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Pedagogía de la Indignación y la Pedagogía de la Esperanza

Gonzalo Romero, un artífice de la democracia[1]


[
Ma. Angélica Oliva 2]

La presencia de Gonzalo Romero en esta geografía maulina da cuenta de un militante


radicalmente comprometido con nuestro tiempo de vivir, que ha orientado y entregado
su vida a una pedagogía, que siguiendo a Paulo Freire (2001, 2002), bien puede quedar
comprendida entre los ejes de la Indignación y la Esperanza. Su vocación es por la
escuela pública, el fortalecimiento de la vida en común, y su defensa de la auténtica
democracia, es sin concesiones. Su indignación y, consiguiente denuncia, es frente a
cualquier forma de trasgresión de los derechos fundamentales y al incumplimiento de
los valores jurídicos fundamentales de justicia, bien común y seguridad jurídica. Esta
vocación, como señala la escultora chilena Marta Colvin (2007), es algo imposible de
desviar, pues constituye un llamado dramático, sólo comparable con la iluminación
mística.
Su militancia por la pedagogía radical corre a parejas de la vida misma, por ello, se
expresa en múltiples escenarios, en los cuales trabaja ingeniosamente, con pasión y
amor. Destacaremos, dos de estos escenarios. Primero, su pertenencia desde los años de
su fundación, a la Asociación Cultural Candela, un colectivo autogestionado que desde
hace ya dos décadas, trabaja en la zona sur de Madrid capital, dedicado a proyectos
socioeducativos comunitarios; allí por ejemplo ha desarrollado un trabajo compartido
con jóvenes, chavales y chavalas en su voz, que forman parte del 20% de la población
española que vive en condiciones de precariedad, exclusión y vulneración de su
dignidad. Desde allí, Gonzalo Romero (2006) nos interpela ¿Estamos dispuest@s
a afrontar junt@as esta realidad haciendo posible que nuestras escuelas
sean cada vez más públicas, es decir, acojan para nuestros chavales
espacios de convivencia humanizante para aprender juntos y gozando al
investigar, aprender y aprehender los objetos de conocimiento que generen
una sociedad más justa?
Su formación y vida académica aparece, necesariamente, imbricada con Candela y El
Candelero, su mirador radiofónico al que nos referiremos más adelante. Gonzalo es
MAESTRO (con mayúsculas), de enseñanza infantil y primaria, diplomándose en
magisterio en 1985. Es Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación y Doctor en
Pedagogía. Es profesor en la Escuela Universitaria de Magisterio de la Universidad de
Alcalá de Henares en Madrid, donde realiza actividades de docencia e investigación en
Didáctica y Organización Escolar, especialmente, en los ámbitos de aprendizaje
cooperativo y clima social del aula, exclusión, participación de la familia en la
comunidad educativa y filosofía para niños, entre otros.
El hacer de Gonzalo se inscribe en las enseñanzas de Paulo Freire (2006), vr. gr. de la
relación de intimidad que existe entre pensar, leer y escribir; así podemos dar
cuenta de una nutrida obra escrita en artículos, ponencias y 16 libros que son una
muestra fehaciente de su pedagogía radical. Tal es el caso de su obra colectiva “Fuera de
onda, el libro de El Candelero”, que escribe con sus compañeros de andanzas
radiofónicas Beatriz Murillo, Luis Cerrón y Amparo Caballero, donde recogen la
experiencia de su Programa “El Candelero”, realizado en radio Vallekas, una “auténtica
y libre radio independiente. independiente del poder y de los poderosos, independiente
de los grupos mediáticos y, sobre todo, independiente de espíritu y conciencia” (Romero
et al, 2006). Participé recientemente en ese Programa que constituye un ejercicio de
democracia que, a su vez, enseña los valores de la democracia, en este sentido, El
Candelero cumple con el imperativo moral de preservar los valores que hacen a lo
público.
¿Cuál es el grito de Gonzalo?
Michel Foucault(1978) plantea la idea de la teoría como una caja de herramientas;
NO se trata de construir un sistema, sino de crear instrumentos, herramientas para ser
probados en el exterior, para ser utilizados, como un bisturí que permita desenmascarar
la realidad, en una suerte de aletheia, en la búsqueda de nuevos y mejores mundos
comunes. Este es también el empeño de Gonzalo, su grito es un grito de denuncia frente
a: La reproducción, en la escuela, de los dictados de la sociedad capitalista, La
precarización de la vida, La injusticia y sus diversas manifestaciones, por ejemplo, en la
pérdida de los derechos laborales de importantes colectivos españoles, La
responsabilidad de la sociedad globalizada en la disrupción social, esto es, la fractura del
lazo social, en palabras de Sebastián Donoso y Ernesto Schiefelbein (2007), El marcado
sesgo mercantilista que se anida en la Ley de Calidad de la Educación española, que opta
por el modelo de calidad proveniente de la empresa, el EFQM, modelo europeo
de calidad total, Modelo de calidad, donde se intenta adecuar la escuela a las exigencias
de una economía capitalista de última generación y que genera exclusión, Al mecanismo
de exclusión masiva de personas del binomio producto-consumo, viene determinado
por los indicadores de rendimiento. Pues “no se trata, por tanto, de conseguir que los
procesos de enseñanza-aprendizaje sean de calidad, sino que los productos resultantes
de estos procesos se ajusten a unos estándares de calidad, previamente fijados por el
mercado” (Romero, 2004).

Su grito es un grito con dolor, desde el dolor…. Tal como lo expresa Sebastiao Salgado,
aquí presente……Aquél dolor que se encuentra en cada recodo de nuestros campos y
ciudades, tal como lo expresa el subtítulo de su obra “De Dentro a Fuera (y viceversa).
Narraciones con Dolor de Fondo”, donde presenta historias que han sido vividas y han
apelado al sentimiento y que las pone generosamente a nuestra disposición para mirar
cara a cara la realidad social; se trata del lado oscuro de la condición humana (Vera,
2007); la faceta más oscura de la pobreza, las guerras “humanitarias” y sus
consecuencias, el paro (la cesantía), a precariedad laboral. Las cuales pide, sean leídas
en una acción comunitaria, interrogadas y debatidas. Así reivindica el aprendizaje
cooperativo como la forma más avanzada de la pedagogía. Con cada uno de estos doce
pies que muestran el cansancio, el sufrimiento y la depauperación en el lente de
Salgado, convocamos a su libro “12 Palabras Liberadas. Microrelatos para una
Pedagogía de la Deliberación”, donde nos interpela a no asumir la pereza, el
aletargamiento, la abulia, como valores irremediable, pues:
“Las palabras verdaderas no pueden obviar la realidad más real de nuestra
vida cotidiana: la desigualdad, la violencia, la explotación y la opresión de
unos seres racionales por otros”
De la Pedagogía de la denuncia y la indignación a la pedagogía de la
esperanza…..Acompañémosnos de Roberto Matta. Mediante su grito de denuncia,
Gonzalo Romero, lucha por sus convicciones. He aquí, la fuente de su esperanza:
· La escuela democrática, sustentada en una democracia no como un mero
procedimiento mecánico de alternancia representativa en el poder, mas al contrario,
como una forma de cultura política que impregne la vida cotidiana con la exigencia de la
participación activa de todos los ciudadanos (Angulo).
· El valor en la enseñanza pública, como un proyecto abierto donde todos podemos
encontrarnos para ensayar formas de vida en común a partir de la diversidad social,
cultural, de valores de opiniones.
· La escuela pública que hace del servicio público de la educación, un lugar en el que
todos encuentran un espacio para el desarrollo de sus capacidades sin excluidos.
· El valor de una pedagogía del encuentro, de la cooperación, del cariño, de la
convivencia y del conflicto, pues éste último es condición necesaria para la vertebración
de cualquier espacio público (Beltrán, 2000).
· De la necesidad de compartir aprendizajes significativos favorables a la
construcción de contextos de normalidad donde se socialicen y crezcan niños (as) sanos,
críticos, cooperativos y solidarios. En fin,
· El poder que existe en la comunidad para la construcción del sujeto. Así
suscribe con Pablo Richard que “El sujeto-comunidad afirma en el otro, en la
comunidad, la posibilidad de ser sujeto: yo soy, si tú también eres”.

He aquí, algunas claves para soñar, entendiendo la utopía como una condición de
posibilidad, con esa forma más avanzada de pedagogía que representa el aprendizaje
cooperativo, ello es una expresión de la forma de vida más avanzada que representa lo
público, la vida en común, la democracia; su significado lo refleja en toda su
contundencia la obra de Oranh Pamuk, Premido Nobel de literatura de 2006 al
señalarnos que Debemos entender que ‘el otro’ no existe, el otro somos nosotros mismos
(Citado en Edwards, 2006). Este Quijote de Roberto Matta, constituye un homenaje al
quehacer de Gonzalo Romero, y también al hacer de ese otro quijote que es nuestro
amigo común, Aldo González, que tramó nuestro encuentro. Ambos, tú y Aldo, deben
advertir que aunque el diccionario de la lengua señale que Quijote es “un hombre que
antepone sus ideales a su conveniencia y obra desinteresada y comprometidamente en
defensa de causas que considera justas, sin conseguirlo” (RAE, 2001, pág.1878), con
ustedes, con vosotros -para decirlo al unísono en chileno y en español- es posible
desafiar a cualquier Academia y, con mayor razón, a aquella Real, pues ambos han
devenido en artífices de la democracia al conseguir construir su locus entre la
Indignación y la Esperanza. Querido Gonzalo, gracias por estar hoy aquí, en nuestra
Universidad de Talca, por venir a nuestra región y a nuestro país, para quedarte…….

Santiago de Chile y Talca, Región del Río Maule, verano del 2008 (enero)
[
1]Agradezco, especialmente, a ALDO GONZÁLEZ, a su generosidad de compartir su
amistad con Gonzalo, conmigo; en adelante nuestra amistad.
[
2] Profesora. Instituto de Investigación y Desarrollo IIDE y de la Escuela de Derecho de
la Universidad de Talca moliva@utalca.cl

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