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Jardinería SigloNuevo

El algodón
Ixcatal para el huipilli y el tilmatli

CIAN MAGENTA AMARILLO NEGRO


El cultivo del algodón, tan popular en la
Laguna, se hace por semilla en el final de la
primavera y seis a ocho meses después se
efectúa la cosecha.

El algodonero –que se cultiva en México desde hace más de cinco mil años-
tiene normalmente la altura de un arbusto, alrededor de un metro, pero pue-
de llegar a alcanzar el tamaño de un árbol. Sus hojas son alternadas y con tres
a cinco lóbulos, presentan nervaduras en la superficie. Las flores amarillas y
púrpuras, son grandes y hermosas. Los frutos en forma de cápsulas ovales, se
dividen internamente en tres o cuatro gajos, en esos gajos se alojan las semi-
llas, envueltas en fibras largas.
Estas fibras son células muy alargadas cuyas paredes celulares se han vuelto
resistentes contra el tiempo. Las fibras de algodón son realmente pelos que cre-
cen por la parte exterior de las semillas, con una longitud que varía con la ca-
lidad y va de cuatro a siete centímetros.
Una sección transversal de una fibra de algodón examinada en un microscopio
de gran aumento descubre que sus paredes están constituidas por capas. Se ha
observado que cada capa es el material depositado durante un día. Como el es-
pesor de cada capa depende de las condiciones de crecimiento durante ese día.
Por lo que cada fibra de algodón guarda un registro del estado del tiempo du-
rante cada día en los que el algodón creció. Un pequeño, pero maravilloso de-
talle de la naturaleza.
El algodón (Gossypium hirsutum) llamado por los indios mesoamericanos
“Ixcatal”, fue utilizado para tejer prendas de esta fibra cuando menos desde la
época Preclásica, ya que se han encontrado huesos y figuritas con atavíos de
algodón.
El hilado y tejido del algodón, al igual que la cerámica y los cultivos, eran ac-
tividades propias de las mujeres que esperaban con sus hijos el regreso de los
hombres que salían de caza y a la recolección de frutas, raíces y bayas. Cada
mujer tejía la ropa de su familia, las prendas eran sencillas, para la mujer se
confeccionaba el “huipilli” o camisa larga hecha de varios rectángulos porque
nunca se usó el traje entallado; para el hombre, el “maxtlatl” o braguero y el
“tilmatli” conocida como manta o tilma.
Los chalecos contra “balas” en el tiempo de los aztecas se hacían de algodón
acolchado y servían para protegerse de las flechas, por lo que fueron muy
pronto adoptados por los españoles.
El cultivo del algodón, tan popular en la Laguna, se hace por semilla en el
final de la primavera y seis a ocho meses después se efectúa la cosecha. Le
gusta el clima caluroso.
Sin exceso de lluvias, la tierra debe ser fértil y honda, no ácida y bien drenada.

Propiedades medicinales:
La planta de algodón tiene muchas aplicaciones medicinales, ya que se em-
plean sus hojas contra catarros, disentería y diarrea, además sirven para curar
heridas y aliviar dolores de quemaduras. El extracto fluido de las semillas ac-
túa contra el asma.
La corteza de las raíces en forma de extractos y tinturas, tienen aplicación
como emoliente y diurético, favorece la digestión, ayuda al funcionamiento
de las vías urinarias y combate algunas enfermedades de la piel como granos,
barros, herpes y espinillas.

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