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Hola...

Seguramente no me conoces y quizás yo tampoco sepa quien eres tú, pero siento que tengo algo
importante que decir, y vale la pena leerlo.

Mi nombre es Ana, pero esta historia no trata de mí, sino de alguien especial para mí, de mi
hermano mayor Xavier.

El es un hermano como todos, a veces gentil, a veces grosero; pero nos llevábamos bien a pesar
de no ser muy unidos.
Con el resto de la familia la distancia era mayor aunque no por eso dejaba de ser parte de la
misma.
Cuando estaba entre sus amigos era diferente, compartía mucho de si mismo y todos gustaban de
su compañía.

Poco a poco fue encerrándose en si mismo, y su rostro reflejaba preocupación, ya no salía


mucho y se enojaba con facilidad.
Algo estaba sucediéndole, pero yo sabía que no me lo iba a contar.
Sin embargo un día nos enteramos del por qué de su actitud.

¿Como se infectó?, no lo sé y de cierta forma no lo quiero saber, el hecho es que tiene


VIH/SIDA.

Yo no sabía que hacer, que pensar, y mucho menos como actuar, es decir, he tenido charlas desde
el colegio y he visto documentales donde siempre mostraban gráficos, estadísticas, testimonios,
formas de prevención, que significa cada palabra, todo enfocado a quien puede infectarse del
virus y no a las personas quienes le rodean aunque también sufrimos con ellos.
Al parecer mi hermano le contó a sus amigos y con el tiempo dejaron de buscarlo, así comenzó el
rechazo de parte de las personas en quien más confiaba.
Muchos se alejaron de él y lo hicieron sentir enfermo e inútil aunque él no lo es.

No quiero alargar esta historia, solo quiero decirte que noto a través de mi hermano que no es
fácil vivir con esto, pero tampoco es fácil ver el dolor que el siente, no por la enfermedad sino por
la gente que le ha hecho daño.
Descubrí de una manera difícil que este virus no solo afecta al portador, sino también a quienes
lo rodean.

Entonces, ¿Qué hacer? Sé consciente que esto le puede pasar a cualquiera, hay formas para
evitarlo, tienes muchas opciones como usar preservativo, ser abstemio, evitar compartir agujas o
jeringuillas, o finalmente hacerte una prueba para tomar medidas en caso de no estar seguro y
evitar así infectar a otros; pero lo importante no es solo conocerlas, sino usarlas, cualquiera de
ellas, úsalas.

Pero después de todo, la opción que escojas es solo tuya.

Si esta historia te dio a conocer otra realidad, fuese bueno que la reenvíes así podrías dar en que
pensar a los demás tal como lo hicieron contigo, si no fue así tienes todo el derecho a ignorarla y
borrarla.

Nuevamente, la opción que escojas es solo tuya.

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