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proporciones

E
un abrebocas de nuestra próxima edición

n esta revista hemos insistido www.arquitrave.com y allí encontrarán copias de


mucho en que, a la hora de juzgar esos correos). Pero, salvo el amor a la maledicen-
o establecer jerarquías, lo funda- cia que todos profesamos, resulta difícil saber por
mental no es qué piensa un crítico qué una periodista culta como Ponsford no solo
sino por qué lo piensa. Gastar arriesga unas comparaciones tan desaforadas
neuronas imaginando cuáles son como inútiles, sino que deja a los lectores con la
sus “intenciones ocultas” o indig- impresión de que están frente a uno de los gran-
narse con su “mala leche” es superfluo. Lo que des críticos literarios de la lengua.
interesa siempre, sin excepción, es la solidez de Si uno repasa los famosos mails, concluye
sus explicaciones y el hecho de que resistan una cosas muy distintas. En primer lugar, que cada
inspección a fondo. De allí que, paradójicamente, dos meses un grupo de gente muy pérfida como
uno lea reseñas de libros no para que confirmen los poetas Darío Jaramillo Agudelo, Juan Manuel
el propio gusto, sino para entender la cadena de Roca y Jotamario Arbeláez, en compañía de polí-
argumentos que llevan a una opinión contraria. ticos de ojo torvo como el ex presidente Betancur
Hemos pensado bastante al respecto después –esto es, el “establecimiento”– se reúne en secre-
de leer el insólito perfil que Marianne Ponsford, la to, examina las amargas opiniones de Harold y
directora de Arcadia, le consagra a Harold Alva- procede a echar una bola negra en contra suya.
rado Tenorio en el último número de su revista y Es por ese motivo que nuestro vate no ha podi-
en el cual lo equipara con el Quijote, con Hamlet do levantar cabeza, no se le publica en ninguna
y con Charles Augustin Sainte-Beuve, el “crítico parte, no lo invitan a feria alguna y su revista no
literario por excelencia de la Francia romántica”. consigue avisos publicitarios. Como quien dice,
Digamos, para quienes no conozcan al persona- los colombianos no hemos podido leer las agudas
je, que Alvarado Tenorio es un poeta y profesor observaciones de este “Saint-Beuve del siglo xxi”
nacido en Buga, en 1945, y que ha ganado fama en porque una poderosa mafia lo mantiene en las
los círculos literarios por los venenosos mails que sombras. Si ya es suficientemente ridículo que
envía de un tiempo a esta parte contra distin- alguien crea en la teoría de las conspiraciones –el
tos miembros de un nebuloso “establecimiento recurso favorito del mediocre–, ¿qué podría decir-
literario” del país. (Los curiosos pueden meterse a se de que Alvarado no aporte ni una sola prueba

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© the granger collection, new york • otherpress
a favor de sus argumentos? Y, sin em-
bargo, la señora Ponsford parece darle
absoluto crédito cuando él sostiene que
“Roberto Posada me sacó de El Tiempo
porque Jotamario se lo llevaba a tomar
trago a su apartamento y a hablarle mal
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de mí. Hasta que lo convenció y me dijo


que yo no hacía más sino joder”.
Otro tanto podríamos decir de “la co-
rrupción”, la segunda tesis que esgrime
Alvarado en la mayoría de sus panfle-
tos. Según él, todos los festivales que se
organizan en Colombia son promovidos
por “fundaciones ficticias donde soca-
van el dinero de los contribuyentes”. No
solo el Hay Festival sino el Carnaval de
las Artes, el Festival de Poesía de Me-
dellín, el Festival de Teatro de Bogotá
y un larguísimo etcétera son organiza-
dos por fulanitos cuya única finalidad
es convertirse en “beneficiarios de los
dineros públicos”. Nosotros, que tam-
bién hacemos un festival y sabemos
lo que implica, solo podemos sonreír
ante esas boberías. Es verdaderamente
facilón preguntarse, con el tono más Charles Augustin Sainte-Beuve, el Harold Alvarado Tenorio francés
hipócrita del mundo, “¿sabe alguien
cuántos hospitales podrán construirse con la En su empeño por demostrar que todo el mun-
plata que se da a esos eventos?”, pero mucho más do, salvo él, es corrupto, Alvarado llega al extremo
difícil aportar pruebas específicas de que nos de condenar a todo escritor que gane dinero con
dedicamos al saqueo del erario público. Y esa la publicación de sus libros. “Falsarios del plectro
ausencia de pruebas invalida hasta los casos en y adictos al vil metal” llama a Juan Manuel Roca
que uno podría estar de acuerdo con Alvarado. y a William Ospina; “los insaciables del billete” es
Sus denuncias sobre los malos manejos que la su calificativo para Guillermo González, director
Fundación Prometeo hace del Festival de Poe- de la revista Número, y Luis Ángel Parra, anima-
sía de Medellín, o sobre la corrosiva influencia dor del Taller Arte Dos Gráfico. El argumento es
del editor Jesús García Sánchez en los premios tan rematadamente cursi que hasta vale la pena
españoles de lírica, parecen tener, como dice comentarlo. ¿Por qué habría de ser inmoral que
Ponsford, “un alocado parpadeo de verdad”, pero un autor pueda vivir de lo que escribe? ¿No es, por
como son inespecíficas y se mezclan con sobera- el contrario, un ideal al que muchos aspiran pero
nas pendejadas, acaban anulándose a sí mismas. que rara vez se cumple? Lo peor de este argumen-
¿Se imaginan ustedes que la Fiscalía lleve a jui- to es que Alvarado lo estira al punto de sostener
cio a Fernando Rendón, el director del Festival de que Héctor Abad Faciolince es la única persona
Poesía de Medellín, porque supuestamente “es del mundo “que ha ganado millones con el fu-
un vividor que trae a un montón de indígenas silamiento de su padre”. Mantener una opinión
para fornicárselas”? como esa es una bellaquería, por supuesto, pero

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también es un ejemplo inverosímil de incoheren- libros. Los defectos morales o físicos nunca –o rara
cia. Hace unos años un tío materno de Alvarado vez– se interponen a la genialidad artística.
fue secuestrado por un frente de las Farc al salir De modo que éste es el personaje que a la se-
de su finca. Don Rogerio, que así se llama –o se ñora Ponsford le parece un águila de la crítica en
llamaba– el señor, tenía entonces cerca de ochen- Colombia. Nosotros, por lo ya dicho, no estamos ni
ta años y ni aun así sus plagiarios desistieron de remotamente de acuerdo, pero nuestra divergen-
internarlo selva adentro. Uno podría decir que la cia no tiene que ver con que los mails de Alvarado
campaña mediática organizada por su sobrino sean incoherentes, destilen mala uva, los moti-
para rescatarlo solo tenía como objetivo hacerse ve la envidia o sus intenciones sean ofender de
autopublicidad, pero naturalmente no lo hace: modo gratuito. Como dijimos al comienzo, todo
sería como perder el sentido de las proporciones eso es irrelevante. Lo que importa es que el crítico
y convertirse en el peor de los canallas. Dicho sea sea sagaz y sus opiniones resistan un examen
entre paréntesis, uno de los pocos medios que le a fondo. Los motivos en que Alvarado basa sus
prestó atención a las tribulaciones de Alvarado diatribas son tan espurios que uno se pone en
y publicó algo al respecto fue El Malpensante (en desacuerdo con él incluso cuando estaría inclina-
su número 57), lo cual no será impedimento para do a pensar que lo asiste la razón.
que nuestro poeta se nos venga con el alfanje en Dos apuntes finales: se supone que uno de los
la mano apenas lea este Iceberg. Nada nuevo en su objetivos de toda publicación es elevar el nivel de
mundo de constantes traiciones: ¿sabe alguien que la conversación pública. No creemos que Marian-
Arcadia estaba apenas saliendo de la imprenta y ne Ponsford esté cumpliendo esa meta cuando
ya Alvarado distribuía por internet una versión transcribe la siguiente invectiva de Alvarado
diferente y “embellecida” del perfil que le hizo la sobre Pedro Alejo Gómez, un personaje con el cual
señora Ponsford? ella sostuvo una violenta polémica en las páginas
Argumentos ad hominem: eso es todo lo que de Arcadia: “¿Y qué te parece la Casa Silva con ese
tiene para ofrecernos Alvarado. Piedad Bonnett inútil al que el papá delante de mí le decía: ‘Vos
es pésima poeta porque es “culifruncida”; Juan sos un imbécil, metele el dedo a la vieja, metése-
Manuel Roca porque “es Capricornio, es decir, un lo’?”. Es perfectamente legítimo que una revista
ser ahogado por el orgullo y la soberbia”, William como Arcadia cuestione la labor de un funciona-
Ospina porque es “un campesino tolimense”, rio. La pregunta es: ¿qué coños tiene que ver eso
Mario Rivero porque en sus versos solo aparece con la historia sexual del funcionario? Sería como
“gente fea y triste”. A menudo uno se ríe leyendo si El Malpensante repitiera y citara entre comillas
estos improperios porque la maledicencia, cuan- (lavándose las manos porque el autor es otro, pero
do cae en la cabeza de otro, da siempre risa; es celebrando el chiste) las opiniones que sobre la
cuando cae en la de uno que duele. Pero, tengan vida privada de la señora Ponsford emitía ese otro
su gracia o no, estos calificativos resultan indife- maledicente gratuito que firmaba con el seudóni-
rentes para la evaluación crítica. Puede ser cierto, mo de D’Artagnan.
como tanto le gusta insistir a nuestro vate, que Por último, no está de más recordar que el per-
Jotamario Arbeláez sea un jalabolas del chavismo. fil de Alvarado fue hecho a partir de una entrevis-
También es plausible que le hayan dado el Premio ta en la que participaron Antonio Caballero, Juan
Chino Valera precisamente porque es un simpa- David Correa y Marianne Ponsford. Los tres han
tizante de la causa bolivariana. No obstante, el dado abundantes muestras de que son excelentes
libro que le premiaron pudiera ser excelente. Si periodistas, pero en este caso toca decirlo: se les
algo demuestra la historia de la literatura es que fueron las luces. m
uno puede ser cacorro, pederasta, infiel, atracador,
drogadicto, asesino, feo, culifruncido, sectario, Sus comentarios en www.elmalpensante.com
tiranófilo, mal hijo y aun así escribir maravillosos o escríbanos a editorial@elmalpensante.com

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