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Fui el todo, soy el todo, ser el todo.

Los mensajes vitales y hermosos de la vida son percibidos cuando nos quitamos la venda de los ojos, percatndonos de la milagrosa fugacidad del momento

Bajo el disfraz todos guardamos emociones y vivencias (es lo que verdaderamente somos), somos lo que est detrs de la ropa, piel, cara o mas bien detrs de las mscaras, aquello que es sentido y siente a la vez, lo que mira y lo que es mirado, lo que sentimos y expresamos. Lo que pensamos de nosotros y del resto nos encierra, pues nos negamos a mirar el mundo fuera de lo que se nos ha impuesto o autoimpuesto. Olvidando el pasado y lo aprendido conocemos de veras al otro y a nosotros, creo de veras que despus de realizar eso los sentimientos de pesadez, desaliento y depresin, desaparecen, uno llega a tener la certeza de que todo esta bien, pues todo es visto como si fuera la primera vez; se tiene la certeza de que todos nosotros formamos y formaremos parte del gran equilibrio universal, ese eterno fluir de estrellas en el que un segundo o un milln de aos son igual de insignificantes o poderosos. Nuestra conciencia fluir en la conciencia universal, librada ya de inconformismos y odios divagaremos deleitndonos, siendo uno con el todo. La muerte por todo esto es bella, con ella llegamos al origen y fin de todas las cosas.

Santiago Vega

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