Juan Moreira, segn Eduardo Gutirrez No haba en su semblante una sola lnea innoble; su continente era marcial y esbelto,

y hablaba con un acento profundo de ternura, baando, por decirlo as, el semblante de su interlocutor con la intensa y suavsima mirada que brotaba de su pupila de terciopelo Su hermosa cabeza estaba adornada de una tupida cabellera negra, cuyos magnficos rizos caan divididos sobre sus hombros; usaba la barba entera, barba magnfica y sedosa que descenda hasta el pecho, sombreando graciosamente una boca algo gruesa donde se hallaba eternamente dibujada una sonrisa de suprema amargura dejando caer la mirada de sus negros ojos sobre Sardetti