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Camino en la mar

Por Fabio Carballo

Salmo 77: 19, “En la mar estuvo tu camino y tus sendas en las muchas aguas; y tus
pisadas no fueron conocidas”.

Jeremías 32: 6-9; 24-25.

Cuando la Biblia habla aquí de camino en la mar es dentro del mar, no en la superficie.
Dentro del mar no existen caminos, los caminos son una exclusividad de la tierra.
Bueno, yo entiendo que los submarinos tendrán sus coordenadas para viajar, pero no
que hayan caminos, ellos se mueven por un sistema de referencia. La cosa, es que el
único que sabe los caminos en el mar es Dios. El único que conoce los caminos en lo
profundo de los ríos es Dios. Ese es el punto.
¿Qué pasa con esta parte de la historia de Jeremías? No hablemos del asunto de
Sedecías, que es el otro tema aquí inmerso, sólo hablemos de Jeremías. Jehová le había
hablado diciendo que comprara una heredad, un pedazo de tierra en Anatot, porque él
tenía derecho a esto al ser el sobrino de Sellum. El asunto es que su primo fue donde él
como Jehová le había dicho y entonces Jeremías compró la tierra. Bueno, en tiempo de
guerra las tierras son muy baratas. En tiempo de cambios no falta el que vende y el que
compra sin darse cuenta.

Yo pienso en esto: cuando el gobierno está listo para hacer una calle, el gobierno es el
dueño del subsuelo, va a los dueños de los adobes y les dice que necesita tumbar la
casa, la gente dice: no, está es mi casa, y el gobierno le dice, si, este es mi suelo, por eso
le cobro un impuesto trimestralmente, le estoy alquilando el subsuelo, así que le
compramos la casa. El hombre que mientras el Estado le cobró $30.000 trimestrales y le
avaluó la casa en $30.000.000 nunca puso problema, lo que hace es ponerla en venta, y
no falta el desinformado que la compra y un año más tarde se la tiene que vender al
gobierno. Bueno, en Israel estaban en guerra, no construyendo una calle, la tierra era
barata, seguro por eso Jeremías la pudo comprar, además, Dios le había dicho y así lo
tenía que hacer. Pero note la queja de este hombre en los últimos dos versículos: v 24,
25. ¿Señor para qué me dijo que comprara esta tierra si me la van a quitar los Caldeos?
Eso es lo que trataré de responder en el día de hoy.
Dios le pidió que lo hiciera porque:

1. Dios muestra que él sigue en control

Mire que la oración de desconfianza de Jeremías Dios la empieza a responder con


las mismas palabras, esto es, Dios lo ve todo. v. 17 cp. v. 26. 27. Él como supremo
gobernante tiene todo el control de la situación. Uno puede olvidarse de quien nos
está viendo, de quien nos observa, pero Dios no, a Él no hay nada que se le
encubra. Nada de lo que está pasando, pero también nada de lo que estamos
pensando. A Él nada se le esconde, debemos recordar que Él tiene todo el control
del asunto. Jeremías como que estaba pensado que Jehová no había visto lo que
estaba pasando, “pero Señor para que me hace comprar una tierra que ya fue
tomada” una tierra de la que no tengo el control. Nosotros podemos andar y seguir
andando como si Dios no nos viera, como si Él no se enterara de lo que estamos
haciendo. Así podemos vivir, pero Él está allí observando, Él está como un
detective pendiente de lo que hacemos y no hacemos. ¡Mire que problema!
nosotros tenemos un detective especial. El problema es que nos está investigando a
nosotros. ¿Cómo cogieron a alias “Douglas”? viendo el partido del Medellín, lo
estaban siguiendo, claro, ¡esa pasión por el rojo! Ah, puede ir de último pero lo
sigo. Lo filmaron en Tunja viendo Medellín-Chicó, ahí, al ladito de Pimentel, y la
policía se reunió “¿cuál es el mejor momento?” cuando jueguen Medellín y Sao
Pablo, ahí, ese es el momento más preciso. Y ahí lo cogieron. Como capturaron en
estos días a “Mister candado” con una prepago en San Rafael, le hicieron
seguimiento a ella.

Mire no se preocupe por mí, no se preocupe, yo a lo mejor ni nada le digo, yo sólo


le digo que Dios lo está filmando, Dios lo está filmando y entonces qué va a pasar
Él lleva sus agentes, y quiénes serán esos agentes, pues la gente que usted menos
quiere que le vean, esos serán sus agentes, sus padres, su conyugue, sus hijos, su
jefe y no sé quien más, pero sepa eso: Dios lo está filmando. Así cuando hace lo
bueno, como cuando hace lo malo.

2. Dios nos enseña que nosotros no le podemos entender

Mire nuevamente el versículo 25: “Y tú Señor Jehová, me dijiste a mí: Cómprate la


heredad por dinero, y haz testigos; y la ciudad es entregada en mano de Caldeos”.
No lo entiende, Jeremías no lo entiende, ¿Cómo puede Dios decirle que se compre
eso y eso es entregado a los Caldeos? Esa es una pregunta que nos puede venir a la
cabeza ¿Cómo puede Dios pedirme que me quede sola en este momento, si yo
necesito a un hombre? ¿Cómo puede Dios pedirme que me quede solo si necesito a
una mujer? ¿Cómo puede Dios decirme que me quede en este lugar, si estoy sin
empleo? ¿Cómo puede Dios decirme que no lloré y me muestre fuerte si estoy que
exploto? ¿Cómo puede Dios decir que no cerremos la obra en Marinilla si llevamos
tres años esperando una pareja y no llega? ¿Cómo puede Dios decirme que estudie
tal cosa, si no tengo dinero para eso? ¿Cómo puede Dios pedirme que le ayude a tal
persona si no tengo para mí? ¿Cómo puede Dios decirnos que arreglemos los
salones sin un lugar? ¿Cómo puede Dios decirme que vaya y predique en tal lugar
si no me gusta ese sitio? ¿Cómo puede Dios pedirnos que nos aguantemos esa ira si
ya le hemos pasado tantas? ¿Cómo puede Dios pedirnos que nos alejemos de esa
persona si sentimos que la queremos? ¿Cómo puede Dios pedirnos que
renunciemos a esta forma de vestir si es la que nos gusta? Y serían muchas más
preguntas. Pero Dios nos quiere mostrar que nosotros no entendemos lo que Él está
haciendo. El rompecabezas de Dios en verdad nos puede romper la cabeza si nos
ponemos a armarlo.
Leamos Juan 13: 6-8; Pedro no entendía que el Señor era un siervo, después lo
entendió.

Roanos 11: 33. Yo creo que tenemos el problema práctico de estar buscando
entender a Dios, pero lo mejor no es entenderlo, es obedecerlo, ese es el punto.
Con lo de Andrés (mi hijo) yo le decía al Señor que no entendía, pero cuando él
recibió a Cristo yo pude entender, y también las dos veces que entre a cirugía, él
siempre quiso estar conmigo. Yo comprendí un poquito la imagen que soy para mi
hijo. Y otra cosa que seguro algún día les contaré. Yo comprendí, pero no al
principio, sólo al final, sólo en esos momentos solos en el hospital, allí yo
comprendí. Pero no al principio, al principio me hubiera matado o me hubiera ido a
beber o me hubiera ido con una mujer, esas son las salidas que uno se hace en el
mundo, esas son las falsas salidas. Pero sea paciente que pronto entenderá.

3. Dios quería darle una heredad a Jeremías. v. 14-15; v. 44

Dios quería darle una heredad a Jeremías, Dios quería que en ese tiempo de
desolación de destrucción Jeremías tuviera su refugio. Sabe una cosa,
Nabucodonosor trató bien a Jeremías. Él pensaba que tendría muchos problemas,
pero los Caldeos lo trataron bien, Jeremías 39: 11-12; Capítulo 40: 4-6. Mire que
Dios le dijo que guardara muy bien esa carta, pues la tenían que guardar muchos
días. Porque a pesar de la invasión se venderían casas y heredades. Entonces la
gente vendiendo a la loca viendo cómo salir de sus propiedades y Dios le muestra
que no, que se venderán. Dios quería que Jeremías tuviera su heredad.

Conclusión

Dios hace camino en el mar, en el lugar donde no hay salida, Dios hace el camino.
Nosotros nos preocupamos porque no entendemos y entonces tomamos otro camino que
no es el mejor, pero Dios si hace caminos y da la salida y da la bendición. La
conclusión a la que yo llego es a que no nos desesperemos cuando estamos en ese punto
si saber porque Dios nos pide algo, claro a que hagamos lo que Dios nos pide y que nos
aseguremos más en obedecerle que en comprenderle.

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