respirando un aire cada vez hiriente y cortante, dejando solo que la inercia de esta vida me arrastrara, flotando ingrvido ante la existencia, sin timn ni ancla a la deriva estoy.
La herida que te abr, se hizo an ms profunda en m, supurando la putrefacta peste del dolor, que por breves momentos detiene su flujo, solo para acumularse en pstulas y reventar en un torrente