Está en la página 1de 2

A LAS HIPOTECAS…

La sangre de los pobres es una aurífera veta petrolera, una


oportunidad indefinida de préstamos, sin un remanso en el
tiempo; un inevitable desangre suicida. Como una lánguida
sombra de diligentes insectos que se extinguen de
degeneración tras degeneración; todos predican una
revolución que nunca estallará, porque aprendimos a
convivir con ellas. No sé si los reyes de la banca vayan al
infierno o si es otra burla inventada, para esclavizarnos por
medio de la idolatría. Nadie reembolsa los rendimientos de
los diezmos, ni nos convidan los ovejeros a los festines en
las porquerizas de las pavesas, a los orgiásticos
exorcismos con las pecadoras arrepentidas. No podemos
hipotecar desde antes de nacer a nuestros sueños; nos
sube el agua hasta el cuello…si las cosas van mal…peor
para nosotros…pero… cuando las cosas van bien: más
peor aún…aquí el mundo financiero es un cuarto oscuro,
donde se encadenan a los clientes o simplemente se
suicidan, los que aparecen como muertos nunca
divulgados…Nadie sabe para quién se cosechara la tierra,
cuando la aura ensangrentada, le permita al hombre,
regresar a la tierra, después de recoger la última zafra…
nos sumergimos como buzos entre los estercoleros, a
buscar una luz, para fijar sobre nosotros, una esperanza de
rescate. Escucho que el mundo se divide, para las tajadas
nunca alcanzan para los pobres…un burgués desnudo: es
un naturista…un pobre desnudo: siempre será un loco. El
humo que deja el carnaval, siempre me recuerda, a los
sueños de los insurrectos…Las mentiras son las verdades,
que nos obligan a tragarnos; como el que la pobreza es
una bendición, para no perdernos por culpa de los pecados
capitales.

Héctor “El Perro Vagabundo” Cediel


hcediel@yahoo.com
2008-02-08

También podría gustarte