Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Deviene en una necesidad pedagógica y en una exigencia práctica para los operadores
jurídicos y la ciudadanía en general, poder establecer la naturaleza conceptual del
arresto ciudadano y de la “cadena ronderil”, sus semejanzas y diferencias, y algunos
aspectos puntuales para el perfeccionamiento de ambas instituciones.
Arresto ciudadano
El arresto ciudadano es una institución jurídica del ámbito procesal penal que se ha
venido incorporando a nuestra realidad social como parte de la implementación
progresiva del nuevo Código Procesal Penal (NCPP), como es el caso de Huaura, La
Libertad, Tacna, Moquegua, Arequipa, Lambayeque, Piura y Tumbes. Sin embargo, el
día 14 de mayo del 2009 el Congreso de la República aprobó el Proyecto de Ley N°
2155/2007-PE, presentado a principios de año 2008 por el Presidente Constitucional de
la República y el Presidente del Consejo de Ministros, por el cual se dispone que el
arresto ciudadano entre en vigencia en todo el país a partir del 01 de julio del 2009.
En tal sentido, el texto de los artículos sobre la detención policial y el arresto ciudadano
de pronta entrada en vigencia, son los siguientes:
1
1. En los casos previstos en el artículo anterior, toda persona podrá proceder al
arresto en estado de flagrancia delictiva.
2. En este caso debe entregar inmediatamente al arrestado y las cosas que
constituyan el cuerpo del delito a la Policía más cercana. Se entiende por entrega
inmediata el tiempo que demanda el dirigirse a la dependencia policial más
cercana o al Policía que se halle por inmediaciones del lugar. En ningún caso el
arresto autoriza a encerrar o mantener privada de su libertad en un lugar público
o privado hasta su entrega a la autoridad policial. La Policía redactará un acta
donde se haga constar la entrega y las demás circunstancias de la intervención.
Sobre la detención policial no cabe anotar nada sustancial, salvo que el mismo
contenido del artículo 259° del NCPP sobre la detención policial en flagrancia, en los
distritos judiciales donde aún no se aplicaba el modelo procesal penal acusatorio,
garantista y adversarial, ya se encontraba vigente en lo referido a la definición de la
flagrancia propiamente dicha, la cuasi flagrancia y la flagrancia presunta, gracias al
artículo 4° de la Ley N° 27934, Ley que regula la intervención de la Policía y el
Ministerio Público en la investigación preliminar del delito.
En cuanto a las notas generales del instituto del arresto ciudadano -que en puridad no es
una modalidad de la medida coercitiva procesal de detención-, debe indicarse que
mediante la autorización legal dada se habilita a todas las personas para arrestar a un
presunto delincuente, siempre que la comisión delictiva sea en estado de flagrancia,
debiéndose entregar inmediatamente al arrestado a la autoridad policial más cercana y
prohibiéndose el encierro o privación de la libertad del arrestado sea en lugar público o
privado (generalmente, bajo la probable excusa de mantener tal situación hasta su
entrega a la autoridad policial).
2
generar un sustancial descuido en la labor de la PNP, principal órgano de detención de
delincuentes y parte esencial del sistema de seguridad ciudadana. 6) Su generalización
podría desnaturalizar y convertirla en instrumento de la justicia por mano propia, o
practicarse ante una amenaza de comisión de un delito, o ante la simple sospecha de su
realización. 7) Su materialización podría afectar el principio constitucional de la
presunción de inocencia.
Cadena ronderil
Por su parte, es preciso destacar que la “cadena ronderil” es una práctica muy extendida
en Cajamarca, realizada por las rondas campesinas (organizaciones sociales del norte y
nor-oriente del Perú, especialmente en Cajamarca, San Martín, La Libertad,
Lambayeque y Piura, que resuelven conflictos y realizan labores de seguridad ante la
ausencia o incapacidad del Estado para brindar tales servicios públicos en zonas rurales)
y que implica someter a una persona “investigada” o “culpable” del alguna conducta
antisocial a la actividad de patrullar, durante varias noches (incluso días), obligándola a
desplazarse por varios lugares, con diferentes turnos de ronderos, para que así todos (los
miembros de los centros poblados o caseríos) lo conozcan y se vaya generando en él un
escarmiento, así como para obtener el reconocimiento de responsabilidad sobre un
hecho criminal imputado.
3
Las características resaltantes del arresto ciudadano, en contraste con las de la
institución cajamarquina de la “cadena ronderil”, llevan prima facie a constatar que los
miembros de las rondas campesinas –como cualquier otro ciudadano- se encuentran
legitimados para aplicar el instituto procesal del arresto ciudadano, siempre que
concurran los presupuestos legales para ello.
*******