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ANTECEDENTES
En la tarde del 22 de febrero de 1931, se le apareció Jesucristo en su celda en Plock, Polonia y
le dijo: " Pinta una imagen mía según la Visión que ves con la inscripción “Jesús, yo confío en
Tí " .
Faustina Kowalska nace en Glogowice, cerca de Lodz (Polonia). Fué educada
cristianamente por sus padres Estanislao y Mariana. A los veinte años ingresa como religiosa
en la Congregación de las Hermanas de la Caridad de la Madre de Dios, llamadas tambien
Magdalenas, dedicadas a formar a muchachas moral y materialmente necesitadas. Fué
religiosa propagadora de la devoción a la Divina Misericordia. No le fue extraño el don de
profecía que le permitía ver con claridad el futuro de las almas y de los acontecimientos.
Anunció ocho años antes la última guerra mundial y que Varsovia sería bombardeada, así
como el año y día de su muerte.
El 15 de abril de 1978 la Santa Sede, permitió la práctica a ésta devoción, despues de
prohibirla durante 19 años. El artífice de ésto fué el cardenal Vojtila, arzobispo de la diócesis
de sor Faustina, en Cracovia. El 16 de octubre de 1978 éste cardenal fué elevado al Sumo
Pontificado con el nombre de Juan Pablo II.
Murió de tuberculosis en la Casa Madre de Lagiewniki, cerca de Cracovia. Fué beatificada
por el Papa el 18 de abril de 1993.
Entre las revelaciones que tuvo sor Faustina se encuentra la siguiente:
"Antes de venir como juez, vendré primero como Rey de Misericordia. Precediendo el día de
la justicia, HARÁ UNA SEÑAL EN EL CIELO dada a los hombres. Toda luz será apagada en el
firmamento y en la Tierra. Entonces aparecerá venida del Cielo la señal de la Cruz, de cada
una de mis llagas de las manos y de los pies saldrán luces que iluminarán la Tierra por un
momento".
"Quiero a Polonia de una manera especial. Si es fiel y dócil a mi voluntad, la elevaré en poder
y santidad, y DE ELLA SALTARÁ LA CHISPA QUE PREPARARÁ AL MUNDO A MI ÚLTIMA VENIDA".
Historia del mensaje y de la devoción
La historia del origen y de la difusión del mensaje de la Divina Misericordia y de su devoción
por todo el mundo, resulta una interesante lectura. Comprende apariciones y revelaciones
extraordinarias, respuestas milagrosas a oraciones, un escape dramático de una Polonia
devastada por la guerra, una prohibición temporal del culto por la Iglesia y el fuerte apoyo del
Papa Juan Pablo II, que muy probablemente será llamado por los historiadores "el Papa de la
Misericordia".
Los escritos de la beata Sor Faustina Kowalska, una monja polaca sin instrucción,
perteneciente a la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia, en
Polonia, constituyen la fuente del mensaje y de la devoción presentados en este librito.
Alrededor de 1930, al obedecer a su director espiritual, el Padre Miguel Sopocko, Sor Faustina
escribió un Diario de unas 600 páginas y así documentó las revelaciones que ella recibía sobre
la misericordia de Dios. Aún antes de su muerte en el año 1938, la devoción a la Divina
Misericordia, según está revelada en este Diario, se había comenzado a difundir. Durante los
trágicos años de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), la práctica de esta devoción
aumentó en fuerza debido a que la gente por toda Polonia y Lituania se dirigió al Salvador
misericordioso para recibir consolación y esperanza.
APÓSTOL DE LA MISERICORDIA
Santa Faustina nació el 25 de agosto de 1905 en la aldea de Glogowiec, al oeste de la ciudad
de Lódz, Polonia. Siendo la tercera de diez hijos, Faustina recibió el nombre de "Helena".
Poco antes de cumplir los veinte años, ingresó en la Congregación de las Hermanas de la
Madre de Dios de la Misericordia cuyas integrantes se dedican a educar y a cuidar a mujeres
jóvenes con problemas.
Al año siguiente, Santa Faustina tomó el hábito religioso y recibió el nombre de "Sor María
Faustina", al cual agregó "del Santísimo Sacramento" como era permitido por la costumbre de
su Congregación.
En los años 30, el Señor le transmitió a Santa Faustina un mensaje de misericordia y le dijo
que lo difundiera por todo el mundo. La invitó a convertirse en apóstol y la secretaria de la
misericordia de Dios, un modelo de cómo ser misericordioso con los demás y un instrumento
para enfatizar de nuevo el plan de misericordia que Dios tiene para el mundo.
No fue una perspectiva fácil. Su vida entera, a imitación de la de Cristo, iba a ser un sacrificio,
una vida vivida para los demás. A petición de nuestro Señor, Santa Faustina ofreció sus
sufrimientos en unión con el Señor como propiciación de los pecados de los demás. En su vida
cotidiana, Sor Faustina se convertiría en agente de misericordia, llevando paz y alegría al
prójimo. Y al escribir sobre la misericordia de Dios debía animar a otras personas a confiar en
El y así preparar al mundo para Su regreso.
A pesar de estar convencida de su propia indignidad y atemorizada por la idea de escribir,
Santa Faustina comenzó a llevar un Diario en el año 1934, en obediencia al deseo expreso de
su director espiritual y después de nuestro Señor Mismo. Durante cuatro años documentó
revelaciones divinas y experiencias místicas, junto con sus pensamientos más profundos, sus
conclusiones y sus oraciones. El resultado es un libro de unas 600 páginas impresas que, en
lenguaje sencillo, repite y aclara la historia del Evangelio, del amor de Dios para Su pueblo,
enfatizando sobre todo la necesidad de confiar en Su acción amorosa en todos los aspectos de
nuestras vidas.
Además, el Diario revela un ejemplo extraordinario de cómo responder a la misericordia de
Dios y cómo manifestarla a los demás.
La vida espiritual de Santa Faustina se basó en la humildad profunda, la pureza de intención y
la obediencia amorosa a la voluntad de Dios, a imitación de las virtudes de la Santa Virgen
María.
Su devoción especial a María Inmaculada y a los sacramentos de la Eucaristía y la
Reconciliación le dio la fortaleza para soportar todos los sufrimientos como una ofrenda a Dios
en nombre de la Iglesia y de aquellos que tienen necesidades especiales, particularmente los
grandes pecadores y los agonizantes.
Escribió y sufrió en secreto. Solamente su director espiritual y algunas de sus superiores
estaban conscientes de que algo especial pasaba en su vida. Después de su fallecimiento por
tuberculosis, en el año 1938, hasta sus compañeras más cercanas se quedaron asombradas al
descubrir las profundas experiencias místicas y los grandes sufrimientos que le habían sido
dados a esta hermana, que siempre había sido tan alegre y humilde. Había acogido
profundamente en su corazón, el mandato del evangelio de «Ser misericordiosos como su
Padre es misericordioso» (Lucas 6, 36). Así mismo, había acogido la orden de su confesor de
que debería portarse de tal manera que todos los que trataran con ella al marcharse se fueran
muy felices.
El mensaje de la misericordia recibido por Santa Faustina actualmente se difunde por todo el
mundo; ella ha sido reconocida por la Iglesia como "Santa" su Diario, la Divina Misericordia en
mi Alma, se ha convertido en el manual de devoción a la Divina Misericordia. Ella no se habría
sorprendido, ya que nuestro Señor le había dicho que el mensaje de la misericordia de Dios se
difundiría por medio de sus escritos para el gran beneficio de las almas.
En un comentario profético, Santa Faustina declaró:
Siento muy bien que mi misión no terminará con mi muerte, sino que empezará. Oh almas que
dudan, les descorreré las cortinas del cielo para convencerlas de la bondad de Dios (Diario,
281).
La Congregación de los Marianos
En 1941, el Padre José Jarzebowski, miembro de la Congregación de los Marianos de la
Inmaculada Concepción, llevó la devoción a los Estados Unidos desde Polonia. Al principio, el
mismo Padre Jarzebowski estaba escéptico acerca de las gracias maravillosas supuestamente
recibidas por los que se entregaban a la Divina Misericordia. Pero, en la primavera de 1940, el
Padre prometió que si llegaba sano y salvo a casa de los Marianos en los Estados Unidos,
pasaría el resto de su vida difundiendo la devoción y el mensaje de la Divina Misericordia.
Un año más tarde, tras un viaje increíble de Polonia a Lituania, y después, a través de Rusia y
Siberia a Vladivostok y de ahí al Japón, el Padre llegó al suelo norteamericano. Fiel a su
promesa, enseguida empezó a distribuir información sobre el mensaje y la devoción con la
ayuda de las Hermanas Felicianas en los Estados de Michigan y Connecticut. Poco después,
también sus Hermanos se involucraron intensamente en esta promoción. Tras varios años de
actividad desde Washington, D.C., en 1944 establecieron el "Apostolado de la Misericordia de
Dios" en Eden Hill ("la Colina del Edén") en Stockbridge, Massachusetts. Actualmente, este
sitio es la sede del Santuario Nacional de la Divina Misericordia y la Asociación de Auxiliares
Marianos, que es una moderna casa editorial de literatura religiosa y centro internacional de
la devoción a la Divina Misericordia. Ya en el año 1953, unos 25 millones de ejemplares de
literatura sobre la Divina Misericordia habían sido distribuidos por todo el mundo.
PROCLAMANDO LA MISERICORDIA
"La Iglesia", escribe el Papa Juan Pablo II, "debe considerar como uno de sus deberes
principales durante cada etapa de la historia y especialmente durante nuestra edad moderna,
el proclamar y el presentar a la vida el misterio de la misericordia"
(Rico en misericordia, 14).
Esta necesidad de proclamar la Misericordia de Dios es un tema que aparece constantemente
en el Diario de la beata Sor Faustina:
Proclama al mundo entero Mi misericordia insondable (Diario, 1142).
Proclama que la misericordia es el atributo más grande de Dios. Todas las obras de Mis manos
están coronadas por la misericordia (Diario, 301).
A las almas que propagan la devoción a Mi Misericordia, las protejo durante toda su vida como
una madre cariñosa [protege] a su hijo recién nacido, y a la hora de la muerte no seré para
ellas Juez sino Salvador misericordioso (Diario, 1075).
Haz lo que esté en tu poder para difundir la devoción a Mi Misericordia. Yo supliré lo que te
falta. Dile a la humanidad doliente que se abrace a Mi Corazón misericordioso y Yo la llenaré
de paz (Diario, 1074).
Diles a Mis sacerdotes que los pecadores más empedernidos se ablandarán bajo sus palabras
cuando ellos hablen de Mi misericordia insondable, de la compasión que tengo por ellos en Mi
Corazón. A los sacerdotes que proclamen y alaben Mi misericordia, les daré una fuerza
prodigiosa y ungiré sus palabras y sacudiré los corazones a los cuales hablen (Diario, 1521).
LA CORONILLA A LA DIVINA MISERICORDIA
En el año 1935, la beata Sor Faustina tuvo la visión de un ángel enviado por Dios para castigar
la tierra. Estremecida por esta señal de la ira divina, empezó a rezar pidiendo misericordia,
pero sus oraciones eran ineficaces. De repente vio a la Santa Trinidad y sintió el poder de la
gracia de Jesús dentro de su alma. Volvió a rogar a Dios por el mundo con las palabras que
oyó dentro de ella:
Padre eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo,
nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero
(Diario, 476).
Mientras seguía repitiendo esta oración, vio como el poder del ángel disminuía hasta que no
pudo llevar a cabo el castigo merecido (Diario, 474- 475). Al día siguiente, cuando entró en la
capilla, oyó de nuevo esta voz interior que le enseñó a rezar la oración que nuestro Señor más
tarde llamó la "coronilla ". Desde entonces rezaba esta oración casi constantemente,
ofreciéndola especialmente por los agonizantes.
En revelaciones posteriores, el Señor aclaró a Sor Faustina que la coronilla no era solamente
para ella, sino para el mundo entero. Además, agregó promesas extraordinarias a su rezo.
Hija Mía, anima a las almas a rezar la coronilla que te he dado (Diario, 1541). Quienquiera que
la rece recibirá gran misericordia a la hora de la muerte (Diario, 687). Cuando recen esta
coronilla junto a los moribundos, Me pondré entre el Pa-re y el alma agonizante no como el
juez justo sino el Salvador misericordioso (Diario, 1541).
Los sacerdotes se la recomendarán a los pecadores como la última tabla de salvación. Hasta
el pecador mas empedernido, si reza esta coronilla una sola vez, recibirá la gracia de Mi
misericordia infinita. Deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi
misericordia (Diario, 687). A través de ella obtendrás todo, si lo que pides está de acuerdo
con Mi voluntad (Diario, 1731).
Rezada en un rosario común, la coronilla a la Divina Misericordia es una oración de intercesión
que extiende la ofrenda de la Eucaristía, por lo que es particularmente apropiado rezarla
después de recibir la Santa Comunión en la Santa Misa. Se puede rezar a cualquier hora, pero
nuestro Señor dijo a Sor Faustina que la rezara especialmente durante los nueve días antes de
la Fiesta de la Misericordia (el primer domingo después de Pascua). Después agregó:
Durante este novenario concederé a las almas toda clase de gracias (Diario, 796)
Así mismo, es apropiado rezar la coronilla diariamente durante "La hora de la gran
misericordia", a las tres de la tarde (recordando la hora en que Jesús murió en la Cruz). En
Sus revelaciones a la beata Sor Faustina, nuestro Señor pidió que se recordara de manera
especial Su Pasión a esa hora.
COMO REZAR LA CORONILLA A LA DIVINA MISERICORDIA
(Diario, 476,- usando un rosario común.)
Un Padre nuestro
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino,
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona
nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes
caer en la tentación, y líbranos del mal, Amén.
Un Ave María
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las
mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios. ruega por
nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Un Credo de los Apóstoles
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, Su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del
Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncío Pilato, fue
crucificado, muerto y sepultado. Descendió a los inflemos, al tercer día resucitó de entre los
muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa
Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la
carne y la vida eterna. Amén.
En las cuentas grandes antes de cada decena
Padre eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo,
nuestro Señor Jesucristo, como Propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero.
En las 10 cuentas pequeñas de cada decena:
Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Doxología final después de las cinco decenas:
Santo Dios,
Santo Fuerte,
Santo Inmortal,
ten misericordia de nosotros
y del mundo entero.
(Tres veces.)