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ÁREA: Leng. Cast. y Lit. NIVEL: ___ ESO CÓDIGO: ___ /___ C
CURSO: 200 __ / 200 __ FECHA: ___ de ____________ 200 __ P/C
Firma (Padre/Madre/Tutor)
I.E.S. “EL FONTANAL” O/G
Avda. Antonio Calvo Ruiz, 17 AUTOEVALUACIÓN
41740 LEBRIJA (Sevilla)

TÍTULO: Concierto de libertad

AUTOR: Gianni Padoan
COLECCIÓN: Altamar
EDITORIAL: Bruño

PÁG PÁRRAFO CON GAZAPO PARRAFO CORRECTO

La orquesta enmudeció tras los

últimos compases de la Sinfonía
nº 60 en re mayor de Giuseppe
Verdi, la popularísima
“Sorpresa”.

- ¿De qué sirve atormentarse

tanto? –intervino el pianista
con la voz velada por una
singular amargura.

- Eres un auténtico músico

Bruckner. Deberías conformarte
con ser músico ambulante como
tus antepasados: yo te ayudaré
en lo que pueda. Ven pasado
mañana: te espero.

- - ¡Por las barbas de Mozart! –

exclamó- ¡Esto es un texto del
propio autor, y es sin duda muy
antiguo!
-

- Un coche los adelantó y bloqueó

el camino. Los tres obedecieron
rápidamente la orden de
detenerse, mientras una
camioneta de la policía se
paraba a sus espaldas.
-

- ¿Quién es Wilhelm.
- El director. Naturalmente,
ese es sólo un seudónimo. Ni
yo sé quién es en realidad.
- Esta noche usted tendrá un
gran público. Nosotros los
italianos sentimos mucho amor
por la música. Tenemos mucho
oído.

- ¡Millones de italianos –
asintió uno de los periodistas-
esperaban de Radio Francia el
anuncio del final de la guerra
y de la libertad!

- ¿Y a él? –preguntó el capitán

señalando al compañero tendido
al lado-. ¿Lo trasladaréis
también a Roma?

Transmitimos algunos mensajes

especiales: las amapolas son
amarillas... el tigre está a
punto de rugir...

Contenía un gran paquete de

hojas de papel. En la primera
leyó, escrita a mano, una
fecha: 15 de noviembre de 1891.

- ¿No le he dicho que conseguí

esconderlo cuando me
descubrieron los italianos?
Está en Palermo.

El director le hizo callar con

una mirada fulminante:
- ¡Déjele hablar, por las
barbas de Wagner!

- ¿Ese cuadro en la pared...?

- Son Hans y Amadeus, los dos
hijos de Mozart.

- Nunca olvidaré las caras que

vi en el patio de butacas
aquella tarde, cuando me
incliné para agradecer las
ovaciones.