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Clarita:

Pensaba en ti, Clara. Y beba agua de arrayn, mientras lea tu carta, apresurado. Detenindome slo a ver cmo la sombra de los montes te oscureca las palabras. Por qu te portas as, Clara? Ya de por s la vida se lleva con trabajos y leerte as me duele. No te enojes, chiquilla. Todo esto yo lo veo de otro modo. Quiero calentarnos al calor de la tierra, bajo la sombra de ese cuerno plateado que llamamos luna. Que nuestros cuerpos como lumbre nos aprieten las venas. Quiero tantas cosas, sin que me quites, claro, tu aliento de frutas. Pero es que yo soy as, empalagoso, nia

Edulcoradamente tuyo, Juan

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