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CAPÍTULO 29

La llama de la palma de mi mano se perdió cuando farfullé y el


choque rompió mi concentración.

- ¡Stevie Rae! - empecé a dar un paso hacia ella, pero la verdad


de su aparición me golpeó y sentí mi cuerpo frío. Aguardaba
terrible, peor que en el sueño-visión que había tenido. No era
tanto su pálida delgadez y el terrible mal olor que se aferraban
a ella que la hacían parecer tan cambiada. Era su expresión. En
vida, Stevie Rae había sido la persona más amable que había
conocido. Pero ahora, independientemente de que estaba
muerta, muertos extrañamente resucitados - que era diferente.
Sus ojos eran crueles y planos. Su rostro carecía de toda
emoción, salvo una, una emoción de odio.

- ¿Stevie Rae, que te pasó?

- Yo morí - Su voz era sólo una retorcida mal sombra de lo que


había sido una vez. Ella todavía tenía su acento Okie, pero la
suave dulzura que lo había llenado totalmente había
desaparecido. Se escuchaba como un remolque de basura.

- ¿Eres un fantasma?

- ¿Un fantasma? - Su risa era una burla. - No, no soy ningún


maldito fantasma.
Trague y me sentí mareada por una esperanza.

- ¿Así que estás viva?

Su labio se fue curvando en una burla sarcástica que se veía tan


mal en su rostro que me hizo daño.

- Diría que estoy viva, pero no es así de sencillo. Por otra parte
no soy tan simple como solía ser.

Bueno, al menos no me hacia el silbido ese que hacia Elliott.


Stevie Rae está viva. Celebré herméticamente para que el
milagro, el miedo y la ingestión de mi repulsa no me impidieran
moverme rápidamente y evitar que tuviera tiempo para sacudir
la distancia (o me pican o lo que sea), la agarré y la forma en
que olía era horrible, pero la abrace fuerte.

- ¡Estoy muy contenta de que no estés muerta! – la susurre.

Era como abrazar a un apestoso pedazo de piedra. No lejos de


mí, idiota. Ella no me mordería. Ella no respondió en absoluto,
pero la creación que nos rodeaba lo hizo. Yo podía oír los silbidos
y murmullos. La dejé ir.

- No me toques de nuevo - dijo.

- Stevie Rae, ¿hay algún lugar donde podamos ir para hablar?


necesito llevar a Heath a casa, pero no puedo volver aquí. ¿O tal
vez podrías volver a la escuela conmigo?

- No entiendes nada, ¿verdad?

- Entiendo que algo malo te ha ocurrido, pero todavía eres mi


mejor amiga, podremos con esto.

- Zoey, no vas a ninguna parte.

- Bien – pretendí entender mal su amenaza - Supongo que


podríamos hablar aquí, pero, bueno... - Miré a mi alrededor al
grave silbido de las criaturas. - No es muy privado, y también es
repugnante.

- ¡Sssssolo matarlos! - Elliott gruñó detrás de Stevie Rae.

- ¡Cállate, Elliott! - Stevie Rae le miro fijamente. Sus ojos se


reunieron con los míos y te juro que vi un destello de algo en
ellos que era distinto a la ira y la crueldad.

- Sabesss que no pueden vivir ahora que nos han vissssto - dijo
Elliott. Las otras criaturas se revolvieron inquietas, haciendo
ruidos de acuerdo.

A continuación, una niña salió de la manada de criaturas. Ella,


obviamente, era hermosa. Incluso ahora que era extraña y
surrealista acerca de su atractivo. Ella era alta y rubia, y se
trasladó con más gracia que los demás. Pero cuando miré en sus
ojos rojos sólo vi mezquindad.

- Si no puedes hacerlo, lo haré yo. Voy a tomar al hombre en


primer lugar. No me importa que su sangre haya sido empañada
por imprenta. Es todavía viva y cálida - dijo y ella parecía bailar
a Heath.
Me interpuse delante de él, bloqueando su camino.

- Tócale y mueres. Una vez más - le dije.


Stevie Rae interrumpió su silbido con una risa.

- Vuelve con los otros, Venus. No harás nada hasta que yo lo


diga.
Venus. El nombre brillo en mi memoria.

- ¿Venus Davis? - dije.

La bonita rubia redujo sus ojos mirándome fijamente.

- ¿Cómo sabes de mí, joven?

- Ella sabe un montón de cosas - dijo Heath, el se reforzó a mi


alrededor. Era lo que yo solía llamar la voz de jugador de fútbol.
Él sonaba duro, molesto y totalmente listo para una pelea. - Y
estoy harto de todos ustedes jodidas criaturas.

- ¿Por qué eso está haciendo uso de la palabra? - escupió Stevie


Rae.
Suspiré y laminé mis ojos. Estaba de acuerdo con Heath, Yo
estaba totalmente enferma de todos y de sus temibles rarezas.
Ha llegado el momento de salir de allí, y también era el
momento de actuar hacia mi mejor amiga, la persona que había
visto es sus ojos clandestinamente. - No es un eso. Él es Heath.
¿Recuerdas, Stevie Rae? ¿Mi ex-novio?

- Zo. Yo no soy tu ex-novio. Yo soy tu novio.

- Heath. Te lo dije antes de todo esto no puede haber nada entre


nosotros dos, se acabo.

- Vamos, Zo, estamos impresos. Esto significa algo que tu y yo,


nena!- Me dijo, como si estuviéramos en medio de un baile en
lugar de en medio de un grupo de criaturas, que nos querían
comer.

- Eso fue un accidente, y vamos a tener que hablar sobre ello,


pero este no es el momento.

- Oh, Zo, sabes que me amas – la sonrisa de Heath no


desapareció ni un poco.

- Heath, eres el chico mas obstinado que he conocido.

Me guiño un ojo y no pude evitar sonreírle de nuevo.


- Bien. Te quiero.

- Que esssta ssssucediendo ... - la criatura Elliott siseo


bruscamente. El resto de las cosas horribles que nos rodeaba se
trasladó inquietamente, y Venus se deslizaba un paso más cerca
de Heath. Me esforcé para no temblar o gritar o lo que sea. En
cambio, una extraña calma se apoderó de mí. Miré a Stevie Rae,
y de repente sabía lo que tenía que decir. Puse mis manos sobre
mis caderas y me enfrenté a ella.

- Dile - le dije - Díselo a todos ellos.

- ¿Decirles qué? - Ella redujo sus granates ojos peligrosamente.

- Diles lo que está pasando aquí. Ya sabes. Yo sé que hacer.


La cara de Stevie Rae se contorsiono y las palabras sonaban
como si fueran arrancadas de su garganta.

- ¡La humanidad! están demostrando su humanidad - Las


criaturas gruñeron como si les hubiera tirado agua bendita por
encima (y por favor, ese tópico sobre los vampiros es falso).

- ¡Debilidad! Es la razón por la que somos más fuertes que ellos.-


Venus doblo su labio.- Porque es una debilidad que no tenemos
más.
Yo lo ignoré Venus. Ignoré a Elliott. Diablos, hice caso omiso a
todos y empecé con Stevie Rae, obligándola a cumplir con mis
ojos, y obligando a los míos no miran hacia otro lado o
retroceder ante su mirada brillante, caliente y roja.

- Tonterías - le dije.

- Ella está en lo cierto - dijo Rae Stevie. Su voz era fría y media.
- Cuando morimos también lo hizo nuestra humanidad.

- Eso podría ser cierto con ellos, pero no creo que sea verdad
contigo - le dije.

- No sabes nada acerca de esto, Zoey - dijo Stevie Rae.

- No tengo que hacerlo. Te conozco, y creo en nuestra Diosa, eso


es todo lo que necesito saber.

- Ella ya no es mi diosa.

- ¿De verdad, al igual que tu mama ya no es tu mama? – Sabía


que había golpeado un nervio cuando la vi retorcerse como si
estuviera teniendo un dolor físico.

- No tengo una mama. Yo ya no soy un ser humano.

- ¡Vaya cosa!. Técnicamente, yo tampoco soy un ser humano.


Estoy en algún lugar en medio de los dos cambios, lo que me
hace un poco de esto y mucho de lo otro. Infierno, el único de
aquí que es todavía humano es Heath.
- No es que tenga un su-humano-ción contra ustedes - dijo
Heath.
Suspiré.

- Heath, su-humano-ción no es una palabra. Es la inhumanidad.

- Zo, no soy estúpido. Ya lo sé. Yo sólo acuñé una palabra.

- ¿Acuñar? - ¿realmente dijo eso?


Él asintió.

- Aprendí sobre Dickson en la clase de inglés. Tiene que ver


con...- Él se detuvo y lo juro incluso las criaturas estaban
escuchando expectantes. - Poesía.

A pesar de nuestra horrible situación Yo me reí.

- ¡Heath, realmente has estado estudiando!

- Te lo dije – Él me miraba totalmente adorable.

- ¡Basta! – la voz de Stevie Rae hizo eco por fuera a través de las
paredes del túnel. - Ya he terminado con esto - Ella se dio vuelta
dándonos la espalda a Heath y a mí, nos ignoro completamente.
– Ellos nos han visto. Ellos saben demasiado. Ellos tienen que
morir. Mátenlos - Y ella se alejó.
Esta vez Heath no trato de tirar de mí para ponerme detrás
suya. En lugar el giro alrededor y quede completamente fuera
de guardia el me a bordo de forma que aterricé con mi trasero
en el colchón con un repugnante oofh. Luego se dirigió al círculo
de criaturas con las piernas plantadas y un ancho de cadera y
además sus manos cerradas en puños como con una pelota y dio
su gruñido de fútbol Tiger Broken Arrow.

- ¡Venga, locos!

Bueno, no es que no apreciara lo machote que era Heath. Pero


el muchacho tenía una linda rubia cabeza. Me levanté y me
centré en mí misma.

- ¡Fuego, te necesito de nuevo! - Esta vez grité las palabras con


el mando de una Alta Sacerdotisa. Llamas irrumpieron en las
palmas de mis manos hacia arriba y hacia abajo todas por mis
brazos. Me hubiera gustado haber tenido tiempo para estudiar el
fuego que había llamado, era fresco podía grabar en mí, y no me
quemaba, pero no había tiempo para eso. - Muévete, Heath.

Miró sobre su hombro hacia mí, y puso los ojos como platos.

- ¿Zo?

- ¡Estoy bien. Sólo muévete!


Él saltó fuera de mi camino, como si le quemara, caminé hacia
adelante. Las criaturas gruñían echándose atrás, incluso cuando
sus manos trataban de a Heath.
- ¡Basta! – Grite - despegaros y dejarlo solo. Heath y yo vamos a
salir de aquí. Ahora. Si intentáis detenernos, voy a mataros, y
tengo la sensación de que esta vez vais a morir para siempre -
Bueno, yo realmente no quería matar a nadie. Lo que quería
hacer era conseguir sacar de allí a Heath y luego encontrar a
Stevie Rae y pedirle que me explicara cómo los polluelos que
han muerto podían andar por ahí con malas actitudes, los ojos
brillantes y con olor a moho y polvo.

Desde el borde de mi visión vi un movimiento. Me volví a tiempo


para ver una de las criaturas lanzándose hacia Heath. Levanté
mis brazos y la arrojé en el fuego como si estuviera tirando una
pelota. Ella gritó y se prendió fuego la había reconocido y tuve
que luchar mucho para no sentirme enferma. Elizabeth, no
recuerdo el apellido era la linda chica que había fallecido el mes
pasado. Ahora su cuerpo se quemaba en el suelo, oliendo a
carne en malas condiciones y decadencia, que es todo lo que se
dejó sin vida de su depósito.

- ¡Viento y lluvia! os llamo - le grité, y noté como el aire a mi


alrededor empezaba a llenarse de turbulencias y del olor de la
lluvia de primavera, tengo un flash de Damien y Erin sentados
con las piernas cruzadas al lado de Shaunee. Sus ojos estaban
cerrados en concentración y la explotación que el color de sus
elementos. Señale con mi dedo de la mano de fuego a el cuerpo
ardiendo de Elizabeth y una repentina descarga de lluvia cayó
sobre ella, a continuación, una brisa fresca tomó un tinte verde,
el humo, se levanto por encima de nuestras cabezas, y llevó su
hedor por en el túnel a salir en la noche.
Me enfrente de nuevo a las criaturas

- Eso es lo que haré a cualquiera de vosotros que trate de


detenernos – Me puse en movimiento y coloque a Heath delante
de mí mientras caminábamos, y yo lo seguí, apoyo fuera de las
criaturas.

Nos siguieron. No podía ver cómo nos seguían por nuestro


camino a través de la oscuridad del túnel, pero podía escuchar
sus pies y el revólver sordo de sus gruñidos. Entonces comencé a
sentir el agotamiento. Era como si fuera un teléfono celular que
no había sido usado en un tiempo, y alguien estuviera hablando
demasiado. *I let the fire that outlined by arms go out except
for a flickering flame that I cupped in my right hand . No way
Heath could see to walk out of here without that, and I was still
backing behind him, keeping an eye out for attacking creatures*.
Después de haber pasado dos tramos del túnel le pedí a Heath
que se detuviera.

- Hay que apresurarse, Zo. Sé que tienes esta cosa de poder,


pero hay muchos de ellos, más de lo que estaban allí. No sé
cuántos puedes manejar - Él tocó mi cara - No debe significar
nada para ti, pero te ves como la mierda -
Me sentía como la caca, pero no quería mencionarlo - Tengo una
idea - acabábamos de llegar en torno a una curva donde el túnel
se estrechaba, podría tocar ambos lados del mismo abriendo los
brazos. Caminé de vuelta a la parte más angosta de la curva.
Heath comenzó a seguirme, pero yo le dije,
- State allá - y señalé más abajo en el túnel de la forma en que
se dirigían. Él frunció el ceño, pero hizo lo que le dije.
Me volví de espaladas a Heath y me concentre. Levanté mis
brazos, pensé en los campos recién arados y los prados de
Oklahoma recién cortado en invierno lleno de heno. Pensé en la
tierra y cómo estaba parada dentro de ella... rodeada por
ella....

- ¡Tierra! ¡Te llamo! – Levante mis brazos y tuve una visión de


Stevie Rae a través de mis parpados cerrados. Ella no era como
solía ser con su dulce cara y estada concentrándose difícilmente
en el verde brillante de una vela. Ella estaba doblada en la
esquina de un oscuro túnel. Su rostro era adusto y blanco y sus
ojos brillaban escarlata. Pero su cara no era una parodia de sí
misma de sus emociones o una cruel máscara. Estaba llorando
abiertamente, su expresión llena de desesperación. Es un
comienzo, pensé. Luego, con un rápido y potente movimiento
que bajar los brazos, mientras que yo, - ¡Cerrar!- Delante y por
encima de mí, pedazos de tierra y rocas comenzaron a caer
desde el techo. Al principio era sólo un goteo de guijarros, pero
pronto hubo una mini-avalancha pasaba rápidamente y ahogaba
los gruñidos enfadados y silbidos de las criaturas atrapadas.
Una ola de debilidad se estrelló sobre mí y me derrumbe.

- Te tengo ya, Zo - Heath era fuerte, me rodeo con sus brazos y


me dejé descansar contra él por un momento. Varios de sus
cortes se habían abierto durante nuestra fuga, y el aroma
maduro de su sangre contra mi garrapata lleno mis sentidos.

- Ellos no están realmente atrapados, sabes - le dije


suavemente, tratando de mantener mi mente alejada de lo
mucho que quería lamer la línea de sangre que se derramaba por
su mejilla. – Pasaran por otros túneles. Estoy segura de que
serán capaces de encontrar el camino para salir.

- Está bien, Zo - Heath mantuvo sus brazos envueltos alrededor


de mí, pero él tiró de nuevo lo suficiente para que pudiera
mirarle a los ojos. - Sé lo que necesitas. Puedo sentirlo. Si te
alimentas de mi no estarás tan débil. Él sonrió, y sus ojos azules
se oscurecieron. - Está bien – repitió - Quiero que lo hagas.

- Heath, eso es demasiado. ¿Quién sabe cuánta sangre has


perdido? Mi alimentación no es una buena idea - le estaba
diciendo que no, pero mi voz temblaba con el deseo

- ¿Estás bromeando? Un gran jugador de fútbol como yo? Tengo


un montón de sangre de recambio – Heath se burlo. Entonces su
expresión se volvió seria – por ti, no tengo nada que perder –
Mientras le miraba a los ojos, cogió uno de sus dedos y lo unto
por la línea de color rojo húmedo de su mejilla y froto la sangre
sobre su labio inferior. Luego, se doblo y me besó.
Me gusto la oscura dulzura de su sangre, disolverse en la boca
enviando una oleada de placer de fuego y la energía a través de
mi cuerpo. Heath tiro de mis labios y me guió al corte de su
mejilla. Cuando mi lengua serpenteo y lo toco, él gimió y me
apretó más cerca de sus caderas. Cerré los ojos y comencé a
lamer.

- ¡Mátame! – La voz destrozada de Stevie Rae rompió el hechizo


de la sangre de Heath.

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