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Capitn Luiso Ferrauto

[Cuento. Texto completo]

Juan Rodolfo Wilcock


Una vez al ao, en primavera, el capitn Luiso Ferrauto cambia de piel; de la piel vieja emerge lustroso y rosado como un recin nacido, pero al cabo de unas horas la piel nueva recobra su color normal, que es aceitunado, y tambin el pelo, que se ha desprendido junto con la piel del crneo, vuelve a crecer rpidamente, como corresponde a un oficial de la Seguridad Pblica. Su mujer, unida a l por un amor inusitado en estos tiempos, suele guardar estas pieles usadas de su marido y rellenarlas de goma espuma color carne, para hacer as un mueco bastante presentable, bien cosido y armado, con su uniforme puesto. Ya tiene unos quince, en el garaje: todos oficiales de polica, tan parecidos a su marido que da gusto verlos a todos juntos, tan dignos, tan rectos, tan inalcanzables por la corrupcin. La seora hizo instalar un equipo estreo en el garaje y cuando el capitn est de servicio fuera de casa, la mujer baja para hacerles escuchar a sus ex maridos las mejores pginas de la lrica mundial. Absortos, como embelesados, los quince policas escuchan inmviles la muerte de Desdmona, el merecido asesinato de Scarpia, la disputa fatal entre Carmen y Don Jos, delitos todos que exigen el arresto inmediato del culpable, hechos de sangre y de violencia como tantas veces han visto a lo largo de su carrera. Puesto que los muecos de piel policaca son producidos a razn de uno por ao y cada uno es de edad ms avanzada que el anterior, presentan esta inslita caracterstica: que el ms joven de los quince es el ms viejo de los quince. FIN

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