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Desconozco el estruendo y la ; los osos y la muerte. Pero mi abuela camina, y a cada paso serpentea la muerte.

Tomo la 30 de mi abuelo y luego todo se encierra en un cuerpo, el rifle es sensual su moreno, tigre de madera que rasga en secoluego el pensamiento: como un cisne continuo, nadie sabe que el cisne se aburre y su nico momento es el fornicio de entrar al vaco, a un quieto vuelo desde una hmedad en tierra a pleno vuelo.

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