Es domingo y me he quedado solo en casa. T casa. Sin embargo, no me siento solo, me siento acompaado sabiendo que vas a regresar de algn lado, no importa el sitio, ni la hora, solo que vas a volver. Es la primera vez, despus de 4 meses, tiempo que llevamos algo delicados los dos, que me animo a compartir un pequeo fragmento de mis sentimientos. Pienso a quien, o a que, darle las gracias por estar ms juntos que nunca. Te diste cuenta? Amanecemos juntos, nos desvanecemos juntos en el cansancio de una noche alegre, todos los das. Siempre lo quisimos, lo pospusimos mil veces por un catlogo de razones que venan con imgenes impresas que sustentaban el no irnos a vivir juntos. Entre el trabajo y las citas con el mdico, una de cada una, nos llamamos siempre. Es como estar casados, pero sin ceremonia. Lo que me gusta de esto, es que, para m, sentir que estoy como casado es algo lindo, confortable, relajado. No es un grillete, como algunos (miles) de hombres piensan. Debe ser porque lo convenimos de corazn, el hecho de estar juntos, y no nos empuj nada que no fuera la ilusin maravillosa de mirar juntos al parque en el momento que nos d la gana. Miro para todos lados en la casa vaca de gente, pero llena de paz por saber que estamos juntos y me vuelvo a preguntar a quin le agradezco este sueo? No hay respuesta. Solo me queda tu imagen subiendo al carro hace un rato. Me basta. Me quedo tranquilo. No necesito ms respuestas, porque me acuerdo que por ir buscndolas tanto me olvide de gozar cada minuto y perdimos tiempo que, Gracias a Dios, estamos recuperando. Estamos algo delicados los dos, todos lo saben. Tambin saben que nos estamos queriendo ms que nadie en este instante, que tu andas calentndote una lasagna de Artispasta (comercial gratis), y yo escucho a un gordo que fundo la mejor revista de Latinoamrica a partir de un blog. Me encanta que te encante lo que a me gusta. Tambin me encanta que finjas solo para hacerme sentir bien porque me ves sonriendo escuchando cosas que no sabes que son. El amor se ha ido en el carro de tu prima, pero dejo su estela aqu, en casa, nos servimos un almuerzo, escuchamos una conferencia y decidimos decirte algunas cosas en pblico para reemplazarlo por una caja de bombones que, extraamente, demoran en llegar a tus manos. Negrita, eres t, la ms linda, la ms tierna. Y ahora termina de almorzar y vente a casa que se me va la poesa y necesito verte para seguir escribiendo y agradecer juntos, como cada noche, el ser ms felices que nunca