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Oracin polemica Tal vez quieras leer esta oracin que fue dicha en la
Cuando se le pidi al religioso padre Luis Farinello que relizara la oracin de apertura en el Senado de la Nacion, todo el mundo esperaba una oracin ordinaria, pero esto es lo que ellos escucharon:
"Seor, venimos delante de Ti este da, para pedirte perdn y para pedir tu direccin. Sabemos que tu Palabra dice: 'Maldicin a aquellos que llaman "bien" lo que est "mal" y es exactamente lo que hemos hecho. Hemos perdido el equilibrio espiritual y hemos cambiado nuestros valores.
Hemos sido negligentes al disciplinar a nuestros hijos y lo hemos llamado "desarrollar su autoestima".. Hemos sido corruptos y abusado del poder y hemos llamado a eso: "Poltica". Hemos codiciado los bienes de nuestro vecino y a eso lo hemos llamado "tener ambicin". Hemos contaminado las ondas de radio y televisin con mucha grosera y pornografa y lo hemos llamado "libertad de expresin".
Hemos ridiculizado los valores establecidos desde hace mucho tiempo por nuestros ancestros y a esto lo hemos llamado "obsoleto y pasado". Oh Dios!, mira en lo profundo de nuestros corazones; purifcanos y lbranos de nuestros pecados.
Amn.
La reaccin fue inmediata. Un Senador abandon la sala durante la oracin. Tres ms criticaron la oracin del Padre calificando la oracin como 'un mensaje de intolerancia'.
Durante las semanas siguientes, la Iglesia donde trabaja el Padre Farinello recibi ms de 5,000 llamadas telefnicas, de las cuales slo 7 fueron desfavorables.
Esta Iglesia recibe ahora peticiones del mundo entero, la India, frica, Asia, para que el Padre Farinello ore por ellos. EL Negro Gonzalez Oro famoso Conductor radial difundi esta oracin en su emisin de radio y ha recibido una acogida mucho ms favorable por esta emisin, que por cualquier otra.
Con la ayuda de Dios, quisiramos que esta oracin se derrame sobre el mundo, y que nazca en nuestros corazones el deseo de llegar a ser una Tierra bajo la mirada de Dios"..
Si envas esta oracin a tus amigos en un espacio de 30 das el mundo entero lo habr ledo.
Si no tenemos el valor de mantenernos firmes en nuestras convicciones, entonces caeremos delante de cualquier otro argumento, o enemigo.