git de memoria, sin modelo, Su misteriosa camera obscura” desper- {6 igualmente una especial sensacion: en ella hacia aparecer. ya las estrellas y la una surgiendo tras las rocosas montafias, ya amplios pai- Sajes con montes y bahias, reduciendo su tamafo hasta perderse en Ja Vaporosa lejania, donde se vefan grandes flotas sureando dgiles las ‘aguas, tanto bajo I sol como bajo r ‘bién celebraba con entusiasmo lo que otros descubrian, Greacion humana que tuviera de alguna forma en consideracion las Ieyes de la belleza, considerdndola como algo cercano a lo divino. ‘A todo esto™ hay que afiadir su produecién literaria, que al principio se limit6 a tratados sobre el arte en general, hoy considerados como fsieas y testigos fundamentales del Renacimimento en (ura, Més tarde yemas en Pros Y novelas cortas, asi como cierto tipo de escritos que luego se confur- Gieron con las obras antiguas, amén de ingeniosos discursos, églogas Yelegias. Aftadamos a ello su tratado Sobre economia doméstica, obra én cuatro volimenes y escrita en italiano”, o la oracién fiinebre de- icada a su propio perro. Por lo dems, todos sus dichos se const wan dignos de ser coleccionados, tanto los serios como os hu- en la biografia ari des y conocimientos, pues, com daderamente ticas, regalo sus descubtimientos mas notables sin re- ibir nada a cambio. ¥ finalmente, se nos descubre alli también el ‘mas profundo manantial de su naturaleza, su intensa identificacion on cada objeto del mundo circundante, de cuya existencia partici aba al observarlo, Asi, derramaba ligrimas a la vista de los arboles Imas soberbios y de los campos colmados;, honraba Ia hermosura y dignidad de los ancianos como una «delicia de la naturaleza» y no Sse cansaba de contemplarlos; y también los animales bien formados Imerecian su aprecio, por cuanto la naturaleza los habia favorecido especialmente; mas de una vez, estando enfermo, sand solo ante la vista de un hermoso paisaje*, y no es de sorprender que aquellos f. con Iba Fitnas, en Hammer, Litratugesch. der Aaber, J, introduecion ai "uu ign ethnics quad ein clegantia, id prope d- ium duebac 7 Bea obsaperdida se ha confundido durante mucho tempo eon el Trad de Pandblfni (vid ot 5, pag. 14) "SE su De re edicatoria, libro VIL, cap I, se encuentra una definicion de lo 148 el mundo exterior le adjudicaran que predijo con varios afios de antelacién una sangrienta crisis que tuvo lugar en la casa de Este, asi como el destino de Florencia y el Papas, y también se asegura que en cualquier momento po- en el interior de las personas, rostros. Ni que decir tiene que lo qui una fee’ lenaba y sost a ¢ intensa fuerza de Leonardo seria a, Alberti lo que el fin,es al principio y lo stro al aficionado, ‘Sie libro Je Vast contuiera una Ges- fuplementaria de sus actividades, como sucade con Leon ero nunca nos sera dado sino intuir en la distanci al perfil dela personalidad de Leonardo." = — 1a fama A desarrollo del indviduo hasta ahora lescrito corresponde una nueva forma de buscar el reconocimiento del exte buscar el reeg iel exterior: a saber, la fama, en un senti- Fuera de Italia cada clase social vivia apartada de las demis, sa- tsfecha cada una con su propio eoncepto de la honra, qu, de acuer- cow configuracién de la sociedad medieval, era diferente segin 1, habia aparecido la igualdad de clases, antes ya de la post de los iran-o democracy por ello en la tera ltina da por raices comunes, como haremos notar ya desde ahora: é melo destinado a germamaraquel nuevo elemento Y hay que elt dir que los autores romanos, que se empezaron a estudiar diligente- ‘mente, estaban embebidos de un concepto de la fama que impregna sus escritos y que el mismo tema del que tratan —del imperio uni- versal de Roma se impondria a las mentes de los italianos como erenne. De aqui en adelante, las aspiraciones y acciones de ianos se verdn dominadas por una previa condicién moral que atin no conoce el resto de Occidente. us, Roma triumphs, lbeo V, pags. 117 y 88, done tn tomadas de los antiguos y donde cl afan de la Dante Como en todas las cuestiones fundamen- tales, primero habré que oit lo que nos quien con todas las fuerzas de su alma luch6 por los lau que ademas, como publicista y hombre de le- sn aquello que en sus obras es més nue- ratura, afirmando no solo ser el primero “en esta senda, sino también reconocido como tal”."Y, sin embargo, ya éste nos menciona en su prosa los inconvenientes de una fama ex- Zesiva: pues sabe que muchos quedan decepcionados al conocer per- Sonalmente al que es famoso, y elabora toda una teoria al respecto, sugiriendo que de ello Iuego hay que culpar, en parte, la infantil Fantasia de fa gente, en parte a su envidia y en parte tambien a la propia y verdadera imperte: i fn su gran poema insiste co a sobre la vacuidad de la fama, tungue de forma que delata que el corazén del poeta no ha acabado de librarse de su anhelo por ella. Asi, en el paraiso, Ia esfera de Mer- Cario es residencia de aquellos bienaventurados que pretendieron en fa tierra aleanzar gloria Y-fama, dafiando con ello los ardientes «ra- ‘verdadero. Pero es caracteristico que las pobres al- idan a Dante que renueve y mantenga vivas su me~ moria y ‘en este mundo”, mientras.que la tinica stiplica de Tas det purgitorio esque interoeda por ell Y em un passe, famo- so” se condena la sed de gloria —«lo gran desio delleccellenza» con ef argumento de que la gloria intelectual no es absoluta, sino relativa ‘de acuerdo con los tiempos, y que, segin las circunstanci ser superada o eclipsada por sucesores mis grandes. dice Dante, (Celebridad de os humanistas La nueva estirpe de poetas vino después de Dante se apodero inme- diatamente de este concepto de fama en un doble sentido: en cuanto f que ellos mismos se convitieron en las mayores celebridades de Te lia! y en cuanto a que en su propia actividad de historiadores y poe- tas podian disponer conscientemente dela fama de otros. En cuanto al simbolo externo de esta clase de fama, es la coronacién del poeta, de que hablaremos mis tarde. ‘Se mai contnga, ete-—Cit. Boccacio, Vita di Dan ee di pompa € per aventura pi qu alla sua y especialmente de Monarel no solamente para ‘in meam gloriam adi 31; XI 1. “i gloria, se encuentran aqui grid, fama, re \Snimos que designan la misma cose. Boccaci escibi, or carta a3. Pisinga (Opere volgari vol. XVI eperpetuandl ho- Un contemporineo de Dante, Albertinus Musattus 0 Mussatus, isfrut tros universitarios acudian en solemne procesién, preck ‘trompetas y con cirios ardiendo, delante de su casa, a salu sequiarle Grandeza que dur6 asta caer en degra ant regente, de la casa de los Carrara (en 1318). __ Del nuevo incienso, que antes slo se dedicaba a héroes, también disfruté Petrarca, quien a su edac autoconvencerse de lo muy molesta que le resulta sentido, su epistola «A la posteridad de-un celebér i : n r gue pre- tarla entre sus mismos contemporineos”. Y en sus re a dina Fortuna ant ema db que demuestra su vacuidad sale mejor para 3 nota emetg me eid fe ae pd ue cer, pese a esto, su alegria por que el autécrata Paledlogo de Bizan- cio se halle bien informado de su obra, y de que también el empe- rador Carlos IV la conozca? Pues es uni hecho que ya durante su vida su inmensa fama se extendid fuera de Italia, Cato ans ess mtaks noe gio justia como cosa nat ral'el modo en que se conmovid cuando, visitando su ciudad natal de Arezzo, sus ese Te condujeron a la casa donde nacié, haciéndole saber que la ciudad se encargaria de que en ella no hubiera ningiin cambio?” En tiempos anteriores se pre- servaban y honraban las viviendas de algunos grandes santos, como, por ejemplo, de santo Tomas de Aquino en su convento do- minico de la portiuncula de San Francisco, en Asis; y, como mucho, solo algin jurisconsulto gozaba de la reverencia s ie podria conducir a tanto honor. uy cere de Morenci, todavia a finales del Xrv ie fico el estudio» de Accursius (nacido hacia 1150), ol 260) sDeberé Ta algo solemne leese certs, muncriéus, 0 cers muneribus? No me atrevo a lad de Mussato es ya reconocible en el tono de su poem sobre Ent: brian comportado en su lugar con ” Opera, pig. 177, de Celebrate jemplo (alia Musraa, pi cca ad mis tarde eu ea a ria ds Bete, ng si Petrarea no hubjese hablado de 6 tan a menudo Isl ero aun asi permitid que su destruccién se Hevara a cabo”. Proba- Elemente los altos emolumentos y la inluencia politica de algunos ji- risconsultos (en su calidad de consejeros y notarios) causarian tina impresin tan duradera en el énimo de las gentes. Calo ts tumbas ‘Aceste culto a las casas natales de los far soso hay que afar el dels tuba” y ademas, en el caso de Petrarca, el sitio donde murié, por cuanto ‘Arquato, para honrar su memoria, se convirtio en una de las resi- favo los paduanos, adornindose. con graciles vivien- fodo esto sucedia mientras en el norte de Europa no haba «si- 38», sino sélo peregrinacién a la sede de diversas imagenes y reliquias. Asi, pa restos mortales de celebridades propias y extranjeras, y es sorpren- dente ver con cudnta seriedad pugnaron fos florentinos ya en el siglo XIV —mucho antes de la construccién de la verti su catedral en pantedn, Seg este proyect cansarian Accursio, Dante, Petrarca, Boccaccio nobi della Strada, ‘ocupando las mis soberbias tumbas™. Ya bien entrado el xv, Lorenzo el Magnifico se present la gente de Spo- leto para pedirle que le entregaran el cuerpo det pintor Filippo Lip- pi para enterrarlo en la catedral, a lo que recibié como re Spoleto no tenia exceso de ornamentos, y menos bajo la personas célebres, por lo cual le rogaban respetar su po hecho, Lorenzo tuvo que conformarse con un simple eenotat menie, y a pesar de las muchas peticiones que realizé Florencia, cosa a la que Boccaccio incité amargamente”, también Dante dormiria su eterno suefio en San Francesco de Ravena, «entre anti tumbas de emperadores y sepulcros de santos, y’en mis honr pafia de la que ti, oh patria, le hubieras offecido». Sucedié enton- mn extraiio arrebato impunemente las velas del altar del cru- uso sobre la tumba del florentino con las siguientes pa- malas, poeta, porque eres mis digno de tenerlas que Crucificado!®, Los hombres famas0s ‘A partir de entonces empezarin también de la Antgiedad las ciudades de la Italia clasica a recordar a sus ciudadanos y habitantes de la época antigua, Seguramente Napoles no habia olvidado nunca totalmente su tumba de Virgilio, cuyo solo nombre poseia un halo semimitold- % Filippo Villani, Vite, pi. 19. * Ambas se encuentran en el eptaio de Boceaci: Nacgui in Fienze al Pasco ‘Toscaelly Di fuor seplto a Certlda giaci, et-—Véase Opere volar di Bo, ® Booeacio, Via di Dante, pig. 39, “ Franco Sacheti, Nox, 121 152 intrado ya el siglo XVI, Padua creia todavia poseer no s6lo los de sit findador troyano, Antenor, sino también los «Sulmona», dice Boccaccio”, «se lamenta de que ado lejos, en el exili, y Parma se alegra de que terior de sus murallas». En el siglo XIV los man- ‘wanos acufiaron una moneda con el busto de Virgilio y levantaron una estatua que supuestamente reproduefa la arranque de soberbia tipico de un hidalgo terrateniente”, Carlo Ma- latesta, tutor del heredero de los Gonzaga, la hizo derribar en 1392, pero tv gue ordenar que la vlvieran a eri al comprobar quel fama del poeta chisico se fortal traba ya entonces a los visitantes una gruta que esti "pat de millas de la ciudad, iba a me- imandola la «scuola di aproy PI s del si elo XV con estatuas sedentes bajo gr fachada de la misma catedral Fama y topografia Pero también los historiadores y topéara- fos que acababan de surgir se esforzaban por no dejar sin mencionar las celebridades locales de que tuvieran ‘en las ctOnicas del norte sélo de vez en cuando se remotos y cometas, algin into momento tendremos que expli- ente de este concepto de la fama, se de- n de literatura biogrifica; mas por Toca de os topdgraos, que que tuviera su ciudad para la ahora nos limitaremos al pat registraban las menores creden sloria Padua y M, Savonarola idad Media las ciudades se de sus santos, cuyos restos , el panegirista de Padua, Mi- chele Savonarola”, empieza su detallada enumeracién partiendo de ellos; mas luego pasa a los «famosos que, sin haber sido santos, por y reliquias preseryaban en iglesi n elo un gran orgullo lot, todavia no sles reputaba especial De laudibus Patavi, en Murat, XXIV, cls 1.151 y ss 153 lo extraordinario de su intelecto y fortaleza (virtus) merecen claifi- carse entre los primeros», Del mismo modo, en la Ai jiedad, el hombre célebre se apro- ximaba al heros™. Respecto a que sigue a continuacién, es al- i, figuran en primer lugar An- tenor, hermano de Priamo, que habria fundado Padua con un puia- Dairdano, que derroté a Atila en los je en su huida y matandole en Rimi- lero de ajedrez; el emperador Enri- /, que construyd la catedral, y un tal rey Marcus, cuya cabeza ge preserva en Monseice,Siguen después un par de cardenles y pre fos que donaron fondos para becas, colegios eclesidsticos e iele- logo agustino Fra Alberto, y una se- yy el universalmente Padovano e incluso YY cuando hace notar famoso Pietro de Abano, Livio y los poetas Petrarea, I ausencia de figuras cia de intelectuales y la conviccién de que la duracién de la gloria intelectual es mayo? que la militar, que con frecuencia se entierra con el cuerpo del héroe y que, cuando persiste, se lo debe exclusiva- mente a los hombres de letras. Pero a pesar de todo redundara en honor de la ciudad que por lo menos yazcan enterrados en ella por propia voluntad grandes héroes militares extranjeros, entre ellos Pie- to de Rossi de Parma, Filippo Arcelli de Piacenza'y sobre todo el Gattamelata de Narni (+ 1442), cuya estatua ecuestre en bronce «se- ‘aun César triunfador» ya por entonces se erguia ant jel Santo. Ya continuacién nombra este autor una larga sconsultos y médico mn el honor de cat supieron merecer». Por iitimo aparecen cinicos, pintores y compositores, concluyendo la lista con el macs- ‘to de ésgrima Michele Rosso, cuyo retrato podia verse pintado en diversos sitios, siendo famoso entre todos los de su arte. Pantebn de a fama Junto a estas glorias locales, a cuya crea- ion cooperaron el mito a leyenda, r- put eraria y la popular admiracién, los poetas-filblogos iban construyendo el pantedn universal de la fama, escribiendo sus colec- ciones de tratados sobre hombres y mujeres célebres, con frecuencia en un estilo claramente imitativo ‘de Cornelio Nepote, de un pseu do-Suetonio, de Valerio Maximo, de Plutarco (Mulierum virtutes), de Jerbnimo (De virsillustribus), o componi bre desfiles triunfales e ideales reuniones olimpicas, como es el caso del Trionfo della fama de Petrarca y la Amorosa visione de Boccac- cio, incluyendo en ellos cientos de nombres, entre los que al menos Nam et veteresnasr tales aut dios aut aetema memoria dignos non immerito praedicabant. Quum virts swnma sancttatis sit eonsoca et pari emantur pete.» 154 las tres cuartas partes pertenecen a la Antigiiedad, y el resto, a la Edad Media: Luego, con cl tiempo, el enfaais ‘ete los elementos ‘modernos iran pasando al primer plano: asi los histo- Tiadores inclurn en sus obras descripciones y reratosliterarios, sur Benge, colecciones de biografias de contemporiineos famosos, como los de Filippo Villani, Vespasiano Fiorentino, Bartolommeo Fazio” Y, por ultimo, Paolo Giovio. Y mientras, en el norte, hasta que 4 sus autores (por ejemplo, a Trithemius), no se componi das de santos y narraciones y descripciones aisladas de clérigos, cuyas caracteristicas se aproximan mucho a k cn las que el concepto de fama como distincién adqh por un in- dividuo gracias a sus méritos brilla por su ausencia. Alli la gloria del oeta todavia le estaba reservada a cierta esfera social; respecto a los nombres de los artistas del norte conservamos noticia casi exclu- sivamente porque también figuran como artesanos y miembros de sus gremios. La literatura, dadora de Ia fama que corteja no se deje ablandar el corazén para que la siga ensalzan- do en sus escritos y adquirr con ello mayor celebridad. dndole a entender que a partir de ahora vera si tiene mejor suerte con sus cr ticas™. Tgualmente Sannazaro amenaza en dos soberbios sonetos @ Alfonso de Napoles, que acababa de huir cobardemente ante Car- mils de Bost, no hata de emp postion cio ynoveao i. Lo mismo suede isa Bo 3 Contre ap Vater go fn ee nope e209 39 hablo orn Ea Clarae Mudlicres, del Agus ess (50) ee San, pe one : incon, y poe tua cor dl XV usp aos Posy name, pot novela Unt ase a poche ‘endo a entqucer est ger do mujeres cles. Vidas mers che te 1 Ariosto, Ort, XIII. “ los VIII, con la eterna y duradera obscuridad de su nombre. Y An foo Poliziano advierte seriamente al rey Juan de Portugal (en 1491) fue se preocupe de asegurarse Ia ploria ¢ inmoralidad con. sus des. {Nbramfentos en Africa y que le mande a Florencia el material «para olenda), no sea que le suceda lo que 2 privacos del apoyo de los hombres de je la hue Jos anales de asut en portugué eaaceidos al italiano y despachados a Florencia para su elabora- Sin en latin, mas no sabemos si llego a cumplir 0 no esta promess. Mas, por muy vanas que nos parezzan a primera vista las pretensio- nes de este penero, en realidad no lo son, pues la forma esilistica en. que se presentan ios hechos, incluso los mas importantes, ante el hundo contempordneo y la posteridad no es en ak 6 smpo, la escena cultural del Occiden- 108 gracias a su estilo y mnos fueron ms difun- parte, Gracias a libro de Viajes que escribid Amerigo Vespucci, natural de Florencia, se dio Si nombre al cuarto continente, y cuando Paolo Giovio, con toda su frivolidad y caprichosa clegancia, se prometio a si mismo Ia inmor- talidad®, no andaba, por cierto, desencaminado. Bi ansia de heroismo De vez. en cuando, mientras estos prepa- rativos, dirigidos a garantizar la celebri- dad, continuaban su curso, nos es dado contemplar a un lado del te on en su espantosa crudeza la colosal ambiciOn y sed de gloria que Jos motivabs, sin atender ni a los medios ni a los fines. Ejemplo de ello nos lo da Maquiavelo en el prefacio a sus Historias florentinas, Gonde acusa a sus predecesores de usar una excesiva consideracion al garda tao seni acer, de os partidos poltoos de la ctr eObraron de forma equivocada y con ello demostraron cono- cer mal la ambicion de las genes, y su ansia por hacer que. se te ‘uerde su nombre. ;Cuintos ha habido que, no pudiendo distinguir- se por nada digno de alabenzs, ‘buscaron la celebridad mediante actos infames!» Laherenca de Erwtralo Pero, aquellos escritores no tomaron en consideracion que las acciones que, ya ll- ‘van intrinseca su propia grandeza, como es el caso de las de Tos go- bernantes los estados, siempre pareven conllevar mas gloria que ver- lienza, cualquiera que sea su cara ética y las consecuencias que Pro- pi, 208, ie que la primera década spe Immortals. 156 duzcan™: Historiadores de juicio fidedi , cio fidedigno dan como fuerza motri de mis de una empresa espantosay notora el ansia ardiente de at canvar algo grande y memorable. Lo que aqui se nos presents noes s6lo un caso extremo de vulgar vanidad, sino algo més diabdlico, que combina la esclavizacién del albedtio, al recurrir a cualquier medio, indiferencia respecto a los resultados en (vid. pig. 121) y las declaraciones de los za (rid. pg. 85) vienen a det aptor ¢ ino Medici (vid. pags. 87 y ss.) gue Paolo Giovio™ subrayara con mis actitud: pues Lorenzino al in Giovio, un panfleto escrito por M bit enpuast co dcovedad> sepultara en el val scab ote nando al que era su princip. ‘sangre. Los autén- tioos rasgos de esta época son, pues, fuerzas y pasiones fascinantes, yal tempo desesperades, que nos recuerdan Ios tiempos de Filip ic Macedonia, cuando el incendio del templo de la Diana de Efeso fuera provocado por aquel pastor vido de fama. Como correctivo no sélo de la celebridad c ti y la moderna sed d pig Sn gy dae Inaatong tn amen esaro- ado aparece bua lear, ‘envueltos con preferencia en a burlay ef ingenio Se cuenta la Edad Media como los ejér- Al mismo tiempo, y bajo la influencia de la retérica y sicas, el ingenio empieza a utilizarse como arma teologicas I poesia provenzal desarola 5 de escarnio y desafio; a Mitesinplr sblanadopiar devez ex cuaigo ee ono, como 10 ‘muestran, por ejemplo, sus poemas politicos”. Pero para que el in- * Dixo, 1, 1 La nso “at Pia iis, cevine, puede ener grandee y set eh a fama generis; a «sanz pe alg ua ln nama de a ar hombte puede ser vonorevimenttristov, por oposc nes pts meters, por posi peter bun pier ain ceric enmemm Pig tee camden Geen ee ‘categorias, poblaciones, etc, que toman ficilmente el tono didietico. La obra en que 169 ‘genio se volviera un elemento independiente en la vida cotidiana te- bia antes que hacer su aparicién la vietima propiciatoria, es decir, el con pretensiones personales, Entonces los ata itarse a los de la lengua y la pluma para volverse ids pricticos: asf las bromas pesadas y las malas pasadas, las burle y las beffe, constituirdn el tema fundamental de numerosas coleccio- aes de novelas cortas. Escarno lrenino Las cien novelas antiguas, que seguramen- te se escribieron hacia finales del siglo XI), 1 contienen ni ingenio, hijo del contraste, ni burla tan siquier su cometido es lisa y lanamente reproducir sabios proverbios e his- torias y fabulas juiciosas. Pero lo que de verdad prueba la antigtic- dad dé esta coleccidn es su carencia de escarnio; poco después, ya en el siglo XIV, cuando aparece Dante, dejard pronto atrés a todos uso de Jo obnico a gran escala, aunque sélo sea, por ejemplo, por aquel cuadro infernal en el que pinta al grupo de los embusteros' ® aparecen las primeras colecciones de dichos in- jodelo de Plutarco (Los Apotegmas, ecto aos ejemplos de Jo satirco que durante aquel siglo se acumme- laron en Florencia, las novelas cortas sle Franco tran Ia seleccién mas caracteristica, Estas, més que narraciones en si, son respuestas que se dan bajo ciertas circunstancias, terribles in- génuidades gracias a las cuales encuentran su salida los but "Y para conseguir una més vivida represen tacién se recurre a todos los efectos, como, por ejemplo, a la burles- ‘ca imitacién de determinados dialectos norditalianos. Pero a menu- ‘do ocupa el lugar del ingenio lo que no es sino mera y descarada in- solencia, torpes ardides, blasfemias y obscenidad; asi, un par de los chistes sobre condottieri* se cuentan entre lo més grosero y malicio- 80 que se haya registrado. Respecto a las burle, muchas son tremen- damente cémicas, pero otras muchas no constituyen sino la supues- ta evidencia de la superioridad del hértoe, por su triunfo sobre otra se resume esta terdencia es el romance del Zorro bajo todas sus formas, como lo persona. Hasta qué punto se aceptaban con benevolencia tales br tas 0 con qué frecuencia se dabi ia victima por satisfecha con reir cl iltimo devolviendo la jugada, es cosa que no podemos saber; auun- gue tronics constancia de una maldad lo bastante despiadada y gra- ara llegar a convert la vi i rag oe ara leg a convert I vida florenina en alg franca. HI gracaso Asi, el chistoso_y el buen narrador de snevitables, Gedo evige,q GhanZas Dronlo Se comieteron a Tigi inelables send evdenté qu etre ios poset ere 38 alguiio’ poselan un talen= muy superior al de fos simples bulanes de ls corte, que fu alas ventaj Tencia: a eaidad ds In competencia a varedadde Ri Se pida comprensién del espectador. A causa de ello, algunos de estos ‘ngenios llegaron a viajar por las cortes de los tiranos de Lombardia 3 Romafa® donde se Fesompens) su talento con generosiad, cost su ciudad natal, donde el i ranked cain aa, done ol gen eencotabe 3 {No tengo culpa de qué ‘no me hayan invitadols. A iban we es ‘iltimos pos para desplumar a algin jo- Y , Pero en general sc les trata y desprecia pan mt gta en ena ay dese cond Cipesca de si mismo y considera su ‘ngenio como algo soberano, Dol- cibene, por ejemplo, al que el emperador Carlos T' «ey de los graciosos it Fe ana siendo amigo mio y del Pay ¢l Papa con sus bulas; yo lo hago con la len; ys 1a sim- ple broma, sino mis bien la anuncacion de Aretiag: wn Los dos cémicos mas famosos hacia me- Alto y Gonnela dados del si re cereanias de Florencia, Asef conoedto por at So eeens ae zie), y el buffn de de Ferrara, Gonnella, eélebre por sus pa- adecuado comparar sus historias con las del viegel, ya que estas ilti- logica, dé modo que todo st gona bade Bruel y del gran tis en madera, es ds ~ Nov 4 Sn embargo, wen Nor. 67 que un habitat de a Roma astuto Florentino. “ ee el pueblo contribuyé a su invencién, teniendo un m ‘universal, comprensible para todos, mientras que Av! fueron personalidades reales determinadas por las ci lugar, Pero si hemos de permitirnos la comparacién y extenderla a Jas «bufonadas» de los pueblos no italianos, generalmente encontra- remos que el chiste, tanto en el ambito alemén como en los f franceses®, tiene como funcién lograr una ventaja 0 un placer, tras el ingenio de Arlotto y las jugarretas de Gonnella tienen si nalidad en si mismas, en el triunfo de su propia producci ten s6lo para su satisfaccién propiamente dicha, (Respecto a lenopiegel, pareoe const un género en si mismo, concrtamente Ta personificacién de la jugarreta, por lo comin de forma bas tuna determinada clase social y contra ciertos bufén de la corte de los Este se veng6 mas de wi jas cuidadosame de su afilada lengua, de las humi és, las especies del womo piace’ mucho a la libertad de Florencia sjo el duque Cosimo florecié Bar- principio del xv, Francesco la predileccién tipicamente de cuervos y monos. Leén tenia de hecho mismo hacia uso de elias, en concret forma irénica sus actividades favoritas, la tando la prictica de su caricaturizacién, junto con su factotum, el car- denal Bibiena”. Ninguno de los dos considerd nunca por debajo de su dignidad hacer trabajar hasta el agotamiento a un anciano y ho- nesto secretario hasta que éste se considerase un gran tedrico en lo tocante a la misica. ién por las burlas tar alguna vez de ‘y la poesia, fomen- al afi al © sto también es certo de las novels italianas que han sido tomadas de esta ‘misma fuente, * Segin Bandelo, IV, Nov. 2; Gonnella también sabia carecterizarse pata adop- tar os rasgos fisivos de oro, y adems imitaba todos los dialectos de Talia ® Paul Jovns, Vita Leos X. ® Brat enim Bibiena mirus afer he costa de sts fillogas. 160 Barbarallo Al improvisador Barbarallo de Gaeta, le con sus alabanzas que é ente c dato aa Coronaion capa ej Prseatéseriamente como candida la y San Damian, patrones de quete {os amorosos de Petrarca y su estilo de po hecho, de la misma solemnidad del verso aleandring nacdien oe idrino mediante poe- ! ibign La divina come- ras que den mayor tentaciOn a la parodia: asi, ia una pieza humoristica excelente en © J Beoni), Y en su Morgante, Lui. nprovisadores, a lo que hay que a le Boiardo, en la medida en que se objeto que cantan, son parodia semiconseiem resca medieval. Ei parodista Teofilo Folengo sparicidn inmediatamente des- ee ee Rradnovehas, = ei tumbidn ens ates plisicas recordamos, rcordamos por empl, ee co ‘de Laocoonte bajo la forma de wr 8. ‘gs cariaturs (en la Ambrosiana, representa lo feo cuando ¢s nk dando fuerza a lo cémico a voluntad. gibt 161 pués. Este, bajo el nombre de Limerno Pitocco, compuso el poema Orlandino, en el que todo ema de la caballeria figura tinicamen- te como ridiculo marco manierista en el que se desarrolla una serie ide modernas ocurrencias, asi como algunos cuadros de fa vida de en- tonces; y luego, bajo el nombre de Merlinus Coccajus, nos introduce cen las andanzas y aventuras de_unos fantésticos vagabundos (descri- tas en un estilo igualmente parédico), en hexametros semilatinos c6- micamente estructurados a imitacién de la épica culta de la época (Opus macaronicorum). A partir de lo cual siempre hubo ya una de- legacién de la parodia en el Parnaso latino, brillante muchas veces. ‘Teoria del ingenio tedrico sobre el ingenio humoristico, de su uso préctico en las atmésferas tendencia sera Gioviano Pontano, quien en su tratado sobre el ha- bla, concretamente en el libro tenta fijar un principio ge- neral mediante el anilisis de chistes y facetiae natrados fuera de con- texto. Asimismo, Baldassar Castiglione en su Cortigiano™ nos mues- tra el uso que puede hacerse del ingenio entre gente distinguida, siendo su misién fundamental entretener a un tercero con historias y dichos agile y divertidos; respecto a los ck q Siderados, se nos previene mas bien en su den herir @ aquel que sufte, halagar demasiado a los malvados, o pro- ‘vocar la enemistad del poderoso o del mimado de Fortuna. Ademés, se recomienda al hombre de buena posicién el guardar una discreta y conveniente mesura en el uso de los efectos dramaticos que suelen acompafiar la transmisiOn de los chistes, es decir, en . tativas, incluyendo a continuacién, no s6lo como ‘mat sino en calidad de paradigma para futuros humorist leocidn de chistes y juegos de palabras metédicamente ordenados se- xin su especie, de‘los que algunos son de excelente calidad. Dos Secadas mls trde aparee el rita sobre a buena conducia de Gio- vanni della Casa” con una doctrina sobre el humor mucho mas es tricta y cautelosa; con vista a sus perniciosas consecuencias, éte pos- tula que tanto en burlas como en chistes se elimine la intencién de triunfar sobre la victima, convirtiéndose en heraldo de una reaccién que habré de producirse en el prdximo futuro. sgantes. Y el tedrico de esta Italia, de hecho, se habia convertido por entonces en una escuela de los vicios sin igual en el mundo, ni siquiera en la Francia de Voltaire. ¥ no por- La calumnia Jovian, Pontan., De Sermone. Reconoce que no soo los florentnos, sino tan bin los habitates de Sina y Peruggi, tienen gran ingenio natural, igualéndose en ‘urbanidad a It corte espaola. 1 cortgiano, libro I, fois. 74 y s.~E1 autor obtiene los chistes por contrast, aunque su deduccién no sta completamente clara Fo. 76 Galateo del Casa, ed. Venes., 1789, pias. 26 y 48, 16 que a este iltimo y sus contempordneos les faltara un espiritu-nega- tivo, pero cde sino se podria encontrar en oligo Stil ed we tude witimas adecuadas, tal nimero de personas tan alta y caracteristicamente desarrolladas? ,Dénde se hubiera hallado tal nt mero de celebridades de todos os géneros, estadistas,religiosos, des cubridores ¢ inventores, Poetas y artistas, todos ellos dan- lo tienda suelta sin freno a su individualidad? En los silos XV y xv1 ia una verdadera legion de ellos, y el mismo relinamiento ral habia engendrado toda una estirpe de ingenios impote cones y difamadores, cuya envidia exigia el correspondiente sactify Gio. Pero también tuvo su efecto ta envidia entre los famosos, como empezaron a mostrar de manera notoria los filélogos Fidelfo, Pog. gio y Lorenzo Valla entre otros, mientr F ejemplo, los {ores del XV todavia convivian en una casi pacifica competen cho notable y destacado para la historia del arte 1a-calumia en Florencia Florencia como mercado de la fama, . _, aventajaba notablemente a otras ciudad spiny hemgs slay, arto as cule, Gel Morentino™ era la de un ser de «mirada penetrante y lengua mala», y muy probablemente, el tono comiin que dominaba la at. nésfera cotidiana se caracterizaba por un despreocupado desprecio ficia todo y hacia todos. Asi, Maquiavelo, en el extraordinario pro. logo a su Mandragora, considera, correcta 0 incorrectamente, que el eget desive dela moral tenia su origen en la clumnia gue ci laba por doquier, y ademas a us c fabs ager doduler,y ademis amenazaa su detractores con Su no ‘La calumnia en Roma Luego, el segundo lugar Jo ocupari ta cazadores de cargos, y desesperanzados rivales y enemigos de Yer80s favoritos, asi como los prelados libertines y ocionee que se is contraban en Roma, no ha de extraiiar a nadie que la ciudad eterna se convirtiera en la patria tanto de los pasquines como de las sitiras escriptivas. Y si a esto se afiade la general mala disposicion frente al poder de los prelados y el compulsivo instinto del populacho por tchcar cul ier abominacién a Jos hombres poderosos, el resuliado sun cimulo inaudito de infamias”. Muchos recurrian como arma 1.7 up cat el Vi Bahn 157. eds ens es renin ees ‘era Inghirami sobre Lodovieo Po- y Masaino, autor de la ex6nica es 163 en el caso de las acusaciones auténticas como en ef abjerto desprecio, al que se unia una alegre y ve ‘az ostentacin®, Pero siempre habia naturalezas ee que v vidas en la vergtienza de saberse cul ; pe vez sumer enguas can en tna especie de desesperacion Poco a poco se fue extendiendo la practi- Se fs i xa la que mis se prestaba a despertar la inact es ges = atm cardenal por ‘meéritos Frere y que a Ta catastrofe de 6 turaleza de monje popul Bn gs SO hme da de la paja mojada, y con otros métodos semejant nae oe Giovio te eerabs mutta Giovio como un auténtico CU {osu exenlegia en conta sus historetas, manifstar no ereelas y do su cstratee og un despreocupado comentario, dejar abierta sospecha de que podia haber algo de verdad Pero el chivo expiatorio de la maledicen- Gia romana fue el buen Adriano VI, y has- ‘Burl contra Adriano VI mntra el Papa Adriano, seg jen el desprecio hacia Paul, Jov, Dialogus de Virs Lit. Must. Tirabosehi, tomo VI re Leb, el et en uma, pretrentss re te Tus han iho sobre espe de a mer, mute : dla Fors, queen 134 ssa p> net a asta nar ao en alg Kno comet. Camp. Inessirs, en Es Car, ok 2.00 jg 315, Reuni lsu dela Mar iF waicién del duque de wrbio 123s belos madrigals ex bre en ls Anca. Lit WV, och, Poe ne SE fecaommih, VIL, Now 5, ebmo se atrevia hablar en mesa de Clemente VIL Se sues ui en Pal ov IES Lenere de Prin J Carta dN braban su festa ade San Maro sain eka con oto de lie sat Poe eis haan che ea Sto V. Vie wiStt deat 53) A Pago le le pa ib ee 164 ‘También Berni, y ain otros”, pintan la atmésfera que rodeaba al Papa con la misma picante mendacidad con que los folletines del siglo XIX convierten lo blanco en negro, haciendo ver adems lo que no hay. As, la biograiaeserita por Paolo Giovio por encargo de cardenal de Tortora, que dbiera haber sido un panegrco,reula a todo aquel que sepa leer entre lineas, un dechado de burlas y sarcas- tos, Resulla por elempl, temendamente oémioo (al meios para la Talia de la época) el leer e6mo Adriano solicit6 al cabildo de la catedral de Zaragoza la mandibula de San Lamberto vvotos espaifoles le cubrieron de adomos y le dieron un séquito «has- ta que por fin parecia un Papa, debidamen i se cuenta entonces cémo mantuvo esta pri fuss y de mal gusto, desde Ostia hasta Roma, como se informé de la quema o in- mersion de Pasquino, cémo interrumpia de repente las més impor- tantes reuniones en cuanto se anunciaba la comida, y cémo tras un i or beber detriasiada cerveza; de noctémbulos cubriria de Pietro Aretino Mientras dicha depravacién estuvo en su apogeo, especialmente en Roma, aparece- ria la figura de Pietro Aretino como el mayor calumniador de la nue- vaera, hasta el punto de que un breve repaso de su personalidad evi- tar que delengamos la alencin en personajes menores de su espe ie, Como eseritor, Aretino alcanzaria especial notoriedad en los tres iltimos decenios de su existencia (1527- transcurrieron en Yenecia,snico aslo posible para é iendo desde alli a toda Italia en una especie de estado de sit tual, y convirtiéndose en interesado receptor de los regalos 38 principes extranje- ros que temian su pluma o la necesitaban. El emperador Carlos V, y Francisco I por ejemplo, le otorgaron a un tiempo una pension, ambos con la esperanza de que Aretino perjudicara a su contrincan- te; pero Aretino adulaba a ambos por igual, aunque naturalmente procuraba ganarse en mayor medida a simpatia de Carlos, el cual a fin de cuentas era el amo de Italia, Ya tras | 1535) su tono habitual se convirtié en la is bigndose tener presente que el Aretino no perdié nunca la esperan- za de alcanzar del Augsburgo el capelo cardenalicio, Y es de supo- ner que gozara de excepcionales privilegios como agente de Espatia, © Por ejemplo: Firenzuola, Opee, vol 1, pig. 116, en Discrso deg animal, 166 al dijera o bien callara podia afectar considerablemen- tee cohen patcices que subeetan y a i moma Opinion tlic, Ast adoplaba el aire de despreciar profundamente cuanto ir mn la corte papal por haberla conocido muy de cerca, nas o grto es que Roma habia dejado de poder y aun de querer agarle™. Sobre Venecia, que lo albergaba, sc reservaba sabiamente sn cuanto al resto de sus relaciones con los poderosos mis lejos de la mis vil extorsion o de la pura mendicidad, s- agin los Aretino nos oftece por vez primera el Seas ejemplo de un hombre que hace mal uso de la publicidad para alcanzar un fin determinado. Pues si bien los escritos polémicos que cien afios antes habian intercambiado Poggio igos son igualmente infames, cartas y sus art eran circulado entre gran oe oS comparecn on ls. agudasplumas del Xvi Aretino tenia rincipio te6rico alguno que pesara sobre su ta wentaja de no tener prin co ae Bart as de virtud, pues todo su equipaje lo consttuia el famoso d- ertasy odin parit. Consceuette con Yo cual, nunca se are pintié de sus acciones, al contrario de Voltaire, que tuvo que repu- diar su Pucelle y ocultar durante toda su vida algunas de las obras por él escritas; Aretino, en cambio, firm6 todas sus obras con su nom bre, y atin mucho después se jactaba pitblicamente de sus famosos ragionamenti, Su talento literario, su prosa clara y atrevida y sus ri- cas observaciones sobre las personas y los objetos hubieran hecho de len cualquier circunslaneia un escritor digno de mencién, aunque lela percepcidn necesaria para distinguir la obra de arte iructura dramética, por ejemplo, de una verda- junto a su maldad, que abarcaba desde lo mas gro- sero a lo mas refinado, nos sorprende con sus brillantes dotes para ‘vita en tanto que alla siempre nuevos motivos para recurrira la misma publ dad, 166 los efectos més grotescos, por lo que en ciertos casos no se queda detris de Rabelais" Su condcta para cou Bajo bs prinipes circunstancias y con tales me- dios e intenciones se lanzaba Aretino so- bre su presa, o la acechaba primero largo girando a su alrededor, La forma en que exhorto a Clemen. a no lamentarse sino a perdonar”, mientras los gritos de an Cicel del Papa, son el escarnio digno de un dia. io. regal to salvaje, como, por ejemplo, que le habia sobornado durant iéndolo, Por el contrario, parece que el t , duque de Parma, munca le presté la menor atencidn, y puesto que este hombre desde un principio habia renunciado a gozar de una‘ putacién honrada, resultaba cios. Aretino lo intent6 entonces, tachandole de semejarse fisicamen. tea un esbirro, o a un molinero 0 panadero™ ‘Su conducta para con las ‘Lo més gracioso de Aretino son sus fran- xebridadesitalianas cas expresiones de lo que es una auté ca y melancdlica mendicidad, com ciemplo, en su capitolo a Francisco I de Francia; por el com Sus cartas y poemas, donde mezela la amenaza con la adulac pesar de su impacto cémico, no se pueden leer sin sentir una pro- Tunda repugnancia. Y quiz no haya ninguna que pueda compararse con la carta que le escribié a Miguel Angel en 1545” dondeen ine, admiracion (por el Juicio Final) le amenaza acusindole de ineligiosidad, de indecencia y de robo (de la herencia de aadiendo luego en una posidata conciiatoria: «Solamente he p tendido mostraros que si vos sois divino (divin acquay, Porque Arctino insistia mucho llamara «divino» —no sabemos si por sa dad 0 por el solo placer de parodiar todo lo famoso— De cualquier modo, este escritor alcanzé la suficiente celebridad personal como Que se mostrara la casa donde nacié en Arezzo como uno de os atractivos de la ciudad”. Por otra parte, como es de suponer, hhubo ocasiones en las que durante meses no se atrevia a eruzar ‘umbral de su casa veneciana, no fuera a caer en manos de alggin in- * Por ejemplo, en el capitulo consagrado a un mal poeta de nombre Albicante; Aesgraciadamente no podemos citer pasaes de & Lettre, ed. Venez, 1539, Fol. 12, de 31 mayo 1521, En el primer eapitlo sobre Cosimo. " Gaye, Cartepeio, I, pig, 332, 1 Vid ta improdente carta de 1536, en las Letere Ptor, 1, Append. M: eft lo ‘Scho en pig. 132 sobre la ease natal de Petrarca,en el mismo Arero, flamado florentino, como, por ejemplo, en las del joyen Strozzi; ni tampoco le faltaron pufiaiadas y palizas formidables”, aunque nin- ‘guna tuviera el resultado que le habia vaticinado Berni en wn famo- so soneto: pues Aretino murid en su casa de apoplejia. ‘Su conducta com ed dugue Cosimo Por lo demas, en sus adulaciones hace una notable distincidn: la que dirige a los no italianos es burda y directa", mientras que ‘en el caso de personas como el duque Cosimo de Florencia demues- tra saber urdirla de otra forma. Asi, alaba Ta belleza del joven prin cipe, que compartia en gran medida esta cualidad con Augusto; ala- ba luego su conducia moral, haciendo indirecta referencia a los ne- gocios financieros de la madre de Cosimo, Maria Salviati, y por fin concluye con unos pedigiiefios gimoteos quejandose de lo. andan Jos tiempos... Pero si Cosimo le concedi6 wna pension’ tant alta, de hecho, eniendo en cuenta Jos ahorros que hacia lp cipe en todo lo demas (ciento setenta ducados anuales), es evidente que lo hizo en atencién al peligro que Aretino representaba como agente de Espaia. Asi lograba al tiempo ridiculizar y burlarse dura- ‘mente de Cosimo, y al tiempo amenazar a su agente en Florencia con que el duque io destituyera de inmediato. Y aunque el principe ‘Medici comprendié con el tiempo que Carlos V conocia sus inten- ciones a través de su espia, al menos no queria que circularan a su ‘costa los chistes y poemas de Aretino por medio de la corte, Igual mente, misiva aduatoria que le envi al margués de Marignano, cast dades de los principes, cosa que a todo el mundo resultaria evident si no fuera porque la violencia que cualquier gobierno nos exige al principio, inevitablemente os ha hecho aparecer como persona algo Aspera (aspra)»™ La reign de Aretino Con frecuencia se ha sacado a relucit como algo extraordinario, que Aretino ‘aldijera slo contra el mundo, y nunca contra Dios. Mas que fuera © no creyente es cuestién de perfecta indiferencia si se considera el resto de su conducta, y lo mismo puede decirse de aquellos escritos edificantes que compuso en atencién exclusiva a beneticios persona: pigs. 336, 397, 345. 16 de junio 1529. ™ Letere, ed. Vened., 1339, fl 168 les externos”. Ademés, realmente, no comprendo el motivo por el jue debiera caer en la blasfemia: pues no se dedicaba ni a la activi- lad docente ni a la reflexion tedrica o la literatura, y a Dios no le podia sacar ningim dinero, nj mediante amenaza ni con adulaciones. Y como Aretino, nunca se tomatiatantas molestias en vano... ‘ial parece que hoy resulte mil veces imposible que eit él, 0 el éxito que histérica Pietro Are- " Quid compas sus esis cone finde obtener cl cape cardendca, 0 por: seen min ng again a aa omen co fs serfs aumentron de ope despas de eoganacion de ex inst, en 150, y eden todos a lense a 169

También podría gustarte